Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

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Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor Sg91 » 23 Oct 2015, 22:40

Capítulo 1
De vuelta y al trabajo


-Oh, venga chicos, tenéis que animaros, todo el mundo está preocupado por vosotros…

-Estamos bien, de verdad…

-Sí ¿por qué íbamos a estar mal?

-Oh, venga ya, si hasta yo me doy cuenta que eso no es verdad. Debí traeros a alguno de mis gatos, eso siempre anima.

-Muy amable de tu parte, Vigon, pero no hace falta.

Había veces que el chico se ponía un poco pesado, aunque razón no le faltaba. Al menos de ese tipo de razón que ni siquiera nosotros admitiríamos que la tiene ni aunque quisiéramos. Y sí, claro que estábamos mal. ¿Cómo no íbamos a estarlo? No era como si hubiésemos dejado atrás a prácticamente el amor de nuestras vidas, junto con cinco grandes amigas y nos hubiésemos quedado con un puñado de fotos y nuestros recuerdos puesto que era la único que nos ayudaba a comprender que todo había sido real. No, definitivamente no.

-Vamos, vamos, podréis engañar a los demás, pero no me podréis engañar a mí, algo ocultáis.

-¿Y qué te hace pensar tal cosa?-inquirí yo, con gesto mohíno.

-Bueno, está el hecho de que muchas veces os quedáis mirando a la nada, como obnubilados. También está ese curioso detalle de quedaros mirando fijamente a las parejas que pasan por la calle, como si significaran algo para vosotros. Las veces en las que Lloyd se queda rezagado junto a las pastelerías durante unos breves momentos antes de salir disparado, como si le diera cosa. Ah, sí, y también están esas veces en la que tú, Sg, te quedas mirando fijamente el sol cuando está atardeciendo, al tiempo que dejas escapar continuos y depresivos suspiros-contó Vigon con los dedos de la mano.

-Bah, detalles, minucias, no significan nada-murmuró Lloyd, pateando un guijarro del camino.

-Sí ¿Qué te dice que todas esas cosas nos afectan de alguna forma?

-Exacto, no es como si no nos recordaran a nada…

Para entonces Vigon nos miraba con gesto inquisitivo y una ceja levantada, lo cual nos hizo recordar tremendamente a Applejack cada vez que se ponía reticente.

Obviamente estábamos mal, y no era para menos. Desde que nos despertamos hará cosa de varias semanas de nuestro coma, todo había sido muy distinto. La rutina maravillosa de la que nos llegamos a acostumbrar estando en el pueblo de Canterlot fue sustituida por la rutina tediosa y repetitiva de nuestra vida normal, marcando la diferencia ampliamente. No dejábamos de recordar constantemente nuestra estancia allí y, sobre todo, no nos podíamos olvidar de ellas. Allí a donde miraba todo me recordaba a Sunset, y lo mismo le pasaba a Lloyd, quien era el que peor lo estaba pasando.

Todos los que nos conocían medianamente bien sabían que algo nos pasaba, tratando de sonsacárnoslo de alguna manera u otra; pero tanto Lloyd como yo callábamos, tragándonos nuestro propio dolor y compartiéndolo sólo entre los dos, puesto que era con toda seguridad lo que más teníamos en común en ese momento. Las fotos seguían ahí, en nuestros móviles, y las mirábamos cada dos por tres cuando nadie más se fijaba en nosotros. Los recuerdos se agolpaban en nuestra mente y se metían con nosotros, haciéndonos pasarlo mal. Todo parecía diluirse, como si nuestro tiempo con ellas no hubiera sucedido nunca y empezando a hacernos creer que realmente no pasó.

-Bueno, igualmente sería bueno que os abrierais un poco ¿no creéis? ¿Cuánto lleváis así, semanas? Vale que habéis salido recientemente de un coma, pero aun así…-comentó Vigon, un tanto preocupado.

-¿Podemos hablar de otra cosa?-inquirió Lloyd en ese momento, con voz cortante.

-Sí, estaría bien y tal ¿cómo están tus gatos, Vigon?

El chico comenzó a hablar largo y tendido sobre sus últimas aventuras gatunas, lo que nos dio una oportunidad de descansar un rato; ese mismo día Lloyd y yo habíamos quedado en el parque de la Vaguada para lamentarnos un poco a solas, aunque Vigon se unió al poco rato, comentándonos por wasap que estaba cerca. Por ninguna razón en concreto le dijimos que sí y se vino al poco rato, obligándonos a hablar de otra cosa entre los dos. Al menos ahora el que hablaba era él.

-Ah, sí, y el otro día que iba acompañado de todos mis gatos, creo que ya son como unos treinta, me seguían por toda la calle así en plan en procesión, nos encontramos con una gitana que vendía cucharas de plata y la compré una para poder llevar otra patata con la que me encontré de camino ¿os acordáis de aquella patata que me tope en Gran Vía? Bueno pues el caso es que esta era muy parecida, aunque le habían crecido muchos hijos y parecía un higo chumbo, por lo que decidí llevármela ya que me hizo mucha gracia…

Durante su perorata nosotros nos acercamos al borde del lago, el cual estaba tan sucio como siempre y con el fondo lleno de mierda, reflejándonos en el agua y pudiendo ver nuestros permanentes gestos tristes grabados en nuestras caras; aunque, en un momento dado, algo pareció ondear en el agua y, por un instante, creí que estaba chispeando. Sin embargo el día estaba claro y no había ninguna nube en el cielo.

-Qué raro ¿has visto eso?-inquirí yo, extrañado.

-¿El qué?

-Se había formado una onda rara en el agua…

-Pues la verdad es que yo no he visto na…

Sin embargo el chico no pudo continuar, puesto que esta vez sí que lo llegamos a ver con claridad; la superficie del agua se arrugó como si fuera de papel y, en un visto y no visto, llegamos a ver como una especie de agujero con bordes de color morado aparecía en el agua, rasgándola y haciéndola desaparecer. Y eso no fue todo, puesto que al otro lado pudimos ver una especie de claro en un bosque que nos resultaba tremendamente familiar.

-¿¡Pero qué cojones?!-masculló Lloyd, alucinado.

-¿Eso es lo que yo creo que es?-inquirí yo, igual de flipado.

Nos inclinamos un poco sobre el borde para verlo mejor, pero en ese momento una figura oscura se reflejó al otro lado del agua y, como si alguien nos hubiera empujado, nos caímos hacia delante sin ni siquiera darnos cuenta. Por un momento, no hubo nada. Y después, notamos cómo todo a nuestro alrededor se difuminaba hasta desaparecer. Lo último que oímos antes de dejar de ser fue la voz de Vigon, el cual seguía hablando.


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-… me estuvieron persiguiendo durante unos buenos minutos hasta que se cansaron y me dejaron ir, aunque mis gatos se encargaron de despistarlos, por lo que fue sencillo dejarlos atrás…

Vigon quiso seguir hablando, pero al darse cuenta que ni Lloyd ni Sg le contestaban se dio la vuelta, para encontrarse repentinamente solo.

-¿Chicos? ¿A dónde han ido? ¿Lloyd? ¿Sg? ¿Hola?

Genuinamente extrañado, cogió el móvil y les mandó un par de wasaps, pero al no contestarle probó a llamarlos, descubriendo para su sorpresa que la línea no estaba disponible.

-Qué raro… pero si estaban aquí mismo-murmuró el chico, rascándose la cabeza.

Al no obtener respuesta en ninguno de los dos medios estuvo buscándoles por las inmediaciones, incluso llegó a preguntar a la gente de por allí, pero nadie parecía haberles visto. Cada vez más y más extrañado optó esa vez por llamar a otra persona, eligiendo al más inmediato en su agenda. Tras una corta espera, le cogieron al otro lado se apresuró a hablar.

-Hola Astur, soy Vigon, a ver si me puedes ayudar a comprender una cosa…


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-Oh, vamos, queridas, sabemos que lo habéis pasado mal, pero ya hemos hablado de esto…

-Rarity tiene razón, no es que esté sugiriendo que les olvidéis, ni mucho menos, pero tenéis que salir adelante en ese aspecto, estamos preocupadas por vosotras.

-Sí, desde luego, vale que habían sido vuestro primer gran amor y todo eso, pero me da la sensación de que estos no vuelven…

-Rainbow, ya vale…

-¿Qué? Estoy siendo honesta, como Applejack…

-Una cosa es ser honesta y otra muy distinta es ser una bocazas insensible, Rainbow Dash…

-¿¡Perdona?!

Antes de que las dos se dijeran nada más Rarity puso orden rápidamente comentando.

-Ya, las dos, esto tiene que ver con Pinkie y Sunset, no solo contigo, Rainbow Dash.

-Vale, vale…

-Bien, ahora, como iba diciendo… realmente tenéis que salir adelante, chicas.

Tanto Pinkie como Sunset dejaron escapar un dejado suspiro, dando un sorbo a sus malteados para evitar tener que contestar o algo parecido; aunque habían pasado todo el verano pendientes de sus respectivos móviles por si por un casual sus novios reaparecían, hasta el momento no habían tenido noticias de ellos, para su desgracia. Denunciaron su desaparición a la policía, la cual comenzó a investigar sobre su paradero, para luego darse con un canto en los dientes debido a que apenas había referencias sobre ellos en el registro civil salvo dos certificados de nacimiento que, a todas luces, parecían ser auténticos, pero que su simple existencia ya era sospechosa de por sí. Debido a esto el caso se archivó hasta la aparición de nuevas pistas ante la imposibilidad de seguir investigando, aparte de que de por sí la situación era muy rara.

Desde que desaparecieron y hasta el momento había pasado por lo menos varios meses, terminando rápidamente el curso, el cual había finalizado de forma satisfactoria para todas, y pasando rápidamente el verano para todas excepto para Pinkie y Sunset, siendo para ellas el más triste de todos y con diferencia. El inicio del curso, concretamente segundo de bachillerato, hace escasos días tampoco las había ayudado demasiado, dándolas más motivos para echar de menos a sus respectivos novios. La depresión que arrastraban desde entonces las había hecho a las dos ser más calladas y distantes. Incluso el pelo de Pinkie perdió vitalidad, conservando parte de su esponjosidad, pero permaneciendo más lacio y deshinchado, dándola un aspecto muy distinto. En un momento dado la chica habló.

-Lloydi volverá… no me abandonaría así sin más, lo sé, estoy segura…

Ante eso las demás callaron por simple consideración, ya que sabían que tratar de animarla tan solo empeoraría las cosas. Por su parte Sunset no dijo nada, tragándose su propio dolor. Una solitaria lágrima se asomó por el rabillo del ojo de Pinkie, como si le diera reparo hacerlo.

Rarity quiso decir algo, pero en ese momento algo la llamó la atención por la ventana, alzando la vista; lo que vio la dejó muerta, en todos y cada uno de los sentidos, llegando a abrir mucho los ojos y dibujar una mueca de profunda sorpresa en su cara. Sunset fue la primera en verla, inquiriendo.

-¿Qué pasa, a qué viene esa cara?

Rarity abrió la boca para hablar, encontrándose con que no podía hablar por mucho que lo intentaba debido a la impresión, por lo que desechó las palabras y señaló en dirección hacia fuera. Sunset se asomó un momento y lo que vio la dejó igual de muerta o más que Rarity; y es que tanto Lloyd como Sg se encontraban caminando a paso ligero, acercándose rápidamente hacia el Sugarcube Corner desde el otro lado de la calle. No pudo evitar que su corazón se desbocara de la alegría que sintió en cuanto le volvió a ver, aunque solo fuera en la distancia, y a juzgar por la mirada de Pinkie, parecía que esta se sentía igual. Sin que nadie las dijera nada, las dos se levantaron y echaron a andar hacia la calle para salir a su encuentro, al tiempo que sus corazones latían más y más fuerte.


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-Vale, normalmente me preguntaría que qué co*o ha sido eso, pero ahora mismo como que me da igual ¿sabes?

-Sí, lo cierto es que yo estaba pensando en lo mismo, dejemos los detalles técnicos para cuando sean realmente relevantes y enfoquémonos en lo verdaderamente importante.

-Pues más brío a ese paso entonces que estamos aquí al lado.

Lo cierto era que todo había sucedido de forma tan rápida que al principio no supimos qué había pasado exactamente, aunque en cuanto nos situamos y vimos que habíamos acabado en el parque del pueblo, inmediatamente supimos lo que teníamos que hacer, poniéndonos en camino hacia el Sugarcube Corner. Atravesamos parte del pueblo llevados por una sensación indescriptible que nos movía a andar todo lo rápido que nuestras piernas nos permitían, sintiendo cómo estábamos cada vez más y más cerca. La calle parecía alargarse con cada paso que dábamos, dándonos más motivos para andar más deprisa, viendo al fondo la cafetería.

En cuanto nos quedó poco menos de veinte metros para llegar pudimos ver entonces a dos figuras familiares saliendo disparadas de la cafetería y dirigiéndose hacia nosotros rápidamente; nuestros corazones dieron un vuelco y comenzamos a trotar para llegar cuanto antes, estando cada vez más y más cerca. En un momento dado tanto ellas como nosotros frenamos un poco el ritmo en cuanto estuvimos al lado, Pinkie tenía en su cara una expresión neutra un tanto confusa, al tiempo que Sunset conservaba en todo momento un cumulo de sentimientos entremezclados y reflejados muy bien en su cara. Los primeros en adelantarse fueron Pinkie y Lloyd, el cual se echó hacia delante en dirección hacia ella, esperando un cálido y envolvente abrazo.

Sin embargo, en un visto y no visto, Pinkie alzó una mano con tanta rapidez que Lloyd no la vio ni venir, impactando contra su cara a velocidad de match uno y dándole una soberana torta que resonó por toda la calle e hizo que se parara el tiempo, al menos para ellos dos. El golpe fue tal que las gafas del chico salieron volando, cayendo al otro lado de la acera, y Lloyd se quedó en el sitio, con la cara enrojecida y lágrimas en los ojos debido al golpe; por su parte Pinkie se quedó estática, mirándole con una furia impropia de ella en sus ojos y con el brazo echado hacia atrás, al tiempo que trataba de ocultar como podía las lágrimas que comenzaban a asomarse en sus ojos. Al cabo de unos breves segundos que parecieron horas, Lloyd giró la cabeza lentamente y miró con genuino miedo a una Pinkie que cada vez parecía estar más y más cabreada. Se sostuvieron la mirada fijamente, sin decir nada, hasta que finalmente Pinkie se abalanzó sobre él sin previo aviso, con su pelo de vuelta a la normalidad, abrazándole con todas sus fuerza y posando sus labios sobre los del chico con tanto vigor que los dos acabaron cayéndose a suelo de espaldas, donde siguieron aferrados el uno al otro.

Por mi parte alcé la vista y vi a Sunset, la cual me miraba con lágrimas en los ojos y acercándose a mí lentamente; yo la sostuve la mirada un tanto inseguro, aunque sabía que hiciera lo que hiciera o dijera lo que dijera no podía escapar de mi destino por lo que, resignado, la mostré la mejilla, indicándola además que lo hiciera. Por un momento la chica alzó una mano dispuesta a hacerlo, al tiempo que yo me preparaba para el impacto. Sin embargo ese impacto nunca llegó, sino que ella se abalanzó sobre mí y me abrazó con todas sus fuerzas, al tiempo que yo hacía lo mismo y ella me besaba, correspondiéndola el gesto rápidamente.

En esa pose el tiempo pareció detenerse y todo a nuestro alrededor difuminarse, perdiéndonos en ese momento. Los labios de Sunset seguían siendo tan suaves y dulces como la última vez y pude notar sus lágrimas resbalando por sus mejillas, lo que me hizo despegarme para limpiárselas. Aunque, en ese mismo instante, una voz masculló.

-Perdona pero creo que te falta algo…

-Ah, cállate un rato, anda…-murmuré yo, sin dejar de mirar a Sunset.

-Los cojones, demando ahora mismo un reparto justo y equitativo, reciba usted su ración de torta.

Por mi parte le mostré el dedo y fui a besarla de nuevo, pero en ese mismo instante Sunset me arreó una sorpresiva y rápida torta que me dejó en el sitio y con un escozor en la mejilla izquierda de lo más agradable.

-¡¡¡Auh!!!-solté yo, alucinado.

-Lo siento, amor mío, pero es lo que toca, además, Lloyd lleva razón-murmuró ella con voz queda.

-¡¡Gracias, karma!!

Por un momento no hubo nada, aunque al final nos reímos todos juntos, incluido yo, para luego volver al Sugarcube Corner y encontrarnos con las demás, las cuales se alegraron ampliamente de volver a vernos.

-¡Pero bueno, qué regreso más triunfal el vuestro!-exclamó Applejack, divertida.

-¡Desde luego, pensábamos que os habíais ido a por tabaco!

-¡¡Rainbow Dash!! ¡Oh, queridos, pero qué alegría, a mis brazos!

-Me alegro mucho de volver a veros, estábamos muy preocupadas por vosotros…

Había allí otras personas a las que también estuvimos saludando, entre ellas a los Cake y otros conocidos del propio instituto. Nos pedimos otros malteados y nos unimos a la conversación, llegando las primeras preguntas rápidamente.

-Muy bien, lo primero es lo primero. ¿Dónde estabais?

-Sí, eso, que no se diga, han pasado más de tres meses ¿dónde habéis estado durante todo este tiempo?

Por un momento los dos nos miramos, no muy seguros de qué decirlas; habíamos ido tan rápido que ni siquiera llegamos a considerar el resto de factores, y ahora esos factores se volvían en nuestra contra. Tanto Sunset como Pinkie esperaban una contestación con gesto impaciente y hasta imperante, por lo que no tuvimos más remedio que improvisar.

-Bueno, lo cierto es que os debemos a todas una disculpa, tuvimos que irnos muy precipitadamente y no nos dio tiempo ni siquiera a avisaros…

-¿Y qué os obligó a iros tan de repente?

-Sí ¿y por qué no llamasteis en tal caso? Muchas veces intentamos contactar con vosotros pero nos era imposible, la operadora nos decía que no había línea.

-Y además la policía nos dijo que les fue imposible localizaros puesto que apenas había referencias vuestras.

Para entonces tanto Lloyd como yo empezábamos a sudar frío, sintiéndonos acorralados; en esos delicados momentos no teníamos muchas opciones, y por mi cabeza comenzaban a pasar ideas concernientes a sincerarnos con ellas, puesto que era lo único que podíamos hacer. Y salir con alguna excusa o tratar de encubrirnos no funcionaría por muy bien que improvisáramos por lo que, resignándonos, nos dispusimos a explicarlas todo.

No nos llevó mucho tiempo, por lo que acabamos mucho antes de lo que nosotros mismos hubiésemos pensado; una vez sincerados todas las chicas nos miraron con ceños fruncidos y miradas confusas, especialmente Pinkie y Sunset, la cual fue la primera en comentar.

-Entonces… decían la verdad…

-¿Cómo?-inquirí yo, extrañado.

-Las sirenas… llegué a hablar con Adagio hace tiempo y me contó que nos teníais engañadas… y es cierto… nos mentisteis…-masculló Sunset, con lágrimas en los ojos.

Los dos comprendimos al instante sus palabras y por mi parte me apresuré a decir.

-No, a ver, no os mentimos, tan solo os lo ocultamos…

-¿Y por qué hicisteis eso? ¿Acaso no confiabais en nosotras?

-No podíamos contároslo así sin más, hubierais creído que estábamos locos.

-En ese caso ¿por qué no lo hicisteis cuando empezamos a salir?-inquirió en ese instante Pinkie, con tono duro.

Fue entonces cuando la realidad nos golpeó duro, sintiendo como si fuésemos a potar el desayuno ahí mismo. Antes de que pudiéramos decir nada mas tanto Sunset como Pinkie se levantaron y se fueron de allí, dejándonos solos con las demás, las cuales apenas nos dirigieron la mirada. Al segundo siguiente los dos nos levantamos a la vez y fuimos tras ellas, yendo cada uno por su lado, puesto que las dos se habían separado nada más salir del Sugarcube Corner. Yo fui hacia la izquierda, mientras que Lloyd se dirigió hacia la derecha.


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Corrí todo lo rápido que mis piernas me permitieron ir hasta dar con Sunset en un pequeño parque cercano.

-¡¡Sunset, espera!!

La chica al verme se dio la vuelta, gritando con voz llorosa.

-¡¡Déjame en paz!!

-¡¡No, por favor, escúchame cariño, déjame que te explique!!

-¡¿Explicarme el qué?! ¿¡Cómo me mentiste para luego abandonarme?! ¡¿Eso es todo lo que yo significo para ti?!

-¡¡No!! ¡¡Por favor, Sunset, déjame que…!!

-¡¡No!! ¡¡No, no, no, tú no sabes nada!! ¡¡No sabes lo mal que lo pasé cuando, supuestamente, desapareciste!! ¡¡Estuve semanas sin poder descansar bien, llorando cada noche, preocupadísima por ti, pensando que te había pasado algo y que nunca más te volvería a ver!! ¡¡Y luego me vienes tan campante, revelándome que eres de otro mundo paralelo y que todo lo que sabía de ti era mentira!!

-¡¡No, nada de eso, nada es mentira, yo sigo siendo el mismo, Sunset, y mi amor por ti nunca cambió!! ¡¡Te quiero, Sunset, eres lo mejor que me ha pasado nunca, jamás te dejaría así sin más!!

-¡¡Pero lo hiciste!!

-¡¡No pude hacer nada por evitarlo!! ¡¡Además, sé lo que sientes, yo también lo he pasado tan mal como tú o puede que más, no podía dejar de pensar en ti, todo me recordaba a ti!!

-¡¡Ya, claro, porque eso suena tan convincente!!

-¡¡Pero porque es verdad!!

-¡¿Ah, sí?! ¿¡Como tú?!

Eso me dolió especialmente, sintiendo como si mi corazón se hubiera parado de golpe; por su parte la chica aprovechó para abofetearme de nuevo y se apartó de mí, llorando a lágrima viva. En un momento dado comentó.

-¿¡Por qué?! ¡¿Por qué no me contaste nada cuando empezó lo nuestro?! ¡¡Vale que al principio no hubiera sido muy inteligente, pero para entonces ya nos conocíamos, todos, y aun así no lo hiciste!! ¿¡Por qué?! ¿¡Por qué?!

Para entonces mi propio orgullo ya se había roto y yo también comencé a llorar, tratando de averiguar por qué no se lo contamos. No podía evitar pensar que tenía razón, si lo hubiéramos hecho nos habríamos podido evitar tan tensa situación. ¿Cómo pudimos ser tan cortos? ¿Por qué no lo hicimos?

-Pues porque… tenía miedo. Miedo de perderte, miedo de que tal vez nos dierais de lado. Sé que tal vez no lo hubierais hecho, pero aun así… Lo siento, Sunset. Lo siento tanto…

Para entonces no pude seguir hablando y me desahogué a gusto, sin atreverme a mirar a mi novia. Sin embargo en ese momento unas suaves manos se posaron en mis mejillas, haciéndome mirar de nuevo. Sunset me devolvió una llorosa mirada, con una expresión difícil de desentrañar. Por un momento la chica no dijo nada, suspirando y cerrando los ojos, hasta que finalmente murmuró.

-Entonces… ¿nunca quisiste abandonarme?

-¡Por supuesto que no! ¿Cómo iba a hacer eso? Te quiero Sunset… te quiero como nunca he querido a nadie. Aunque tienes razón, debí contarte la verdad… lo hice todo mal. Lo siento, de verdad. Ojalá puedas perdonarme…

Por un momento me quedé callado, esperando una respuesta por su parte. Finalmente la chica me abrazó y me susurró al oído.

-Yo también te quiero. No puedo no quererte, no después de todo lo que hemos pasado juntos. Te perdono.

Frente a eso se lo agradecí una y mil veces, dándonos un intenso beso justo después, prolongándolo todo lo posible y dejándonos llevar por el momento. Al mismo tiempo, un hermoso atardecer comenzaba a recortar los tejados del pueblo de Canterlot.


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-¡¡Pinkie, espera!!

-¡¡Déjame en paz, no me puedo creer que me hayas estado mintiendo durante todo este tiempo!!

-¡¡No, no es nada de eso, espera, por favor, déjame que te explique!!

-¡¡No, vete, no quiero volver a verte!!

Esas palabras concretas llegaron a hacer mucho más daño a Lloyd de lo que en un principio él mismo hubiera pensado que lo harían, apretando el paso para tratar de alcanzarla. Pinkie había intentado perderle de vista por los callejones aledaños, pero él la tuvo a la vista en todo momento. Su pelo, ahora totalmente lacio y liso, era lo que más daño le hacía, dándole más motivos para correr más rápido a cada paso que daba. Pasando al lado de un pequeño patio la chica llegó a tropezar con un ladrillo que sobresalía del suelo, cayéndose de bruces en el suelo.

-¡¡Pinkie!! ¿¡Estás bien?!-inquirió el chico, agachándose junto a ella.

Sin embargo ella le rechazó de un manotazo, haciéndole caer de espaldas al suelo; la chica trató de levantarse, pero entonces se dio cuenta de que se había hecho daño en las rodillas y trató de marcharse arrastrándose por el suelo hasta llegar a una pared cercana y apoyándose en ella, empezando a llorar desconsoladamente. Por su parte Lloyd se reincorporó, pero en ese justo momento Pinkie chilló.

-¿¡Por qué?! ¡¡Después de todo lo que hemos pasado juntos, después de lo bien que conectamos en apenas semanas!! ¡¿Por qué no me lo contaste?! ¡¡Creía que confiabas en mí!! ¡¡Más de tres meses sin verte, creyendo que te habías ido!! ¡¡Sin poder dormir por las noches, llorando por ti!! ¿¡Acaso no he significado nada para ti!?

-¡¡No, Pinkie, tú lo eres todo para mí, y lo sabes!!

-¡¿Entonces por qué no me lo contaste?! ¿¡Por qué, por qué?!

Para entonces Pinkie lloraba desconsoladamente, rompiendo un poco más el corazón del chico, el cual comenzaba a sentirse tremendamente culpable, sabiendo que tenía razón. ¿Por qué? ¿Por qué no se lo contó?

-Porque… porque no quería perderte. Porque no pensé que en realidad merecías saberlo. Porque no confié lo suficientemente en mí mismo como para sincerarme contigo. Lo siento, Pinkie, de verdad… lo siento…

Para entonces Lloyd comenzó a llorar al igual que ella, sin atreverse a mirarla a los ojos. Por su parte la chica le miró con ojos llorosos, haciendo un esfuerzo y acercándose a él. Los dos se abrazaron sin dejar de llorar, comentando la chica de seguido.

-Te quiero Lloydi… lo sabes ¿verdad?

