El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest. 1-2

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El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest. 1-2

Notapor LloydZelos » 21 May 2017, 02:04



"El pasado siempre vuelve para atormentarnos". No importa cuánto hayas hecho para salir del pozo que tú mismo cavaste, o que otros hicieron para ti. La vida es como es: más vieja, ominosa y ladina que tú. Y acabará cayendo sobre ti con todo su peso...

¡CRASH!

Un último golpe. Un último gemido. Un último estertor.

Silencio. Denso, horrible, cargado de dolor y sangre. Aunque dura poco, pues al envolver a quien queda en pie, se dispersa, como la niebla del océano por la luz de un faro. La luz de la... ¿culpa? ¿Lucidez? ¿O es otro sentimiento?

−Oh, no... Esto no debía haber terminado así... ¿Qué hago? Piensa... ah. Claro, eso funcionará. Si, dadas las circunstancias, acabarán creyendo que lo hizo él. Solo necesito fingir lo suficiente. Aunque me hará falta ayuda para torcer las cosas en mi favor...

Cada atardecer, el sol se apaga, brillando justo antes con especial intensidad, como prometiendo que a la mañana siguiente volverá tras haber realizado un arduo camino y vencer a la oscuridad. Es algo a lo que no prestamos atención, porque asumimos que pasará y ya está, como muchas cosas en la vida. Sin embargo, ¿es realmente sabio dejarse llevar por la corriente, sea cual sea la razón, y dar tanto por sentado?


Primer día de la investigación

Lunes, ?? de ??
15:00 PM
Bufete Wright & co.


Mi nombre es Phoenix Wright, y soy abogado. De hecho, soy copropietario de este bufete junto con mi socia...

−¡Nick, nos hemos quedado sin ramen! ¡Tenemos que salir a comprar más o moriré!



Ah, hablando del rey de Roma. El monstruo con cuerpo humano y un agujero negro por estómago que me está mirando con los carrillos hinchados, Maya Fey. Se trata de una médium de la técnica de canalización Kurain, su aldea natal. Puede contactar con espíritus de difuntos y prestarles temporalmente su cuerpo para que se manifiesten en nuestro mundo, y es todo real por raro que suene, al fin y al cabo lo he vivido. Aparte de ayudarme a llevar los casos y vaciar la nevera, se encarga de remojar a Charly, el ficus de la oficina, y a hacerme la vida bastante... diremos poco anodina. A veces me trae de cabeza, pero es una buena chica.

−Maya, deberías seguir una dieta más variada. Dependes demasiado de comida basura y preparada. Además, no andamos especialmente boyantes de dinero.
−¡Oh, vamos! ¡Soy una chica en edad de crecer, necesito todo lo que pueda comer para ello!
(A este paso acabarás midiendo decenas de metros y arrasando ciudades...)
−Por cierto Nick, esta noche emiten una maratón del Samurái de Acero. Espero que no tengas que madrugar mañana, porque vamos a verla juntos.
−No decidas lo que tengo que ver y lo que no... ¿Por qué no lo grabas en vídeo y lo ponemos en otro momento?
−¡No es lo mismo sin la magia del directo!

Podríamos tirarnos horas así, ella con sus caprichos y yo intentando inculcarla un poco de sentido común. En ello consiste gran parte de mi rutina diaria. Sin embargo, como suele ocurrir cuando esta se abre paso, acaba de repente rota en pedazos cuando alguien llama a la puerta.

−¿Será un cliente?
−Ojalá. Ve a abrir, Maya, por favor.

Mientras atiende mi petición, yo me atuso ligeramente el pelo, aliso mi traje y le doy un par de ligeras pasadas a mi insignia de abogado. Es importante estar presentable, y más aún ante un posible cliente. Cuando se abre la puerta, me hallo ligeramente sorprendido: estoy acostumbrado a tratar con clientes... peculiares, pero el chico que cortésmente saluda a Maya se halla dentro del rango de la normalidad. Pelo y ojos castaños, gafas, ropa casual... Casi hasta me decepciono un poco de no estar tratando con un mago, un ladrón profesional o un excéntrico actor de cine. Un momento, ¿¿en qué se ha convertido mi vida??

−¿Es usted Phoenix Wright, el famoso abogado?
−¿Eh? Oh, sí... Espera, ¿famoso? (Vaya, debo haberme quedado absorto en mis pensamientos.)
−Digamos que su reputación le precede. Me llamo Lloyd, encantado-saluda, dando un paso adelante y tendiéndome la mano con una media sonrisa.
−Me cuesta acostumbrarme a que seas famoso, Nick. Seguro que algún día empezarás a firmar autógrafos, luego harán una película sobre tu vida y acabarás viviendo como un millonetis. Acuérdate de mi entonces, ¿vale?-dice, guiñándome un ojo de tal manera que parece decir "cúbreme de caprichos hasta reventar".
−Maya, deja el azúcar. De verdad.
−Esto, perdón por interrumpir, pero tengo un poco de prisa y necesito su ayuda.
−Oh, claro, perdón. ¿De qué se trata?
−Verá, se trata de un caso... de intento de asesinato-dice, con la preocupación grabada en su cara.
−Vaya, eso es grave... (¿Alguna vez tendré algún caso no relacionado con cadáveres o casi fiambres?)
−Es terrible, ¿qué ha ocurrido?-pregunta Maya tapándose la boca, genuinamente horrorizada.
−Mi amigo ha sido acusado de intentar matar a su novia... ¡pero sé que es una trampa! ¡Es imposible que haya sido capaz de algo así!-exclama, gesticulando exageradamente.
−¿Y qué te hace pensar en que es una trampa?

Ante esa pregunta, esboza un gesto extraño, mezcla de preocupación y asco.



−Digamos que todo es demasiado... conveniente y cliché. Aunque teniendo en cuenta dónde ha ocurrido, tampoco es de extrañar...
−¿Perdón?
−No hay tiempo, se lo explicaré por el camino. ¿Hay algún centro comercial por aquí?
−Hay una galería cerca, pero...
−¿Tiene escaleras mecánicas?
−Eh... ¿Sí?
−Me vale.
−¿No habría que ir al centro de detención?
−No, si vamos a ir... pero no aquí. Guíenme, por favor, no conozco este sitio lo suficiente.

Esto es muy extraño. La actitud del chico parece poco usual, dando pocos detalles y diciendo de ir de compras antes de ir a visitar a su propio amigo a donde le tengan retenido. Sin embargo, me he visto en circunstancias mucho más raras y se le ve genuinamente apurado, por lo que empiezo a apagar el ordenador y meter lo necesario en mi maletín.

−¿Podrías por favor contarme todo lo que sepas?
−Todo empezó ayer domingo. Habíamos terminado la jornada laboral y yo me fui con mi novia al cine, mientras que él se fue a la casa de la suya para que le ayudase a estudiar para un examen-comenta Lloyd, mientras vamos andando por la calle.
−¿Trabajáis el fin de semana?-pregunto extrañado.
−Sí, bueno, somos estudiantes y nos ganamos unos dineros trabajando en una cafetería. Mi novia trabaja con nosotros, por cierto-anuncia, con un deje de felicidad y orgullo en su voz.
−¿Estudiantes? ¿Qué estudiáis?
−Estamos en el Instituto Canterlot.
(Vaya, no he oído hablar de ese sitio en mi vida. ¿Será una institución privada poco conocida?) ¿Instituto? No es por meterme en donde no me llaman, pero al menos tú pareces tener más edad que eso...
−Ah, bueno... Digamos que nos cuesta arrancar-dice, con un deje divertido en su voz.
−Oh, sé lo que es eso. A mi me pasa al revés, a pesar de lo joven que soy he tenido que asumir llevar el negocio familiar y me dicen que no aparento ocupar esa posición-divaga Maya.
−El caso es que hoy estábamos en clases y Sunset no aparecía...
−¿Sunset?
−Ah, perdón. La novia de mi amigo, Sunset Shimmer. La víctima, vamos.
−Claro, claro... Continúa. (Sunset, bonito nombre.)
−Todos nos preguntábamos qué había sido de ella, e imagínese nuestra cara cuando aparece la policía y se llevan detenido a mi amigo delante de todo el mundo acusado de haber intentado matarla. Rarity, una de nuestras amigas, se desmayó de puro horror.
−Comprensible. Ha debido de ser un momento muy duro para todos.
−Ni se lo imagina. Más aún después de lo que pasó...

En ese momento, lo veo. Todo alrededor de él parece volverse negro, y una serie de cadenas le cubren como una red, cada uno de sus nodos unido por un psicocandado, formando un total de cinco. Es el poder de la magatama, un amuleto regalo de Maya que llevo en el bolsillo y que está imbuido de energía espiritual. Detecta las cosas que la gente oculta y lo muestra de esta peculiar forma ilusoria, con un número de estas estructuras similares a cerrojos reales, variable según lo profundo que sea el secreto. Y este parece de los gordos. ¿Qué esconderá...?

−... pero no es el momento de hablar de eso. ¿Está ya?
−Si, podemos irnos.

Me preocuparé por eso más tarde. Ahora hay trabajo más urgente que hacer.

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Lunes, ?? de ??
15:20 PM
Galerías Samurái de Acero


Hemos llegado. La calle a estas horas está especialmente bulliciosa: un grupo de chicas de preparatoria hablando y riendo entre ellas con sus bolsas a cuestas, un empresario gritando algo sobre acciones de bolsa por el móvil... Pequeños elementos que destacan entre el tumulto, parte del cual se dirige hacia nuestro destino: la primera galería comercial oficial del Samurái de Acero. El show favorito de Maya ha llegado a unas cotas de popularidad tales que ha abierto un gran local para vender sus productos y los de sus patrocinadores, anunciándolo a bombo y platillo en la televisión. Cuando ella se enteró de que abrían algo así cerca de la agencia, supe que había llegado mi fin. Y al menos le llegó a mi cartera, en forma de varias tazas, camisetas y un reloj despertador de la Princesa Rosa con su sintonía oficial que Maya se llevó a Kurain. El gigantesco cartel de Neo Olde Tokio con el Samurái de Acero, la Princesa Rosa y el Magistrado Malvado peleando bajo la luz de la luna sigue igual que entonces, como también lo hacen los anuncios de neón abrumando con sus ofertas. Lloyd parece completamente perdido y asombrado a partes iguales, y la verdad es que no le culpo. Además, ha mencionado que no es de la zona.

Entramos y la gran cantidad de productos de todo tipo relacionados con la serie nos envuelve junto con el tema oficial de la serie, emitido a todo trapo por megafonia. Veo pósters firmados de edición limitada a precios absurdos, moldes de flan con formas de los personajes altamente horteras, reproducciones en plástico con luces y sonido de las armas... Todo siendo observado por los ojos hambrientos de multitud de niños tirando de sus sufridos padres. Y luego está Maya, que me hace sentir envidia de ellos.

Lloyd parece buscar algo con la mirada, hasta que al final se encamina a paso ligero hacia las escaleras mecánicas, esperándonos a sus pies.

−¡Vamos, por favor! ¡Suban conmigo!
−¿Nos vas a contar qué hacemos aquí?
−No se preocupen, solo subamos. Enseguida lo entenderá todo.

Por un momento dudo. Esto es demasiado extraño: un instituto que no conozco, no estamos yendo a visitar al cliente, este chico oculta algo... Aunque bueno, esto último no es precisamente poco común en mi historial. Justo estoy en medio de mis divagaciones cuando veo a Maya subir la primera al perder un galletero del Samurái a manos de un niño de unos cinco años, seguida de cerca por Lloyd, así que no tengo más remedio que correr con ellos. Creo que acabo de ver entre la multitud cierta chaqueta borgoña muy familiar...

−¡Maya, ¿se puede saber qué haces?!-digo entre jadeos, pensando que definitivamente tengo que ponerme en forma.
−Vamos Nick, ¿no tienes un presentimiento de que debemos hacer esto? Al fin y al cabo, tú siempre dices que hay que hacer todo lo posible por el cliente...
−Pero esto...
−¡Mira cómo lo sabía! ¡¡Ahí viene!!

Por puro instinto, miro hacia arriba: sobre nosotros se ciernen lo que parecen cajas de una marca llamada Pikolin, y juraría que acaban de salir de la nada. Ninguno tenemos tiempo de reaccionar, pero me escaman las palabras de Lloyd. De todas formas da lo mismo, pues nos impactan de lleno, dándome a mi una de ellas en la cabeza y haciéndome perder el conocimiento.

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−¡Nick, despierta! ¡Nick! ¡Nick!

La voz insistente y preocupada de Maya termina por sacarme de mi trance como lo haría una madre con su hijo por la mañana, con la diferencia de que yo soy el de más edad aquí. Parpadeo con dificultad, mis ojos se sienten como si estuviesen pegados con cola. Finalmente lo consigo, y un sol cegador me obliga a cerrarlos de nuevo. Tardo unos segundos en acostumbrarme.

−¿Dónde... estamos?
−En una especie de parque. Yo me he despertado hace poco, y Lloyd acaba de salir corriendo no sé exactamente por qué...

Me incorporo como puedo, descubriendo que estaba postrado en un banco y Maya arrodillada a mi lado, levantándose ella también. Es el típico parque que esperarías encontrar en una ciudad de tamaño medio, con sus árboles, césped, fuentes y caminos. Lo más normal sería pensar que estuviésemos en uno fuera del centro comercial, pero ni recuerdo haber visto uno en las cercanías del mismo, ni se parece en nada al Parque Vitamina cerca del restaurante Três Bien que conozco ya que no veo ni un solo juego con forma de fruta, ni tendría sentido que no nos hubiesen atendido al lado de las escaleras mecánicas o directamente llevado al hospital. Salgo de mi ensimismamiento cuando veo a Lloyd venir a la carrera, acompañado de una chica vestida de forma deportiva, con unas enormes gafas de sol púrpura, cascos decorados con una nota musical y pelo azul a mechas de dos colores. Lo que me llama más la atención de ella, sin embargo, es su tono de piel: blanco como la nieve. ¿Será algún tipo de maquillaje?

−¡Por fin despiertan! ¡Necesito que vengan conmigo, ahora!
−¿Ir? ¿Ir a dónde?-cuestiona Maya, extrañada.
−¿Dónde va a ser? ¡Al centro de detención! ¡Nos espera mi amigo, su cliente!
−No. Estoy harto de preguntas y no tener ninguna respuesta. ¿Qué hacemos aquí? ¿Qué ha ocurrido en el centro comercial? ¿Quién eres tú? ¿Qué secretos escondes? No pienso moverme de aquí hasta saberlo todo.
−¡Nick!
−Maya, ¿de verdad vas a decirme que todo esto te parece lógico y normal?
−No, pero...
−Escucha, tío-nos interrumpe la chica nueva-, todo el rollo que os traéis me importa más bien poco, eso es cosa vuestra. Pero aquí Lloyd me ha visto mientras iba por la calle con mi buga, y ha venido corriendo echando los pulmones por la boca diciendo que tenía al mejor abogado que existe y que él sacaría a Sg del follón en el que se encuentra.
(¿Me acaba de llamar tío? Espera, ¿mejor abogado que existe? No, en serio, ¿¿me acaba de llamar tío??) Disculpa, ¿y tú eres...?
−Vinyl Scratch, DJ lista para pinchar y llenar de marcha al más muermo de los muermos-responde, levantando un pulgar mientras rebosa confianza.
−Vinyl, el coche.
−Oh, cierto, perdona Lloyd. Escuchad, subid todos, nos estamos quedando sin tiempo. Ya hablaremos largo y tendido más tarde si queréis, ahora la suerte de Sg depende de usted, si lo que me ha dicho aquí el figura es cierto.
−Nick, no podemos dejarlos a su suerte, están en problemas. Es cierto que no entiendo nada, y estoy algo asustada, pero somos abogados por algo.
−¡Eh, que aquí el único licenciado soy yo!

Suspiro. Esto no nos va a llevar a ninguna parte. Me siento como arrastrado por la corriente pero, una vez más, estoy acostumbrado a que me pasen estas cosas. Allá va mi esperanza por un caso tranquilo y normal...

−De acuerdo. Pero cuando hablemos con el que va a ser mi cliente, me contaréis todo lo que está pasando. ¿Está claro?
−Está bien. ¡Pero démonos prisa, por favor!-nos acucia Lloyd mientras seguimos corriendo a la tal Vinyl.

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Lunes, ?? de ??
Centro de detención - Canterlot
15:45 PM


Al final el viaje en coche ha sido bastante improductivo, ya que se trataba de un deportivo biplaza y hubo que hacer tres viajes de ida y otros tantos de vuelta, aunque por fortuna nuestro destino estaba cerca. El primero fui yo, tanto para no dejar sola a Maya como para averiguar un poco más de este lugar. Al parecer nos hallamos en una ciudad americana llamada Canterlot, más concretamente en unos barrios residenciales en el perímetro externo, y sigue siendo lunes. La única posibilidad que se me ocurre es que hayamos sido secuestrados de alguna forma, pero ninguna de las personas que he visto hasta ahora encaja en el perfil. Tampoco es que hayan sido muchas, solo Lloyd y Vinyl y algún policía del centro de detención. Aunque he podido comprobar algo viendo a estos últimos: cada persona parece tener un tono de piel distinto, y no solo los típicos del carne al negro pasando por intermedios. No, en lo que llevo aquí he visto blanco, azul, verde, violeta y otros tantos que me dejo. Supongo que será alguna moda extraña que solo se lleve aquí, porque ningún ser humano tiene esa coloración natural. Algo similar pasa con algunos colores de ojos, aunque supongo que simplemente los fabricantes de lentillas de colores están haciendo su agosto. Y otra cosa me reconcome: es imposible viajar de Japón, donde estábamos, a Norteamérica en tan corto espacio de tiempo. Estoy ensimismado en mis dudas, sentado con Maya y Lloyd, cuando una puerta se abre, saliendo a recibirnos un hombre con barba de dos días, despeinado y con gabardina. No puedo evitar tener un escalofrío al acordarme de cierto inspector que conozco.

−Buenas tardes. Soy el comisario Donelly.
−Buenas tardes, comisario. Soy Phoenix Wright, abogado, y esta de aquí es Maya Fey, mi socia. Nuestro acompañante es Lloyd, amigo de mi cliente.
−Cliente, cliente... Dado que ahora mismo solo tenemos una persona en las celdas, asumo que hablarán de Sg91. ¿Es su abogado?
−Primero quiero escuchar su situación, pero es para lo que Lloyd me ha contactado, sí. (Vaya nombrecito, por cierto).
−Ya veo. Acompáñenme, por favor.

Seguimos al comisario, traspasando una puerta que nos lleva a unas escaleras que conducen al sótano donde presumiblemente están las celdas. El ambiente es lóbrego y algo húmedo, cosa que se apresura a aclarar nuestro guía.

−Disculpen la falta de acondicionamiento, pero por suerte o por desgracia el crimen no es muy frecuente aquí en Canterlot y no recibimos muchas subvenciones, no sería rentable. Huelga decir que, por eso mismo, nos hemos visto profundamente impactados por lo que ha ocurrido.
−¿Qué le ha sucedido exactamente a la víctima?
−Me temo que no puedo compartir esa información con ustedes a menos que oficialmente le defiendan en el juicio. El cual es mañana, por cierto.
−¿¿Mañana??
−Sí, sé que ha ido todo muy deprisa, pero se está implantando un nuevo sistema de juicios rápidos para aligerar la carga criminal en el estado. Ah, hemos llegado.

Hay una mesa con una silla donde está sentado un guardia leyendo un periódico, justo enfrente de cuatro celdas típicas con barrotes, catre y letrina. Solo una de ellas, la del final, está ocupada: sentado en la austera cama se halla un joven rubio con la cabeza entre las piernas, que ni siquiera reacciona a nuestra presencia.

−Les dejaré entrar por las circunstancias, pero me quedaré cerca por si acaso. Tienen diez minutos.

Saca un pesado fajo de llaves y, tras encontrar la que busca, la gira en la cerradura, abriendo la puerta con un chirriante sonido. Pasamos todos detrás y nos encierra dentro, saliendo de nuestro ángulo de visión. Tengo que ser rápido, no tengo apenas tiempo y datos menos todavía.



−Hola, ¿eres Sg91? Lloyd vino a buscarme para que te defendiera.

El chico apenas reacciona a mi presencia, limitándose a suspirar y a contestarme en voz muy baja, con voz cansada.

−¿Quién... es usted?
−Soy Phoenix Wright, abogado.

Algo parece cambiar en él de golpe, ya que levanta bruscamente la cabeza, mostrando unos ojos abiertos de par en par cargados de sorpresa y pena y que, por su enrojecimiento, han debido de derramar muchas lágrimas. Me mira de arriba a abajo como si me tratara de una suerte de aparición mientras se agarra las rodillas hasta que sus nudillos quedan blancos, y al final acaba mirando a Lloyd, musitando en shock unas palabras.

−Tío... ¿cómo cojones...?
−Cajas de Pikolin, amigo-se limita a responder, encogiéndose de hombros.
−Tienes que estar de coña...
−A ver, querría saber qué ha pasado para llegar aquí y cómo parecéis saber de eso, pero por ahora necesito información sobre el caso.
−Claro, pregunte lo que quiera...
−Lo primero es lo primero: ¿es cierto que eres el novio de la chica?
−Sí, llevamos un tiempo juntos. Mi pobre Sunset, soy incapaz de ponerle un dedo encima, tienen que creerme...-clama, angustiado.
−Tranquilo, cuéntanos todo lo que sepas del caso. (Vaya, parece muy afectado.)
−No hay mucho, la verdad. Ayer terminamos de trabajar en Sugarcube Corner...
−Vaya, el nombre me está dando hambre-interrumpe Maya, soñando despierta.
−A ti todo te da hambre...
−No, tiene razón: es el nombre de la cafetería donde trabajamos, le viene bastante acertado-puntualiza Lloyd.
−El caso es-continúa el detenido-que Lloyd y Pinkie se fueron por su lado al cine, y yo fui a casa de Sunset a estudiar matemáticas juntos.
−¿Pinkie? ¿Quién es Pinkie?
−Su novia, trabaja con nosotros. Ella y él cocinan y yo reparto pedidos a domicilio en bici.
−¡Oh, qué buena idea! ¿Te imaginas que tú hubieses repartido así cuando yo trabajaba en Três Bien, Nick? ¡Podríamos haber hecho un buen equipo!-exclama Maya en su mundo.
−Estoy muy bien de abogado, gracias. (Además, miedo me da el atuendo que podría haber tenido que llevar...)
−Cuando llegué a su casa no pasó nada fuera de lo normal. Estudiamos, paramos un rato para ver la tele y tomamos algo mientras seguíamos. No ocurrió nada más, me fui a eso de las diez.

