Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor]

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sr_Atomo » 13 May 2015, 06:29

Me ha encantado este capítulo, incluso un poquitín más que como me han encantado los demás capítulos de "Bronies".

Eres un maldito crack, Sg91 :)
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Échale un vistazo a mi fanfic "Parallel Stories" y opina.
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Sr_Atomo
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor LloydZelos » 16 May 2015, 21:35



DETENGAN A ESTE HOMBRE POR ASESINO EN SERIE, POR FAVOR


Vamos a ver por dónde empiezo, porque el capítulo tiene más tela que una celebración de boda en un palacio de un sultán persa.

Los exámenes siguen siendo una constante, y un buen punto de tensión como buena vida de estudiantes que llevamos (y sigo el último, lo apruebo :sisi3: ). El de matemáticas con Cranky se me hace especialmente de temer solo por su ominosa presencia, pero tú encima tienes el problema con los números... claro que, al ser el ATARDECER del curso, pues puede hacerse un esfuerzo, ¿no? :roto2rie: El tener a Sunset de tutora es una buena manera de que ella haga algo por ti y demuestre que puede ayudar a los demás, así que por mi parte cero quejas.

La batalla de bolas de nieve bastante intensa, logras transmitir muy bien la sensación de dinamismo, aunque he echado en falta a una Fluttershy acojonada por ahí o corriendo a ciegas con una bola en la mano :sisi1: Me han gustado los "momentos guardaespaldas" en los que se ve patente el acercamiento, Pinkie es muy bestia y el choque epiridículo del final me ha recordado a la carga de los Vengadores en el escenario nevado del trailer de la segunda película a cámara lenta, pero espejado y con hostión :qmeparto:

Que haya esa obra de teatro no es ninguna sorpresa, y te ha quedado muy bien redactada, transmitiendo muy bien las sensaciones de la obra original y las emociones de sus personajes, con el mítico "¡paparruchas!" y el siniestro añadido de Disney de los sepultureros (eso sí, no entendí por qué pusiste a Rumble de Tiny Tim cuando Pipsqueak da más el pego como niño pequeño desvalido). Debo decir que pensé que ibas a ponerme a mi como Scrooge para que a medida que transcurría la obra fuese dándome cuenta en mi interior de que si solo iba a tirar mierda todo el rato de dónde estábamos y no valoraba lo que tenía iba a quedarme sumido en la soledad y la amargura (con momento "realización que te hace quedarte momentáneamente en blanco y helado"), pero no habría quedado bien dado que estoy adaptado y ya llevo tiempo sin quejarme por todo. No. En su lugar has hecho algo muy emotivo que voy a comentar a continuación de forma diferente a como estoy acostumbrado: el audiocomentario. Cito un texto que hay que leer con la música que pongo justo antes, para ambientar... y aconsejo seguir escuchándola en el propio comentario de la cita.

Spoiler:


-Lloydi…

El aludido se dio la vuelta y vio a Pinkie, la cual le miraba con gesto preocupado.

-Ah, Pinkie… ¿Qué haces aquí?

-Vine a verte… ¿estás bien, Lloydi?

-Eh, sí, claro, es solo que hace calor ahí dentro, quería refrescarme un poco…

Ante eso la chica esbozó una triste mirada, clavando la vista en el suelo.

-Sé que algo te pasa, pero no se lo quieres decir a nadie… ni siquiera a mí. ¿Por qué, Lloydi? Todos estamos preocupados por ti. Y yo echo de menos al serio pero divertido Lloyd que siempre me hace reír…

Sus palabras hicieron reaccionar al chico, el cual esbozó una triste mirada; Pinkie se acercó a él y le cogió de una mano, al tiempo que le echaba una inquisitiva mirada. Finalmente Lloyd se rindió y soltó un quejumbroso suspiro, mirando a Pinkie y hablando de seguido.

-Todas las navidades las paso en compañía de mi familia, desde que empiezan hasta que acaban. Me gusta especialmente ir con ellos de tiendas y disfrutar de la cena, todos juntos. Pero este año no va a poder ser, porque estamos aquí, y… bueno…

Ante eso Pinkie tan solo sonrió, comprendiendo un poco mejor al chico.

-Ya veo, entiendo cómo te sientes. Debe ser duro separarte de tu familia en unas fechas tan señaladas. Si yo tuviera que irme lejos de aquí y celebrar la navidad sin ellos, yo también estaría triste. Pero míralo así, nos tienes a todos nosotros. A las chicas, a Sg, a mi… somos como una gran familia. Y, por supuesto, celebraremos la navidad todos juntos. De hecho, mira, podemos hacer eso mismo. Podemos quedarnos en casa de Fluttershy, por ejemplo, y pasar la Nochevieja todos juntos. ¿Qué me dices?

-Ah, bueno, suena como un buen plan…

-En ese caso no tienes por qué estar tan triste, tontín… vamos, alegra esa cara-murmuró Pinkie, haciéndole sonreír ella misma con sus dedos índices.

Ante eso el chico dejó escapar una risita tonta, sin poder evitarlo.

-Ah, mira, así está mejor.

-Gracias, Pinkie…

Ella tan solo sonrió y el chico la devolvió el gesto, sin decirse nada más. Ambos regresaron al salón de actos, sin darse cuenta siquiera que seguían dados de la mano.


Desde que me pones callado y en las nubes respecto a algo al principio del capítulo yo pensaba que todavía andaba rumiando lo que pasó mientras ayudaba a Pinkie a preparar la tarta de Sunset en el anterior, sopesando lo que me importa frente a que no soy de ese mundo para decidir si dar el paso o no. Pero al final ha resultado algo muy lógico y que hasta ahora no se había tocado: la nostalgia y la melancolía por el hogar perdido, acentuada por estas fechas y que me acaban de romper por dentro con la escena familiar de la casa de Cratchitt. Para una persona normal puede ser duro, pero siendo como soy tan familiar, me ha tenido que pesar como una losa y dejarme el ánimo hecho un cisco. Vas desenrollando el hilo poco a poco a lo largo del capítulo, con mis esparcimientos ,la preocupación general, la tuya con interrogatorio fútil y finalmente con la de Pinkie que es aún más cercana desde la fiesta por motivos obvios, la cual ha intentado averiguar qué me pasa y animarme a base de chistes, sustos graciosos y organizar una guerra de bolas de nieve. Un verdadero sol de chica que brilla al máximo en esta escena en los baños, llegando a ir a verme apesadumbrada y, frase especialmente bonita y que da mucha penita junto con el lamento de que ni con ella lo hablo, echando de menos "a quien siempre le hace reír", acompañado de un gesto tan silencioso pero locuaz como quedárseme mirando mientras me coge la mano, paciente, sin forzar. Llegar a organizar una Nochevieja entre todos para que no me sienta solo es enternecedor, demuestra que no ha perdido su humor con lo de hacerme sonreír aunque sea estirándome la boca, y lo de seguir inconscientemente de la mano es el remate final de una escena que desborda cariño, empatía y melancolía.

Esto ya es cosa mía, pero como lector de "Canción de hielo y fuego" yo habría descrito los platos de la cena a un nivel obscenamente enfermizo :roto2: Como sea, has plasmado bastante bien una comida típica de esas fechas, con cosas tan típicas como el puré de patatas y el pollo con arándanos (el cual no he probado en la vida y por el que sentía curiosidad, así que gracias :sisi3: Y encima es una celebración en la que todo el mundo ha aportado algo, lo cual la hace aún más especial. Claro que ni en estas fechas Rainbow deja de ser una perfecta hijaputa, como bien ha demostrado en la biblioteca, lo del pan dulce (comprometedoramente tierno el momento) o la TREMENDA frase de contemplar los atardeceres, que me destruyó por completo :qmeparto:

Lo que viene a continuación... no quiero estropearlo con un intento de comparación exagerada de las mías. Simplemente dejaré una música de triple combo navideña+romántica+feliz y las citas.



Lloyd salió al pasillo principal al lado del recibidor y llamó a Pinkie al no verla por ningún lado.

-¿Pinkie?

Fue entonces cuando pudo oír la risa de la chica un poco más adelante, en la sala de estar colindante al salón; el chico entró en ella, pero esta se encontraba vacía.

-¿Pinkie?

La decoración en esa sala era bastante cuca, con mesas con tapetes de encaje, propio de una salita del té, y con fotos varias de la familia de Fluttershy. Una vistosa lámpara de araña colgaba del techo, sobre la mesa principal de cristal.

-¡Lloydi!

El aludido alzó la vista, mirando hacia donde había oído ese llamado, viendo la puerta que daba al pasillo contiguo al principal; apretando el paso se dirigió hacia ella, y en cuanto estuvo bajo su dintel, una figura rosada apareció de improviso, dándole un buen susto.

-¡Agh! ¡Pinkie, no me des estos sustos!

La chica tan solo se rió tontamente, mirándole con una sonrisita pilla y un gesto de complicidad en sus ojos, sin decirle nada. Lloyd se quedó un tanto extrañado ante su comportamiento.

-¿Estás bien? ¿Sucede algo?

Sin embargo la chica siguió callada, mirándole fijamente y conservando todo el rato esa sonrisita divertida. Aún más extrañado si cabía, Lloyd la lanzó una inquisitiva mirada, alzando una ceja. A eso Pinkie tan solo sonrió un poco más, llegando a lanzar una fugaz mirada hacia arriba. Lloyd hizo lo mismo justo después y entonces la vio.

Una rama de muérdago se encontraba colgada del dintel de la puerta, balanceándose levemente, expectante. Fue entonces cuando el chico comenzó a enrojecer, mirando entonces a Pinkie. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera decir nada, Pinkie se inclinó hacia delante, posando sus labios sobre los del chico. Por un momento el tiempo se paró, sobre todo para Lloyd, que sintió como su corazón se disparaba. El momento se alargó una eternidad, o al menos esa era la sensación para él, al tiempo que la chica incidía un poco más. Por un momento pudo jurar que sus labios sabían a fresa, comprobándolo él mismo justo después. Nada más había en ese momento, tan solo estaban ellos dos, solos, disfrutando del instante.

Pinkie fue la primera en romper el beso, viendo ella misma que Lloyd se había quedado paralizado de la impresión, con una carita que la hizo reírse tontamente. Sin embargo no se preocupó por su súbita parálisis. Sin decir nada se acercó a él y le susurró al oído.

-¿No me vas a dar un beso?

Lloyd reaccionó inmediatamente después, cogiendo de las mejillas a Pinkie, y devolviéndola el beso. Esta vez fue mucho más apasionado y lleno de amor, transmitiendo en él todo lo que sentían. Las palabras se volvieron insuficientes e incluso inservibles, diciéndoselo todo en nada. Sus labios conectados eran más que suficientes. Y fue entonces cuando todo cambió.

Finalmente, tras un par de minutos que parecieron horas, los dos se separaron, mirándose fijamente sin necesidad de decirse nada y haciéndose mimos de cuando en cuando. Pinkie le dio un beso a Lloyd en la punta de la nariz y él la imitó, riéndose tontamente inmediatamente después.

En cuanto los dos acaramelados se repusieron de su momento de amor, Pinkie le hizo señas a Lloyd para que la siguiera, llevándole hasta una pequeña escobera, de donde sacó una caña de pescar. En cuanto el chico vio lo que colgaba del cebo esbozó una maliciosa sonrisa, al tiempo que miraba a Pinkie con expresión confidente.

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La retransmisión en directo del Times Square empezó a aburrirnos enseguida y al final acabamos viendo videos chorras en YouTube con mi móvil, desafiando a la batería y su integridad; normalmente ver videos en YouTube sería lo último que haría estando con Sunset, pero al final ella misma le gustó la idea y al final nos acabamos adaptando enseguida.

En ese momento nos entreteníamos viendo un video en el que un gatito se había metido en un jarrón proporcionalmente más pequeño a su tamaño, y nos partíamos la caja debido a su alto grado de diabetes concentrado en cinco minutos de puro jolgorio.

-¡Ay, qué bueno!-exclamó Sunset, muerta de risa.

-¡Ya ves! Siempre lo he pensado, internet está compuesto básicamente de videos de gaticos y de ostias-argumenté yo.

-Completamente de acuerdo.

Los dos nos reímos, divertidos, y nos volvimos a centrar en el video; sin darnos cuenta siquiera, llegamos a acercar nuestras caras al punto de tocarnos con las mejillas. Fui a decir algo, cuando de repente oímos un extraño ruido por encima de nuestras cabezas, muy parecido al del carrete de una caña de pescar.

Levantamos la vista y vimos entonces una rama de muérdago enganchada a un sedal en forma de cebo, colgando justo encima de nuestras cabezas. Siguiendo el hilo y la caña vimos también que el que la sostenía era ni más ni menos que un puñetero y tocapelotas Lloyd, el cual sonreía socarronamente, acompañada de una divertida Pinkie Pie.

Quise decir algo, pero en ese momento Sunset me llamó la atención, mirándome con un gesto inquisitivo en su rostro y las mejillas encendidas; por mi parte no pude evitar ponerme nervioso, pero aun así la sostuve la mirada con firmeza. Por un momento no hicimos ni dijimos nada, pero entonces la chica se inclinó hacia mí y yo la imité, hasta que finalmente nos encontramos en un suave y dulce beso. Mi corazón se desbocó, al tiempo que noté como sus suaves labios rozaban con los míos, en una marea de sentimientos desbordados tanto por su parte como la suya. No nos separamos en ningún momento, alargando el beso y el momento todo lo posible, perdiéndonos en él y en nuestros sentimientos, que ahora nos acompañaban.

Me pareció una eternidad, pero finalmente rompimos el beso, mirándonos con las mejillas enrojecidas y sendas sonrisas de felicidad grabadas en nuestros rostros. No nos hizo falta decir nada, tan solo nos volvimos a besar con mucho amor y delicadeza, envolviéndonos en nuestros brazos y dejando pasar el tiempo.


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Estas escenas tienen tantísimo que comentar que, honestamente, no sé si podré abarcarlo todo. El jugueteo de seguir la voz y risa de Pinkie por la casa le pega demasiado, al tiempo que aprovechas para describir más a fondo la casa de Fluttershy (honestamente, me esperaba que utilizases la de Pinkie o la de Applejack, pero también es cierto que hubiese sido más complicado tenerlas para nosotros). Como siempre, seguir un sonido desconocido que te va guiando por un camino es una trampa de las que te avisaría el almirante Ackbar con un megáfono en la oreja, y me la como de lleno... pero es todo lo contrario a una situación aciaga. Esos adecuadísimos gestos pillos y cómplices, acompañados de mis "wtf" corporales, van creando tensión que alcanza su punto máximo al revelarse de qué va todo eso: una rama de muérdago colgando del dintel, presumiblemente recién puesta ahí por la interfecta. La sorpresa da paso a la acción con ese beso que me deja absolutamente petrificado y que, tanto en sí como las emociones que provoca (me encanta el recurso de decir que se ha parado el tiempo en una situación crítica, tanto para lo bueno como lo malo, y la sensación de aislamiento respecto a todo el universo es increíblemente romántica), describes con absoluta perfección. Pero la situación alcanza su cénit cuando, sin perder su lado divertido, me pregunta al oído esa frase tan bonita cargada de amor, humor y esperanza. El beso posterior es infinitamente precioso y tierno, empezando por el acto amoroso de coger de las mejillas pero sobre todo, y como bien dices, porque no hace falta que nos digamos nada. Los actos hablan por sí solos y cambian todo en un instante, y este precioso y mágico momento recibe los retoques finales con caricias y pequeños besos cargados de amor e inocencia.

El troleo ideado por mi ahora novia está tan cargado de mala leche y, al mismo tiempo, buenas intenciones, que es absolutamente demencial en el buen sentido, me da un puntazo extra de "Cupido, el pescador Cabrón" y actúa como el empujón final que necesitábais Sunset y tú (buen gusto con los vídeos de gatetes, por cierto). Es una escena algo más simple en su ejecución, pero que en absoluto desmerece, puesto que está cargada de nerviosismo, dudas e inocencia, sobre todo por parte de Sunset, que te pregunta todo sin decirte nada con las mejillas al rojo en una muestra monísima de timidez. El beso en sí está cargado de sentimiento (buena manera de ensalzarla con lo de los labios suaves, y revelador lo de los sentimientos "que ahora acompañaban" que dice mucho con poco), y vuestras caras de felicidad hacen una escena preciosa, junto con la repetición del acto ahora que ya vuestra relación ha cambiado también.

Y, por si fuera poco, encima hacemos un trolleo bestial a Rainbow en venganza por todas sus putadas, con Applejack acentuándolo ("sé una mujer y dame un beso decente" :qmeparto: ). Lo que me da miedo es eso de que nos lo guarda... ¿se estará marcando un farol o nos la liará en el futuro? :S

La parte más tranquilita y festiva llega con las campanadas de fin de año y la entrega de regalos (cómo os las gastáis Sunset y tú, ricachones :roto2: ), tras un brindis en el que me extrañó algo que nadie se sorprendiese de lo mío con Pinkie, dado que nunca hasta este capítulo nadie del grupo aparte de ti había dicho nada ni había hecho bromas al respecto. Supondré que no hay que explicar absolutamente todo y que ocurren cosas "fuera de cámara". Aun así, es una escena cargada tanto de humor (le voy a dar la razón a Rainbow por una vez con lo que exclama) como de felicidad, y a partir de ahora toca ver cómo se desarrollan las nuevas relaciones, dado que esto solo es un paso más en el camino, no el final (muchas historias terminan con los personajes admitiendo sus sentimientos pero no mostrando su relación, por lo que ansioso y encantado). Los regalos me han gustado, por fin sabemos el destino del megáfono y ese delantal es ideal.

El párrafo final es un cierre perfecto acompañado de un ambiente de festividad y paz, con la revelación de que ya nos da igual estar ahí dado que lo que importa no es el dónde, sino el cómo. Y vaya "cómo": tenemos cosas que hacer, un trabajo, amigos y unas novias maravillosas. Habría que ser gilipollas para seguir quejándose. Estamos altísimo en la montaña de la felicidad... por lo que el golpe del karma cuando el Consejo Escolar y las Dazzlings actúen será durísimo. Hemos trabajado muy duro para llegar hasta aquí y no nos han regalado nada (salvo el anónimo que nos tiene cogidos por los huevos y que en cualquier momento nos puede j*der todo si quiere), por lo que carpe diem.

Gracias por un capítulo tan maravilloso.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sg91 » 23 Jun 2015, 00:08

Capítulo 10
Por corbata


Las vacaciones de navidad pasaron muy rápidamente, más de lo que nos hubiéramos esperado, aunque desde entonces para Lloyd y para mí los días eran únicos e irrepetibles, y por muy buenas razones. Desde que empezamos a salir con nuestras ahora respectivas novias todo parecía cambiar para bien, dándole una perspectiva completamente diferente a todo.

Nada más volver a clase los profesores nos entregaron las notas, con resultados dispares para unos y para otros; aun a pesar de que lo intenté con todas mis fuerzas, en matemáticas me caí con un 4,5 doliéndome especialmente. Aun así Sunset me animó en todo momento, añadiendo que me ayudaría para recuperarla, puesto que ella había aprobado y con notaza además. El resto de asignaturas me salieron mucho mejor, especialmente lengua y geografía, e incluso llegué a aprobar educación física, cosa que me sorprendió gratamente ya que pensaba que Spitfire me iba a catear y meter el doble de caña.

A Lloyd tampoco se le dio nada mal, al contrario que yo consiguió aprobar matemáticas sin problemas, aunque no tuvo tanta suerte en geografía e historia.
En cuanto a las chicas los resultados fueron mucho más variados, Sunset fue la que obtuvo la media más alta de toda la clase, seguida de Rarity y después de Fluttershy, Pinkie, Applejack y por último Rainbow, la cual no tuvo tanta suerte como los demás. Aunque obtuvo una matrícula de honor en educación física, y unas muy buenas referencias por parte de Spitfire, las matemáticas y otras como lengua, filosofía o geografía se la cayeron estrepitosamente, dejándola muy desanimada.

-Joder, soy un desastre, no valgo para esto…

-Oh, vamos dulzura, no digas eso, puede que no tengas el mismo método que estudio que los demás, pero eso no te hace una incompetente.

-¡Pero es que no me ha servido de nada! ¡Intento estudiar como normalmente lo haría cualquiera, pero no consigo memorizar nada! ¡Me es imposible!

-Igual es porque no consigues enfocar bien tu forma de estudio… ¿cómo lo haces para estudiar?-inquirió Sunset, particularmente interesada.

-Pues me miro los apuntes, los subrayo e intento memorizarlos, pero me es complicadísimo, no consigo retener nada…

-¿Dónde sueles estudiar?

-En mi habitación…

Ante eso Sunset se quedó pensativa, rumiando algo en su cabeza, hasta que finalmente habló.

-Me gustaría ver tu habitación ¿podría?

Esa petición cogió con la guardia baja tanto a Rainbow como a los demás, aunque yo alcé una ceja, pensando en posibilidades.

-Eh… sí, supongo, no veo por qué no.

Aprovechando la coyuntura Rainbow nos invitó a venir con ella y pasar un rato en su casa, aceptando de igual forma.

Mientras nos dirigíamos para allá aproveché para acercarme a Sunset, cogiéndola de la cintura y murmurando por lo bajo.

-Creo saber por qué tanto interés por ver su habitación…

-¿Ah, sí? ¿Y por qué, a ver?-inquirió ella, curiosa.

Abrí la boca para hablar, pero al final opté por algo mejor.

-Bueno, no, mejor lo dejo para después, a ver si he acertado.

-Pero no sabes en lo que he pensado…

-Ya, pero algo me lo dice.

-Huy, cuanto misterio…

Los dos nos reímos tontamente, llegando a compartir un gesto cariñoso entre los dos.

-¿Qué cuchicheáis tanto?-inquirió en ese momento Dash.

-Ay, déjalos tranquilos Rainbow ¿no ves que se están dando amor?-murmuró Applejack, divertida.

-¿Y lo monos que están juntos? Hacéis una pareja ideal, queridos-añadió Rarity.

Ante tantos halagos Sunset se abrazó a mí, como si posara para una foto, al tiempo que yo la cogía por la cintura, acercándola a mí. En ese momento Pinkie saltó comentando.

-¡Hey! ¡Podríamos hacer un concurso en plan la pareja más mona! ¡Seguro que Lloydi y yo os ganamos!

-Bueno, eso habría que verlo…-comenté yo, como quien no quiere la cosa.

-Pues oye, por mi parte no me importaría…-murmuró Lloyd, mirándome con gesto retador.

