Escapando Del Pasado. 1/47

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Escapando Del Pasado. 21

Notapor Santiago Brony MLP » 27 Jun 2016, 01:46

El corazón de Sundial dio un vuelco. No porque le alegrara el por fin haber conseguido lo que Rose tanto le había pedido, sino porque eso significaba de que Rose ya no necesitaba de él para algo.
El pegaso decidió dejar de pensar de que Rose solo lo veía como un objeto y hurgó más en el caso de Drink:

-¿Dice que está aquí? ¿En este mismo pueblo?
-Zzí…
-¿Ahora mismo?
-¡¡KCLARRO!!

Sundial, decidió que ya era hora de dejar de indagar y volver con su grupo. Pagó la cuenta (agregando una limonada para él) y salió (por si acaso) por la puerta trasera. Sin ningún obstáculo, el pegaso alzó el vuelo. Estaba casi desesperado por volver con sus colegas y Rose, pero, de pronto, empezó sentirse raro. Sentía que la respiración se le dificultaba y ya estaba teniendo mareos. ¿Qué le pasaba?
El pegaso comenzó a asustarse de que, tal vez, haya volado muy alto sin querer (ya empezaba a tener pensamientos algo absurdos). Ese temor hizo que, por alguna razón, su problema se agravara, pues ahora notaba que, no solo no podía respirar bien, sino que, cuando lograba hacerlo, sus pulmones parecían negarse a recibir el aire y lo expulsaban inmediatamente.
Simplemente, sus pulmones no podían recibir mucho aire. Si respiraba demasiado poco, no le daba el oxígeno necesario, y si respiraba bastante, sus pulmones expulsaban gran parte del aire. Irremediablemente, su cerebro se embotó, empezó a sentir un ardor en los ojos y, finalmente, perdió el conocimiento.
***
Luz…luz. Algo parecía brillar frente a Sundial. Un raro resplandor que se hacía cada vez más claro y nítido a medida recuperaba el conocimiento. Finalmente logró despertar por completo y se fijó que volvía a encontrarse en el claro junto a sus colegas, y el resplandor era el hecho de que, simplemente, la luna ya había salido. El pegaso también se dio cuenta de que algunos de sus compañeros le estaban echando aire:

-*cóuf*…mi cabeza…¿Qué me pasó?
-Te encontramos inconsciente, no sabíamos qué te había pasado.
-Yo tampoco estoy seguro. Iba volando y de pronto, simplemente, mis pulmones no podían tomar suficiente aire.

Sus cuidadores se quedaron callados por un momento. Sus miradas delataban una terrible sospecha. Un pegaso blanco (el mismo que siempre atendía a Force) le preguntó:

-Al terminar tu espionaje en el pueblo ¿Viniste corriendo o haciendo algún esfuerzo físico?
-Vine volando ni bien salí. Supuse que había volado muy alto, pero ahora que tengo la cabeza más despejada, eso es absurdo.

El pegaso blanco (su nombre era Intensive Care, el mismo que también atendía a los heridos) lanzó un suspiro de pesadumbre y susurró “Sabía que esto iba a pasar”. Sundial no entendía a qué se refería ¿Acaso algo en él estaba mal?
Finalmente Intensive habló:

-Uno de los pueblos a los que te mandaron, si no me equivoco el tercero o el cuarto, era el pueblo de Force. Allí debiste pillar su enfermedad.

El pegaso azul sintió que la sangre se le helaba en las venas. ¿Él tenía la misma enfermedad que Blacksmith? ¡Imposible!:

-¡No puede ser! Habría sentido los síntomas antes.
-Esta enfermedad se desarrolla dentro de los pulmones y evoluciona hasta que puede empezar a causar síntomas. Pueden pasar meses antes de que eso pase.
-¡Tiene que ser un error! ¡¿Cómo voy a poder vivir con esto si esta misma vida me pone en tantas situaciones peligrosas?!
-No eres el único. Force siempre encuentra la forma de lidiar con eso.
-¡¡¡No tengo la valentía de Force!!!

Sundial se tomó el pecho. Había vuelto a sentir que éste pesaba demasiado. Intensive tuvo que volver a recostarlo para evitar que sufriera un ataque. El pegaso blanco sabía lo que el azulado debía estar sintiendo. El mismo curandero había tenido que renunciar a sus sueños de ser cirujano por el hecho de que era frecuente en él que los cascos le temblaran por los nervios, cosa que podía poner en riesgo y hasta matar a un paciente. Debido a eso, el pobre pegaso no había podido hacer otra cosa que simplemente unirse a los bandidos, quienes le habían informado que no les vendría mal alguien con conocimientos médicos.
Tras lograr calmar al pegaso azul, éste se levantó (pálido) y, con paso tambaleante, se alejó.
¡El Gran Mal! Él, Sundial, tenía una de las peores enfermedades y, para colmo, sin cura conocida aún. El pegaso se derrumbó y, sin poder evitarlo, escondió su rostro entre sus cascos.
Se oyeron unos sollozos apagados.
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Escapando Del Pasado. 22