De repente, el fondo alrededor de él se vuelve negro y aparecen dos psicocandados. No me está contando toda la verdad. Querría presionarle y averiguar qué oculta, pero ahora no dispongo de tiempo ni pruebas.

−Esta mañana me he levantado y he ido a clase con normalidad junto con Lloyd, y al poco de empezar la primera hora ha venido la policía... No se imagina lo que es que te esposen y te lleven delante de todo el mundo, diciendo que tu novia está en el hospital y que eres sospechoso de haberla enviado allí... Las miradas de todo el mundo, los gritos de espanto... Cómo algunos te taladran llamándote asesino con su mente...

En este punto no puede más y empieza a llorar, llevándose las manos a la cara. Maya está pasándolo mal, con lágrimas bajándole por las mejillas y visiblemente angustiada. Por último, Lloyd está notoriamente preocupado, y también furioso. En cuanto a mi... Solo hay una cosa que pueda hacer.

−Mira, es posible que pueda ayudarte, pero para ello necesito más datos. Aquí no podemos hablar más, pero por lo menos quiero pedirte permiso para registrar tu apartamento y el de Sunset, y no te quepa la menor duda de que voy a hablar con Lloyd largo y tendido.
−¿Quiere decir que va a...?
−Aún hay cosas que me faltan por saber, todavía no tengo claro si voy a defenderte.
−¡¿Qué dices, Nick?! ¿No ves lo mal que lo está pasando?
−Maya, lo siento, pero no acabo de fiarme de la situación. Antes de tirarme a la piscina quiero saber más de todo esto. (Como la manera en que hemos llegado aquí y por qué es tan raro todo este lugar).
−No, no se preocupe, le entiendo... Puede usted hacer lo que le parezca.
−Una cosa más, ¿tienes una foto de la víctima?
−No-contesta el chico, empezando a llorar otra vez al oír esa palabra-, mi móvil está guardado como prueba...
−A-ah, claro... (Vamos Phoenix, que se supone que sabes de esto...)
−Nick, ¿¿cómo puedes ser tan insensible?? ¡Coges y la llamas víctima en su cara! ¡Al menos usa su nombre!
−Si, si, perdón... (Y el primer premio a "borde del año" es para...)

Justo en ese momento, unas pisadas se acercan por el pasillo. Es el comisario, llaves en mano. Se nos ha acabado el tiempo.

-Mira, volveré más tarde con mi decisión tomada. Hasta entonces, te garantizo que haré todo lo que esté en mi mano por recabar información.

Nos despedimos todos de él con un apretón de manos, salvo Lloyd, que tras el gesto parece dudar un momento y acaba dándole un abrazo, palmeándole fuertemente la espalda. Las rejas vuelven a cerrarse, dejándole de nuevo solo, y acompañamos al comisario al vestíbulo.

−¿Y bien? ¿Ha decidido qué hacer?
−De momento quiero informarme más sobre todo lo que ha pasado.
−Pues le aconsejo que se dé prisa, porque si antes de medianoche no ha conseguido un abogado, se le asignará uno de oficio.
−Lo comprendo. Vendré más tarde a comunicarle mi decisión.
−Bien. Que tenga un buen día.

Al salir a la calle compruebo que Vinyl ya no está. Supongo que tendría cosas que hacer, pero es una faena, no conozco este lugar.

−En fin, si quiere podemos ir a nuestro apartamento. Está en la residencia del instituto, así le sirvo de guía. ¿Le parece?
−Muy bien. Pero por el camino vas a ir respondiendo unas cuantas preguntas.
−Vamos a hacer una cosa: en cuanto lleguemos al instituto le mostraré algo y con eso entenderá muchas cosas. Me temo que no me creería si le contase lo que quiere saber.
−¡¿Otro rodeo, en serio?! ¡Estoy harto, yo no me muevo de aquí hasta que...!
−Mire-me corta, con el ceño fruncido-, entiendo perfectamente que tenga sus dudas, pero no hay otra manera de aclarárselas bien. Así que usted elige: o me acompaña y se fía de mi un poco más, o puede no encargarse del caso al mismo tiempo que yo le dejo aquí tirado y le deseo buena suerte para volver.
−¿Me estás amenazando?
−Situaciones desesperadas exigen medidas desesperadas-me responde con mirada ladina-. Oiga, toda esta situación ha sido muy traumática para nosotros. Sg podría ir a la cárcel, Sunset ha estado a punto de morir, el instituto entero está en shock.... Usted se queja de haber sido arrastrado aquí en contra de su voluntad, ¡pero nuestras vidas tampoco han sido lo que se dice tranquilas últimamente, ¿sabe?!

De nuevo, los psicocandados vuelven a rodearle. Este chico oculta demasiados secretos, y encima se permite el lujo de amenazarme. Lo peor es que tiene razón: estamos a su merced.

−... Está bien.
−¿Nick?
−Maya, me temo que tendremos que jugar a su juego. No tenemos idea de dónde estamos exactamente, de hecho algo me dice que estamos más lejos de casa de lo que parece. Y no podemos ir por la calle preguntando direcciones en plan "oiga mire, me han caído unas cajas en la cabeza en un centro comercial de Japón y ahora estamos aquí, ¿me puede decir cómo volver a mi oficina?"
−Tienes razón... aunque al menos deberíamos averiguar más de lo que le ha pasado a esa pobre chica, me ha dado bastante pena...
−Lamento mucho toda la situación en la que les he metido, pero de verdad que no había otra cosa que hacer. Vengan, les llevaré al hospital, ya que ella lo ha dicho. Sunset tiene que sentirse muy sola, aunque no tengo muy claro que se dé cuenta...

Me resigno y le acompañamos, extrañado por esa última afirmación.

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Lunes, ?? de ??
Hospital de Canterlot
16:15 PM


Por fortuna, el hospital estaba relativamente cerca. Mientras pienso en lo extraño que me parece el nombre, Lloyd está hablando con la recepcionista para que podamos ir a la habitación de Sunset. Dejando a un lado los dispares colores de piel, al menos este lugar parece igual de anodino y lleno de olores extraños como cualquier otro hospital. El trámite dura poco y pronto nos encaminamos a la UVI, en esa misma planta. ¿Cómo de grave estará Sunset?

Mientras vamos para allá, Lloyd nos muestra a Maya y a mí su móvil, en el que sale una foto con un grupo de chicas, él y Sg, procediendo a hacer zoom a la que es presumiblemente la víctima. Se trata de una sonriente muchacha a todas luces preuniversitaria, de color parecido al mostaza y con ojos aguamarina, vistiendo una chaqueta negra. Sin embargo, lo que más destaca en ella es una espectacular cabellera larga, amarilla y roja como el fuego. Es guapa, desde luego el nombre le queda como un guante. Salgo de mis ensimismamientos, ya que hemos llegado a nuestro destino no solo por habernos guiado por los números, sino porque en la puerta está apostado un policía y la ventana tiene la persiana echada, cosa comprensible dado el motivo por el que Sunset está ahí. El agente debe haber visto a Lloyd de visita antes, puesto que le saluda de forma breve pero cortés y le permite llamar a la puerta. La llamada es respondida al poco, abriéndose el acceso al cuarto y mostrando en el umbral a una chica ciertamente elegante. Su tono de piel es algo más ceniciento que el de Vinyl, pero ahí se acaban las similitudes, ya que va vestida con blusa celeste, falda púrpura claro decorada con un diseño de diamantes y botas altas del mismo color, haciendo todo juego con su impresionante pelo peinado en bucles como una cascada. Sin embargo, está claro que ha visto días mejores, pues algunos pelos están fuera de su sitio, la ropa está arrugada y el rímel se le ha corrido mejillas abajo, dejando ver bolsas en sus ojos enrojecidos.

−Lloyd, querido, qué bueno que estés aquí...-le saluda con voz cansada mientras le abraza desconsolada.
−¿Ella es tu novia?
−¿Eh? No, no, es Rarity, una amiga nuestra.
−Pero te ha llamado "querido"...
−Siempre habla así. Rarity, estos son...
−Phoenix Wright, abogado-digo mientras muestro orgulloso mi brillante insignia-, y esta es Maya Fey, mi asistente. (Al menos no me quites la iniciativa de presentarme...)
−Oh, esas son excelentes noticias, ¿van a defender a Sg?
−Todavía lo estamos considerando, de momento querríamos ver a la víc... a Sunset.
−Oh, pobre criatura... Como podrán ver por mis pintas, estamos muy preocupados por ella... Normalmente no me dejaría ver tan descuidada, pero... En fin, entremos, lo entenderán ahora mismo.

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Lunes, ?? de ??
Hospital de Canterlot - Habitación de Sunset Shimmer
16:20 PM


Accedemos al cuarto y cerramos la puerta tras nosotros, ya que no es plan de airear las miserias de nadie, y menos en estas circunstancias. Es al dirigir mi mirada a la chica dormida en la cama y vestida solo con un pijama de hospital cuando me invade una sensación de horror y náuseas indescriptible.



No queda ni rastro de la muchacha sana y feliz que he visto hace un momento. Su brazo derecho está escayolado y apoyado contra su pecho con ayuda de un cabestrillo, mientras que el izquierdo está lleno de cortes y moratones y su mano conectada a una bolsa de alimentación parenteral por una vía. Está intubada, y parece que su nariz está rota, tampoco estoy seguro, no soy médico. Un feo tajo adorna el lado izquierdo de su cara, además de tener el labio partido con algo de sangre seca adornándolo. También tiene el ojo izquierdo oscuro e hinchado, como si le hubieran dado un puñetazo. Pero lo que más pena me da, por frívolo que parezca, es que donde antes estaba su característica melena actualmente solo hay un vendaje cubriendo toda la parte superior de la ahora calva cabeza. Es menos que una sombra de sí misma. Los únicos ruidos que se atreven a romper el pesado silencio son los del respirador y el monitor cardíaco.

−¿Qué... qué le ha pasado?-digo con un hilo de voz.
−Creo que puedo responder a esa pregunta.

Todos nos giramos por instinto al dueño de la voz que acaba de irrumpir en el cuarto. Debemos haber estado tan absortos mirando a Sunset que ni siquiera nos hemos dado cuenta de su presencia. Se trata de un médico con bata, piel como mostaza pero más oscura que la de Sunset, ojos azules tras unas pequeñas gafas y una melena castaña bien cuidada y peinada hacia atrás, además de llevar una carpeta en la mano. Perfectamente podría interpretar al típico doctor rompecorazones de telenovela... Argh, me acabo de acordar de cierta señora cotorra...

−Buenas tardes, soy el Doctor Horse, médico de la paciente. A estos dos chicos les conozco, pero ¿ustedes quiénes son?
−Ah, soy Phoenix Wright, abogado, y esta es Maya, mi ayudante-respondo, dándole ambos un apretón de manos.
−Oh, entonces va a defender a su novio.
−Aún no lo sé seguro, lo estoy pensando.
−Hum, en ese caso no tengo claro si debería compartir con usted los detalles de su estado...
−Bueno, usted verá, siempre le podemos contar lo que sabemos, lo va a acabar sabiendo igual-interviene Lloyd, mirándose las uñas como si no fuera con él la cosa.
−Será... Supongo que tiene razón. Mejor que se lo cuente yo, así se enterará debidamente y no le llevarán a error alguno.
−Ah, vale... (¿¿Soy el único que está alucinando con esta situación??)
−La paciente, Sunset Shimmer-empieza a contar, consultando su carpeta y sacándome de mi estupor-, llegó esta misma madrugada inconsciente en ambulancia. Presentaba múltiples laceraciones y contusiones, además de fracturas en el cúbito y radio del brazo derecho. Sin embargo, lo más grave con diferencia eran la insuficiencia pulmonar y el traumatismo craneoencefálico.
−Eso suena bastante mal... (¿Le pregunto por la insuficiencia o el traumatismo?) ¿Puede hablarme de lo que le pasó en los pulmones?
−El. Se trata del derecho. Comprobamos que respiraba con dificultad, así que le hicimos pruebas de imagen al detectar magulladuras en el pecho. De esa forma descubrimos tres costillas fracturadas, habiendo una de ellas perforado el pulmón y hallándose este encharcado. Hubo que realizar una intervención quirúrgica de urgencia para colocarlas en su sitio y drenar el órgano y ahora está debidamente vendada, pero entre la disminución de la función respiratoria y la sedación, ha sido necesario intubarla.
−Dios mío... ¿Y la cabeza?
−Por desgracia, sufre de traumatismo craneoencefálico grave. Sangraba por múltiples heridas que presentaban esquirlas de algún tipo de material plástico, por lo que hubo que retirarlas y tratar las lesiones previo rasurado del cabello para evitar infecciones. Lo peor vino después: al realizarle un TAC, comprobamos que sufría de fractura craneal y hemorragia intracraneal. El vendaje ha bastado para la fractura, pero la hemorragia... Estamos controlando la presión intracraneal, solo queda esperar que la sangre se reabsorba.

Aprieto el puño con furia, no pudiendo evitar que las lágrimas se asomen a mis ojos. ¿Cómo ha podido alguien hacerle algo así a una chica tan joven? Por el rabillo del ojo veo que no soy el único en alterarme: Maya y Rarity están llorando ruidosamente abrazadas entre sí, mientras que Lloyd camina en círculos, suspirando de cuando en cuando como si fuese una olla a vapor liberando presión.

−¿Qué va a ser de ella?
−¿La verdad? No lo sabemos. Podría recuperarse, pero su pronóstico no es bueno. Lo peor es sin duda la hemorragia intracraneal, podrían quedarle secuelas neurológicas. O incluso podría... Bueno, usted ya me entiende-susurra esto último por lo bajo para que solo yo pueda oírlo, y la verdad es que lo entiendo, tanto lo que me quiere decir como que quiera evitar más malestar.
−Entiendo. Gracias por su tiempo, doctor.
−No hay problema, es mi trabajo. Ahora, si me disculpa, tengo que comprobar sus constantes y estado físico.

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Lunes, ?? de ??
Hospital de Canterlot
16:30 PM


Decidimos que es mejor dejar al doctor a solas, por múltiples razones, así que nos encaminamos un momento a la cafetería. Rarity aprovecha para acicalarse debidamente en un baño, mostrando toda una belleza que, por desgracia, temo que en breve volverá a ser enmascarada por la tristeza. Dado que Maya está hambrienta, se pide un bocadillo de lomo, queso y champiñones, conformándome yo con un café bien cargado para aclararme las ideas. Lloyd no toma nada, y Rarity pide un té, además de acabar invitándonos. Tampoco es que pueda negarme, no tengo dólares encima. Tengo que acordarme de ir a un banco...

−En fin, ya han podido ver cómo está la situación. Decir que estamos todos destrozados no se acercaría un ápice al dolor que sentimos ahora mismo.
−¿Cómo ha podido suceder algo así? ¿Tenéis idea de si alguien podría tener motivos para agredirla?
−No. Sunset no ha hecho nada.

Me quedo pálido cuando Rarity es rodeada por cinco psicocandados justo al pronunciar estas palabras. Pensaba que esa pobre chica era una inocente víctima dado su aspecto alegre y la gente que se preocupa por ella, pero esto se va enrevesando cada vez más y más. Tengo que conseguir más información, pero ahora no. No en estas circunstancias.

−Una cosa sí que sé seguro: Sg es inocente. No ha podido ser él, por mucho que anoche estuviesen solos en casa. La quiere demasiado y tampoco sería capaz de algo así.
−A mí la verdad es que tampoco me pega. El chico simplemente no encaja en el perfil de un asesino. Sin embargo, no me haría daño averiguar un poco más, tanto para intentar averiguar qué ha podido pasar como para decidir si acepto encargarme de la defensa.



−Lo comprendo perfectamente, caballero. Por cierto, permítame la frivolidad en estos momentos, pero no he podido evitar fijarme en su peinado. ¡Es escandalosamente atrevido! Le da un gran toque a su personalidad, se lo digo yo que sé de moda.
−Ah, bueno, gracias, supongo. Requiere muchos cuidados por las mañanas el mantenerlo así de afilado, me gusta pensar que refleja mi sentido de la justicia: siempre agudo e indomable.
-Sí, pero con la tontería te tiras un buen rato en el baño, Nick. Y luego los chicos decís de nosotras...-interviene Maya por primera vez en mucho rato, con la boca llena como si fuera un hámster.
−¡Oye, que tengo que cuidar mi imagen! (Supongo que era mucho pedir que se respetase la única ocasión en que alguien ha alabado mi pelo...)
−Oh, prfff. No se preocupe, querido, le entiendo perfectamente. Cuesta mucho tiempo y esfuerzo mantenerse fabulosa, si lo sabré yo.
−Eh, sí, eso...(No sé cómo sentirme ahora mismo.)

Pasamos unos minutos más hablando de trivialidades, enterándome así de que Rarity ayuda en la tienda de moda de su madre y de ahí su afición por ese campo. Parece una chica muy laboriosa y responsable, además de creativa, por la charla que me da sobre las últimas tendencias en moda, aunque la verdad es que no me entero de demasiado, no es mi fuerte.

−Oh, no se lo he dicho antes por el momento, pero he de decir que simplemente me fascina su insignia. Estoy verdaderamente cegada por su brillo, querido.
−Gracias, me ocupo de abrillantarla siempre que puedo.
−Aunque es un poco sosa. No me malinterprete, el dorado nunca pasa de moda, pero le falta algo. Si me dejase trabajar en ella podría dejársela divina, con unas pequeñas joyas aquí y allá. ¡Oh, ya me lo estoy imaginando! ¡Lapislázuli, peridoto, granate...! ¡Ah, las posibilidades!-clama excitada, con los ojos casi irradiando estrellas.
−¡Oh, sí, Nick! Te hace falta darle un poco de color, así la gente querría verla más ¡y hasta podrías utilizarla para cegar a los criminales!
−Pero... la ley... mi imagen...
−Lamento interrumpir-interviene Lloyd, salvándome de las garras de la moda-, pero se está haciendo tarde y aún quedan cosas por hacer.
−Cierto, aún tenemos que ir a los apartamentos de Sg y Sunset. Rarity, lo siento, pero nosotros nos vamos.
−No os preocupéis, queridos, en un rato llegará Fluttershy a hacerme compañía.
−Ha sido un placer.

Nos despedimos todos de ella, teniendo casi que arrancar a Maya de una conversación sobre maquillaje, y nos encaminamos a nuestro siguiente destino: el instituto, ya que allí está el cuarto de Sg y Lloyd. Hace un día radiante, pero en mi mente hay un temporal de nubes de tormenta considerable.

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(CONTINÚA EN EL SIGUIENTE MENSAJE)
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Re: El caso al galope [Crossover]

Notapor LloydZelos » 21 May 2017, 02:08

(CONTINÚA DEL MENSAJE ANTERIOR)


Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Puerta principal
17:10 PM


Hemos llegado, el Instituto Canterlot está justo frente a nosotros. La verdad es que no tiene nada de especial, es la típica institución americana para el estudio en la etapa adolescente. Los únicos elementos que destacan son el que parece ser el emblema del lugar, una herradura con sus extremos hacia arriba, y una estatua de un caballo sobre un pedestal. Me acerco a examinar esta última, y justo cuando poso mi mano sobre la estructura Lloyd contiene un respingo.

−¿Hm? ¿Pasa algo?
−Ah, no, nada, un hipo, continúe. Pero, hágame caso: evite la parte que da la cara al edificio.
−¿Y eso?
−Ehm... Usted no la toque, no le va a gustar.

Me encojo de hombros y sigo a lo mío, aunque decido tener en cuenta su advertencia. Dejando a un lado la fuerza de la figura equina representada, es una estatua de piedra más, puede que de granito. Está fría al tacto, como se esperaría de ella. Y... ya está. Es una simple estatua, no hay más. Llevo tantas cosas examinadas en mi carrera de abogado que casi parezco el dueño de una casa de empeños.

−Nick, ¿puedo tener un caballo?
−No.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Planta baja
17:15 PM


Entramos al edificio principal sin dificultad, dado que aún está abierto. Supongo que aún deben quedar clubes realizando sus actividades, o profesores trabajando. El hall expone un montón de trofeos de la historia del instituto, cosa normal. Me viene un soplo de melancolía, recordando mis años de juventud y mis andanzas con Larry y Edgeworth... Los exámenes, las ceremonias de graduación, los bentos caseros de mi madre... Enhorabuena Phoenix, ahora te deprimes tú solo.

−Disculpen, ¿quiénes son ustedes?

Giramos la cabeza hacia la calmada voz que acaba de aparecer a nuestro lado. Pertenece a una mujer ataviada con chaqueta amarilla y pantalones magenta, de tono de piel rosado tan pálido que parece blanco, ojos magenta y un pelo azul, verde, azul grisáceo y rosa que a la fuerza debe ser teñido, me niego a creer lo contrario. Sin embargo, lo que más llama la atención con diferencia son sus piernas. ¡Son imposiblemente largas! ¡Esta mujer tiene un problema de huesos que debería ser tratado por un médico! ¡Ni siquiera puedo culpar a Maya por estar venga a examinarla de arriba a abajo con movimientos de cabeza descarados!