Aun a pesar de esa puya lo dejamos estar y llegamos enseguida a casa de Rainbow, que no estaba muy lejos del instituto, cerca de la plaza del ayuntamiento. La chica fue la primera en entrar, dejándonos pasar inmediatamente después.

-Mis padres no están en casa, así que podremos estar a nuestras anchas-comentó una vez dentro.

-Bueno, aunque primero prefiero ver tu habitación…-remarcó Sunset.

-Claro, está al fondo a la derecha.

Acompañando a ambas chicas, entramos en ella, la cual era lo más parecido a un santuario al deporte y a la competición; en las paredes colgaban varios posters de los Wonderbolts, un par de banderas de los Wondercolts de Canterlot, y varias fotos en las que salía la propia Rainbow participando en competiciones deportivas varias. En una estantería se podía observar la colección completa de Daring Do, aunque lo que más destacaba era una gran hilera de trofeos y premios en la balda más alta. En un escritorio junto a una ventana había un ordenador con la pantalla en modo espera, y se podía oír a la CPU trabajando en modo pasivo.

-¿Ahí es donde estudias?-inquirió Sunset.

-Sí, claro.

La chica se acercó al escritorio para verlo mejor; una pila de papeles y cuadernos se amontonaban en el lado izquierdo, junto a una bebida isotónica vacía y varios lápices y bolis. El teclado del ordenador se encontraba justo al lado junto al ratón. Sunset lo movió brevemente para que la pantalla se encendiera, mostrando la interfaz del emule descargando varios archivos a la vez. El gesto en mi cara se torció, sin poder evitar opinar.

-¿Emule? ¿En serio?

-¿Qué pasa? Así es como me descargo mis juegos y películas…-murmuró Rainbow, con voz queda.

-Dash, yo solo te digo que las redes P2P las carga el diablo…

-¿Y cómo quieres que me descargue nada entonces, genio?

-Descarga directa de toda la vida…

Antes de que pudiera decir nada más, Sunset me echó una reprobatoria mirada al tiempo que murmuraba.

-Cielo…

-Oh, perdona, nena…

Tras ese rápido inciso, Sunset no tardó nada en pronunciarse.

-Vale, me temo que en estas condiciones es complicado llevar un estudio eficaz. Tienes demasiadas distracciones a tu alrededor y no aprovechas bien el espacio. Yo que tú me replantearía reordenar tu escritorio, Rainbow… y la habitación ya de paso.

-Espera, espera ¿hablas en serio?-inquirió la aludida, alucinada.

-Claro, el espacio de estudio es importante, es donde memorizas y aprendes lo que estudias…

-Sunset, no te lo tomes a mal, pero suenas como una cerebrito…-comentó Rainbow, algo confusa.

La chica esbozó una mueca exasperada, aunque antes de que pudiera contestar Rarity salió al paso.

-A ver, querida, Sunset tiene razón, las cosas aquí están un poco… ¿Cómo decirlo sin que suene mal?

-¿Desorganizadas?-sugirió Lloyd.

-¿Descolocadas?-hizo lo propio Pinkie.

Ante eso Rainbow esbozó una inquisitiva mirada, sin saber a dónde querían llegar a parar.

-Mira, dulzura, te lo voy a resumir: tu habitación es un desastre-soltó Applejack.

-¡Oye, de eso nada, mi habitación es como un templo, es perfecta!-exclamó ella, molesta.

-Pues lo será para ti…

Antes de que Rainbow pudiera responder, Sunset retomó el hilo para evitar que se perdiera del todo.

-El punto es que este entorno es el menos apropiado para estudiar, Rainbow. Si lo que quieres es sacarte las siguientes evaluaciones y recuperar el resto yo de ti me replantearía cambiar tu forma de estudiar.

-¿Y cómo se supone que voy a hacer eso? No se me ocurre otra forma de estudiar que no sea la mía propia… aunque no valga para nada-masculló ella por lo bajo, algo resentida.

Sunset fue a responderla, pero yo me adelanté comentando.

-Fácil, mediante técnicas de estudio.

Hubo un breve silencio durante el cual todos me miraron brevemente hasta que Sunset habló.

-Te lo estabas guardando para ahora ¿no?

-Por supuesto-la dije yo, sacándola la lengua de forma juguetona.

-¿Técnicas de estudio?-repitió Rainbow, extrañada.

-Claro, formas de aplicar y mejorar tu forma de estudiar, estuve haciendo un curso interno durante varias semanas en mi anterior instituto, y funcionan, todo sea dicho.

-Sí, de hecho gran parte de colegios e institutos poseen unas clases de apoyo en la mayoría de los casos, y el nuestro no es menos, así que…-añadió Sunset.

-Bof, no sé… ¿más clases sólo para aprender a estudiar? Pues vaya…-murmuró Rainbow, contrariada.

-Oh, vamos, dulzura, con esa actitud no vas a llegar a ninguna parte…

-Applejack tiene razón, Dashie, si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?-inquirió Pinkie acertadamente.

-Je, intenta decir eso diez veces y a toda pastilla…-la sugirió en ese momento Lloyd, divertido.

-¡Vale! Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar? Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?

Rápidamente los dos se liaron a hablar y a hablar, sin prestar atención a nada más; Rarity tomó la palabra justo después.

-Mira, querida, estoy de acuerdo con los demás, tienes que cambiar tus métodos de estudio, y por mi parte estoy dispuesta a ayudarte a redecorar tu habitación. Además, estoy segura de que los demás estarán dispuestos a ayudarte…

-¡Claro!

-¡Por supuesto que sí!

-No lo dudes, dulzura.

-Ya sabes que yo siempre estoy dispuesta a ayudarte, Rainbow…

Por su parte Pinkie y Lloyd seguían con su perorata, aunque entre medias llegaron a asentir con la cabeza y a levantar sus pulgares hacia arriba. Ante tanto apoyo Rainbow acabó por acceder.

-Ah, está bien, lo haré… gracias, chicos, de verdad.

-Hey ¿para qué están los amigos si no?

Antes de que alguien pudiera decir nada más, Pinkie exclamó.

-¡Ah, ahora, ahora, abrazo en grupo!

De golpe y porrazo, entre ella y Lloyd asió a todo el mundo en un gran abrazo, con Rainbow en el medio. El gesto duró poco menos de cinco o seis segundos, antes de que la chica de pelo multicolor se desembarazara del resto mascullando.

-¡Agh, vale, yo también os quiero, pero ya sabéis que necesito mi espacio!

Ante eso los demás nos reímos confidentemente, uniéndose Rainbow al poco rato. Afuera el día comenzaba a declinar, con varias nubecillas coronando el cielo.


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Rainbow
¿Dónde estáis?

Lloyd
Estamos llegando, dadnos unos minutos de nada

Sg
Es que Lloydi no se decidía sobre qué ropa ponerse…


Pinkie
Oh, Lloydi, no hace falta que te pongas guapo para mi…

Lloyd
Ya, pero para ti sólo lo mejor de lo mejor ;)


Pinkie
Awwww ^^

Rainbow
Ah, iros a un hotel…

Lloyd
Rainbow… ¬ ¬


Rainbow
XDDD

En ese momento llevábamos un poco de prisa, y no era por nada. Dado que habían reabierto el nuevo centro comercial, ya que había estado cerrado durante las navidades por obras tras reventar varias tuberías debido al frío, habíamos quedado ese mismo día para ir a comer todos juntos aprovechando que era sábado y que el comienzo del trimestre había sido mucho más suave de lo esperado. Rainbow había empezado a asistir a clases de técnicas de estudio, siendo ayudada también por Sunset, la cual la estuvo reorganizando sus horarios para que aprovechara mejor el tiempo de trabajo. Por su parte Rarity la estuvo aconsejando para reordenar su habitación, poniendo la mesa más cerca de la ventana, la cama apuntando hacia el norte y el resto de cosas en distintos lugares, excepto las baldas, que pesaban demasiado para ser movidas.

Tras una rápida carrera desde la parada del autobús hasta la puerta llegamos al lugar, dirigiéndonos hacia los ascensores para subir a la tercera planta, donde habíamos quedado.

-¿Qué hora es?-inquirió en ese momento Lloyd, todo apurado.

-Las dos menos cuarto…

-¡Genial, cuarto de hora tarde!

-Oh, vamos, tampoco es para tanto…

-¡Oh, sí, porque a ti te encanta llegar tarde!

-¡Ah, venga ya, somos españoles, estamos acostumbrados a llegar tarde!

-¡Sí, claro, porque tú lo digas!

Vimos los ascensores justo delante de nosotros, situados justo en el centro del lugar, aunque había una cola de narices para entrar.

-¡Agh, gente, mucha gente!-exclamó Lloyd.

-¡No, espera, mira el de ahí!-comenté en ese momento al ver el de una esquina, al lado de los baños.

Nada más verlos, y porque la naturaleza es así de oportuna, comencé a sentir unos retortijones bastante serios que me dejaron doblado.

-¡Agh!

-¿Qué pasa?

-Mierda, necesito ir al baño… ve subiendo tú, dilas que ahora voy-mascullé yo, apretando el paso.

-Pues sí que…-murmuró Lloyd por lo bajo.

Al pasar justo al lado las puertas del ascensor se abrieron, saliendo de él varias personas, pero yo tenía otro destino en mente, metiéndome de cabeza en los baños. Perdí a Lloyd en cuanto doblé la esquina hacia su interior.


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Por su parte Lloyd apretó el paso al ver que el ascensor había llegado, metiéndose en él rápidamente, clicando la tercera planta y machacando el botón de cierre de puertas. Estas comenzaron a cerrarse, pero en ese justo momento oyó a una voz demasiado familiar exclamar al otro lado.

-¡Un momento, un momento!

Un pie se interpuso a tiempo, las puertas se abrieron de nuevo, revelando a una persona engominada y non grata.

-¡Anda, Lloyd, qué sorpresa!-exclamó Flash.

Por su parte el aludido no dijo nada, tan solo esbozó una asesina mirada que apenas trató de ocultar.

-¿Subes?

Lloyd quiso contestar, pero tan solo le salió un seco gruñido. En ese momento el interfecto se encontraba solo, por lo que se podía permitir contestarle con una genuina y adusta indiferencia aderezada con un poco de odio reprimido. Sin embargo Flash entró en el ascensor y clicó la tercera planta, hablando de seguido.

-Bueno, yo también, he quedado con mis amigos para tomar algo en el Burger…

Lloyd prefirió no decir nada, aunque la idea de compartir el ascensor con él no le hacía ni la más mínima gracia; por un momento deseó que más gente entrara, pero la divina providencia no estaba por la labor en ese momento y las puertas se cerraron con ellos dos dentro. El ascensor comenzó a subir, aunque le dio la sensación de que en ese momento el armatoste pesaba un quintal y tardaba mucho más en ascender. Un denso y abrumador silencio se instaló entre los dos, con alguna que otra mirada de odio que Lloyd le lanzaba por el rabillo del ojo. Sin embargo Flash se mostró particularmente hablador, comentando de seguido.

-Y cuéntame ¿Qué tal los exámenes?

Por un instante Lloyd no quiso responder, pero por alguna extraña razón llegó a mascullar.

-Bien.

-Ah, me alegro… yo también bien, la verdad.

El gesto de Lloyd se torció, dibujando una mueca de asco reprimido y sin decir nada. El número de piso en la pantalla superior al cuadro de botones mostró un dos, a Lloyd le pareció que había pasado una eternidad. Flash quiso decir algo, pero en ese momento el ascensor dio un bandazo, las luches se apagaron e, inmediatamente después, la de emergencia se encendió, alumbrando débilmente el interior del habitáculo. En cuanto comprendió lo que había pasado, Lloyd musitó.

-Vamos no me jodas.

Se acercó a los botones y clicó el tercero con ansias y furia reprimida, pero el ascensor no se movió.

-Vaya, qué mala pata, parece que se ha ido la luz…-murmuró Flash, contrariado.

-Gracias, capitán obvio…-pensó Lloyd en lo más hondo de su ser, cogiendo su móvil.

Pero, para su infinito horror, no había cobertura ahí dentro. Flash también sacó el suyo para confirmarlo de nuevo.

-El mío tampoco tiene…

-De nuevo, gracias capitán obvio…-musitó Lloyd, desesperándose por momentos.

-Vamos a tener que esperar a que vuelva la luz… no vamos a poder usar la alarma tampoco…

-No, sí que se puede, normalmente estas alarmas suelen tener una batería propia…-obvió Lloyd, apretando el botón.

Nada más hacerlo un insistente y agudo pitido comenzó a resonar por el hueco, oyéndose seguramente fuera. Lloyd miró con desdén a Flash, el cual no dijo nada, visiblemente cortado.

Dado que había que esperar igualmente a que les rescataran, Lloyd se sentó en el suelo sin decir nada, tratando de ignorar el hecho de que se había quedado encerrado en el ascensor con el único pero que le ponía a ese mundo. Flash le imitó al poco rato y estuvieron callados durante unos breves minutos que parecieron horas.

Finalmente, y tras varias miraditas fugaces, Flash abrió la boca, cosa que Lloyd vio; por un instante el chico pidió a lo más sagrado que no le hablara, pero al final lo hizo.

-Eh… ¿puedo hacerte una pregunta, Lloyd?

El aludido contuvo como pudo un suspiro exasperado, sopesando las posibilidades. No sabía cuándo les iban a sacar de allí, y el suplicio por el que estaba pasando no era comparable ni a la peor de sus pesadillas. Por alguna extraña razón el chico asintió levemente con la cabeza, haciéndole un gesto para que hablara de una maldita vez.

-Está bien, a ver… sé que no te caigo bien ¿vale? Es algo que se te nota, y no es que te lo esté echando en cara, tus razones tendrás, pero es que siempre me he preguntado… ¿por qué? Te lo pregunto porque personalmente siempre intento caer bien a todos ¿sabes? Siempre trato de hacer amigos y congeniar. Sé que es algo un poco tonto, ya que no siempre le puedes caer bien a todo el mundo, pero es que… contigo siento que no he hecho nada malo en particular, quiero decir… agh, no sé si me explico…

Para entonces Lloyd estaba que no se lo creía, con una cara de estupefacción total grabada en su rostro. Pensaba que Flash no podía llegar a cuotas tan altas de tontuna e ingenuidad, pero esto le sobrepasaba. Aunque por otro lado le extrañaba, ya que encima parecía ser genuino. Tratando de no espetarle nada grosero por pura consideración, teniendo en cuenta sobre todo que el chico se había sincerado de alguna u otra forma, Lloyd abrió la boca y masculló.

-Flash… ¿Cuál es tu propósito?

-¿Eh? ¿Propósito?

-Sí ¿Qué es a lo que aspiras, cuál es tu meta, qué fin tienes en la vida?

El chico de pelo engominado se quedó un tanto extrañado ante esas preguntas, no muy seguro de por qué se las preguntaba. Pero finalmente, tras unos breves instantes, Flash respondió.

-Bueno, siempre he querido ser un guitarrista famoso… desde pequeño me ha gustado la música.

-Ah, ya, claro… ¿y nada más?

Flash le miró fijamente por unos instantes, como si de repente se hubiera acordado de algo, hasta que murmuró.

-Sí… principalmente por mi madre.

Esa revelación cogió con la guardia baja a Lloyd, el cual le miró con gesto sorprendido. Al notar esto, Flash suspiró y continuó relatando.

-Ella siempre me apoyó, estuvo ahí para mí, animándome incluso cuando todo parecía que no funcionaría. Desde siempre he sido un chico muy inseguro y torpón, me gustaba mucho la música, quería llegar a ser un gran guitarrista, pero no siempre me salía bien. Era en esos momentos cuando mi madre siempre me animaba para que no me rindiera, apoyándome para que superara mi inseguridad y persiguiera mi sueño. Incluso ahora, que no está conmigo, sigo adelante por ella. Porque se lo prometí en su día.

Para entonces la voz del chico se quebró ligeramente, llegando a observar un ligero brillo en sus ojos. Lloyd, que no se esperaba para nada una revelación parecida, se apresuró a contestar.

-Lo siento, perdona, no era mi intención…

-No, no pasa nada, después de todo no lo sabías. No es algo de lo que hable con todo el mundo, pero… como me lo has preguntado, he preferido contestar.

-Aun así no tenías por qué…

-Nada, después de todo siempre es bueno hablarlo. Incluso ahora lo sigo hablando con mi padre cuando tenemos la ocasión. Hace que me acuerde de ella y es como si volviera a estar conmigo. Antes me dolía, pero he aprendido a verlo de otra forma. Ahora es hasta reconfortante.

Por un momento todo parecía cambiar, como si lo demás dejara de tener sentido; por un lado Lloyd no se esperaba para nada algo así, pero por otro lado también se esperaba algo así. Y aunque pareciera un tanto trillado y muy visto, encajaba de todos modos. Después de todo, ahora sabía algo de él. Al menos ahora no era una pared en blanco.

-No te sientas mal, en serio. Ya te digo que fue una fase, yo era pequeño, y por aquel entonces me costó mucho más. Si no hubiera sido por mi padre, quizás ahora no estuviera hablando contigo o me hubiera molestado en intentar conocerte.

-¿Querías conocerme?-repitió Lloyd, extrañado.

-Claro, siempre intento conocer a todo el mundo, sobre todo después de que mi madre se fuera. Aparte de animarme con lo de la guitarra, también me alentaba a hacer más amigos, ya que cuando era pequeño era tan inseguro que incluso eso mismo me hacía echarme atrás a la hora de conocer a otras personas. Para mí, mi madre era mi heroína. Incluso ahora lo sigue siendo.

Para entonces Lloyd podía notar como el odio que sentía por el nuevo Flash Sentry cambiaba por entendimiento y simpatía; parecía cosa de brujería, pero era así. Ya no encontraba motivo para odiarle por ser un cliché andante, que lo seguía siendo, pero al menos ahora tenía color. Aunque el hecho de que se hubiera fijado así sin más en Twilight aún le chirriaba.

-Entonces supongo que también tendrías problemas con las chicas ¿no?

-Ah, sí, bueno, la verdad es que con ellas siempre he sido muy tímido. La primera en fijarme fue Sunset, ya que cuando la conocí parecía ser tan tímida como yo. Pero al final resultó ser una fachada. Sé que ahora ha cambiado, y me alegro por ella, pero eso tan solo fue humo. Aunque por lo que sé está saliendo ahora con Sg ¿no?

-Ah, sí…

-Bueno, si él ha conseguido conectar con ella mejor que yo, pues estupendo. Me alegro por ambos, por supuesto. Ah, y tú estás saliendo con Pinkie Pie ¿verdad?

-Sí, desde año nuevo…

-Vaya, enhorabuena, debe ser como una fiesta cada día…

-Sí, básicamente.

Los dos chicos se rieron con confidencia. Si alguna vez le hubieran dicho a Lloyd que se encontraría en una situación semejante con alguien como Flash, nunca se lo hubiera creído ni en todos los días de su vida.

El chico quiso indagar un poco más, pero en ese momento las luces del ascensor volvieron a lucir, y este retomó su ascenso; ambos se pusieron en pie y, tras unos breves segundos, las puertas se abrieron.


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Cuando se fue la luz yo me encontraba en el baño, y al poco rato pude oír la alarma del ascensor resonar. Obvié entonces que Lloyd se había quedado encerrado y fui a buscar a las chicas para ponerlas sobre aviso, además de buscar ayuda. Por lo que pudimos saber la corriente se había sobrecargado, provocando el apagón, aunque los de mantenimiento se movieron deprisa para arreglarlo. Un técnico nos atendió amablemente, usando una llave para reactivar al ascensor en cuanto regresó la luz.

En cuanto las puertas se abrieron Lloyd salió acompañado de cierta persona que no me esperaba ver; nada más verle Pinkie se lanzó sobre él, envolviéndole en un rápido abrazo.

-¡¡Oh, Lloydi, gracias al cielo, estaba tan preocupada!!-exclamó la chica.

-Tranquila, estoy bien…

-Menos mal… ¡ah, hola Flash!

-Hola Pinkie… gracias por ayudarnos-añadió el chico, dirigiéndose al técnico.

-De nada, chaval, es mi trabajo.

Flash se despidió rápidamente de nosotros, aunque antes de que se fuera Lloyd se adelantó y le llamó.

-Flash…

-¿Si?

Sin decirle nada, Lloyd le tendió la mano y Flash se la dio con efusividad, cosa que me dejó completamente muerto. Una vez que se fue me acerqué a Lloyd y le espeté.

-Vale ¿quién eres tú y qué has hecho con Lloyd?

-Que soy yo, leñe… luego te explico-me espetó por lo bajo.

-Huy, sí, ya lo creo que sí, por la cuenta que te trae-añadí yo, alucinado.

No obstante Lloyd no parecía darle mayor importancia, cosa que me dejaba aún más flipado, aunque al final lo dejé estar puesto que tenía hambre y estábamos allí para ir a comer, por lo que las preguntas podían esperar. Mientras tanto, el centro comercial reanudaba su actividad tras el apagón.


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-Vale, entonces podemos afirmar con seguridad que muchos de los ports apestan… al menos los que menos dinero invierten en ellos.

-Bueno Adam, eso es relativo, hay veces que aunque las compañías de turno tienen dinero suficiente como para hacer uno en condiciones, deciden hacer un truño enorme sólo para favorecer a las versiones superiores… y te podría decir un buen ejemplo, Sombras de Mordor para old gen-murmuré yo, con conocimiento de causa.

-Ya, vale, pero porque el desarrollo de ese juego se centró en la next gen-comentó en ese momento Scribble Dee.

-En ese caso ¿para que se molestan en hacer un port mierdoso?-obvié yo, particularmente molesto.

-Por puras ventas, para aprovechar el tirón, because money básicamente-murmuró Lloyd, con voz queda.

-También…

Adam fue a decir algo, pero en ese momento alguien llamó a la puerta.

-Adelante.

En cuanto la puerta se abrió dos figuras familiares se entrevieron en su umbral, una en concreto hizo que se nos cayera el alma a los pies.

-¿Qué club es este, Celestia?

-El de tecnología… chicos, el superintendente Discord ha venido de inspección, quiere echar un vistazo a los clubes ¿os importa que esté por aquí?

-No, para nada directora, pueden pasar-asintió Adam.

Sin embargo a nosotros sí que nos importaba, y mucho, pero no tuvimos más remedio que apechugar, mientras notábamos como se nos subían a la garganta.

Celestia fue la primera en entrar, seguida de Discord, el cual se encontraba ojeando unos papeles.