-Pues claro que lo sé… ¿pero de qué sirve quererte si no soy capaz de ser sincero contigo con algo tan importante? Y encima el saber que te he hecho sufrir de esa manera… lo siento… lo siento tanto, de verdad… soy una persona horrible…

-No, no lo eres… eres una persona maravillosa, Lloydi, con tus virtudes y con tus defectos, y te voy a querer igual, sin importar qué. Es verdad que lo pasé mal… pero ahora has vuelto, estás aquí, conmigo, y eso es lo único que me importa.

-¿En serio me vas a perdonar así sin más?

-Pues claro… porque te quiero.

Ante esa contestación el chico tan solo sonrió y masculló.

-Yo también te quiero, Pinkie. Te quiero.

Ninguno de los dos dijo nada más, simplemente se volvieron a besar una vez más, consolidando así su perdón y prolongando el beso todo lo posible, dejando pasar el tiempo. Cerca de allí un aroma a crepes dulces se extendía por el callejón.


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-A ver, espera un momento, a ver si lo he entendido… me estás diciendo que Sg y Lloyd desaparecieron así sin más…

-¡Sí, justo ahí, en cuanto me di la vuelta no estaban!

-¡Pero eso no tiene ni p*to sentido!

-¡Pero es cierto, Astur, de verdad, no te miento, es lo que pasó!

Asturcon estaba teniendo graves problemas para comprender lo que Vigon le estaba explicando. Aparentemente tanto Sg como Lloyd habían desaparecido después de que Vigon les quitara la vista de encima, sin volverlos a ver desde entonces. A efectos prácticos parecía una desaparición estándar, pero con el añadido de que las desapariciones no se daban así sin más. Algo no encajaba en todo eso.

-Astur, creo que deberíamos avisar ya a la policía, no podemos esperar mucho más…

-Estoy de acuerdo contigo, Dennis, esto se nos escapa… ¿estás seguro de lo que viste, Vigon?

-¡Totalmente! ¡En serio, creo que no es tan complicado!-exclamó el chico, con tono molesto.

-A ver, tranquilízate, no te sulfures, no es que no te crea, es solo que… no me encaja nada…

-¡Ya, ni a mí! ¿Y qué quieres que haga? ¡Primero están en coma varios meses, luego se despiertan depresivos por algún motivo y ahora esto! ¡No puedo tomármelo de ninguna otra forma que no sea esta!

Ante eso Astur suspiró, pensando en posibilidades, todas ellas demasiado realistas. Pero era un hecho, Lloyd y Sg no aparecían por ningún lado, sus familias empezaban a desesperarse y ellos también. Por lo que decidió enseguida.

-Hay una comisaría aquí cerca, vamos para allá.

-Por fin, tío, pensaba que no lo dirías nunca-murmuró Dennis.

-Os acompaño, necesitarán de mi testimonio y tal…-añadió Vigon.

Los tres chicos se pusieron en marcha, dejando atrás el lago del parque de la Vaguada, quedándose vacío y solitario. Por un instante el agua se revolvió un poco en forma de remolino y luego no se volvió a mover.

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PD.

Spoiler:
Última edición por Sg91 el 17 Nov 2015, 19:11, editado 1 vez en total

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor] [Feels]

Notapor zelgadis » 23 Oct 2015, 23:10

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Yo cuando he leido las partes de lloyd y SG reconciliandose con Sunset y Pinkie. tio, eres un genio, sigue asi y a ver cuando nos tienes mas material xD
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor] [Feels]

Notapor agustin47 » 24 Oct 2015, 01:12

Ha... VUELTO! Y cargadito de feels de los buenos. Demasiado rápido os han perdonao xD
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


-Sayaka Miki
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor] [Feels]

Notapor LloydZelos » 06 Nov 2015, 01:35

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Larga ha sido la espera, incontables las metafóricas uñas mordidas, inconmesurable el nivel de hype. Pero finalmente está aquí, la secuela de uno de los pocos self insert que merecen la pena y que no está plagado de piltrafillas con poderes de dioses y con harenes de mil putas.

El principio lo veo muy acertado, es perfectamente normal que tengamos una depresión de la hostia tras el final del anterior fic: despertar de una vida maravillosa con todo el mundo diciendo que ha sido un coma, y solo los móviles para demostrar lo contrario. Muchas preguntas, y de momento ninguna respuesta. Y no solo se cuenta, sino que se adereza con constantes referencias a todo lo que nos recuerda a sobre todo nuestras novias, lo cual me ha parecido un puntazo. Eso sí, hay un poco de humor en todo esto gracias al único Vigon y su surrealismo vital; me he partido el culo con su anécdota. Y, justo entonces, portal a lo que a todas luces es el Bosque Everfree y una silueta misteriosa. Claro, más preguntas, ¿por qué no? :roto2:

Mientras tanto, en Canterlot, feels. Pero a paladas. Me han dado muchísima pena Pinkie y Sunset, completamente destrozadas por nuestra ausencia, que ni la policía ha podido resolver. El final del curso y todo el verano sin nosotros :( Especialmente malo lo de la lágrima furtiva. Aparecemos nosotros, dándonos igual el porqué y sabiendo muy bien dónde tenemos que ir. Y reencuentro peligroso para los niveles de feels, con un tortazo del copón (lo de las gafas volando :/ ) y posterior beso apasionado que representa muy bien todo sin necesidad de palabras... y no olvidemos el buen karma :roto2rie: Es entonces cuando se abre la caja de Pandora, al tener que explicar nuestro verdadero origen. Se ve venir lo que va a pasar. Y tener que salir detrás de la rosada y la pelospaña da lugar a unas escenas que...

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Ambas escenas se parecen mucho, por lo que las analizaré en su conjunto. Están dolidas, y con razón pese a lo complicado de la situación: de haber sabido la verdad, podrían haber imaginado que volveríamos como Twilight en su día, en vez de pensar incluso que podríamos estar muertos. El habernos callado ha hecho muchísimo daño, y señalo lo que dice Sunset: deberíamos haber hablado cuando empezaron las relaciones románticas. Pero la falta de confianza en nosotros mismos y ellas, el no querer perder algo tan precioso, hizo esto. Tú te llevas otro guantazo acompañado de reflexiones lógicas por su parte, y Pinkie... Dios mío, lo de estarla persiguiendo viendo que tiene el pelo liso. Esa es, como dices, la parte que con diferencia más me ha dolido, porque como bien se sabe, Pinkie solo está así cuando su ánimo está por los suelos y deprimida profundamente. Pero por si no bastaba con eso, frases como la de que no quiere volver a verme y el manotazo de rechazo tras el tropezón con posterior arrastre a una pared sin poderse levantar, todo esto sin parar de llorar. Que esa es otra, ambas se han tirado incontables noches soltando lágrimas por nuestra culpa, aunque no nos fuésemos voluntariamente (va a haber palabras muy intensas y cargadas de distintas emociones con el responsable de nuestros viajes, lo sé). Por último, estos dos trozos son oro:

-Pues porque… tenía miedo. Miedo de perderte, miedo de que tal vez nos dierais de lado. Sé que tal vez no lo hubierais hecho, pero aun así… Lo siento, Sunset. Lo siento tanto…

Para entonces no pude seguir hablando y me desahogué a gusto, sin atreverme a mirar a mi novia. Sin embargo en ese momento unas suaves manos se posaron en mis mejillas, haciéndome mirar de nuevo. Sunset me devolvió una llorosa mirada, con una expresión difícil de desentrañar. Por un momento la chica no dijo nada, suspirando y cerrando los ojos, hasta que finalmente murmuró.

-Entonces… ¿nunca quisiste abandonarme?

-¡Por supuesto que no! ¿Cómo iba a hacer eso? Te quiero Sunset… te quiero como nunca he querido a nadie. Aunque tienes razón, debí contarte la verdad… lo hice todo mal. Lo siento, de verdad. Ojalá puedas perdonarme…

Por un momento me quedé callado, esperando una respuesta por su parte. Finalmente la chica me abrazó y me susurró al oído.

-Yo también te quiero. No puedo no quererte, no después de todo lo que hemos pasado juntos. Te perdono.

Frente a eso se lo agradecí una y mil veces, dándonos un intenso beso justo después, prolongándolo todo lo posible y dejándonos llevar por el momento. Al mismo tiempo, un hermoso atardecer comenzaba a recortar los tejados del pueblo de Canterlot.


Para entonces Lloyd comenzó a llorar al igual que ella, sin atreverse a mirarla a los ojos. Por su parte la chica le miró con ojos llorosos, haciendo un esfuerzo y acercándose a él. Los dos se abrazaron sin dejar de llorar, comentando la chica de seguido.

-Te quiero Lloydi… lo sabes ¿verdad?

-Pues claro que lo sé… ¿pero de qué sirve quererte si no soy capaz de ser sincero contigo con algo tan importante? Y encima el saber que te he hecho sufrir de esa manera… lo siento… lo siento tanto, de verdad… soy una persona horrible…

-No, no lo eres… eres una persona maravillosa, Lloydi, con tus virtudes y con tus defectos, y te voy a querer igual, sin importar qué. Es verdad que lo pasé mal… pero ahora has vuelto, estás aquí, conmigo, y eso es lo único que me importa.

-¿En serio me vas a perdonar así sin más?

-Pues claro… porque te quiero.

Ante esa contestación el chico tan solo sonrió y masculló.

-Yo también te quiero, Pinkie. Te quiero.

Ninguno de los dos dijo nada más, simplemente se volvieron a besar una vez más, consolidando así su perdón y prolongando el beso todo lo posible, dejando pasar el tiempo. Cerca de allí un aroma a crepes dulces se extendía por el callejón.


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Son preciosas, cada una a su manera. Un momento de perdón agridulce, en el que ambas partes de cada pareja abren su corazón y dicen lo mucho que han sufrido, una de ellas sabiendo que lo podía haber hecho mucho mejor. Al final vence algo muy simple pero lógico: el ansia de reencuentro con el ser amado arrancado a la fuerza, y que lo único que importa al final es el amor que existe en la pareja y que todo ha vuelto a su cauce. Es muy sencillo, pero efectivo como nada. Y encima con figuras retóricas (atardecer y dulces) representando la vuelta a la normalidad. Bravo, j*der.

Breve retorno a Madrid, donde las cosas empiezan a cambiar: el grupo se huele algo raro (me permito subrayar de nuevo que sí que estuvimos en Canterlot, pero ellos dicen que caímos en coma... MI CEREBROOOOOOOOOOOOO), y hay que denunciar nuestra desaparición. Y nadie se fija en el estanque. Aquí pasa algo jodidamente raro.

Vuelve el viaje de amor, comedia, slice of life y enigmas, y me subo gustoso de nuevo a esta embarcación. Ahora solo queda otear el horizonte con catalejo y esperar qué nos deparará el océano de tinta con cada envite. Continúa cuando puedas.
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El Caos es la fuerza que mueve el universo. Es un gran error pensar que puede controlarse o eliminarse.
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Notapor Sg91 » 17 Nov 2015, 19:25

Capítulo 2
Un inglés, un francés y dos españoles


Me despertó un aroma al que no estaba acostumbrado a oler por las mañanas, siendo algo totalmente nuevo y ajeno al mismo tiempo. Dejé escapar un gruñido, al tiempo que me desperezaba en la cama y abría lentamente los ojos, situándome enseguida. Me encontraba en casa de Sunset, ya que el otro día ella misma me invitó a quedarme allí a pasar la noche puesto que en esos momentos no tenía ningún lugar donde parar. Y no era para menos puesto que mi antigua habitación en la residencia había sido vaciada meses atrás, aunque fue Sunset quien había estado guardando mis cosas que allí dejé desde entonces.

Me reincorporé en la cama e hice mano de mi móvil en la mesita que había justo al lado del cabecero, viendo que tenía un par de wasaps, uno de Sunset y otro de Lloyd. Miré el de Sunset primero, el cual tenía una foto de mi persona dormido.

Sunset
Te vi tan adorable que no quise despertarte, además, me quedé con tu cara de dormido ;) Me voy a clase ¿vale? nos vemos luego, cielo

No pude evitar esbozar una zalamera sonrisita y la contesté de seguido.

Sg
Ya te pillaré a ti también, ya… ;)


Luego atendí el mensaje de Lloyd, el cual me había hablado hace escasos minutos, aunque como normalmente silencio el móvil antes de irme a la cama no lo llegué a oír.

Lloyd
Oye, ya estoy despierto, y ahora mismo la casa de Pinkie es como una zona de guerra ¿nos vamos a desayunar por ahí?

Sg
Vaya ¿ya has podido dormir?


Lloyd
Calla, calla, si yo te contara…

Sg
Bueno, en ese caso cuenta mientras desayunamos ¿Sugarcube Corner?


Lloyd
Por mí vale

Sg
Ok, nos vemos allí


Sin mayor dilación me levanté de la cama y comencé a prepararme para salir. La casa de Sunset no pasaba de ser un pequeño apartamento de alquiler de no más de cuarenta metros cuadrados, con una pequeña habitación, un baño con ducha, y un pequeño salón adosado a una pequeña cocina. Lo justo y necesario para una sola persona. En un principio me quise negar puesto que íbamos a estar un poco apretujados, pero a ella no la importó y me acogió igualmente.

Una vez listo cogí las llaves que Sunset me dejó para poder cerrar en caso de que saliera y me encaminé hacia el Sugarcube Corner, el cual no estaba muy lejos de allí. El pueblo de Canterlot seguía exactamente igual desde la última vez que estuve en él, siendo el típico pueblo de extrarradio americano con una serie de servicios básicos y todo el encanto que sólo un típico pueblo de extrarradio podría tener. Y no necesitaba mucho más, todo sea dicho. Al menos no era tan bullicioso como una ciudad, y la vida era mucho más tranquila y relajada, al menos para todo aquel que no fuera al instituto Canterlot. Porque claramente cualquiera que fuera a dicho instituto podría tener cualquier tipo de vida excepto una tranquila y relajada.

Finalmente tras un breve paseo llegué a la cafetería, donde vi a Lloyd sentado en una mesa alejada, siendo uno de los pocos clientes que había a esa hora. La señora Cake me vio y me saludó efusivamente.

-Ah, hola Sg, querido.

-Hola, señora Cake.

-¿Vienes a desayunar tú también?

-Sí, póngame lo usual, por favor.

Después de todo el tiempo trabajando con ellos, ambos conocían muy bien nuestros gustos, por lo que pedirla lo usual entraba dentro de lo que normalmente se consideraría normal en ese tipo de casos. Me senté frente a Lloyd, saludándole de seguido.

-Hey ¿Qué hay, tío?

-Hola…-murmuró el aludido, con voz monótona.

-Huy, huy, menuda carita me traes ¿tan mal ha sido la noche acaso?

-No per se, aunque puede decirse que ha sido… intensa.

-Oh, misterio a primera hora de la mañana, lo compro, lo compro…-murmuré con gesto divertido.

-No pasas la oportunidad ¿eh?-inquirió él, con gesto airado.

-Huy, Lloydi, hay que ver cómo me conoces…

-No si ya, ya… a ver, pues estaba siendo una noche tranquila dentro de lo que cabía, Pinkie me consiguió colar en su casa cuando todos estaban dormidos y para no levantar sospechas dormimos en su habitación...

-Oy, oy, oy, detalles, quiero detalles…-pedí con gesto pícaro.

-¡No es lo que piensas, p*to malpensado de mierda!

-No, oye, yo solo me atengo a los hechos, por eso te pido detalles…

Lloyd me miró con desdén, a lo que yo respondí con una sonrisita mordaz; en ese momento llegó la señora Cake con nuestro desayuno, compuesto principalmente por un café para mí, un buen tazón de cola cao para Lloyd y acompañado de bollería artesanal variada, un par de zumos de naranja, huevos, bacon y pan dulce.

-Te has levantado extrañamente animado tú…

-Sí, debe ser el haber vuelto, los buenos cambios me ponen de buen humor… pero no nos desviemos con nimiedades, estábamos hablando sobre tu noche en la casa de tus suegros…

-No pierdes el tiempo, no… bueno, pues el caso es que estábamos dentro y yo con Pinkie en su habitación, ella ya se había dormido, pero a mí me estaba costando horrores, por lo que decidí ir al baño a refrescarme un poco…


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El pasillo se encontraba en penumbra, la única luz era la de la luz de la luna colándose por las ventanas del salón, y el silencio era sepulcral y envolvente. La puerta de la habitación de Pinkie se abrió lentamente para tratar de no montar mucho ruido y Lloyd se deslizó a través de ella para evitar tener que abrirla por completo, cerrándola tras de sí con todo el cuidado del mundo. Desde donde estaba podía ver la puerta del baño al otro lado del pasillo, a la cual se acercó andando en puntillas. Antes de abrirla comprobó que no había nadie en el pasillo, abriendo la manilla con suavidad y colándose en el interior deslizándose cual serpiente en la oscuridad. Encendió las lamparillas supletorias del espejo para no iluminar tanto y se refrescó un poco el cuello abriendo ligeramente el grifo del lavabo para evitar que el agua hiciera mucho ruido. Una vez que terminó repitió el mismo procedimiento y salió al pasillo.

Por un momento le dio la sensación de que algo había cambiado, pero no alcanzaba a discernir el qué. Miró a ambos lados del pasillo, no vio a nadie. Todas las puertas permanecían cerradas a excepción de la del pasillo. El silencio era casi sepulcral salvo por su entrecortada respiración. La sensación de que algo era distinto seguía allí, pero aparentemente todo seguía igual. Lloyd regresó hasta la puerta de la habitación de Pinkie y alzó la mano para abrirla. Justo entonces pudo notarlo. Un agudo escalofrío le recorrió la espalda y se quedó congelado en el sitio. Una sombra se deslizó tras de él, llegando a notar una presencia a su espalda. Una respiración tranquila y pausada se instaló en su nuca, al tiempo que notaba como alguien hacía fuerza sobre su espalda, echándole sobre la puerta. Girando levemente la cabeza pudo ver la fría e impertérrita expresión de Maud por el rabillo del ojo, notando como una helada sensación comenzaba a extenderse por todo su cuerpo. En un momento dado la chica habló en voz baja, en un susurro casi indistinguible.

-Tú… hiciste daño a mi hermana. La abandonaste y la vilipendiaste, haciéndola llorar todas las noches. Y ahora te atreves a venir aquí, a mi casa.

Para entonces el chico podía notar cómo todo su cuerpo comenzaba a temblar, al tiempo que una indescriptible sensación de vacío se apoderaba de su ser. Maud posó su mano sobre su nuca, agarrándosela con fuerza y hundiendo sus uñas en la piel, haciéndole un poco de daño.

-La hiciste sufrir. Ahora yo te haré sufrir a ti.

Fue entonces cuando Lloyd quiso gritar, pero no salió nada de su boca. Por un momento todo se concretó y pareció dejar de sentir.


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-Hostia p*ta, tío, qué p*to miedo… ¿y cómo es que sigues vivo?-inquirí yo, dándole un sorbo al café.

-Pues mira, en el mejor momento Pinkie abrió la puerta al notar que no estaba en la cama y consiguió evitar que Maud me asesinara justo en medio del pasillo.

-Joder… asumo que amaneciste igual de bien…

-Bueno, bueno, mi suegro casi se lanza a mi cuello en cuanto me vio, Pinkie se tuvo que meter en medio antes de que cometiera una estupidez. Costó un poco convencerle de que no había sido mi intención irme así sin más, y entre Pinkie y Cloudy Quartz consiguieron calmarlo, pero aún no me traga. Me ha dejado quedarme en casa pero con la condición de quedarme en el cuarto de invitados y no acercarme a Pinkie estando él cerca. Me va a costar volver a ganarme su confianza otra vez…

-Bueno, al menos sigues vivo… menuda aventura ¿no?

-Sí, cojonuda mira…

El resto del desayuno pasó entre comentarios mordaces, alguna que otra puya por mi parte, y mucho desdén por parte de Lloyd, el cual en un momento dado comentó.

-Por cierto, acerca de nuestra situación en el instituto ¿qué vamos a hacer?

Yo me quedé momentáneamente pensativo, sopesando posibilidades, hasta que finalmente contesté.

-Bueno, dado que nos hemos sincerado con las chicas, creo que no está de más hacer lo mismo con Luna y Celestia… sobre todo teniendo en cuenta que las debemos una explicación decente.

-Ya, vale, pero te olvidas de algo, se supone que somos otras personas, nos llegaron a ayudar en su día, habrá ciertos registros ¿cómo quieres que nos crean esta vez?

-Pues mira, para ser sincero, no tengo ni idea, pero sinceramente no nos podemos poner a mentir otra vez, las chicas se darían cuenta enseguida, y no sé tú pero yo no quiero volver a decepcionar a Sunset…

-Ya, yo tampoco, no quiero que mi querido suegro vuelva a intentar trincharme como a un pavo. Entonces ¿honestidad nivel Applejack?

-Honestidad nivel Applejack, algo me dice que incluso nos volveremos a ganar su respeto si lo hacemos.

-Bien.

No fue una decisión fácil, pero considerando la situación seguir mintiendo o encubriendo lo que ya era un secreto a voces era absurdo, por lo que al final lo decidimos así.

Tras desayunar pagamos a los Cake y me puse en contacto con Sunset por wasap para pedirla un favor.

Sg
Hola cielo ¿te pillo en buen momento?

Sunset
Técnicamente no, pero esta clase no puede ponerse más emocionante a estas alturas, así que dime


Sg
Hemos estado hablando Lloyd y yo sobre nuestra situación en el insti y creemos que hablar y sincerarnos con Luna y Celestia es lo mejor que podemos hacer. ¿Podrías ponerlas sobre aviso por nosotros? Podemos pasarnos por allí durante el recreo y hablarlo entre medias.

Sunset
Está bien, yo se lo comentaré, de hecho se han estado acordando de vosotros y de vuestras madres durante todo el verano, dejasteis una buena marca en ellas…


Sg
Vaya, eso me anima tanto…

Sunset
:D


Sg
Yo también te quiero, cariño

Antes de ir para allá estuvimos haciendo tiempo para que terminaran las clases de la mañana y llegar durante el recreo. Pocos minutos antes nos pusimos en camino y llegamos justamente cuando la campana sonó por todo el recinto. El simple hecho de volver a oírla me hizo soltar un suspiro nostálgico, algo que Lloyd enseguida notó.

-Huy ¿eso que noto en ti es nostalgia o lo más parecido a ella?

-Pues, extrañamente, sí, la verdad es que sí. Puede que suene un poco raro, pero realmente llegué a disfrutar del tiempo que llegamos a pasar aquí, volviendo a dar clases de instituto, y regresando a los viejos temarios propios de bachillerato. Fue como una segunda vez…

Lloyd se quedó callado por un momento, como si le diera reparo hablar, pero finalmente se pronunció.

-Agh, no me puedo creer que vaya a decir esto, pero… yo también llegué a disfrutarlo de alguna u otra forma, aun a pesar de las circunstancias. Las chicas lo hicieron mucho más ameno, y las navidades fueron las mejores de mi vida, por obvias razones. Ya está ¿contento?

-Muchísimo, aunque me falta grabarlo ¿lo puedes volver a repetir?-inquirí yo, con mi móvil en la mano.

Lloyd me respondió enseñándome el dedo, pero en ese momento una marea de estudiantes apareció de improviso; muchos llegaron a vernos, saludándonos de seguido.

-¡Hombre, mirad quienes están ahí, los desaparecidos!

-¿No os habíais ido a por tabaco? Vuestras mujeres os estarán buscando…

-¡Que no os vean!

Estuvimos hablando con unos cuantos, entre ellos con el Capitán Planeta y los planetarios, Atomic Adam, Scribble Dee y Bright Idea, entre muchos otros. También vimos a Vinyl, la cual iba acompañada de Octavia, además de a Derpy, Bulk Biceps o las CMC.

Aunque en ese momento vimos las altas y raquíticas figuras de Luna y Celestia llegando al otro lado del vestíbulo, viéndonos enseguida y acercándose a nosotros con sendos gestos serios. En cuanto estuvieron a nuestro lado nos saludaron secamente y nos indicaron que entráramos en el despacho de Celestia, tomando asiento enseguida. Celestia se sentó en su sillón, sin quitarnos la vista de encima, al tiempo que Luna se quedaba de pie a la diestra de su hermana, matándonos con la mirada. Por un momento no dijimos nada, a lo que Celestia inquirió.

-¿Y bien?

Por un momento los dos nos miramos brevemente y comenzamos nuestra explicación. Básicamente las explicamos todo lo que llegamos a explicar ayer a las chicas. Cómo nos vimos súbitamente transportados al pueblo, cómo nos las apañamos para camuflarnos y todo lo que llegamos a hacer el año pasado. También añadimos el hecho de que éramos dos estudiantes universitarios plenamente formados o casi formados, en cuanto a mí se refería.

Una vez que terminamos de explicarlo todo nos quedamos callados, esperando una respuesta por su parte. Tanto Luna como Celestia tenían cara de no estar plenamente convencidas, aunque Luna fue la primera en hablar.

-A ver, a ver si lo he entendido bien. Un farmacéutico y un documentalista vinieron aquí de otro mundo paralelo no poni haciéndose pasar por estudiantes de secundaria para no llamar la atención, al tiempo que volvían a cursar la secundaria sin ningún motivo aparente, consiguiendo integrarse plenamente en el instituto y engañándonos a nuestra hermana y a mí en el proceso.

-Eh… pues sí, básicamente sí…-asentí yo, no muy seguro de qué decir.

-Yo no lo podría haber resumido mejor-añadió Lloyd, con voz queda.

Directora y subdirectora nos miraron con gesto lacónico, sin decir nada, al tiempo que nosotros empezábamos a sentirnos terriblemente incómodos. Finalmente, tras unos eternos e interminables segundos, Celestia habló con contundencia.

-Vale, sí ¿saben qué? Después de tener que lidiar con los efectos de una alumna loca de poder, la cual ahora es una de mis mejores alumnas y uno de los cerebros más brillantes que han pasado por aquí, y de estar sumidas en un hechizo el cual nos dejó mentalmente inoperativas en todos y cada uno de los aspectos, la verdad es que ya nada me sorprende, y algo me dice que aún no hemos visto nada.

Para entonces tanto Lloyd como yo nos quedamos con la boca abierta, al tiempo que Luna se apresuraba a decir.