−Ejem, estaba preguntándoles quiénes son ustedes dos. Lloyd, ¿les conoces de algo?
−Sí, directora Celestia. Él es el abogado que he buscado para que defienda a Sg, y ella es su asistente.
−Phoenix Wright, mucho gusto.
−Maya Fey, encantada.
−Un placer conocerles. Como acaban de oír, soy la directora del instituto Canterlot, dirijo este lugar junto con mi hermana Luna. He de decir que nos hallamos consternados por lo que ha pasado con Sunset Shimmer.
−Acabamos de venir del hospital. Créame, no es precisamente bonito de ver.
−Pobre niña... ¿Cómo ha podido ocurrir algo así?
−Precisamente de eso quería hablar con usted. ¿Podríamos conversar en privado?
−Síganme.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Despacho de Celestia
17:20 PM


Hemos llegado a su lugar de trabajo, el cual está situado en la misma planta baja. La decoración del mismo (el cual es pequeño, por cierto) es anodina, lo único destacable es la representación de un sol en el dintel. Celestia se sienta a su mesa después de cerrar la puerta, y nos mira mientras cruza las manos, reflexiva.

−¿Qué quieren saber?
−Hay algo que no me cuadra: nadie le pega tal paliza a otra persona sin un motivo. Es obvio que sea cual sea es inexcusable lo que ha ocurrido, pero alguno tiene que haber. ¿Sunset es verdaderamente una estudiante normal y corriente sin problemas destacables?
−Dese la vuelta-contesta ella, suspirando.

Le hago caso y veo algo en lo que no me había fijado al estar al lado de la puerta: fotografías enmarcadas de Sunset con un vestido de gala. Leyendo los pies, parece que se trata de varias convocatorias anuales del baile de otoño, siendo un total de tres. En todas aparece coronada como la reina, pero hay algo que me llama la atención: empieza alegre e inocente pero va evolucionando, mostrando una actitud progresivamente... ¿ruin? Esto podría ser importante, por lo que saco fotos de los retratos. Puede que me sirvan de algo.



−Sunset entró a este instituto hace algo más de cuatro años, demostrando gran brillantez general en sus estudios. Sin embargo, le costaba mucho relacionarse, siendo altamente tímida y recelosa, como si no perteneciese aquí. Parte del profesorado, yo incluida, estaba preocupada por su actitud, y al final se me ocurrió algo: sugerirle presentarse al baile de otoño. Pensé que un evento como ese le forzaría a abrirse, hacer amigos y que aumentaría su autoconfianza.

"En un principio funcionó: los alumnos debieron de ver algo en ella, sospecho que una capacidad de liderazgo latente, con una probable lástima por ella, y no olvidemos que ya por entonces era muy bonita. El caso es que ganó, sorprendiéndose tanto o más que los que queríamos verla en mejor situación. Puede ver en la primera fotografía lo feliz que está, y yo también lo estuve por ella."

Por unos momentos, Celestia calla. Mira a sus manos con nerviosismo y aparentemente tristeza, sin atreverse a levantar la mirada de nuevo.

−¿Qué ocurrió?
−Señor Wright, ¿es usted americano?-replica, con la cabeza aún gacha.
−No, soy japonés. ¿Por?
−En tal caso, debo aclarar algo: este tipo de eventos son de extrema importancia en los centros educativos aquí. Los chicos obtienen admiración por parte de sus amigos y los que no lo son, ganando un aura de fuerza, autoconfianza y liderazgo nada desdeñable. Naturalmente, eso ocurre también en el caso de las chicas, las cuales además son deseadas y envidiadas por su aspecto físico.

"Como era lógico, Sunset pasó de la noche a la mañana a recibir gran cantidad de atención y deseos de asistencia por parte de todo el mundo. En un principio me alegré, pero debí haber sospechado que tal vuelco en su vida sería demasiado para ella. Además, mis sospechas sobre su capacidad de liderazgo innata se vieron más que confirmadas, engordando este sin control. Es como si se hubiesen roto unas cadenas, liberando algo oculto en lo más profundo de ella. Empezó a pedir cada vez más cosas a sus admiradores, y cuando esa forma de control no funcionaba, recurría a la manipulación, la amenaza y el chantaje. Como puede ver, volvió a presentarse a las siguientes convocatorias, logrando seguir saliendo reelegida mediante diversas tácticas y afianzando su popularidad y poder, creciendo cada vez más en malicia. El caso es que acabó teniendo a prácticamente todo el alumnado en su mano."

Decir que estoy sorprendido sería como decir que Maya come algo más de lo normal. Para nada hubiera podido imaginar que la dulce Blancanieves dormida por las malas artes de alguien fuese en realidad la reina malvada del instituto. Ahora las cosas empiezan a encajar un poco más, y entiendo lo apesadumbrada que se ve Celestia, pero tengo que hacer la pregunta que me viene a la cabeza.

−¿Por qué no hicieron nada ustedes los profesores? Sobre todo usted, que es la directora.

Me parece oír a alguien a mi espalda conteniendo a duras penas una risa, por lo que me giro y veo a Lloyd tosiendo de forma claramente fingida.

−Perdón, tengo la garganta hecha cisco. Continúe, directora.
−No pasa nada, Lloyd. Contestando a su pregunta, señor Wright, en primer lugar es cierto que al principio se oían rumores, pero nunca se obtenían pruebas y las veces que se preguntó a Sunset tenía una fachada de "chica buena y popular por la que se tienen muchas envidias" muy bien construida y preparada, cosa que lógicamente descubrí hace poco. Se encargaba de ocultar sus huellas y silenciar a los implicados demasiado bien, tanto que al cabo de un tiempo las acusaciones cesaron por completo. Entre eso y que soy una persona muy ocupada debido a mi cargo, se acabó dejando el asunto de lado como cosas de críos.

No puedo creer lo que estoy oyendo...

−Pero, entonces, ¿por qué lo sabe todo ahora?
−Digamos que hace poco ella en persona vino a contarme todo con el apoyo de sus nuevas amigas, debido a cierto incidente que la cambió...

Todo se oscurece y cinco psicocandados rodean a Celestia. Este caso tiene más secretos que el diario de una adolescente, creo que no voy a terminar nunca... Y para colmo el juicio es mañana y quedan pocas horas aprovechables. Lo cual me recuerda que Lloyd me debía explicaciones, y por ahora no creo que pueda sacar más información de la directora.

−Bueno, gracias por la información, señora directora...
−Por favor, llámeme Celestia. Y tampoco es como si haya desempeñado mis funciones demasiado bien...
−No diga eso, Celestia. De todo se aprende. Y hablando de aprender, debería irme, todavía tenemos investigación que hacer.
−Desde luego, no quiero entretenerle más. Le deseo buena suerte, nadie se merece lo que ha pasado después de todo.

Añado al acta del juicio una fotografía de los retratos de Sunset y el testimonio de Celestia, nos damos la mano y salimos al pasillo, cerrando la puerta tras de mí. Lloyd nos conduce por un pasillo, diciendo que vamos al aula de música, y comienza a reírse por lo bajo.

−¿Qué es lo que pasa? Antes en el despacho te has puesto igual.
−Digamos que, tal y como ha dicho al final, Celestia no es que sea precisamente la mejor directora del mundo. Esto no debe salir de aquí, pero es de lo más incompetente que he visto nunca, como en parte deja entrever su cara de aceporrada.
(No esperaba algo tan directo...)
−A mi me ha dado pena la pobre mujer, se la veía muy atormentada...

Lloyd se limita a callar ante las palabras de Maya y seguimos caminando hacia nuestro destino, guiados por los fuertes acordes de una guitarra eléctrica que estamos empezando a oír.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot, Planta Baja - Aula de música
17:35 PM


Al final terminamos frente a una puerta de doble hoja, con alguien claramente ensayando al otro lado.

−Bien, vamos a hacer una cosa, señor Wright. Voy a entrar en la sala y a dejar la puerta entreabierta, usted y Maya miren con cuidado por la rendija. ¿Vale?
−¡Oh, como unos espías profesionales! ¡Me encanta!
−Maya, no le des alas... ¿Y para qué tanta precaución?

Mis palabras caen en saco roto cuando veo que no me hace caso y se adentra en la habitación, dejando una abertura del tamaño de un dedo. Me encojo de hombros y Maya y yo nos acomodamos como podemos para echar un vistazo. Dentro hay una chica tocando la guitarra, de tono azul de piel y una espectacular melena arcoíris. Lleva chaqueta azul, camiseta con el motivo de un rayo multicolor y pantalones cortos negros debajo de una falda a rayas magenta y blancas, además de unas enormes botas también azules. Por lo que recuerdo de la foto grupal que me enseñó Lloyd todas las chicas del grupo llevan ese modelo, ¿será una suerte de moda? Lo que me queda claro viendo a esta en concreto es que tiene muchas papeletas de ser activa y segura de si misma...

−Hola Rainbow, ¿cómo andas?
−¡Hey, Lloyd! Pues aquí me tienes, practicando mi indudable talento. Una no puede oxidarse o acaba en el barro, aunque dudo que algo así le pase a alguien tan asombrosa como yo.

... hasta el punto de no tener abuela.

−Ya, claro. Supongo que también te ayudará a desconectar de lo de Sunset.

Ella parece apagarse un poco al oír eso, cosa que no deja de ser irónica dado su aspecto.

−Si, bueno, eso también... ¿Cómo está?
−Sigue sin novedad. Acabo de venir del hospital, Rarity estaba de visita y me ha dicho que Fluttershy iba de camino.
−La pobre Flutters... Creo que es de la que peor lo está pasando de todo el grupo. Y no tanto por Sunset, sino por cómo se sienten los demás.
−¿Y eso?
−Bueno, trabaja en el refugio de animales, ha tenido que curtirse algo viendo pacientes lesionados o incluso morir. Pero vernos a todos nosotros pasarlo mal debe ser demasiado para ella.
−Tiene sentido, y encima con lo amigas que sois tú debes sentirte mal por ella también.
−Si. Luego hablaré con ella, no quiero pasarme por el hospital ahora mismo... Pero no hablemos de eso ahora, al fin y al cabo Sunset está en buenas manos. ¿Cómo está Sg? El juicio es mañana, al fin y al cabo.
−Precisamente venía a hablarte de eso. Tengo buenas noticias, pero primero quisiera que hicieses algo por mí.
−Pide por esa boca y veré qué puedo hacer.
−¿Te importaría marcarte un solo cargado de sentimiento como el que casi te hizo transformarte durante tu canción cuando la batalla de bandas?

¿Transformarse? ¿De qué está hablando?

−¿Eh? ¿Y para qué quieres eso ahora?
−Bueno, tu música ES bastante asombrosa después de todo, y ver una transformación de alguien pegándole duro a una guitarra eléctrica más todavía. Todo el cóctel me vendrá bien para impresionarme un poco y desconectar.
−¿Estás intentando adularme? Porque lo estás consiguiendo.
−Venga, un solo potente y rápido, como todo lo que haces. ¿Porfa?
−... Bueeeeno. ¡Que no se diga que Rainbow Dash deja en la estacada a sus fans!

La chica empuña su púa con todas sus fuerzas, que descarga en las cuerdas del instrumento arrancando un do, adoptando una pose dramática con los ojos cerrados. Tras una breve pausa, la pieza de plástico empieza a rasgar con una extraña combinación de potencia salvaje y precisión milimétrica, a la par que sus dedos bailotean en el mástil arriba y abajo de forma que en cualquier momento pareciesen enredarse entre ellos formando un nudo. Todo el conjunto, aderezado con exagerados movimientos de ella, crea una sinfonía de acordes de rock que, a pesar de amenazar con dejarme sordo ya que este género nunca ha sido mi fuerte, no puedo dejar de escuchar. Esta chica está vertiendo toda su alma mientras toca, como un animal furioso o un bailarín en una danza tribal. Y odio darle la razón, pero es asombrosa.

Lo que ocurre a continuación es tan imposible y absurdo que me cuesta no ponerme a gritar en el sitio, y me fuerza a sacar el móvil para grabarlo. De repente, la chica empieza a levitar en el aire, al tiempo que emana un potente resplandor. Le salen orejas de caballo, alas brotan de su espalda y su melena se alarga en forma de coleta hasta casi tocar el suelo. La transformación termina a la vez que un último acorde atronador cierra el solo, posándose en el suelo con pose triunfal. Estoy bastante seguro de que la mandíbula se me ha desencajado tanto que voy a necesitar unas cuantas sesiones con un quiropráctico, y Maya se tapa la boca con ambas manos mientras sus ojos, luminosos como los de una niña pequeña, amenazan con irse rodando.

−Bueno, ¿qué te ha parecido?
−Me falta la máquina de humo y una figura demoníaca detrás, pero por lo demás cojonudo.
−Bah, adulador... Por cierto, ¿qué querías comentarme?
−Ah, eso. He logrado encontrar un abogado para Sg, y bastante bueno, además.
−¡¿En serio?!
−Si, y seguramente querrá hacerte unas preguntas. Dame un momento que voy a buscarlo, tú por ahora sigue aquí a lo tuyo.

Nos apartamos de la puerta al ver que Lloyd regresa, cerrándola tras de si y encontrándose con nuestras caras dignas de un cuadro. Empezamos a hablar a trompicones, intentando bajar la voz.

−¿¿Qué diablos ha sido eso??
−¡Sí! ¡Parecía un anime de la tele, ha molado cantidad!
−¡Maya, acabamos de ver cómo a una adolescente le salían partes animales como por arte de magia! ¡Un poco de cordura, por favor!
−A veeeeeeer-interrumpe Lloyd-, déjenme explicarles. Eso, señor Wright, es el mayor secreto del instituto Canterlot: la magia.

Magia. Obviamente, tenía que haberlo supuesto. Tiene todo el sentido del mundo. Si eres Larry, claro.

−¿¿Pero qué estás diciendo?? ¿Cómo esperas que me crea algo semejante? ¿Que una persona pueda cambiar radicalmente de apariencia en un momento?

Una tos me interrumpe, girándome y viendo que proviene de Maya, la cual me mira con ojos entrecerrados. Ah, claro, la canalización... ¡Pero aun así...!

−Sé que puede resultar difícil de creer, pero es la verdad y acaba de verla con sus propios ojos. Rainbow Dash, junto con el resto de amigas del grupo, es capaz de transformarse en, hablando en plata, una chica mágica con partes de poni, para ser precisos.
−Ahora me entero de que los ponis vuelan...
−Pegasos, señor Wright. Rainbow y Fluttershy tienen alas.
−Nick, a mi también me cuesta creerlo, ¡pero los ojos no mienten! ¡Tú mismo has visto lo que puedo hacer!
−¡Esto no tiene nada que ver, Maya! ¡Es una locura!
−Escúcheme, señor Wright. Esto es importante. Lo que acaba de ver ha sido tapado por el instituto por motivos obvios, nadie externo puede enterarse. Usted es el abogado de Sg, y puede llegar a utilizar bien esta información. Además, creo que tiene confidencialidad con sus clientes, por lo que confío en que no soltará prenda.
(Me estoy mareando...) ¿A esto te referías cuando me dijiste que me tenías que enseñar algo para entender todo?

Lloyd parece ponerse nervioso con mi pregunta. Intenta disimular, pero no es fácil engañarme.

−Bueno, eh... No del todo... Pero mire, se está haciendo tarde y todavía tenemos que hablar con Rainbow e ir a algunos sitios más. Acompáñeme, nos espera.

Mientras volvemos al aula de música, no dejo de rumiar todo lo que estoy aprendiendo. He visto infinidad de rarezas durante mi carrera, pero esta se lleva la palma. Además, tengo la sensación de que apenas estoy rascando la superficie de la verdad tras este caso. De todas formas, por si acaso guardo el vídeo que acabo de grabar en el acta del juicio. Entramos, viendo a la chica de antes aún con su guitarra. La sala es bastante normal, contando con algún que otro asiento, ventanas y una batería al fondo como único elemento destacable.

−He vuelto, Rainbow. Te presento a Phoenix Wright, abogado, y Maya Fey, su asistente.



−Hey, buenas. Un placer conocer a quienes van a salvar el culo de Sg. Soy Rainbow Dash, capitana de los equipos deportivos, asombrosa de nacimiento-dice guiñando uno de sus ojos magenta.
−Um, encantado.
−Lo mismo digo. ¡Eres bastante buena con la guitarra!
−Je, gracias. Siempre he tocado un poco, pero con la batalla de bandas de hace unos días tuve que emplearme más a fondo.

Vaya, eso es nuevo...

−¿Batalla de bandas? ¿Puedes contarme un poco más sobre eso?
−Claro, señor Right.
−Es Wright, con uve doble.
−Lo que sea. El caso es que, hace unas semanas, se decidió convocar una gala musical benéfica para recaudar dinero y así recuperar lo que se gastó en arreglar una serie de desperfectos de la fachada del baile de otoño...
−¿Qué clase de desperfectos?
−¡Oh, uh...! ¡Nada importante, algún desconchón y grieta! ¡Ja, jaja!

Está claro que está mintiendo: las pupilas se le están contrayendo hasta casi desaparecer mientras mira hacia todos lados, y suda más que el yeti en una sauna. Decido dejarlo estar.

−Hablas de recuperar el dinero.
−Oh, sí. No dejamos de ser un insti público, así que no es que nademos en pasta. Tras pagar las obras de tapadillo...
−Espera, ¿cómo que de tapadillo?
−Bueno, Diamond Tiara, la cotilla mayor del lugar, escuchó discutir al superintendente con Celestia porque se había cargado la deuda deprisa y corriendo en las cuentas del consejo escolar sin notificárselo primero. Es una bocabuzón de marca, pero no suele equivocarse... y me lo demostró con esto.

Me muestra su móvil, en el que sale una foto de una factura de una empresa privada por reparaciones en la fachada principal, firmada por la directora Celestia. Me pierdo un poco en los detalles, pero hay algo que hace que los ojos se me salgan de las órbitas: asciende a medio millón de dólares. Conque "algún desconchón y grieta", ¿eh?

−¿Cómo consiguió esto y cómo es que lo tienes tú?
−Su compinche, Silver Spoon, está acostumbrada a hacerle recados y sabe colarse en cualquier sitio, en este caso el archivo de dirección. Últimamente hemos tenido todos mucho lío, por lo que ayer se acordó de lo que oyó y decidió buscar pruebas de ello. Tampoco es que pueda airear algo así, pero nos lo pasó a nosotras por... razones propias.
(Ya me enteraré de esas "razones propias"). ¿Podrías pasarme esa foto? Puede que me sirva de ayuda.
−Claro, usted manda. Deme su número y... enviado. En fin, el consejo exigió su dinero de vuelta y hubo que recortar, llegando a cerrarse algunos clubes en el proceso. Varios deportivos incluidos-añade con cierto resquemor.
−Ajá. Supongo que debió ser bastante duro para mucha gente.
−La verdad es que sí, varios vieron cómo su hobby se iba a hacer puñetas de la noche a la mañana. Hubo bastante tristeza y cabreo. Hasta yo monté un pollo considerable...
(Esto parece importante...) ¿Te importa recoger por escrito tu declaración y firmármela?
−Euh... ¿Cree que puede ser relevante para el caso?
−Es posible, he visto de todo durante mi carrera y esto podría ayudarme.
−Bueno, no tengo mucha idea de cómo van estas cosas, pero usted es el experto, así que debe tener razón. Quiero decir, tiene sentido, ¿no?-comenta mientras le tiendo bolígrafo y papel y redacta todo lo relativo a las obras, tras lo que añado el documento al acta del juicio.
−¿Y qué tal va la situación?
−Poco a poco, pero saldremos de esta. ¡El instituto Canterlot no agacha la cabeza ante nadie!
−¿Cómo fue la gala?
−Bueno, unas petardas de última hora casi lo echan todo a perder. Ya sabe, las típicas manipuladoras que creen que pueden hacer lo que les dé la gana, incluso convencieron a Celestia y Luna para convertir la gala en una batalla de bandas... Pero logramos que todo saliese bien, y ahí está el dinero recaudado, rellenando huecos como he dicho.
−Me alegro. Pasando al caso...
−Mire-me interrumpe, poniéndose inusualmente seria-, no sé qué le habrán contado, pero Sunset no se merecía algo así, y Sg tampoco. Es un buen tío, aunque un poco nenaza en deportes. Lo que sé seguro es que no es un asesino.
−Bueno, Sunset está viva...
−Usted me ha entendido. Lloyd dice que usted es bueno, por lo que espero que pueda sacar a nuestro amigo del marrón en que le han metido y devolver la normalidad al grupo.

No puedo evitar retroceder un poco. Sus ojos parecen irradiar fuego, está claro que se preocupa de sus amigos, pese a su arrogancia. Puedo sentir la mirada de Maya taladrándome por detrás, como diciéndome: "acepta el caso o le digo a Pearl que te pegue".

−Aún estoy investigando y recolectando pruebas...
−Pues espero que encuentre lo que necesita, el juicio es mañana.
−Créeme, no necesitas recordármelo...
−Si quiere cualquier cosa, yo voy a seguir por aquí un rato. En todo caso, si ve que lo necesita, pídale mi móvil a Lloyd y deme un toque.
−Gracias, nos vamos entonces.

Nos hace un gesto amistoso con la mano y vuelve a su guitarra. Una vez fuera, veo que Lloyd está consultando su móvil.

−¿Sucede algo?
−Oh, no, nada importante, me reclaman en el club.
−¿Club?
−Si, el de nuevas tecnologías. Sg y yo somos miembros, me están reclamando para una reunión. Justo ahora, Adam...
−Asumo que es otro miembro.
−Concretamente el presidente. ¿Le importa que me ausente un rato?
−No, para nada. Aprovecharé para volver a hablar con Celestia, hay algo que quiero preguntarle.
−De acuerdo, pues nos vemos fuera de su despacho en unos quince minutos, hasta luego.

Espero a que doble la esquina y entonces me giro hacia Maya.



−Esta es nuestra oportunidad.
−¿A qué te refieres, Nick?
−Ese chico lleva guiándonos por todo lo que considera conveniente, y tanto él como este caso ocultan demasiados secretos. Ahora que tenemos un poco de libertad es el momento de indagar un poco por nuestra cuenta, y rápido, que el tiempo apremia.
−Me parece bien. Este caso me tiene bastante confundida, ni me imagino cómo debes estar tú...