Notapor Santiago Brony MLP » 04 Jul 2016, 01:17

Sundial se encontraba secándose las lágrimas cuando sintió la calidez de un casco amable cobre su hombro. Al abrir sus ojos, vio a Rose frente a él.
La unicornio lo miraba compasivamente, entendía que el pegaso azul pasaba por un momento muy difícil. Había dejado de negar lo inevitable para resignarse a su destino, y eso era algo bastante duro si se cuenta que el pobre tendría que lidiar por el resto de su vida con una enfermedad que significaba que todas sus capacidades físicas se iban a tener que ver reducidas.
El pegaso agachó la cabeza, sonrojado por el sostenido contacto visual que tuvo con la unicornio. Rose simplemente lo ayudó a secarse las lágrimas y lo acompañó hasta sus amigos, quienes también se vieron bastante preocupados y apenados por el presente estado de su amigo.
Sundial no respondió a ninguna de las lamentaciones de sus amigos. Repentinamente no paraba de pensar en algo que nunca antes se le había ocurrido. Por simple que parezca, simplemente, “Los lamentos no arreglan nada”. Si no había medicina que lo curase, nada lo haría.
El pegaso expresó su deseo de descansar y de que lo dejaran tranquilo. Savage se hizo a un lado para dejarlo pasar, seguidamente Thief hizo lo mismo. Rose se despidió dándole un pequeño beso en la mejilla. Sundial estaba aún pasando por una severa etapa de aceptación, por lo apenas lo notó. Aun así, sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor.
Sundial pasó a su habitación (un pequeño llano entre los cientos que suelen tener los bosques) y se acostó en un pequeño rincón donde se veían amontonadas varias hojas secas a modo de lugar de descanso. El pegaso se recostó y simplemente se quedó dormido.
Cuando abrió los ojos, todo estaba oscuro y unas pequeñas y brillantes estrellas le avisaron que era de noche. Sundial se levantó, esperando que todo fuera una pesadilla. Que nunca hubiera llegado al pueblo, que nunca hubiera tenido enfermedad alguna.
Lo primero que hizo fue dar una gran inspiración. Pero…el sentir un punzante dolor al abarcar mucho aire le bastó para saber que no había soñado con la enfermedad. Todo había sido real. Su terrible mal, esa horrible enfermedad pulmonar, lo atormentaba y lo atormentaría por siempre.
Pero… ¿Por qué pensaba así? ¿Por qué no intentaba creer, por mínima que fuera la posibilidad, que podía encontrar a alguien que conociera una cura?
Sundial miró su reflejo en un estanque. Era joven (no había pasado más de un año que se uniera a los bandidos), pero sus ojos, por alguna razón, se veían cansados de ver y vivir experiencias (robo, pandillaje, camaradería, amor, batallas), esos ojos, antes tan fugaces y llenos de brío y fuerza, iluminados por el brillo de la juventud y la inocencia, ahora le daban un aspecto anciano y cansado.
El pegaso intentó crear un pensamiento juvenil, como antes de partir en un viaje casi sin esperanza de volver, y apenas logró formar la frase “Hey, amigo”. Al intentar ponerle un tono sarcástico, una expresión bromista, algo “digno de él”, se descubrió pensando que era demasiado infantil intentar hacer eso.

-¿Qué me pasa?

Sundial se apartó del estanque. No podía soportar verse de esa forma. Volvió a su habitación y se volvió a dormir, esperando que ese sentimiento de ancianidad solo fuera producto del sueño.
Esta vez no se despertó él, sino Thief, quien le decía que ya era hora de despertarse, pues había dormido demasiado y ya era bastante tarde. Sundial se levantó de mala gana y siguió a su amigo.
Justice tenía algo que decirles, y Sundial creía saber qué era. Con él imposibilitado de hacer mucho esfuerzo, los planes para el asalto se alterarían.
Justice tuvo que poner a Sundial en el grupo de ocultamiento. Ya no iba a servir de distracción. Fácilmente podía ponerse nervioso y sufrir un ataque. En cambio, si estaba entre quienes iban emboscar mientras los guardias se distraían o ente quienes se encargarían de saquear a las víctimas, Sundial no correría peligro ni el plan.
Claro que el cambio no agradó mucho al pegaso. Ahora se sentía bastante inútil. ¿Equipo Oculto? Antes la emboscada era muy difícil sin sus tácticas de distracción. Ahora, debido a que su reparación empezaba a ponerse un poco silbante, no podía seguir.
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Escapando Del Pasado. 23