-Así que el club de tecnología… ¿y qué hacéis aquí, si se puede saber?

-Oh, pues charlamos sobre tecnología, ya sabe, videojuegos, ordenadores, tabletas, móviles…-informó Adam.

El ceño de Discord se torció, mirando a su alrededor y viendo todo lo que teníamos.

-¿Todo esto lo ha pagado la administración?

-Oh, no, que va, todo lo que ve aquí lo hemos ido reuniendo poco a poco, son aportaciones propias…

-¿De veras?-inquirió Discord, levemente impresionado.

-Sí, no es gran cosa, pero con poco que tenemos nos basta.

Los ojillos rojos de Discord regresaron a los papeles, pensando en vete tú a saber qué; en un momento dado levantó la vista y clavó la mirada en nosotros, lo que hizo que contuviéramos la respiración.

-Bueno, dado que no sois muchos y parece que no suponéis un gasto desmesurado, puedo considerar mantener este club. Felicidades, otros no han tenido tanta suerte.

Esa repentina revelación nos dejó a todos particularmente sorprendidos a la par que extrañados, sobre todo a nosotros; no habíamos vuelto a ver a Discord desde aquella vez en el hall, y de alguna forma nos esperábamos que fuera a tomar represalias o algo por el estilo. Sin embargo todo parecía ir bien. El misterioso anónimo no había vuelto a contactar con nosotros desde la última vez, ni Luna ni Celestia nos habían vuelto a llamar, y todo se conservaba en una tranquila calma que nos tranquilizaba e inquietaba a partes iguales.

-Qué raro es todo, me esperaba que hiciera algo con respecto a nuestra situación…-comenté yo en un momento dado, mientras volvíamos a clase.

-Ciertamente, aunque me llama la atención lo que ha dicho sobre los clubes-murmuró Lloyd a media voz.

Llegamos a clase enseguida, aunque nada más entrar oímos la voz de Rainbow gritar.

-¡¡No me pidas que me calme, Applejack, no puedo estar calmada, no cuando tres clubes que yo llevaba han cerrado así sin más!!

-¡Ya te he dicho que lo siento, dulzura, pero es que te cabreas tu sola!

-¡¡Que me cabreo…!! ¡¡Gracias por tu apoyo, Applejack, me estás ayudando mucho!!

Fluttershy se encontraba no muy lejos de la puerta, viéndose algo intimidada por la bronca que las dos estaban montando; nos acercamos a ella para preguntarla qué estaba pasando.

-Fluttershy ¿Qué ha pasado?

-No lo sé muy bien, estábamos hablando cuando de repente Rainbow entró hecha una furia, parece ser que han cerrado varios clubes deportivos que ella dirigía. Applejack trató de calmarla, pero ahora Rainbow la ha tomado con ella.

Por un breve momento los dos nos miramos, recordando lo que Discord comentó. Justo después otro grito nos desvió la atención.

-¡¡Applejack, llevo tres años al frente de esos clubes, el año pasado conseguimos ganar la Junior Cup y la Liga Juvenil con los chicos de futbol y baloncesto, los trofeos están en el hall, y ahora van y me los cierran así sin más, sin ningún tipo de explicación!! ¡¡No es justo!! ¿¡Quién es el responsable?!

-¿A qué viene todo este alboroto?-inquirió Rarity, entrando en ese momento en clase acompañada de Sunset y Pinkie.

-Rainbow está cabreada porque han cerrado varios de sus clubes…-explicó Lloyd.

-Oh, cielos ¿a ella también?-masculló Rarity.

-¿A ti también, Rarity?-obvié yo.

-Sí, el club de costura también ha cerrado, me lo acaban de contar Naomi y Norman… parece ser que el superintendente Discord está haciendo inspección y cerrando los clubes que más gastos generan.

-Ah, claro, entonces es por eso por lo que no ha cerrado el nuestro…

-¿¡Cómo?!-musitó en ese momento Rainbow, dándose la vuelta y mirándonos con furia reprimida.

-Oh, mierda…

Antes de que pudiéramos decir nada más, la chica se acercó a nosotros pisando fuerte, cogiendo de los hombros a Lloyd y dirigiéndose a él con contundencia.

-Repite eso.

-A ver, Rainbow, deberías calmarte un poco…-balbuceó Lloyd, algo acongojado.

-Lloyd, te lo estoy pidiendo buenamente, repite lo que acabas de decir.

-Eh, a ver, comprendo que estés enfadada, pero enfadarte aún más no va a solucionar nada…

-¡¡Ese no es el punto, Lloyd!! ¡¡Me ha parecido oír comentar a Rarity que el superintendente Discord está cerrando los clubes que más gastan, pero por alguna extraña razón el vuestro no ha cerrado!! ¿¡Por qué?!

-¡¡Rainbow Dash, ya basta, estás haciendo una montaña de un grano de arena, el club de tecnología es más pequeño que la gran mayoría de los clubes deportivos, es normal que gasten más!!-obvió Rarity con contundencia.

-¡¡Pero tienen más méritos, han ganado competiciones, han descalificado a otros institutos, y todo gracias a mí, a mí!! ¡¡Es mí esfuerzo, y así me lo pagan!! ¡¡Esto no va a quedar así!!

Sin decir nada más, Rainbow salió de clase a paso ligero y hacia una más que segura expulsión indefinida.

-Ay, dios, se va a liar…-masculló Lloyd.

-¡Tenemos que detenerla! ¡¡Rainbow, no lo hagas Rainbow!!-exclamó Rarity, echando a correr tras ella y siguiéndola nosotros inmediatamente después.

Sin embargo en esos instantes Rainbow estaba tan cabreada que solo veía lo que tenía delante, avanzando cual elefante desbocado armado con un cañón y dispuesto a arrasar con lo que fuera. Tratamos de detenerla, pero mucho antes de lo esperado la chica llegó hasta el hall, donde Discord y Celestia se encontraban hablando entre sí.

-¡¡Usted!!-gritó Rainbow nada más verle.

Discord levantó la mirada, conservando un porte y una seriedad que hubiera desarmado a cualquiera, pero Rainbow no se mostró reacia en ningún momento.

-¿Sí, señorita?

-¿¡Con qué derecho se cree a cerrar los clubes de fútbol, baloncesto y balonmano sin consultarme a mi primero?!

-¿Y usted es…?

-¡¡Rainbow Dash, la capitana de esos equipos!!

-Rainbow Dash… ah, sí, me parece que no tuvimos la ocasión de hablarlo porque… oh, claro, porque no estaba presente-murmuró Discord con una frialdad apabullante, mientras consultaba sus papeles.

-¡¡Nadie me avisó, ni siquiera usted!!-le espetó Rainbow Dash, cada vez más cabreada.

-Oh, mis más sinceras disculpas, señorita Dash, pero no es cosa mía si los coordinadores de los clubes no se leen las notificaciones y circulares que la administración manda…

Ante eso Rainbow se quedó repentinamente desarmada, sin saber cómo responder. Celestia, que en ese momento comenzaba a sudar frío, aprovechó para intervenir.

-Rainbow Dash, siento que haya pasado esto, pero tienes que entenderlo, hemos tenido que cerrar los clubes porque la administración necesita ahorrar dinero.

-¡¡Ya, claro, y por eso deciden cerrar lo que ha conseguido que esas vitrinas de allí se vean tan vistosas!! ¿¡No?!-la espetó la chica, cargando contra ella.

-Señorita Dash, si no es usted lo suficientemente madura como para comprender que el instituto no gira en torno a sus logros, entonces estos no son tan relevantes como usted piensa que son-masculló entonces Discord.

Esas palabras golpearon duro a Rainbow, la cual se quedó con una cara desencajada, sin poder decir ni hacer nada más. Por nuestra parte estábamos helados, las chicas no decían nada, y tanto Lloyd como yo nos encontrábamos flipados ante la impasibilidad y frialdad de Discord, el cual miró a Celestia y murmuró.

-Que conste que esto quedará reflejado en el expediente.

La directora tan solo asintió levemente, la cual taladró a Rainbow con la mirada en un gesto en el que se podía leer: en mi despacho después de clase.

Inmediatamente después tanto ella como Discord se retiraron, y una vez sola Rainbow se acercó a las vitrinas, contemplando los trofeos que en ella se exponían; en su cara multitud de sentimientos encontrados se reflejaban en muecas que eran tanto fáciles como difíciles de identificar. Justo después comenzó a aporrear el cristal con rabia, al tiempo que se dejaba caer al suelo y gruesos goterones se asomaban en sus ojos; las chicas se movieron rápido y fueron a confortarla, nada más llegar a su lado Rainbow se lanzó sobre ellas y lloró sobre el hombro de Rarity, al tiempo que las demás se congregaban a su alrededor en un abrazo lleno de consolación. Por nuestra parte nos quedamos a una distancia prudencial, aún chocados por todo lo que había pasado.

-Ostia p*ta…-masculló Lloyd por lo bajo.

-Ya ves…

Los sollozos de Rainbow resonaban por todo el hall y los pasillos, llamando la atención y haciendo que mucha gente se congregara para ver lo que había pasado, encontrándose con algo nunca antes visto. Aunque en ese momento la chica se encontraba demasiado dolida como para que la importara. Afuera Discord y Celestia hablaban duramente entre sí. El día se volvió más frío que nunca.


(Continúa en el siguiente mensaje)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sg91 » 23 Jun 2015, 00:21

(Continúa del anterior mensaje)



Tras el incidente Rainbow fue expulsada de forma cautelar, cosa que la chica aceptó sin más. No fue permanente ni nada por el estilo, tanto solo fue durante diez días, aunque para entonces el daño ya estaba hecho y el orgullo de la chica había sido profundamente herido. Desde entonces se encontraba bastante desanimada y visiblemente deprimida. Por nuestra parte siempre íbamos a verla después de clase para animarla y durante los fines de semana salíamos a dar una vuelta y a tomar algo al Sugarcube Corner después de trabajar, pero no resultaba tan efectivo como en un principio pensamos. Ni siquiera los videojuegos o el deporte, que era lo que más la gustaba, conseguían animarla lo suficiente como para borrar el permanente gesto de consternación que se instaló en su cara desde entonces. Era muy raro verla así, ya que de alguna forma nos habíamos acostumbrado a verla más activa y con esa constante sonrisita de confidencia que la mayoría de las veces solía esbozar. Y este detalle en concreto era lo que más dolía a Pinkie especialmente.

-Oh, vamos Dashie, tienes que animarte, no puedes estar así siempre…

-Déjame en paz, Pinkie, no estoy de humor…

-¡Pero alguna vez tienes que animarte! ¡Vamos, esa no es la Rainbow Dash que yo conozco!

-La Rainbow Dash que tú conoces ya no está, Pinkie… por favor, déjame tranquila.

Aunque Pinkie era incisiva la gran mayoría de las veces, ver así a la que siempre había sido su compañera de bromas y diversiones también la desanimaba un tanto; sin embargo al menos ahora tenía a alguien con quien hablarlo.

-Oh, Lloydi, estoy tan preocupada por Dashie… por más que lo intento ella me rechaza, a veces me da la sensación de que ya no me quiere como amiga.

-Eh, vamos, sabes que eso no es verdad, y también sabes cómo es Rainbow. La verdad siempre duele, y cuando te lo hacen ver de esa forma duele aún más…

-¡Todavía no me puedo creer que el supernintendo Discord haya sido tan malo con ella!

-Sí, lo cierto es que ha sido particularmente cruel… pero no te desanimes, lo único que podemos hacer por ahora es darla un tiempo, quien sabe, igual al final sale de su depresión ella sola.

-Sí, supongo que tienes razón… gracias, Lloydi, te quiero mucho…

-¿Sí, mucho, mucho?

-Como la trucha al trucho.

Ambos se rieron tontamente, dándose un suave beso en los labios. Justo después Pinkie reaccionó.

-¡Ah, por cierto, dentro de poco va a ser San Valentín!

-Ah, sí, todavía tengo que mirarme un traje…

-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.

El chico quiso pronunciarse, pero la vio tan emocionada y feliz que se sintió incapaz de negarse o algo parecido. Y ahora, cumpliendo como un hombre, debía de enfrentarse a su destino.

-Bueno, por fin la hora de comer… aunque espera, tú ahora vas a ir a conocer a tus suegros ¿no?-recordé en ese momento, mientras salíamos de clase.

-Sí… deséame suerte-masculló Lloyd, visiblemente nervioso.

-Oh, vamos, seguro que no es tan malo… el detalle de los suegros siempre ha sido muy estereotipado, no tiene por qué ser así.

-Ya, pero no puedo evitar pensar lo contrario…

-Nada, fuerza y honor, ya verás cómo vuelves de una pieza-le animé, dándole un toque en el hombro.

-Eso espero…

Antes de llegar a la cafetería Pinkie reapareció, ya que había ido al baño, y cogió del brazo a Lloyd al tiempo que decía.

-¡Ya estoy lista! ¿Nos vamos?

-Ah, claro…

-¡Bien! ¡Nos vemos luego, chicos!-exclamó Pinkie.

-¡Hasta luego, queridos!

-¡Buena suerte!-añadió Applejack.

Les vimos alejarse hacia la puerta principal y, una vez que se fueron, me pregunté en voz alta.

-¿Le irá bien?

-Seguramente-asintió Sunset, a mi lado.

-Bueno, eso depende, la familia de Pinkie es muy… especialita, por así decirlo, y que conste que lo digo en el buen sentido-comentó Applejack.

-¿Ah, sí?

-Huy, no sabes nada, Sg…

Ante ese comentario me quedé un tanto extrañado, llegando a pensar si le iría realmente bien. Aunque preferí aparcar mis pensamientos un rato mientras nos dirigíamos a comer.


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El camino hacia la casa de Pinkie parecía darse en una cuesta con una inclinación del 80%, o al menos esa era la sensación que le daba a Lloyd. A cada paso que daba notaba como si sus pies fueran de plomo, y al contrario que Pinkie, que iba muy animada, él se sentía cada vez más y más nervioso. Al principio trataba de hacer que no fuera muy evidente, pero al final Pinkie lo notó e inquirió.

-Hey ¿Qué te pasa, Lloydi, a qué viene esa cara? ¿No estás emocionado por conocer a mis padres?

-Bueno, es eso mismo, Pinkie, es que… no es que no quiera conocerles, seguro que son encantadores, es solo que… estoy un poco nervioso.

-¡Ah! Oh, no seas tonto, no veo motivos para estar nervioso… estoy segura de que les encantarás tanto a mis padres como a mis hermanas-murmuró ella, quitándole hierro al asunto.

-Seguro… aunque espera ¿no están tus hermanas en el instituto también?

-Oh, sí, normalmente se quedan a comer, pero como era una ocasión especial, ya que venias tú, pues también se han unido. En cuanto le dije a mi hermana mayor, Maud, que estábamos saliendo, se mostró particularmente interesada por conocerte, casi tanto como mi padre.

-Ah, qué bien…

-¿A que si? No puedo esperar a que les conozcas… ¡vamos, vamos!-exclamó Pinkie echando a correr y arrastrando consigo a Lloyd.

Tras una rápida y movidita carrera llegaron finalmente a casa de Pinkie, la cual se encontraba dos calles más abajo del Sugarcube Corner, en un bloque de apartamentos de no más de cinco pisos. El portal era pequeño y una estrecha escalera les llevó hasta el tercer piso, donde había un par de puertas justo al lado del descansillo.

-¡Es aquí! Espera que saque las llaves…-murmuró Pinkie, rebuscando en el bolsillo pequeño de su mochila.

Para entonces el corazón de Lloyd martilleaba en su pecho, aunque no estaba muy seguro de si era por el cansancio tras la carrera o por los nervios que le atenazaban. En cuanto Pinkie abrió la puerta, pudo distinguir un curioso aroma a madera, incienso y tela antigua. Se le antojó un tanto extraño, pero familiar al mismo tiempo.

-¡Ya estamos en casa!-canturreó Pinkie, al tiempo que entraba en el recibidor.

Lloyd la siguió inmediatamente después, contemplando la decoración de la casa; tanto el suelo como parte de las paredes eran de madera, una madera vieja que crujía bajo su peso. La otra parte de las paredes estaba recubierta por un papel de color azul grisáceo y con motivos florales dorados. Una encimera de madera de caoba que le daba un aspecto antiguo rematada con un pequeño espejo en la pared contigua le dio la bienvenida; Pinkie dejó sus llaves en un pequeño recipiente de vidrio, donde había muchas más cosas.

En ese momento una figura apareció tras una puerta, saludando a Pinkie.

-Hola cariño…

-¡Mami! ¡Ah, mira, mira, este es LloydZelos! ¡Lloydi, te presento a mi madre, Cloudy Quartz!

-Encantado-saludó el chico.

-Ah, así que tú eres el famoso Lloyd… encantada de conocerte, querido-murmuró Cloudy Quartz, esbozando una encantadora sonrisa.

La mujer era una señora de por lo menos unos cincuenta y tantos años, de complexión delgada pero con buen porte; su pelo era de color grisáceo oscuro, lo tenía recogido en un moño. Sus ojos eran de un color similar a los de Pinkie, azules claros, y escondía su mirada tras unas delgadas gafas para ver de cerca, las cuales las tenía colgadas del cuello con una cadeneta dorada. Vestía cual ama de casa, con una estola de lana negra y blanca a cuadros, y un colgante dorado en su cuello.

-Bueno, bueno, si supieras qué sorpresa cuando Pinkie nos anunció que estaba saliendo contigo… no nos lo esperábamos para nada, de repente nuestra pequeña Pinkie se ha hecho mayor-murmuró Cloudy Quartz, toda animada.

-Oh, mamá…-comentó la aludida, algo turbada.

-Pero bueno, es estupendo que hayas podido venir… ¿te gusta el estofado?

-Ah, sí, claro…

-Bien entonces, le estoy dando un último hervor… cuando esté listo os aviso ¿vale?

-¡Genial! ¡Gracias mami!-exclamó Pinkie, dándola un beso.

Cloudy Quartz se retiró en dirección a la cocina, dejándoles a ellos en el recibidor; por ahora la cosa iba bien para Lloyd, la mujer le había parecido encantadora, y por un momento empezaba a pensar que no iba a ser tan duro como en un principio pensó.

-Ay, mi madre, como cocinera no la gana nadie… ¡ah, voy a presentarte a mi padre, ven!

Dejándose guiar por ella, recorrieron un estrecho pasillo, el cual estaba decorado por una serie de cuadros en los que se podía ver formaciones rocosas, sedimentos y rocas de todo tipo. En cuanto vio que Lloyd los miraba, Pinkie comentó.

-¡Son de mi padre! Es geólogo y colecciona fotos de paisajes en ese plan, no es algo que me llame mucho la atención, pero mi hermana mayor Maud sí que quiere seguir sus pasos.

-Ya veo…

-¡Ven, su despacho es este de aquí!

Llegaron al lado de una puerta a la que Pinkie llamó antes de entrar.

-Adelante-indicó una grave voz al otro lado.

Pinkie fue la primera en entrar, seguida del propio Lloyd, el cual contempló lo que le rodeaba; el lugar era como la sección de geología de un museo de historia natural, un montón de estanterías conservaban en su interior muestras de rocas de todo tipo, así como piedras preciosas y otros elementos que no alcanzaba a identificar.

-¡Papi!

-¡Pinkie, mi pequeña amatista!

Ambos se abrazaron rápidamente, al tiempo que su hija se dirigía a él inmediatamente después.

-Papi, te presento a LloydZelos, mi novio. Lloydi, este es mi padre, Igneous Rock.

-Encantado, señor…-murmuró el chico, ocultando como podía su nerviosismo.

-Ah, así que éste es el chico… encantado-hizo lo propio el hombre, dándole la mano con efusividad.

Igneous Rock era un hombre de la edad de su mujer, algo más alto y de complexión algo más robusta; de pelo grisáceo y cetrino, sus ojos eran de color cobre claro, e inspiraban fortaleza y tesón. Vestía muy formalmente, con un traje algo anticuado, con cuellos alisados, una pequeña corbata negra y un sombrero de igual color.

-Tenía ganas de conocerte, Lloyd, en cuanto Pinkie nos dijo que estaba saliendo contigo fue toda una sorpresa para nosotros.

-Ah, bueno, pues… aquí estoy-murmuró el chico, algo cortado.

-Sí… aquí estás…

Hubo un muy breve silencio entre los dos que fue roto inmediatamente después por Pinkie, la cual comentó.

-Voy a dejar las cosas en mi habitación, os dejo un rato.

En cuanto la chica desapareció tras la puerta, el gesto de Igneous se pronunció un poco más, mirando fijamente a Lloyd.

-Así que estás saliendo con mi hija…

-Eh… sí, así es…

Por un momento el hombre no dijo nada, mirándole de arriba abajo mientras asentía levemente; justo después se dio la vuelta, en dirección hacia la ventana que había tras su escritorio, mientras iba comentando.

-Supongo que no hace falta que te diga que Pinkie es una chica muy especial. Es de las más pequeñas de mis hijas, y para mí siempre ha sido mi ojito derecho. La quiero como quiero al resto de mi familia, y espero que también reciba tanto amor de tu parte como el de la nuestra propia.

-Por supuesto, señor, no lo dude.

-Bien, eso es bueno. Un hombre de ideas seguras, eso me gusta, aunque me gustaría saber más de ti, Lloyd. Cuéntame ¿Qué significa para ti alguien como Pinkie?

Antes de contestar, el chico se pensó muy bien sus palabras, hablando enseguida.

-Si hay algo por lo que me fijé en ella es su constante alegría, esas ganas de divertirse y hacer felices a los demás. Siempre dispuesta a ayudar, a conocer a todo el mundo, a esparcir su alegría allá por donde va… me ilumina cada día y me inspira a ser como ella. Fue eso mismo lo que hizo que me enamorara de Pinkie.

Tras esas palabras el silencio posterior fue un poco más ligero y no se sintió tan denso e incómodo. Igneous se dio la vuelta, mirándole fijamente, y llegando a esbozar una ligera sonrisa. Se acercó hasta él y puso una mano en su hombro izquierdo, al tiempo que decía.

-Eres sincero, Lloyd, y eso te honra. Me alegro que Pinkie esté saliendo con alguien como tú. Estoy seguro de que la harás muy feliz.

-Así lo haré siempre, señor-aseguró él, con seguridad.

-Bien… aunque eso sí. Si me entero que mi hija no es feliz por las causas que sean, me encargaré personalmente de que no vuelva a suceder. Tenlo muy presente.