Maya tiene razón, mi cabeza es un caos ahora mismo. En unas horas nos han traído a un lugar desconocido, he visto cosas que creía imposibles y, en definitiva, se me ha mangoneado como se ha querido. Sin nuestro guía, al fin podemos intentar mirar entre bambalinas. Algo me dice que no sabemos ni la mitad de lo que ocurre aquí.

Continuará...




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N.A.: antes que nada, conozco el relato "Bronies inmersos en procesos legales" de McDohl (tengo que acordarme de dejarte un comentario :ppdunno: ), y no pretende ser una copia ni un homenaje. Esta historia viene gestándose desde hace mucho tiempo, cuando empecé a imaginar en mi cabeza los one-shots de "Bronies inmersos en material alternativo", y de hecho iba a formar parte de esa recopilación pero he tenido que convertirlo en independiente por su longitud (llevo escribiéndolo como tal más meses de los que recuerdo).

La idea de hacer un crossover con AA me vino a la mente por mi gusto por la saga, y por otras razones que no diré por spoiler. He decidido utilizar la ambientación anterior a "Apollo Justice" por la impagable mecánica Phoenix-Maya, principalmente. A pesar de estar principalmente dirigido a los fans de la franquicia, intentaré que todo lo posible pueda comprenderse fácilmente. Espero que os guste, y ya adelanto que actualizaré cuando pueda, que hacer un caso promedio de AA intentando cuadrar todo es muy difícil y laborioso.
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor horwaith » 21 May 2017, 16:55

¿Se te ha ido mucho la pinza, verdad? Miedo me da lo del paseo solos, al final van a ver lo que no esperan xD.
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor Sg91 » 24 May 2017, 22:13

Vale, cuando me comentaste que tenías algo en el tintero y no me dijiste nada más, supuse que sería otra idea parecida a los spin offs anteriores. Pero ¿un crossover con Ace Attorney a lo Turnabout Storm con un servidor como sospechoso principal? Permíteme expresar mi desconcierto/admiración.

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Pero bueno, entremos en materia. La cosa empieza con Phoenix y Maya un día cualquiera cuando, de repente... un Lloyd salvaje apareció. Tengo que admitir que al principio no llegué a reconocerte a la primera, teniendo que leer un par de veces, supongo que por incredulidad, ya que uno no se espera verte de repente en el Japón/EEUU de Ace Attorney, pero bueno, lo gracioso viene después cuando dices que tienen que ir a un sitio especial, y es entonces cuando me digo: no será capaz, no lo irá a hacer...

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Ah, pues sí XD tengo que admitir que es gracioso ya que de cierta forma reflejas el original, y es un guiño simpático, por lo que por mi sin problema. Luego pasamos a la escena de interrogatorio, la cual captas muy bien e incluyendo hasta la propia banda sonora de los propios juegos, lo cual es un buen detalle, ya que complementa muy bien el conjunto en sí. Yo estoy un tanto ido, lo cual me da curiosidad y miedo a partes iguales, pero entonces vas y me metes la escena del hospital.

Cuando empecé a leer mi cara era tal que así:

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Luego sigo leyendo y me quedo tal que así:

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Continúo leyendo un poco más y entonces me quedo así:

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Para entonces me quedo reducido a un cúmulo de nada, con los brazos sobre las rodillas y balanceándome entrecortadamente. Pero entonces pronto todo eso empieza a ser sustituido poco a poco por otras emociones, más fuertes, más duras, más profundas. Primero me quedo así:

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Luego paso a un estado más vivo, más fiero, y mi cara está tal que así:

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Finalmente la cosa culmina y me quedo así mismo:

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Pero no, en realidad no estoy bien, no, no estoy bien... no. No. QUIERO QUE ARDA. QUE SUFRA. QUE MUERA ENTRE TERRIBLES SUFRIMIENTOS. NO SÉ QUIEN ES EL CULPABLE, PERO ME DA IGUAL, QUIERO QUE PAGUE ¿¡ME OYES?!

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Vale, ahora sí, estoy bien, estoy bien... pero mi cicatriz emocional tras leer esa escena ya no me la cura ni Freud con años de terapia. Pero bueno, el caso es que ahora toca reunir pruebas y comienzan las pesquisas, tan solo para comprobar lo zote que es la directora Celestia. j*der, pero qué mujer más incompetente, mira que ya se sabía y tal, pero oírla decir todo eso tan tranquilamente es como... como...

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Pero bueno, supongo que hay cosas peores en esta vida, y la aparición de psicocandados tanto en ella como en un servidor servirá para ahondar un poco más en detalles varios relevantes, por lo que seguramente veremos más cosas en posteriores capítulos. Finalmente, y para rematar, terminas con una conversación muy a lo Rainbow Dash, y lo dejas ahí en suspense, como quien no quiere la cosa...

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Creo que se sobreentiende, pero por si acaso lo reitero: CONTINÚA Y TAL. Y ya sabes, puedes usar el método que más te guste, pero que sufra. Mucho. Todo.

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor McDohl » 29 May 2017, 14:38

Bueno bueno... BUENO. No podría congratularme más de ver un fanfic de Ace Attorney con MLP por estos lares, y más aun teniendo en cuenta quien lo escribe :D

Mejor q vaya por partes: argumentalmente, me parece muy bien estructurado, respetando las mecánicas de la saga abogacil. Empezando por la introducción totalmente relajada de la dupla por excelencia: Phoenix Wright y Maya fey. El cliente les encarga el caso (te conozco: matarías por encargarle un caso a Phoenix Wright. ¡Quizás seas tu el asesino y lo hiciste todo para q así fuera! OK, no :sisi1: ) y acto seguido... empieza el lío. Y es q está casi todo: interrogatorio del acusado (hola Sg, menuda papeleta te ha tocado :( ), presentación de los personajes, primeras partes de la investigación, psicocandados por doquier... Lo único ÚNICO que me ha faltado... es el teaser habitual de principio de caso.

Respecto al formato: es el que toca, ya que los juegos son siempre en primera persona desde el punto de vista del abogado titular (y rara vez se varía). Me ha sorprendido que has sudado parcialmente de la localización y has tirado por mantener los nombres occidentales, pero el emplazamiento original, en este caso Japón, con Maya suspirando por el ramen y no por las hamburguesas. No es algo q me disguste y de hecho acentúa el desconocimiento de Phoenix de las costumbres "americanas", pero tan mal acostumbrado como estoy a las localizaciones, se me hace cuanto menos peculiar.

Entrando ya en como están los personajes: aquí pegas no puedo poner ninguna, ya q te los conoces a la perfección y se nota, sobre todo con Phoenix, al que le sacas todo el partido del mundo. Lo mismo con las de momento 2 chicas del grupo q han salido (Dash no tiene abuela, como debe ser. Y Rarity es FABULOSA). Quizás Maya se quede un poco mas en segundo plano, pero también es verdad que este primer episodio ha sido sobre todo introductorio. Miedo me da cuando Pinkie y ella se conozcan...

El caso es, como tiene que ser, confuso de cojones. Y pobre Sunset, hija mía de mi corazón. La has dejado hecha un cristo hasta el punto q me dolía leer las descripciones. Se q a muchos no les acaba, pero yo soy muy de poner canciones y mas si están relacionadas, como es el caso (¡y te has puesto el tema de Hugh O'connor! Quien haya jugado el Dual Destinies y sepa de este individuo, establecerá la relación :sisi2: ).

En resumen: que estoy encantado de la vida con este nuevo relato tuyo (era esperable :ajsmile: ) y solo puedo pedir q la espera entre capítulos no sea excesivamente larga, pero conociendo como van los fics de Ace Attorney... tendré paciencia. Conozco demasiado el horror de tener que planificar todo al dedillo, no dejar hueco a nada y que todo cuadre perfectamente. Y en los juicios me temo q la cosa va a peor, así que estate listo, my friend.

PD: Espero que las culpables o sean cierto trío sirenil... o me va a tocar reescribir un par de guiones :fsups:
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor LloydZelos » 29 May 2017, 15:41

horwaith escribió en 21 May 2017, 16:55:¿Se te ha ido mucho la pinza, verdad? Miedo me da lo del paseo solos, al final van a ver lo que no esperan xD.

Te va a hacer mucha gracia el principio del siguiente :sisi1:

Sg91 escribió en 24 May 2017, 22:13:Vale, cuando me comentaste que tenías algo en el tintero y no me dijiste nada más, supuse que sería otra idea parecida a los spin offs anteriores. Pero ¿un crossover con Ace Attorney a lo Turnabout Storm con un servidor como sospechoso principal? Permíteme expresar mi desconcierto/admiración.

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Pero bueno, entremos en materia. La cosa empieza con Phoenix y Maya un día cualquiera cuando, de repente... un Lloyd salvaje apareció. Tengo que admitir que al principio no llegué a reconocerte a la primera, teniendo que leer un par de veces, supongo que por incredulidad, ya que uno no se espera verte de repente en el Japón/EEUU de Ace Attorney, pero bueno, lo gracioso viene después cuando dices que tienen que ir a un sitio especial, y es entonces cuando me digo: no será capaz, no lo irá a hacer...

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Ah, pues sí XD tengo que admitir que es gracioso ya que de cierta forma reflejas el original, y es un guiño simpático, por lo que por mi sin problema. Luego pasamos a la escena de interrogatorio, la cual captas muy bien e incluyendo hasta la propia banda sonora de los propios juegos, lo cual es un buen detalle, ya que complementa muy bien el conjunto en sí. Yo estoy un tanto ido, lo cual me da curiosidad y miedo a partes iguales, pero entonces vas y me metes la escena del hospital.

Cuando empecé a leer mi cara era tal que así:

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Luego sigo leyendo y me quedo tal que así:

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Continúo leyendo un poco más y entonces me quedo así:

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Para entonces me quedo reducido a un cúmulo de nada, con los brazos sobre las rodillas y balanceándome entrecortadamente. Pero entonces pronto todo eso empieza a ser sustituido poco a poco por otras emociones, más fuertes, más duras, más profundas. Primero me quedo así:

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Luego paso a un estado más vivo, más fiero, y mi cara está tal que así:

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Finalmente la cosa culmina y me quedo así mismo:

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Pero no, en realidad no estoy bien, no, no estoy bien... no. No. QUIERO QUE ARDA. QUE SUFRA. QUE MUERA ENTRE TERRIBLES SUFRIMIENTOS. NO SÉ QUIEN ES EL CULPABLE, PERO ME DA IGUAL, QUIERO QUE PAGUE ¿¡ME OYES?!

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Vale, ahora sí, estoy bien, estoy bien... pero mi cicatriz emocional tras leer esa escena ya no me la cura ni Freud con años de terapia. Pero bueno, el caso es que ahora toca reunir pruebas y comienzan las pesquisas, tan solo para comprobar lo zote que es la directora Celestia. j*d*r, pero qué mujer más incompetente, mira que ya se sabía y tal, pero oírla decir todo eso tan tranquilamente es como... como...

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Pero bueno, supongo que hay cosas peores en esta vida, y la aparición de psicocandados tanto en ella como en un servidor servirá para ahondar un poco más en detalles varios relevantes, por lo que seguramente veremos más cosas en posteriores capítulos. Finalmente, y para rematar, terminas con una conversación muy a lo Rainbow Dash, y lo dejas ahí en suspense, como quien no quiere la cosa...

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Creo que se sobreentiende, pero por si acaso lo reitero: CONTINÚA Y TAL. Y ya sabes, puedes usar el método que más te guste, pero que sufra. Mucho. Todo.

Lo de Pikolín era necesario ya que para cuando está ambientado aún no conocemos las circunstancias exactas de cómo hemos ido a parar allí, aunque me referiré a ello más adelante. En cuanto a tu interrogatorio y la escena del hospital, quería que se sintiese la suficiente tensión y tristeza, de ahí las músicas escogidas, añadiendo que este relato pretende ser un homenaje completo e inmersivo a la saga de abogados, por eso hay banda sonora, ya que los casos no serían lo mismo sin ella. El estado de Sunset es muy cafre, pero como en toda víctima, tiene su explicación, no soy ningún sádico. Y tranqui, ningún culpable se queda sin castigo... sea quien sea :cherilee:

Y ojo al siguiente capítulo, ya que hablas de Celestia.

McDohl escribió en 29 May 2017, 14:38:Bueno bueno... BUENO. No podría congratularme más de ver un fanfic de Ace Attorney con MLP por estos lares, y más aun teniendo en cuenta quien lo escribe :D

Mejor q vaya por partes: argumentalmente, me parece muy bien estructurado, respetando las mecánicas de la saga abogacil. Empezando por la introducción totalmente relajada de la dupla por excelencia: Phoenix Wright y Maya fey. El cliente les encarga el caso (te conozco: matarías por encargarle un caso a Phoenix Wright. ¡Quizás seas tu el asesino y lo hiciste todo para q así fuera! OK, no :sisi1: ) y acto seguido... empieza el lío. Y es q está casi todo: interrogatorio del acusado (hola Sg, menuda papeleta te ha tocado :( ), presentación de los personajes, primeras partes de la investigación, psicocandados por doquier... Lo único ÚNICO que me ha faltado... es el teaser habitual de principio de caso.

Respecto al formato: es el que toca, ya que los juegos son siempre en primera persona desde el punto de vista del abogado titular (y rara vez se varía). Me ha sorprendido que has sudado parcialmente de la localización y has tirado por mantener los nombres occidentales, pero el emplazamiento original, en este caso Japón, con Maya suspirando por el ramen y no por las hamburguesas. No es algo q me disguste y de hecho acentúa el desconocimiento de Phoenix de las costumbres "americanas", pero tan mal acostumbrado como estoy a las localizaciones, se me hace cuanto menos peculiar.

Entrando ya en como están los personajes: aquí pegas no puedo poner ninguna, ya q te los conoces a la perfección y se nota, sobre todo con Phoenix, al que le sacas todo el partido del mundo. Lo mismo con las de momento 2 chicas del grupo q han salido (Dash no tiene abuela, como debe ser. Y Rarity es FABULOSA). Quizás Maya se quede un poco mas en segundo plano, pero también es verdad que este primer episodio ha sido sobre todo introductorio. Miedo me da cuando Pinkie y ella se conozcan...

El caso es, como tiene que ser, confuso de cojones. Y pobre Sunset, hija mía de mi corazón. La has dejado hecha un cristo hasta el punto q me dolía leer las descripciones. Se q a muchos no les acaba, pero yo soy muy de poner canciones y mas si están relacionadas, como es el caso (¡y te has puesto el tema de Hugh O'connor! Quien haya jugado el Dual Destinies y sepa de este individuo, establecerá la relación :sisi2: ).

En resumen: que estoy encantado de la vida con este nuevo relato tuyo (era esperable :ajsmile: ) y solo puedo pedir q la espera entre capítulos no sea excesivamente larga, pero conociendo como van los fics de Ace Attorney... tendré paciencia. Conozco demasiado el horror de tener que planificar todo al dedillo, no dejar hueco a nada y que todo cuadre perfectamente. Y en los juicios me temo q la cosa va a peor, así que estate listo, my friend.

PD: Espero que las culpables o sean cierto trío sirenil... o me va a tocar reescribir un par de guiones :fsups:

Gracias caballero, me honra con sus palabras. Es todo un gustazo leer ese inicio de comentario :)

La intro me ha faltado, si. No he sido capaz de que se me ocurriera nada, al menos no spoileante, mea culpa. Espero que no repercuta en la calidad global del relato, pero bueno, si le echo el suficiente optimismo (y jeta), puedo incluirlo en el saco de libertades que me he tomado, como describir más las cosas al no depender de examinar con el puntero y no hacer los traslados a escenas una teleportación a base de botones. Eh, igual cuela :rdshrug:

Lo de las localizaciones, he preferido optar por los nombres occidentales, que son los que todo el mundo identifica y conoce. Sin embargo, me he ciscado con toda mi ira en lo de "Japanifornia" porque, seamos sinceros, no engañan a nadie con esa localización innecesaria. Y menos con el cuarto caso del SoJ o el de los yokais del DD :fsstern:

Tú no te preocupes por Maya, que tendrá más rol. Y si, va a conocer a Pinkie :roto2rie: Pero ya aviso que el protagonista "absoluto" va a seguir siendo Phoenix, como en los juegos. A la pobre no le va a pasar nada más allá de hacer su rol de vis cómica tocapelotas consejera. O igual si :roto2:

Como ya le he dicho a Sg, considero la música como algo fundamental de AA, y al pretender que esta historia sea un homenaje a los juegos no podía prescindir de ella. Aunque hay algunas de las que voy a prescindir por motivos argumentales. A ver si alguien los adivina. En cualquier caso, me alegra ver que he acertado con las que hay hasta ahora. Mi favorita es la escena del hospital, quien se haya jugado el JFA entenderá por qué.

De nuevo gracias por tu interés por este relato, me alegra que te haya gustado, más aún viniendo de otro fan de esta saga de juegos. Y si, voy a tardar el infierno. Asco de investigación y asco de juicio :ajwhine:

Ah, y es gracioso que menciones a las sirenas :cherilee:
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor LloydZelos » 11 Jun 2017, 00:31

Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Planta baja
18:10 PM


Esto está siendo un fiasco, queda poca gente y nadie parece saber nada. De pronto, antes de que pueda doblar la siguiente esquina, me embisten un par de animales enfurecidos, dando con mis huesos en el suelo.

−¡Estúpido, mira lo que has hecho!
−¡Te pasa por hacerme tropezar contigo al tropezarte con alguien tú, melón!
−¡Te voy a...!

Bueno, en realidad son adolescentes, pero la diferencia es escasa dadas las circunstancias. Maya me ayuda a ponerme en pie y me sacudo un poco el traje a la par que me masajeo mi pobre cuerpo.

−¡Eh, haya paz!-grito mientras les separo, están a punto de llegar a las manos.
−¡Ha empezado el capullo este!-dice el más bajito y corpulento de ellos, con pelo marrón alborotado y piel verdosa.
−¡Ya te dije que era una mala idea espiar en el vestuario de las chicas, y no es culpa mía haber estornudado!-responde el otro, bastante alto y delgaducho y con pelo aguamarina.
−¡Eh, eso está muy feo, sinvergüenzas!

*CLAC*
*CLOC*

Ahí está, su familiar colleja a mano abierta... Es todo un espectáculo verla por partida doble. Ayuda el hecho de que no sea yo el que me la lleve, para variar.

−Lo sentimos...
−¡Hmph! ¡No lo volváis a hacer!
−Sí, señorita...
−¿Y vosotros sois...?-intervengo.
−Ah, yo soy Snips-contesta el bajito-, y este de aquí es Snails.
−Hey.



−Somos compañeros de andanzas, por así decirlo. Yo el cerebro, y él el músculo, por supuesto.
−Por cierto-corto antes de que la vuelvan a liar-, yo soy Phoenix Wright, abogado, y ella es Maya Fey, mi asistente. Nos han contactado para defender a Sg91...
−Ah, lo de Sunset. Nah, no creemos que haya sido él. ¿Verdad, Snails?
−Seh, demasiado tranquilo, y se llevan demasiado bien.
−La verdad es que Sunset no se merecía lo que le ha pasado, pese a lo que hizo. Y eso que aun así molaba... ¿Ya le han contado?
−Algo me han dicho, sí. (Espera, ¿molar de qué?)
−Ah bueno, entonces no pasará nada porque le enseñe esto.

Saca su móvil y, tras buscar un poco, me muestra un vídeo, en el que por desgracia el audio es bastante pobre. El escenario parece ser la entrada del instituto, al lado de la estatua ecuestre. Las amigas de Sunset parecen estarse peleando con ella, incluida alguien a quien no conozco de color lavanda con blusa y falda y una mecha rosada en el pelo, por una especie de corona. Sin embargo, aquí no parecen amigas en absoluto, incluso diría que Sunset tiene cierto aire de malevolencia, y Snips y Snails parecen estar ayudándola. En un momento dado la chica consigue la corona y todo se va al traste. Por si no había tenido bastante con lo del aula de música, ahora estoy presenciando cómo la apalizada, casi moribunda criatura que he visitado hace un rato en el hospital, se transforma en lo que a todas luces podría llamarse un demonio, rojo como el fuego, con garras y dientes como navajas y una mirada espectral cargada de pura maldad, por no hablar de su ropa... poco decorosa. En los siguientes minutos, los dos chicos son "demonizados" por ella, los estudiantes que acuden a escena sumidos en una especie de trance por sus artes tras destruir la entrada principal... y, cuando creía no poderme volver más loco, las seis chicas que se enfrentaban a ella de repente se transforman de forma parecida a como le he visto hacer a Rainbow, terminando por literalmente dispararle un cañonazo de energía multicolor. El metraje acaba ahí, y mi cordura también, si es que quedaba algo.

−¿De... de dónde has sacado esto?
−Ah, lo grabó uno de los miembros del club de geología. Normalmente siempre están metidos en su aula, trasteando con cosas esas de tierra y tal, por lo que pasaron del último baile de otoño. Aunque no es como si pudieran conseguir pareja para ir, con sus jetas...
−Si, bueno, aunque nosotros tamp-
−¡Calla, Snails! El caso es que, por lo que me comentaron, oyeron ruido fuera, dado que el club da directamente a la entrada del instituto, y al ver que había lío empezaron a grabar.
−¿Qué pasó después?
−Sunset fue derrotada por esas chicas, y vio que había hecho mal en ser una abusona, por lo que Twilight le dijo que podía empezar de cero. Así es como empezó a cambiar y se hizo amiga de ellas.
−¿Twilight?
−Ah, la de piel morada. La tía desapareció poco después, se volvió a su tierra o algo así, no prestamos mucha atención. Tampoco me extraña, Sunset la estuvo acosando desde que llegó buscando la corona, que aparentemente era suya... Pero bueno, nosotros éramos los hombres de confianza de Sunset, ya lo ha podido ver, y mentiría si dijese que no echamos un poquito de menos esos días. Así que los del club nos pasaron el vídeo como recuerdo... Oiga, ¿está bien?