-Lo que mi hermana quiere decir es que después de todo lo que ha pasado, no nos extraña para nada, puesto que ya sospechábamos que algo raro se traían entre manos. Pero lo cierto es que demostraron mucha inteligencia y sangre fría atreviéndose a engañarnos tal que así. Y no sólo eso, sino que durante vuestra estancia aquí demostraron tener mucha capacidad en la gran mayoría de asignaturas de las que os llegasteis a examinar. Lo cierto es que usted, Sg, hizo un examen muy decente de historia y de lengua. Y usted, LloydZelos, obtuvo unas excelentes notas en matemáticas y física y química. Dado que nos han revelado que en realidad son universitarios, eso lo explica todo, y teniendo en cuenta eso, podemos asumir que son muy aplicados en sus campos.

-Pues sí, aunque… ¿a dónde quieren llegar a parar?-inquirí yo, ceñudo.

Esta vez fue Celestia la que tomó la palabra tras recomponerse un poco, tomando el relevo a su hermana.

-Verán, hasta el momento no hemos vuelto a tener una gran presencia dentro del panorama educativo estatal, y tras los acontecimientos del año pasado hemos estado trabajando para sanear las cuentas y reabrir los clubes escolares que fueron cerrados. El caso es que queremos volver a estar a la vanguardia educativa, demostrar que como instituto valemos la pena, y para eso necesitamos ofrecer una buena educación y unos buenos servicios complementarios. Queremos aumentar la nota media este año y para eso necesitamos una mejora profunda en todos los ámbitos del instituto. Vamos a aplicar aún más tanto a los profesores como a los alumnos, y para eso necesitamos una nueva técnica, por así decirlo. Señor LloydZelos, entonces según usted es un farmacéutico ya formado…

-Eh, sí, hace relativamente poco terminé mi tesis, la cual aún está por evaluar…-murmuró el chico, con algo de resquemor.

-Ya veo, asumo entonces que está más que preparado.

-Desde luego.

-Vale. Y usted, Sg91, dijo que estaba a punto de terminar la carrera de documentalista…

-Sí, bueno, el caso es que el “viaje” interrumpe mi última etapa, pero a efectos prácticos me considero del todo preparado.

-Bueno, teniendo en cuenta sus resultados en los exámenes de diciembre puedo fiarme de su palabra. En ese caso voy a plantearles lo que he estado pensando. Voy a ponerles a prueba, quiero que me demuestren todo lo que saben acerca de sus disciplinas dentro de un entorno laboral cualificado como lo es este instituto. Nosotros como centro tenemos una serie de cursos de adaptación enfocados como preparación previa a los estudios superiores, junto con un convenio de colaboración compartido con un instituto hermanado, el instituto Cristal, el cual está en la ciudad y donde mi sobrina Cadance es la decana y lleva todo lo concerniente al plan de estudios allí. Se trata básicamente de que realicen un trabajo de comparación, realizarán una serie de prácticas durante un tiempo determinado aquí en Canterlot y luego continuaran allí en Cristal para realizar lo mismo durante el mismo periodo de tiempo, para finalmente terminar de realizar dicho trabajo comparativo y entregárnoslo. Partiendo de ese trabajo nosotras valoraremos su experiencia para luego decidir si integrarles o no a la plantilla del instituto.

Tras esa explicación hubo un denso silencio en el despacho, sólo roto por nuestras pausadas respiraciones; Lloyd y yo nos miramos por un momento, aún un tanto chocados, siendo el chico el primer en hablar comentando.

-Entonces… ¿nos quieren contratar?

-A efectos básicos, sí, pero antes nos tienen que demostrar que realmente están preparados. Usted Sg puede trabajar perfectamente en la biblioteca para tratar de mejorarla, y usted LloydZelos pude hacer lo mismo en la enfermería ejerciendo de ayudante de Redheart, con algún que otro encargo puntual. Y esa es mi oferta ¿qué me dicen?

Nos volvimos a mirar entre nosotros, todavía sin creernos del todo lo que estaba pasando; mirándolo de forma analítica, la situación nos daba la oportunidad de volver al instituto pero desde un punto de vista totalmente diferente, pudiendo volver a ver a nuestros antiguos compañeros y estar con nuestras amigas y respectivas novias sin necesidad de romper la mecánica del curso. Y no sólo eso sino que a mí me estaban dando la oportunidad de hacer prácticas en la biblioteca, poniendo en práctica todo lo que había aprendido a lo largo de la carrera.

-Lo compro-llegué a comentar en voz alta.

-¿Perdón?-inquirió Celestia, extrañado.

-Quiero decir… sí, por supuesto, por mi parte acepto encantado.

-¡Estupendo! ¿Y qué hay de usted, señor LloydZelos?

Por un momento el aludido no dijo nada, pensándoselo detenidamente con gesto indeciso, a lo que yo le contesté con una contundente expresión grabada en mi cara. Finalmente, y un poco a regañadientes, murmuró.

-Está bien, por qué no…

-¡Excelente! Tramitaremos vuestros expedientes con la mayor celeridad, gracias por decidir ayudarnos, estoy segura que con ustedes y el trabajo de todo el alumnado y el profesorado la nota media del centro aumentará significativamente.

Terminamos de hablar justamente cuando la campana volvió a sonar anunciando el fin del recreo, lo que hizo moverse tanto a Luna como a Celestia puesto que tenían clases que impartir. Por nuestra parte nos quedamos por allí hablando de todo lo que había pasado.

-Vaya, eso ha sido… de lo más conveniente-comentó Lloyd en un momento dado, mientras paseábamos por el vacío patio.

-¿A qué te refieres?-inquirí yo.

-Piénsalo, Celestia hacía mucho hincapié en aumentar la nota media del instituto, seguramente por alguna razón en particular, aunque lo que no entiendo es la cachaza con la que se ha tomado todo…

-Hombre, no es tan raro si lo piensas fríamente, hasta ahora ha pasado de todo en su instituto, y si ya sospechaban de nosotros como bien han dicho en parte es normal que no la sorprenda.

-Ya, vale, pero eso no justifica del todo tamaña pachorra… aquí hay gato encerrado.

-Es posible, pero oye, que voy a hacer las prácticas aquí… ¿te imaginas que las pudiera convalidar? Sería la ostia…-murmuré yo, visiblemente emocionado.
Ante eso Lloyd me miró con desdén, comentando de seguido.

-Que esa es otra, cuando empecé a cursar farmacéutica no tenía en mente acabar trabajando en una enfermería de instituto…

-Bueno, míralo con un reto laboral, quizá eso te motive.

-Agh, como si fuera tan fácil, tú le ves el lado bueno a todo, yo no me conformo sólo con eso…

-Bueno, pero por algo se empieza ¿no crees? Yo siempre tuve en mente trabajar en una biblioteca si te soy sincero.

Como por el momento no teníamos que hacer mucho más salvo esperar a que Luna y Celestia hicieran lo suyo, por nuestra parte nos fuimos de allí y estuvimos pasando el resto del día por el pueblo, mientras nos íbamos montando en nuestra cabeza cómo sería el trabajo a realizar, qué cosas tendríamos que hacer y los conocimientos que requeriríamos usar.

Por mi parte me esperaba hacer mucha tarea bibliográfica, seguramente catalogación, algo de ordenación y clasificación y también algo relacionado con los usuarios. Aunque lo primero y más importante que haría en cuanto comenzara a trabajar en la biblioteca es realizar un análisis de la situación actual de la unidad mediante la aplicación de un plan estratégico para marcar objetivos a corto plazo. Eso sería vital para conocer la biblioteca y comprender y averiguar cuál es su estado actual en esos momentos. Luego ya, partiendo de fuera cual fuera la situación, empezaría a trabajar para potenciar y mejorar aspectos que necesiten trabajo o algún tipo de mejora. Por mi parte lo tenía todo bastante claro, y a juzgar por la cara que le llegué a ver a Lloyd, algo me decía que él también tenía una idea aproximada.


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En cuanto a Lloyd se refería, su mente empezó a cavilar. Le había asegurado a Celestia y Luna que era un profesional competente pero, si bien era cierto que era un licenciado hecho y derecho y siempre le había tirado la ciencia y más concretamente la rama de la salud, el haber terminado la carrera hace varios años y estar enfrascado con la tesis le había oxidado un poco. Afortunadamente, el panorama no era tan desolador como pudiera parecer, ya que entre la propia tutela de Redheart y la documentación sanitaria que seguramente hubiera en la propia enfermería más la que pudiera encontrar en la biblioteca, internet u otras fuentes esperaba que no le costase demasiado ponerse al día. Al fin y al cabo, por un lado una enfermería de instituto no era un hospital, no era un lugar preparado para tratar dolencias serias, sino cosas como mareos, heridas leves, dolores de estómago y otras cosas por el estilo. Por otra parte, solo un médico o una enfermera estaban autorizados legalmente a tratar directamente el cuerpo de alguien más allá de primeros auxilios, por lo que no tenía que preocuparse de andar remendando cortes o poniendo huesos en su sitio, hablando en plata. No, su labor era otra: asistir a Redheart en sus labores según ella le pidiera si necesitaba un ayudante para cosas en las que sí pudiera echar una mano, o dispensar medicinas (existentes o prepararlas él mismo, con diferentes técnicas que debería volver a rememorar y practicar, con lo que hubiera en la enfermería) según los síntomas de quien las necesitase, para asuntos triviales que no requiriesen receta al no estar en un hospital u oficina de farmacia. Por ello se fijó tres objetivos claros para empezar: hablar con Redheart con el objetivo de saber qué dolencias eran las más comunes en el instituto, averiguar qué medicamentos y material tenía la enfermería para saber si podrían necesitar más, y tener a mano bien del centro si había o bien por compra o préstamo un vademécum, el catálogo nacional de sustancias medicinales simples y medicamentos fabricados, además de método de elaboración de algunos remedios elaborables por un farmacéutico a partir de varios de estos remedios, con todas sus aplicaciones. De hecho, sobre esto último, todo recinto en el que se utilizasen fármacos debía tener uno por ley a modo de manual de consulta, así que esperaba no tener problema con eso.

El resto de la tarde pasó entre cavilaciones y comentarios técnicos variados, al tiempo que el sol comenzaba a ponerse lentamente por el este.


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-Entonces ¿al final volvéis a dar clase u os quedáis fuera?

-No, aunque vamos a realizar un trabajo de comparación para demostrar a Luna y Celestia nuestras competencias y habilidades en nuestros respectivos campos, parece ser que quieren contratarnos.

-¿¡En serio?!

-Sí, raro ¿verdad?

-Un poco… aunque eso significa que te veré siempre en la biblioteca ¿no?

-Por supuesto, después de todo no estaremos tan lejos.

-Sí, eso es bueno…

Tras un día de lo más tranquilo y relajado, ahora la noche en casa de Sunset se perfilaba igual de tranquila y relajada. Dado que la otra noche estuvimos un poco apretujados, ya que la cama de por sí era pequeña, la sugerí que mejor yo me iba al sofá, pero ella se negó en redondo, durmiendo de nuevo con ella agarrada a mí para no caerse de la cama.

-¿Segura que estás bien así? Tampoco quiero incomodarte…

-Tonto, no me incomodas, ya te lo he dicho… además ¿te crees que te voy a dejar solo ahora que has vuelto? De eso nada, monada…

-Vaya, vaya, si resulta que te acuerdas y todo…

Ante eso los dos nos reímos tontamente y nos besamos con suavidad, perdiéndonos en el momento y disfrutando del instante. En un momento dado Sunset se despegó de mí y comentó.

-Oye ¿puedo hacerte una pregunta?

-Claro, dispara.

-Cuando nos revelasteis de donde vinisteis nos explicasteis que vuestro mundo es muy similar a este…

-Sí, de hecho a efectos técnicos es idéntico, salvo por el detalle de que es un universo alternativo y paralelo al de uno poni.

-Entonces, teniendo eso en cuenta, asumo que Sg91 no es tu verdadero nombre… ¿no?

Ante ese comentario no pude evitar mostrarme particularmente sorprendido en el buen sentido, aunque pensándolo bien tampoco me esperaba menos de ella.

-No, no lo es, tan solo es el nombre que uso en internet, de hecho es una contracción de mi verdadero nombre que me inventé hace tiempo.

-Entiendo… ¿puedo saber cómo te llamas en realidad?

Miré a Sunset con gesto solemne, al tiempo que ella me devolvía la mirada con un gesto similar; sonreí levemente y contesté de seguido.

-Claro. Me llamo Sergio.

-Sergio… Sergio y Sunset… es un poco raro…

-Ya, lo sé, no es tan bonito como Sunset.

-Si serás bobo…

Los dos nos volvimos a reír como tontos, besándonos de seguido y quedándonos despiertos un rato más, mientras hablábamos. Finalmente el sueño nos venció, apagamos la luz y nos acurrucamos en la cama; Sunset se asió a mí, apoyando su cabeza en mi pecho, y yo la así con el brazo izquierdo por los hombros. Y, en esa pose, y con la suave luz de la luna llena colándose por la ventana, nos quedamos dormidos.


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Por su parte Lloyd pasó el resto de la tarde en casa de Pinkie, tratando de evitar las miradas asesinas que Igneous le lanzaba siempre que podía; Cloudy Quartz por su parte se mostraba más amable con el chico, mientras que Maud le vigilaba constantemente con su cara de póker y Marble y Limestone imitaban a su hermana, con sendos gestos reservados en sus caras.

Quizás fue por eso por lo que agradeció meterse en el cuarto de invitados tras la cena, bufando de seguido y dejando escapar la tensión acumulada.

-Bof, no sé yo si quedarme aquí va a ser lo mejor…-pensó el chico, algo intimidado.

Todas sus cosas que tenía en su antigua habitación de la residencia habían sido guardadas por Pinkie desde entonces, teniéndolas a su disposición ahora, entre ellas algo de ropa, el portátil, todos sus apuntes, sus útiles de aseo y objetos varios que había ido adquiriendo durante su estancia en el pueblo. Se entretuvo un poco leyendo en un sofá cercano hasta que el sueño le venció y se metió en la cama en cuanto todos los demás se durmieron.

-Bueno, igual mañana consigo verlo con un poco más de perspectiva-pensó el chico, mientas preparaba las sabanas.

Aunque, en ese mismo instante, algo se movió a su lado, seguido inmediatamente después por la sorpresiva aparición de cierta rosada que exclamó por lo bajo.

-¡¡Bu!!

-¿¡Pinkie?! ¿¡Qué haces aquí?! ¡¡Como tu padre se entere me guillotina!!

-Oh, no seas tontín, no es tan antiguo… como mucho te crujiría con el pico, pero nada más…

-Ah, vale, menos mal entonces…

-No seas bobo, sólo estaba bromeando…

-Ya, lo sé, es solo que… esta mañana me asustó mucho… y no hablemos ya de tu hermana…

Ante esa tesitura Pinkie se recompuso y adquirió un gesto más serio que llamó la atención del chico.

-Sé que ahora mismo no están muy contentos contigo, pero dales tiempo, seguro que vuelven a cogerte confianza.

-No sé yo…

-Vamos, no es tan malo, intentaré hablar al menos con mi padre…

Lloyd no pudo evitar suspirar, comentando de seguido.

-Lo siento…

-¿Lo sientes? ¿Por qué?

-¿No es obvio? No sólo te hice daño a ti cuando me fui, sino que decepcioné a tu familia… lo comprenderé si tu padre o tu hermana no me perdonan nunca.

Por su parte Pinkie se quedó momentáneamente callada, pensando detenidamente antes de volver a hablar.

-Sé que mi padre es un poco bruto, pero cuando lo conoces es una persona cariñosa y muy agradable. En cuanto a mi hermana, bueno, se expresa a su manera, como yo. Créeme, volverán a confiar en ti, simplemente dales tiempo.

Aun y con todo Lloyd no pudo evitar esbozar un gesto preocupado, a lo que la chica respondió posando sus labios sobre los de él en un beso corto pero intenso.

-¿Eso te ayuda a sentirte mejor?

-Bueno, algo…

Frente a eso Pinkie sonrió pícaramente y le volvió a besar, esta vez con un poco más de fuerza y ganas.

-¿Y ahora?

-Puedo sentir como me invade un agradable sentimiento de alegría, aunque tal vez…

Para entonces la chica se rió por lo bajo, al tiempo que se echaba sobre él en un arrebatador y apasionado beso; Lloyd la asió por la cintura y se tumbó en la cama, al tiempo que Pinkie comenzaba a juguetear con su pelo revolviéndoselo, con algún que otro gesto cariñoso. Mantuvieron ese instante durante unos breves pero intensos minutos, separándose enseguida.

-Será mejor que lo dejemos aquí…-comentó él.

-Oooh, pero yo quería quedarme más rato…

-Es un poco arriesgado, al menos si lo que quieres es tenerme entero…

-O bien puedo quedarme aquí y dormir contigo… anoche también dormirnos juntos.

-Ya, pero anoche era otra historia, y además, casi no lo cuento.

-Jo, quería acurrucarme junto a ti y achucharte un poco… además, tenemos que recuperar el tiempo perdido-añadió ella con una juguetona sonrisa y guiñándole un ojo.

Por un momento Lloyd no pudo evitar que se le subieran los colores, pero antes de que llegara a decir algo más Pinkie le dio un último beso en los labios y se levantó en dirección hacia la puerta.

-Buenas noches, Lloydi…

-Ah, buenas noches…

Sin decir nada más la chica salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí sin hacer ruido. Por su parte Lloyd se quedó en el sitio, mirando a la nada, hasta que finalmente se tumbó en la cama y apagó la luz, quedándose dormido enseguida. Afuera, una luna llena coronaba el pueblo de Canterlot.

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PD.

Spoiler:
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Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor zelgadis » 17 Nov 2015, 21:27

j*der, pedazo capitulo, lo que he podido reirme, pero me quedo especialmente con el momento con las hermanas y el casi asesinato de lloyd en la casa pie xDDD
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor horwaith » 17 Nov 2015, 22:20

Menuda escena la de "Maud", ha estado genial y menuda Trollestia te has marcado al "pedirles" esas "prácticas". Sigue así, que quiero saber que os puede pasar, pero creo que nada bueno xD.
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor LloydZelos » 23 Nov 2015, 18:46

Bueno, pues nada, nuevo capítulo tras la reconciliación, a ver qu-

Me encontraba en casa de Sunset, ya que el otro día ella misma me invitó a quedarme allí a pasar la noche puesto que en esos momentos no tenía ningún lugar donde parar.[...] Me reincorporé en la cama[...] Te vi tan adorable que no quise despertarte[...]


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Vale, correcto que estés ahí, es lo más lógico. Pero ayyyylmao cómo ha cambiao la cosa tras la bronca. Ahora Sunset tiene un osito de peluche :roto2:

El desayuno bien, muerte al café y larga vida al Colacao, y recargado hasta la muerte, como toda americanada. Pero j*der el flashback. j*der.

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Es decir: los familiares de la chica a la que dejé tirada durante meses, provocándole una depresión y llantos continuos, me descubren de repente en su casa y durmiendo en la cama de ella. Como que me hace falta un seguro de vida, oye, y más aún después de la alienesca escena del pasillo. j*der con Maud, sabía que esa advertencia de tiempo atrás iba a tener consecuencias. Te juro que me he acojonado vivo, y la frase de "ahora yo te haré sufrir a ti" es la guinda. Y lo peor es que no tengo otro sitio al que ir, que si no hacía tal que esto:

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Momento de sincerarse con las dos hermanas. Veo normal que nos crean, dado lo que ha ocurrido en el centro últimamente. Pero tengo que decirlo: PEDAZO DE RATAS QUE SON. "Bueno, que vamos a aprovechar que sois universitarios para meteros en un programa de intercambio con Cristal donde podáis elevar nuestra nota media y fama con trampas, y elaborar un informe tras algo que obviamente no trataremos como una operación de infiltración y espionaje. Bueno, y más os vale hacerlo bien si queréis contrato, porque clases obviamente no".

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Dejando eso a un lado, está curioso ver por dónde tirará cada uno en sus nuevas competencias, ya que tenemos carreras muy distintas. Ello nos llevará a distintas vivencias, a diferencia del anterior fic donde nos tocaba lo mismo a los dos. Cambiando de tema, tu escena con Sunset era algo muy necesario y me ha sorprendido, ya que el uso de nuestros nicks en la primera parte creía que era tu forma de "censurar" nuestros nombres de cara a los lectores dado que en un foro es más normal conocer el nombre falso, pero no, realmente nos conocían por LloydZelos y Sg91. Y visto eso, pues era necesario hacérselo saber a ellas. A ver qué haces con mi persona, que Pinkie parece que no lo sabe todavía.

Que hablando de la susodicha y su visita nocturna...

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Yo lo tengo mucho más jodido que tú, dado que tengo que volver a ganarme la confianza de toda la familia y vivo en lo que ahora mismo es Vietnam para mi, con un suegro que trabaja con piedras e instrumentos afilados y una hermana mayor sobreprotectora, como mínimo. Todo muy sano para mis nervios, ahora entiendo en parte cómo se sentía harry Potter viviendo con su mierda de tíos en la alacena bajo la escalera. Al menos tengo a parece que la suegra, y a Pinkie, cuyo apoyo es muy tierno y necesario en estos momentos. Y bueno, esa escena la veo correcta, llevamos mucho tiempo separados y estamos faltos de cariño (aunque que se controle un poco, que tú no tienes problema en estar en plan koala al estar solitos la bipelo y tú pero yo vivo con el hilo de la vida al filo de las tijeras). Pícara, graciosa, de apoyo y humana. Esperemos que todo se acabe normalizando.

Nada más. Esperando al siguiente.
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor Sr_Atomo » 25 Nov 2015, 20:39

Capítulo disfrutado enormemente. Poco más que decir aparte de lo comentado por Lloyd... lo único es que los Cake son unos cracks, son capaces de servir Colacao en un mundo alternativo y además en un país en el que dudo bastante que se encuentre con facilidad.
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Échale un vistazo a mi fanfic "Parallel Stories" y opina.
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor Sg91 » 22 Dic 2015, 01:07

Capítulo 3
A jornada completa e indefinido


El insistente pitido del despertador de Sunset nos despertó a ambos, desperezándonos al mismo tiempo en la cama. Mi chica se dio la vuelta en el proceso e, inmediatamente después, soltó un gritito que me alertó, seguido poco después de un leve golpe. Por mi parte me reincorporé y me acerqué al borde, al tiempo que inquiría.

-¿Estás bien, cielo?

-Sí, sí, sólo me he caído tontamente…-murmuró ella, tumbada en el suelo y envuelta entre las sábanas.

-Ya, ya te veo…

Los dos nos miramos por un momento, yo con un ligero gesto divertido y ella con cara de circunstancia; inmediatamente después los dos nos reímos tontamente y yo la tendí una mano para ayudarla a levantarse. Ella me la cogió, pero tiró con tanta fuerza que yo también acabé rodando, cayendo encima de ella. Para entonces ya nos estábamos riendo aún más tontamente y con muchas ganas, besándonos un poco en el proceso.

-¿Ves? A esto me refería…

-¿Ah, sí? ¿A acabar los dos por los suelos por las mañanas?

-Sí, bueno, pero yo lo decía por ti…

-Bueno, pero si es contigo a mí no me importa…

Estuvimos un rato más tendidos en el suelo, remoloneando y haciéndonos mimos varios, con algún que otro beso furtivo, hasta que finalmente nos levantamos del todo y estuvimos desayunando juntos.

Ese era el primer día para mí, cuando comenzábamos a currar en el instituto, yo en la biblioteca y Lloyd en la enfermería. Y mentiría como un bellaco si dijera que no me encontraba un pelín nervioso. Hasta el momento todo lo que sabía de mi campo era puramente teórico y nunca lo había llevado a la práctica como tal, puesto que aún me faltaba esa experiencia, pero confiaba en que haría un buen trabajo.

Según lo que nos llegó a especificar Celestia estaríamos tres semanas en el instituto Canterlot y, al término de estas, nos trasladaríamos al instituto Cristal durante otras tres semanas, volviendo en cuanto terminásemos y dándonos una semana más para terminar y darle carpetazo al consiguiente informe comparativo entre ambas instituciones.

-Y cuéntame ¿has pensado cómo vas a empezar?-inquirió Sunset en un momento dado mientras desayunábamos.

-Ah, sí, lo primero que necesito saber es cómo está organizada la unidad y conocer cuál es su estado hasta el momento, por lo que haré un proyecto de planificación a corto plazo.

-¿Unidad? ¿A qué te refieres con eso?

-A la biblioteca en sí, en administración y gestión de este tipo de instituciones a estas se las llaman unidades de información y documentación, las cuales engloban tanto a bibliotecas como a archivos, centros de información, de documentación, referencia o análisis, en definitiva, todo centro que se encargue de manejar y ofrecer información y documentación.

-Vaya, has sonado como un profesor…

-Bueno, sí, es que tuve una muy buena profesora que me enseñó mucho…

-Sí, y se nota…

Una vez que terminamos de desayunar nos vestimos y los dos juntos nos dirigimos al instituto, dados de la mano y disfrutando de un agradable paseo en una mañana de lo más despejada y fresca. En un momento dado Sunset me comentó.

-Es genial que hayas vuelto, te he echado tanto de menos…

-Ya, y yo, no había ni un solo momento en el que pensara en ti…

-Aw, me pasaba lo mismo…

Los dos nos sonreímos fugazmente, al tiempo que compartíamos un suave beso en los labios mientras paliábamos el resto de metros andando.

Finalmente llegamos al instituto pocos minutos antes de que sonara la campana, viendo a las demás junto a la estatua, esperándonos; Pinkie y Lloyd estaban también allí, dados de la mano y dándose mimos de cuando en cuando.

-Bueno, bueno, aquí está la parejita de oro…-murmuró Rainbow en cuanto nos vio.

-Te ha faltado el badum tss, Rainbow Dash-comentó Applejack, como quien no quiere la cosa.

-¡Oh, habérmelo dicho antes, tontita! ¡Badum tss!-exclamó Pinkie, tocando una batería invisible.

Ante eso los demás se rieron tontamente, entre ellos Lloyd, el cual se le veía casi tan nervioso como a mí.

-¿Qué, qué tal por la zona de guerra?-le pregunté yo, divertido.

-Bueno, se sobrevive como puede, salvando los obstáculos…-murmuró el chico con resignación.

-Oh, tómatelo con calma, querido, después de todo volvéis a estar entre nosotros…-murmuró Rarity con vehemencia.

En eso llevaba razón, aunque al final tanto ella como las demás también nos acabaron perdonando por haberlas ocultado la verdad. En ese mismo instante oímos la campana sonar con estridencia y entramos todos en el vestíbulo, donde Luna y Celestia nos estaban esperando.

-Ah, aquí están… muy bien chicas, id ya a clase, nosotras tenemos que hablar con estos señores.

Tanto yo como Lloyd nos despedimos de nuestras respectivas novias y nos quedamos solos ante la directora y subdirectora, las cuales nos miraban con una cara de circunstancia tremenda.