Para entonces Lloyd podía notar como si algo le atorara la garganta, impidiéndole decir nada. Aunque Igenous tan solo sonrió, dándole dos toquecitos en la mejilla, mientras comentaba.

-Pero bueno, estoy seguro de que no hará falta.

A eso Lloyd negó levemente con la cabeza, sin atreverse a abrir la boca. En ese justo momento Pinkie entró de nuevo en el despacho, relajando el ambiente de golpe.

-¡Ya estoy aquí! ¡Vamos, Lloydi!

Los dos se despidieron de él y, una vez en el pasillo de nuevo, Pinkie inquirió.

-¿Qué tal con mi padre? Majo ¿verdad?

-Sí, encantador…-musitó Lloyd.

-Genial… ¿quieres ver mi habitación?

-Vale, vamos.

La habitación de Pinkie era todo lo que no se esperaba y lo que se esperaba también; era la única de toda la casa que no seguía con el mismo patrón de diseño y rompía con la decoración clasista que el resto tenía. Las paredes estaban pintadas de un color rosa salmón, con estampados de colores, globos, serpentinas y demás elementos festivos. La lámpara del techo tenía forma de globo y la luz que proyectaba era de un color azulado. Al lado de la ventana un escritorio se encontraba lleno de libros, cuadernos y hojas en blanco y en sucio; justo al lado había otro escritorio donde un ordenador de sobremesa se encontraba apagado. En la cama había varios peluches, entre ellos el de un caimán que le era familiar.

-¿Qué te parece?-inquirió ella, cogiendo el peluche de Gummy.

-No está mal, es cuca… te pega.

-¿Lo dices por el rosa?

-También.

Ante eso los dos se rieron tontamente, al tiempo que Pinkie jugueteaba con el peluche de Gummy. Aunque en ese momento oyeron la voz de Cloudy Quartz llamando a Pinkie, la cual reaccionó enseguida.

-Esa es mi madre, igual necesita ayuda… voy a ver que quiere.

-¿Quieres que vaya y os ayudo?-se ofreció Lloyd.

-No, tranquilo, aquí tú eres el invitado… ahora vuelvo.

Pinkie se ausentó un momento y él estuvo esperando, contemplando la decoración del cuarto de la chica. Aunque en un momento dado le dio la sensación de que le estaban observando, por lo que giró la cabeza y vio entonces a dos pequeñas figuras agazapadas a ambos lados de la puerta; dos chicas algo más pequeñas que Pinkie se encontraban mirándole atentamente, sin decir ni hacer nada. Lloyd decidió romper el hielo y las saludó.

-Hola.

Las dos chicas se miraron por un momento hasta que finalmente una de ellas habló.

-¿Eres tú el novio de Pinkie?

-Sí, soy LloydZelos, encantado.

De nuevo otro breve silencio se instaló entre los tres antes de que la primera en hablar lo volviera a hacer, presentándose.

-Marble Pie.

-Limestone Pie.

Ambas chicas eran muy parecidas entre sí, aunque con diferencias apreciables; Marble tenía el pelo de un color gris caliza, mientras que el de Limestone era mucho más clarito. Los ojos de Marble eran violetas, mientras que los de su hermana eran más acaramelados. Las dos parecían tener la misma edad, unos catorce o quince años.

-Me esperaba otra cosa…-comentó entonces Limestone, para la eterna sorpresa del chico.

-Yo también… pero bueno, si Pinkie le quiere…

-Sí, y mientras cuide de ella y la haga feliz...

Lloyd quiso decir algo, pero Marble le cortó secamente con una simple mirada; justo después, habló.

-Queremos mucho a Pinkie. No nos defraudes y hazla feliz.

Y tras eso, las dos se retiraron sin decir nada más, dejando a un desconcertado Lloyd en la habitación de Pinkie.

Marble y Limestone desaparecieron tan pronto como aparecieron y no las volvió a ver, ni siquiera cuando salió un momento al pasillo; aunque en ese momento un ruidito a su diestra le llamó la atención, se giró y entonces vio un pequeño peñasco al lado de la puerta contigua a la habitación de Pinkie. Lloyd lo cogió por un momento, con la extraña sensación de que le sonaba de algo, pero en ese momento una plana voz le dijo.

-¿Podrías devolverme a mi mascota, por favor?

Lloyd se giró y vio entonces a una cara familiar carente de toda emoción, mirándole fijamente. Sus ojos violáceos oscuros parecían verlo todo, su pelo recto y meticulosamente cortado la daba un aspecto sobrio y muy austero, y llevaba puesto un atuendo muy similar al que llevaba cuando era una poni.

-Ah, claro, toma…-murmuró el chico, tendiéndola el peñasco.

La chica lo aceptó y lo dejó en la palma de su mano, comentando justo después.

-Boulder y yo estábamos jugando cuando apareciste… soy Maud, la hermana mayor de Pinkie. Asumo que tú eres LloydZelos, su novio.

-Ah, sí, soy yo, encantado.

Maud le miró de arriba abajo, como si le estuviera estudiando con la mirada, sin perderse ni un solo detalle. En un momento dado habló.

-Pinkie me ha hablado mucho de ti. Desde que te conoció está mucho más feliz, cosa que me agrada bastante. Para mí lo más importante es que mi hermana sea feliz. Y mientras siga siendo así, yo me conformo.

Hubo un breve silencio en el cual los dos se quedaron callados, sosteniéndose la mirada fijamente; el gesto imperturbable de Maud le ponía extrañamente nervioso, y lo hizo aún más en cuanto se pronunció de nuevo.

-Aunque eso sí. Si me entero que mi hermana no es feliz por los motivos que sean, tomaré cartas en el asunto. ¿Está claro?

Para entonces Lloyd comenzaba a sudar frio, asintiendo rápidamente sin atreverse a decir nada. En ese momento Pinkie reapareció, comentando de seguido.

-¡La comida ya casi está! ¡Ah, ya has conocido a mi hermana! ¿Qué tal, Maudie?

-Bien, Pinkie…

Sin decir nada más Maud se retiró a su habitación y no la volvieron a ver.

-Oh, Maudie, no es de muchas palabras con gente que no conoce, pero luego se suelta y no para…

-Ya, ya…-murmuró Lloyd, aun un poco chocado.

Finalmente, tras unos pocos minutos más de espera, la comida estuvo lista y esta transcurrió de una manera más relajada y distendida; de primero hubo sopa de ajo y de segundo el estofado de carne, que supo particularmente bien a Lloyd, alabando las cualidades cocineras de Cloudy Quartz, la cual se quedó encantada. Durante toda la comida estuvieron hablando de todo un poco, Igneous tuvo unas cuantas preguntas para Lloyd, mientras que el resto de la familia se enfocó en cosas más triviales. Los nervios que al principio atenazaban a Lloyd se fueron disipando hasta que finalmente se relajó del todo.

Después de comer estuvieron un rato más hablando en el salón, aunque no fue durante mucho tiempo, puesto que Lloyd y Pinkie tenían que volver a clase.

-Bueno, Lloyd, pues ha sido todo un placer conocerte-murmuró Cloudy Quartz.

-Ah, el placer ha sido mío… gracias por la comida.

-Oh, no ha sido nada, vuelve cuando quieras.

Tras las despedidas los dos regresaron a la calle, dirigiéndose de nuevo hacia el instituto.

-¡Y dime, dime! ¿Qué te ha parecido mi familia?-inquirió Pinkie, cogiendo del brazo a Lloyd.

-Unas personas de lo más agradables… y tu madre cocina de miedo.

-¿Lo ves? Ya te dije que no hacía falta que estuvieras tan nervioso…

Lo cierto era que tenía razón, al final no había sido tan terrible como en un principio pensó, todos y cada uno de sus miembros querían mucho a Pinkie, y aunque prefirió guardarse los comentarios tanto de Igneous como Maud, Lloyd supo sin ningún atisbo de duda que ahora era parte de la familia y había superado la prueba. Volvieron al instituto dados de la mano y más animados que nunca.


Imagen



Esa noche era especial, y no era para menos, puesto que no todos los institutos solían hacer un evento especial por el día de San Valentín; de forma parecida al baile de otoño, los alumnos se vestían formalmente y bailaban con sus parejas en una velada de lo más tranquila y romanticona. Y dado que nosotros dos podíamos presumir de pareja en esos momentos, pues que mejor que ir.

-¿Estás ya?

-Espera, me he hecho un lio con la pajarita…

-Eso te pasa por ir en plan clásico, haber tirado de corbata, como yo.

-Vaya, gracias por el cumplido…

-A ver ¿quieres que te ayude?

-No, no hace falta, casi lo tengo, espera.

Los trajes habían sido un encargo especial de Rarity, y por alguna extraña razón, la chica pensó que a Lloyd le quedaría bien la pajarita. En un principio el mío también llevaba, pero yo preferí una corbata, cosa que a Rarity no le importó.

-Ahora… vale, podemos irnos-anunció Lloyd, desde el baño.

-Muy bien, pues vámonos.

El paseo desde la residencia hasta el instituto no nos llevó más de diez minutos, llegando enseguida; muchos alumnos ya estaban allí, esperando a que comenzara el evento. Pudimos ver a Vinyl preparando todo el tinglado vestida muy elegantemente, cosa que nos chocaba ver en ella. Rarity ya estaba allí, vestida para la ocasión, y nada más vernos nos saludó con todo su encanto.

-¡Oh, queridos, os veis fabulosos! Ya sabía yo que había acertado con tu tiro, Lloyd…

-Gracias, Rarity, tú también te ves divina.

-Oh, qué adulador… reserva fuerzas para cuando veáis a las chicas-nos aconsejó ella, con una sonrisita.

-Ah, es verdad, también te encargaste de los vestidos suyos ¿no?-recordé yo.

-Huy, sí, y algo me dice que no te va a dejar indiferente lo que he preparado para Sunset, Sg…

-Estoy deseando verla…-admití por mi parte, algo ansioso.

-Estarán aquí en breve.

Mientras esperábamos llegamos a ver incluso a Celestia y a Luna, que eran las que solían organizar este evento todos los años, además de a caras conocidas como a Atomic Adam, Scribble Dee o al Capitán Planeta y los planetarios.

Tras varios minutos de espera las primeras en venir fueron Flutershy acompañando a Rainbow, la cual seguía de bajón aun a pesar de que ya se había reincorporado a las clases, y acompañadas por una Pinkie que dejó tonto a Lloyd en cuanto la vio. La rosada llevaba puesto un vestido de lana color verde limón que la complementaba muy bien y resaltaba su figura; se había recogido en parte el pelo, formando una esponjosa coleta que la quedaba particularmente bien.

-Hola chico guapo…-murmuró ella nada más verle, con gesto pícaro.

-Hola bella dama-murmuró Lloyd, sin poder salir de su asombro.

-¿Me vas a sacar a bailar?

-Yo te saco a donde tú quieras.

Pinkie se rió tontamente, mientras que la música comenzaba a sonar y los dos se adelantaban. Por mi parte seguí esperando junto a Rarity y las demás.

-¿Por qué estamos aquí? No pinto nada en una noche como esta…-murmuró Rainbow, con gesto apático.

-Oh, vamos Dashie, me prometiste que me acompañarías…-la recordó Fluttershy.

-Sí, y aun no comprendo por qué has venido exactamente…

Ante eso Fluttershy se quedó callada, visiblemente dolida. Fui a decir algo cuando un acento sureño que nos era familiar exclamó.

-¡Hey, chicos, ya estamos aquí!

Me di la vuelta y, por un momento, creí haber visto un ángel. Sunset se encontraba ensutada en un vestido que brillaba como si fuera de serpentina, pero eso no era todo; poseía unos tonos de color que lo hacían ver como un atardecer, con violáceos oscuros en la parte superior y con naranjas intensos en la parte inferior, fundiéndose entre los dos y con una graduación entre color y color perfecta. Se había maquillado un poco, dándose algo de colorete en las mejillas, y se había recogido el pelo en dos pequeñas coletas que la hacían ver aún más guapa si cabía. Llevaba puestos además los pendientes que la regalé por navidad. Mi mandíbula se desencajó desde el primer momento en que la vi, recreándome en la vista.

-Hola… ¿Qué tal estoy?-inquirió ella, acercándose a mí.

-Estás… preciosa-musité, alelado.

-Oh, gracias, tú también estás muy guapo. ¿Vamos?

-Vamos.

Sunset me cogió del brazo y salimos a la pista para bailar un rato. El resto de las chicas admiraron desde la distancia el vestido, el cual llamaba poderosamente la atención, dejando atontados a los chicos y encantadas a las chicas.

-Madre mía, Rarity, te has superado…

-Lo sé, estoy orgullosa de ese vestido, es mi mejor obra y con diferencia.

Siguiendo la línea de una noche tan especial, Vinyl optó por algo más propio de un evento como ese, aunque me sorprendió gratamente su elección de un jazz romanticón de la mano de un Nat King Cole que le quedaba como anillo al dedo. En ese momento sonaba Unforgettable en dúo con su hija Natalie Cole.



Unforgettable, that's what you are
Unforgettable though near or far
Like a song of love that clings to me
How the thought of you does things to me
Never before has someone been more


La gran mayoría de las parejas se habían concentrado en la zona más central del gimnasio, bailando al mismo ritmo que las melodiosas voces de los Cole marcaban. Aunque fuera jazz, el tono y el ritmo eran perfectos para bailarlo como si fuera un lento; asiendo a Sunset de la cintura y ella de mi cuello, los dos nos movíamos rítmicamente, sin despegar la mirada del uno del otro.

-Esta noche sí que está siendo inolvidable ¿no crees?-inquirió ella en un momento dado.

-Sí, y contigo en ella lo es aún más. En serio, estás preciosa…

-Oh, en realidad el mérito es de Rarity… además, la estuvo ayudando esa chica joven a la que está enseñando, una tal Coco Pommel, la chica lo vale.

Por el rabillo del ojo pude ver a Lloyd bailando con Pinkie, los cuales se hacían arrumacos de vez en cuando.

Unforgettable in every way
And forever more, that's how you'll stay
That's why, darling, it's incredible
That someone so unforgettable
Thinks that I am unforgettable too


La música se concretó en un dueto entre trompeta y piano que se complementaban entre sí de manera sublime.

-¿Sabes? Nunca llegué a pensar que volvería a sentirme así, de esta forma…-murmuró Sunset.

-¿A qué te refieres?

-A sentirme así de feliz… sobre todo después de todo lo que pasó.

-Eh, vamos, ya lo hemos hablado más veces. Lo que importa es el ahora…

-… y lo que voy a hacer después, lo sé.

Unforgettable in every way
And forever more, that's how you'll stay
That's why, darling, it's incredible
That someone so unforgettable
Thinks that I am unforgettable too


Para entonces no hacía falta que dijéramos nada más, los dos lo sabíamos, y veíamos innecesario decirlo con palabras. Un lento, apasionado e inolvidable beso lo dijo por nosotros, al tiempo que la música lo hacía aún más especial. No muy lejos de allí Pinkie y Lloyd también concretaban su amor en hechos más que en palabras.

El resto de la velada transcurrió de forma más animada, sin abandonar en ningún momento ese ambiente de amor en el aire; Nat King Cole siguió sonando, esta vez con algo más movido como lo era su tema L-O-V-E, haciendo a Vinyl indistinguible. Aunque no todos estaban por la labor.



-Bah, no veo más que una empalagosa pastelosidad a mi alrededor ¿podemos irnos ya?-inquirió Rainbow, algo cansada.

-Oh, vamos dulzura, ¿no quieres que salgamos a bailar?-sugirió Applejack.

-¿Para qué? Ninguna de nosotras tenemos con quien hacerlo…

-Te equivocas, querida.

De golpe y porrazo Fluttershy, Rarity y Applejack sacaron a Rainbow a la pista, bailando todas juntas y formando un pequeño corro en torno a ella para que no escapara.

-¡Eh! ¿Qué hacéis? ¡Dejadme salir!

-¡No hasta que cambies esa cara de ajo por otra más alegre, dulzura!

Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don't break it
Love was made for me and you


-¡Oh, por favor, no seáis tan condescendientes conmigo! ¡Ni que estuviéramos saliendo entre todas o algo parecido!-masculló la chica, sin poder ocultar un incipiente sonrojo.

-No seas tonta, Dashie, sabes que no lo decimos en ese sentido…

-Fluttershy tiene razón, querida, además, San Valentín no es solo un día para los enamorados, también es un día para celebrar entre amigos que se quieren. Y nosotros te queremos, Rainbow, como las que más.

-¡No lo podría haber expresado mejor, dulzura!

L is for the way you look at me
O is for the only one I see
V is very, very extraordinary
E is even more than anyone that you adore can


Esa repentina declaración dejó un tanto ofuscada a Rainbow, la cual notaba su cara arder, aunque por otro lado comenzaba a sentirse un poco mejor al recibir todo el cariño de sus amigas.

-¡Eugh, no es por nada, pero eso suena muy gay!

-¡Mira, eso es algo que la Rainbow que yo conozco diría, creo que vamos bien, Rare!-exclamó Applejack, particularmente animada.

-¡Ya lo creo que sí, querida!

Love is all that I can give to you
Love is more than just a game for two
Two in love can make it
Take my heart and please don't break it
Love was made for me and you
Love was made for me and you
Love was made for me and you


Costó un poco, pero finalmente Rainbow entró al ambiente y se dejó llevar, llegando a superar su apatía contagiada por todo el cariño y amor de sus amigas.

-Gracias por animarme, chicas, de verdad…

-Eh, para eso estamos, dulzura…

-Te queremos, Rainbow, no lo olvides.

Por un momento la chica multicolor ignoró sus estándares y se dejó abrazar por sus amigas en un gesto lleno de amor y confianza. A su alrededor, más amor flotaba en un ambiente cada vez más y más romántico. Afuera, una luna menguante brillaba en lo alto del cielo, desprendiendo una tenue luz.


Imagen



Mientras tanto, en un lugar distante y apartado, el superintendente Discord no estaba particularmente animado; ni siquiera el haberse puesto cómodo con su bata favorita de franela, sentado en su sillón preferido y saboreando una copa de su chocolate preferido le ayudaba a verlo mejor. Aun a pesar de las medidas que había tomado en el instituto Canterlot, las cifras seguían muy desequilibradas. Las obras de reparación de la fachada sin el previo consentimiento del consejo y a cargo de la administración local habían mermado mucho la liquidez del instituto, y aun a pesar del cierre de los clubes con más gasto, seguía habiendo un agujero importante en las finanzas.

-Joder, Celestia, esto es lo que pasa cuando te gastas más de la mitad del presupuesto en los clubes…-masculló Discord, mirando los papeles.

Con gesto exasperado, movió la copa de chocolate que tenía en su mano antes de darla un breve sorbo, saboreando su intenso sabor. El ambiente de su estudio destacaba sobre todo por su opulencia, con maderas selectas en las paredes, en las cuales colgaban cabezas de animales de todo tipo, desde un ciervo hasta una cabra. También tenía animales a escala reducida como un león, una serpiente o un murciélago. La luz era tenue y una chimenea al fondo crepitaba lentamente.

En un momento dado el teléfono comenzó a sonar con insistencia y Discord lo cogió estirando el brazo izquierdo.

-¿Y bien?-inquirió una grave voz al otro lado nada más descolgar.

-Me temo que vamos a tener que tomar medidas más drásticas, la situación apenas ha mejorado.

-Discord, me estoy impacientando de verdad, te recuerdo que me dijiste que una intervención en los clubes sanearía las cuentas. Dame un motivo para no tener que mandar una carta de despido a esa mentecata de Celestia…

-A ver, no nos precipitemos, cierto es que Celestia no ha sabido muy bien administrar la contabilidad de los clubes, pero aún podemos hacer algo por rectificar la situación.

-Ilumíname.

-Podemos organizar algún tipo de evento que recaude dinero para tapar el agujero correspondiente a los clubes. Y para incentivar a los alumnos podemos hacer también que ellos también se involucren en dicho evento.

-Ajá ¿y qué sería exactamente?

-Aún no lo he pensado, aunque no estaría mal algún tipo de evento musical o algo por el estilo…

Un breve y denso silencio se instaló entre los dos antes de que la grave voz volviera a hablar.

-Bueno, mientras funcione… confío en tu criterio, Discord, no me decepciones.

-No lo haré, señor, tiene mi palabra.

-Bien… estaremos en contacto.

Acto seguido Discord colgó y se quedó mirando los papeles con gesto pensativo; dos de ellos eran sendas actas de nacimiento en las que se podía ver las fotos de dos chicos, uno era rubio con los ojos castaños y el otro era castaño de ojos más claros. Ambas actas tenían el sello del ayuntamiento pegadas en ellas, con la firma de la alcaldesa puesta en ella, aunque la letra no coincidía en ningún momento con la de la titular.

-Muchachos, muchachos ¿Quiénes sois en realidad?-pensó Discord, dando otro sorbo a la copa de chocolate.

El crepitar del fuego era el único sonido en la habitación, calentando el lugar y protegiéndolo del frío del exterior, empañando ligeramente las ventanas.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor RedVixenFur » 23 Jun 2015, 10:09

E'selente capítulo, me rechupo los dedos. El terror en la casa de los Pie es palpable, más para una persona como yo que aborrece el tema familia. Y podrías haber aprovechado el tirón del meme de RD "DO I LOOK ANGRY?!!", me dejaste esperando por él XD

Plus: Yo, cada vez que algún amigo se emperreta en sacarme a alguna discoteca. Everytime. #relatable
Sg91 escribió en 23 Jun 2015, 00:21:De golpe y porrazo Fluttershy, Rarity y Applejack sacaron a Rainbow a la pista, bailando todas juntas y formando un pequeño corro en torno a ella para que no escapara.

-¡Eh! ¿Qué hacéis? ¡Dejadme salir!

-¡No hasta que cambies esa cara de ajo por otra más alegre, dulzura!

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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor agustin47 » 23 Jun 2015, 16:30

Como siempre, nada más que decir más que bravo y hype.
Los milagros no son gratuitos.

La ignorancia a veces puede significar felicidad, y en este caso, la nuestra resulta ser una verdadera bendición.


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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Volgrand » 24 Jun 2015, 02:45

Frases célebres:

se había quedado encerrado en el ascensor con el único pero que le ponía a ese mundo


Una frase que algún día tengo que plagiarte en alguno de mis escritos.

-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.

El chico quiso pronunciarse, pero la vio tan emocionada y feliz que se sintió incapaz de negarse o algo parecido. Y ahora, cumpliendo como un hombre, debía de enfrentarse a su destino.