Todo me da vueltas y creo que me voy a desmayar. Este caso tiene mucha más profundidad de lo que creía en un principio, y eso que todavía no he resuelto el misterio de cómo hemos venido a parar aquí. Algo me dice que a nadie le va a gustar que haya visto esto.

−¿Puedes pasarme ese vídeo? Creo que me sería de gran ayuda-consigo articular mientras saco mi móvil.
−Oh claro, si usted lo dice será verdad. Aunque con ese cacharro mejor será que se lo mande por MMS... Listo, ya lo tiene.
−¡AHÍ ESTÁN LOS MIRONES!

Giramos todos la cabeza, viendo aparecer por la esquina a un montón de chicas, unas en ropa deportiva y otras en su atuendo normal. Si fuera humanamente posible, creo que estarían desintegrando a estos dos con láseres por los ojos ahora mismo.

−¡Mierdaa! ¡CORRE, SNAILS!
−¡Como las balas!

El dúo dinámico se va tan a trompicones como ha venido, siendo perseguidos por la masa enfurecida y lográndonos apartar de la marabunta justo a tiempo. Espera, ¿está una de las chicas tirándoles muffins? Bueno, ahora mismo tenemos otros asuntos que atender. Es hora de obtener algunas respuestas.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Despacho de Celestia
18:30 PM


Llamo con suavidad a la puerta.

−Adelante.
−Hola de nuevo, Celestia-digo, cerrando la puerta una vez que Maya ha entrado-. He oído algo que me ha parecido interesante y he creído oportuno consultarle.
−Claro, usted dirá.
−He estado hablando con una tal Rainbow Dash y me ha comentado que hace unos meses hubo que clausurar varios clubes para poder pagar unas obras, a raíz de lo cual se convocó un concurso musical para recaudar dinero con el que recuperarlos-digo mientras presento su declaración firmada-. ¿Es eso cierto?
−Sí, me temo que sí. No es que seamos la institución más boyante del país, así que lo pasamos bastante mal.
−¿Es cierto que Rainbow se puso... descontenta?
−Por desgracia, esa chica es bastante temperamental. Llegó a gritarle a la cara al superintendente Discord, del consejo escolar, por el cierre de los clubes deportivos, lo que le valió un tiempo de suspensión. Otros alumnos protestaron, aunque de forma bastante más razonable.
(Vaya con la señorita...) Sin embargo, hay algo que me choca. Se me hace bastante raro que unas meras obras sean tan masivas o estén tan poco planificadas como para llegar a cerrar varios clubes de forma repentina con el fin de pagarlas... ¿Qué ocurrió?

Celestia reprime un respingo lo mejor que puede, empezando a sudar copiosamente mientras los psicocandados vuelven a envolverla.

−¿Q-qué ocurrió? Oh, nada importante, un mero escape de gas que causó una explosión en una de las tuberías...

Buen intento, directora, pero esta vez tengo con qué averiguar sus secretos.



−¿"Un mero escape de gas"? Lo encuentro difícil de creer, la verdad.
−¿Y por qué dice eso, si se puede saber?
−Algo tan simple como un fallo en las instalaciones podría haberse arreglado sin mayores consecuencias. Sin embargo, eso no fue así, ¿verdad?

Le muestro la declaración firmada de Rainbow, que observa con ojos curiosos.

−¿Qué es eso?
−Algo que me ha contado una de sus alumnas. Por una fuente aparentemente fiable le llegó el rumor de que el coste de las obras se cargó en las cuentas del consejo escolar sin previo aviso, y que por ello se exigió el retorno del dinero. Incidentes como el que usted comenta pueden pagarse fácilmente por las autoridades competentes, así que, ¿por qué rehuir el dar explicaciones? Solo hay una explicación lógica: no fue un accidente, sino algo provocado.
−Espero que tenga pruebas para respaldar algo como eso. Si puede, porque suena un poco ridículo, ¿no cree?
−Oh, no se preocupe por eso-contesto mientras le muestro la foto de esa tal Diamond Tiara-. Aquí tiene una captura de la factura por las obras, con su firma y todo. Y por 500000 dólares, nada menos. Menudo escape de gas, ¿eh?

¡CRASH!

Ahí está, ha caído el primero. Quedan cuatro.

−B-bueno, admito que no fui todo lo diligente que debiera a la hora de gestionar lo que ocurrió, ¡pero somos una institución respetable! ¡No tolero que insinúe...!
−No me malinterprete, no digo que no lo sean. Es más, apuesto a que hubo una buena razón para hacer lo que hizo.
−¡Por supuesto! ¡Al fin y al cabo, me preocupo por mis estudiantes, y haría lo que fuera para ayudarles! ¡...!
−Lo sabía. Fue uno de sus alumnos quien causó el incidente... y sé exactamente de quién se trata.

Saco mi móvil y le enseño la primera foto que tiene enmarcada al lado de la puerta, mostrando una mezcla de sorpresa y tristeza.

−Sunset Shimmer...
−Ya me comentó que su situación era bastante irregular, y cómo se fue hundiendo, convirtiéndose en prácticamente la tirana del instituto-añado mientras le muestro las otras dos imágenes de años posteriores-. Suena un poco extremo, pero no sería la primera vez que un alumno problemático causa desperfectos en su lugar de estudio, y dirigir todo este lugar mediante el terror vas más allá de ser problemático. Fue ella, ¿verdad?

¡CRASH!

−... Esa es una teoría interesante, aunque bastante grave. Ya que es abogado, dígame: ¿qué motivo iba a tener yo para hacer algo así? De preocuparme por mis alumnos a estafar a la administración hay un trecho muy grande.
−Ah, motivos... He visto de todo, créame. Y el suyo es más viejo que el mundo, y tristemente común.

Le muestro su propia declaración firmada, ante la que reacciona como si la estuviera apuntando con un arma.

−E-eso es mi...
−Como me comentó antes, Sunset no tuvo un buen inicio aquí, y su evolución fue aún peor. Pero eso no es lo que más lamenta, ¿verdad? Las fotos que aún conserva, la recomendación de ir al baile, desechar protestas del alumnado... Son cosas que le pesan en su corazón, recuerdos que le hacen culparse por la evolución de esa chica. Por eso la encubrió, porque piensa que, aunque sea en parte, usted tuvo algo que ver.

¡CRASH!

−...
(No se atreve a alzar la vista, está claramente afectada. Pero tengo que continuar.) ¿Celestia?
−... Señor Wright.
−¿Si?
−Supongamos por un momento que me creo lo que está diciendo, que Sunset Shimmer ocasionó los desperfectos de la fachada. Sin embargo, si así fuera, ¿no cree que sería un poco extremo hacer todo esto por una simple alumna, pese a sus circunstancias?
−¿Sabe qué? Tiene razón.
−Me lo figuraba-interrumpe con una expresión triunfal-. Ahora, si me disculpa...
−No tan rápido. Quería decir que por supuesto que no hizo todo esto únicamente por una alumna. Hay mucho más en juego, en concreto el mayor secreto de este instituto.

No puedo creerme lo que estoy haciendo, pero no puedo más que sacar mi móvil y enseñarle la transformación de Rainbow que he grabado antes a escondidas.

−Si he de confesárselo, todavía me cuesta creerlo: magia. Pero no he visto nada que induzca a pensar en manipulación, mis propios ojos han sido testigo de esto y de otros sucesos extraños a priori difíciles de asimilar-desvío la mirada a Maya, que me sonríe-, y el tipo de cosas que pasan por aquí, de ser ciertas, ayudarían a explicar cómo hemos venido a parar a este lugar.

¡CRASH!

Esta mujer está más agitada que nunca, se va a disolver en sudor como si fuera un azucarillo. Solo me falta un último empujón.

−¿C-cómo ha conseguido eso? ¿Y qué pruebas tiene de que esté r-relacionado con el incidente?
−Sabe, Celestia... Usted ha aludido antes a mi profesión de abogado. Le voy a decir en qué consiste: no se trata solo de defender a mis clientes, sino de descubrir toda la verdad sobre los casos, por increíble o dura que esta sea. Lo que tiene la verdad es que no es posible ocultarla para siempre, más aún si la tecnología juega en su favor. Como con esta prueba.

Le muestro el vídeo de la confrontación entre Sunset Shimmer y las demás chicas. Sus pupilas están a punto de desaparecer de lo contraídas que están, pero se derrumba por completo cuando ve a la demonizada destrozar la fachada y hechizar a la gente, enterrando la cabeza entre sus brazos.

−Efectivamente, no es que solo la vida de Sunset estuviese en juego. También la de todas esas chicas, el resto del alumnado... y la reputación de la institución al completo. Por eso hizo lo que hizo, Celestia.

¡CRASH!

Las cadenas que la ataban se apartan, dejando a una Celestia totalmente expuesta y carente de ánimo y fuerzas.



−Bueno, pues ya lo sabe, señor Wright. No deja de avergonzarme que yo, una persona respetable y que se supone que tenía que dar ejemplo la primera a todo el instituto, haya caído tan bajo como para llegar a la estafa, al delito.
−Hay que admitir que las circunstancias fueron verdaderamente excepcionales, no es como si pudiera haber hecho más.
−Es cierto que no podía aludir el motivo exacto de las reparaciones a la administración, pero no excusa que lo hice todo deprisa y corriendo para tapar el suceso. He robado medio millón de dólares públicos, soy una criminal a todas luces.
−Celestia...-interviene Maya con pena-. No diga eso, estoy segura de que hizo lo mejor que podía hacer. No podía descubrir a sus alumnas.
−Por favor, no hablemos de los estudiantes a mi cargo, ese es el mayor de mis fracasos. Todo el desastre que acecha a este instituto es culpa mía, o esa es al menos la sensación que me da. No hay más que ver cómo fracasé en guiar a Sunset Shimmer por el buen camino, luego en proteger a todo el mundo de ella, y por último a ella misma. ¡Está en el hospital debido a mis acciones!

No puede más y empieza a llorar en silencio, corriéndosele el maquillaje. No puedo evitar que me de un poco de pena, y Maya está claramente incómoda.

−Creo que se culpa demasiado, Celestia...
−Oh, ¿lo hago, señor Wright? ¡Si tan solo le hubiera prestado un poco más de atención a todo, nada de esto habría pasado! ¡Por favor, casi todos los que vienen a esta institución son adolescentes, claro que le van a guardar algún tipo de rencor!
−Espere, ¿cree que el culpable es alguien que la sufrió en el pasado?
−Es lo lógico, ¿no? Claro que eso apunta a casi todo el instituto. Ha sido verdaderamente bueno encontrando en tan poco tiempo pruebas sobre los mayores secretos de este lugar, pero créame, le espera una tarea nada sencilla si quiere descubrir quién fue.

Esto parece importante, será mejor que le pregunte sobre cierto aspecto de la vida de Sunset.

−Hay algo que me llama la atención. Sunset fue durante un tiempo la matona de oro del instituto, por así decirlo. Y sin embargo ahí están sus amigos, tristes y defendiéndola, y ninguno parece de los que se asociarían con gente así. ¿Qué ocurrió para que empezase a abrirse a la gente?
−Después de lo que ha visto que pasó en el baile de otoño, vio la gravedad de sus acciones e imploró perdón-dice mientras se limpia las lágrimas con un pañuelo-. Esas chicas se ofrecieron a enseñarle los valores de la amistad, y con el tiempo han terminado formando un grupo inseparable. Por su parte, ha estado pidiendo perdón y echando una mano a todos los que maltrató.
−Pero sabemos lo que ha ocurrido con ella, así que asumo que su redención no ha calado lo suficiente.
−Así es. De sus propias amigas me llegaron protestas de que gran parte del alumnado se metía con ella o le hacía el vacío, pero nada pudo probarse, todos los implicados negaban tales cosas. Se de buena tinta que ha recibido apoyo de su círculo más cercano, pero es muy duro intentar cambiar y que no se te de la oportunidad.
−Celestia... ¿puedo decir algo?
−Claro, señorita Fey.
−Yo he sido acusada de asesinato hasta en tres ocasiones, una de ellas del de mi propia hermana.
−¡¿Cómo?!
−Lo que oye. Parece que la mala suerte me persigue y siempre me las apaño para estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Me han llamado de todo, han dudado de mi buen nombre y del de mi clan y casi se me niega el derecho a heredar la tradición de mi propio pueblo. Como puede ver, he tenido una vida muy agitada.
−Señor Wright... ¿cómo es eso posible?
−Digamos que es una mezcla de malas circunstancias y asuntos familiares complicados.
−Y todas las veces Nick estuvo ahí, defendiéndome tanto dentro como fuera de su papel y descubriendo a los verdaderos culpables de los crímenes y situaciones en los que me veía envuelta.
−No quiero ahondar en detalles dado que no es de mi incumbencia, pero es usted un abogado espléndido si ha logrado sacarla de tantos aprietos.
−Caray, me va a sacar los colores...
−Bueno, tuvo bastante suerte, no se crea.
(Et tu, Maya?)
−Pero no es solo gracias a su ayuda que pude salir adelante. No sería nada sin el apoyo de mi prima, mis amigos, e incluso de algunos conocidos. Lo que quiero decir, Celestia, es que si yo he pasado por todo lo que he pasado y he podido seguir andando gracias al apoyo adecuado, Sunset también podrá. Solo necesita tiempo y dedicación-dice mientras me sonríe, radiante.
−Coincido con ella. Puede que esa chica no sea una santa, pero todos nos merecemos una segunda oportunidad, y si tal y como parece eso es lo que quiere, es perverso negársela. Salvaré a su novio, y encontraré al verdadero agresor. Se lo aseguro.

Celestia se nos queda mirando durante unos segundos, los suficientes para hacerme sentir incómodo, hasta que esboza una leve sonrisa.

−¿Saben? Son una pareja ciertamente peculiar. Les deseo la mejor de las suertes, y no duden en contar conmigo para lo que necesiten. Ahora déjenme sola, por favor. Tengo trabajo que hacer, y necesito pensar.

Nos despedimos cortésmente de ella, y salimos por la puerta. Aún tengo sitios a los que ir y cosas que ver, pero la charla con esta atribulada mujer me ha aclarado muchas cosas. Ahora toca tener unas palabras con Lloyd.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Planta baja
19:00 PM


−¡Ah, ahí están!

El interfecto nos está esperando justo frente a la puerta. Mejor, nos ahorramos buscarle.

−Acabo de salir de la reunión, asuntos triviales pero siempre nos enrollamos como las persianas. Pregunté por ustedes hasta que una de las alumnas me dijo que les había visto entrando en el despacho de la directora...
−Lloyd, lo sé todo.

Por un momento se asusta, pero pronto recupera la compostura, limitándose a parpadear.

−¿Cómo?
−Efectivamente, he estado hablando con Celestia. Y he logrado sonsacarle toda la historia de Sunset. Su pasado como matona, la batalla del baile de otoño, el auténtico destrozo en la fachada y el lío administrativo que hubo que montar para esconderlo todo. No intentes ocultármelo más.

El chico tiene cara de no saber dónde meterse, desde luego. No percibo psicocandado alguno, así que he dado en el clavo.

−Diré aún más: esto será el mismo tema que trató de esconder Rarity antes, imagino. Para no haber hecho nada, Sunset tiene un historial curioso a sus espaldas, ¿no es así?

Voy a sonar cruel, pero tras todo lo que nos ha estado ocultando y llevando de aquí para allá, es muy satisfactorio verle poner las caras que está poniendo ahora mismo. Finalmente termina por resoplar, rindiéndose con la cabeza baja.

−... ¿Cómo se ha enterado?
−Digamos que he administrado bastante bien el tiempo en que nos has dejado solos. Eso y la charla con Rainbow me han permitido atar cabos y que la directora me contase toda la historia.
−Definitivamente es bueno, señor Wright. Que ha pasado menos de una hora, leche.
−Bueno, dijiste que "mi reputación me precedía", ¿no?
−Nick, que te pasas...
−No, tiene razón: esto no hace más que demostrar que es el hombre idóneo para el caso.
−¿Y qué te hace pensar que quiero seguir con esto tras todo lo que he descubierto? Ya no es solo la locura de la magia, sino el hecho de que Sunset no era la amiga pura e inocente que me habíais pintado.
−... Síganme, conozco un sitio que ahora está vacío y en el que podremos hablar con tranquilidad.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Aula de arte, Planta baja
19:10 PM


Este sitio me trae recuerdos. Nunca fui bueno con trabajos manuales, aún recuerdo con rencor ese perrito de papel maché que intenté hacer en primaria y que acabó siendo un engendro de la naturaleza. Dejando a un lado mis traumas infantiles, procedo a echarle un vistazo al aula. Aparentemente ha atardecido mientras investigábamos dentro del instituto, la luz de la luna se cuela por las ventanas, dándole un aire melancólico desgraciadamente acertado al lugar. Hay una pizarra y una mesa para el profesor en el frontal, y en la primera aún está escrito: "Moldeando nuestra imaginación con arcilla". Cada uno de los pupitres tiene un pequeño torno de alfarero eléctrico, mejor o peor limpiados. Hay un armario de suministros en un lateral, lleno de brochas, pinceles, paletas y diversos utensilios de pintura, modelado y escultura. Tras unas portezuelas en la parte más baja encuentro bolsas de arcilla, más o menos gastadas según el caso. Finalmente, en la parte trasera del aula hay una estantería ocupando todo el ancho de la pared, sus baldas llenas de las piezas creadas por los alumnos ese día, o eso presumo. Hay de todo, desde vehículos a comida, pasando por cosas más anodinas como una pequeña roca u otras más complejas como un busto.



−Bueno, ya estamos solos-dice Lloyd mientras se apoya en la estantería, sacándome de mis pensamientos-.
−Empecemos entonces por lo básico. ¿Por qué no me dijiste que Sunset había estado aterrorizando al instituto en el pasado?
−Señor Wright, se supone que el trabajo de un abogado es tener fe en su cliente. Voy a serle sincero: cada vez que veo a uno de su gremio trabajando por un criminal siento todo el asco del mundo.
−Todos merecemos la oportunidad de defendernos.
−Y no lo niego, pero ¿es capaz de decirme que no sentiría la más mínima aversión por defender a un pederasta, por ejemplo?
−He demostrado la inocencia de personas que tenían todas las cartas en su contra, con sangre aparentemente en sus manos. No hay que dar nada por sentado.
−Permítame que dude que aceptase alegremente un caso de ese calibre. Por no hablar de que hay casos en que el criminal es confeso, hay pruebas, no existe error. Y el abogado recurre a todo tipo de artimañas, como sugerirle fingir locura, para que le rebajen la pena. Todo ello para que en menos tiempo del esperado salga a la calle, y hala, otra vez a las andadas.

Me quedo callado. Tiene algo de razón en lo que dice y no sé cómo rebatírselo, mi profesión no está exenta de momentos difíciles y oscuros.

−No es el caso, pero debe entenderlo. No debí ocultarle la verdad, pero si se hubiera enterado al principio del pasado de Sunset todo habría sido más difícil.
−Pero ha cambiado...-interviene Maya.
−Y es cierto, pero imaginemos la situación: "Ey oiga, que si puede defender a mi amigo. No, nada importante, solo que está acusado de dar una paliza a su novia, la ex-matona mayor del insti. Por cierto, la tía se convirtió en demonio, hipnotizó a todo dios y reventó la fachada del edificio. Venga, vamos que nos vamos". No hace falta ser muy inteligente para imaginar cuál hubiera sido su reacción.
−Hombre, dicho así suena un poco ridículo, si.
−Al manicomio de cabeza.
−Maya, pero qué bruta puedes llegar a ser a veces...
−¡Nick!
−A ver, parejita, centrémonos. El caso es ese, no podía soltarle todo eso de sopetón. Necesitaba que lo entendiera, que lo viese con sus propios ojos. Que lo asimilase, vaya.
−Por eso nos trajiste hasta aquí a ciegas.
−Exacto.
−Que por cierto, todavía no nos has dicho el cómo. Este lugar está claramente lejos de donde provenimos, y no se parece a nada que haya visto. es más, te diré algo en lo que me he fijado: aquí todos tienen un color de piel extraño, aunque hay excepciones como Sunset, que podría pasar por una chica muy bronceada. Pero Rarity, Snips, Snails...
−¿Ha conocido a esos dos?
−Si, el tal Snips me pasó un video en el que Sunset se está peleando con las chicas, todas transformadas.

Él se limita a llevarse la mano a la cara, resoplando y murmurando cosas por lo bajo que no estoy seguro de querer oír.

−El caso es que, al menos por lo que he visto hasta ahora, Sg y tú sois los únicos que parecéis "normales". Curiosamente, por edad o el aspecto que la que sea que tengáis os confiere, también parecéis algo fuera de lugar en este ambiente estudiantil. Todo esto me lleva a pensar que ocultáis algo. Algo importante. Dime, Lloyd... ¿De dónde sois?

Un momento... ¿cinco psicocandados de nuevo? Entonces, ¿la verdad de Sunset no era lo único que no quería contar? ¿Qué está pasando aquí?

−Eso es irrelevante para el caso, ¿no cree?
−Puede. O puede que no. Pero dejemos eso para otro momento. Hay algo que te quería preguntar... Me he estado fijando en las esculturas de allí y he descubierto algo extraño. ¿Por qué están casi todas sin acabar?

Es cierto. A pesar de que todas presentan una forma más o menos reconocible, les falta algún tipo de detalle: una rueda, una parte del cuerpo, letras de un grabado con espátula...

−Ah, eso. Tiene una explicación muy sencilla: esta es la clase a la que estábamos asistiendo cuando la policía vino a por Sg. Todo se volvió un caos, la gente empezó a murmurar y la profesora decidió suspenderla por hoy, quedando todo a medio terminar salvo la gente más rápida o la que hizo un trabajo más fácil.
−Vaya. ¿Puedo...?

Unos toques en la puerta nos interrumpen, impidiéndome echarle un ojo a las esculturas. Es la señora de la limpieza, será mejor irse. Lloyd nos sigue tras dudar un momento y echar un vistazo en dirección a la estantería, claramente molesto con algo.