Notapor Santiago Brony MLP » 11 Jul 2016, 00:25

Una bolsa de dinero se hallaba en el centro de un tronco cortado. Una gran cantidad de bits se hallaba dentro de ella, fruto de un victorioso asalto.
Sundial ya llevaba medio año con su problema pulmonar, pero ahora había vuelto a ser una pieza esencial en los asaltos. Su propia testarudez hizo que se negara a estar en un nivel tan pobre y, desesperado por volver a ser de mayor utilidad, encontró un medio natural para su problema. Literalmente natural. El pegaso se percató que una especie de plantitas, parecidas al césped pero algo pesadas de olor y de coloración algo rojiza, despedía, al contacto con la más mínima brasa, una gran cantidad de humo negro, apestoso y espeso que también, por el ardor que producía, obligaba a cerrar los ojos.
No fue difícil encontrar una hoja para cubrir un puñado de esas plantitas, formando una bolsita, y, poniendo el tallo de una planta en el pico de la bolsita, una especie de mecha.
Al poner una minúscula chispa en la mecha, Sundial sonrió al ver que la velocidad de inflamación era lo suficiente para poder calcular y lanzar la pequeña bomba. Cuando Sundial se alejó, pudo ver satisfecho como, al acabarse la mecha, salía a borbotones una inmensa cantidad de humo negro.
Sundial sonrió. Esos hierbajos se podían conseguir fácilmente. Los campos estaban llenos de ellos y en los mercados era normal verlos, pues cuando no los quemaban era una buena sazón para las sopas.
El día siguiente de descubrir su enfermedad, había ido con Rose al pueblo Calm pero, irónicamente, el tal Drink y su Secuaz Dirty habían vuelto a irse, y ni siquiera el borracho informante sabía el porqué.
En los siguientes seis meses Sundial se había esmerado en encontrar a esos escurridizos colegas de Rose y mejorar su puntería y pulso con las bombas.
Así es como ahora se encontraba recibiendo su parte del botín, que se encontraba en la bolsa en el centro de un árbol cortado.
Sundial y Rose ya habían empezado a hacerse muy cercanos. Más de una vez Sundial se había encontrado queriendo ya besar los labios de la unicornio, pero siempre alejaba las imágenes de su cabeza. “Muy pronto aún, ten paciencia” se decía.
Tal como esperaban, la estancia en las afueras Calm fue muy larga, pero ya los aldeanos empezaban a poner las cartas sobre la mesa y los bandidos sabían que pronto deberían partir. Justice ya había dado la fecha en que se irían, y no muchos estaban contentos de abandonar el lugar.
La noche antes de la partida, Sundial se las ingenió para tener un tiempo libre y citar a Rose a salir. La unicornio aceptó complacida y fueron a un lugar adentrado en el bosque. El pegaso había querido tomar del casco a la unicornio, pero el nerviosismo y la timidez siempre lo vencían, de modo que ni siquiera pudo darle el collarín de corazón por el que tantos bits sacrificó.
Esa cita solo hizo que Sundial se sintiera aún más tonto, pues solo volvió a intentar tomar el casco de la unicornio y fallar de nuevo, la misma historia con el collarín. Su actitud se había endurecido y su piel ya resistía más golpes sin sufrir daño por las intensas batallas territoriales, pero seguía sin poder tener los nervios de acero para una relación como lo tenía para los enfrentamientos.
Al finalizar la cita, el pegaso solo se despidió con un abrazo, mientras que Rose se despidió con otro beso en la mejilla de Sundial.
La noche pasó y el día de marcha ya había llegado. El grupo había partido hacia otro destino y, sin que casi nadie lo supiera, podía ser el último.
Sundial fue enviado a investigar, pero esa vez había habido un cambio un cambio de planes. Justice había ordenado, con voz clara y firme, que Sundial fuera acompañado por Rose.
El pegaso podría haber casi abrazado a sus amigos como darles una terrible reprimenda al enterarse que fueron ellos quienes convencieron Justice de cambiarlos por la unicornio. Sundial no tuvo otra opción que seguir las órdenes. Después de todo, Justice era el jefe y, aunque el pegaso no lo reconociera, lo veía como un padre.
Misfortune era el nombre del pueblo a donde tenían que ir. Ambos (pegaso y unicornio) entraron y empezaron a investigar.
Sundial pronto se dio cuenta que era bastante probable que Rose haya sido la espía del grupo, pero hace tiempo. La unicornio parecía interactuar bien en algunos aspectos, pero con otros se le veía algo confundida.
El pegaso pasó el resto del día aconsejando a Rose y ayudándola. Descubrieron que el pueblo era muy próspero por el hecho de que cerca suyo había una cueva con una cantidad inaudita de minerales y piedras preciosas. Los pobladores resistieron el impulso inicial de despojar la caverna de riquezas y ahora extraían los tesoros con regularidad y encargándose de no acabar demasiado pronto ese regalo de la naturaleza.
Sin embargo, muy pocos sabían de esto. Al ver solo los gobernantes de los pueblos vecinos y las mismas alicornios dueñas gobernantes de Equestria sabían eso. Pero la lengua de un ebrio habla de todo, y todos estos datos (junto a aproximadamente docena y media de anécdotas del pueblo) lo supieron en la taberna del pueblo.
Pero Sundial había querido indagar más, y así fue como descubrió que hace apenas unos meses había llegado al pueblo un sheriff retirado y su leal compañero. Drink Fat y Dirty Work.
Al oír esa última noticia, el pegaso volteó a ver a Rose, quien se había quedado algo pálida, pero ya había se veía signos de recuperarse:

-¿Dónde? ¿Dónde puedo encontrarlos?-exigió saber la unicornio.
-Puezz se ox…hozpedan en una taberna. No recuerdo el nonbrre.

Ni bien había terminado de decir esto el borracho cuando el encargado ya estaba interrumpiéndolo:

-¡Despistado! ¡Tonto de capirote! ¡Están es MI taberna! ¡Están es ESTA taberna!