Lloyd es el auténtico héroe americano.

-Aunque eso sí. Si me entero que mi hermana no es feliz por los motivos que sean, tomaré cartas en el asunto. ¿Está claro?


Pasen las amenazas del padre. Las de las dos hermanas pequeñas también. Pero una amenaza de Maud Pie a mi me los pondría por corbata.


El romance sigue siendo de esa raza de pasteloso que sienta bien al cuerpo, aunque esto se aproxima peligrosamente al clop. Curioso estoy por ver qué harás en el momento cumbre :P.

Y este Discord... a ver la que va a liar :D.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sr_Atomo » 25 Jun 2015, 12:25

Muy pero que muy buen capítulo. Me ha encantado... el único "pero" es... no, Flash Sentry en el ascensor no, sino en todo caso la conversación de las hermanas menores de Pinkie... me parecen unas frases por parte de ellas demasiado adultas para su edad. Pero ni siquiera eso (que probablemente haya sido cosa de mi imaginación) estropea lo más mínimo la magnificencia de este capítulo, que se coloca en la misma línea de calidad y buen hacer que el resto del fanfic.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor horwaith » 29 Jun 2015, 20:13

tan bueno como sueles hacerlos, me encantan unas cuantas cosas que ya te he dicho en otra parte y como empiezas a tomar partido en hacer lo que se prevé desde hace tiempo. Quiero más porque me he quedado con las ganas al leer este
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Marquis Perhaps » 30 Jun 2015, 17:22

¿Quien tiene palomitas?

------

En resumen:
-spoiler o indirecta de EQG2
-el ascensor
-la familia de Pinkie Pie
- el cabreo de Rainbow Dash and feels
-el ascensor
- el odio

Y las campanadas ?
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor LloydZelos » 05 Jul 2015, 02:47

PAREN LAS PUTAS ROTATIVAS



Vamos a ver si lo he entendido. Acabo de tener una conversación existencial con Flash, aderezada con toque maestro-alumno oriental (me he imaginado sentado en postura de meditación) en la que me ha hablado de su vida. Gracias a esa conversación he empezado a empatizar con él y le he despedido con respeto. Y TIENE SENTIDO. MIER-

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Aparte de felicitarte por destruir el tejido de la realidad, tienes mis putos dieces solo por esto. Eso sí: pasado trágico, ser superguay con todo el mundo... sep, el Gary Stu continúa. Todo en orden, el universo vuelve a su cauce tras este breve incidente :roto2:

Tras el inicio de las relaciones en el capítulo anterior, todos nos estábamos preguntando cómo las ibas a desarrollar a partir de ahora. En tu caso no me voy a meter mucho porque no conozco tus tejemanejes sentimentales, pero ya te puedo decir que la mía con Pinkie la has clavado con un martillo neumático a pila nuclear. No me he vuelto ningún imbécil, hablamos de nuestros problemas y dudas como siempre y ella está en modo afectivo esperable: como siempre, pero de un modo ligeramente diferente. Y luego hay escenas cómicas o auténticamente descacharrantes derivadas de la confianza, el vínculo y nuestra comicidad combinadas como estas:

-¿Desorganizadas?-sugirió Lloyd.

-¿Descolocadas?-hizo lo propio Pinkie.


-Je, intenta decir eso diez veces y a toda pastilla…-la sugirió en ese momento Lloyd, divertido.

-¡Vale! Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar? Si no aprendes a estudiar ¿cómo vas a estudiar lo que tienes que estudiar?

Rápidamente los dos se liaron a hablar y a hablar, sin prestar atención a nada más


Por su parte Pinkie y Lloyd seguían con su perorata, aunque entre medias llegaron a asentir con la cabeza y a levantar sus pulgares hacia arriba.


Es que son perfectas en todos los sentidos, puñetas :qmeparto: Y Rainbow siendo una japuta como siempre :sisi3:

La aparición de Discord cerrando clubes como quien mata a lo campero gente en el CoD ha sido escalofriante. No le han temblado las manos al cabrón: ha cerrado hasta el club de baloncesto, uno de los deportes rey en América. Nosotros nos hemos librado de milagro, pero a cambio nos hemos comido un ragerino de Rainbow importante y a mi casi me arranca la cabeza la tía. Su rotura al final es más que comprensible, dado que los deportes son su vida, e impacta cosa mala verla llorar así mientras aporrea el cristal, con el añadido de abrazarse a sus amigas sudando de todo. Un muy buen retrato de hasta dónde te puede llevar la desesperación, que encima continúa a lo largo del capítulo (y agravado por sus malas notas).

El tema de conocer a los suegros es algo que acojonaría al más pintado, y esta no es la excepción. Y encima no me queda otra:

-Bueno, en realidad te lo digo porque el otro día, comentándoselo a mis padres, les hablé de ti y se mostraron particularmente interesados… ¡y ahora quieren conocerte!

-¿Eh?

-¡Sí! ¿No es genial?

-¿Eh?

-Ya sé que es un poco precipitado, pero les dije que mañana te pasarías a comer… ¿no te importa, verdad?

-Eh…

-¡Genial! ¡Si te soy sincera yo también tengo muchas ganas de que les conozcas! Mi madre se mostró sorprendida al principio, y mi padre también, de hecho la idea fue suya…

-¿Eh?

-Y también quiero que conozcas a mi hermana mayor, y a mis hermanas pequeñas… ¡va a ser un día estupendo! ¿No crees?

-Eh…

-¡Qué bien! ¡Oh, Lloydi, estoy tan feliz!-exclamó la chica, abrazándose a un incrédulo Lloyd.


11/10, mejor diálogo de la historia, premio Nóbel de literatura :sisi3: En serio, esta escena mata de risa por la vendida, por la inocencia de ella... y porque es escalofriantemente creíble por la sobrecarga neuronal. Ay, en qué líos me metes, chica, por muy buenas intenciones que tengas. Vas construyendo poco a poco mi miedo dentro y fuera de la historia magistralmente, con puntazos para reflejar mi nerviosismo como este:

El camino hacia la casa de Pinkie parecía darse en una cuesta con una inclinación del 80%, o al menos esa era la sensación que le daba a Lloyd. A cada paso que daba notaba como si sus pies fueran de plomo, y al contrario que Pinkie, que iba muy animada, él se sentía cada vez más y más nervioso.


Me acordé de esta puñetera escena de Toradora:

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:elrisas: :elrisas: :elrisas:

Y para serte sincero, la casa de Pinkie llega a ser independiente en vez de un apartamento y hubiese visto esto en mi cabeza seguro al llegar, junto con el plus de pensar "en ese jardín reposará mi cadáver":

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No me esperaba un piso, y la decoración austera y clásica junto con los olores exóticos forman un muy buen conjunto. He de decirte que has retratado a todos y cada uno de los miembros de la familia muy fielmente, dando un respiro con la madre (que estoy seguro que en cabrearse será la peor) y poniendo al padre como el típico guardián. He de hacer un alto con él por su escena, que me ha parecido muy bien hecha ya que son las preguntas que un padre haría para asegurarse con quién está saliendo no solo Pinkie (que encima es el diamante de la familia), sino cualquiera de sus hijas. Y encima con esa respuesta por mi parte, muy acertada y preciosa. Ahora solo queda seguir tratándola bien, o moriré de forma espantosa por parte de toda esa familia. Que por cierto, dada la cantidad de amenazas directas e indirectas por la preocupación por el bienestar de Pinkie, estoy seguro de dos cosas: la quieren muchísimo, y la liada cuando las Dazzlings hagan de las suyas va a ser fortísima y llena de pena.

Siguiendo con el tema, Maud está impecable. No hace falta decir nada más. Y la parejita, aparte de tocahuevos en extremo por el comentario de "me esperaba otra cosa" ( :/ ), me recordaron un huevo a ESTAS:

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En definitiva, toda la escena en el hogar Pie te ha quedado como se supone que debe ser la primera visita del novio de su hija: con miedo latente en el aire causado por la fuerza del amor familiar, que luego va evolucionando en labor detectivesca, más tarde cordialidad, afecto por quien la hace feliz hasta acabar en normalidad (esa conversación en el salón) y los nunca sobrantes elogios a la cocina de la madre, y esta vez totalmente justificados, me encanta el estofado.

El baile de San Valentín era muy esperado, y debo decir que te ha quedado bordado. La primera canción no la conocía y me ha encantado y la segunda nunca supe su título hasta esta lectura, conque gracias. Con los atuendos te has coronado, llevando ambas unos vestidos preciosos que les sientan de fábula y convirtiéndome dentro y fuera de la historia en fan total de la coleta esponjosa, absolute perfection achieved :sisi3: Es un afianzamiento en las relaciones muy bueno en una escena enternecedora y romántica (hablo de todo, pero sobre todo de tu conversación con Sunset) sin caer en la moñería más absoluta. De hecho:

-Hola chico guapo…-murmuró ella nada más verle, con gesto pícaro.

-Hola bella dama-murmuró Lloyd, sin poder salir de su asombro.

-¿Me vas a sacar a bailar?

-Yo te saco a donde tú quieras.

:sweetiebelle: + :qmeparto: En serio, ¿cómo lo haces para hacer una escena romántica y descojonante a la vez, maldito cabrón? Lo he dicho antes y lo repito ahora: una relación llena de risas y amor, como debe ser con esta chica a la que amo. Llévate un saco de cinco kilos de aplausos del ochenta y seis, te lo has ganado.

Pero no solo has hecho un momento para el amor, también está el animar a Rainbow a toda costa con el "corro de la patata" :roto2rie: Es una escena cómica y tierna al mismo tiempo centrada en la amistad, con una muy buena reflexión por parte de Fluttershy (y una patada en la boca a los enfermos del "shipping grupal porque son amigas, deeeeeeeeeeeeeeeeeerp") y en la que por fin se consigue recuperar a la tsundere tocahuevos egocéntrica que todos conocemos y que no querríamos perder. Todo un acierto.

Finalmente, volvemos con Discord. El cabrón impone que da gusto, aunque se esté metiendo un lingotazo de chocolate. Entre otras cosas por la escena: el fuego, la bata de todo un señor, el sillón, los trofeos-un momento.

El ambiente de su estudio destacaba sobre todo por su opulencia, con maderas selectas en las paredes, en las cuales colgaban cabezas de animales de todo tipo, desde un ciervo hasta una cabra. También tenía animales a escala reducida como un león, una serpiente o un murciélago. La luz era tenue y una chimenea al fondo crepitaba lentamente.


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Con esta parte del capítulo las cosas se tornan muy interesantes argumentalmente, pues por fin enlazas con la trama de la película, dando un muy buen motivo para el evento musical (dado que en ella NO SE EXPLICÓ JAMÁS :rdfacehoof: ). Y el tío sigue dándole vueltas a nuestros expedientes. Nos huele el culo a pólvora y estoy seguro de que el consejo escolar volverá a golpear :S

Un capítulo que no llega a la altura del anterior (porque despertó un nivel de feels supersaiyano), pero que es muy bueno por si solo tanto en comedia como en romance, amistad y familia. Y ahora a darte brillo, que tener el mono es mú malo y todos tus clientes lo estamos padeciendo duro. Pls :S
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sg91 » 15 Jul 2015, 23:05

Capítulo 11
¡¡Bola!!


Durante las siguientes semanas los últimos retazos del invierno se fueron derritiendo mientras que una cálida primavera comenzaba a hacerse con las calles del pueblo, envolviendo los árboles de unas verdes y frondosas hojas y cubriendo de flores el césped del parque.

Como el buen tiempo acompañaba, durante las tardes aprovechábamos para tirarnos en el césped del campus haciendo nada, dejando pasar el tiempo hasta las clases de por la tarde; la fresca brisa del invierno aún presente y la suave calidez de los rayos del sol de primavera era una combinación de lo más peculiar que hacía la estancia en el césped aún más agradable si cabía. Elegíamos un lugar apartado, cerca de un nogal, y allí nos tirábamos las horas muertas descansando, hablando de banalidades y hasta poniéndonos profundos de vez en cuando.

-Ah, esto es vida…

-Di que sí, Rainbow, podría tirarme aquí todo el día…

-Os recuerdo que en una hora tenemos clase de informática-comentó Applejack, mordiendo una brizna de hierba.

-Ah, prefiero curarme en salud…

-Lo dices como si no te importara…-observó Sunset, apoyada en mi hombro.

-Qué va, sólo lo digo por decir…

-En ese caso digas lo que digas no tiene importancia, por mucho que tú digas… a no ser que lo digas por sí mismo, en ese caso sí que importa, a no ser que lo que digas sea lo contrario-apuntó Pinkie, la cual estaba apoyada en el regazo de Lloyd.

-No, digas lo que digas da igual, porque en realidad no importa-murmuró el chico, ajustándose las gafas.

-Pero si no dices nada, a no ser que realmente te importe, digas lo que digas daría igualmente igual.

-No, tendría que darte igual, porque entonces lo dirías…

A partir de ahí los dos se desataron y comenzaron a divagar ellos solos, mientras que los demás los observábamos, divertidos; aunque Applejack llegó a comentar.

-La próxima vez me quedo callada.

-Tiendes a desencadenar acontecimientos, querida.

-Y eso a veces es bueno-añadió Rainbow.

-Bueno, depende de para qué…

-Para no aburrirnos es ideal…

De alguna forma la vida parecía haberse simplificado para todos, incluyéndonos a Lloyd y a mi; desde que salíamos con nuestras respectivas novias todo parecía estar a un nuevo nivel, y lo demás dejaba de ser tan importante. Incluso la rutina se había instalado entre nosotros, lo cual parecía ser malo en cierta medida, pero en cuanto a título personal se refería no me importaba tanto.

De lunes a viernes nos levantábamos a las siete, íbamos a la cafetería a desayunar algo y nos metíamos a clase con el resto de las chicas; teníamos clase de ocho a once y media, luego un recreo de media hora hasta las doce. Esos recreos solían variar mucho, de vez en cuando los pasábamos con las chicas, o bien nos íbamos al club a hablar con los chicos de allí, de reunión en caso de necesidad o para coordinarnos un poco con futuras actividades.

De doce a una teníamos una clase más, normalmente gimnasia, al menos los martes y los jueves, y luego venía el recreo largo de dos horas, comiendo entre medias y relajándonos después. Finalmente, de tres a cinco teníamos las últimas clases.

A partir de las cinco lo normal era ir al Sugarcube Corner para tomar algo, aunque esto podía variar dependiendo de cada uno. La jornada acababa en la residencia haciendo las tareas, o al menos intentándolo, y vagueando un rato hasta que nos metíamos en la cama y vuelta a empezar.

Los fines de semana eran más flexibles en comparación, aunque normalmente todas las mañanas solían estar ocupadas ya que trabajábamos hasta poco después de las cuatro, a no ser que los Cake decidieran no abrir por las razones que fueran, cosa que pasaba de cuando en cuando, aunque no era una constante ni nada parecido.

-Este viernes no hay clase ¿verdad?-comentó Rarity en un momento dado.

-Sep, es día libre-asintió Applejack.

-¿Ah, sí?-inquirió Rainbow.

-Sep, parece ser que hay una celebración o algo por el estilo, no me acuerdo qué era exactamente.

-Genial entonces…

-Por cierto ¿dónde está Fluttershy?-inquirió Pinkie en ese momento.

-Creo que está de reunión con los del club de animales, por suerte ese tampoco acabó cerrando.

Al poco rato de comentarlo, la aludida reapareció acompañada ni más ni menos que con el Capitán Planeta y los planetarios, los cuales se veían particularmente azorados.

-Hombre, Fluttershy… ¿Qué te pasa, Capitán? Te veo nervioso…-murmuró Pinkie, extrañada.

-Eh, sí bueno, veréis, tenemos un problemilla…

-No, corrijo, tú tienes un problemilla en realidad-le espetó Paisley, molesta.

-¿Por qué, qué ha pasado?

-Pues que el Capitán es un bocazas, eso ha pasado-soltó Green Cycle.

-Sí, vale, es culpa mía ¿queréis dejarlo ya?

Nos miramos entre todos, algo extrañados, y al ver esto el capitán suspiró y comenzó a explicarse.

-A ver ¿os acordáis que desde el año pasado llevábamos quejándonos porque estaban construyendo ese campo de golf en pleno bosque?

-Sí…

-Vale, pues aun a pesar de todo, las obras han seguido adelante y el campo ya está terminado. Justo ayer fuimos a quejarnos yendo hacia el club de campo, que por cierto es horrible, y una vez allí… digamos que me calenté de más.

-¿De más, sólo de más?-inquirió en ese momento Paisley.

-Sí, bueno, un poco más que eso, para ser sincero. El caso es que reté a ese estirado endogámico ricachón de mierda de Blueblood a un juego de golf con tal de que destinara parte de los beneficios de ese horrible campo a obras benéficas, dado que las obras ya son de por sí irreversibles…

-¿¡Qué?!-soltamos todos, alucinados.

-¿Verdad que es para matarle?

-… y el caso es que no tengo ni idea de jugar al golf, y yo me he comprometido, y estoy jodido, y no sé qué hacer, y… oh, dios, ayudadme por favor-masculló el chico, visiblemente agitado.

-Lo comprendemos, dulzura, y lo sentimos por ti, pero me temo que ninguno de nosotros sabe jugar al golf…

-Yo sí-anuncié entonces yo.

Inmediatamente después todo el mundo clavó la vista en mí, al tiempo que muchas opiniones comenzaban a surgir.

-¿Ah, sí? No me dijiste nada, cielo…-murmuró Sunset.

-Bueno, nunca salió el tema, por lo que…

-¿Golf? ¿En serio? Pero si es de pijos…

-Rainbow, por favor, un poco de tacto…-la llamó la atención Rarity.

Antes de que pudiera decir nada más, el capitán se adelantó, mirándome con ojos de cordero degollado, y murmuró.

-Oh, Sg, sé que puede parecer precipitado pero… ¿me ayudas, por favor?

Por un momento quise pedirle tiempo muerto, pero era tal la mirada que me estaba echando que al final tuve que comentar.

-A ver, sí, sé jugar al golf, pero te advierto que no he vuelto a jugar desde hace mucho, y tampoco soy ningún Tiger Woods…

-Bueno, pero eso es lo de menos, tan solo necesito que me enseñes, eso es todo.

-Bueno, podría… ¿para cuándo es ese juego?

-Este viernes.

-¿¡Este viernes!? ¿¡Pasado mañana?!

-Eh… ¿sí?

-Pues me temo que milagros yo no hago, tío…

Aunque no lo pareciera, jugar al golf era mucho más complejo de lo que aparentaba a simple vista; es un deporte de mucha técnica que requiere de mucha práctica, imposible de afinar en menos de dos días.

-¡Pero necesito aprender a jugar para pasado mañana!

-Lo siento, pero es que eso que me pides es imposible, yo necesité varias semanas y la ayuda de un profesor cualificado para aprender a hacer el swing…

-¿Swing? ¿Qué es eso?

Ante eso no pude evitar rodar los ojos y soltar un exasperado suspiro. Tal y como lo pintaba que él aprendiera a jugar para el viernes iba a ser misión imposible. La única posibilidad que veía era que yo jugase por él, y dado que ya me había comprometido a ayudarle, lo menos que podía hacer era hacerlo.

-Está bien, hagamos una cosa… yo jugaré por ti, aunque no te prometo nada, eso sí.

-¿Qué? ¿Lo harías de verdad?-inquirió el capitán, incrédulo.

-Claro, después de todo me está entrando el mono, y no me vendría mal volver a salir al campo…

-¡Oh, gracias, Sg, de verdad, te debo una!-exclamó el chico, dándome une espontáneo abrazo.

-Sí, sí, no es nada… aunque antes habría que hablarlo primero con ese tal Blueblood.

Dado que aún nos quedaba clase decidimos dejarlo para por la tarde, quedando en el sitio a eso de las seis y media.

De camino a clase, los demás me estuvieron comentando.

-Estoy orgullosa de ti, eres tan bueno y siempre dispuesto a ayudar…-murmuró Sunset, cogiéndome del brazo y dándome un beso en la mejilla.

-Sí, bueno, no estoy seguro de si eso es una virtud o un defecto, pero a veces no puedo evitarlo, me sale solo…

-Pues claro que es una virtud, querido ¿cómo va a ser lo contrario?

-Depende de cómo se mire, Rarity…

-Así que golf… suena tan aburrido como pinta, la verdad.

-Gracias por los ánimos, Rainbow…

-¡Esto es genial, vamos a ver a Sgi jugando al golf! ¿No es emocionante?-inquirió Pinkie.

-Bueno, eso depende si nos dejan pasar o no…-remarcó Lloyd acertadamente.

-No os preocupéis, haré que nos admitan a todos.

El resto de horas pasaron con algo más lentitud, quizás por el hecho de que iba a volver a jugar a mi deporte preferido después de tanto tiempo, aunque por otro lado ese detalle en concreto también me preocupaba, ya que los tiempos en secano solían pasar factura a la hora de volver a salir al campo. Aun así preferí no pensar en eso y me centré en las clases, para ver si así pasaban antes.


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Una vez que la jornada escolar terminó nos dirigimos a coger el autobús que nos dejaría cerca del club de campo, ya que se había construido una carretera que llevaba hasta el mismo, con una línea integrada que salía del centro del pueblo. En menos de cinco minutos nos plantamos allí, pudiendo observar cómo era el lugar.

La casa era todo lo que me esperaba y todo lo que no me esperaba también; imitaba de forma acertada al diseño clásico de las casas-club más típicas, aunque poseía un toque bastante moderno, muy chic y vanguardista, quizás demasiado vanguardista, ya que rompía con la estética del bosque en el que se enclavaba. Las paredes eran blancas, el techo era plano y poseía dos pisos y una terraza en lo más alto. Sin duda el tío no había reparado en gastos.

-Qué pijería…

-Oh, cielos, qué estilo, me encanta…

-Es horrible… pobres animalitos del bosque…

-Estoy contigo, Fluttershy, es fea como el culo-soltó Applejack, sin tapujos.

-¡Es curiosa! ¿Tú qué opinas, Lloydi?

-Muy recargada, demasiado ostentosa, no encaja para nada con el bosque.

-Sí, estaba pensando exactamente en lo mismo…

Pasada la verja, y tras una fuente junto a la entrada, vimos al Capitán Planeta y los planetarios, esperándonos.

-Ya estamos aquí ¿y el estirado?-inquirí.