-Bueno, pues como ya saben se incorporan hoy a la rutina escolar, por lo que les explicaremos un poco sus horarios y demás. La jornada empieza a las siete en punto de la mañana y termina a las cinco de la tarde, con un par de descansos entre medias, uno para desayunar durante el primer recreo si no lo han hecho y otro para comer a su respectiva hora. Durante sus horas de trabajo deberán permanecer en sus respectivos puestos a no ser que nosotras o cualquier otro profesor a su cargo, como la señorita Cherilee o Redheart respectivamente, les digan otra cosa, ya sea para algún recado o similar. ¿Lo han entendido?

Ambos asentimos a la vez, sin apenas pestañear.

-Muy bien, les introduciremos a sus respectivos puestos. Señor Sg91, sígame por favor. Señor LloydZelos, vaya con mi hermana-indicó Celestia.

A su señal los dos nos separamos, dedicándole un gesto de ánimo a Lloyd antes de seguir a Celestia, a lo que él me respondió rápidamente antes de desaparecer por el otro lado del vestíbulo.

Tanto Celestia como yo subimos las escaleras hasta el primer piso, dirigiéndonos directamente a la biblioteca sin decir nada en ningún momento. Una vez allí nos encontramos con Cherilee junto al mostrador de recepción, la cual se reincorporó al vernos llegar.

-Vale, haré las presentaciones. Señor Sg, le presento a la señorita Cherilee, profesora de primaria y bibliotecaria adjunta. Cherilee la presento al señor Sg91, el becario del que le hablé.

-Encantado-murmuré yo, esbozando una sonrisa.

-Igualmente, por fin un poco de ayuda, empezaba a pensar que necesitaría desdoblarme en dos para poder compaginar ambas cosas, tanto estrés me está matando…

Yo me quedé un tanto chocado ante tan contundente comentario, a lo que Celestia se apresuró a explicar.

-La señorita Cherilee es la bibliotecaria adjunta, pero también da clase a varios cursos de primaria, por lo que su agenda está bastante apretada la mayoría de las veces.

-Entiendo, aunque… ¿no tiene ningún auxiliar que le asista?-quise saber yo, curioso.

-No, todo lo hago yo-anunció ella para mi eterna sorpresa.

-¿Todo? Vaya, eso es bastante encomiable, supongo que será usted toda una profesional cualificada…

Ante eso Cherilee ahogó como pudo una dejada risita, comentando de seguido.

-Sí, me encantaría poder decir eso, pero en realidad no, todo lo que sé ahora lo he ido aprendiendo sobre la marcha, aunque muy a marchas forzadas, eso sí…

Eso me dejó particularmente mudo, mirando por un momento a mi alrededor; me acordaba de la última vez que estuve en la biblioteca, incluso llegué a hacer un par de consultas, pudiendo comprobar por mí mismo que llevaban un buen sistema de ordenación y clasificación de la colección. Pero ahora el saber que todo ello había sido realizado por una sola persona sin ningún tipo de preparación previa me dejó particularmente alucinado.

-Uauh… la felicito entonces, señorita Cherilee…

-Gracias, me gustaría explicarte un poco como lo tengo todo organizado ahora mismo, pero es que tengo clase con los de tercero de primaria y ya llego unos cuántos minutos tarde, así que durante el recreo vendré aquí y le explicaré un poco.

-Está bien, vaya tranquila, yo tomaré nota de todo lo que vea y empezaré a redactar las primeras líneas de un plan estratégico a corto plazo para conocer el estado de la biblioteca, así que no se preocupe, lo tengo todo pensado.

Ese tecnicismo me vino que ni pintado, ya que Cherilee se me quedó mirando como si fuera de oro, comentando de seguido.

-Me viene que ni caído del cielo, señor mío…

Frente a eso me reí levemente, añadiendo justo después.

-No se preocupe, yo me encargo de todo.

-Pues muchas gracias, nos vemos luego.

Cherilee se retiró enseguida y Celestia se dirigió a mí una vez solos.

-Bueno, como le veo bastante inspirado le dejo que se asiente un poco. Por mi parte yo también tengo clase, por lo que me retiro igualmente. Estaré al tanto de sus progresos.

-De acuerdo, gracias directora.

Finalmente Celestia se retiró y me quedé solo en la biblioteca, cayendo un denso silencio sobre esta; por mi parte me acerqué al mostrador y dejé mis cosas en ella, sacando aparte un cuaderno y un bolígrafo para empezar a anotar cosas. En la primera parte del plan estratégico era indispensable observar el estado interno de la biblioteca, prestando especial atención a cómo se encontraban dispuestas las instalaciones, así como sus accesos, la sala de lectura, el acceso de materiales electrónicos y otros servicios más inmediatos como el de préstamo. También era importante tener en cuenta los materiales de oficina en sí como la colección en si también, aunque me guardé las preguntas más técnicas para cuando Cherilee volviera, centrándome en lo que más cerca tenía en ese momento. Afuera el día no había hecho nada más que comenzar.


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Mientras tanto, Lloyd seguía con los nervios ligeramente alterados a Luna por la planta baja. Esa mujer siempre le había puesto muy nervioso, primero por su eternamente adusta expresión, más tarde por su carácter y después por demostrar abiertamente que era alguien que no les tragaba y que desconfiaba de su situación. Lo peor es que tenía razón, habían engañado al instituto y al estado para poder empezar a sobrevivir en aquel lugar. Estaba claro que no tenían otra opción, siendo como eran de otra dimensión y no existiendo legalmente siquiera en esta además de verse arrastrados a ello por otras circunstancias, pero no era algo que hubiesen disfrutado hacer especialmente, más aún existiendo todavía el misterioso anónimo que aparentemente conocía su secreto y les había estado ayudando. Nadie hace algo así gratis, al fin y al cabo, y era algo que aun en sus circunstancias actuales le seguía comiendo la cabeza. Pero por ahora aparcó esos pensamientos a un lado, pues acababan de detenerse frente a una puerta con el rótulo de "Enfermería" en ella.

Tras unos cuantos toques con los nudillos por parte de Luna, una voz femenina exclamó desde el interior.

−Adelante.

Pasaron sin demora, permitiendo observar brevemente la estancia. Tendría el tamaño de dos aulas, estando ampliamente iluminada por varias ventanas, y a cada lado estaban dispuestas dos camas separadas por una cortina. La pared contigua a la entrada estaba ocupada por un gran mueble de madera blanco con cajones y portezuelas en toda la parte inferior, un área de trabajo en medio y vitrinas con frascos de varias formas y tamaños y varias cajas de medicinas y productos sanitarios, cubierto todo por puertas de madera con cristales, en la superior. Finalmente, en la parte frontal había un archivador apoyado en la pared y un perchero con una bata colgando de él, ambos flanqueando una modesta mesa con un ordenador de sobremesa, un bote de bolígrafos y lapiceros y una persona trabajando, enfrascada en el monitor.

−Buenos días, enfermera Redheart. Le traigo el ayudante del que le hablé.

−Buenos días, vicedirectora Luna. Deme un segundo... Ya.

La aludida se levantó, yendo a atender a los visitantes. Se trataba de una mujer de piel gris muy claro, prácticamente blanca, con pelo rosa recogido en un moño y ojos azules. Por su estatura y tono de voz debería andar rondando algo más de la mitad de la treintena, e iba ataviada con bata y cofia blancas, ambas prendas decoradas en el bolsillo del pecho y el frontal respectivamente con una cruz roja rodeada por corazones rosas en sus esquinas.

−Así que es usted LloydZelos, el farmacéutico del que se me informó. Gusto en conocerle-dijo extendiendo una mano con una sonrisa afable.

−Lo mismo digo-contestó al tiempo que correspondía el saludo-. Solo puedo elucubrar cuales van a ser mis competencias aquí, pero lo haré lo mejor que pueda.

− ¿Oh? ¿Podría entonces decirme sus apuestas sobre esas competencias?-le cuestionó ella con una media sonrisa.

Él parpadeó, ligeramente alarmado. No había empezado y ya le estaban poniendo a prueba. Su lado más sensato le decía que eso le pasaba por abrir la boca, y el más paranoico que Luna podía estar detrás moviendo los hilos del sadismo desde bien temprano. Lo peor es que ambas posibilidades le parecían igual de plausibles. Se recompuso lo mejor y más prontamente que pudo, y contestó.

−Bueno, mi formación está enfocada al tratamiento de enfermedades y dolencias mediante la elaboración de fármacos, vía industrial o artesanal. Obviamente no estamos en ninguna fábrica, así que si hago algo así aquí será lo segundo, más aún viendo que he podido observar mientras entraba varios frascos y cajas de medicamentos en ese mueble, por lo que deduzco además que en los armarios de debajo habrá algún tipo de material para mezclarlos y prepararlos. Eso se reforzaría teniendo en cuenta que estamos en una enfermería de instituto, donde imagino que se cubrirán males menores, ya que para cosas más importantes está el hospital, con medios más adecuados... eh, sin ofender, y médicos. Por otra parte, a los farmacéuticos no se nos permite tratar directamente a los pacientes, así que de eso se encargará usted y yo tendré que hacer lo que ya he dicho más aconsejarles y dispensarles alguna medicina sin receta, con el añadido de alguna labor de asistente si así usted lo requiere.

Calló, cogiendo aire por la perorata y los nervios lo más silenciosa y calmadamente que pudo. Siguieron unos segundos que se le hicieron eternos, en los que sintió que la mirada escrutadora de las dos mujeres le pesaba como una losa. Finalmente, Redheart habló.

−Es bueno. Se le nota bien formado, no quiere extralimitarse y tiene capacidad de observación y deducción. Me gusta.

−Señor LloydZelos, he de admitirlo, me ha sorprendido. Fue mi hermana la que más insistió en esta iniciativa y yo no las tenía todas conmigo, pero puede que al final salga algo bueno de esto después de todo. Ahora solo falta que demuestre sus capacidades durante todo su período de prueba, no solo ahora.

El chico suprimió un rezongo con todas sus fuerzas. Por supuesto, obtener un cumplido limpio y sincero de esa mujer hubiera sido mucho pedir. En fin, habría que convencerla a base de hechos.

−Permítame extender un poco más las presentaciones. La enfermera Redheart es una ex alumna nuestra y lleva trabajando en este centro más de una década, habiendo acudido a nosotros en busca de empleo cuando acabó su formación obligatoria y diversos estudios complementarios. Huelga decir que confiamos plenamente en sus capacidades y que siempre le estaremos agradecidos por la labor prestada.

−Oh, vicedirectora Luna, va a hacer que me sonroje-contestó ella, quitándole hierro al asunto.

−Por su parte, el señor LloydZelos aquí presente dice estar plenamente formado en su carrera y ha aportado experiencia tanto en empresa como oficina de farmacia y farmacia hospitalaria, teniendo escrita una tesis doctoral y estando esperando evaluación de ella. ¿Es correcto?

−Sí-dijo él, con algo de resentimiento al oír la última parte de la información.

−Bien, en ese caso, dejaré que se conozcan mejor y se organicen. Tienen varias semanas por delante en una experiencia que espero sea enriquecedora y productiva para todos nosotros, y yo tengo clase en unos minutos. En definitiva, todos estamos ocupados. Si me disculpan...

Se despidió de ambos con un corto gesto, y salió por la puerta cerrándola tras ella, dejando el lugar en un pacífico pero incómodo silencio.

−Y bien, cuénteme... ¿Cuáles son sus expectativas trabajando aquí?-terminó por cuestionarle ella.

−Básicamente ejercer mi oficio y aprender. Si termino quedándome aquí estaré aplicando mis conocimientos en un lugar tranquilo, con gente a la que conozco y permitiéndome ganar un sueldo y mantenerme. En el peor de los casos, al menos esto me servirá como una experiencia de la que sacar buenos recuerdos y cosas aprendidas.

−Eso es bueno.

−Aunque no le voy a mentir, cuando me contaron el horario hace un rato morí un poco por dentro. Nunca fui una persona madrugadora, pero estese segura de que haré lo que pueda para estar al pie del cañón-comentó, intentando caer en gracia pero dándose cuenta a mitad de camino de que sus palabras podrían malinterpretarse.

−Oh, eso es perfectamente normal, créame. Se acabará acostumbrando al horario, por eso no se preocupe. Aunque, eso sí...

La hasta entonces afable mujer frunció levemente el ceño, al tiempo que aplicaba una notable dosis de seriedad en su tono de voz.

−Yo me tomo mi trabajo muy en serio, señor LloydZelos. Desde que estudié aquí supe que quería dedicar mi vida a cuidar y proteger el bienestar del personal que tan buenos recuerdos me ayudó a crear, así como el de los alumnos que vayan pisando el lugar para que se llevasen una experiencia tan buena como la mía. La sanidad es algo muy duro y que no debe ser tomado a broma, aunque supongo que eso usted ya lo sabe, vista su experiencia.

−Sí, desde luego-logró articular él, intimidado.

−Perfecto. Lo que quiero decir es lo siguiente: aquí estamos, aunque sea a corta escala, cuidando la salud y la vida de las personas. Tómese en serio sus funciones y no entorpezca las mías y todo irá bien. No toleraré lo contrario. ¿Está claro?

El chico asintió como pudo, mientras se preguntaba qué le había hecho al universo para que esta clase de cosas le ocurriesen. Justo cuando se creía libre de la tenaza adusta y desconfiada de Luna, esto. No es como si le echase en cara su actitud a Redheart, de hecho la entendía y apoyaba, pero nunca le gustaba la sensación de estar a punto de sudar cemento.

−Bien-respondió ella de repente con los ojos cerrados y una gran sonrisa, disipando de golpe toda la tensión-. Antes de que nos pongamos a trabajar, quisiera darle algo. Acompáñeme.

Ambos marcharon en dirección a la mesa, rodeándola para acabar al lado del perchero. Redheart cogió la bata colgada allí.

−Usted sabe la importancia que tienen los uniformes en el área sanitaria, y su profesión no es la excepción. Dado que además vamos a pasar un tiempo juntos que espero sea positivo, considere esto un regalo de bienvenida por mi parte. Espero que le ayude a sentirse cómodo y no olvidar sus orígenes, aparte de obviamente trabajar como es debido-le dijo con una sonrisa mientras le tendía la prenda.

Él enmudeció, sorprendido por el gesto, y la tomó, probándosela inmediatamente y reconfirmando el dicho de que los uniformes dan confianza y sensación de poder. Le sentaba como un guante, por lo que supuso que Celestia o Luna tendrían que haberle dado unas medidas aproximadas a petición de ella. Era totalmente genérica, careciendo de grabado o símbolo alguno, pero a pesar de todo se quedó nostálgico y conmovido, al ser algo que de alguna manera le conectaba con su mundo y le recordaba que podía ser útil gracias a lo que había aprendido.

−Gracias, enfermera Redheart.

−De nada, y por favor, llámeme Redheart. Ahora procederé a contarle cómo funciona la administración de este lugar y el inventario que tenemos de medicamentos y material, ¿le parece?

El chico asintió, listo para ponerse manos a la obra. Fuera, en los pasillos, la actividad matutina del instituto comenzaba a manifestarse.


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-Vale entonces técnicamente ¿de cuántos ejemplares estamos hablando?

-Empezó siendo algo pequeño, pero a lo largo de todo este tiempo la colección ha ido creciendo exponencialmente, aunque poco a poco, muchos alumnos también han ido ayudando a lo largo de todos estos años, por lo que la labor ha sido de todos realmente. Desde que se constituyó hasta ahora debe andar por los treinta mil ejemplares en total.

-Vaya, no está mal para ser escolar. Aunque teniendo en cuenta que no es número muy elevado, asumo que toda la colección al completo se encontrará aquí, en la sala de lectura…

-Sí, el espacio era lo suficientemente grande por aquel entonces, y antes se veía casi vacío, por lo que sí, hasta ahora no hemos necesitado de un espacio complementario ni nada parecido.

-Vale, aunque por lo que he estado viendo es posible que, en un futuro, sí que se necesite abordar el tema.

-Sí, bueno, aunque por ahora hemos preferido aprovechar lo que tenemos.

-Sí, desde luego, una colección en uso es una colección eficiente, así que en ese sentido no hay problema. He estado echando antes un vistazo a los equipos electrónicos y he visto que tienen un catálogo en línea automatizado, es rudimentario pero eficaz ¿cómo lo consiguieron?

-Ah, sí, el OPAC, hay una historia detrás, sí, la verdad es que fue toda una suerte que pudiéramos contar con uno, básicamente un antiguo alumno nos hizo el favor y nos diseñó un catálogo colectivo en línea automatizado, me estuvo enseñando cómo funcionaba hasta que me hice a él.

-Vale, ya veo, aunque sobre el OPAC… ¿los alumnos saben utilizarlo?

-Sí, desde luego, di varias clases extraescolares para enseñar a utilizarlo y se apuntó bastante gente.

-Vale, bien, eso es muy bueno, unos usuarios que conocen su biblioteca son unos usuarios que hacen un buen uso de ella, bien, bien…

La hora del recreo llegó sin que yo me diera cuenta, y los primeros alumnos entraron en ella, sorprendiéndome en pleno análisis del entorno interno de la biblioteca. Cherilee vino al poco rato y la estuve haciendo una serie de preguntas que hasta ahora me había guardado, respondiendo prácticamente a todas ellas.

-Vale, pues con esto esta parte del plan ya está cubierta, me pondré con el análisis del entorno externo de la biblioteca-anuncié, dándole los últimos retoques a mis apuntes.

-Dado que se nota que eres todo un especialista en la materia no te lo voy a cuestionar, aunque me llama la atención ¿para qué sirve exactamente un plan estratégico en una biblioteca como esta?-inquirió en ese momento Cherilee.

-Me alegra que me haga esa pregunta, y de hecho la voy a explicar por qué lo estoy aplicando. Durante la asignatura de planificación, diseño y evaluación de unidades de información y documentación prácticamente toda ella consistió en la elaboración de un plan estratégico que sirviera para conocer una unidad y saber cómo abordar los posibles problemas que esta tuviera, tomando decisiones que afecten a su organización y gestión a largo plazo. Antes de ponerme a hacer tareas más específicas quiero conocer a la unidad en sí, además de saber cuál es el impacto que hace tanto en sus usuarios como en su colección. Y para ello elaborar un plan estratégico es vital. Siempre lo he considerado un buen punto de partida.

Por un momento Cherilee me miró con cara de circunstancia, comentándome de seguido.

-¿Dónde ha estado usted durante toda mi vida?

Ante eso yo tan solo me reí tontamente, a lo que ella continuó hablando.

-No, la verdad es que siempre me ha venido bien algo de ayuda, y ahora que está usted aquí y se nota que es todo un especialista puedo quedarme un poco más tranquila.

-Descuide, señorita Cherilee, conmigo la biblioteca está en buenas manos.

-Oh, eso no lo dudo…

Una vez que estuvo todo hablado, por mi parte me dirigí al mostrador de recepción para empezar a investigar por mi cuenta a través de internet los factores de la siguiente parte del plan estratégico, factores externos que afecten de forma indirecta a la propia unidad. Para ello se realizaba un análisis PEST en el cual se tomaban en cuenta factores políticos, económicos, sociales y tecnológicos que pudieran afectar a la biblioteca de forma tanto directa como indirecta.
En eso estaba cuando, en ese mismo instante, una voz familiar inquirió.

-Disculpe ¿tienen libros de cerebritos para cerebritos en este lugar de cerebritos?

Con el ceño fruncido alcé la mirada y miré a Rainbow con desdén, la cual me miraba con una sonrisita divertida.

-Muy graciosa, Rainbow Dash…

-¿A que si? Es bueno saber que no he perdido mi toque especial…

-Agh, déjalo ya, Rainbow Dash, a nadie le gusta tu toque especial-la espetó Applejack.

-Bueno, bueno, haya paz…-murmuró Rarity.

-Sí, eso… por cierto ¿y Pinkie?-quise saber al ver que no iba con ellas.

-Ha ido a ver a Lloyd a la enfermería-reveló Fluttershy.

-¿Qué tal todo por aquí, cielo?-inquirió Sunset, sonriéndome.

-Bien, aclimatándome y empezando… ¿y vosotras, qué tal en clase?

-Aburridas…-murmuró Rainbow, con hastío.

-La vice directora Luna nos está metiendo una caña este año con historia que no es ni medio normal, aunque al menos ahora le está dando un enfoque más práctico-explicó Applejack.

-Huy, y eso no es todo, en matemáticas Cranky Doodle también nos está aplicando bastante-añadió Rarity.

-Y encima para este año ya no hay educación física… es un asco-comentó Rainbow.

-Bueno, bueno, seguramente podáis superarlo todo sin problemas… y además recordad que aquí en la biblioteca podréis acceder a la bibliografía complementaria que os indiquen en clase.

-Je, pareces un anuncio…-murmuró Rainbow, divertida.

-Oh pues ahora que lo dices ¿podrías mirar a ver si tenéis un libro que Luna nos ha recomendado?-inquirió en ese momento Rarity.

-Claro, tú me dirás ¿Cómo se llama?

-Historia de EEUU. Enfoque práctico de Hard Story.

Accedí al catálogo en línea como bibliotecario y, usando la búsqueda avanzada, busqué por ambos campos, filtrándome los resultados y recuperando la información rápidamente.

-Sí, aquí está, préstamo en sala, disponible… signatura STO 94(73):(076) vale, veamos…

Me apunté la signatura, levantándome rápidamente, y busqué la sección de historia, encontrándola rápidamente en el primer piso a mano derecha, guiándome principalmente a través de las materias y peinando las estanterías de arriba abajo y de derecha a izquierda, mientras que las demás me seguían de cerca.

-Noventa y cuatro… cuatro… ah, aquí, vale, STO, STO… 076…

Finalmente encontré el libro situado en la estantería más baja, cogiéndolo y comprobando que era él viendo la portada.

-¡Ese es!-asintió Rarity al verlo.

-Vale, vamos a formalizar el préstamo.

Regresamos al mostrador y, una vez allí, cliqué en prestar para aplicar el préstamo; Rarity me pasó su carné de estudiante, pasándolo por el lector, seguido después por el libro en sí. Tras eso el sistema me dio la fecha de entrega, una semana a partir de ese mismo día, y se la anoté en la hoja de seguimiento de préstamo.

-Vale, pues para el miércoles de la semana que viene tienes que devolverlo, aunque si necesitas más tiempo puedes ampliarlo viniendo aquí o haciéndolo por internet, no sé si Cherilee os comentó algo al respecto…

-Por internet no me suena, pero viniendo aquí sí…

-Vale… espera que te lo desactivo.

Antes de entregárselo pasé el lomo del libro por una máquina cercana y se lo entregué; en ese momento Rainbow comentó.

-Siempre he tenido curiosidad ¿por qué pasas el lomo por esa máquina, para qué es?

-Para desactivar el chip de seguridad que tiene pegado y no salte la alarma al salir, es una medida para que no se lleven los libros.

El resto del recreo pasó rápidamente y la campana sonó, por lo que las chicas y los alumnos que se habían pasado por allí se retiraron de vuelta a las clases, mientras que yo me volvía a quedar sólo allí, retomando por mi parte la investigación.

(Continúa en el siguiente mensaje)
Última edición por Sg91 el 22 Dic 2015, 23:55, editado 2 veces en total

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Notapor Sg91 » 22 Dic 2015, 01:23

(Continúa del siguiente mensaje)



−... y con este comando podemos dejar la ficha del paciente en segundo plano mientras visualizamos otras, pero solo puede hacerse con una a la vez.

−Vaya, Redheart, debo decir que este programa informático para gestionar las fichas sanitarias de todo el instituto no está nada mal para pertenecer a una escuela pública.

−No me de las gracias a mi, ya estaba aquí cuando entré a sustituir a mi predecesora. Ignoro quién lo hizo, aunque sí que se que fue programado desde cero basándose en otros programas de gestión de bases de datos de hospitales más complejos, cuando el instituto empezó a informatizarse en serio.

En el rato que llevaban trabajando juntos ese primer día, lo primero que habían hecho era revisar las normas de seguridad e higiene del instituto, además del protocolo de actuación frente a emergencias. Luego habían echado un vistazo general mobiliario de la enfermería: además del que había visto Lloyd al entrar, había un lavabo y un lavaojos en un extremo de la sala, junto al mueble de medicinas e instrumental. Las camas eran de buena calidad, y tanto su ropa como la cortinas se mantenían limpias, dando una necesaria sensación de asepsia y pulcritud. A continuación le habían estado echando un vistazo al inventario de material y medicamentos, administrado en un documento de Excel. Por último, hace un rato que Redheart le estaba enseñando a manejar un programa, el CanterHEALTH, que recogía toda la información sanitaria relevante de cada persona que trabajaba o estudiaba en el centro: nombre, sexo, edad, índice de masa corporal, alergias, historial de intervenciones quirúrgicas...

−Entonces, cada tratamiento de lesión, sin o con administración de medicamento, debe ser registrada en la ficha respectiva-se aseguró Lloyd.

−Exactamente. Esto se hace con varios objetivos en mente. El primero es cuantificar y justificar todo gasto a la administración. En segundo lugar, usted sabe muy bien que los medicamentos tienen unas dosis a la hora de administrarse y unos cruces entre fármacos no deseados, todo ello a respetar en orden de reducir los efectos secundarios y las intoxicaciones, por lo que estos datos son necesarios para el paciente si se trata él mismo, nosotros o un hospital en caso de ingreso, siendo además en este último caso obligatorio por nuestra parte suministrar la ficha actualizada a su médico para que sepa a qué atenerse. Por último, estos datos serán utilizados si se requieren y se consiente, de forma anónima por supuesto, por el estado a la hora de elaborar informes de sanidad pública.

Pasaron un rato más revisando los pormenores del software, con él preguntando cada cosa que se le ocurría que pudiese ser relevante para aprender a usarlo con la mayor eficiencia. Mientras lo hacían, el chico siguió reflexionando sobre su situación actual. Redheart tenía razón: esta era una posición muy importante. Ya no solo por tener que ganarse la confianza de Celestia, Luna y la propia enfermera lo que durase su estancia allí y de quien fuera en Cristal, ni tampoco por tener que atender la salud básica y problemas menores de la misma de todos los que frecuentasen ambos centros. Tenía también en sus manos algo tan íntimo como los datos personales de multitud de personas: qué cosas podían hacerles enfermar gravemente o incluso matarlos, qué actividades tenían desaconsejadas por sus límites físicos o sus tratamientos, números de contacto con familiares o médicos de cabecera... No era algo para tomarse a broma, ni muchísimo menos. Todo poder conlleva cierto grado de responsabilidad, y ahora tenía entre manos un nivel de poder no inmenso, pero tampoco desdeñable en lo absoluto. Era abrumador en cierto modo, pero daría lo mejor de si para estar a la altura.