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Lunes, ?? de ??
Instituto Canterlot - Puerta principal
19:30 PM


No queda mucho para que cierren el instituto y tampoco tenemos nada más que ver aquí por el momento, así que salimos. La mayor parte del alumnado ha debido irse hace mucho, según me explica Lloyd solo los deportistas en entrenamiento o miembros de clubes suelen quedarse tanto. Justo entonces me llama la atención algo que antes no estaba aquí: una camioneta roja descubierta cargada de cajas de fruta y verdura. Descargando el vehículo se halla un chico rubio pajizo de constitución fuerte, vestido con vaqueros y camisa a cuadros. Parece que está llevando una carretilla con cajas de género a un lateral del edificio. Vuelvo mi mirada al camión y veo que baja una chica empezando a ocuparse en lo mismo, esta vez de tez anaranjada y pelo como el trigo recogido en una cola de caballo, vestida con minifalda y botas vaqueras, blusa y un bonito stetson. Deduzco que son parientes.

−¡Hombre Applejack, hola!
−¿Eh? ¡Anda, Lloyd! ¿Qué haces aquí tan tarde? ¿Y quiénes son el señor y la chica?-dice, saludando con la mano y acercándose, dejando la carretilla a su lado.
−Precisamente está relacionado. Él es Phoenix Wright, abogado, y ella su asistente, Maya Fey. Les he buscado para que defiendan a Sg.
−¡¿En serio?! ¡Vaya, eso sí que son buenas noticias! ¡Soy Applejack, encantada!



Tengo que contenerme para no gritar cuando me da la mano, tiene una fuerza notoria y veo que a Maya le pasa igual, pero ella acaba pegando un grito, lo que obliga a Applejack a disculparse. Viéndola de cerca, la verdad es que es bastante bonita: tiene unos impresionantes ojos verdes y pecas que le dan un toque bastante gracioso. Recordando a Rarity, ella tenía una belleza elegante, pero la de esta chica es distinta, más natural. En cualquier caso, desprende un aura de cercanía y sencillez típica de la gente de campo.

−Y díganme, ¿pueden hacer algo por nuestro amigo? Es imposible que le pusiera un dedo encima a Sunset, antes le hubiera curtido el lomo a patadas-dice frunciendo el ceño.
−La verdad es que el caso está complicado, es todo muy extraño, tanto las circunstancias como la propia Sunset.
−¿Eh? ¿Qué farfulla?
−Applejack, lo sabe todo.
−¿Todo? ¿Cómo que todo, Lloyd?
−Su pasado en el instituto, la magia, la batalla de hace unos meses... Todo.
−Euh... ah... eeeeh... ¡Ja! ¡Aajajajaja! ¡N-no se crea nada, señor, es todo una broma! ¡Una muy grande y divertida, ya lo creo!-dice, mirando a todos lados con las pupilas contraídas al máximo y empezando a sudar como si la estuvieran cocinando al vapor.
−Applejack, déjalo. Mientes fatal y tiene pruebas físicas, además de haber hablado con Celestia del baile.
−... Oh. ¿Cómo se ha enterado?
−Bueno, yo le dije...

Ella le interrumpe agarrándole por los hombros, empezando a zarandearle como un muñeco de trapo mientras resopla como un toro y a gritarle.

−¿¿Pero se puede saber qué haces, so asno?? ¡¿Cómo repámpanos le cuentas nuestro mayor secreto, y del instituto ya que estamos, a un extraño que podría arruinarnos la vida?! Por cierto, no se ofenda-me dice.
−N-no, tranquila...
−¡A-Aplejaack, solo hice que Rainbooow...!
−¡Ah, encima esa burra es la que ha descubierto el pastel! ¡Cuando la vea os ato y os utilizo de prácticas de rodeo!
−¡No me hubieeeese creído siiii...!
−¿¡En qué pensabas!? ¡No se lo he contado ni a mi propia familia, con la que no tengo secretos! ¿Con qué derecho pones nuestra vida en juego sin siquiera preguntarnos?
−¡¡Con el mismo con el que se han puesto al borde del precipicio las de Sunset y Sg, mira!!

La chica enmudece, no creo que esperase esa reacción. La pausa es aprovechada por Lloyd, visiblemente alterado y no importándole las miradas que algunas personas nos echan.

−Escúchame. Es cierto que estuvo mal ir por la espalda de esta forma, y a un extraño, lo admito. Y lo siento. Pero es algo que tenía que hacerse. Yo soy extremadamente práctico, y si juzgo que hay que tomar medidas extremas para que las cosas vayan como deben, me pongo manos a la obra yo mismo si hace falta. Este hombre va a representar a nuestro amigo, y necesita toda la información que pueda recabar, por extraña que sea, si es que le puede ayudar. Vamos Applejack, sabes perfectamente que tenemos unas circunstancias muy extrañas, incluido el pasado de Sunset.
−¿También le has contado eso?-interrumpe, con el ceño fruncido.
−No, lo ha descubierto él solo indagando. No es como si el instituto se callara mucho al respecto, y menos en presencia de ella-murmura claramente enfadado.
−Lo se, y es asqueroso. Todos cometemos errores, pero cuando aprendemos de ellos y estamos dispuestos a cambiar, que te los restrieguen como estiércol por la cara dice muy poco de los demás.
−El señor Wright no se merecía aceptar este caso sin saber todo lo que hay detrás, a eso es lo que voy.
−Bueno, eso no te ha impedido traernos aquí engañados y prácticamente forzarnos a aceptar el caso con chantaje.
−No, no, a ver... Dicho así suena muy mal...
(¡Pero si no hay otra manera de decirlo!)
−... a ver. Es cierto que les he llevado de acá para allá casi a ciegas, pero lo que dije exactamente es que si se iba pasando de todo les dejaría a su aire.
−¡Entonces sí que les has forzado, Lloyd! ¿Cómo has podido hacer algo así?
−Ya lo he dicho: medidas desesperadas. El juicio es mañana, no tenemos casi pistas ni información, y mucho menos un abogado decente para sacar a Sg de esta mierda. Sabía de la carrera de este caballero, y actué. Es el mejor, te lo aseguro. Si alguien puede darle un final feliz a esta situación, es él.

Applejack me mira de arriba a abajo, con los brazos cruzados y muy reflexiva. Teniendo en cuenta su indumentaria, no puedo evitar compararme con una cabeza de ganado a punto de ser elegida en una feria estatal. Solo espero que no guarde una cuerda con la que atarme...

−¿Es eso cierto, señor Wright? ¿Puede salvar a Sg?
−Nick ha salido de cosas peores. Si alguien puede resolver este caso, es él.
−Eso espero. Ni él ni mucho menos Sunset se merecen lo que está ocurriendo-murmura, tapándose momentáneamente la cara inclinando su sombrero y volviendo a hablar más serena al poco-. Por cierto, ¿qué van a hacer ahora?
−Imagino que iremos al apartamento de Sunset y al de Sg a investigar y pronto, tenemos hasta medianoche para comunicar en comisaría si aceptamos el caso o no.
−Nick, después de todo lo que ha pasado y de lo que confían en nosotros, yo creo que deberías...
−No se preocupe señorita, lo entiendo. Es un follón considerable, y no cualquiera querría meterse en él como en una cochiquera sin botas de goma altas. ¡Ah, hola, Big Mac!

Saluda con la mano a alguien que se está acercando por la espalda, según vemos al girarnos. Ah, conque así se llama él. Lleva la carretilla vacía, y tiene una cara de calma como pocas. Es bastante más alto y fornido de cerca. Un armario, vaya.

−¿Qué relación tenéis?
−Es mi hermano mayor. ¿Conoces al señor Wright y a la señorita Fey? Están mirando de aceptar el caso de Sg.

Él se limita a asentir y nos da la mano, fuerte y endurecida por el trabajo. Se controla bastante más que su hermana, pero algo me dice que si quisiera podría convertir mis huesos en arenilla. En cuanto a Maya, toda su mano desaparece dentro de la suya. Casi me dan ganas de reír. Applejack le hace un gesto con la cabeza en dirección a la carretilla y a nosotros con las manos, y él se limita a llevársela al instituto como antes.

−¿Y qué les parece el instituto?
−Bueno, no es que se diferencie mucho de los demás, quiero decir, me parecen todos iguales, pero no está mal. Parece que la gente es simpática. Claro que luego están los resquemores hacia Sunset...
−Yo entiendo que haya un poco de recelo, pero se llega a extremos que no soporto. Esa chica es fuerte como un toro para soportar tanta presión y tanta mirada ponzoñosa.
−¿Cómo lo lleváis vosotras? No debe ser fácil apoyar a la que fue la matona mayor del lugar.
−Entre nosotros bien, nos costó más o menos pero hemos acabado siendo amigas de ella. En cuanto a lo que opinan los demás... Personalmente me importa un rábano, pero algunos tonitos y varias indirectas duelen un poco. Claro que también ayuda a la hora de saber con quién no apetece juntarse, no aguanto a quien se mete con mis amigos ni con mi familia.
−Pareces alguien muy familiar y casera, ahora que lo dices.
−Je, la verdad es que sí. Vivimos en las afueras mi abuelita Smith, mi hermanita Apple Bloom, mi hermano Big Mac al que ya conoce y yo. Ah, y nuestra perra, Winona, una collie. Es más maja...
−¿Sois mayoristas en el campo de la agricultura? Lo digo por la camioneta.
−No exactamente, tenemos una huerta bien surtida y casi todo lo que cultivamos en ella nos lo compra el instituto. Entre eso, que nuestra abuela es la cocinera y algún trabajillo de Mac y mío, nos da de sobra para vivir.
−Vaya, debéis de tener productos de calidad como para que una institución pública os compre alimentos.
−¡Ni se lo imagina! Nos especializamos sobre todo en manzanas y derivados, lo llevamos en la sangre y en el nombre.
−¿Nombre?
−¿No se ha fijado que nuestra familia en general se llama como variedades de manzanas?
−La verdad es que no. Siento sonar simple, pero cuando veo una manzana me fijo en el color y el sabor y poco más.
−¡Oh, no sabe lo que se pierde! Si alguna vez tiene la oportunidad, puedo ofrecerle una cata. No se imagina el mundo de sabores, texturas y colores que esconde esta increíble fruta.
−Gracias por recordarme que llevo unas cuantas horas sin comer...
−¡No diga más!

La chica sale corriendo hacia la camioneta y vuelve al poco con una caja de manzanas en sus manos.

−Tenga y coja una, no se corte. Usted también, señorita.
−¿Estás segura?
−Invita la casa. No voy a dejarles con hambre, y menos con el día que deben de llevar. Además, es una buena manera de promocionarnos.

La verdad es que lucen deliciosas, y no me vendría mal un tentempié, por no hablar de que Maya ya está devorando la suya. Pues nada, con permiso. Examinándola en mi mano, tiene un fuerte color rojo oscuro brillante y una forma curiosa, algo alargada con protuberancias arriba. No huele prácticamente, y es firme al tacto. Sin pensármelo mucho, le doy un bocado, descubriendo que está francamente deliciosa. La carne es tierna pero sin llegar a deshacerse en la boca, de una dulzura exquisita y bien acompañada por el contraste de la piel.

−Applejack, esta es una de las mejores manzanas que he probado en mi vida-consigo decir después de tragar.
−Oh, por supuesto que lo es-apunta con una sonrisita-. Es una Red Chief, buena tanto sola como para postres. Me alegro de que le guste... y a ella también, viendo cómo la ha engullido-dice antes de prorrumpir en risotadas.
−La comida existe para desaparecer en mis tripas, ¿verdad, Nick?
−Mi cartera te va a acabar demandando por maltrato, sí...

En unos bocados más he terminado la fruta, me ha sentado de maravilla. No me extraña que vivan casi del todo de esto, se les da realmente bien. Maya y yo nos encaminamos a la papelera más cercana a tirar los corazones, tras lo que volvemos con Applejack a la camioneta, que entretanto ha devuelto la caja a su sitio.

−Oiga, tengo una idea. Independientemente de lo que acabe haciendo, ¿qué le parece si les acercamos? No tenemos nada más que hacer, y las tareas de casa están hoy en manos de mi hermana.
−Es cierto que tardaríamos menos y que no conozco este sitio, pero no quiero molestar...
−Tonterías, es lo menos que puedo hacer para compensar la trastada de Lloyd-dice, fulminándole con la mirada y encogiéndose él de hombros-. Además, cuantos más mejor. ¿Estás de acuerdo, Big Mac?-dice dirigiéndose a su hermano, que acaba de volver.
−Eyup.
−Bueno, si no es mucha molestia...
−¡Yiiija! ¿Dónde vamos?
−Querría ir a la residencia de Sg y Lloyd.
−Me temo que eso no va a ser posible, la poli está ahora mismo investigando el lugar supervisada por la fiscalía y parece ser que no dejan pasar absolutamente a nadie.
−Vaya... Llévanos entonces a donde vive Sunset.
−¡Bien, suban! Aunque me temo que no cabemos todos en la cabina...

Lloyd y yo nos miramos y prácticamente obligamos a Maya a que suba con ellos la primera, y menos mal, porque quedan un poco apretados. Nosotros nos subimos donde antes estaba la carga, lo cual me hace sentir como un autoestopista. Justo cuando pienso que esto no puede ser más raro, el vehículo arranca y la radio inunda la cabina de música country.

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Lunes, ?? de ??
Apartamentos Dime Paradise - Planta baja
20:00 PM


Desde fuera, este lugar luce como el típico bloque de apartamentos neoyorquino: ladrillo, portal con escaleras a la calle y escalera de emergencia por toda la fachada. Llamo a la puerta de la oficina del conserje, observando que el empapelado de flores de las paredes, hortera como él solo, se está cayendo en algunos puntos.. La verdad es que no me puedo quejar mucho del viaje, y además se han ofrecido a esperarnos fuera, incluido Lloyd pese a insistir en lo contrario, al que le he dicho que mejor se mantuviera al margen para no estorbar, cosa que no se ha tomado muy bien. Big Mac conduce como parece vivir, con calma y cuidado, y la suspensión de la camioneta iba de cine, por lo que entre eso y el buen estado de las calles, baches y traqueteos cero. No es lo más cómodo del mundo, pero es mejor que ir a pie. Maya, en cambio...

−N-nick... Si tengo que escuchar hablar una vez más del corderito de Mary, es probable que le coja manía a las chuletas... Y yo no quiero...-murmura frotándose los oídos.
−Bueno, míralo por el lado bueno: si comes menos carne, igual empiezas a comer más verdura.
−¡Yo no soy una vaca, Nick! ¿Me estás llamando vaca?

Antes de que pueda elaborar una respuesta ante esa pregunta y esa cara con ojos amenazando con desintegrarme, la puerta se abre y me encuentro con un hombre orondo, en una avanzada cincuentena y solo ataviado con unos pantalones marrones sujetos con tirantes a juego, camiseta interior sudada y con varias manchas de dudosa procedencia. Tiene una calvicie incipiente, arruga su gesto de desagrado adornado con un denso bigote grisáceo que le tapa en parte la boca y sujeta entre sus labios un puro de muy mal aspecto a medio fumar. El cual huele a rayos, por cierto.

−Es muy tarde para buscar un sitio para retozar, jovenzuelos. Váyanse a un motel.

Y, con eso, nos cierra la puerta en las narices. A pesar de notarme la cara ardiendo de vergüenza y no poder mirar a Maya ni de reojo, consigo reunir las fuerzas necesarias para llamar de nuevo.

−¡¿Qué?!
−¡N-no estamos aquí para eso!
−¡Y a mi no me gustan los moteles! ¡Prefiero una cama cómoda, blandita y bien grande en un sitio lujoso en la que se pueda botar bien!
−¡Maya, no lo empeores, por favor!
−Miren, no tengo tiempo para chorradas. ¿Qué es lo que quieren?
−Soy Phoenix Wright, y esta es Maya Fey. Investigamos el caso de Sunset Shimmer...

En esta ocasión logro verle venir y pongo el pie en el hueco de la puerta, frenando el portazo.

−¡AAAAAAAAAAAAAAY!
−¡Lárguense! ¡No quiero saber nada más de ese tema!
−¡Señor, por favor!-interviene Maya.
−¡Señor Sack para ustedes!
−¡Señor Sack, está en juego la vida de un inocente y la pobre chica está en el hospital!
−¡Me importa un pepino!
−¡Por favor, le daremos lo que sea! ¡Nick tiene dinero!

El señor Sack detiene inmediatamente el forcejeo, olfateando el aire como un sabueso ante el olor de una presa.

−¿Ha dicho dinero?
−¡Sí! Aunque son yenes, ya sabe, de Japón...
−¡Oye, Maya...!
−¿Puedo verlo?

Veloz como una centella, la mano de Maya entra y sale del bolsillo de mi pantalón, cartera en mano, y le tiende un billete de mil yenes. Todo esto en menos de tres segundos. No tengo tiempo de preocuparme por un prometedor futuro de esta chica como carterista, ya que otra cosa ocupa mi atención: el señor Sack está observando el billete desde todos los ángulos, a contraluz, estirándolo, e incluso llega a olfatearlo y... ¿¿acaba de lamer una esquina??

Justo entonces, la atmósfera cambia. Apaga el puro contra el marco de la puerta y se lo guarda bajo uno de los tirantes, saca un grasiento peine del bolsillo trasero de su pantalón y se atusa el pelo con cuidado. Finalmente, nos esboza una inmensa sonrisa en la que acierto a contar cinco dientes de oro, todo esto sin soltar el dinero.



−¡Bienvenidos a los maravillosos apartamentos Dime Paradise, donde todo es barato y simple pero duradero! ¡Mi nombre es Golden Sack! ¿En qué puedo ayudarles, caballero y señorita?
−Eeeeeh... Como le decía, hemos venido para preguntarle sobre Sunset Shimmer...
−Ah, sí. Una pena, lo de esa chica.
−¿La conocía? ¿Le caía bien?
−¿Eh? ¿Yo qué la voy a conocer? Me da pena porque no podrá pagar las facturas, aunque en cuanto vuelva pienso reclamarle todo con intereses.
(Qué tipo tan majo...) ¿Desde cuándo reside aquí?
−Bueno, mi memoria ya no es lo que era... Tal vez con un pequeño incentivo...

Suspiro. Billete de mil, ve con tu hermano.

−Ah, ya recuerdo. Hará algo más de cuatro años ya. Vino una noche, diciendo que no tenía dónde caerse muerta, y me suplicó que la dejara quedarse. Naturalmente, no lo hice gratis: llevaba consigo unas cuantas gemas, que le sirvieron para pagar unos meses de alquiler.
−Espere, espere un momento... ¿Cuatro años? Por aquél entonces tendría, así a ojo, unos... ¿Doce? ¿¿Cómo se le ocurre acoger a una menor...?? ¿Qué digo menor? ¡Una niña! ¿¿Acoger a una niña como residente en su negocio y no llamar a la policía?? ¡Encima llevaba gemas encima!
−Oiga, este es mi negocio y lo gestiono como quiero. ¿Quién soy yo para husmear en la vida privada de cada uno? Por mi, como si entra por la ventana un bebé surfeando sobre una ola de peniques. Todo el que entre con efectivo en el bolsillo es bienvenido en los apartamentos Dime Paradise.

No aguanto a la gente así. Una cosa es que te guste el dinero, y otra incurrir en actividades dudosas e irresponsables como esta.

−Pero bueno, sí que es verdad que parecía bastante perdida, así que le di algunas indicaciones, no soy un monstruo. Ya sabe: sitios para comer, comprarse ropa y, lo más importante, poder trabajar.
−¿Trabajar tan joven no estaba prohibido?-interviene Maya, escandalizada-. A esa edad hay que estudiar y divertirte con los amigos.

El tipo se pone a silbar por toda respuesta. Cojo otro billete, lo tiro por el retrete...

−Ahora que lo dice, una vez me llegó a comentar que habló con la directora del instituto para escolarizarse y rechazó la beca que esta le propuso, argumentando que tenía ayuda. Naturalmente esto no era cierto, me dijo que no quería depender de nadie más que de ella misma, no sé por qué. Aunque mejor para mi, así no me quedaba sin mi nueva inquilina.
(Algo me dice que no era su compañía lo que iba a echar de menos...) Pero, señor Sack, mi ayudante tiene razón. No se puede trabajar tan joven, es ilegal.
−Ya le dije que no me importa la vida de mis residentes, lo que hiciera era asunto suyo, yo me limité a aconsejarla sobre lo que pedía, y esa era una de sus dudas. Además, ¿en serio piensa que este es un lugar ideal en el que todo el mundo sigue las normas? No sea ingenuo.

Por un momento empiezo a imaginarme cosas muy turbias al teorizar cómo una niña tan pequeña pudo abrirse paso ella sola. Prefiero quedarme con otras opciones más sanas, como limpiabotas, lavacoches o incluso la mendicidad. ¿Por qué clase de cosas ha pasado esta chica? Entre lo que me contó Celestia y esto, estoy empezando a entender cómo acabó en el mal camino. Creo que Maya está pensando algo parecido, dada su cara de horror.

−D-dígame... ¿Cómo era como inquilina?
−Ordenada. Puntual como un reloj en la hora de entrar antes de que cerrase el edificio, nada ruidosa... Tampoco es que pudiera oír mucho, tengo mi oficina insonorizada.
−¿Y eso?
−Ya sabe, no me gusta inmiscuirme en las vidas de los demás, pero sobre todo que sus ruidos, sean cuales sean, perturben mi paz y tranquilidad.
−Debe haberle salido por un pico.
−Qué va, unas cuantas hueveras en las paredes y arreando. "Barato y simple pero duradero".
(Usted es el amo y señor de los rácanos, señor mío). Un momento, ¿paz y tranquilidad? ¿Tiene algún hobby que necesite un ambiente relajado?
−Desde luego. Ya le he dicho que me gusta el dinero, pero no es solo para ahorrar: también colecciono divisas de todo el mundo. Y precisamente el yen era de las pocas que me faltaban, conque me han venido ustedes de perlas. ¿Seguro que no quieren un cuarto a buen precio? Tengo uno con cama de matrimonio de la que acabo de lavar las sábanas con mi confiable jabón de precio mínimo de toda la vida, y tienen un color amarillento añejo que es un primor.