Sundial estuvo a punto de reventar de risa por el cómico hecho de ver al tabernero gritándole y dándole un buen coscorrón al borracho, pero Rose se mantuvo firme y se dirigió al tebernero.

-¿En qué cuarto están? Necesito hablar con ellos.
-Señorita. Ellos expresaron abiertamente no querer que nadie los moleste.

La unicornio sacó una bolsa de dinero y extendió diez bits sobre la mesa:

-¿Con eso basta para cubrir las molestias?

El tabernero sonrió y, recogiendo el dinero, dijo:

-En el segundo piso, cuarto 3.

Sundial siguió a Rose hacia el lugar indicado. El pegaso sentía curiosidad por saber qué temas unían a Rose con Drink, pero al llegar a la puerta, Rose se dirigió a Sundial y dijo:

-Será mejor que no me sigas. Drink no te conoce y puede mantenerse reservado. Después que le hable de ti, te llamo si te da permiso para pasar.

Por un momento el Sundial pensó en rehusarse, pero el solo hecho de recordar que Rose a veces podía ser aún más testaruda que el pegaso mismo, aceptó.
Al acercarse a la puerta, la unicornio tocó la puerta a un ritmo que sin lugar a dudas era un código. Tres golpes seguidos, tres lentos, uno fuerte, dos seguidos y terminar con un ligero golpe.
Inmediatamente la puerta se abrió y un poni de tierra color gris en su pelaje y melena verde abrió la puerta. Al ver a Rose abrió la boca sorprendido, pero la unicornio habló rápido.

-Drink. Necesito hablar con él. ¿Dónde está, Dirty?

Dirty asintió y la invitó a pasar. El pegaso esperó por aproximadamente cinco minutos. No se escuchaba ni un ruido, cosa no muy tranquilizadora.
Finalmente Rose salió y, con una sonrisa, se dirigió a Sundial:

-Drink quiere verte. Puedes pasar.

Sundial entró en la habitación sin perder ni un segundo.
Drink Fat era, al ver, un unicornio naranja grisáceo con una melena roja a la que ya empezaban a notarse canas. Era algo gordo, pero se veía que aún tenía bastante fuerza. El pegaso entendió pronto que algo iba de pasar. Pero nunca supo que la futura sucesión de hechos cambiara su vida tan drásticamente.
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Escapando Del Pasado. 24

Notapor Santiago Brony MLP » 18 Jul 2016, 00:45

El antiguo comisario, Drink Fat, se dirigió a Sundial y extendió un casco, que Sundial selo pensó dos veces antes de estrecharlo. El unicornio rió y dijo:

-Rose me ha hablado de ti y de tus habilidades como espía y tu ingenio. Así que tengo un pequeño trato que proponerte. Calma, no afectará a tus colegas-explicó al ver que el pegaso azul iba a replicar.

Sundial exigió información sobre el trato. Y pronto se enteró de muchas cosas. Drink Fat contrataba bandidos y ladrones para que sea él mismo quien los atrapara. Obviamente, el ladrón se disfrazaba para parecer tener otro aspecto. Cuando el gordo unicornio lo atrapaba, o uno de sus aliados, se daba el crédito. Por las noches soltaba al bandido, quien unas semanas después se disfrazaba con diferentes características, y todo volvía a empezar. Pero cuando Drink veía que alguien sospechaba y que su farsa corría peligro, se iba del pueblo, con alguna heroica excusa, quedando en la memoria de los pobladores como un héroe.
Claro, Rose había sido una de los bandidos que tanto había usado Drink, y su recompensa era una buena suma de dinero cada semana y protección de la ley. Pero Sundial no sabía que elegir.
Él siempre había sido muy poco atraído en lo que a ese tipo de farsas se refiere. ¡Era tan fácil dar un paso en falso y ser descubierto! Sundial se dirigió a Rose:

-T-Tú…¿Aún trabajas para él?
-No, pero planeaba pedirle otra oportunidad. De hecho, fue en una de sus tantas fugas que le dejé de ver. Por eso lo buscaba tan desesperadamente.

En eso, Sundial no pudo evitar ver que Drink esbozaba una astuta sonrisa, tapada por su sombrero de comisario. Al pegaso eso le dio mala espina. Seguro que ese comisario tenía algo más planeado. ¡Y Rose no sospechaba nada!:

-V-Voy a pensarlo-dijo, ansioso por salir cuanto antes de allí.
-Bien, te esperaré, por si cambias de opinión-dijo el gordo unicornio.

Saliendo de la taberna, Sundial no perdió ni un instante y se dirigió a Rose:

-Todo esto suena como si Drink ocultara algo. Vi como sonreía mientras no lo veías. Por favor, ¡No aceptes trabajar con ese tipo!
-Sundial, conozco a Drink desde hace años. Él puede ser algo excéntrico, pero es buena gente, al menos con quienes lo apoyan. No me haría nada y, si yo confió en ti, tampoco te dañará.
-Aun así no me cae digno de confianza.
-Calma. Ya verás que es buena gente.