-Dentro, supongo que no le importará que entremos…

Aun así tentamos a la suerte y nos adentramos en la casa-club; al igual que por fuera, por dentro se veía igual de ostentosa o incluso más, con amplias estancias y salones. Vimos a varios operarios colocando algunos muebles y otros enseres, bajo la atenta supervisión de Blueblood.

-Esas estatuillas allí, junto al pasillo. Y cuidado con ellas que son de mármol de carrara, ni todos sus sueldos juntos serían capaces de pagarlas.

Nuestros pasos resonando en el suelo de mármol le alertaron, y nada más vernos, nos espetó.

-Pero bueno ¿Quién os ha dado permiso para entrar aquí? Sólo los socios tienen permitida la entrada.

-Aún no está abierto…-le espeté.

-Razón de más para que no desgastéis el suelo con vuestros burdos calzados.

Por un momento me entraron ganas de reventarle la bola que tenía por cabeza con una madera del cinco, y a juzgar por el denso silencio supuse que los demás también, aunque preferí guardarme mis comentarios para mí.

-Aunque espera, sí, tú eres aquel chico que osó desafiarme… ¿vienes a retractarte de tu sentencia de humillación?

-No, viene a validarla-le espeté por mi parte.

-Cállate, gordito, contigo no estaba hablando-me soltó entonces él.

El resto quiso contestar, Sunset la primera, pero por mi parte alcé una mano para cortarles y me dirigí yo mismo a él, enervado.

-Mira, gominitas, por muy rico que seas no voy a dejar que me insultes así sin más y te vayas de rositas ¿vale? Tenía intención de ser cortés y considerado, pero como vas en plan “yo molo más” pues yo también voy a molar. Voy a jugar por el Capitán contra ti porque me lo ha pedido, y porque me apetece ponerte en tu sitio a base de palos… de golf, por supuesto.

Por un momento hubo un denso silencio en el cual todos me miraron incrédulos; por su parte Blueblood me miró de arriba abajo, sopesando la situación. Lo cierto era que me esperaba una reacción más exagerada por su parte tras mi repentino ataque verbal, pero para mi sorpresa se lo tomó tremendamente bien, tan bien que incluso llegó a comentar.

-Vaya, vaya, encuentro todo esto particularmente interesante… ¿y crees que podrías vencerme en un juego completo de nueve hoyos?

-Bueno, no tengo absolutamente nada que perder, la verdad…

-Ya… ¿y cuál es tu hándicap?

Y ahí estaba, la pregunta de oro, la estaba esperando de hecho; el caso es que yo no suelo calcularlo puesto que nunca he jugado lo que se dice en serio, y siempre he visto innecesario hacerlo ya que mi juego es muy casual. Por un momento pensé en inventarme una cifra que me maquillara un poco, pero al final preferí decirlo tal cual.

-No suelo calcularlo.

-Que no sueles… ¡ja, ja, ja!-rió Blueblood con un toque de malicia en su tono.

Aun así preferí no amedrentarme y me quedé callado, mirándole con desdén.

-Bueno, en tal caso será un placer machacarte…

-Lo que tú digas, pero con una condición-comenté entonces.

-¿Sí?

-No tengo mis palos conmigo, por lo que necesitaré que me prestes un set completo…

-Sin problemas.

-… y una cosa más. Dejarás que ellas salgan al campo con nosotros, incluyendo a él, que será mi caddie-añadí justo después, señalando a las chicas y luego a Lloyd, el cual soltó.

-¿Que seré tu qué?

Antes de que el chico pudiera decir nada más, Pinkie le dio un leve pisotón que le dejó callado. Blueblood miró al grupo como quien mira la pintura secarse hasta que finalmente se pronunció.

-Muy bien, aunque ellos no entran de ninguna forma-comentó, refiriéndose al Capitán y los planetarios.

Por un momento quise negarme, pero en cuanto capté la mirada que ellos me echaban, sin apenas darle importancia, murmuré.

-Está bien… ¿para cuándo sería?

-Oh, este mismo viernes.

-¿Este mismo viernes?-repetí yo, algo alarmado.

-Oh, pero por supuesto, este mismo viernes inauguro, así que será un evento por todo lo alto, con público y todo. Espero que no te avergüence mucho el estar rodeado de personas que claramente son mejores que tú siendo testigos de tu futuro ridículo cuando te aplaste en el green.

-Bueno, primero tendríamos que ver quien aplasta a quien ¿no?

-Oh, jo, jo, por supuesto que sí… y para que veas que soy una persona generosa, dejaré que te lleves hoy mismo un set de palos, ya sabes, para que practiques un poco. Con suerte puede que llegues a calcular tu hándicap antes de salir al campo y todo.

Para entonces mis nervios estaban a flor de piel y me estaba aguantando las ganas de soltarle un sopapo, pero me contuve como pude. Como bien prometió me obsequió con un set de palos metidos en su correspondiente bolsa que me llevé conmigo en cuanto salimos de la casa de vuelta al pueblo.

Nada más salir de allí Lloyd fue el primero en hablar.

-Espera, espera ¿Y qué es exactamente lo que tengo que hacer como caddie?

-El caddie es el que ayuda, aconseja y da apoyo moral al jugador.

-¿Qué? ¿Y cómo se supone que voy a hacer todo eso?

-Tranquilo, te introduciré los conceptos más básicos.

Antes de que el chico pudiera decir nada más, Applejack se le adelantó y comentó.

-Dulzura, te voy a ser franca: ole tus huevos.

-Ya ves-soltó Rainbow.

-Querido, he de decirte que sabes imponerte.

-Ese es mi hombre-me alabó mi chica, guiñándome un ojo.

-Agh, dejadlo ya, que entonces me lo creo…

La vuelta al pueblo fue algo más tranquila, aunque el Capitán me lo estuvo agradeciendo constantemente. Por mi parte trataba de mantenerme confidente, aunque por otro lado no podía evitar pensar en todo el tiempo que llevaba sin jugar. Fue por eso por lo que al día siguiente después de las clases estuve practicando un poco en la parte más alejada del parque, en compañía de las chicas, mientras aprovechaba para enseñarle a Lloyd los fundamentos básicos de los palos.

-Vale, empezaremos por los palos más inmediatos. Los driver, también llamados madera a secas o madera de calle, ya que antiguamente eran de madera, son estos palos de cabeza redonda y abultada, se usan para empezar el juego partiendo del green de salida. En este set hay tres: el uno, el tres y el cinco, cada uno con distintos grados de inclinación para llegar más lejos e impulsar la bola con mayor o menor potencia. Son los palos más difíciles de usar y los que más práctica requieren.

-Ajá… ¿y sales así sin más con ellos?

-No, como ves la pala es lo suficientemente alta como para poder impulsar la bola con mayor eficacia, por lo que es necesario poner la bola a la misma altura y así aprovechar al cien por cien la capacidad del palo. Para ello se usa un tee, que sirve de soporte para tal efecto, son estos de aquí-expliqué, sacando unos pocos.

-¿De colores?-inquirió Lloyd, al ver la variedad.

-Simple detalle de estética, aunque viene bien para distinguirlos cuando salen volando. Antes eran de madera, de hecho siguen habiendo de madera, aunque son los que se rompen con más facilidad ante golpes fuertes.

-Ya veo… ¿y estos que están numerados de forma escalonada?

-Esos son los hierros, los palos que se usan durante el resto del juego para llevar la bola hasta el green final donde está el hoyo. Cada uno posee más o menos inclinación para llegar más alto y más lejos, de esta forma el hierro nueve es el que más alto eleva la bola y el que menos alcance posee, mientras que los más largos como el seis o el cuatro son los que más lejos la lanzan y los que menos alto la elevan. Son los más polivalentes y flexibles de todos y los que más juego dan a la hora de recorrer las calles del campo.

-Ajá… ¿y estos tan cortos?-quiso saber Lloyd, sacando un par de palos mucho más cortos que los hierros cortos.

-Esos son los wedge, unos palos con inclinaciones únicas cuyo uso es mucho más específico. El P wedge sirve para acercarse al green cuando se está a cien metros o menos del mismo, y el S wedge se usa para salir de los bunkers de arena cuando caes en uno.

-Ya veo… ¿y este tan plano?

-Ese es el putter, es el que se usa para meter la bola en el hoyo. Es el palo más personal de todos y quizás el más importante, no lo parece pero un buen pateo es la clave del golf.

-Vaya, sabes un montón para ser un jugador casual…-comentó en ese momento Sunset.

-Bueno, la mayoría son cosas que se aprenden por el camino y a base de práctica y más práctica. ¿Qué más? Ah, sí, algunas normas de etiqueta, por ejemplo las chuletas…

-¡Huy, chuletas! ¡Me está entrando hambre! ¿De qué son, de cerdo?-inquirió Pinkie, particularmente animada.

-Vaya ¿también se hacen picnics en el golf? Quién lo diría…-murmuró Applejack, extrañada.

-Para chuletas las mías, soy una maestra… al menos cuando las hacía, claro-se apresuró a aclarar Rainbow, algo azorada.

-Eh… no, no me refiero a esas chuletas… me refiero a estas chuletas.

Me aparté por un momento para hacer el swing con un hierro, llegando a golpear de refilón la hierba y sacando un buen pedazo que voló hacia delante.

-Esas chuletas han de ser repuestas inmediatamente después para mantener el campo en óptimas condiciones. Si no se hiciera, éste estaría lleno de hoyos y en un estado lamentable-expliqué.

-Ah, ya veo, como cuando Winona se pone a escarbar en el jardín delantero, odio cuando hace eso-comparó Applejack.

-Cuánta finolería, por favor…-comentó Rainbow.

-Luego tenemos los búnkeres, si la pelota acaba en uno de ellos tras sacarla se debe rastrillar por las mismas razones, ya que a la hora de que otros jugadores quieran sacar sus bolas la arena removida dificultaría la tarea.

-Ni que de repente estuviéramos haciendo jardinería…

-Cuando se juega con más personas en el campo, muchas veces algunos pueden ir más rápidos que otros; cuando esto pasa y tienes más gente detrás de ti, lo ideal es dejarles pasar para evitar congestionar la circulación en el campo e ir a tu propio ritmo, respetando las pausas.

-Hombre, eso es bastante obvio de por sí…-opinó Applejack.

-En una situación parecida en la cual vas por detrás de alguien, siempre que lances tu bola y esta vaya a caer cerca de donde están más personas, se debe gritar bola para alertar a esas personas que hay una bola en juego, y así evitar posibles golpes.

-Eso suena un poco peligroso…-murmuró Fluttershy.

-Lo es, de hecho ha habido accidentes debido a casos parecidos, aunque en estos supuestos el seguro también es importante.

-Eso y un abogado, porque vamos…-añadió Rainbow.

-Se denomina dropar la bola al soltarla en un punto específico cuando ésta se encuentra empotrada o injugable dependiendo de las circunstancias. Un golpe al aire siempre cuenta como tal, al menos si tenías intención de golpear la bola, en caso contrario, y si llegas a golpearla de refilón, se incurre en sanción. Otras sanciones como el mover la bola con o sin intención se pueden aplicar, aunque también depende de la situación…

Antes de que pudiera seguir, Rainbow soltó un gruñido exasperado y exclamó.

-¡Agh, qué rollo, ya vale de tanta monserga, enséñanos cómo darle a la bola!

-Je, no es tan fácil como lo pintas, Rainbow…

-Ya, claro, dame un palo, voy a darla tan fuerte que va a acabar en el quinto pino.

-¡Ja! Vale, toma.

Sin dudarlo en ningún momento, y toda chula ella, Rainbow cogió el driver tres y se colocó de cualquier forma, con las piernas juntas y totalmente recta, y no solo eso, sino que cogió el palo sin ningún tipo de cuidado, montando una mano encima de la otra. El swing fue un desastre y acabó golpeando el suelo de lleno, haciendo temblar la varilla del palo y notándolo inmediatamente después. No pude evitar soltar una carcajada.

-¡Auch! ¡Muy gracioso!-me espetó ella.

-¡Es que lo estás haciendo todo mal! Lo primero, abre esas piernas, anda, no mucho, y centra la bola entre ellas-la indiqué, usando un palo para tal efecto.
Una vez colocada seguí indicándola.

-Estás muy recta, inclínate un poco y flexiona ligeramente las rodillas.

En cuanto estuvo situada continué, esta vez enfocándome en el agarre.

-Ahora, el grip del palo está mal, debes sujetar la parte superior de la empuñadura con la mano izquierda y la inferior con la derecha, nivela el peso sobre tus dedos y coloca el meñique de la derecha entre el índice y el medio de la izquierda, con ambos pulgares sujetando la parte central.

Por un momento la chica se hizo un lío y tuve que ayudarla un poco, colocando sus manos apropiadamente.

-Vale, a la hora de hacer el swing y levantar el palo, el brazo izquierdo debe mantenerse inmóvil mientras que el derecho compensa la fuerza hacia delante cuando se baja. No se debe apartar la vista de la bola en todo momento hasta que se golpea y se debe permanecer inmóvil en todo momento, sin levantarse ni agacharse para no fallar el tiro.

Aunque, aun a pesar de seguir al pie de la letra mis instrucciones, Rainbow acabó por levantarse en pleno backswing, llegando a rozar la bola por su parte superior y errando el tiro de una forma muy típica de los principiantes.

-¡Agh, mierda, mi mano!-masculló la chica, frotándose la palma de su mano izquierda.

-Sí, es lo que tiene el swing, el rozamiento, por eso se usa guante.

-Préstame el tuyo, quiero volver a intentarlo.

Me quité por un momento el guante y se lo di a Rainbow, la cual lo volvió a intentar, golpeando esta vez en el suelo; la bola salió disparada hacia arriba y arrancó una chuleta enorme que cayó al lado de Fluttershy.

-¡Agh, maldición!

-Te has agachado…

-¡Sí, ya me he dado cuenta! ¡Este palo es horrible!

-Pero porque has pretendido empezar con un driver, los principiantes empiezan practicando con palos más cortos, como con los hierros ocho o nueve.

-¡Bah, esto es un asco, todo tuyo!-exclamó ella, algo molesta y devolviéndome el guante y el palo.

-¡Oh, oh, ahora yo, ahora yo, por fa!-exclamó Pinkie, toda animada.

-Está bien, pero te aconsejo empezar con el hierro nueve.

-¡Vale!

Y así, en un visto y no visto, todas las demás se apuntaron también a intentar golpear por primera vez, con resultados dispares; para ser su primera vez Pinkie no lo hizo nada mal, elevando la bola a gran altura, aunque no llegó muy lejos. La siguiente en probar fue Rarity, quien no tuvo tanta suerte y golpeó al aire unas cuantas veces, aunque eso no la paró y lo siguió intentando hasta que finalmente lo consiguió, aunque la salió un golpe un tanto flojo en cuanto a fuerza se refería. Applejack fue también con intención de golpear duro, como Rainbow; la costó un poco, pero finalmente consiguió dar un golpe decente que mandó la bola bien lejos, para consternación de Rainbow.

-¡Oh, venga ya!

-Te rindes demasiado pronto, dulzura…

Fluttershy era la que más reticente estaba a coger un palo, pero al final, alentada por las demás, decidió intentarlo. Además la aconsejé que empezara con el P wedge, un palo que siempre se amoldaba a las manos más inexpertas. La costó mucho más, ya que no ponía mucha fuerza a la hora de hacer el swing, por lo que optó por un medio swing sencillito que la permitió golpear la bola suavemente. No fue nada asombroso, pero la animó bastante.

Sunset también lo intentó, siendo ayudada principalmente por mí cuando lo necesitaba; al principio la costó un poco, puesto que movía mucho las caderas al subir el palo, pero la ayudé a corregirlo y finalmente consiguió realizar un buen golpe.

-No ha estado nada mal…

-Genial, se siente estupendo cuando la golpeas bien…

-¿A que sí? El sonido característico cuando lo haces también ayuda, ese seco clac siempre suena como si fuera agua de mayo.

-¿Y cómo suena cuando golpeas con el driver?-inquirió Pinkie, curiosa.

-Un seco clic que suena aún mejor incluso.

-Oh, ¿podemos verlo? Inténtalo, aquí tú eres el experto.

-Bueno, lo intentaré, aunque no os prometo nada, los drivers son muy exigentes…

-Lo dices como si el palo estuviera vivo…-murmuró Lloyd, ceñudo.

-Huy, pues casi, casi…

Como me venía bien practicar un poco con ellos para las salidas, me preparé a conciencia para tratar de golpear la bola de forma decente; al contrario que con los hierros, la separación de piernas tenía que ser algo más amplia para compensar la largura del palo. Muchos jugadores profesionales suelen alinear la bola hacia la izquierda y apoyar la mayor parte del peso en la pierna izquierda con la finalidad de darla más impulso, aunque yo prefería mantenerme más equilibrado para asegurar el golpe, aunque luego fuera un completo desastre. Respiré pausadamente, sin apartar la vista de la bola, mientras hacía varios amagos con el palo, jugando con las muñecas. Inspiré y, al mismo tiempo, comencé a subir el palo hasta que alcanzó el punto más alto tras mi nunca; inmediatamente después expiré y lo bajé, concentrándome en la bola. Un seco clic resonó en mis oídos y clavé la vista en la bola, la cual rasgó el aire hacia delante en una perfecta línea recta. Tras de mí oí as las chicas lanzando exclamaciones de asombro y felicitándome por tan buen golpe.

-¡Uauh, qué fuerte!

-¡Impresionante!

-¡Bien hecho!

-Bueno, bueno, he tenido suerte, la verdad, espero seguir teniéndola para mañana.

-¡Pero si ha sido un golpe perfecto! ¿Por qué no ibas a volverlo a hacer?-inquirió Sunset.

-Esto es muy relativo, a veces aciertas, das buenos golpes, y otras veces te salen unos desastres que te hacen querer esconderte bajo tierra. Me ha pasado muchas veces, y algo me dice que mañana habrá algunos de estos, pero muchos más de los otros, nunca fallan.

-Oh, vamos Sgi, no digas eso, seguro que lo haces genial-murmuró Pinkie.

-Sí, se nota que sabes de esto, seguro que consigues poner en su sitio a ese despreciable de Blueblood-aseguró Applejack con vehemencia.

-No lo digas muy alto, Applejack, solo por si acaso…

El resto de la tarde pasó enseguida y, en cuanto dieron las siete, todos nos retiramos a nuestras respectivas casas. Por nuestra parte volvimos a la residencia y ya allí aproveché para limpiar y adecentar los palos para mañana.

-Te veo algo así como pensativo y tal…-me comentó Lloyd en un momento dado.

-Sí, bueno, es por lo de mañana… si te soy sincero no creo que vaya a poder ganar a ese gominas.

-¿Por qué no? Sabes un huevo sobre golf, y golpeas bien además…

-Ya, pero el problema es que juego muy poco. Quizás si practicara más podría estar a su nivel, pero no siempre me es posible salir al campo, y cuando lo hago es en contadas ocasiones. Mi juego es muy endeble en comparación con el jugador más constante.

-Bueno, pero aun así tienes nivel, puede que tengas alguna oportunidad…

Sin embargo yo no estaba tan seguro, quedándome en silencio por unos breves segundos antes de volver a hablar, aunque cambiando de tema.

-Por cierto, no hemos vuelto a saber nada de nada sobre esas tres y nuestro misterioso amigo…

-Ah, qué va, mis pesquisas están atascadas, si te soy sincero… ya no sé qué pensar-admitió Lloyd.

-Aun así es raro ¿no? Todo está muy tranquilo… demasiado tranquilo.

-Ya, lo sé, y tampoco hemos vuelto a contactar con nadie más al otro lado. Cosa que me preocupa.

Por un momento los dos nos quedamos callados, pensando en nuestras propias cosas. Aunque por mi parte se refería, el juego de mañana lo ocupaba todo. Habíamos quedado a las diez de la mañana, cuando empezaría el juego. No podía evitar sentirme un poco nervioso después de todo. Esa noche me costó un poco más conciliar el sueño.


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El despertador sonó a las ocho, puesto que habíamos quedado previamente en el centro comercial con las chicas antes de dirigirnos al club para comprar ropa para ese mismo día, ya que la indumentaria en el golf debía de ser muy específica y apropiada por propias normas. No había que ir excesivamente formal, pero era necesario llevar un buen porte por razones de estética. Dado que Lloyd y yo íbamos a participar activamente en el campo, optamos por sendos polos de colores fríos, para no pasar mucho calor, y unos vaqueros no muy gruesos para tal efecto; por mi parte me compré una gorra de media visera blanca que complementaba todo el conjunto, mientras que Lloyd optó por una gorra azul.

Las chicas también se pusieron guapas y formales, con camisas de franela frescas, pantalones de pana cortos y pañuelos para la cabeza, al menos por parte de Rarity.

Una vez allí la casa club destacaba por estar bastante llena, sobre todo de personas con mucho capital. Vimos mucha ropa de diseño, polos carísimos y mucha clase, aderezada con unos toques de pijotería y superioridad bastante pronunciados. Nada más llegar a la puerta un gorila ensutado en un traje negro y con pinganillo en una oreja nos paró.

-Alto ahí chicos ¿A dónde creéis que vais?

-Venimos al juego de inauguración, soy el oponente de Blueblood.

El segurata me miró de arriba abajo, con gesto ceñudo, a lo que yo me apresuré a añadir.

-Puede preguntarle a él mismo si quiere, a no ser que al final se lo haya pensado mejor…

Algo mosca el hombre se apartó un momento y estuvo hablando por el pinganillo hasta que al final se acercó a nosotros y nos dejó pasar.

-El señor les espera a usted y a su caddie junto a los probadores. Señoritas, ustedes pueden esperar en el jardín hasta que comience el juego.

Antes de separarnos las chicas nos desearon suerte, teniendo un breve momento con nuestras respectivas novias.

-Mucha suerte, seguro que le ganas, te estaré animando.

-Gracias, cielo, a ver si me llega un poco.

Frente a eso la chica me dio un fugaz beso en los labios y murmuró.

-¿Mejor?

-Sí, mucho mejor…

Los dos nos reímos tontamente y ella se apartó mientras me dirigía al piso de abajo; por su parte Pinkie también le deseó suerte a Lloyd.

-Mucha suerte, Lloydi, yo también te estaré animando.

-Eh, Pinkie, en realidad quien juega es Sg…

-Ya, pero tú estarás ahí con él, ayudándole, apoyándole, dándole moral… y eso es importante también.

-Sí, supongo…

Antes de que pudiera decir nada más, Pinkie le dio otro fugaz beso en los labios, al tiempo que comentaba.

-Eres un poco envidioso… te lo iba a dar de todas formas.