−Y dígame, Redheart... Ya lo aventuré antes, pero esto por lo general está bastante tranquilo, ¿verdad?

−Por suerte, sí. Lo más habitual son raspones, mareos, dolores de estómago o cabeza, algún esguince o fractura puntuales... Nada del otro mundo, salvo el jaleo del examen médico anual y las campañas de vacunación cuando las hay. Aunque, si he de ser completamente sincera, últimamente este centro sufrió un par de crisis... cómo llamarlas... extrañas, que alteraron mi rutina, obligándome a trabajar más de la cuenta y gestionar datos de bastante gente con sus médicos de clínicas y hospitales.

El chico calló, entendiendo al instante a qué se refería aunque ella no quisiese contarle más, bien por asumir que no le creería o por evitar que saliese en desbandada tomando al centro por una panda de tarados. Sufrir una lobotomización a manos de Sunset y manipulación para incitar la competitividad y la agresión por las sirenas, todo ello por obra de la magia, no era algo que pudiese asumir cualquiera salvo haberlo vivido y poco más, y era bastante lógico que la gente hubiese acudido a la enfermería u otros lugares para comprobar que no le hubiesen quedado secuelas. Quiso imaginar qué excusa rocambolesca pudo haber puesto cada uno fuera del instituto, pero dejó ese pensamiento a un lado: no le apetecía recordar esos días negros cuando estaba bajo el control de las Dazzlings y particularmente de Sonata, ya que tras informársele de lo que había ocurrido en su estado de inconsciencia lo pasó muy mal por lo que había hecho sufrir a sus amigas, sobre todo a Pinkie, y todavía sentía escalofríos al ver un taco. Además, tenía que centrarse en su objetivo actual.

−Bueno, creo que con esto tenemos todos los aspectos del programa cubiertos, aunque siéntase libre de preguntarme cualquier duda al respecto siempre que lo desee. ¿Le parece que revisemos el armario de materiales y medicamentos?

− ¿Eh? Ah, claro, claro-dijo él, saliendo de sus pensamientos.

Acudieron al gran mueble de la estancia, y empezaron revisando la parte de arriba, destinada a medicinas y material de curas, con la ayuda de un pequeño taburete escondido bajo la mesa de Redheart. Las múltiples portezuelas acristaladas protegían tres baldas que iban de lado a lado, estando sus contenidos muy bien organizados: la inferior para los grandes recipientes de vidrio y porcelana, la intermedia para envases que contuviesen ampollas y otros receptáculos medianamente frágiles, y la superior para sobres, píldoras, comprimidos y demás formas farmacéuticas de poco peso y que no se dañasen en caso de caer al suelo, además de vendas, gasas, alcohol y demás instrumental para lesiones que no requiriesen hospitalización. Viendo el surtido de medicamentos que tenían, si bien se confirmaba su supuesto inicial y declaraciones de Redheart de que allí no trataban nada serio, lo cierto es que tenían un poco de todo. Vio productos que conocía, al igual que otros completamente nuevos bien por ser americanos o incluso por pertenecer exclusivamente a ese mundo. Le llamaron especialmente la atención algunos envases de porcelana, bellamente decorados a mano con tinta de colores, representando las plantas de donde se había sacado el principio activo que contenían o su fórmula química, farmacéuticos trabajando elaborando medicinas o simples filigranas, todos ellos detallando siempre el medicamento que guardaban.

−Ah, esos recipientes son especialmente bonitos. Algunos nos fueron cedidos por ex alumnos que ahora trabajan en farmacias y parafarmacias, los tenían en sus casas de hace mucho tiempo e incluso algunos fueron hechos por miembros del club de arte.

−Me traen recuerdos de la carrera, no puedo evitar fijarme en ellos. Además, siempre he tenido debilidad por objetos decorativos antiguos, más aún pertenecientes a una rama como la sanitaria en que todo se ha vuelto frío y distante. Más eficaz, sí, pero... No sé. Feo, si quiere. Déjeme, soy un romántico empedernido.

−No se apure, la verdad es que también me gustan bastante... Y tiene razón, el personal sanitario ya no es tan cercano a los pacientes como antes. Por eso procuro ser una amiga para todos a los que me toca cuidar, casi como una madre. La verdad es que soy de las que creen que profesionalidad y cercanía pueden seguir coexistiendo, así que le comprendo perfectamente.

−Entonces ya somos dos.

Se rieron ligeramente, mientras Lloyd seguía echando un vistazo a todo lo que había y haciendo alguna pregunta ocasional. La campana del recreo sonó a los pocos minutos, y poco después una llamada a la puerta les interrumpió en la tarea.

−Adelante-dijo Redheart, girándose hacia el foco del sonido.

−Ey, qué pasa, gente-anunció una ceñuda Vinyl Scratch, entrando con la mano en un perezoso gesto de saludo.

−¿Vinyl? ¿Qué te ocurre?-dijo Lloyd, sorprendido de verla allí.

−¿Lloyd? ¿Qué haces aquí, tronco?-respondió ella, incrédula.

−Ah, es una larga historia, ya te contaré...

−Ah, vale, como quieras. A ver, a lo que he venido: Redheart, tengo un dolor de cabeza que lo flipas.

−¿Tienes mareos, náuseas?

−No, solo me duele el melón. Demasiado ordenador ayer por la noche y la música demasiado alta, supongo.

−¿Y cómo es que no te has tomado nada en casa? Más importante, no deberías ir permanentemente con los cascos puestos-dijo ella, regañándola preocupada.

−Nah, pensé que se iría solo, pero me está tocando las narices ya demasiado. Controlaré el volumen de estas preciosidades, pero no voy a jubilarlos. Oiga, ¿tiene algo para darme? Quiero volver al recreo cuanto antes.

La enfermera se limitó a mirar a Lloyd con cara de "demuestra lo que has aprendido". Él, agradeciendo que se tratase de algo a priori tan simple, fue al ordenador y buscó su ficha en la base de datos, encontrándola en poco tiempo. Estuvo revisándola unos segundos, tras lo que acudió de nuevo al armario de medicamentos y buscó en la tercera balda hasta encontrar una caja, de la que sacó algo que lanzó a Vinyl, quien lo cogió al vuelo y lo examinó. Se trataba de un sobre alargado con el grosor de un dedo.

−"Aspirina granulado, 600mg, sabor naranja". ¿Qué hago con esto? No es una pasti.

−Métetelo en la boca hasta que no lo notes por haberse disuelto con la saliva, y entonces trágatelo. No necesita agua ni nada, así que puedes seguir con tus cosas mientras.

−Me puede servir, y además no va a saber amargo por lo que pone. ¡Gracias, colega!-dijo ella, empezando a irse.

−De nada, para eso estamos.

−Por cierto...-comentó la chica de pasada, con la mano en el pomo de la puerta-. ¿Lo sabe Pinkie?

−Sí, ¿por qué lo preguntas?

−Hombre, tu novia podría extrañarse de que ya no estés tanto tiempo con ella como antes. Pero bueno, si dices que está al tanto, por mi no hay problema. ¡Chao!

Tras su marcha, Lloyd se giró para encarar a Redheart. Pasaron unos segundos de silencio en que ella parecía mirar dentro de los más recónditos lugares de su ser con la mirada, por lo que terminó por hablar, resignado.

−Mire, sí, es cierto: salgo con una alumna. Pero créame que no hay nada siniestro detrás...

−No me importan los detalles de la vida privada de mis pacientes, salvo que puedan ser de relevancia para alguna dolencia. No tiene que justificarme nada, no se preocupe. Lo único que espero es que su relación no interfiera con su trabajo ni afecte a la imagen de su puesto, y por ende de la enfermería.

−No no, tranquila.

−Bien. Aclarado eso, quería felicitarle por lo que acaba de hacer, y pedirle que me explique cómo ha obrado.

−Bueno, Vinyl es una chica muy dinámica, por decirlo de alguna manera. No soporta estarse quieta ni que nada le detenga, por lo que un dolor de cabeza intenso que lleva molestándola varias horas debe haberla dejado harta. Además, algo me dice que no es muy amiga de las medicinas ni nada que implique protocolos. Teniendo eso en cuenta, recordé que teníamos ese granulado de aspirina y busqué su ficha para ver si tenía algún problema de coagulación de la sangre, ya que eso habría contraindicado darle ácido acetilsalicílico, que es el principio activo de ese fármaco. No es el caso, así que le di ese granulado de buen sabor para asegurarme de que se lo tomase y de que siguiese con sus cosas mientras lo hacía.

−Evaluación rápida de la situación, trato personalizado y cercano al paciente y ahorro de recursos al darle un fármaco efectivo pero barato. Estoy impresionada, señor mío-dijo ella con una sonrisa-. Ahora actualice su ficha y habremos concluido esta incidencia.

El chico hizo lo que se le pedía, introduciendo en la ficha de Vinyl el motivo de su visita y el tratamiento administrado, quedando los cambios guardados junto con la hora. Después de eso continuaron revisando el mueble, pasando ahora a los cajones y armarios de la parte inferior. Abrirlos fue para Lloyd como encontrarse con un tesoro hace tiempo olvidado, ya que allí dentro había todo tipo de material para preparar medicinas sencillas a mano y conservarlas. Matraces, probetas y vasos de precipitados para medir cantidades; espátulas, cucharas y varillas para remover mezclas y manejar polvo y líquidos; un mechero Bunsen con conexión para toma de gas, un mortero blanco de cerámica para combinar ingredientes sólidos y líquidos, una balanza electrónica, papel Tornasol para medir el pH, botellas vacías con corcho...

−Esto parece un museo-dijo él con emoción en su voz-. ¿De dónde lo ha sacado?

−Bueno, en parte gracias al departamento de Química, que nos cedió parte de su material tras tramitar yo una petición a Celestia. El resto lo puse yo de mi bolsillo.

−¿En serio? ¿Por qué llegó a tales extremos?

−La verdad es que es muy poco probable que se lleguen a elaborar fármacos de forma tradicional aquí, ya que suele bastar con lo que tenemos o mandar al paciente a un lugar más cualificado. Sin embargo, tomé esta precaución al poco de llegar aquí por si alguna vez fuese necesario combinar dos o más medicamentos de los que guardamos, y porque quiero que la gente a mi cuidado esté lo mejor y más cercanamente atendida posible. ¿Qué mejor que llegar al punto de prepararles algún fármaco personalizado si lo necesitan? Además, ahora que está usted aquí, podrá hacer esto mejor y más confiadamente que yo.

El chico enmudeció, asombrado. Si hasta entonces Redheart le había parecido alguien competente y entregada a su trabajo, esto ya se salía de la escala. Su profesionalidad, preparación ante posibles eventualidades y sobre todo cariño hacia sus pacientes estaban más allá de toda duda. Además, este pequeño santuario de la sanidad le envolvía a él en un cálido baño de recuerdos y le permitiría hacer algo bueno con sus conocimientos. Pero, para ello, primero tendría que ponerse al día, y tenía una idea de cómo hacerlo.

−Redheart, ¿este centro tiene un vademécum y una farmacopea en la biblioteca?

−Tenemos un ejemplar de cada uno, sí.

−Verá, mi amigo Sg está en estos momentos trabajando en la biblioteca del instituto bajo unas circunstancias similares a las mías. Le pediré que nos preste ambos volúmenes: el primero para consultar qué fármacos tenemos y cuáles podrían venirnos bien conseguir del catálogo nacional para tener a mano, y el segundo para echarle un ojo a recetas de medicinas que podamos preparar aquí, todo ello apoyándonos en el inventario y las dolencias y tratamientos registrados en CanterHEALTH. No llegaremos al nivel de un centro profesional de la salud, pero haremos nuestro trabajo lo mejor posible: como ha dicho, tenemos una gran responsabilidad, y pienso tomarme esta oportunidad en serio.

−Una gran iniciativa que aplaudo y a la que nos dedicaremos en estos primeros días mientras va usted empezando-exclamó, exultante-. Nos vendrá muy bien reforzar nuestros recursos y actualizarnos. Tengo que salir un momento a hacer un recado, consiga esos libros y cuando vuelva nos pondremos a ello.

−Muy bien.

−Oh, y una cosa más... Espere una evaluación positiva de su primer día a Celestia y Luna-comentó con un guiño confidencial mientras marchaba por la puerta.
Lloyd sonrió, satisfecho, y echó mano al móvil. No podía abandonar la enfermería debido a la naturaleza de lo que se guardaba dentro, así que le tocaba a Sg hacer de repartidor.


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La tarde transcurrió un poco más rápido, el plan estratégico iba viento en popa y me estaba dejando algunas cosas aparte para preguntar a la directora cuando tuviera la ocasión; también estaba en contacto de vez en cuando tanto con Cherilee como con Sunset, con la cual hablábamos de cuando en cuando por wasap. Aunque justo en ese momento me llegó uno de Lloyd, el cual comentaba.

Lloyd
Oye, me gustaría pedirte algo ¿podrías mirar a ver si tenéis por ahí un vademécum y una farmacopea? He estado buscando por aquí pero me ha dicho Redheart que se guarda en la biblioteca

Sg
Claro, dame unos minutitos de nada


Busqué en el catálogo a través de la búsqueda simple debido a las pocas referencias que me dio Lloyd, y la búsqueda me sacó un único resultado por cada documento.

-Ah, mira, Vademécum Nacional 54ª edición, préstamo en sala, disponible… vale. Y la farmacopea… ah, aquí, Farmacopea estatal 28ª edición, préstamo en sala, disponible. Genial.

Cogí el móvil y le contesté rápidamente.

Sg
Los tengo localizados, te los llevo ahora


Lloyd
Vale, gracias tío

Consulté su signatura, VAD 615.1(085) para el vademécum y FAR 615.11(0.85), y me dirigí a la sección de medicina, encontrándolo enseguida. Abrí el primero por la portadilla y vi que había una nota escrita a lápiz que decía: ejemplar único de uso exclusivo de la enfermería, entregar si lo requieren, no necesita aplicar el préstamo. Lo mismo pasaba con la farmacopea.

-Vale, pues vamos para allá.

Por si las moscas puse un cartelito de ausente y me dirigí rápidamente para allá, yendo a la planta baja y dirigiéndome todo recto hasta el acceso al patio, estando la enfermería justo al lado. Llamé a la puerta y Lloyd me dio paso, entrando en ella; la enfermería lucía vacía y solitaria exceptuando por la presencia de Lloyd, el cual llevaba puesta una bata blanca que le daba aspecto de enfermero o incluso de médico.

-Aquí están, el vademécum y la farmacopea.

-Vale, genial, me gustaría consultar un par de cosas para ver qué tienen aquí…

-¿Y qué tal todo por aquí, bien?

-Sí, adaptándome, poco a poco, no me quejo.

-Eso es bueno… ¿y Redheart?-quise saber al ver que no estaba allí.

-Ha salido un momento, me ha pedido que esté al mando… aunque lo cierto es que no hay gran cosa que hacer, al menos hoy, está muy tranquilo.

-Ya, en la biblioteca pasa igual, algún que otro profesor llega y mira un par de cosas, pero aparte de eso no hay mucha actividad.

-Sí, bueno, después de todo es un instituto, tampoco podemos pedirle peras al olmo…

-También es verdad… aunque dado que estamos aquí he pensado que podemos aprovechar para organizar actividades y cosas nuevas. La colección de la biblioteca no es muy grande, pero daría para hacer una exposición temática, por ejemplo.

-Hombre, ya que lo sacas he visto por aquí material de enfermería antiguo bastante interesante, y por lo que veo aquí también tienen cosas chulas… no veo por qué no-comentó Lloyd, ojeando el vademécum.

-Bueno, podemos ir mirándolo si eso, aunque por ahora prefiero ir poco a poco. Te voy dejando que no puedo dejar desatendida la biblioteca, cuando termines con los dos devuélvelos-le recordé, mientras me dirigía hacia la salida.

-Sí, descuida-asintió Lloyd, enfrascado en su lectura.

Por mi parte regresé a la biblioteca, sin darme cuenta de que alguien se encontraba escondido al otro lado del pasillo, expectante.


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Por su parte Lloyd se sentó en la mesa de trabajo y siguió ojeando tranquilamente el vademécum, en el cual se catalogaba e inventariaba todos los medicamentos y demás materiales a nivel nacional. Por su parte, la farmacopea es una suerte de recetario para preparar medicamentos a partir de otros. Sin embargo, y de forma súbita, la puerta se abrió de golpe, al tiempo que una voz que le era familiar musitaba.

-¡Oh, qué mal me siento, estoy muy malita, ayúdeme enfermero, por favor!

El chico alzó la mirada y se puso en pie, dejando el libro en la mesa, y acercándose a la visitante.

-¡Pinkie! ¿Qué te pasa, dices que estás mal, qué te duele?

-¡Todo, me duele todo, siento como si me descompusiera, estoy muy mal, muy mal!-exclamó la chica, con cara de pena.

-Pero ¿Qué es? ¿Cuáles son los síntomas?

-Ay, son unos muy raros, muy raros… palpitaciones altas, como si se me desbocara el corazón, mareos, sudores fríos…

-A ver, un momento que te tome la temperatura…

-Pero es que eso no es todo…

-¿Ah, no?

-No… estos síntomas son tan raros que solo me dan cuando le veo a usted, señor enfermero…

Por un momento Lloyd se quedó en el sitio mirándola con cara de pan, al tiempo que la chica seguía mostrando una carita triste y sentida, al tiempo que exclamaba.

-¡Oh, por favor, señor enfermero, sálveme, no deje que esta extraña enfermad se me lleve!

Por un momento el chico se quedó callado, pensando concienzudamente en la situación, evaluando los pros y los contras, teniendo en cuenta la situación actual, el lugar y el momento en sí, y decidiendo rápidamente sobre la marcha.

-Esto… a ver, a ver, con calma, señorita, no se le vayan a agravar los síntomas…

-¡Pero es que es eso, señor enfermero! ¡Está usted aquí y siento como si me estallara el corazón! ¿Qué es lo que me pasa?

-Bueno, por lo que yo sé, y teniendo en cuenta los síntomas, no es nada grave…

-¡Oh, menos mal! ¡Por favor, señor enfermero, cúreme, se lo ruego, sálveme de este horrible dolor!-exclamó Pinkie, echándose sobre él.

-Por supuesto, después de todo es mi trabajo… dígame ¿dónde la duele exactamente?

-Ay, pues un poquito aquí, por el cuello, como si lo tuviera agarrotado…

-Quizás un leve pinzamiento…

-Y también aquí, en las mejillas, siento como si me escocieran…

-¿Algo relacionado con la piel tal vez?

-Y luego tengo aquí algo, en los labios, que no sé qué es…-susurró la chica, acercándose a él.

-Bueno, es todo verlo…

Para entonces los dos ya habían acortado las distancias, recreándose en un suave y comedido beso, al tiempo que ella se agarraba al chico por el cuello y él la sostenía por la cintura.

Sin embargo la cosa no quedó ahí, puesto que fue a más; el beso se fue pronunciando, volviéndose cada vez más fuerte y apasionado, al tiempo que los dos se recreaban en ese momento. Los minutos se volvieron horas y las horas días, como si el tiempo se hubiera reconfigurado. Sin dejar de besarse en ningún instante los dos se acercaron hasta la cama más cercana a trompicones, dejándose caer sobre ella y continuando con su batalla, sin cejar en ningún solo instante y dispuestos a todo con tal de ganar.

Aunque, en ese mismo momento, oyeron un fuerte carraspeo y los dos se reincorporaron de golpe, viendo que Redheart había vuelto y les estaba mirando con gesto ceñudo y mirada inquisitiva.

-Ah, esto, ehm… no es lo que…-masculló el chico, con los labios rojos y sin poder evitar enrojecer al máximo.

-¡Oh, muchas gracias, enfermero, ya me siento mucho mejor!-exclamó Pinkie, poniéndose en pie como si no hubiera pasado nada.

La chica se despidió de los dos alegremente y se fue por la puerta, desapareciendo tras ella. Una vez solos Lloyd y Redheart se miraron fijamente, ella con una seria expresión en su rostro y el chico aún rojo, mirando al suelo avergonzado. En un momento dado Redheart habló.

-Bueno, por esta vez haré la vista gorda, pero que no se vuelva a repetir.

-Descuide, señora, no volverá a suceder-aseguró Lloyd con todo el profesionalismo posible en un momento como ese.

-Muy bien… ¿ya ha consultado el vademécum, hay algo que me quiera sugerir?

-Ah, sí, sobre eso, tengo un par de preguntas…


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Una vez que regresé a la biblioteca vi que algunos alumnos habían dejado un par de libros en el carrito de devoluciones y aproveché para devolverlos a su estante correspondiente guiándome por la signatura y su ordenación. Un problema bastante común en la mayor parte de bibliotecas, tanto públicas como escolares, era el desconocimiento de la ordenación de la colección por parte de los usuarios, lo que normalmente provocaba extravíos de ejemplares ya que habitualmente los suelen colocar en el último estante donde los cogieron. Para evitar extravíos para ello se utilizaban carros de devoluciones, donde los usuarios podían depositar los libros ya usados para que luego el bibliotecario o auxiliar correspondiente fuera el que los devolviera a sus estantes correspondientes.

Localicé el sitio concreto de cada uno y los devolví a sus correspondientes estantes. Aunque, en ese justo momento, alguien me picó en la cintura al tiempo que exclamaba.

-¡Bu!

No pude evitar pegar un bote y soltar un alarido, dándome la vuelta y viendo a Sunset riéndose.

-¡Agh, Sunset, j*der, que p*to susto me has dado!

-Je, je, lo siento, pero es que no he podido evitarlo…

-No, si ya, ya… te quiero mucho, cielo, pero sustos así no molan…

-Perdona, no era mi intención, tan solo quería darte una sorpresa…

-Sí, ya te veo… ¿Qué haces aquí, no tienes clase?-quise saber yo.

-Sí, de hecho vengo de clase porque me han pedido que traiga un libro en concreto…

-Ah, bien ¿de cuál se trata?

Volvimos un momento a la mesa de recepción, lo busqué y lo localicé rápidamente, yendo a por él acompañado de Sunset.

-Y… aquí está. Todo suyo, señorita…

-Oh, muchas gracias, señor bibliotecario, es usted todo un caballero…

-Tan solo hago mi trabajo, señorita…

Por un momento nos miramos sin decir nada, ella con una sonrisita divertida dibujada en su cara y yo con gesto profesional, pero gracioso al mismo tiempo. Sin cruzar palabra ella se acercó a mí y yo la imité, encontrándonos en un suave beso que alargamos todo lo posible. Ella se asió a mí del cuello, sin soltar el libro, al tiempo que yo la sostenía de la cintura, apoyándome en la estantería. Por un momento no hubo nada y tan solo estuvimos los dos solos, envueltos en un sepulcral silencio sólo roto por nuestros besos, cada vez más y más apasionados, rodeados por literatura y conocimiento. Sin separarnos en ningún momento pronunciamos un poco más en el quid de la cuestión, sin dejar ningún cabo suelto sin atar.

Sin embargo, en ese justo momento oímos un fuerte carraspeo y nos separamos de golpe, viendo entonces a Celestia mirándonos con el ceño fruncido y gesto molesto al otro lado del pasillo que conformaba las dos hileras de estanterías. Por mi parte pude notar cómo mis mejillas se encendían, al tiempo que Sunset cogía el libro y me decía.

-Gracias por su ayuda, señor bibliotecario.

Y, tras eso, mi chica se retiró visiblemente azorada, llevándose el libro consigo. Celestia apenas la prestó atención, fijando su desaprobadora mirada en mí, al tiempo que yo bajaba la cabeza, avergonzado.

-Si mal no recuerdo, señor Sg, quedamos en que evaluaríamos su capacidad y profesionalismo, aunque el hecho de estar arrejuntándose con una alumna en vez de atender su puesto no es precisamente lo que yo llamaría profesional…

-Lo… lo siento mucho, directora, no volverá a ocurrir, se lo garantizo…-murmuré por mi parte, aún rojo.

-Eso espero. Pasaba por aquí para hacerle una visita y por si necesitaba preguntarme algo…

-Ah, sí, de hecho me había guardado algunos detalles, a ver si usted me los puede aclarar…


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-Espero que no te haya echado mucho la bronca Celestia, tampoco era mi intención avergonzarte o algo parecido…

-No, a ver, me echó la bronca, pero no fue nada muy serio, de hecho lo dejó pasar al poco rato. Aunque eso sí, procura no volver a hacerlo ¿vale?

-Vale, perdona, es que después de tanto tiempo sin verte y ahora que volvemos a estar juntos siento que quiero aprovechar el tiempo al máximo… y recuperar el perdido también-añadió ella, con gesto pícaro.

-Huy, pues ya sabes, aquí me tienes…

Ante eso los dos nos reímos tontamente, besándonos inmediatamente después durante unos buenos e interesantes minutos. En un momento dado Sunset se separó e inquirió.

-Y cuéntame ¿Qué tal el primer día?

-Bien, ya me he hecho una idea del tamaño y los recursos de la biblioteca y ahora estoy preparando la segunda parte del plan, centrada más en la evaluación de la misma pero desde un punto de vista interno. Ya he hecho un análisis PEST, que reporta qué factores externos inciden e influyen más sobre la unidad, y ahora haré un análisis DAFO, con el que evaluaré las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de la unidad teniendo en cuenta todo lo que tengo hasta el momento.

-Vaya, qué profesional suenas, me gusta, me gusta…

-Bueno, es lo suyo, después de todo me enseñaron bien…

-Sí, y se nota…

-¿Y tú? ¿Qué tal en clase?

-Bueno, no está mal, aunque echo en falta tu presencia…

Como primer día lo cierto es que no había ido ni tan mal, aun a pesar del súbito paréntesis, por así decirlo. La biblioteca del instituto estaba muy bien organizada, sobre todo teniendo en cuenta que había sido trabajo de una sola persona durante todos esos años, estando ahora Cherilee en mi escala de respeto por las ganas y el valor que le había echado durante todo ese tiempo.

Y ahora, después de una tarde tranquila tomando algo en el Sugarcube Corner y dando unos cuantos repasos al plan estratégico, Sunset y yo nos relajábamos un poco en el sofá viendo la tele antes de irnos a dormir.

-No está mal el piso, para una sola persona es ideal…-comentó yo en un momento dado.

-Sí, la verdad es que tuve suerte con él, aun a pesar del espacio…

-Que esa es otra ¿seguro que no quieres que me quede en el sofá esta noche? Lo digo por evitar más caídas…

-Ah, no seas tonto, ya te he dicho que no…

Por un momento quise replicar, pero en ese momento llamaron a la puerta y Sunset se alertó de golpe, poniéndose de pie.