Sundial se dejó calmar por las palabras de Rose sonrió. Si la unicornio decía que Drink era buen poni, debía serlo. Después de todo, esa unicornio era el único ser en el mundo que Sundial decidiría desconfiar, así que solo sonrió.
Sin embargo, al día siguiente, cuando se escabulló para ir con Rose a hablar con Drink, le captó la atención la excesiva calma con que Rose se lo parecía llevar. Y más le alarmó el que el gordo comsario no pareciera tener su traje de comisario en buen estado. Si debía de hacer de comisario y atrapar a un par de bandidos, se dijo, ¿Por qué su traje de la ley estaba guardado en un carcomido baúl? Sundial ya empezaba a tener miedo, y cuando Drink le preguntó si iba a trabajar con él, el pegaso dijo:

-Este…antes quisiera ver cómo le va a Rose. Quiero asegurarme que sea lo más apto para mí.

El gordo unicornio le dijo que Rose empezaría al día siguiente y le deseó suerte a la unicornio. Al salir de la taberna y dirigirse al bosque, Sundial se dirigió a su compañera y le dijo todo lo que sospechaba:

-¡No es de fiar, Rose! ¡Algo no anda bien!
-¡Sundial, escucha, por favor!
-Escucha. No voy a arriesgar a quienes me han enseñado a sobrevivir. ¿Y si ese unicornio solo nos mantiene aquí hasta descubrir nuestro escondite?
-Te ruego que…
-¡Rose! No puede arriesgar a los demás. Piensa, yo te lo pido.

Ya habían llegado al bosque y estaban a punto llegar al claro cuando Sundial detectó un fuerte olor a quemado y notó un resplandor entre los árboles. ¡El bosque ardía!:

-¡Rose! ¡Parece venir del claro! ¡Debemos llegar rápido y ver si los demás están bien!

El pegaso estaba a punto de echarse a correr cuando sintió que algo le agarraba de todo su cuerpo y lo arrastraba hacia atrás. Al voltear, vio como Rose usaba su magia para detenerlo y le decía:

-No puedo dejarte hacerlo. Pudiste unirte a Drink, a mí, y capturar a todos. Ser famoso en el pueblo. Pero sospechaste, y acertadamente. Ahora, no puedes interponerte en los planes.
-¿Q-Qué? ¿Todo este tiempo, planeaste nuestra captura?
-Necesito dinero si quiero llegar a donde me esperan. No puedo pagar un maldito barco por estos puertos si no tengo suficientes bits para sobornar a los guardias, pagar mi comida, el transporte, y más. Pudiste estar conmigo.
-¡Tengo amigos aquí!-Sundial esperaba que, de un momento a otro, todo se difuminara, abriera los ojos, y descubriera que todo era un sueño, que nunca logó encontrar a ese Drink.
-¡Ellos también pudieron unirse una vez capturados!
-¡M-Me quisiste usar! ¿Verdad? ¿Cuánto tiempo que sabes que me atraes?
-Desde la primera vez que observé como me mirabas, en el tercer día. Convencí a Justice para que sea yo quien te enseñara, y otras cosas también.
-¡Quisiste usarme para tus planes traicioneros!-de los ojos de Sundial empezaban a brotar lágrimas.

Y Rose rió. Rió con crueldad y le dijo a quien estuvo a punto de ser su títere.

-Ingenuo. ¿Crees que todo es amar, y que el otro te corresponda? Si alguien te ama, lo usas, y listo. El amar es una debilidad, Pocas veces a quien usas te cae bien, como fue contigo. Me caíste bien, y te quise dar una oportunidad. Pero la rechazaste.

Desesperado, Sundial hizo un titánico esfuerzo por librarse de la magia de Rose, pero la unicornio perdió la paciencia y le asesto un golpe en la cabeza. Haciendo que el pegaso perdiera la consciencia.
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Escapando Del Pasado. 25

Notapor Santiago Brony MLP » 29 Jul 2016, 00:36

Un desmayado Sundial se encontraba flotando a la rivera de un río cuando despertó desorientado. Se levantó lentamente para darse cuenta de que su tórax estaba atado a una especia de lancha algo vieja, pues alguno que otro de sus maderos empezaba a pudrirse.
El pegaso sacó su cuchillo y rompió las cuerdas, fue entonces que, al extender sus alas, sintió un dolor agudo. Al fijarse en esas emplumadas extremidades, pudo ver que cada una tenía una herida producida por un cuchillo. Cada herida atravesaba de por completo el ala, sin tocar ninguna arteria. Sundial notó que el hueso radio de cada una de sus alas estaba herida, no tanto para ser grave, pero lo suficiente para impedirle volar. El pegaso debió de estar sedado para no sentir el dolor que eso debió producir:

-¡Maldita seas! ¡¡Rose, mil rayos te partan!! ¡¡¡Maldita seas!!!