-Lo estaba esperando, no lo voy a negar.

Ambos se rieron con confidencia y Lloyd fue el siguiente en bajar al vestuario, donde se cambió con la ropa que se compraron previamente antes de dirigirse allí.


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Por su parte las chicas se dirigieron al jardín mientras esperaban, donde la gran mayoría de los asistentes se encontraban; algunos iban vestidos muy formalmente, mientras que otros habían preferido por un estilo más deportivo aunque sin abandonar ese toque de finura, elegancia y distinción. Rarity estaba ojo avizor, tomando notas mentalmente.

-Oh, cielo santo, cuánta clase, sólo los elitistas son tan exigentes… a gente como ésta apunto yo, chicas…

-Pfr, gran cosa, lo único que veo son snobs estirados que se creen mejores que los demás sólo porque tienen dinero…-murmuró Rainbow, con tonito.

-Rainbow Dash…-la espetó la modista.

-¿Qué? Después de todo tiene razón, aquí no hay más que ricachones pijos que sudan de todo y de todos porque pueden…-argumentó Applejack, también con tono obvio.

-Di que sí, Jack…

-Ahí le has dao, tía-asintió la chica de campo, chocando un puño con su amiga.

Rarity quiso contestar, pero en ese momento una voz conocida para las seis inquirió.

-¿Chicas? ¿Qué estáis haciendo aquí?

Todas las aludidas se dieron la vuelta, encontrándose con dos caras aún más conocidas.

-¡Ah, directora Celestia!

-¡Y vicedirectora Luna! ¿Qué están haciendo aquí?-inquirió Sunset, un tanto confusa.

Ambas directoras iban vestidas formalmente, sobre todo Celestia, que llevaba un conjunto blanco consistente en una blusa azul cielo y una falda blanca ajustada, aunque Luna había optado por algo más sencillito y cómodo: una camisa rosada, un pantalón corto de color beige y unas zapatillas de deporte blancas.

-Hemos venido a la inauguración, nuestro sobrino nos ha invitado… pero esa no es la cuestión, la cuestión es ¿Qué estáis haciendo vosotras aquí?-corrigió Celestia, algo mosca.

-Esto… bueno, la cosa es…

-¡Oh, poca cosa, Sgi va a competir contra Blueblood y Lloydi va a ser su caddie!-exclamó Pinkie tan tranquilamente.

-¿Lo qué?

-¡Sí! ¡Miren, están ahí, ya han salido!

Tanto Celestia como Luna giraron la cabeza hacia el campo, viendo entonces a los aludidos junto a su sobrino, el cual parecía estar a punto de comenzar la presentación.

(Continúa en el siguiente mensaje)

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Sg91 » 15 Jul 2015, 23:27

(Continúa del anterior mensaje)


Una vez que estuvimos cambiados y listos para el juego salimos al jardín, donde Blueblood nos estaba esperando con un micro en su mano; sin decirnos nada comenzó a hablar enseguida.

-Bienvenidos todos a la inauguración del club de campo Canterlot, lo primero de todo es darles las gracias por su asistencia, me congratula ver a caras conocidas y bien avenidas por aquí, siempre es estupendo estar rodeado de gente a la que sabes que estás al mismo nivel.

Por nuestra parte tanto Lloyd como un servidor tuvimos que reprimir una mueca de desagrado, mientras que Blueblood continuaba como si tal cosa.

-Sé que en un principio la inauguración tan solo iba a ser una pequeña y cordial fiesta, junto con un paseo por el recién inaugurado campo, aunque al final me surgió un repentino oponente que cambió gratamente el desarrollo de los acontecimientos. Les presento a Sg91 y su caddie, LloydZelos, denles un somero aplauso, no se les vaya a subir a la cabeza…

Mucha gente rió la gracia como tontos, mientras que nosotros le fulminábamos con la mirada.

-El juego constará de nueve hoyos, como es lógico, y será el primero en jugarse en este campo, por lo que estamos más que agradecidos. Ahora cojan sus copas y sus canapés y pongámonos en marcha hacia el primer hoyo.

Sin decir nada más, y con Blueblood encabezado la marcha, nos dirigimos al tee de salida del primer hoyo, el cual tenía unos 320 metros de distancia, siendo un par cuatro, y constaba de una alargada calle que giraba levemente a la izquierda justo por la mitad, bastante llana y sin obstáculos de ningún tipo, rodeada de hierba alta de un color más oscuro y una hilera de pequeños arbustos plantados en tierra rojiza. El primero en salir fue Blueblood siendo él el propietario, saliendo desde las marcas blancas, cosa que llamó la atención a Lloyd.

-¿Qué son esas marcas blancas?

-Marcas de salida que se usan por diferentes graduaciones; las blancas suelen ser usadas por jugadores profesionales, mientras que las rojas las usan señoras y niños, las azules señoras profesionales y las amarillas los caballeros, normalmente de hándicap estándar o bajo.

-O sea que te toca amarillo-obvió él.

-Mismamente.

Por un momento observamos a Blueblood comenzar el juego, realizando un muy buen swing y dando un limpio golpe con su característico clic, mandando lejos a la bola, la cual fue recta por la calle y cayendo cerca de la mitad de la misma. La gente aplaudió el golpe con entusiasmo, al tiempo que Blueblood se recreaba un poco.

-Gracias, gracias, muchas gracias, sus aplausos siempre son importantes para mí…

Por mi parte me situé en las marcas amarillas, un poco más atrás de las blancas, y me preparé; indiqué a Lloyd que me pasara el driver cinco junto con tee y una bola, concretamente una Boomerang 9.

-Recuerda siempre el nombre de la bola, es importante a la hora de buscarla-añadí yo.

Desde donde estaba llegué a ver a las chicas cerca del green, acercándose a la primera fila para vernos mejor; Pinkie exclamó.

-¡¡Ánimo, Sgi!!

-¡¡Tú puedes, Sg!!-hizo lo propio Applejack.

-¡¡Dale fuerte por mí!!-añadió Rainbow.

Sin embargo fueron acalladas enseguida por el resto de personas, las cuales las chistaron con fuerza, incluso Luna y Celestia, que también estaban allí, las reprendieron.

-¡Chicas, comportaos un poco, por favor!

Por mi parte me centré, respirando suavemente y mirando a la bola; como la última vez inspiré, espiré y golpeé; esta vez sonó algo más apagado, pero en vez de salir recta describió una amplia curva hacia la derecha, cayendo en la calle del hoyo contrario, y mucho más atrás de la de Blueblood. La gente murmuró lacónicamente, hubo unos pocos aplausos, principalmente de las chicas, y Blueblood soltó una divertida risita.

-Mierda, p*to slice…-mascullé, devolviéndole el palo a Lloyd.

-¿El qué?

-Slice, se da cuando un tiro se tuerce a la derecha, a veces me sale, a veces no, pero nunca he conseguido corregirlo del todo.

-¿Y ahora qué?

-Seguir jugando desde donde está la bola, hay que devolverla a la calle, pásame el hierro siete.

Era en un momento como ese cuando el golf pasaba a ser entretenido, al menos para mí. El reto de seguir intentándolo y acabar el hoyo, por mucho que me costara, siempre me había gustado, además del propio hecho de jugar.

Como Blueblood iba en cabeza el siguiente en golpear fui yo, haciéndolo desde la calle contraria; esta vez el golpe fue mucho mejor, consiguiendo devolverla a la calle principal y cayendo cerca de la de Blueblood, el cual fue el siguiente en lanzar. Haciendo gala de una técnica muy trabajada, el gominas golpeó de forma impecable, haciendo una aproximación del copón y dejándola justo en el borde del green. De nuevo otra tanda de aplausos resonaron en el aire, dejando claro quién era el favorito.

-Joder, se ha acercado en nada…-murmuró Lloyd.

-Sí, se nota que tiene un nivel muy superior…-asentí, sin poder evitar sentirme algo intimidado.

Aunque Lloyd lo notó enseguida, apresurándose a decir.

-Pero eso no significa nada, acabamos de empezar, seguro que le alcanzas enseguida.

-Bueno, veamos…

Fui el siguiente en golpear, conservando el siete en todo momento; el golpe fue bueno, pero esta vez la pelota viró hacia la izquierda, alejándose un poco del green y cayendo en hierba alta.

-Joder, si no es el slice es el hook, maldita sea…

-Déjame adivinar, el hook se da si se desvía a la izquierda…-asumió Lloyd.

-Sí, aunque normalmente tiendo más al slice que al hook, todo sea dicho. Pásame el P.

En el siguiente golpe Blueblood se coronó metiendo la bola en el hoyo tras un gran golpe y un poco de impulso que ayudó a la bola a caer seguidamente en el hoyo.

-Joder, menudo comienzo, con un birdie…-murmuré yo, acercándome a la bola.

-¿Birdie?

-Un golpe por debajo del par; dos golpes por debajo se denomina eagle, y tres, albatros.

-Tú llevas tres…-contó Lloyd.

-Sí, intentaré llegar al par…

Dado que no estaba muy lejos del green, y este era tan llano como el resto de la calle, opté por un golpe algo más suave y mejor dirigido; la bola botó suavemente en el green y rodó hacia el hoyo. Por un momento parecía que se metería y acabaría en par, pero al final pasó al lado del borde y ni se inmutó, rodando un poco más y deteniéndose prácticamente al lado. No pude evitar soltar un gruñido de frustración.

-¡¡Huy, casi!!-se oyó a Pinkie exclamar.

-¡Pinkie Pie, haz el favor de comportarte!-la reprendió por su parte Celestia.

Blueblood no hizo ningún comentario, aunque me miró con aires de autosuficiencia. Con un suave pateo la metí en el hoyo, pero ya no era un par.

-Empiezo con un bogey, genial…

-No me lo digas, un golpe por encima-obvió Lloyd rápidamente.

-Sí, los bogeys son siempre bogeys, y se doblan, triplican o cuadriplican dependiendo de cuan mal juegues…

-Bueno, quedan ocho hoyos, pueden pasar muchas cosas…

-Sí, ahí tienes razón…

El siguiente hoyo era muy similar, también de par cuatro, aunque comenzaban a haber obstáculos, como un bunker a mitad de camino; Blueblood demostró nada más empezar una gran destreza con los drivers, aunque por desgracia yo no tuve tanta suerte. El golpe fue bueno, pero fue con hook, y encima le di tan fuerte que al final la bola acabó saltando la muy corta valla que separaba el campo del bosque, lo cual significó una sola cosa.

-¡Fuera de límites, penalización de un golpe para Sg91!-exclamó el marshall, que nos acompañaba en todo momento.

-Solicito bola provisional-murmuré yo, resignado.

-Concedida, puede hacerla de juego si no la encuentra.

-Sea, no perdamos más tiempo.

Con una bola nueva, esta vez una Nike 5, la dropé en el punto más cercano al sitio donde perdí la anterior y seguí jugando. Para entonces Blueblood ya estaba dos golpes de ventaja frente a mí, y ya era imposible que llegara al par, por lo que me enfoqué en acortar lo más posible la trayectoria. Por suerte pude evitar el bunker, aunque esta vez el green me volvió a traicionar, puesto que se encontraba ligeramente inclinado hacia la izquierda. Como resultado la aproximación se me quedó cortísima y al patear la bola acabó desviándose debido a esto, lo que me sumó dos golpes más, acabando con un doble bogey.

-Este juego va a ser muy largo…-suspiré mientras nos dirigíamos al siguiente hoyo.

-Ah, venga ya, tan solo hemos empezado… nunca antes te había visto tan negativo, tío…-comentó Lloyd, un tanto chocado.

-No soy negativo, soy realista, no es lo mismo.

Lloyd se quedó callado, como pensativo, mientras que yo me sumía en mis propios pensamientos.

El hoyo tres era un pelín más corto, aunque seguía siendo un par 4, y no solo eso, sino que tenía un bunker a la derecha a pocos metros del tee de salida y otro más a mitad de calle situado justo en el centro, como si estuviera ahí para j*der. Blueblood tuvo un patinazo con un golpe cojonudo pero que le llevó directamente hasta ese mismo bunker. Por mi parte conseguí salvarme, aunque principalmente porque me quedé un poco más atrás. Aun a pesar de su desliz, el gominas sacó la bola del bunker con mucha fuerza, adelantándose un poco más. Por mi parte conseguí adelantarle gracias a un buen golpe con el hierro siete que me dejó cerca del green. Los dos hicimos una buena aproximación, quedándonos más o menos parejos y a igual distancia del hoyo. Por unos poquísimos centímetros yo fui el siguiente en tirar, golpeando con la suficiente fuerza para no quedarme corto; sin embargo me salió demasiado fuerte y, nada más llegar, la bola hizo una vistosa corbata, en la cual rodeó el borde, haciendo amago de entrar, pero saliendo inmediatamente después debido al impulso que llevaba, errando el tiro. Me llevé las manos a la cabeza, desesperándome por momentos.

-¡¡No te rindas, Sgi!!

-¡¡Haz que me sienta orgullosa!!

-¡Chicas, por favor!-exclamó Celestia.

-Señoritas, o se callan o las echo, decidan-las reprendió por su parte el marshall, un tanto molesto.

Aunque por un golpe menos, ese bogey me dolió especialmente, sobre todo por la maldita corbata. Si había algo más molesto en el golf, ese algo eran las corbatas.

El hoyo cuatro era quizás el más corto de todos, solo con 100 metros de distancia, siendo un par 3; giraba un poco a la derecha y al lado del green, el cual estaba inclinado ligeramente hacia abajo, había un bunker con un árbol justo en medio del mismo. En este hoyo no hacia ninguna falta salir con un driver, por lo que opté por un hierro 9. El resultado fue otro tiro con slice que hizo que la bola cayera en bunker, un tanto alejado del borde. Por su parte Blueblood se coronó con un hoyo en uno aprovechando la ligera pendiente del green, creciéndose un poco más si cabía ante los aplausos y alabanzas que recibía.

-Gracias a todos, gracias, sé que me queréis…

-Agh, es insoportable, soy tú y le lanzo un bolazo entre ceja y ceja…-masculló Lloyd, molesto.

-Sí, pero por desgracia está penado por la ley… pásame el S, anda.

Sacar la bola del búnker no fue muy complicado, haciéndolo a la primera y saliéndome un ligero slice que al final me vino bien, ya que se me colocó muy bien y bastante cerca del hoyo. Previamente tuve que rastrillar antes de continuar, aunque por suerte el pateo fue sencillo, consiguiendo el par de ese hoyo sin mucha dificultad.

-Bien, bien, par, de seguro que remontas a partir de aquí…

-No lo digas muy alto…

-Ah, venga ya, te estás pareciendo a mí cuando llegamos aquí por primera vez, y luego yo soy el señor ajo…

-No me mezcles churras con merinas, no es el mismo…

-Lo que quiero decirte es que, aunque no seas tan bueno, no significa que no puedas hacerlo.

Por un momento quise decir algo, pero en ese instante llegó mi turno para salir en el siguiente hoyo; el cinco parecía ser más largo que el resto, aunque en realidad era la impresión que la cerrada curva situada poco antes del green causaba. Justo en la misma curva, la cual tenía forma de cuenca hacia abajo, un pequeño arroyo fluía hacia el otro lado del campo, alimentando un lago cercano. En el primer tramo de la calle, no muy lejos del tee de salida, un poste eléctrico hacía bulto como obstáculo, y el green se encontraba rodeado por dos búnkeres a cada lado del mismo. El par estaba en cuatro.

Desde que empecé había estado saliendo con el driver cinco, haciéndolo más o menos bien, aunque me daba la sensación que hasta ahora me había estado quedando un tanto corto, por lo que opté por algo un poco más largo tras observar detenidamente la calle y la curva.

-Pásame el driver tres-le indiqué a Lloyd en un momento dado.

-¿Cambias? ¿Cómo así?

-Mis razones tengo, el tres por favor.

Sin decirme nada más, Lloyd me entregó el palo, me coloqué, inspiré, expiré y golpeé. Esta vez el golpe fue más directo, la bola no fue tan alta y, como bien me esperaba, el maldito slice volvió a surgir, pero esta vez jugó a mi favor; la bola rasgó el aire pasando al lado del poste, evitándolo con mucha clase, y cayendo justo al lado del borde de la cuenca del arroyo, poco antes de que empezara la inclinación y un poco más adelante de Blueblood. Esta vez hubo unos pocos más aplausos que antes, además de los respectivos ánimos por parte de las chicas.

-¡Así se hace, Sg!

-¡Ese Sgi, como mola, se merece una ola!

Para entonces Celestia dejó de intentarlo, comentando de seguido.

-Si os echan ya no es cosa mía…

Para el siguiente golpe Blueblood hizo un approach cojonudo metiendo la bola en el green desde donde estaba y dejándola a escasos metros del hoyo, arriesgando bastante y encima saliéndole bien; por mi parte preferí obrar con más cautela, lanzando la bola con un hierro seis que aseguró un tiro más al raso y dejando la bola cerca del green. Aunque para entonces el gominas me llevaba una ventaja muy amplia, aún más después de hacer otro birdie como el del primer hoyo. Traté de ir a por el par, pero el green me volvió a traicionar, quedándome esta vez con un triple bogey que me hizo querer morirme de la vergüenza. La gente apenas aplaudía, y aún menos después de semejante cagada en el green, habiendo muchos murmullos y alguna que otra risita que apenas se molestaron en ocultar. Y encima Blueblood aprovechó para comentarme como quien no quiere la cosa.

-Sabes que puedes abandonar si así lo deseas…

-Y una mierda abandono, pienso seguir hasta el final-le espeté.

-Como quieras, aunque nunca pensé que llegaría a ver a alguien que le gustase hacer el ridículo…

Para entonces requería de todo mi autocontrol para no estallar, pero en ese momento una mano se posó en mi hombro y oí a Lloyd decirme.

-Pasa de él, no merece la pena, tan solo concéntrate en jugar y pasártelo bien…

-Lo intento, Lloyd, de veras que lo hago…

El camino hacia el siguiente hoyo se hizo pesado, sintiéndome cada vez más apático, aunque en ese momento me sonó el móvil y vi que se trataba de Sunset que me estaba hablando por wasap.


Sunset
Vamos, cielo, alegra esa cara, lo estás haciendo genial…

Sg
No hace falta que lo enmascares, sé cuándo lo estoy haciendo mal…


Sunset
Pero esto no te lo digo porque quede bonito o algo parecido, para mí eres un ganador

Sg
Eso es una gilipollez, nunca me he considerado tal cosa


Sunset
Oh, venga ya, eso no es algo que tú me dirías…


Por un momento levanté la vista y la miré, al mismo tiempo que ella hacia lo mismo; en ese mismo instante nuestras miradas se encontraron, diciéndonos todo en nada. Una sonrisa se dibujó en su cara antes de volver a escribir.


Sunset
Da igual si ganas o pierdes, para mí siempre serás un ganador

Sunset
Y además, me gusta esa cara de seriedad que pones cuando golpeas, te da un aire muy varonil ;)

Sg
Huy, varonil, me gusta cómo suena eso…


Sunset
Ji, ji…

Sg
Tú sí que sabes cómo animarme… gracias, cielo :)


Sunset
;)


El hoyo seis era especialmente complicado; era el segundo más corto, con apenas 120 metros de largo, aunque no era precisamente por eso el hecho de que fuera complicado. Los tees de salida estaban situados en una zona elevada, a mitad de calle el lago que antes vimos ocupaba gran parte del espacio, y justo después se encontraba el green, junto a una pequeñísima porción de calle. Y aunque era un par tres, alguien como Blueblood podría ventilárselo en dos golpes incluso.

Como bien predije, el gominas no tuvo ningún problema a la hora de cruzar el lago, cayendo en green y muy cerca del hoyo además. Por mi parte lo intenté manteniendo el driver tres, pero me quedé demasiado corto al rozar el suelo con el palo y la bola cayó al agua.

-¡Obstáculo de agua, penalización de un golpe para Sg91!-indicó el marshall.

En este caso podía dropar una bola nueva cerca del lugar donde esta cayó, cosa que hice, dejándola caer cerca de la orilla. Por un momento miré al green al otro lado de la orilla, sopesando posibilidades. Fue entonces cuando Lloyd opinó.

-Teniendo en cuenta que estás tan cerca del agua, el hierro nueve podría ayudarte a salvarla…

-Sí, es una opción, aunque…

Mi mente divagó a toda velocidad, pensando en una sola cosa.

-Pásame el hierro cuatro.

-¿Qué? ¿Hierro cuatro? Pero…

-Tú hazlo.

Un tanto extrañado Lloyd me hizo entrega del palo y por mi parte me centré más que nunca; clavé la vista en la bola y, por un momento, nos quedamos solos ella y yo. No pensé en nada, dejando la mente en blanco y dejando que fuera el palo el que me guiara. Inspiré, expiré, golpe.

La bola salió volando casi al raso, describiendo una cerrada curva hacia abajo, al tiempo que se dirigía directamente hacia el agua, quedándose corta por unos ínfimos centímetros de la orilla del lago. Fue entonces cuando la bola entró en contacto con la superficie del agua, botando sobre la misma y elevándose hacia arriba, salvando el resto de centímetros y cayendo en el green; brincó sobre el corto césped, al tiempo que el impulso la hacía acercarse cada vez más al hoyo, que no estaba muy lejos de donde había caído. Fue entonces cuando rodó hasta el mismo borde, entrando en el hoyo justo después.

Por primera vez una oleada de aplausos y vítores se dirigieron hacia mí, al tiempo que esbozaba una gran sonrisa en mi cara; las voces de las chicas coreando mi nombre se podían oír desde donde estaba, incluso pude llegar a ver la desencajada cara de Blueblood, que no se esperaba para nada un golpe así. Por su parte Lloyd también expresó su asombro.

-¡Uauh! ¿¡Cómo has hecho eso?!

-Es cuestión de golpear lo suficientemente fuerte la bola… y un poco de suerte también, no lo voy a negar.

-¿¡Lo has hecho otras veces?!

-Sep, con esta ya van cuatro en total, aunque es más difícil de lo que parece.


Imagen



Entre el público muchos se habían quedado impresionados, sobre todo las chicas.

-Vale, tengo que admitirlo, eso ha sido asombroso-admitió Rainbow, alucinada.

-¡Uauh! ¿Habéis visto como ha botado la bola sobre el agua? ¿Cómo lo habrá hecho?-se preguntó Pinkie, aún sin creérselo.

-Bueno, en realidad es bien sencillo, ha sido como lanzar una piedra plana sobre el agua-comparó Sunset.