-Espera, quédate aquí, ya voy yo-me indicó.

Quise ofrecerme, pero ella se negó y fue a contestar a la puerta, tardando unos pocos minutos; finalmente oí a la puerta cerrándose y Sunset regresó con un gesto contrariado dibujado en su cara.

-¿Qué pasa?

-Mi casero, que ya se ha enterado de que estás tú también aquí y quiere que pagues tu parte del alquiler a no ser que, según él, te apetezca pasar la noche en la calle.

-Oh, vaya, entiendo… aunque no veo por qué no, después de todo conservo algo de las pagas en el Sugarcube Corner, podemos ir a mitad y mitad-sugerí yo.

-¿Seguro? El alquiler no es muy caro, aunque tampoco quiero echarte así sin más…

-Para nada, es lo mínimo que puedo hacer, después de todo estoy aquí de gorra y tampoco quiero estorbarte…

-¡Tonto, ya te he dicho que no eres ningún estorbo!

-Vale, entonces déjame ayudarte con el alquiler.

Al principio costó un poco, pero finalmente conseguí convencerla para ir a medias con el alquiler.

-Bueno, está bien, después de todo no quiero que te vayas ahora que estás aquí…

-Igualmente no me hubiera ido a ninguna parte, y menos aun estando tú aquí.

Frente a eso Sunset tan solo sonrió ampliamente y yo la respondí con otro beso, recreándonos en él y dejando pasar el tiempo. Afuera, el pueblo de Canterlot brillaba en la noche.


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-Gracias por su tratamiento de esta tarde, señor enfermero, me hizo sentir mucho mejor…

-Sí, bueno, aunque procura no volver a hacerlo ¿vale? Redheart me lo ha dejado pasar, pero algo me dice que no será tan condescendiente la próxima vez…

-Jo, y yo que quería hacerte visitas de cuando en cuando…

-Es arriesgado… aunque ya sabes que yo remiendos no hago como tal, solo soy farmacéutico.

-Bueno, pero aun así el título te queda bien. Enfermero LloydZelos acuda a recepción, por favor…-murmuró Pinkie con voz de recepcionista.

-Hombre, no te voy a negar que suena bien…

-Ji, ji… enfermero LloydZelos tiene una paciente que requiere de una intervención…-murmuró Pinkie, acercándose a él con gesto pícaro.

-Huy ¿de qué se trata?

-De una subida de azúcar, por ser tan dulce…

Los dos se rieron tontamente y Pinkie se echó sobre él, aprisionándolo sobre la cama sin posibilidad de escapar y luchando con él por la supremacía. Tras unos minutos que parecían no acabar para ninguno de los dos, Pinkie se separó y comentó de seguido.

-Por cierto, he estado pensando en algo…

-¿En qué?-inquirió saber el chico, recolocándose las gafas.

-Dado que según tú vienes de un mundo distinto pero muy similar al mío, exceptuando el detalle del paralelismo con ponis de colores de nombres literales asumo entonces que LloydZelos no es tu nombre real ¿no?

El chico se quedó un tanto sorprendido por la rápida deducción de la chica, aunque sin embargo no se molestó en ocultarlo ni nada parecido, por lo que comentó.

-Pues sí, asumes bien, LloydZelos tan solo es el sobrenombre que uso en internet…

-Ah, lo que suponía ¿y cuál es tu nombre real? Si no te importa decírmelo, claro…

-No, para nada. En realidad me llamo Carlos-anunció él, con gesto solemne.

Pinkie se quedó callada, pensando en el nombre y repitiéndolo varias veces por lo bajo.

-Carlos… Carlos, Carlos… bueno, no está mal, es distinto, me gusta, Carlos… Carlos y Pinkie…

-Suena raro, lo sé, pasar de Lloyd a Carlos es un poco extremo…

-Bueno, pero a mí me gusta…

-Puedes llamarme como quieras, me da igual.

-En ese caso te seguiré llamando Lloydi.

-Lo que más te guste.

Los dos siguieron hablando un rato más, sin hacer mucho ruido, hasta que finalmente la chica decidió retirarse a la cama.

-Bueno, pues me voy ya a dormir… buenas noches, Lloydi…

-Buenas noches, Pinkie.

La chica le dio un último beso en los labios y salió de la habitación sin hacer ruido. Por su parte Lloyd se tumbó en la cama, envolviéndose entre las sabanas y durmiéndose rápidamente. La noche se echaba sobre el pueblo de Canterlot, sumiéndole en un denso silencio.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor zelgadis » 23 Dic 2015, 09:56

Bonito capitulo de transición donde se ven a lloyd y a SG empezando sus nuevas rutinas ( pobre lloyd, tener que madrugar lo va a matar xDDD) Eso si, bonita pillada a los dos, eso no se hace, sobretodo por la rosada. a ver que nos haces para el proximo
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor LloydZelos » 08 Sep 2016, 23:49

El buen retraso al comentaaaaaaaaaar :cherilee: :( En fin, cosas de mi últimamente ajetreada vida y un olvido del horror.

Este episodio sirve para empezar con nuestra nueva rutina como currelas en el instituto, y está bastante bien. Tu mecánica en la biblioteca y la charla con Cheerilee dejan ver cómo es la vida ordenando, clasificando y prestando libros, me esperaba que fuese más simple pero parece que tiene su miga (no voy a mentir, hay cosas que no he entendido :roto2: ). Mi parte con Redheart ha quedado bastante bien (guiño guiño), indagando en los contenidos que puede tener una enfermería y con presencia de material clásico que no puedo evitar que me recuerden un poco a "Farmacia de Guardia". Además, ambas cosas han estado complementadas por buenos ejemplos para que se vea cómo ejercemos. Poco a poco nos iremos integrando. Con PROFESIONALIDAD.

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Me dedico esto por cierto momento.


j*der las pilladas. Pinkieeeeee, que me la líaaaaaas. Un momento, que eso es cosa de dos. Vale, no he dicho nada :ajlier: Son momentos comprensibles y bien hechos, chapó, que en otros fics ya sabes cómo habría terminado la cosa y grotescamente :ajwhine: Y bonita escena con la revelación de mi nombre, sabía que iba a tocar una así tras la tuya en el anterior. Ahora a esperar el siguiente, a ver si está pronto :cherilee:
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor Sg91 » 09 Sep 2016, 00:10

Capítulo 4
Es una juventud sana, dinámica


-Como pueden observar en el cuadrante de resultados del análisis DAFO, esta biblioteca en concreto posee una serie de fortalezas que la hacen particularmente fuerte dentro de lo que es el entorno escolar, así como unas oportunidades favorables, ya que siempre hay margen de mejora en todos los casos. Por suerte no existen muchas debilidades, si eso un posible problema de espacio a largo plazo que se podría subsanar fácilmente con una preparación y planificación previa, y en cuanto a amenazas se refiere, los sempiternos problemas económicos siempre van a ser una constante, sobre todo ahora que estamos en un tiempo de recortes presupuestarios en todos los ámbitos económicos posibles. Aun y con todo, y teniendo en cuenta los resultados, considero que la estrategia a seguir en el caso de esta biblioteca es una ofensiva, ofrecer más y mejores servicios a los alumnos, aprovechando nuestra colección y usándola de manera distinta, acercándola aún más a los usuarios y los entornos más próximos.

Exponer ante el público siempre había sido algo que me intimidaba de cierta forma, ya que nunca me había terminado de acostumbrar a que un gran grupo de personas me estuviera mirando y atendiendo a lo que decía. Sin embargo en este caso el público se reducía básicamente a la directora Celestia, la subdirectora Luna y Cheerilee, cosa que me ayudó bastante a la hora de exponer los resultados de mi plan estratégico, el cual ya estaba finalizado.

Una vez que terminé Cheerilee me aplaudió con entusiasmo, al tiempo que Celestia y Luna me analizaban con mirada escrutadora. En un momento dado Celestia habló.

-Ya veo, por eso estaba tan interesado en realizar este plan… he de decir que ha sido de lo más visual y esquemático.

-Muchas gracias, directora…

-Sin embargo hay algo que no me queda del todo claro, más de una vez a lo largo del plan insiste en que la biblioteca debe abrirse a otros entornos, pero ¿qué puede hacer en ese sentido una biblioteca escolar? Como usted bien dice al principio los principales usuarios son los alumnos y el personal facultativo, después de todo ese es su entorno, no veo cómo podría integrarse en otro ajeno al principal…

-Verá, directora, a lo largo de toda mi carrera me han llegado a enseñar que la biblioteca no es un espacio inmóvil, sino abierto y dinámico, y hasta la más pequeña institución puede hacer muchas cosas si se lo propone. Cierto es que a primera vista no parece haber muchas alternativas, pero lo importante en este tipo de casos es tener iniciativa y ganas de cambiar las cosas. Desde mi punto de vista veo muchas posibilidades, sobre todo en cuanto a la colección se refiere, con la cual ya tengo varios planes en mente.

-¿De veras? ¿Y en qué ha pensado?-inquirió Celestia, interesada.

-En realizar una pequeña exposición, he visto que hay una amplia gama de ejemplares que hablan acerca de medicina, e incluso hay varios tomos de medicina aplicada. El objetivo con una actividad así es acercar un poco más la colección a los usuarios y darla a conocer enseñándola directamente. Lloyd me ha llegado a comentar que en la enfermería hay una serie de materiales antiguos, también se podrían usar para complementar la exposición y, de igual forma, usar también la colección para explicar y mostrar dichos materiales. Tan solo sería necesario realizar una selección previa, tampoco hace falta que saquemos todo lo que tenemos de medicina.

Por un momento se hizo el silencio, al tiempo que Celestia y Luna se miraban entre sí con un gesto que se me hizo difícil de discernir. Por otro lado a Cheerilee se la veía especialmente entusiasmada, mirándome como si fuera de oro.

-Señor Sg, nos gusta su iniciativa y apreciamos sus ganas de hacer cosas, eso era justamente lo que buscábamos de ustedes. Me alegra ver que se aplica en su labor-me alabó Luna, para mi sorpresa.

-Muchas gracias por sus palabras, subdirectora Luna…-murmuré por mi parte.

-Teniendo en cuenta que la estrategia a seguir elegida es una ofensiva, la exposición es un buen punto de partida. Tiene nuestro apoyo para su realización-añadió Celestia.

-Estupendo, me alegra oír eso, me pondré a realizar la selección en breve.

Una vez que esa pequeña reunión informativa llegó a su fin, por mi parte salí del despacho de Celestia, viendo a las demás esperándome en el vestíbulo; Sunset fue la primera en acercarse a mí, preguntando de seguido.

-¿Cómo ha ido?

-Pues muy bien, a la directora le ha parecido bien la idea y se va a hacer, así que mejor que mejor.

-¡Genial!

-Sí, aunque ahora voy a tener que hacer una selección y voy a necesitar un poco de la guía de Lloyd, vamos a verle.

Los días posteriores a nuestra incorporación como becarios en el instituto pasaron más rápidamente de lo que en un principio llegué a pensar; aunque de cierta forma me esperaba que tardaríamos un poco en hacernos al ritmo escolar, para mi sorpresa me encontré con que en poco menos de una semana ya nos habíamos acostumbrado a él sin ningún problema, haciendo nuestra estancia y trabajo allí mucho más ameno y entretenido.

Por mi parte ya me conocía bien la biblioteca y cómo estaba dispuesta su colección en cuanto a términos de lugar y ordenación se refería; las obras de referencia como diccionarios, enciclopedias y guías se encontraban a mano izquierda nada más entrar por la puerta, la bibliografía básica de las asignaturas más demandadas como lengua, matemáticas, física o química se encontraban a mano derecha, justo al lado del mostrador, y ocupaba tres cuartas partes de las estanterías. Al fondo del todo se podía encontrar la bibliografía complementaria, con algunos ejemplares en lenguas extranjeras, entre ellas el español, alemán o francés.

En el piso superior se encontraba el resto de la colección ordenada temáticamente y dividida en dos: literatura científica y literatura por géneros. La sección de literatura por géneros era mucho más pequeña comparada con la científica, y una cuarta parte de su colección la integraba unos pocos discos de audio y películas didácticas. En cuanto a material audiovisual se refería el fondo era bastante escaso, teniendo intención de ampliarlo a largo plazo.

Llegamos a la enfermería enseguida, donde Lloyd se encontraba tras la mesa, consultando algo en el ordenador; nada más entrar Pinkie se abalanzó sobre el interfecto, rodeándole con sus brazos y dándole un fuerte abrazo.

-¡¡Lloydi!!-exclamó ella, toda feliz.

-Déjale respirar, Pinkie…-murmuró Applejack.

-Oh, déjales estar, querida, después de todo ya sabes que no los despegas ni con espátula.

-También es verdad…

-Sí, sois tan dulces que empalagáis…-apoyó Rainbow, rodando los ojos.

-¿Celosa, Rainbow?-inquirió la rosada, sacándola la lengua con gesto juguetón.

-¿Qué dices? ¿Celosa yo? ¿Y eso por qué?

-Ah, no sé, quizás porque yo tengo a alguien a quien achuchar y tú no…

Por un momento la chica de pelo multicolor no dijo nada, a lo que Lloyd respondió sacando unas gafas de sol y poniéndoselas; ante eso todos soltamos una sonora carcajada que resonó por toda la enfermería.

-¡Sí señor, Lloyd, como un jefe!-exclamó Applejack.

-Lidia con ello-añadí yo.

Ante eso el aludido tan solo asintió lentamente, al tiempo que Pinkie le abrazaba por la espalda muerta de risa. Rainbow no dijo nada, prácticamente derrotada, aunque justo después murmuró.

-Algún día, Lloyd… algún día.

Antes de que pudiera decir nada más yo me adelanté.

-Pero bueno, thug life aparte, ya he hablado con Celestia y Luna acerca de eso.

-Ah sí ¿Qué tal te ha ido?-quiso saber él, quitándose las gafas.

-Bien, les ha parecido bien y han apoyado la idea, ahora haré una selección, aunque necesito que me expliques un par de cosillas acerca del material que tenéis aquí.

Los recreos eran los únicos momentos en los que podíamos estar con las chicas, aunque por mi parte se refería no siempre podía salir así sin más de la biblioteca, teniendo que ir ellas a verme a mí, y a veces pasaba algo parecido con Lloyd, puesto que normalmente no podía salir de la enfermería a no ser que Redheart le requiriera en otro lado. Hace un par de días tuvieron que salir al patio a tratar un pequeño incidente en el cual alguien se hizo una herida y apenas podía moverse.

El resto del día y entre clases era más tranquilo, lo que me daba tiempo a pensar en medidas para realizar en la biblioteca y trabajar en la exposición también.

En ese mismo momento oímos todos sonar la campana, haciendo reaccionar a las chicas.

-De vuelta al rollo, viva-murmuró Rainbow, sin ganas.

-Joooo, no quiero ir…-hizo lo propio Pinkie, aferrándose a Lloyd.

-Vamos, Pinkie, deja trabajar a Lloyd-indicó Applejack, cogiéndola de un brazo.

-¡No quiero! ¡Quiero quedarme aquí, con mi Lloydi!

-¡Pero tenemos que ir a clase! ¡Lloyd, dila algo!

El aludido miró un momento a la rubia, luego a Pinkie, la cual le hizo pucheros, hasta que finalmente murmuró.

-La dejo que elija ella.

-¿¡Qué?! ¡Oh, por favor, eres peor que ella!

Costó un poco, pero al final Pinkie se despegó de Lloyd, principalmente porque debía de acompañarme a la biblioteca para aconsejarme qué tomos usar para la exposición, previo permiso de Readheart, claro está.

Mientas buscaba por el catálogo e iba apuntando los posibles libros a usar, estuvimos hablando un rato.

-Y cuéntame ¿qué tal todo por la enfermería?

-Pues bien, tranquilo, apenas hay gran cosa salvo alguna que otra dolencia menor y puntual. Un poco aburrido, si te soy sincero…

-Ya, normal, es lo que tiene una enfermería escolar…

-Pues sí… ¿y qué hay de ti? ¿Hay más ritmo por aquí?

-Sí, durante el recreo largo suele venir gente, algunos alumnos y profesores, y entre clases particularmente profesores que vienen a consultar cosas de la bibliografía. Por la tarde hay un pequeño grupo de estudio y en ocasiones tengo que quedarme un rato más, pero no es mucho tiempo, y no siempre aparecen.

-Bueno, al menos suena más entretenido que lo mío…

-No te creas, hay veces que paso horas seguidas sin nada inmediato que hacer, pero bueno, gajes del oficio, supongo.

En cuanto tuve los libros seleccionados fuimos buscándolos para echarlos un vistazo y evaluar su utilidad, basándome sobre todo en el criterio de Lloyd. En un momento dado pasando por la sección de referencia, y buscando algún tomo de medicina aplicada, nos llegamos a encontrar con una colección encuadernada con tela aterciopelada azul celeste y con bordes dorados muy vistosos. Era una colección extensa, con más de veinte tomos.

-Anda ¿y esto?-inquirió Lloyd en cuanto la vio.

-Los anuarios del instituto desde sus inicios hasta el más actual-revelé yo.

Ese detalle llamó poderosamente la atención a Lloyd, el cual cogió uno de los primeros y abriéndolo por una página al azar; lo que vio le dejó muerto, mascullando de seguido.

-¡Ostias!

-¿Qué pasa?

-¡Tienes que ver esto, mira!

Me acerqué con una innata curiosidad y, en cuanto vi lo que Lloyd contemplaba, me quedé igual de flipado. Y no era para menos, puesto que en el anuario de ese año se mostraba la quinta promoción, en la cual se podían ver a unas jovencísimas Celestia y Luna, la primera mostrando una segura y confidente sonrisita, y la segunda con un gesto algo más mohíno y distante que el de su hermana. Justo a su lado, y con actitud seria, había un aún más joven superintendente Discord, el cual miraba a cámara con el ceño fruncido y un visible gesto ligeramente molesto.

-Vamos, no me jodas-solté yo, sin evitarlo.

-Y eso no es todo, mira aquí.

Al otro lado de la foto de promoción, se encontraba de pie una mujer de piel blanca como la nieve, ojos azul claro y de pelo liso pelirrojo que le caía hasta la cintura. Vestía con una blusa negra y una larga falda beige, se encontraba de brazos cruzados y miraba a cámara con gesto regio y sereno.

-¿¡Esa es quien yo creo que es?!-mascullé de seguido.

-Sí, y me voy a cagar en todo, mira…

-A ver, a ver, no saquemos conclusiones precipitadas, después de todo no ha salido ni en la serie ni en ningún otro lado, es decir, no es canon en absoluto, es un producto fan hecho además por ella misma…

-¡Razón de más para preocuparse! ¿Por qué está ahí? ¿De dónde ha salido? ¿Por qué?

-Y yo que sé, tío… ¿because reasons?

Los dos nos miramos por un momento, yo con cara de circunstancia y Lloyd con el ceño fruncido y gesto rabioso.

-¡No me mires así, ni que fuera cosa mía!

-¡No es eso, es sólo que estoy cabreado, punto!

-Menuda novedad… y esta vez en serio, hacía tiempo que no pillabas ningún ragerino desde que volvimos aquí.

-¡Por eso mismo me jode, entre otras cosas!

Lloyd cerró el anuario de golpe, para entonces sacar el primero de todos y abrirlo por la mitad; esta vez otra foto de promoción se mostró ante nosotros, esta era en blanco y negro, y tan solo vimos a un montón de caras desconocidas posando para la foto. Sin embargo hubo algo que captó mi atención, dejándome un tanto confuso. En el lado izquierdo del grupo, donde vimos a la anterior improbabilidad en forma de mujer que nos resultaba horriblemente familiar, había esta vez dos figuras, un hombre y una mujer, los cuales parecían estar al mismo nivel jerárquico. El hombre vestía con un traje que probablemente fuera negro, aunque el paso del tiempo y las albúminas habían deslucido la superficie de la foto, presentando un aspecto amarillento. Su pelo parecía ser de un color pelirrojo intenso, con una poblada perilla de candado y unos ojos oscuros. Cogía de la mano a una mujer de su misma altura, ataviada en un vestido de color beige, con pelo que parecía ser de un tono azulado oscuro y con unos ojos más claros que los del que parecía ser su marido.

-¿Qué pasa? ¿Has visto algo?

Las palabras de Lloyd me hicieron reaccionar y cerré de golpe el libro, murmurando de seguido.

-Ah… no, no ha sido nada, me llamaba la atención la foto, eso es todo.

-¿Seguro? Parecías estar mirando algo en concreto…

-Sí, precisamente miraba el efecto de las albúminas en el papel, llegamos a verlo en documentación fotográfica… que por cierto, ahora que lo pienso, también podría hacer una exposición fotográfica…

Ante eso el chico me miró de cabo a rabo por unos breves segundos, al tiempo que lo dejaba estar comentando.

-Bueno, vale, a ver, sobre los matraces, ampollas y botes de suero, creo que podríamos complementarlo con alguna enciclopedia especializada…

-Ah, sí, enciclopedias, dos baldas más hacia allá, al lado de los diccionarios…


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-Joder, veo que en este mundo también se cumplen los tópicos sobre las enciclopedias… Bfffff, me muero…

Lloyd volvía camino a la enfermería, con dos pesados volúmenes enciclopédicos titulados “Historia de la farmacia” y “Alquimia, química y farmacia, volumen 4: instrumental y recipientes”. Podía haberle pedido un carrito de libros a Sg, pero no quería molestar y, más importante, estaba seguro de poder llevar esos libros él solo. Ahora se preguntaba si esa seguridad en sí mismo le iba a costar unos brazos de orangután, amén de echar los pulmones por la boca.

-Y encima he ido a volver cuando están las clases en marcha, por lo que no puedo pedir ayuda a nadie… Aunque casi mejor, me ven hablando solo y llaman al loquero...

Torció la siguiente esquina, estando por fin próximo su destino, lo que no le impidió seguir resoplando y soltando barbaridades profanas. Sin embargo, cuando estaba llegando a la puerta pudo ver que no es encontraba totalmente solo, ya que frente a ella estaban tres caras que le eran muy familiares. Nada más ver el estado en el que se encontraba, Scootaloo y Apple Bloom corrieron a sujetar entre las dos uno de los libros con gran esfuerzo, mientras que Sweetie Belle intentaba abrir la puerta, sin éxito.

-Gracias… chicas… Un momento, está… cerrada con llave…

Estando un poco más libre, echó mano al bolsillo y abrió la puerta con una pieza metálica, tras lo que recorrió deprisa lo que le separaba de la mesa y dejó encima el pesado volumen, quedándose momentáneamente recostado sobre él para intentar recuperar el fuelle. Las dos chicas que cargaban el otro libro lo dejaron de golpe al lado suyo, volviendo con Sweetie, que ya había entrado también, mientras jadeaban levemente.

-Bof… Eso pesaba como un muerto y medio… En fin, gracias de nuevo… ¿Queríais algo?

Por su parte, el trío calavera no hizo ademán de hablar, incluso parecían algo avergonzadas. Es más, estaban demasiado calladas. Sabiendo cómo eran, le extrañaba muchísimo que no le hubiesen gritado que le iban a ayudar nada más verle, que Apple Bloom y Scootaloo no hubiesen discutido por llevar el libro ni que se hubiesen quejado del peso, que Sweetie no hubiese protestado mientras forcejeaba con la puerta…

-… ¿Qué habéis hecho?

Parecieron encogerse un poco ante la acusación, pero finalmente la hermana de Rarity se adelantó, jugueteando con sus dedos antes de hablar.

-Bueno, la cosa es que…

Al instante lamentó que lo hiciera. La voz normalmente dulce y cargada de adorables pitidos de Sweetie Belle se había transformado en una leve corriente de aire adornada con desagradables gallos y toses secas, pudiéndose a veces entender lo que decía y otras teniendo que agudizar el oído. Le costó un rato y unos cuantos aguijonazos de pena, pero finalmente pudo saber el motivo de su visita, al tiempo que se le iba formando una curiosa cara de póker.

-Vale, a ver si lo he entendido bien. Ayer decidisteis que no teníais ninguna gana de hacer los deberes, y pese a que vuestras familias os aconsejaron quedaros en casa para dedicaros a vuestras tareas y estudiar, os escapasteis sin que lo supieran. Luego pensasteis que qué mejor manera de desbloquearse que ir al karaoke, y para rematar la faena os gastasteis toda la paga semanal en canciones y bebidas frías, volviendo a casa a escondidas de madrugada y con la noche fresca que hizo. Esta mañana habéis amanecido afónicas perdidas y habéis conseguido de milagro que no os pillen, y como no queréis tirar de las medicinas de casa para no tentar a la suerte ni os queda un centavo, habéis decidido pedirme ayuda por si tengo algo para que os sintáis mejor. ¿Correcto?

Ellas se limitaron a asentir, con el sonrojo grabado en sus caras. Se lo habían buscado, y estaba tentado de decírselo, pero su profesionalidad y puesto le obligaban a atender las dolencias de los pacientes, y habría que ser un monstruo sin alma ni corazón para ignorar los ojos de cachorrillo abandonado que le estaban poniendo. Suspiró, resistiendo hacer un facepalm.

-Vale, dadme un momento.

Fue al ordenador y rápidamente consultó si había algo que pudiese darlas. Estuvo tanteando opciones en la base de datos hasta que se le ocurrió una idea, levantándose y yendo a la puerta.

-Mirad, vamos a hacer una cosa. Puedo intentar algo, pero necesito tiempo. Volved cuando haya acabado no esta clase, la siguiente. ¿Vale?

Ellas se limitaron a asentir con la cabeza, abriéndoles él la puerta y viéndolas alejarse discretamente mientras se andaban con mil ojos para no ser descubiertas. Cerró y fue derecho al armario, más concretamente a la parte inferior. Estuvo abriendo portezuelas y cogiendo instrumental que dejaba en el banco de trabajo, hasta que fue al teléfono y marcó una extensión, siendo respondido poco después.

-¿Hola? ¿Departamento de Química? Aquí la enfermería, necesito un pequeño favor…


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-Oye Sg ¿tienes por un casual este libro de aquí?

-Ah, hola Capitán… ¿has consultado en el OPAC?

-Sí, claro, aunque no aparece, por eso te lo comento…

-Pues si no aparece en el catálogo puede que no esté, voy a mirar en el inventario, pero no te prometo nada.