El pegaso se desplomó de nuevo sobre la lancha y soltó algún que otro gimoteo, pero no lloró. Tras esa traición, repentinamente, su corazón parecía ya no querer recibir ningún sentimiento más. Era como si un medio de defensa se hubiera erguido. Había recibido un enorme daño, un corazón roto de una manera brutal, y ahora se aislaba para no recibir más daño. Y funcionaba. Su tristeza desapareció.
Sundial se levantó y miró a su alrededor para orientarse. Estaba flotando en un río con una corriente suave. Al fijarse notó que debía ser bastante profundo, pues no podía ver el fondo, y eso que el agua solo estaba un poco turbia.
El pegaso sabía nadar muy bien, pero desde su enfermedad nunca se había atrevido a intentar aguantar la respiración. Sin muchos motivos para arriesgar su vida al azar “Puedo nadar”, “No puedo nadar”, decidió usar sus cascos como remos, aunque fuera más tardado.
El agua estaba helada y amenazaba con entumecerle los miembros al simple contacto, pero Sundial ignoró el frío y siguió desplazando la barca. En eso, un movimiento entre unos árboles cercanos lo alertó. De un rápido movimiento sacó su cuchillo y se puso en guardia.
El movimiento se incrementó hasta que de las hojas salió Metal Claw, un grifo cuya garra izquierda le había dado su seudónimo, pues se la habían amputado y reemplazado con una prótesis hecha de metal, y estaba tan bien hecha y puesta que parecía que el grifo hubiera nacido con esa garra metálica.
Al ver al pegaso, extendió sus alas y pescó al azulado poni en pleno vuelo:

-Puedo ver, por las heridas en tus alas, que necesitabas ayuda aérea.
-Gracias, colega. ¿Lograste escapar del ataque?
-Sí. Si supieras como te buscamos a ti y a Rose. Por suerte esos malditos guardias no tenían idea de nuestras habilidades. Ellos sufrieron muchas muertes. Nosotros, como mínimo, algún que otro inconsciente y unas dos muertes inevitables, pero ¿Cómo supiste del ataque?
-Créeme si te digo que, si interrogaran a Rose y ella respondiera con honestidad, les diría no solo como nos descubrieron, sino como estuvo a punto de deshacerse de mí.
-Espera. ¿Rose era la traidora todo este tiempo?
-Mejor lo explicaré cuando lleguemos a donde me estás llevando. Supongo que todos están reunidos y escondidos.
-Sí. Todos excepto tú, Rose ya ni hablar, y…-la última palabra la dijo con la voz baja.
-¿Quién?
-Justice…el murió en combate. Se negó a huir y dijo que retrasaría a los atacantes para que nosotros pudiéramos escapar.

Una vez más, un frío puñal de angustia volvió a clavarse en el pecho de Sundial, tan brutalmente que atravesó el blindaje de indiferencia de su ya malherido corazón, y lo lastimó aún más. Justice, jefe de los bandidos, no era ni muy viejo ni muy joven. No pasaría la treintena y había quienes eran mayores que ese unicornio, pero solo Justice no temía verdadera madera de líder para dar las órdenes correctas y justas.
El azulado pegaso no dijo nada, pues toda palabra haría sido inoportuna en un momento como ese. Tras un incómodo silencio, dijo:

-Tenemos que avisarles a los demás sobre Rose, probablemente esa unicornio haya querido deshacerse de mí para engatusar a los demás.
-Como digas, colega. Vamos volando (literalmente)

El grifo llevó a Sundial a donde los sobrevivientes estaban reunidos. Al llegas, lo primero que Sundial hizo fue buscar a sus amigos, quienes se alegraron de verlo sano y salvo. Tras el feliz reencuentro, Metal Claw preguntó si Rose estaba allí. Ninguno dijo haberla visto, y tampoco había aparecido en las cercanías. Metal Claw, aliviado, informó que Sundial tenía algo que informarles. Algo muy importante.

El pegaso azul se sentó y, cuando todos sus colegas se reunieron a su alrededor, habló:

-Han sido atacados por soldados, si es verdad lo que Metal Claw me contó. Hubiera querido estar junto a ustedes y combatir, pero tuve la desdicha de estar lejos de ustedes cuando eso pasó. Pero, no hay mal que por bien no venga. El que está moviendo los hilos tras todo esto es un unicornio llamado Drink Fat, y su colega, Dirty Work. ¿Cómo sé esto? Por el hecho de que el topo que ellos tenían para espiarnos me lo contó todo en un exceso de confianza. Ese topo, quiero que todos lo sepan y se pongan alerta, pues es, nadie más y nadie menos, que Rose, el casco derecho de nuestro difunto jefe.
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Escapando Del Pasado. 26

Notapor Santiago Brony MLP » 31 Jul 2016, 01:32

Exclamaciones de asombro se levantaron por toda la muchedumbre. Muchos se encontraban indignados, otros confusos, unos pocos escépticos. Entonces empezaron las preguntas:

-¿Cómo sabes eso?
-¿Cómo saber si es verdad?
-¿Y Justice nunca sospechó de ella?
-¿Cómo la haremos pagar?
-¿Dónde está en este momento?