-Pero una piedra plana rebota sobre el agua porque es plana, la bola es redonda ¿cómo explicas entonces lo de la bola?-inquirió Applejack, ceñuda.

Ante eso Celestia quiso responder, pero Sunset se adelantó explicando.

-No necesariamente, por cómo ha rebotado la bola ha debido ir lo suficientemente rápida y liftada como para rebotar sobre la superficie del agua. El agua es un material líquido, y su superficie posee cierta tensión que, al liberarla, es capaz de empujar cuerpos sólidos hacia arriba si estos van lo suficientemente rápido y caen de forma lo suficientemente plana como para desplazar el agua hacia atrás en el proceso.

-Yo no lo podría haber explicado mejor… muy bien, Sunset-la alabó Celestia.

La chica no dijo nada, aunque no pudo evitar enrojecer ligeramente, al tiempo que recibía una mirada orgullosa por parte de la directora.


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Aun a pesar de tan buen golpe, ya que conseguí llegar al par de una forma magistral, Blueblood volvió a hacer un birdie que le colocó aún más delante si cabe de mí. Aunque los ánimos que mi novia me mandó a distancia calaron en mí y no dejé que eso me empañara la satisfacción de tan buen golpe, por lo que continuamos con el juego.

El hoyo siete era de los tres más largos del campo, con un total de 420 metros, siendo un par 4; desde el tee de salida se saltaba una parte del lago que antes libramos y luego la calle serpeaba como una serpiente, con un par de búnkeres dispuestos a cada lado y otro lago centrado, un poco más alargado y no tan grande como el anterior. Aquí ambos salimos bastante bien, aunque con tan mala fortuna que mi bola acabó golpeando a la de Blueblood, moviéndola a un lado, lo cual significó una sola cosa.

-¡Bola en reposo movida, penalización de un golpe para Sg91!-indicó el marshall, para mi desgracia.

Blueblood repuso su bola y siguió jugando, acercándose un poco más al green.

-Joder, aquí te penalizan a la mínima…-comentó Lloyd en un momento dado, mientras nos dirigíamos hacia la bola.

-Ya, las normas son muy estrictas en ese sentido, si la causa hubiera sido otra como el viento o un animal, no hubiera pasado nada, se repone la bola y ya está.

-Pero tú no tienes ningún control del comportamiento de la bola una vez que cae…

-Ya, pero sí que lo tengo en cuanto a dónde va a caer ya que para eso golpeo, además, el golpe es mío, por lo que he sido yo el causante, así que…

-Pues vaya…

-Ya, es una jodienda… pásame el cinco.

El siguiente golpe me salió bastante recto, era toda una suerte que no hubiera casi viento ese día, aunque para entonces el calor comenzaba a apretar cada vez más, por lo que entre golpe y golpe nos refrescábamos un poco bebiendo agua y echándonosla en el cuello. Ese hoyo acabó con sendos pares por ambas partes, manteniéndose la puntuación casi inalterada y con Blueblood sacándome una amplia distancia.

El hoyo ocho era el segundo más largo, con 430 metros de distancia y un par cuatro nada desdeñable; esta vez la calle era más recta y con casi nada de obstáculos, salvo un pequeño bunker cerca del green. Aquí tuve más dificultades ya que el slice volvió a hacer acto de presencia, desviándome la bola y ocultándola de la vista entre los densos matorrales, por lo que nos tocó ir a buscarla en menos de cinco minutos antes de que me la declaran perdida. Pudimos encontrarla, de hecho fue Lloyd quien la vio.

-¡Ah, aquí está!

-¿Dónde?

-¡Aquí, entre estos dos arbustos!

-A ver… oh, mierda-mascullé al verla.

La muy escurridiza se encontraba justo entre los troncos de los arbustos, haciendo prácticamente imposible jugarla desde donde estaba.

-Está injugable…

-Hombre, es obvio, tan solo hay que sacarla y seguir…

-Ya, pero el caso es que se penaliza un golpe-añadí yo, con consternación.

-¿¡Qué, otra?! ¿No se puede sacar y ya está?-inquirió Lloyd, chocado.

-Sí, pero siempre se penaliza.

-¡Ah, venga ya, con esto ya llevas más de cinco golpes por encima!

-Sí, ya lo sé…

Sin otra cosa que poder hacer excepto resignarme, salí un momento y exclamé hacia el marshall.

-¡Bola injugable!

-¡En ese caso golpe de penalización para Sg91! ¡Drope cuando esté listo!

Siguiendo sus instrucciones dropé la bola unos pocos metros delante del sitio donde cayó y continué jugando, sabiendo de sobra que no llegaría al par. Para entonces el hecho de que no iba a ganar era más que evidente, y aunque por un lado me molestaba por el hecho de que estaba jugando por el Capitán, por otro lado me lo esperaba de alguna u otra forma. Otro bogey volvió a engrosar mi marcador, mientras que Blueblood se mantuvo con otro cómodo par.

Finalmente el hoyo nueve era el más largo de todos, con un total de 450 metros, siendo un par cinco. Al igual que los anteriores era bastante recto, aunque éste tenía la particularidad de ser el más irregular, con pequeñas colinas y elevaciones a lo largo de toda la calle, incluyendo el green. Debido a esto la salida la hice con el driver uno para llegar lo más lejos posible, mientras que fui avanzando con los hierros más largos para acercarme lo antes posible al green, donde tanto Blueblood como yo conseguimos llegar al par.

En cuanto el juego finalizó la gente aplaudió, satisfecha por el resultado obtenido; el marshall estuvo calculando el total de golpes, ya que se había encargado de ello, para finalmente proclamar al evidente ganador.

-El ganador del juego de inauguración es Blueblood con un total de treinta puntos sobre el total; Sg91 queda en segundo lugar con un total de cuarenta y tres puntos.

-¡Ja! ¿Qué te dije? Podría haberlo hecho incluso con los ojos cerrados…-se vanaglorió el aludido.

-Sí, sí, lo que tú digas, gominas…

-Oh ¿siento acaso un poco de resquemor? Fuiste tú el que quisiste jugar por ese zarrapastroso, asumiendo el riesgo de hacer el ridículo, cosa que al final has hecho.

-Bueno, es posible, pero al menos ya sabemos quién sabe hacer cabrillas en el agua con la bola…-murmuré por mi parte.

-Bah, eso ha sido pura suerte, y hasta tú lo sabes.

Quise responder, particularmente molesto, pero en ese momento las chicas salieron en mi defensa ellas solas.

-¿Y qué si su graciosa majestad ha ganado? Será muy rico y tal, pero nunca tendrá la suficiente humildad que Sg tiene-le espetó Rarity.

-¡Eso, de todos los aquí presentes, cualquiera es más agradable que usted, incluido él!-hizo lo propio Pinkie.

-¡Puede que le haya ganado, pero al menos lo ha intentado, y solo por eso ya ha ganado algo!-añadió Sunset.

No pude evitar emocionarme más de la cuenta al oír sus palabras, aunque al final preferí cortar por lo sano antes de que la cosa fuera a más.

-Gracias por vuestro apoyo, chicas, pero creo que no merece la pena gastar saliva en este intento de persona. Vámonos ya, necesito un vaso de agua con azúcar cuanto antes.

El regreso al pueblo no fue triunfal ni nada por el estilo, pero las chicas me estuvieron felicitando de todas formas, alabando sobre todo mi cabrilla sobre el agua del hoyo seis. En la plaza nos encontramos de nuevo con el Capitán Planeta y los planetarios, los cuales nos estaban esperando para conocer el resultado del juego. No hubo falta decirle nada, en cuanto el Capitán vio mi cara lo supo al instante, aunque aun así me habló de todos modos.

-Sg, aunque no hayas ganado quiero agradecerte lo que has hecho por mí, me has ayudado sin pedirme nada a cambio, por lo que si necesitas algo, lo que sea, aquí estoy.

-Ah, no ha sido nada, de verdad.

Nos dimos la mano con efusividad y, tras eso, nos fuimos todos al Sugarcube Corner a tomar algo. Por mi parte preferí no darle tanta importancia al hecho de que hubiera perdido y opté por quedarme con los mejores golpes y aprender de ellos, sobre todo de la cabrilla. Aun a pesar de todo, el día se veía más brillante que nunca.


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Esa misma noche una luna cuarto menguante iluminaba débilmente los callejones del pueblo, allí donde las luces de las farolas no alcanzaban a alumbrar. Para Kurt Marshall esa era la patrulla más aburrida de todas, puesto que nunca pasaba nada. El pueblo de Canterlot destacaba sobre todo por ser particularmente tranquilo, desde primera hora de la mañana hasta últimas horas de la madrugada, por lo que su trabajo se concretaba principalmente en patrullas tranquilas, tráfico y poco más. Sin embargo el cuerpo policial no era tan grande como en una ciudad, y menos personas debían de ocupar más puestos a lo largo de todo un día. Además, las horas extras estaban siempre reconocidas, por lo que siempre era un plus.

-Bueno, si no hay nada esta noche puede que vuelva temprano… voy a llamar a Flash-pensó Kurt, haciendo mano de su móvil en cuanto paró frente a un semáforo en rojo.

El chico no tardó mucho en responder a la llamada, cogiendo el teléfono al poco rato.

-Hola papá.

-Hola Flash ¿Cómo estás?

-Bien, acabo de cenar… ¿no tenías patrulla esta noche?-recordó el chico.

-Sí, estoy en ello, aunque puede que vuelva dentro de poco, esto está muy tranquila y dentro de poco se termina mi ronda, así que…

-Oh, genial, he dejado un poco de sobras por si vienes con hambre.

-Gracias, hijo, vete ya a la cama si quieres, no hace falta que me esperes.

-Está bien, hasta luego, papá.

La llamada duró el mismo tiempo que duró el semáforo en rojo, por lo que Kurt aceleró inmediatamente después tras colgar.

Aunque no fue el único contacto, al poco rato por la radio de la policía se pudo oír una voz comentando.

-A todas las unidades, respondan.

-Kurt Marshall desde la veinticinco, recibido.

-Marshall, me vienes de madre, han llamado hace escasos momentos desde la veintiséis comentando que han visto algo raro cerca de una tienda de ultramarinos, ¿puedes ocuparte?

-Recibido, me pongo a ello.

Kurt encendió las luces, aunque no la sirena, y aceleró para llegar lo antes posible. Giró a la derecha en la siguiente intersección, llegando a la tienda tirando todo recto y bajándose del coche.

-Bueno, a ver qué tenemos por aquí.

Al lado de la tienda había un callejón el cual podía hacer las veces de ruta de escape, por lo que se armó de su linterna y se internó en él para investigar. No había signos de que hubieran intentado entrar por delante forzando la persiana, aunque no hubiera sido el mejor método, por lo que entrar por detrás era la opción más sensata. No perdió la vista de su casaca igualmente por si las moscas, al tiempo que alumbraba el callejón con la linterna, buscando algo que se saliera de lo común.

Llegó a un estrecho patio donde había varios contenedores junto a una escalera de incendios y poco más; en ese momento algo se movió detrás de estos y Kurt se puso en alerta.

-¿Quién está ahí?-inquirió en voz alta, alumbrando hacia delante.

Pudo distinguir un esponjoso pelo anaranjado saliendo de detrás de uno de los contenedores, además de una voz mascullando.

-Mierda…

-¡Venga, quien quiera que sea que esté ahí que salga ya, y despacio!

Pocos segundos después tres figuras se deslizaron de entre los contenedores, dejando a la vista tres chicas que se veían un tanto descuidadas; vestían muy de sport, con vaqueros algo rajados y unas sudaderas un tanto ajadas y descoloridas. Su aspecto tampoco daba una buena impresión, parecía que no se habían lavado en días.

-¿Qué hacéis por aquí a estas horas de la noche?-inquirió Kurt, extrañado.

Por un momento ninguna de las tres contestó, mirando para otro lado; la de pelo anaranjado parecía ser la más mayor, mientras que las otras dos parecían ser las más pequeñas.

-¿Qué pasa, se os ha comido la lengua el gato?

El silencio le volvió a responder, además de cierta mirada de desdén por parte de la chica de pelo naranja. Kurt dejó escapar un bufido, algo molesto.

-Muy bien, vuestra documentación.

Fue entonces cuando las chicas parecieron reaccionar, tomando la delantera la del pelo naranja y hablando por primera vez.

-No la tenemos.

-¿Que no la tenéis?-repitió el hombre, incrédulo.

-No, la perdimos hace tiempo.

Llegados a ese punto Kurt se quedó aún más incrédulo si cabía; ¿cómo era posible que tres chiquillas desamparadas no tuvieran su documentación consigo? Y además ¿de dónde habían salido?

-Está bien, quedaos ahí un momento, no os mováis.

Sin perderlas de vista en ningún momento, Kurt hizo mano de su radio portátil y murmuró.

-Central, aquí Kurt Marshall desde la veintiséis, cambio.

-Te oigo Marshall, cuéntame, ¿has encontrado algo?

-Ya tanto que he encontrado, hay aquí tres chicas que parezcan que vivan en la calle sin documentación ni señas de ningún tipo.

-¿Qué? ¿Qué edad tienen?

-No lo sé con exactitud, aunque la más mayor parece tener unos veinte o veintiún años, las otras dos parecen tener menos, las echo unos dieciséis o diecisiete.

-¿Y dices que viven en la calle?

-Tienen toda la pinta, van vestidas muy pobremente… me parece todo muy raro.

-Sí, desde luego… tráelas a comisaria, a ver si podemos averiguar quiénes son.

-Recibido, corto.

Tras la conversación Kurt se acercó a ellas y las indicó.

-Muy bien, chicas, os voy a pedir que me acompañéis un momento ¿vale?

-¿Qué? Pero si nosotras no hemos hecho…

Antes de que la chica de pelo violeta pudiera decir nada más, la de pelo naranja la acalló enseguida con un disimulado pisotón, al tiempo que seguían de cerca a Kurt, el cual se dirigió al coche patrulla. Las tres se subieron detrás y permanecieron en silencio durante casi todo el trayecto. En un momento dado, Kurt trató de sonsacarlas algo más.

-Vamos a necesitar saber vuestros nombres ¿podríais decírmelos?

Por un momento las tres no parecieron querer decirlo, pero finalmente lo hicieron.

-Adagio Dazzle.

-Aria Blaze.

-Sonata Dusk.

-Vale, gracias chicas.

Una vez que llegaron a la comisaría les tomaron sus huellas dactilares y reunieron todos los datos posibles para cotejarlos en la base de datos. Pero para su infinita sorpresa descubrieron algo que les dejó incrédulos.

-Vale, esto es raro, no hay ni una sola referencia de ellas en ningún lado, legalmente estas chicas no existen-anunció un agente, perplejo.

-¿Qué? Eso es absurdo ¿has mirado en la base de datos estatal?

-¡He mirado en todas, incluida la nacional! No están, simplemente no están.

-Pero eso es ridículo…

-¡Ya lo sé! ¿Y qué quieres que haga?

Ambos agentes se quedaron en silencio por un momento, sopesando las posibilidades.


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Mientras tanto, Sonata, Aria y Adagio se encontraban esperando en una sala aparte, visiblemente aburridas; aunque Adagio era la única que conservaba un gesto serio e incluso pensativo. En ese momento Aria comentó.

-Agh, no entiendo qué estamos haciendo aquí, Adagio, podríamos habernos deshecho de ese tipo cuando tuvimos la ocasión.

-Sí, una rápida canción hubiera resuelto el problema-asintió Sonata.

Sin embargo la chica no contestó, perdida en sus pensamientos; esto molestó a Aria, la cual la espetó.

-Eh, tierra llamando a Adagio, aterriza…

-Cállate, Aria, estoy pensando-soltó ella, con tono tranquilo.

-¿Ah, sí? ¿Y por cuanto más tiempo? Me aburro, tengo hambre, quiero irme de aquí, vámonos.

-No.

-¿Y por qué no?

Ante eso Adagio soltó un exasperado suspiro, dirigiéndose a ella inmediatamente después.

-¿Es que aún no lo entiendes? ¿Realmente quieres volver ahí fuera, a pasar hambre sin un sitio donde caerte muerta? Os estoy dando una oportunidad…

Antes de que pudiera decir nada más la puerta se abrió, entrando un hombre totalmente diferente al que les trajo allí; era de mediana edad, de facciones rectas, pelo castaño oscuro y barba desarreglada y sin afeitar. Se sentó delante de ellas, mirándolas con cara de circunstancia y mirando una serie de papeles, sin decirlas nada. En un momento dado habló.

-Vale, en toda mi carrera como inspector no había visto nada parecido. Chicas, os voy a hablar con franqueza: no existís.

Ante esa afirmación las tres arrugaron el ceño, extrañadas, aunque Sonata exclamó enseguida.

-¡Pues claro que existimos, estamos aquí, delante de usted!

-Ya, ese es el quid de la cuestión, muchacha, que estáis aquí, pero al mismo tiempo no estáis aquí-explicó el hombre, levantando una ficha.

-¿A qué se refiere?-inquirió Adagio, intrigada.

-Que no existís legalmente. Lo cual es, de por sí, una contradicción. Necesito que seáis sinceras y me contestéis una serie de preguntas ¿de acuerdo?

Adagio tan solo asintió levemente con la cabeza, asumiendo la palabra sin que las demás la tuvieran que decir nada. El inspector fue el primero en hablar.

-Muy bien, primera pregunta ¿de dónde sois?

Aria dejó escapar un leve bufido, a lo que Adagio contestó rápidamente.

-De un lugar muy lejano.

Ante eso el inspector frunció el ceño, comentando de seguido.

-¿Te crees que eso es una repuesta?

-Si se lo dijera no me creería.

-¿Y por qué no iba a hacerlo?

Ante eso Adagio no dijo nada más, quedándose callada. Las demás también guardaron silencio, mirando hacia otro lado. Por su parte el inspector optó por continuar.

-Bueno, siguiente pregunta: ¿sois familia?

Adagio levantó la cabeza, mirándole fijamente con expresión austera, y finalmente respondió.

-No.

-¿Y qué hay de ellas?-quiso saber el inspector, refiriéndose a Aria y Sonata.

-Están a mi cargo, son mi responsabilidad.

El inspector frunció el ceño, un tanto extrañado, mientras tomaba notas mentalmente.

-¿A qué te dedicas?

-Hago de todo un poco, ellas me ayudan.

-¿Me estás diciendo que no están escolarizadas?

-No ¿para qué?

-Te das cuenta que eso es ilegal ¿verdad?

Por su parte Adagio no dijo nada, mirándole con contundencia; el inspector la sostuvo la mirada por unos breves segundos hasta que finalmente dijo.

-Disculpadme un momento.

El inspector salió de la sala, encontrándose con una figura familiar delante de él.

-Comisario…

-Donelly… ¿y bien?

-No están por la labor, además, es todo muy raro con ellas… quiero creer que se han escapado de casa todas juntas o algo parecido, pero aun así no tiene mucho sentido.

-O sea que estamos ante tres chicas, dos de ellas sin escolarizar, sin nadie que se ocupe de ellas y sin existencia legal…

-Ni yo lo hubiera podido resumir mejor-asintió Donelly, con gesto serio.

El comisario se quedó callado, barajando opciones, hasta que finalmente se pronunció.

-Desde nuestro punto de vista no podemos hacer nada más, salvo ponerlas a disposición de los servicios sociales, ellos decidirán qué hacer con ellas.

-¿Cree que las ayudarán?

-Claro, de hecho es su obligación… al menos las darán un sitio donde parar, educación y una comida caliente. Cierto es que es un caso excepcional y particularmente extraño, pero nuestro cometido termina a partir de aquí. ¿Quién las encontró?

-El agente Kurt Marshall, durante su ronda nocturna.

El comisario se apuntó el nombre en la cabeza, pensando aparte.

-Ya es muy tarde para llamar a los servicios sociales, que pasen la noche aquí si eso, ya me encargaré yo de explicarlas todo.

-Pues si no hay nada más yo me retiro ya, señor-indicó en ese momento Donelly.

-Sí, gracias Donelly, hasta mañana.

Por su parte el comisario observó a las tres chicas desde el otro lado del cristal, con gesto inquisitivo y sin saber muy bien qué pensar de toda esa extraña situación. Afuera una noche cerrada se echaba sobre el pueblo, con una luna cuarto menguante por corona.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor Marquis Perhaps » 19 Jul 2015, 16:28

Un buen capitulo , con un par de esferas dándonos a conocer el deporte del Golf. En parte se me hizo un poco pesado pero no has perdido la "calidad".

Y este capítulo me recordó que, una vez jugue al golf llegué a lanzar la bola a 30 m jejeje. Hace mas de 9 años de eso.
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Re: Bronies al borde de un ataque de nervios [Humano] [Humor

Notapor LloydZelos » 19 Jul 2015, 17:19

Los capítulos temáticos sobre algo que sabe hacer el autor es algo que he visto a veces en self-inserts, y normalmente suelen ser una gran mierda coñazo incomprensible en los que los susodichos muestran sus habilidades de Gary Stu al tiempo que chulean. Por suerte, te las has apañado para hacer amena esta experiencia mediante constantes explicaciones para los profanos y constantes desvíos de atención hacia el ascoputer de Blueblood. De verdad, daban ganas de incrustarle un palo en la frente :ajwhine: Además, ha sido todo un acierto el que pierdas: el pijo era alguien demasiado acostumbrado y experimentado en ese deporte, no hubiese sido lógico ganar. Aun así, has metido algún buen golpe y el tremendo momento del rebote sin que desentonasen, para que no fuese una total humillación. Y nos ha servido para ver a las chicas de esport, junto con varios momentos graciosos ("Si os echan yo no quiero saber nada" :elrisas: ) y la cariñosa escena de ánimos.

Es un episodio muy slice of life, cosa que se continúa corroborando con la escena del vagueo filosófico. Me encanta que sigas metiendo esos momentos de confidencialidad y esparcimiento entre Pinkie y yo, son la risa y muy acertados :sisi1: De todas formas, hay un acelerón importante de trama al final con la escena de las Dazzlings. Ya sabemos por qué la lía tanto Flash, le viene de familia :roto2: Y además, ¿me estás diciendo que hubiese bastado con nada más llegar ir a comisaría sin documentación para evitarnos todo el paripé, el anónimo y el Consejo? Yo te asesino :@

En fin, parece que las cosas se van a liar muchísimo a partir de ahora, con estas tres en el instituto. Buen capítulo gracias a tu forma de narrarlo, y esperando el siguiente con un hype bestial dado que ya vamos a entrar de lleno en la trama de la película o casi.
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