Me pregunto de qué color se me habrá quedado la cara al mezclárseme el rojo, el blanco y el verde mientras hablaba. Maya aprovecha para cambiar de tema.

−Señor Sack, ¿colecciona monedas y billetes?
−¡Oh, no, no solo eso! Todo lo que dé dinero es susceptible de estar en mi colección. Tengo alguna que otra herramienta, reproducciones de piezas de arte y tallas, incluso representaciones de animales utilizados como canje. Todo ello clasificado según el dinero que puede obtenerse a cambio, ordenado a su vez según la moneda de cada país.
−¿Podría recoger por escrito esto que me acaba de contar sobre su afición? Y no, lo siento, no puedo pagarle por ello, me podría meter en un lío.

El tipo resopla y maldice por lo bajo, pero accede. Es posible que esto pueda serme útil.

−¿Algo más que nos pueda contar? ¿Cómo es su novio? Ya sabe, el de ella.
−Ah, ese desvergonzado. ¿Qué se cree, que puede andar viniendo de gratis a mi lugar de trabajo? A veces he pensado en poner una tarifa a las visitas, pero al final no me saldría rentable, por desgracia.
(Pero... Pero...) Dejando a un lado eso...
−Meh, un tipo normal. Aunque... Oh, lo siento, no puedo seguir hablando. Ya sabe, la policía y eso. Me han pedido que testifique en el juicio de mañana.
(Yujuu, no puedo esperar...) ¿Podemos al menos ver el apartamento de Sunset?
−Claro. Aunque eso tiene tarifa, señor Wright.
−P-pero solo me queda un billete, y es de cinco mil...
−Bueno, a gran favor, gran precio. La escena de un crimen, cordón policial... Y bastante se ha alterado mi pacífica y perfecta vida, en realidad. ¿Lo toma o lo deja?

Trago saliva, preocupado de verdad. Con esto me quedaré seco, no tengo nada más en efectivo encima y a estas horas los bancos deben estar más que cerrados. ¿Cómo vamos a comer y a pasar la noche? Porque algo me dice que no lograremos llegar a casa antes de terminar este caso. No quiero hacerlo, pero solo me queda una salida.

−Tenga.
−Sabia decisión. Tenga las llaves, es el apartamento 215, tercera planta.
−¿Tantas hay? No puede ser.
−No, los números los puse un poco al azar, da un aire de misterio. Y con razón, pues por aquí ha pasado todo tipo de gente. ¿Sabía que esa en concreto concede el mayor deseo de su inquilino?
−Estoy segura de que se lo ha inventado...
−Bah, usted qué sabrá, friki.

El portazo me deja mudo. Pocos tipos más usureros y despreciables he visto, enfrentarse a él mañana va a ser o un placer o un dolor de muelas, no lo tengo claro.

−Me pregunto cómo sabe que me gusta tanto el Samurái de Acero...
−Creo que no se refería a eso, Maya...

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(CONTINÚA EN EL SIGUIENTE MENSAJE)
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff]

Notapor LloydZelos » 11 Jun 2017, 00:47

(CONTINÚA DEL MENSAJE ANTERIOR)


Lunes, ?? de ??
Apartamentos Dime Paradise - Tercera planta
20:20 PM


Si al tratar con Big Mac creí que era un armario, el hombre afroamericano de casi metro noventa que está custodiando la puerta del apartamento se sale de la escala. Aparte de estar tremendamente musculado y acentuar ese hecho con una camiseta de manga corta negra ceñida y estar cruzado de brazos (uno de los cuales luce un tatuaje de un tiburón martillo), calza unos pantalones multibolsillos gris claro sujetos con tirantes verde botella, tiene un par de botas militares y lleva su pelambrera cortada a cepillo. Decir que intimida sería quedarse corto.

−Eh... Hola... Soy Wenix Phright, digo Phoenix Wright, y esta es Maya Fey... Estamos investigando el caso de Sunset Shimmer en calidad de la defensa de Sg91 y querríamos entrar a echar un vistazo...

Él se limita a abrir los ojos, azules como el hielo, y nos mira como si fuéramos moscas insignificantes. Empiezo a pensar que esto es una mala idea, más aún cuando veo que lleva una mano al bolsillo trasero de su pantalón.

−¡O-oiga, tranquilo, no hace falta...!

Me quedo mudo al ver que me está apuntando... con un chupachups.

−¿Está seguro? Es de fresa de Virginia, no ha probado caramelo más dulce.
−Euh...
−¡Oh, yo quiero, yo quiero!-grita Maya, quitándole el envoltorio y metiéndoselo en la boca-. ¡Mmmmm! ¡Está delicioso, Nick!
−Me alegro, señorita. Soy el inspector Jawbreaker, encantado de conocerles.



El tipo nos da la mano con efusividad, esbozando una sonrisa de un blanco tan cegador que me hace desear tener un par de gafas de sol a mano. Además, su aliento despide un aroma a naranja que tira para atrás.

−¿Usted es el inspector al cargo de este caso?
−Si, me asignaron nada más encontrarse a la víctima, ayer por la noche-dice mientras saca otro chupachups y se da golpecitos con él en la mejilla, como pensativo-. Hemos investigado ya la escena del crimen y estoy guardando personalmente la puerta para que nadie se cuele.

Acto seguido, nos da suavemente con él en la cabeza, le quita el papel y se lo empieza a comer. Con su primera bocanada todo se llena de un aplastante olor a menta.

−Ah, me encanta esta variedad transgénica de la menta piperita. Han conseguido que el aroma esté más concentrado y fresco que nunca.
(No hace falta que lo jure, si le echa el aliento a la pared yo creo que la congela). En cuanto a eso, ya le hemos dicho que vamos a defenderle.
−Oh si, perdón, no quería ser descortés. Es solo que no puedo dejarles pasar hasta que me lo demuestren, o hasta que el comisario lo autorice.
−¿Podría en tal caso comunicarse con él?
−Claro, un momento que le llamo por el móvil...

Por si este tipo no fuera lo suficientemente raro ya, estupefacto me hallo cuando saca un moderno smartphone con una carcasa decorada con figuras tridimensionales adhesivas con forma de caramelos, piruletas, chicles y otras golosinas. Encima se pone a escribir en él con un puntero con forma de chupachups. Este móvil sería el sueño de cualquier quinceañera japonesa.

−Me ha pedido que le dé dos minutos, se halla sentado atendiendo asuntos internos.
−Vaya, ¿algo importante?
−Comida mejicana.
−¿Eh?
−Si, ya sabe... La comida mejicana le provoca ciertos asuntos internos de los que debe deshacerse sentado...
−Pero eso no tie... Oh, por favor...
−¡Jajajajaja!

Suspiro. Parece un tipo agradable, pero demasiado socarrón para mi gusto. Además, estando hablando con él cara a cara, me está dejando tal olor a menta en la ropa que temo que Maya use mi corbata para condimentar su comida. De hecho...

−¡Maya! ¡No me olfatees! ¡Quieta Lassie, quieta!
−¡Jooo, es que huelen muy bien estos caramelos! ¿Tanto le gustan, inspector?
−Mi madre siempre me dice que chupaba más dulces que biberones, y que me encantaba que mojasen mi chupete en jarabe de maíz. Luego ya pasé a mezclar batidos, me gustaba merendar sandwiches de mezclas de mermeladas...
(Madres, causantes de adicción a la glucosa desde tiempos inmemoriales). ¿Qué opina de su trabajo como inspector?
−Bueno, es cierto que nunca está del todo tranquila, pero siempre fue mi vocación entrar en el cuerpo. En ello influyó que desde pequeño me educasen en ayudar a los demás, y que tuviese el físico para ello.
−Tiene una causa muy noble, estará orgullosa de usted.
−Oh, lo está. Mamá nunca desaprovecha la ocasión para presumir de "su pequeño chocopoli" ante sus amigas de bridge.
−¡Pfffff...!
−Maya...
−No, déjela, es divertido. Al principio me daba un poco de vergüenza, pero ya me he acostumbrado.
−Me parece curioso que alguien como usted haya acabado de inspector de policía. Quiero decir, no da la típica imagen de tipo duro, serio y estresado.
−Ya, me lo dicen mucho. De hecho, no pierdo la oportunidad de darle a los detenidos parte de mi propio surtido de golosinas.
(Creo que ha roto más dientes con sus dulces que con sus puños...) ¿Y qué tiene exactamente?

Por toda respuesta, lleva sus manos a su espalda y reaparecen con diez chupachups agarrados entre los dedos, cada uno de un color.

−A ver... En los bolsillos traseros llevo, además de las dos variedades que ha visto, naranja de Valencia, arándano azul, plátano de Canarias, lima, piña, cola, ciruela y melocotón. En los laterales tengo caramelos, chicles y gominolas de muchos otros sabores. Por último, dentro de la funda del revólver guardo mi reserva especial de chicles con relleno líquido, entre ellos el rarísimo de chile "Segador de Carolina". Para que se haga una idea, es como beberse un aerosol de pimienta del ejército. Es muy difícil de conseguir, pero merece la pena por cómo te calienta y activa el cuerpo.
−Casi hasta me da curiosidad...-murmura Maya, preocupándome.
−Lo siento señorita, pero ya he dicho que forma parte de mi reserva especial, de la que no comparto. Mi pequeño capricho, por así decirlo. Además, no me gustaría tener que recoger su cuerpo licuado del suelo con una bayeta. ¡Jajajajaja!
−¿Puedo... puedo preguntar por qué los lleva en la funda del arma?-interrumpo, imaginándome lo que acaba de decir y tentado de creérmelo.
−Oh, fácil: ahí dentro se quedan bien blanditos y con el relleno calentito. Es como comerse una mini tarta recién sacada del horno. Hmmmmm... En cuanto llegue el fin de semana visito a mamá, echo de menos sus postres.

No sé qué temo más: si por el los dientes, el páncreas y el estómago de este hombre, o por los criminales a los que les eche el aliento comiéndose ese chicle. Un ruido nos interrumpe, sin embargo: es su tono de llamada.



−¿Hola? Sí, comisario, dígame. Ajá. Sí, los tengo aquí. Quiere que se ponga-dice, tendiéndome el teléfono.
−Dígame, comisario-saludo, notando cómo se me clava en la mano un caramelo de naranja de la carcasa.
−Buenas noches. El inspector Jawbreaker me ha informado de que quieren investigar el apartamento de la víctima.
−Sí, así es. Quisiéramos su permiso, por favor.
−Lamentablemente, no va a poder ser. Para tener ciertas libertades tiene que ser el abogado del acusado, y no se ha pasado por aquí para aceptar el caso.



(¡Oh, no, lo había olvidado!) Si, sé que debería haberlo hecho, pero se me acaba el tiempo, comisario. Si voy ahora a verle, puede que para cuando vuelva aquí ya se haya cerrado el edificio.
−Son las normas, señor Wright.
−Lo entiendo, pero no he podido hacer más. Este caso es muy complicado...
−Ese no es mi problema.

Estoy empezando a sudar. Soy un tonto por no acordarme de terminar las formalidades, pero tampoco es que se me pueda culpar mucho con todo lo que he visto desde que fui a visitar a Sg. Lo peor es que el comisario tiene razón, es solo problema mío. Y, encima, definitivamente tengo que aceptar el caso para seguir adelante. A estas alturas era un poco absurdo seguir dando rodeos, pero siguen faltándome muchas cosas y quedan bastantes misterios por resolver, entre ellos el de qué hago aquí. Piensa, Phoenix, piensa... Creo que se me acaba de ocurrir una idea, pero no sé si va a funcionar.

−¿Sigue ahí, Wright?
−Sí, perdone. Escuche, ¿qué le parece esto? Acepto la defensa ahora por teléfono, le doy mi palabra si quiere, incluso acepto que el inspector nos vigile mientras investigamos. Y, en cuanto salgamos de aquí, voy de cabeza a comisaría a formalizarlo todo.
−¿Me toma el pelo? ¿Cree que soy un charcutero que le pueda fiar a la vecina?
−Sé que es poco ortodoxo y desesperado, pero por favor, confíe en mi. El tiempo se agota, y temo por ese chico mañana, este caso tiene demasiadas lagunas y sus circunstancias son lo suficientemente extrañas como para que un abogado de oficio pueda asimilarlo deprisa y corriendo, aún más que yo. Además, se me trajo aquí porque se tiene fe en mis habilidades, y no quiero defraudar a nadie. Es más: me hice abogado para ayudar a los demás en sus momentos de mayor desesperación, siguiendo el ejemplo de mi mentora, que ya no está y que me rescató de una suerte incierta hace muchos años. Nunca he querido fallarla, y menos ahora. Se lo ruego, comisario. Usted también trabaja para defender a los inocentes.

La línea permanece en silencio por unos momentos, temo que me mande a paseo y cuelgue por respetar los protocolos. Sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que vuelve a hablar.

−Debo estar loco, senil o las dos cosas, pero voy a confiar en usted. Cuando le conocí, sentí un "algo" en usted, una fuerza que no es común de ver, y por desgracia tampoco en el campo de la justicia. Voy a observar su llama, señor Wright, y más le vale que no se apague. Tiene permiso para inspeccionar la escena del crimen, pero el inspector Jawbreaker vigilará todos sus movimientos y estará ahí para lo que necesite, ni más ni menos. Y, en cuanto salgan, él mismo les llevará a comisaría para formalizar la defensa del caso. Quiero puntualidad de reloj, ¿está claro?
−Como el agua, comisario. Muchísimas gracias.
−No me las dé, demuéstreme lo que dure esto que no me equivoco. Páseme al inspector de nuevo.

Hablan un poco más, nuestro nuevo acompañante recibiendo instrucciones sobre todo, y este cuelga.

−Debo decir que me ha sorprendido, señor Wright. No esperaba un movimiento así, aunque lo entiendo.
−No esperaba que funcionase, pero era lo único que podía hacer.
−Bueno, pasemos pues a la escena del crimen. No toquen nada sin mi permiso, y ante cualquier duda pregunten. ¿Está claro?

Asiento con la cabeza, él retira el cordón policial y abro la puerta con la llave.

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Lunes, ?? de ??
Apartamentos Dime Paradise - Apartamento de Sunset Shimmer
20:35 PM


El interruptor a mano izquierda enciende una lámpara sencilla en el techo, aportando luz a la escena. Lo primero que llama la atención de este lugar es que, a pesar de no ser muy grande, aparenta ser espaciosa en cierto modo. Ello es debido a que la estancia principal es un conjunto de salón y cocina, tan común en las películas y series americanas. Nada más entrar hay a la izquierda de la puerta un sencillo recibidor blanco con cajón y espejo, seguramente para guardar las llaves y poco más. Justo enfrente, al fondo del salón, hay un sofá azul oscuro apoyado en la pared izquierda, aunque movido de su sitio de forma extraña, con una mesa baja enfrente partida por la mitad, encarando ambos muebles un antiguo televisor de tubo apoyado a su vez en un estante con dos portezuelas instalado contra la pared de enfrente. Si uno se sienta en el sofá, tiene a su izquierda una ventana de alféizar basto y grueso a la altura de la cintura que da a la escalera de incendios.

En cuanto a la cocina, está a mano derecha de la puerta. Una encimera bloquea casi por completo el paso a ella, contando con un hueco abierto lo suficientemente ancho para dos personas entre ella y la pared del televisor, la cual cierra el espacio entre el fondo del salón y el pasillo que da a la parte derecha de la casa, contando con una puerta a otra estancia aproximadamente a mitad de camino. La cocina no está mal surtida, aunque sí desactualizada. Junto a la encimera hay un antiguo conjunto de horno bajo y fogones con extractor, así como una nevera aguamarina de enorme tirador vertical y otro más pequeño para el congelador que parece salida de los años sesenta. Más al fondo se hallan el fregadero y un armario bajo, seguramente para los platos, con un microondas encima de este último coronado por una caja rectangular pequeña.

Claro que lo que más atrae la vista es el perfil de Sunset dibujado con tiza en el linóleo del suelo, en medio del salón.

−Supongo que es ahí donde...
−En efecto. ¿Quieren un par de guantes?
−No hace falta, siempre llevo algunos de repuesto en el maletín, estoy acostumbrado a revisar escenas de crímenes.
−Casi mejor, llevaba unos cuantos skittles escondidos dentro.
(Pero... eh... uh... blueh).
−Bueno, adelante. Pueden ir empezando, yo estaré por aquí-dice, apoyándose en la encimera y empezando a paladear una piruleta de limón que acaba de sacarse del pantalón.



Me pongo los guantes y le doy otros a Maya, no tanto para que revise las pruebas, sino porque estoy convencido de que se pondrá a tocar por donde no debe. El apartamento es pequeño, así que puedo tenerla siempre a la vista, pero nunca se sabe. En fin, empezaré revisando el recibidor. Como esperaba, el cajón tiene una copia de las llaves del portal y la puerta del apartamento, con un llavero representando un sol colgando. No hay mucho más reseñable, así que voy a pasar a la cómoda. El espejo mide aproximadamente medio metro y es ovalado, siendo enmarcado por un diseño representando enredaderas. Sobre el mueble hay tumbado boca abajo un sencillo portafotos metálico al que le falta el trípode, así que lo cojo con cuidado y le doy la vuelta. Es una fotografía de Sunset y Sg, sonriendo a cámara bajo un árbol con las mejillas juntas. todo muy bucólico. Debería preguntarle a las chicas cómo era la relación de estos dos antes de que ocurriese esta desgracia, parecen hacer buena pareja... Un momento.

−Inspector, ¿puede venir un momento?
−Claro, dígame-contesta, poniéndose a mi lado y arrancándome lágrimas de los ojos con su ácido aliento.
−Estaba revisando este marco y acabo de fijarme en algo: ¿es sangre lo que hay en la esquina superior derecha? Y ha dejado rastro en el mueble donde estaba apoyado...
−Si, lo es. Queda determinar cómo llegó ahí, pero el fiscal ya tiene una idea. No puedo comentársela, me temo.
−Ahora que lo dice, ¿cómo es? El fiscal, digo.
−Es... alguien peculiar, no le voy a mentir. Su familia lleva encargándose de la justicia en su lugar natal desde hace generaciones, lo lleva en la sangre y le gusta, eso está claro. Pero, si quiere mi opinión, se deja llevar demasiado por ello y por la tradición. No me malinterprete, tiene talento, sobre todo en lo que respecta a atemorizar a los criminales y hacerles confesar bajo presión, pero entre su carácter y que esta será la primera vez que lleve un caso en Canterlot...
−¿Nunca ha ejercido en esta ciudad?
−Hasta ahora solo había hecho labores de consulta y papeleo adaptándose aquí, si. Pero le sugiero que no subestime su trabajo.
−Tranquilo, no lo haré. Me he enfrentado a fiscales de todo menos normales en lo que llevo de carrera, tanto en comportamiento como en talento.

El inspector se limita a asentir y yo a guardar esta prueba en el acta del juicio, dentro de una de mis bolsas herméticas. Me resulta chocante que hayan dejado algo así atrás, pero bueno. Acto seguido miro a mi izquierda, al otro lado de la puerta. Un perchero sencillo de brazos terminados en bolas, carente de toda prenda. Debe ser triste estar sin poder cumplir la única función para la que fuiste diseñado. Por un segundo siento la tentación de colgar mi chaqueta, pero mejor no. Lo siento, señor perchero.

Sería grosero avanzar sin más hasta el fondo del salón, ya que el perfil de Sunset está justo en medio de la estancia, así que me agacho para examinarlo. Por la forma, parece que la encontraron tumbada, con el brazo derecho extendido en dirección hacia el recibidor.

−Sé lo que me va a preguntar: no, no sabemos el porqué de la postura. Tendrá que oírlo mañana de boca del fiscal.
−Gracias, inspector.
−De nada-replica él, mientras se guarda el palo de la piruleta y saca un poco de regaliz de uno de sus bolsillos, empezando a mascarlo con gusto.
−Pobre chica, ¿verdad Nick?
−¿Dónde estabas, Maya?
−En la cocina, mirando en la nevera. Puede que hubiese alguna pista dentro.
−Siiiiii, claaaaro...
−¡Es cierto!
−Como tú digas. ¿Has encontrado algo?
−Bueno, si. No está demasiado surtida, y todo parecen ser productos baratos. Ah, y hace un ruido altísimo, a saber los años que tiene.
−Luego le echo un vistazo, de momento estoy con esta parte de la casa.

En cuanto al perfil no hay más que ver, así que echaré un vistazo al sofá. Medirá poco más de dos metros, es un sencillo mueble de tela de dos asientos que tiene pinta de ser barato y no muy cómodo y que carece de cojines. No es un sofá cama, ya que no encuentro tirador para abrirlo y los asientos no pueden quitarse. Como he observado al entrar, está ligeramente movido, concretamente lo han separado de la pared en la esquina cercana a la ventana. A ver si encuentro algo detrás... Nada, polvo para parar un tren. ¿Eh? Espera, hay algo más, asomando ligeramente por debajo de la parte trasera del sofá... Ya lo tengo. Es un fragmento afilado de madera del tamaño de un dedo con un rastro de sangre en la parte cortante. Esto es extraño, ¿qué hace algo así aquí? Al acta del juicio que va, estoy convencido de que me será útil. En cuanto a la mesa...

−Esto se lo puedo decir tranquilamente, dado que es de lógica-dice el inspector a mi espalda, dejándome al borde del infarto y deseando que no me haya visto coger la prueba-. Pensamos que la mesa se partió durante el forcejeo, cayendo víctima, acusado o ambos sobre ella, debido a que está rota justo por enmedio.
−Desde luego tiene pinta de frágil, y más con esas patas tan bajas.
−Bueno, tiene sentido. Quiero decir, mire a su alrededor: no soy experto en interiores, pero los muebles son muy diferentes, no pegan entre si por color ni material, además de tener todos aspecto de baratos.