El tiempo pasaba rápidamente y el trabajo comenzaba a concretarse, al menos por mi parte se refería. El día de la exposición se acercaba y yo me sentía un tanto nervioso, ya que no sabía con certeza si iba a gustar o no. La directora Celestia estaba al tanto de los ejemplares a mostrar, así como los materiales de la enfermería a usar también, y me había dado el visto bueno hace relativamente poco, pero nada me aseguraba de que fuera a gustar a todo el mundo. Por su parte, tanto Sunset como las chicas me apoyaban desde el principio, lo cual era un aliciente más para seguir adelante.

-Pues no, no está, no lo tenemos… ¿lo buscabas por alguna razón en concreto?

-Sí, porque me interesa el tema, ya sabes, siempre ando protegiendo lo que la naturaleza nos da…

-Bueno, si es de tu interés entonces también es de nuestro interés. Hagamos una cosa, puedes hacer una desiderata y así lo tendremos en cuenta para las siguientes compras, en cuanto lo tengamos se te avisaría de inmediato-le sugerí.

-Ah, vale, está bien.

Sin más tardar hice mano de una copia impresa de desiderata y se la pasé, mientras él la iba cumplimentando con los datos del libro a solicitar; con las desideratas los usuarios pueden sugerir libros concretos que estuvieran interesados en leer, tomándose en cuenta a la hora de realizar las compras al proveedor correspondiente. Por lo que me llegó a contar la propia Cheerilee, su proveedor principal era una librería de la ciudad, con la cual tenían un convenio mediante el cual se nos proveía de los libros que nosotros requiriésemos a cambio de una remuneración mensual para cubrir gastos y otros expendios. En cuanto a números se refería ni yo ni Cheerilee teníamos potestad en ese sentido, ya que todo pasaba por la administración, los encargados de controlar los gastos en todo el instituto, aunque podíamos hacer sugerencias a la hora de comprar y gestionar las adquisiciones pertinentes.

-Toma, Sg.

-Gracias Capitán, se lo enviaré a administración, en cuanto haya novedades te avisaré.

En cuanto el Capitán se fue la biblioteca volvió a quedarse vacía, por lo que aproveché para reordenar algunos libros que se habían quedado sin devolver a sus respectivos sitios en sus baldas; de cierta forma ya me había acostumbrado al ritmo de trabajo y comenzaba a moverme con soltura entre las estanterías y las secciones de la biblioteca, aunque de vez en cuando no podía evitar sentirme un poquito aburrido en ocasiones, ya que de por sí la actividad en una biblioteca como esa era un tanto irregular. En ese momento me sonó el móvil e hice mano de él rápidamente, viendo que me hablaban por el wasap.

Sunset
Me aburro…

Sg
Ánimo… ¿en qué clase estás?


Sunset
Lengua… el estudio de libros nunca ha sido lo mío, siempre he tirado más por lo práctico

Sg
Vaya, eso explica por qué se te dan tan bien los números… ;)


Sunset
Sep, todo lo que tenga que ver con números me mola… aunque prefiero que estuvieras tú aquí conmigo…

Sg
Ídem…


Sunset
>//////<

Sg
Jejeje…


Sonreí fugazmente, yendo a responderla otra cosa, pero en ese momento un leve carraspeo me llamó la atención y alcé la vista para ver de quien se trataba. Nada más ver al sujeto en cuestión, se me cayó el alma a los pies. Y es que el mismísimo superintendente Discord se encontraba sentado en uno de los puestos de lectura, mirándome con gesto condescendiente y una medio sonrisita grabada en su zalamera cara. Llevaba consigo su bastón, con el cual tamborileaba en el suelo de manera rítmica.

-Ah, usted debe ser el señor Sg91… encantado de conocerle, yo soy Discord, el superintendente escolar… ¿qué tal?

Por un momento me dio la sensación de que lo decía con recochineo, pero la analítica mirada que me estaba echando me dejaba paralizado en todos y cada uno de los sentidos, por lo que fui incapaz de responder. Aun así Discord no le dio importancia, comentando de seguido.

-Supongo que se estará preguntando por qué me encuentro aquí. El caso es que he venido de inspección sin avisar, como debe ser, y la buena de Celestia me ha informado de sus recientes adquisiciones para los servicios del instituto, contándome cosas sobre usted, y he querido venir a conocerle en persona.

Por mi parte conseguí reaccionar, mascullando de seguido.

-Ah, pues, esto… encantado de conocerle, señor superintendente…

-Oh, el gusto es mío-añadió él, dándome la mano.

El tacto de su mano se sintió un tanto frío, pero lo dejé pasar, centrándome en la conversación y tratando de ocultar como buenamente podía mi incipiente acojone.

-Eh… bueno, supongo que si usted está aquí es que ha venido a inspeccionar la biblioteca…

-Ciertamente, la última vez que estuve aquí apenas me pudieron enseñar gran cosa debido a que la bibliotecaria era también una profesora y se encontraba ocupada dando clase, cosa que me molestó particularmente. Me alegra ver que Celestia haya podido subsanar ese problema contando con usted…

-Ah, sí, gracias a mí la biblioteca siempre está vigilada y nadie se queda sin ser atendido.

-Bien, eso es bueno, aunque me gustaría que me mostrara un poco cómo lo tienen ordenado todo por aquí…

-Ah, claro, venga conmigo.

Le estuve enseñando la ordenación de la colección, al tiempo que el hombre me escuchaba con suma atención. Para entonces yo ya estaba lo suficientemente nervioso como para salir corriendo de allí, aunque había algo en su proceder que, en parte, me calmaba. Sus maneras eran impecables y en todo momento actuaba con una profesionalidad admirable. No parecía que me estuviera poniendo a prueba ni nada por el estilo, aunque el hecho de que estuviera ahí, me seguía poniendo un tanto nervioso.

Una vez que terminamos con el tour, el cual fue bien rápido, Discord cogió una ficha y comenzó a escribir en ella con celeridad y firmeza, sin alterar en ningún momento su semblante.

-Bueno, no es la biblioteca escolar más grande ni la más variada que he visto, pero está bien organizada y funciona como debe. Gana puntos el que usted esté aquí atendiendo, eso desde luego. Aunque hay algo que me confunde un poco…-comentó en ese momento.

-Ah ¿el qué?-inquirí yo algo nervioso, sintiendo un extraño pálpito.

Por un momento Discord me miró de arriba abajo, sin perder detalle, y manteniendo el silencio durante unos breves segundos que me parecieron horas. Finalmente murmuró.

-No, no es nada, perdóneme, me he confundido con otra cosa. Muy bien, pues mi trabajo aquí ha terminado, aunque aún me quedan cosas por supervisar, por lo que si me disculpa…

-Ah, por supuesto, un placer tenerle aquí, señor superintendente…

-Oh, puede llamarme Discord, señor mío…

Con ese breve apunte Discord se despidió de mí y se marchó por la puerta. Una vez solo me di el lujo de dejar escapar un largo y aliviado bufido, aún un tanto afectado por el hecho en sí. Aunque en ese mismo instante me acordé de cierta persona, haciendo mano del móvil enseguida y dirigiéndome a Lloyd con presteza.

Sg
¡¡¡Lloyd, tío, Discord está aquí, y algo me dice que va para allá!!!


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El susodicho se hallaba tan centrado en lo que estaba haciendo que, aunque escuchó el tono del móvil avisando de un mensaje, no le prestó atención. Justo estaba terminando de trabajar, tocaron a la puerta.

-Adelante…

Cierto trío de roncas con sus mochilas pasó sin hacer ruido, cerrando la puerta tras ellas, sin estar muy claro si era por educación o si para evitar ser descubiertas. Lloyd no tardó en encararse hacia ellas, saludándolas en el proceso y dándoles una botella de vidrio naranja oscuro del tamaño de una lata de refresco a cada una, las cuales tenían una etiqueta en la que podía leerse: “Jarabe para la tos y afonía de dextrometorfano (15 mg/5 ml) e ibuprofeno (100 mg/5 ml). Preparado por LloydZelos. Enfermería del Instituto Canterlot”

-Aquí tenéis. Os tomáis una cucharada pequeña cada ocho horas hasta que os encontréis mejor, y la próxima vez no hagáis el cafre de esa forma. Y traed las botellas limpias cuando las acabéis.

Le contestaron asintiendo con una gran sonrisa y dándole un fuerte abrazo grupal, tras lo cual guardaron su cargamento y se fueron despidiéndose con la mano. El chico se quedó un momento en silencio.

-Bueno, es una pena que zel no esté aquí. Me habría encantado decirle “me han dado un abrazo las CMC, jódete”. Aunque ay el páncreas.

En ese momento recordó el anterior aviso de su móvil y le echó un ojo, leyendo el aviso de Sg y pudiendo musitar solo una cosa, totalmente ojiplático.

-Mierda.

Y, cómo no, fue entonces cuando tres golpes de algo macizo sonaron contra la puerta, negándole todo tipo de preparación o tregua. Renegando y blasfemando en su interior, no puedo más que disimular lo mejor que pudo.

-Pase, por favor.

El superintendente Discord abrió la puerta, entrando en la enfermería con su habitual aire de tranquilidad, firmeza y control de la situación. En el interior del chico se sucedía una feroz batalla entre desatar su lado fanboy y darle la mano mientras le pedía un autógrafo por un lado y colapsar de miedo por otro.

-Buen día, caballero. Soy el superintendente escolar Discord, y usted debe ser el señor LloydZelos, ¿me equivoco?-habló, tendiéndole una mano.

-Eh, sí, soy yo. Encantado de conocerle, ¿por qué lo pregunta?-logró articular mientras correspondía el gesto, saliendo de golpe de sus pensamientos mientras imploraba a su propio apéndice que no sudase demasiado.

-Oh, por nada especial, mi visita es pura rutina. Verá, hace poco hablé con la directora Celestia, y me puso al corriente de las novedades de servicios y gestión del instituto, encontrándose su contratación entre ellas. Naturalmente, tenía que cumplir mi obligación y sentido de la curiosidad, así que decidí venir aquí para conocerle personalmente y saber de sus obligaciones. ¿Le parece bien?

-Eh, claro, por supuesto.

Le habló brevemente de sus funciones como ayudante de Redheart, y farmacéutico en si, al mismo tiempo que le hacía un pequeño tour por la estancia. Discord no tardó en fijarse en todo lo que había en el banco de trabajo, como varios recipientes de vidrio, uno grande de porcelana, un mortero de mármol aún manchado de polvo blanquecino y una cajetilla extraña, ya que no le había dado tiempo a limpiar y recoger dada la cadena de acontecimientos.

-¿Oh? ¿Qué es esto?

-Bueno, verá, justo antes de que usted llegase estaba atendiendo a unas alumnas, y…

-Lo sé, me he cruzado con ellas-cortó. ¿Me permite?

Él asintió como pudo, observando cómo su anfitrión escrutaba todo con ojo analítico, llegando a hacer algún leve murmullo para sí mismo. Finalmente, y tras lo que parecieron horas, habló de nuevo.

-Disculpe si le soy una molestia, pero quisiera saber qué es lo que ha hecho exactamente. Por favor, no se corte con los tecnicismos, pero tenga en cuenta que no soy un especialista en la materia-dijo, haciéndose a un lado y apoyándose con las dos manos en su bastón, mientras sonreía levemente.

Discord le estaba poniendo a prueba. Estaba claro, el puro terror había ganado su batalla interna. Salir corriendo o mecerse encogido en una esquina no eran opciones, así que se recompuso lo mejor que pudo y empezó su disertación.

-Bueno, llegaron con afonía y tos irritativa producto de forzar la voz durante mucho tiempo y en condiciones inadecuadas. Lo primero que hice fue buscar si tenía algo para tratarlo, y había: ibuprofeno para la inflamación y el dolor.

-Ajá.

-Pero eso no bastaba, quería hacer algo con esa tos. Así que pensé: son niñas, y ¿qué es lo que les gusta más a los niños a la hora de tomarse una medicina? El jarabe. Así que inicié los preparativos para elaborar uno: tras calcular las concentraciones de principios activos que quería y del propio jarabe, rebusqué entre todo el instrumental que tenía, seleccionando un vaso de precipitados de litro, otro de medio, una varilla, el mechero bunsen que puede ver aquí enchufado y el mortero.

-Comprendo.

-Un jarabe es una solución saturada de azúcar, que es sacarosa, así que busqué y efectivamente teníamos. Sin embargo, diluirla tal cual es un proceso lento y no se puede usar agua del grifo, así que llamé al departamento de Química y les pedí permiso para tomar un litro de agua purificada, que como su nombre indica ha sido limpiada de impurezas por procesos diversos, además de un agitador magnético y un imán.

-¿Y eso?

-Verá, la sacarosa se disuelve mejor en caliente, pero esto puede dar lugar a caramelización, así que lo descarté. La pulvericé en el mortero hasta obtener un polvo fino, tras lo que puse el vaso de litro lleno de agua encima del agitador y metí dentro el imán.

El chico hizo una leve pausa para conectar el aparato parecido a una báscula electrónica que sostenía el aún parcialmente lleno recipiente de vidrio, lo que hizo que un objeto negro con forma de pastilla que reposaba en el fondo se pusiese a girar a velocidad moderada, provocando un torbellino en el líquido.

-El agitador hace girar el imán, creando una corriente que ayuda a disolver más rápido el sólido. Fui echando sacarosa poco a poco, dejando que se disolviera, hasta llegar a los 850 gramos, la proporción adecuada para que el jarabe fuese lo suficientemente viscoso. Entonces procedí a echar la cantidad adecuada de ibuprofeno para un jarabe contra la tos, la cual había calculado y pesado previamente, y ya solo faltaba algo. Lo tiene detrás.

Arqueando una ceja, Discord se dio la vuelta, cogiendo una pequeña caja que había visto antes. En portada venía un nombre comercial y la foto de unas cápsulas rojas.

-Cápsulas de dextrometorfano-dijo anticipándose a la pregunta-el recubrimiento es de gelatina y se usan para frenar la tos improductiva, ya que deprime el centro medular de la misma. Es complicado obtenerlo puro dado su uso como droga recreativa, pero en esta forma se vende a patadas. Cerca de aquí hay una tienda de ultramarinos con reparto a domicilio, así que les pedí varias cajas por teléfono y me dediqué a abrir las cápsulas, “exprimiéndolas” como pude sobre el jarabe hasta tener la concentración de principio activo deseada. Con el jarabe ya hecho, solo tuve que repartirlo en tres botellas y etiquetarlas. Ah, bueno, y añadir unas gotitas de esto.

Sacó una botellita rosa del tamaño de un dedo meñique del bolsillo frontal de la bata, tendiéndoselo a Discord.

-Esencia de fresa, préstamo del club de cocina. El día que no sea una apuesta segura para dar sabor a algo para niños, se acaba el mundo.

-Soy más fan del chocolate, pero no anda usted errado. He de reconocer su creatividad, señor mío-afirmó Discord con una sonrisa dentada devolviéndole el vial-, aunque fue ciertamente poco ortodoxo. ¿No teme algún tipo de consecuencia negativa?

-La verdad es que no, me haya quedado corto o esté justo, no hay dosis suficiente como para efectos adversos graves, les he dado una pauta de tomas y no deja de ser un simple jarabe para la tos. Y, hablando en plata, he hecho lo mejor que podía con lo que tenía a mi disposición.

Discord no insistió más y continuó con su visita, examinando todo el cuarto y sus contenidos y haciendo únicamente alguna pregunta puntual sobre la gestión, el género o algún tratamiento. Finalmente, y tras lo que parecieron horas, se dirigió a la puerta.

-Supongo que esto puede cumplir como enfermería de instituto. Tienen lo que hace falta y bien organizado, y se preocupan por el bienestar de los pacientes. Me congratula ver que este sitio está bien gestionado por la enfermera Redheart y usted, parece que su presencia le hará bien al instituto después de todo.

-Gracias, señor Discord-dijo Lloyd, contento de haber pasado la prueba y dándole la mano de nuevo.

-Puede llamarme Discord, señor mío. Aunque…

Su semblante se acentuó por un momento, acercando casi imperceptiblemente su rostro unos pocos milímetros, como si le examinara de arriba abajo. Todo cesó a los pocos segundos, recuperando su fachada casual.

-Ah, no es nada. En fin, que tenga un buen día. ¡Ta-ta!

Y, sin más, se fue, dejando la enfermería en absoluto silencio, el cual se rompió poco después al recuperar Lloyd la respiración que estaba inconscientemente aguantando entre fuertes jadeos. Se sentía como si una garra helada acabase de soltarle.

(Continúa en el siguiente mensaje)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies curados de todo espanto [Humano] [Humor]

Notapor Sg91 » 09 Sep 2016, 00:28

(Continúa del anterior mensaje)



-Madre mía, aún no me lo creo. Lo sabe, el cabrón de él lo sabe…

Por mi parte trataba de serenarme y pensar en las posibilidades, pero lo cierto era que las constantes divagaciones de Lloyd no ayudaban para nada. Nos encontrábamos los dos solos en la biblioteca, era la una menos cuarto, todo el mundo se encontraba en la clase previa a la hora de comer y el recreo largo de la tarde, y Lloyd se las había arreglado para venir a verme para hablar con carácter de urgencia.

-Pero es que no lo entiendo, te lo juro, se ha hecho el tonto, como si no nos conociera, cuando realmente nos conoce, sabe quiénes somos…

-Espera, espera, para el carro, eso es relativo, ten en cuenta que supervisa a otros colegios e institutos y ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nos vio, podría haberse olvidado de nosotros perfectamente-argumenté yo.

-¿¡Perdona?! ¡¡Estamos hablando de Discord!! ¡¡Ya te digo yo que no nos ha olvidado!!

-Oh, claro, porque tú lo dices…

Ante eso Lloyd me echó una fría mirada, con un gesto de reproche dibujado en ella. Por mi parte suspiré y me apresuré a corregirme.

-A ver, lo que quiero decir es que no sabemos con seguridad por qué nos ha tratado como si no nos conociera. Si realmente hubiera habido algo, nos hubiera dicho algo.

-¿Así sin más? Por favor, tío, te comportas como si no hubieses hablado con Discord.

-Te recuerdo que este es un simple superintendente escolar, no un draconequus caótico de gran poder. Creo que hay una ligera diferencia.

-Olvidas que se trata de alguien poderoso.

-¿Poderoso en qué? ¿En sentencias y evaluaciones? ¿En caos administrativo?

-¡No me vengas con esas, sabes de lo que te hablo!

-¡Oh, por favor, Lloyd, lo piensas demasiado! ¿No puedes, aunque solo sea por un instante, tomártelo con un poco más de perspectiva?

-¿¡Perspectiva?! ¿¡Perspectiva en qué?! ¿¡En quedarnos de brazos cruzados sin hacer nada?! ¡¡Sabe algo, Sergio!!

-¡¡Sí, vale, pero no sabemos el qué, Carlos, y el sentarnos aquí tratando de adivinar en qué piensa Discord no nos va a ayudar en nada!!

-¡¡Oh, por favor, ahórrame todo eso, siempre has sido tan condescendiente con todo!!

-¡¡Sí, claro, casi tanto como tú de picajoso y jodidamente crítico!!

Para entonces los dos habíamos acabado a gritos sin darnos cuenta, e inmediatamente después nos callamos, taladrándonos con la mirada y con los ánimos muy encendidos. Nos miramos por un instante a los ojos y, en un momento dado, Lloyd cogió y se marchó sin decirme nada más. Por mi parte resoplé y traté de olvidarme de todo, pasando a hacer otra cosa.

El resto del día pasó de forma mucho más lenta. La hora de la comida fue particularmente incómoda, normalmente comíamos con las chicas y hablábamos entre todos, pero por nuestra parte tan solo hubo una adusta indiferencia, cosa que las demás notaron enseguida. Trataron de hacer que habláramos un poco, pero salvo alguna que otra frase hecha y comentario dispar, no nos dirigimos la palabra. Hubo más de lo mismo cuando fuimos a tomar algo en el Sugarcube Corner por la tarde, lo que preocupó aún más a las chicas.

Esa misma noche, y en casa de Sunset, los dos veíamos la tele apoyados el uno sobre el otro; en un momento dado la chica comentó.

-¿Me vas a explicar lo que ha pasado entre tú y Lloyd?

-¿Qué te dice que ha pasado algo?

-Ah, no sé, dímelo tú…

Por un momento los dos nos miramos, ella con gesto serio y yo con uno más laxo. Finalmente me rendí y murmuré.

-Agh, no puedo soportar esa desaprobadora mirada tuya…

-Vamos, cuéntame, sabes que me lo puedes contar…

-Lo sé, nena, lo sé, es que… es una tontería en realidad.

-¿Y por una tontería os dejáis de hablar?

-Supongo…

Ante eso Sunset me volvió a mirar de la misma forma, a lo que yo respondí rápidamente.

-Está bien, está bien, pero por favor, no me mires así…

La tuve que explicar todo lo que había ocurrido, sin saltarme nada para evitar males mayores; una vez que estuvo enterada no tardó mucho en opinar.

-Bueno, pero ¿tú crees que Discord sabe algo al respecto?

-Ahí está la cosa, no puedo saberlo, no puedo meterme en la cabeza de Discord, no podemos dar por sentado nada, pero él está emperrado en que debe haber algo porque se trata de Discord…

-Hombre, si estuviéramos en Ecuestria te diría que Lloyd podría llevar razón, pero en este caso…

-Exacto, allí es el espíritu del caos, aquí este Discord no pasa de ser un mero funcionario con poderes administrativos y para de contar, no hay ni punto de comparación. Sin embargo Lloyd opina que no.

-A ver, no es por llevarte la contraria o apoyar a Lloyd, después de todo quiero ser neutral en todo esto, pero aunque no sea el Discord que manipula la realidad a su antojo, creo que no deberías tomártelo tan a la ligera, no deja de ser Discord después de todo.

-Pero…

-Entiendo tu punto de vista, pero también tienes que tener en cuenta que el punto de Lloyd puede ser totalmente válido también, después de todo, en momentos como estos cualquier cosa es posible.

Las palabras de Sunset me dieron que pensar, quedándome callado y con gesto reflexivo. Después de todo estábamos jugando con conjeturas, y no con hechos, lo cual daba un amplio margen de maniobra y perspectiva. Fue entonces cuando vi que realmente me había pasado un poco.

-Joder, si es que cuando quiero puedo ser brillante…-murmuré entonces, con ironía.

-Ah, vamos, tampoco es eso, todo el mundo comete errores… mírame a mí.

En parte me chocó que me dijera eso, mirándola con gesto sorprendido, pero ella tan solo sonrió, sin darle mayor importancia. Comprendí entonces lo que me quería decir y yo también sonreí, abrazándola con cariño al tiempo que murmuraba.

-Gracias, cielo…

-Para eso estoy ¿no?

Compartimos entre los dos una sonrisa, besándonos al poco rato y dejando pasar el tiempo. La tele seguía encendida, pero no la prestamos atención.


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Por su parte Lloyd había cenado rápidamente y se había encerrado en su habitación, sin muchas ganas de hablar con nadie. Trató de distraerse leyendo un poco, pero apenas funcionó. Se echó sobre la cama con gesto cansado, asomando la cabeza por el borde de la misma y mirando al techo con cara aburrida.

-¿A qué viene esa cara tan larga?

Esa sorpresiva voz le pilló desprevenido, dando un bote en la cama y mirando hacia abajo, viendo a Pinkie bajo la cama y asomándose desde el lado donde él estaba.

-¿¡Pinkie?! ¿¡Qué haces ahí, cuando has entrado?!-inquirió el chico.

-¡Hace nada, no te diste ni cuenta, así de embobado estabas!

-Agh, como se entere tu padre que estamos aquí solos me va a caer una buena…

-Oh, vamos, tampoco es para tanto… aunque no has respondido a mi pregunta-comentó Pinkie saliendo de debajo de la cama y poniéndose a su lado.

-Ah, no es nada, tan solo estoy cansado…

-Oh, vamos, sabes que no es verdad…

-¿Y eso por qué?

-Bueno, durante toda esta tarde has estado haciendo el vacío a Sgi, y el caso es que él a ti también. ¿Qué ha pasado, Lloydi?

Por un momento el aludido se quedó callado, no muy seguro de si seguir o no, pero Pinkie se acercó a él con gesto zalamero al tiempo que decía.

-Vamos, vamos, sabes que no puedes esconderme secretos…

-Ah, tampoco es tan importante…

-¿Seguro?

-Sí, después de todo es una tontería…

-Huy, me encantan las tonterías, cuenta, cuenta…

Al principio Lloyd se mostró inflexible, pero ante la insistencia de la rosada al final acabó cediendo.

-Agh, está bien, está bien, te lo contaré…

-¡Bien! Ya verás cómo te sentirás mejor en cuanto lo hagas.

Sin mayores reparos el chico comenzó a explicar lo que había ocurrido, contándolo todo para ponerla bien en situación. Una vez que estuvo enterada, Pinkie no tardó mucho en pronunciarse.

-Ya veo, aunque… ¿por qué iba a ser peligroso el supernintendo Discord? Quiero decir, tan solo es un simple inspector escolar, no es como si fuera un policía o algo por el estilo…

-Ya, pero es que estamos hablando de Discord, seguro que aun así es capaz de tirar de hilos de todo tipo y enterarse de todo si se lo propone, pero aun así el muy cabezón lo trata como si fuera un detalle menor, y eso es lo que me desquicia.

-Bueno, pero en parte no deja de ser lo que es, además, no puedes saber en lo que puede estar pensando ahora mismo…

-¿Acaso le das la razón?-inquirió el chico, ceñudo.

-No se trata de dar la razón, después de todo prefiero mantenerme neutral en todo esto, tan solo estoy tratando de entender el punto de vista de Sgi, y ya te digo que en parte lo comprendo, aunque también entiendo tu preocupación.

-Entonces ¿Cuál es tu opinión?

Por un momento Pinkie se quedó callada, pensando en una respuesta, hasta que finalmente se pronunció.

-Creo que los dos tenéis razón.

-¿Qué?

-¡Claro! No podéis saber con certeza cuan peligroso puede llegar a ser Discord, ya que sólo es un funcionario, pero al mismo tiempo, y teniendo en cuenta el mismo concepto en sí, el riesgo sigue ahí. Es como nadar entre dos aguas, no podéis estar del todo seguros, pero al mismo tiempo tampoco os podéis confiar.

Ese breve y contundente resumen dejó a Lloyd clavado en el sitio, quedándose con gesto pensativo y teniendo en cuenta lo que Pinkie le dijo. Finalmente, y aunque con algo de reticencia, llegó a murmurar.

-Bueno, supongo que puede llegar a tener razón… aunque lo uno tampoco quita lo otro.

-¡Pues claro! ¿No es eso genial? Si la gente pusiera en perspectiva sus puntos de vista no habría tantos problemas en el mundo ¿no crees?

Las palabras de Pinkie calaron hondo en Lloyd, el cual no hizo más que sonreír ampliamente, al tiempo que murmuraba.