Sundial ordenó que se calmaran y, cuando el barullo se desvaneció (lo que tomó un buen tiempo) el pegaso decidió empezar a explicar y contar todo con más calma.
Habló y contó sobre el pedido de Rose de buscar a Drink y Dirty (omitió las partes sobre sus sentimientos hacia ella) y sobre las citas que tuvo con la unicornio. Habló de cómo y donde encontraron a Drink Fatt y a ese tal Dirty Work, de la mala espina que esos personajes le dieron al azulado pegaso, y del ataque a traición de Rose.
Los bandidos escucharon la historia y, con alguno que otra colaboración de algunos oyentes, que contaron que Rose ya había mencionado esos nombres antes, o que Rose ya había pedido eso antes (colaboración dada por los antiguos espías del grupo).
Finalmente todos acabaron aceptando la triste verdad de que Rose era quien todo ese tiempo planeaba traicionarlos. Savage y Thief se abstuvieron de decir nada. Se imaginaban, muy acertadamente, que el pegaso pasó por una etapa muy dura al tener que contar todo.
Cuando nadie tuvo preguntas sin contestar, se extendió una gran duda sobre todos. ¿Quién iba a ser el jefe ahora?
Era algo realmente difícil escoger un jefe en esas circunstancias en que Rose no estaba allí.
Sundial era el segundo más cercano a Justice, pero no tenía madera de líder, y su enfermedad empeoraba su caso
Lo mismo con Smith, el herrero que tenía la misma enfermedad que el pegaso azul.
Thief podía ser ágil, pero solo eso, le faltaba fortaleza física.
Savage era muy fuerte, pero a veces ni siquiera él mismo controlaba su fuerza, haciéndolo inestable.
Loosens Tonger solo tenía su elocuencia y su gran talento para hacer hablar a los más callados.
Long Arm tenía una obsesión con su lanza desde que la misma le salvó la vida en una guerra, en la que solo tenía esa lanza y una armadura de segunda como equipamiento.
Intesive Care solo tenía dones sanadores y no podía proteger más que curándolos después de luchar.
Night era nocturno, lo que hacía que no se pudiera contar con su apoyo en la mayoría de los momentos en que sea necesario.
Metal Claw no tenía mucha paciencia y a veces podía llegar a tener un temperamento insoportable.
Fierce Onslaught era un búfalo y, por ende, muy brusco y salvaje.
Fire Wings era algo paranoica desde que su alumna la atacó a traición, causando la pérdida de su ojo derecho.
Bestial Force podía tener un temperamento controlado y frialdad de acero, pero seguía siendo un búfalo, y también tenía sus arranques de ira.
Born Fighter no era de muchas palabras que se diga y, además, sus consejos podían bien ser fácilmente erróneos.
Penetrating Vision también era un poni nocturno.
Los hermanos Earthquake y Blast eran inseparables y, además, no se tomaban las cosas en serio.
Tricky Ambush tenía la desagradable tendencia a hacer bromas pesadas.
Quicksand, no iba muy higiénico que se diga.
Definitivamente, estaban en un buen lío. Y lo peor de todo era que ahora estaban más necesitados de autoridad que nunca, pues se encontraban en una situación terrible. Sin orientación, con soldados buscándolos y una astuta unicornio ayudando a sus perseguidores.
Los bandidos ahora estaban completamente a merced de sus enemigos, y solo tenían un pensamiento en común. Sobrevivir, sin importar el qué.
Ninguno quería tener la responsabilidad de que las cosas acaben mal siendo el líder. Nadie quería eso, y tampoco eran aptos.
Finalmente, Born Fighter exclamó:

-¡Necesitamos a un líder! ¿Qué es lo que necesita un líder? Coraje, que pueda proteger a los demás, paciencia, amabilidad frente a sus subordinados, frialdad frente a sus enemigos. Si ninguno de nosotros tiene todas las cualidades, pues hagamos un triunvirato, o más personas, si es necesario.

Ni siquiera Sundial se salvó de querer darse una enorme palmada en la frente por no haber pensado eso antes. Al final se decidieron por cuatro representantes para el liderazgo.
Metal Claw tenía poca paciencia, pero tenía una gran inteligencia y daba buenos consejos, excepto en momentos de furor.
Unerring Aim había estado también en guerras, pero era mejor pedirle consejos que solo un veterano te puede dar a él que a Long Arm, pues este último le tenía más aprecio a su lanza que a algunos de sus colegas.
Si bien Loosens Tongues no es bueno en campo de batalla, su elocuencia podía calmar a todo el grupo en cuestión de segundos incluso en momentos que todo parecía perdido.
Y, al último de todo, Sundial. Por raro que parezca, el pegaso azulado podía hasta dar la vida por sus amigos, cosa que había hecho Justice había hecho, convirtiéndolo en un ejemplo a seguir.
Los representantes de liderazgo estaban ya elegidos (por votación), ahora solo faltaba ver, con la experiencia, si era eficaz.
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Escapando Del Pasado. 27