Tiene razón. El recibidor, la mesa, el sofá, lo que he visto de la cocina de lejos... Apuesto a que toda la casa está decorada al tuntún y de forma escueta con elementos a precio de saldo o similar o incluso recogidos de la calle, sabiendo que Sunset vino aquí sola y dejándose todo lo que tenía en cubrir varios meses de alquiler. Cada vez que pienso en su vida me da más pena, en serio. Aunque al mismo tiempo es admirable que haya logrado abrirse camino y estudiar por su cuenta.

Vuelvo a la realidad al ver a Maya a punto de encender el televisor, negándole con la cabeza y siendo respondido con un mohín. Paso a examinar el mueble que lo sostiene, no encontrando nada relevante en él. Y en parte lo agradezco, no quiero hallar nada incriminatorio. Aunque tras las portezuelas hay una surtida colección de libros perfectamente ordenados y que tratan diversos temas: historia americana, política, nutrición humana, tecnología... He de admitir que no hacía a Sunset del tipo lector, y menos orientado a este nivel de cultura.

En fin, vamos a la cocina. Nada más pasar la encimera veo que al fondo de la casa, lo que vendría siendo la parte derecha de la misma, hay otras dos puertas, una a la izquierda y otra a la derecha, pero un carraspeo y un gesto negativo con un chupachups de arándanos (o eso parece por el color) por parte del inspector me impiden seguir mi camino. Supongo que al no ser parte de la escena del crimen no me dejará pasar, lástima. La encimera está limpia, y al llegar a su base veo los fogones justo al lado. Viéndolos de cerca, tanto estos como el extractor están algo ennegrecidos, sobre todo este último, y tras una portezuela lateral encuentro una bombona de gas. Es peligroso tener algo así, y más en un utensilio tan usado, pero supongo que es más barato que una vitrocerámica. El horno está algo más limpio, como compruebo al abrir la portezuela. El fregadero no tiene nada de especial, contando con dos grifos para agua fría y caliente en vez del cómodo monomando, supongo que por ser más barato, y estando apoyadas contra la pared un par de botellas de aceite y vinagre a medio usar. Vamos a la nevera...

−Ya estoy de vuelta-dice Maya a mi espalda, mascando feliz de la vida unos ositos de gominola que lleva en la mano, cortesía del inspector.
−Quiero pensar que no has esperado a que fuese a mirar la nevera para pedirme que te dejara coger algo.
−Em... ¡No, qué va, en absoluto!
(No hay nada más que decir, Su Señoría.)

En fin, veamos. Maya tenía razón: este trasto zumba como una moto, y está repleto de productos baratos. Pechuga de pollo, pavo y jamón cocidos, panga, pez vela, abadejo, zanahorias, patatas, repollo... aunque veo algunas manzanas, plátanos y fresas; por lo menos tiene frutas de calidad. Y una bandeja con tres cupcakes, aunque tiene hueco para más. En la puerta hay botes de mayonesa, salsa rosa y César, próximos a caducar como las carnes y los pescados, bebidas energéticas y refrescos de cola como para parar un tren y un brick de leche abierto tapado con cinta americana. A ver qué pasa si... ¡Bufff!

−¡Puaj! ¡Nick, tapa eso!
−¡Voy, voy! Qué asco, madre mía... Esto está más cortado que cuando el juez se sorprende en un juicio.
−Hum, pero el pobre no huele así... De hecho, se echa una colonia bastante fuerte, como de anciano.
−Si, tú dile eso a la cara.

Momentáneamente estoy tentado de tirar esta porquería por el fregadero, pero mejor será no manipular nada. Por su parte, el congelador está hasta los topes de precocinados como pizzas o croquetas entre otros, apretujados todos entre si, imagino que por la falta de espacio ya que el contenido de la nevera está más ordenado.

−Viendo este panorama, está claro que esta chica tampoco ha podido permitirse mucho en alimentación, contentándose con lo de menor coste por ser poco nutritivo, abundante o próximo a caducar para llevarse algo a la boca. Me preocupa honestamente su alimentación, es sorprendente que tenga una buena figura.
−Igual hace deporte en el instituto.
−Puede. Aunque tampoco es que en los centros educativos se haga mucho ejercicio más allá de lo obligatorio... Debería consultar con Rainbow, al fin y al cabo dijo que era la capitana de los clubes deportivos.

Casa con poca decoración y barata, lo mismo con la comida y a punto de caducar, viviendo sola varios años... No puedo quitarme de la cabeza el pensamiento de lo dura que ha tenido que ser la vida de Sunset. Me hierve la sangre pensando en el casero quitándole todo lo que tenía para que pagase el alquiler, en serio. Es vomitivo y espero darle una buena lección mañana. De momento voy a tomar para el acta del juicio una foto del interior de la nevera y el congelador y adjuntaré una pequeña descripción de sus contenidos en caso de que me sea útil, ya que habla mucho del estilo de vida de Sunset. Y con la esperanza de ponerle la cara colorada a ese sinvergüenza, para qué mentir.

Como suponía, el armario bajo contiguo guarda la vajilla, si es que se le puede llamar así a cuatro platos mal contados y un par de tazas, además de una sartén con el mango flojo y una olla con marcas de quemaduras por debajo y que contiene un cucharón y una espumadera. El microondas tiene pinta de viejo, y necesita un poco de limpieza por dentro. En cuanto a la caja de encima, es de madera y con un tirador, descubriendo al abrirla que es el cubertero, y uno muy parco en contenido, el cual está un poco revuelto. Un par de cucharas, una cucharilla, un cuchillo de punta redonda y un tenedor. Me extraña mucho la ausencia de cuchillo para preparar la comida, añadiré este mueble también como prueba.

Se ha hecho muy tarde, deberíamos irnos. Un momento... Al lado del armario de los platos, en la esquina, hay una papelera pequeña que no había visto. Normal, está un poco escondida. Echaré un vistazo por si acaso. Hay un montón de papel de cocina arrugado, a ver debajo... Espera, ¿qué es esto? Hay varias flores y unos extraños fragmentos celeste de algo que no alcanzo a identificar, ya que no tengo tiempo ni adhesivo para unirlos, pero parecen de cerámica. Y lo que es peor: varios están manchados de sangre.



−Nick, ¿qué puede significar esto?
−No lo se, pero quienquiera que lo pusiese aquí no quería que se encontrase. Dame un segundo, creo que hay algo más al fondo...
−¿Eso son la parte superior de varias fresas?
−Si, y también está lo que parece el trípode perdido del portafotos de la entrada . Que todo esto esté aquí no me extraña, pero lo primero me da mala espina.
−Tenemos que irnos, señor Wright. Oh, ¿ha encontrado algo?
−Inspector Jawbreaker, mire esto-le contesto mostrándole los fragmentos cerámicos.
−Curioso... Se nos ha debido de pasar, esa papelera no está muy visible y al ver que estaba llena de papel algún agente debió pensar que tendría lo típico, como restos de comida, pero desde luego esto no.
−Ahora que lo menciona... También hay varios restos de fresas, unas flores y lo que parece el trípode del portafotos de antes. ¿Me permite guardarme todo para el acta del juicio?
−El resto lo entiendo, pero ¿por qué los restos de comida?
−Bueno, usted mismo ha dicho que la papelera no ha sido revisada por la policía, así que podrían ser importantes. (Y a estas alturas me agarro a cualquier cosa).
−Como quiera. Pero mañana todos los de la brigada forense se han quedado sin caramelos.

Estoy por decirle que trabaja en una comisaría y no en un parvulario, pero para qué. Aquí hemos terminado, por lo que vámonos sin más dilación a comisaría. Espero que los carrillos en modo hámster de Maya no revienten por el camino.

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Lunes, ?? de ??
Centro de detención, Canterlot
21:50 PM


Tras otro viaje accidentado para Maya por culpa del country siendo guiados por el inspector en su coche, el susodicho llama a la puerta de la oficina del comisario, diciéndonos desde dentro que pasemos. Está tirando a la papelera envases de comida china. Supongo que en todas partes tocará a veces alimentarse de comida rápida, aunque con Maya al lado esa frecuencia aumenta peligrosamente.

−Ah, aquí están. Puede retirarse, inspector. Y no olvide que quiero informe mañana a primera hora.
−Por supuesto, comisario. Buenas noches-dice con seriedad, cerrando la puerta.
−Bueno, ya estamos solos. ¿Tiene los papeles para oficiar la defensa?
−Si, aquí mismo-digo mientras empiezo a rebuscar en el maletín.
−¿Cómo ha ido, por cierto? ¿Han logrado encontrar algo?
−Podría decirse que si... Ah, aquí están.
−Hum... He de decir que nunca había visto este modelo de contrato. Usted no es de aquí, ¿verdad?
−No, soy de Japón.
−Ah, entonces ni idea. No creo que haya problemas, de todas formas. Eso si, lamento decirles que no puedo dejarles ver al acusado, las horas de visita terminaron hace mucho. No se preocupe, yo mismo le daré el documento para que lo firme.

Asiento no con poca resignación, querría haber hablado con él para comunicarle que acepto la defensa y preguntarle unas cuantas cosas. Supongo que habrá que esperar a mañana, pero no me gusta dejar cabos sueltos. A los pocos minutos vuelve el comisario con el papel firmado.

−Aquí tienen. He de decir que le honra haber cumplido su palabra, señor Wright.
−Es lo que debe hacerse, y más en este tipo de profesiones como la mía o la suya.
−Tiene razón, pero esperemos que no vuelva a repetirse una situación tan irregular.
−No se preocupe, comisario. Y gracias de nuevo.
−No hay de qué. Buenas noches.
−Buenas noches.

Salimos a la calle, encontrándonos con que Applejack, Big Mac y Lloyd nos siguen esperando.

−¿Y bien?
−Ya es oficial, mañana defenderé a Sg.
−Se lo agradezco, señor Wright. Deberían descansar, el juicio es mañana... Podemos acercarles a un hotel, si quieren.
−Respecto a eso...

Le pongo rápidamente al día con nuestra precaria situación económica.

−¡¿Pero será sinvergüenza?! ¿Y qué van a hacer ahora?
−Pues la verdad es que no lo se. No conocemos a nadie aquí, y la idea de dormir en un banco no me place.

La chica parece reflexionar, preocupada. Finalmente cruza la mirada con su hermano, y ambos asienten.

−Acompáñennos.
−¿A dónde?
−A nuestra casa. Cenarán y dormirán con nosotros esta noche.
−¡Eh, eh! ¡Espera! Lo siento, no puedo aceptar eso.
−Señor Wright, acaba de decirlo: no tienen adonde ir, ni tampoco pueden comer nada. En estas condiciones no pueden encargarse de un caso. Y además, me niego a dejar a unos amigos en la estacada.
−¿Amigos?
−Todo el que ayude a mi familia o mis amigos es amigo y bien recibido en nuestra casa. Eso incluye a Lloyd, sus métodos no habrán sido los mejores pero el hecho es que está intentando ayudar a Sg y no puede volver a la residencia a estas horas.
−Te lo agradezco, Applejack-dice Lloyd-. Le pediría el favor a Pinkie, pero no la quiero molestar a estas horas.
−No hay de qué. Los Apple somos agradecidos y hospitalarios, ¿verdad Big Mac?
−Eyup.or
−Aun así...
−Insisto. Además, nuestra abuela cocina de miedo, y de forma bastante abundante, no le importará tener un par de bocas más de las que suele tener en casa.
−Niiick... Que estamos hablando de una cena en condiciones y una camita...

No tiene los mejores modales del mundo, pero no puedo rebatírselo. En nuestra situación, comida casera y descansar bajo techo se me antojan demasiado apetecibles como para oponerme.

−Está bien.
−¡Yaaaay!
−¿Hm? ¿Ha conocido usted a Fluttershy, señorita?
−No, ¿por?
−Oh, no es nada. Suban pues, avisaré a mi abuela por teléfono.

Maya rechaza cortésmente ir en la cabina, prefiriendo ir con nosotros en la parte de atrás. La camioneta arranca en el silencio de la noche, llevándonos hacia un destino mejor que el que teníamos hasta ahora. Sg tendrá que esperar un poco más en esa fría celda, por desgracia, pero mañana pienso darlo todo por él. Y por Sunset, que sigue sola en su propio mundo y ajena a todo lo que está ocurriendo. Espero que logre salir bien de esta y pueda escuchar esta aventura hasta su final feliz con una sonrisa, recuperándose rodeada de todos los que han decidido tenderle una mano. Pero para ello tengo que darlo todo mañana. Solo espero poder resolver este caso con el poco margen que se me ha dado...

Continuará...




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N.A.: la parte de la casa de Sunset ha sido un verdadero infierno, sobre todo en cuanto a describir la disposición espacial de todo de tal forma que la gente lo entendiese, espero haberlo logrado. Con este capítulo termina el primer día de la investigación, viniendo a continuación el juicio. Adelanto que voy a tardar bastante en sacar el siguiente capítulo, quiero que tenga la duración adecuada y que respete adecuadamente las mecánicas de lo que es el evento principal de cualquier caso. A cambio prometo liadas curiosas :cherilee:
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest.

Notapor McDohl » 15 Jun 2017, 14:52

Mas tarde pasaré a darte mis impresiones, pero me alegra ver la continuación ^_^
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest.

Notapor LloydZelos » 15 Jun 2017, 23:31

Gracias, mi buen señor.
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest.

Notapor McDohl » 18 Jun 2017, 20:58

Y... aquí están mis impresiones, ahora con un 120% de calma para escribirlas xD

Me llama la atención que hayas respetado de nuevo el formato Ace Attorney al partir la investigación en dos partes, como suele ocurrir con los casos complicados. Tanto si es intencionado como si no, es un detalle que me agrada.

¿Y no tenías otra forma de abrirla que con la dupla de ceporros? :sisi1: Y por cierto, ese detalle del club de geología me suena haberlo visto en algún lado :sherlock: Y esa chica de los muffins :D Necesito saber mas de ella, por puro interés científico (¿cual sería la reacción de Maya al comerse una de esas piezas de bollería?).

Respecto al psicocandado de Celestia. Ya te lo comenté por privado, pero, al margen del desarrollo del mismo, que me parece muy acertado y respetando las pautas y la mecánica, me dio la sensación de que lo único que se sacó en claro de él es... que Celestia es MUY negligente en todos los aspectos. Phoenix no averigua mucho más de lo que ya sabía ni obtiene ninguna prueba por romper todos esos candados: tan solo algo de información sobre Sunset. Pobre recompensa para el curro de Phoenix con la directora.

Y llegamos a tu confrontación con Phoenix. Llama mucho la atención que, salvando esa burrada de caso que todos recordamos, Phoenix nunca ha tenido que verse en la situación de defender a alguien que sabía a ciencia cierta que era culpable del crimen que se le imputa, así que entiendo el rodeo que has tenido que dar para poder "convencerlo" de que aceptase el caso. Y esto me lleva a una duda: ¿el psicocandado que tienes lo podrá desbloquear o no? Me gustaría ver eso, ciertamente.

La parte de AJ la veo una mezcla muy de slice of life, escena de las manzanas incluida con una buena introducción del personaje. Encuentro acertado el cabreo que se coge al enterarse q Phoenix ya lo sabe todo xD

Toca ahora abrir sección para los dos personajes nuevos del caso: el casero y el inspector. Me has comprado con ellos, referencias incluidas en ambas partes. El primero me recuerda demasiado a esos personajes babosos y excéntricos como Sal Manella o Phineas Filtch y el segundo... veo una versión muy muy edulcorada de Tyrell Badd :sisi2:

La parte de la investigación se nota el pedazo de curro que le has metido, xq está todo explicado al dedillo, por lo que se hace sencillo recrearte una imagen espacial de la estancia. Del mismo modo, me encanta como introduces hasta los clásicos comentarios insulsos que de vez en cuando suelta Phoenix al investigar algo irrelevante. Me pregunto si serás capaz de meter uno de las clásicos de la saga en algún momento del caso.

Y que más decir... me ha encantado y me ha dejado hypeado para el siguiente dia, con el juicio y el nuevo fiscal. Tómate el tiempo que necesites en escribir, xq es un currazo, pero lo estás llevando francamente bien :3
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest.

Notapor LloydZelos » 20 Jun 2017, 00:50

McDohl escribió en 18 Jun 2017, 20:58:Y... aquí están mis impresiones, ahora con un 120% de calma para escribirlas xD

Me llama la atención que hayas respetado de nuevo el formato Ace Attorney al partir la investigación en dos partes, como suele ocurrir con los casos complicados. Tanto si es intencionado como si no, es un detalle que me agrada.

¿Y no tenías otra forma de abrirla que con la dupla de ceporros? :sisi1: Y por cierto, ese detalle del club de geología me suena haberlo visto en algún lado :sherlock: Y esa chica de los muffins :D Necesito saber mas de ella, por puro interés científico (¿cual sería la reacción de Maya al comerse una de esas piezas de bollería?).

Respecto al psicocandado de Celestia. Ya te lo comenté por privado, pero, al margen del desarrollo del mismo, que me parece muy acertado y respetando las pautas y la mecánica, me dio la sensación de que lo único que se sacó en claro de él es... que Celestia es MUY negligente en todos los aspectos. Phoenix no averigua mucho más de lo que ya sabía ni obtiene ninguna prueba por romper todos esos candados: tan solo algo de información sobre Sunset. Pobre recompensa para el curro de Phoenix con la directora.

Y llegamos a tu confrontación con Phoenix. Llama mucho la atención que, salvando esa burrada de caso que todos recordamos, Phoenix nunca ha tenido que verse en la situación de defender a alguien que sabía a ciencia cierta que era culpable del crimen que se le imputa, así que entiendo el rodeo que has tenido que dar para poder "convencerlo" de que aceptase el caso. Y esto me lleva a una duda: ¿el psicocandado que tienes lo podrá desbloquear o no? Me gustaría ver eso, ciertamente.

La parte de AJ la veo una mezcla muy de slice of life, escena de las manzanas incluida con una buena introducción del personaje. Encuentro acertado el cabreo que se coge al enterarse q Phoenix ya lo sabe todo xD

Toca ahora abrir sección para los dos personajes nuevos del caso: el casero y el inspector. Me has comprado con ellos, referencias incluidas en ambas partes. El primero me recuerda demasiado a esos personajes babosos y excéntricos como Sal Manella o Phineas Filtch y el segundo... veo una versión muy muy edulcorada de Tyrell Badd :sisi2:

La parte de la investigación se nota el pedazo de curro que le has metido, xq está todo explicado al dedillo, por lo que se hace sencillo recrearte una imagen espacial de la estancia. Del mismo modo, me encanta como introduces hasta los clásicos comentarios insulsos que de vez en cuando suelta Phoenix al investigar algo irrelevante. Me pregunto si serás capaz de meter uno de las clásicos de la saga en algún momento del caso.

Y que más decir... me ha encantado y me ha dejado hypeado para el siguiente dia, con el juicio y el nuevo fiscal. Tómate el tiempo que necesites en escribir, xq es un currazo, pero lo estás llevando francamente bien :3

Lo del formato ha sido intencionado, tanto para respetarlo como para partirlo un poco y hacerlo más legible y con menos espera. Y no te preocupes, que referencias aparte, Pinkie y Maya se conocerán. Más pronto de lo que crees, en realidad :cherilee:

La función de este psicocandado es la de "pegamento" para todo lo que ha estado averiguando Phoenix: juntarlo y deducir toda la verdad sobre el instituto y el pasado de Sunset, averiguando que no es ninguna santa. Tampoco es que le haya costado horrores reunir todas las pistas, la mayoría cayeron en un par de charlas casuales. Pero no te preocupes, esto tendrá consecuencias, no se va a quedar aquí.

Curioso que no menciones la estatuilla :roto2rie: Si, ciertamente dar un rodeo para convencerle es lo que yo haría, dadas las circunstancias. Y respecto al psicocandado... quién sabe. Lo que es seguro es que si se desbloquea se lía a nivel descomunal, por las implicaciones.

No pierdas de vista al casero, sobre todo. Va a dar mucha guerra todavía. Y si, el gesto de sacar otra cosa en vez del arma me recordó a Badd mientras lo escribía :sisi1: Es el personaje nuevo para este caso que más me gusta hasta ahora: un giga nigga repartidor de dulces mazo majo :elrisas:

Gracias por tus amables palabras con lo del apartamento, me costó un horror y veo que ha merecido la pena. Ya verás qué risa las pruebas, ya, no se lo va a ver venir nadie :tsyes: Y no se de qué escena me estás hablando ;)

Y si, vete preparando para el juicio. Espero que me dediques tanto palabras de elogio como ascodio del bueno :roto2rie:
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Re: El caso al galope [Humano][Crossover][Spinoff] - Invest.

Notapor Sg91 » 29 Jun 2017, 12:00

Como cuando lees un nuevo capítulo y te olvidas de comentar

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En fin, allé voy. Cuando me dijiste que habías hecho algo especial con el casero de Sunset sinceramente no me esperaba a un tipo TAN extravagante. Va muy a la línea de los testigos de Ace Attorney, por lo que le queda bastante bien por esa parte, además, tengo que admitir que en todo momento tenía la siguiente imagen mental mientras leía.

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Por alguna extraña pero muy pegadiza razón le daba la apariencia de McGucket, cosa que ayuda bastante a entender a dicho personaje.

Por otro lado tenemos a Celestia, que... no me puedo creer que esté diciendo esto, pero lo cierto es que me dio bastante pena verla en ese estado. Es una buenaza, y en ese sentido la ha acabado pasando factura, debería aprender a ser más inflexible, pero bueno, ha sido un muy buen desarrollo de personaje, así que mis dieses.

Me intriga y me da cosa a partes iguales conocer al fiscal del distrito, tal y como lo ha descrito Jawbreaker, el cual es un cachondo de campeonato, no pinta como si fuera el tío más majo del mundo, y muy probablemente esté a la altura de Edgeworth o Von Karma. Dios, qué miedo...

Pero bueno, tengo mucha intriga y curiosidad por ver cómo se desarrollan los acontecimientos, continúa cuando puedas, plox

Te voy a escribir toda enterita... cachito a cachito... con todo lujo de detalles...
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