-Oh, Pinkie, no cambies nunca.

-Descuida, no lo haré-afirmó ella guiñándole un ojo y, acto seguido, echándose sobre él.

Por un momento no hubo nada más salvo mucho amor durante unos buenos minutos que para ellos se convirtieron en horas, pero en un momento dado se oyó una familiar voz sonando desde el pasillo llamándola.

-¿Pinkamena? ¿Dónde estás?

Nada más oírla los dos se separaron, respirando de seguido. Pinkie se reincorporó y Lloyd la imitó, asustado.

-Oh, mierda…

-Tranquilo, no pasa nada, le distraeré.

Antes de irse la chica le dio un último beso en los labios al chico y se escabulló en dirección hacia la puerta, saliendo de la habitación deslizándose a través de ella y dejándole solo en la habitación. El chico se quedó en la cama, algo frustrado, mientras pensaba en sus cosas. Afuera la noche velaba las calles.


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Y finalmente llegó el día de la exposición, mucho más rápido de lo que yo mismo hubiera esperado. Se realizó un viernes por la tarde tras la jornada escolar, por mi parte había un cierto miedo a que, debido a esto, la gente se marcharía y no se interesaría por ella, pero para mi sorpresa llegué a ver a más de una cara conocida.

Para la realización del evento se había aprovechado el gimnasio, colocando una serie de mesas dispuestas de forma concéntrica donde se exponían los materiales que yo mismo seleccioné con la ayuda de Lloyd. Algunos libros como las enciclopedias que explicaban qué eran los materiales como probetas, matraces y hasta un mechero bunsen se encontraban dispuestos justo al lado de los mismos, abiertos por una página en concreto y colocados sobre unos soportes de madera para que se mantuvieran abiertos. Los libros que no estaban abiertos por ninguna página en concreto, y que se podían ojear libremente, se encontraban tumbados en las mesas y abiertos por alguna página relevante para el tema de la exposición.

Por mi parte estuve todo el rato de aquí para allá, respondiendo a preguntas que me hacían y resolviendo cuestiones varias relacionadas con la exposición; Lloyd también estuvo explicando muchas cosas relacionadas con su campo, llegando a revelar detalles adicionales e incluso haciendo alguna que otra demostración con el mechero bunsen y explicando cómo funcionaba.

En cuanto a asistencia se refería vinieron más personas de las que yo mismo preví; las chicas fueron de las primeras en llegar, siendo seguidas al poco rato por los integrantes del club de física y química. También llegué a ver al Capitán Planeta y los planetarios, Lyra, Bon Bon, Octavia, Vinyl, Atomic Adam, Green Cycle o Flash Sentry, el cual me saludó en cuanto me vio.

-¡Hombre, Sg, cuanto tiempo, tío! ¿Qué tal estás?

-Ah, hola Flash, bien, todo bien ¿y tú?

-También bien, no me quejo… oye, qué bien lo tienes todo montado, se nota que eres todo un entendido.

-Por supuesto, después de todo me han enseñado bien.

-Sí, se nota, se nota... cómo molan los cacharretes estos de medicina ¿los trajiste tú?

-No, son de aquí, de la enfermería.

-Oh, ya veo… oye ¿y este cuál es?-inquirió entonces, mirando a un recipiente muy ancho y abultado y con cuello estrecho.

-Creo que es un matraz, aunque Lloyd sabe más al respecto, pregúntale a él si eso.

-Vale, así de paso le saludo.


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Por su parte, Lloyd se hallaba charlando con los planetarios, explicándoles por encima los protocolos de eliminación de residuos en laboratorio. Justo acababa de despedirles cuando vio aproximarse a cierto engominado, al tiempo que Sg le ponía, como él la llamaría, una cara de cabrón subido. ¿Esto era por su reciente discusión, o es que simplemente le estaba tocando los cojones como siempre?

-Pero qué hijo de…

Desde el incidente del centro comercial era cierto que su asco hacia Flash se había reducido en cierta medida, dadas sus circunstancias personales y que ya no era un folio en blanco. Sin embargo, eso no significaba que de repente le cayese bien y le pareciese un tío genial del que hacerse mejor amigo. La bilis aún era poderosa en él respecto a ese sujeto, pero no le quedaba otra que hacer de tripas corazón, así que fue educado.

-Hombre, Flash.

-Hola Lloyd, buena exposición-dijo, tendiéndole una mano a modo de saludo.

-Gracias, nos hemos esforzado mucho-correspondió, mientras pensaba “nota para mí: desinfectar mano”.

-Esperaba que pudieses decirme algo sobre los trastos estos de ciencia, Sg me ha dicho que sabes del tema.

-Sí, Sg es un tío confiable de narices-contestó, supurando sarcasmo como pus de una herida abierta, algo que pasó desapercibido para su interlocutor.

-Pues sí, es buen tío… En fin, he visto un recipiente de vidrio ancho con cuello estrecho, ¿sabes qué es?

-Ah sí, es un matraz Erlenmeyer. Por su forma se usa para líquidos calientes y evaporación de gases.

-Entiendo… ¿Hay varios tipos de matraces o qué?

-Bua, que si hay dice… No hay variedad de instrumental de laboratorio ni nada. También está el matraz aforado para mediciones exactas o el Schlenk para eliminar gases por una ramificación lateral, el alambique que tristemente está en desuso y que se usaba antiguamente para destilar…

-Ya veo, ya… ¿Y esto?-preguntó mientras cogía de su soporte un tubo grueso de vidrio con una boquilla lateral y con otro tubo más estrecho y espiralado en su interior que disponía de boquilla de entrada y salida, lo cual frenó en seco a Lloyd y le llenó de horror.

-Flash. Deja eso INMEDIATAMENTE donde estaba. Despacio y con cuidado-musitó, al borde del ataque.

-Vale, vale, no hace falta ponerse nervioso… ¿Qué es?

-Eso-contestó, visiblemente aliviado tras depositar el objeto Flash en su sitio sin contratiempos-, que por cierto es caro de narices, es un serpentín y, como el alambique, se utiliza en destilación. El tubo se llena de agua por la boquilla lateral, la cual refrigera el gas que sale del recipiente conectado y pasa por el tubo espiralado del serpentín. Entre la forma del mismo y la refrigeración, el gas se condensa y sale por el otro lado.

-Ah, vaya, no lo sabía… Por cierto, ¿de dónde sale todo esto, cuál es su historia?

Algo se activó en Lloyd, mostrando puro fuego en sus ojos y esbozando una sonrisa de hiena. Flash no sabía que dos de las pasiones del chico eran la historia y la ciencia, y acababa de preguntar por una fusión de ambas. Estaba atrapado.

-Déjame que te hable de la alquimia…


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La hora y media que duró la exposición se pasó rápidamente y todo el mundo comenzó a irse bastante satisfecho. Luna y Celestia, que habían estado allí en todo momento y supervisando mi labor, se acercaron a mí para hablarme.

-Queremos felicitarle, señor Sg, por el éxito de la exposición, nunca habíamos visto a los alumnos tan interesados, y menos aún por un tema tan poco popular entre los jóvenes-comentó Celestia con vehemencia.

-Ha sido un placer, directora, después de todo es mi trabajo.

-Sí, y uno muy bueno, si me permite decirlo, creo que podemos esperar muchas cosas tanto de usted como del señor LloydZelos-añadió Luna.

-Muchas gracias, de verdad, tengan por seguro que seguiré trabajando. De hecho el otro día llegué a ver algunas fotos antiguas revisando algunos anuarios y he pensado que podríamos hacer una exposición fotográfica acerca del propio instituto y su historia a través de las fotos ¿Qué las parece la idea?

Por un momento ambas hermanas se quedaron calladas, Celestia con cierto gesto sorprendido difícil de discernir; pero Luna saltó al poco rato exclamando.

-¡Qué buena idea! ¡Nosotras tenemos un montón de fotos antiguas en casa del instituto y nuestra familia, la cual fundó hace años este mismo instituto!
¡Hagámoslo, Tia!

-Eh, esto… bueno, suena interesante, aunque…-murmuró Celestia, visiblemente nerviosa.

-¡Genial! ¿Para cuándo sería?-inquirió Luna, con chiribitas en los ojos.

-Ah… bueno, habría que ir con calma, primero tendría que ver esas fotos y evaluar sus condiciones de uso, inventariarlas, catalogarlas y luego hacer una selección…

-¡Estupendo! ¡Podría pasarse un día de estos por casa y echarlas un vistazo!

-Bueno, cuando ustedes me digan, tampoco quiero importunar…

-¡Para nada! ¿Mañana mismo después de clase, por ejemplo?-sugirió Luna.

Para entonces yo ya estaba lo suficientemente chocado debido sobre todo a la predisposición y el entusiasmo de Luna, muy contrastable ante la seriedad y preocupación de Celestia, la cual murmuró de seguido.

-Espera, Luna, no te embales, eso es algo que hay que decidir entre las dos…

-¡Oh, vamos, será divertido recordar los viejos tiempos!

-Ya, vale, pero el señor Sg no tiene por qué estar presente…

-¿Cómo que no? ¡Si aquí el experto es él!

-Lo que quiero decir es…

Antes de que la cosa fuera a peor decidí intervenir.

-No se preocupen, por ahora hay tiempo, cuando esté disponible las aviso y voy un día de estos a echar un vistazo a esas fotos.

Eso las calmó, sobre todo a Luna, y se retiraron al poco rato; por mi parte comencé a prepararme para ir recogiéndolo todo para devolverlo a la biblioteca, pero en ese momento vi a Lloyd mirándome desde el otro lado de la exposición, junto a Pinkie, la cual parecía estar alentándole a algo. Miré hacia otro lado, sin muchas ganas, pero en ese momento Sunset me dirigió la mirada y me tuve que retractar.

Ante esa tesitura los dos nos acercamos, mirándonos con sendos gestos apurados; esta vez Sunset me alentó con la mirada, decidiendo romper el hielo.

-Ya sé que estos últimos días han sido un poco tensos, aunque quería decirte que… siento haberte llamado picajoso y jodidamente crítico. Me enervé de más.

-Sí, bueno, yo tampoco estuve muy receptivo que digamos…

Hubo un breve silencio entre nosotros, roto después por mí diciendo.

-Bueno, pues… ¿amigos?

-Sí, amigos…

Me tendió la mano y yo se la di con efusividad, aunque por mi parte dije.

-Venga, va, un abrazo.

-¿Qué? No, no hace falta…

-Oh, vamos, este es el momento en el que nos reconciliamos después de unos días pasando de nuestros respectivos culos, algo debe valer entonces ¿no?

-Sí, supongo, aunque lo veo innecesario.

-Ah, venga, yo lo digo porque éstas parecen estar esperando algo emotivo, Pinkie parece estar a punto de estallar…

Lloyd se dio la vuelta y lo comprobó por sí mismo, viendo que la chica parecía estar aguantándose un enorme yay. Ante eso el chico suspiró y murmuró con desgana.

-Agh, está bien…

-Venga, hombre, no seas tonto, que los abrazos no duelen.

Finalmente nos dimos un efusivo abrazo, con unas cuantas palmaditas por mi parte. Inmediatamente después todas soltaron exclamaciones de alegría, Pinkie soltó su yay y Rainbow añadió.

-¡Que se besen, que se besen!

-¡¡A la mierda!!-exclamó Lloyd de seguido, separándose de mí.

Frente a eso Rainbow tan solo se rió con ganas, siendo reprendida sobre todo por Rarity, la cual la llamó vulgar a secas. Fue en un momento como ese cuando supe que todo volvía a ser como antes, y que en realidad nada había cambiado. Sunset por su parte mantenía una sonrisa radiante en su cara, quizás la más bonita de todas de las que vi hasta el momento. Por otro lado Lloyd y Pinkie volvían a estar como si les hubieran pegado con cola.

Entre todos estuvimos recogiendo la exposición, devolviendo los libros a la biblioteca y los materiales a la enfermería. Tras eso nos fuimos a tomar algo al Sugarcube Corner, al tiempo que el sol comenzaba a declinar.


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-¡Hey, no os lo perdáis, este finde van a abrir un garito nuevo en el pueblo!

El anuncio de Rainbow nos tomó por sorpresa a todos, a mí el primero, chistándola de seguido y dándome el lujo de echarla la bronca.

-¡Rainbow, baja la voz!

-Bueno, bueno, usted perdone, señor bibliotecario…

-Si estuviéramos solos no me importaría, pero es que hay más gente por aquí, un poco de respeto, copón…

-Caramba, querido, que código más férreo el tuyo, me gusta, me gusta-comentó Rarity.

-Sí, y encima has tenido los nervios de enfrentarte a Rainbow, ole tus huevos, dulzura-murmuró Applejack, divertida.

-Me gusta cuanto te impones-añadió Sunset, mirándome picaronamente y haciéndome subir los colores.

-Sí, ya, no es como si en otras circunstancias lo haría, pero bueno, te lo paso por esta vez…

-Que se lo pasa, dice…-repitió Applejack, algo mosca por su forma de ser.

Rainbow tan solo la ignoró y continuó en voz más baja.

-Pues eso, van a abrir un nuevo garito en el centro del pueblo, este sábado es la inauguración, y además va a estar Vinyl en cabina, por lo que ya os puedo garantizar que va a ser la ostia.

-Huy ¿lo sabe Pinkie?-inquirí yo.

-Por supuesto, de hecho fue ella quien me informó, así que sí, con ella y Vinyl allí la fiesta va a ser dura.

-Fiesta dura… me gusta, hagámoslo-apoyó Applejack.

-No veo por qué no-argumentó Sunset.

-Es una fieshta, no se puede no ir-añadí por mi parte.

-Contad conmigo, queridas.

-Oh, vaya ¿es imperativo asistir?-inquirió Fluttershy, algo cohibida.

-¡Pues claro que sí! ¡Sin ti no hay fiesta, Fluttershy!-asintió Rainbow, para animarla.

-Bueno, está bien, aunque no podré quedarme mucho tiempo, mi madre no me deja estar hasta muy tarde…

Ese recreo largo estaba pasando de forma más amena, la gente iba y venía y me preguntaba de vez en cuando por algún libro en concreto, aunque normalmente el ritmo era mucho más fluido. En cuanto a usuarios se refería la biblioteca estaba bien surtida y además se encontraban plenamente formados, lo que facilitaba tanto la gestión como el manejo de la colección por su parte. Aunque a veces siempre había alguna que otra excepción, pero nada que no se pudiera atender rápidamente.

-¿Y Pinkie?-inquirí yo en un momento dado.

-En la enfermería con su Lloydi… no hay quien los despegue-murmuró Rainbow secamente.

-Sep, últimamente están de lo más acaramelados…-asintió Applejack.

-Oh, dejadles, después de todo están enamorados, es de lo más bonito-opinó Rarity al respecto.

-Supongo, aunque por lo menos vosotros dos estáis más comedidos, eso sí-apuntó Rainbow, dirigiéndose a nosotros.

-¿Comedidos?-repitió Sunset, con el ceño fruncido.

-Claro, no estáis tan pegados como los otros dos tortolitos…

-Bueno, Rainbow, si eso es lo que quieres yo por mi no tengo ningún inconveniente… ¿cielo?

-Por mí cero quejas.

Antes de que Rainbow dijera nada más nos arrejuntamos rápidamente, sin complejos, cosa que la chica se arrepintió profundamente acto seguido.

-Agh, debería callarme…

-Pues sí, mira, empieza a practicar, anda-la sugirió Applejack.

Las demás se rieron tontamente, mientras que Sunset y yo dejábamos pasar el tiempo tranquilamente. Casi nos olvidamos de la fiesta y todo.


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-Se están retrasando…

-Pues sí ¿dónde se habrán metido?

-Voy a preguntarlas.

Esa noche de sábado era especial, y no era para menos, puesto que era cuando se inauguraba el nuevo pub del que Rainbow nos habló y donde Vinyl iba a estar pasando música, por lo que nos organizamos rápidamente para quedar a una hora en concreto. Dado que Fluttershy se iba a tener que ir pronto fue la primera en llegar a eso de las diez en punto, ya cenada, como todos los demás. Pinkie y Lloyd fueron los siguientes en llegar, y no tuvieron problemas en cuanto a horario se refería puesto que tanto los padres como las hermanas de la chica no estaban, ya que ese mismo fin de semana habían ido a visitar a unos familiares a la ciudad. Sunset y yo fuimos los siguientes en llegar, seguidos al poco rato por Applejack, la cual comenzaba a impacientarse ya que tanto Rarity como Rainbow estaban tardando de más.

-En serio ¿dónde demonios se han metido?

-Rarity me dijo antes que iba a tardar un poco porque se estaba arreglando-reveló Fluttershy.

-Es una fiesta de barrio, no una cena de gala.

-Ya, pero ya sabes que a ella la gusta estar guapa…

-No, si ya, ya… ¿y qué hay de Rainbow?

-¡Rainbow me dice que está saliendo, estará aquí en breve!-anunció Pinkie, mirando su móvil y cogida del brazo de Lloyd.

Applejack se quedó un poco más tranquila, pero aun así no bajó la guardia, peusto que aún quedaba por saber algo de Rarity. Por suerte no tuvimos que esperar mucho más, puesto que la chica apareció al poco rato vestida de manera más casual, pero sin perder su toque elegante que tanto la caracterizaba. Además, iba meticulosamente maquillada.

-¡Ya estoy aquí! Perdonadme, pero me estaba poniendo decente…

-¡Ya era hora! ¿Y Dash?

-¡Aquí! ¿Desde cuando eres tan quejica, Applejack?-inquirió la aludida, apareciendo de improviso.

-¡Sabes que no me gusta la impuntualidad, Dash!

-Sí, sí, lo que tú digas… ¡vamos entrando!

La cola en la entrada no era muy larga, aunque pudimos saltárnosla en cuanto Rainbow le dijo al portero que veniamos de parte de la DJ, dejándonos pasar de seguido. El interior del garito destacaba por no ser particularmente grande, pero aprovechaba el espacio que tenía de forma eficiente. No tendría más de ciento cincuenta metros cuadrados, a la derecha nada más entrar había un pequeño vestidor guardado por una chica joven, y justo enfrente, y pasando un corto pasillo, se entraba de lleno al interior del local. Una estrecha pista de baile con el suelo decorado con baldosas luminiscentes de colores ocupaba casi todo el espacio, al fondo del todo a mano izquierda se encontraba la barra del bar y, justo al lado, había unas escaleras que llevaban hacia la parte superior del lugar, habiendo una espaciosa terraza donde había mesas y sillones con un diseño muy minimalista. Al otro lado de la terraza se encontraba el acceso a la cabina del DJ, llegando a ver a Vinyl desde donde estábamos. Rainbow la saludó agitando la mano y la chica la imitó desde las alturas, indicando que subiéramos.

Una vez allí Vinyl salió de la cabina y nos saludó a todos.

-¡Hey, qué pasa Dash, me alegro de verte! ¡Pinkie, tía, contigo sí que quería contar!

-¡Por supuesto, Vinyl, no me perdería una de tus sesiones por nada del mundo!

-¡Así me gusta! ¿Cómo estáis, chicos, todo bien?

-Sí…

-No nos quejamos.

-¡Ah, sí, es verdad, aquí tenemos a nuestro bibliotecario favorito y nuestro enfermero particular! ¿Cómo lo lleváis, tíos?

-Bien, bastante bien, la verdad es que trabajar en el instituto es una gozada-argumenté yo.

-Sí, no está mal, al menos es tranquilo-asintió Lloyd.

-Bueno, bueno, ya solo falta que os pagaran para rematar ¿eh?

-Eso ya sería la ostia-afirmé.

Ante eso todos nos reímos del chiste, aunque Vinyl se excusó enseguida comentando.

-Bueno, os voy dejando ya que tengo que dejarlo todo preparado, pasadlo dabuten.

-Descuida, lo haremos.

La dejamos trabajar a gusto y nos dirigimos abajo, aprovechando para empezar a pedir algo para beber mientras el resto de la gente iba entrando; aunque normalmente yo no suelo beber, cuando salía con amigos sí que me gusta tomarme una buena copa, por lo que me pedí un Jack Daniels con Coca-Cola, de mis bebidas preferidas. Sunset me imitó y se pidió lo mismo que yo. Lloyd por su parte no era muy de alcohol, pero se pilló una caipiriña y la compartió con Pinkie con sendas pajitas, una para cada uno. Rarity mostró un gusto de lo más exquisito pidiéndose un Martini, mientras que Applejack optó por un chupito de licor del que dio buena cuenta enseguida. Rainbow fue algo más somera pidiéndose un ron con limón y Fluttershy se pidió un zumo de piña, ya que no bebía.
La sala de baile se llenó rápidamente, así como el piso superior, y al poco rato la música comenzó a sonar. Todo el mundo comenzó a bailar y nosotros no fuimos menos, sumándonos a la fiesta.

Vinyl empezó fuerte con varias mezclas de su cosecha, con temas suyos entremezclados con algunos otros del momento, predominando un ritmo marcadamente electrónico pero con toques de trance y dance, dando como resultado una combinación muy bailable y frenética, justo como a mí me gustaba. Se notaba además ciertas influencias como Armin van Buuren o DJ Tiësto, aunque en un momento dado llegó a sonar un tema que simplemente me hizo reaccionar.

-¡Oh! ¡¡Oh!! ¡¡Deadmau5!! ¡¡Es Deadmau5!!

-¿¡Quien?!-inquirió Sunset, mirándome extrañada.

-¡¡Deadmau5, mi DJ favorito!! ¡¡Espera, espera…!! ¡¡Ah, sí, es Some Chords!! ¡¡Qué detallazo, gracias Vinyl!!

Sin darme casi cuenta me desaté y arrastré a Sunset conmigo, la cual se dejó llevar, bailando los dos juntos; entre medias dimos buena cuenta del whisky y, debido o a que hacía tiempo que no había vuelto a beber o que apenas había cenado mucho o bien que la copa estaba muy cargada, el alcohol se nos subió un poco a la cabeza, dejándonos un tanto contentillos. Los colores a nuestro alrededor se difuminaron, el sonido reverberó en nuestras mentes como si sonara en la lejanía y los dos nos pegamos, literalmente.

Por parte de los demás ocurrió algo parecido, cual efecto dominó el alcohol hizo algo de mella en nuestros cuerpos, poniéndonos un poco a tono y dando una sensación de vacío de lo más agradable. Para entonces Sunset y yo estábamos concretando prolegómenos varios, y Pinkie y Lloyd estaban de camino, a juzgar sobre todo porque parecían estar enroscándose mutuamente. La única sobria era Fluttershy, la cual tenía una cara de aburrimiento que no podía con ella, contemplándonos sin pena ni gloria. De hecho acabamos saliendo afuera ya que la chica se tenía que ir, acompañándola para que no se fuera sola a casa.
El frío de la noche calaba de cierta forma, aunque nosotros apenas lo sentimos, sobre todo porque una agradable sensación de calor recorría nuestros cuerpos como culebrillas deslizándose por el suelo.

-¡Es una fieshta, Fluttershy, qué pena que tengas que irte!-exclamó Rainbow, con algo de chispa en su voz.

-Ya, bueno, pero ya sabeis que mis padres son muy inflexibles en ese sentido, así que…

-¡No te preocupes, seguiremos festejando por ti! ¡La próxima va a tu salud!-exclamó la chica de pelo multicolor.

-¡No hay huevos a un chupito de tequila!-soltó Applejack en ese momento, con actitud retadora.

-¿Que no? ¡Vamos!

Las dos se metieron de nuevo en el garito, dejando al resto fuera; Rarity, algo mareada, comentó de pasada.

-Bueno, ha sido genial, pero me voy yendo ya, iré a acompañar a Fluttershy a casa…

-No hace falta, Rarity, en serio…

-No te preocupes, querida, después de todo me siento un poco mareada, el Martini se me ha subido un poco…

-Bueno, está bien…

Las dos se despidieron y se fueron calle arriba, pero yo apenas me di cuenta. Me di la vuelta y vi que tanto Lloyd como Pinkie habían volado, dejándonos a Sunset y a mi solos y tambaleantes. Nos miramos por un momento, sin necesidad de hablar, y nos lanzamos el uno sobre el otro, mientras comenzábamos a caminar.

El camino se volvió como si fuera de gelatina, la acera parecía estar hecha de chocolate en vez de asfalto, y alrededor todo se difuminaba; sorpresivamente comenzó a llover, pero no nos importó, dejando que el agua de lluvia nos fuera empapando mientras nos dirigíamos a ninguna parte. Nos paramos en cada farola, habiendo por lo menos unos diez minutos de intervalo ente una y otra. Y eso que no era un pueblo con mar.

Finalmente conseguimos llegar a nuestro destino, completamente empapados, pero ninguno de los dos sentíamos frio en absoluto, puesto que un calor abrasador lo ocupaba todo. Entramos en la habitación como un elefante en una cacharrería, cayendo sobre un mar de suavidad y dejándonos llevar por nuestros sentimientos. Afuera había dejado de llover y la luna se asomaba entre las nubes.


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Odiaba beber, no le gustaba para nada el alcohol, pero por una vez en la vida, no se arrepentía de haberse tomado una copa. La tormenta les pilló de camino, pero apenas les importó, parándose cada dos minutos e incidiendo un poco más a cada vez, recreándose en los detalles. La mano de la chica trazó un corazón en su espalda y él respondió haciendo bailotear sus dedos.

Llegaron a su destino y entraron en casa a trompicones, sin dar cuenta de nada al respecto, puesto que no importaba. Tan solo estaban los dos solos en el mundo, y no había nada más, salvo un único sentimiento que afloraba con más fuerza que nunca. El calor obnubilaba sus pensamientos, dejándose llevar por la agradable sensación. Sin darse cuenta siquiera, el chico se quedó a solas momentáneamente, aunque la sensación apenas duró más de dos segundos siquiera. Una fina y sensual figura se recortó desde el marco de la puerta, ataviada únicamente con el delantal de “besa al cocinero” que le llegó a regalar, aunque lo que más destaca era un recipiente cilíndrico que llevaba en su mano. Una profunda voz resonó entonces en la estancia, inundándolo todo.

-¿Dónde está mi postre?


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PD.
Spoiler:
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:roto2rie: espero que os haya gustado este capítulo de retorno tras un paréntesis tan largo, esto se ha debido a que Lloyd ha tardado algo más de tiempo en escribir sus partes ya que ha estado ocupado. Y sí, leéis bien, a partir de este fic tanto él como yo lo estamos escribiendo conjuntamente, sobre todo en cuanto a sus partes se refiere, ya que a mí me hubiera costado mucho más escribir detalles de su disciplina. Tan solo quería aclarar eso.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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