Notapor Santiago Brony MLP » 04 Ago 2016, 01:22

Unerring Aim, al tener experiencia en batalla, dio el buen consejo que los más inexpertos en el campo de batalla tuvieran armas más fáciles de manejar y, además, explicó cómo hacer pinturas de camuflaje usando flores trituradas y otros materiales.
Metal Claw explicó que, teniendo en cuenta que a Sundial lo encontró en el río, probablemente sus perseguidores estaban cerca del mismo, de modo que lo mejor por ese momento era encontrar un refugio más profundamente en el bosque que tenían a sus espaldas.
Sundial dijo que sería él quien se encargaría de que nadie los siguiera o amenazara quedándose un poco atrás para asegurarse de que, además, no dejaran muchos rastros delatores.
Loosens Tongue, bueno, no había gran emergencia de calmarlos, así que esa vez se quedó con la boca bien cerrada.
Los bandoleros se adentraron en el bosque con Sundial vigilando la retaguardia, quien no perdía la oportunidad de recoger algún que otra zarza espinosa con motivos secretos, pero que revelaría más adelante.
Cuando estaban a punto de ponerse a salvo del todo, el pegaso atisbó unas figuras moviéndose en una de las orillas del río cercano.
Inmediatamente y con la velocidad de un rayo, sacó una bolsa con hierbajos. Lo prendió con un pequeño encendedor que compró en un pueblo y lo lanzó tan lejos como pudo. Se oyó un pequeño sonido seseante, seguido de una explosión de humo.
Esa explosión llamó rápidamente la atención de los perseguidores y sirvió de alerta a los bandidos para hacerles saber que sus perseguidores estaban a punto de alcanzarlos.
La mayoría ya llevaba puestos pinturas de camuflaje, de modo que se echaron en la tierra y se quedaron quietos, excepto Sundial y el resto de los líderes, quienes eran los únicos sin camuflaje.
Metal Claw preparó su rígida garra de metal, cuyos rígidos dedos estaban en una posición apta para rasguñar, tal como había elegido el brutal grifo.
Unerring Aim empuñó con firmeza su arco y. poniéndose tras unos árboles, alistó una flecha de su carcaj.
Lossens Tongues, bueno, tomó una simple hacha de leñador que llevaba como defensa.
Sundial sacó un cuchillo arrojadizo y, con otro casco, empuñó su puñal de batalla. Además, sacó otras cuatro bombas de humo y le dio una a cada líder, quedándose con una para él.
Los perseguidores se dirigieron hacia la columna de humo, que ya empezaba a disiparse. Eran cuatro soldados. Tres unicornios y un poni de tierra.
Al ver que aparentaba ser solo un simple grupo de búsqueda, Loosens bajó su hacha, pensando que no era necesario acabarlos, pero Unerring lanzó un certero disparo a la pierna del unicornio más cercano, quien cayó y quedó bajo los efectos paralizantes del néctar de celidonia mayor que impregnaba su punta.
Al ver que uno de sus compañeros era atacado, otro de los unicornio intentó usar su magia, pero antes que pudiera teletransportarse o erguir un campo de fuerza a su alrededor, Metal Claw alzó el vuelo y lo atrapó, arrastrándolo y dejándolo inconsciente.
El unicornio y el poni de tierra quedaron paralizados por el sorpresivo ataque, cosa que Sundial aprovechó para tomar al unicornio sobrante y ponerle en la boca un pañuelo impregnado con bufera molida, una planta sedante de gran eficacia.
Solo quedó el de tierra, quien, al ver que un grifo con una amenazante garra metálica se le acercaba y otros tres ponis armados parecían escoltarlo, soltó su lanza en señal de rendición.
Tras un breve interrogatorio, los cuatro líderes supieron que Rose ya no se encontraba entre los perseguidores, pues su parte del trato ya se había hecho. No descubrieron sobre qué era el trato, pues ni el propio guardia estaba informado muy bien.
También les informó que Drink empezaba a creer que los mismos bandidos habían escapado, y que ahora iba a anunciar su triunfo en el pueblo bajo el engaño de que los bandidos habían muerto ahogados en el río por una trampa del mismo gordo unicornio.
Tras hacerle prometer (bajo amenazas de muerte) de no decir a nadie que seguían vivos, los cuatro líderes volvieron con el grupo escondido para informarles de lo que habían descubierto.
Una vez que los bandidos se enteraron de todo, se plantearon el dilema de si, aprovechando que Drink es un borracho (Sundial había descubierto eso) después de su celebración esperar a que cayera ebrio para matarlo, o huir y apuntar a ese gordo unicornio en su lista negra junto a la traicionera Rose.
La segunda decisión se decidió tras considerar que, por haber sido descubiertos hace muy poco, aún habría dudas de si habían realmente huido y, por lo tanto, fácilmente podían identificarlos
Los bandidos se prepararon, sin embargo, para una pequeña aguada de fiesta a ese infeliz borracho.
Por la noche, cuando Drink decía haber derrotado y haber hecho huir a esos bandidos, Unerring, como pegaso que era, voló y se ocultó entra las oscuras nubes.
Apuntó a la parte más alta de la estatua de Celestia junto a la que estaba Drink, y disparó una flecha. Inmediatamente después, se esfumó a toda velocidad y se reunió con los bandoleros, que ya estaban alejándose del pueblo.
Frente a la sorpresa de todos los pobladores, la flecha se clavó en plena entre frente de la estatua. De la punta del proyectil se veía una nota, que el mismo alcalde leyó una vez le alcanzaron ese papel escrito.

-“No crean que yacemos con los peces en el río. Drink, si lees esto, estate alerta. Estos bandoleros te tienen en su lista negra.

Atentamente:
Unerring Aim”
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Escapando Del Pasado. 28

Notapor Santiago Brony MLP » 08 Ago 2016, 01:36

El grupo de ladrones se adentró en lo más profundo del bosque. Sus cuatro líderes los encabezaban y ya desde una semana que tenían que buscar nuevos pueblos, pues sin Justice, quien se conocía casi toda Equestria como la palma de su casco, estaban casi perdidos.
Por suerte para ellos, aún tenían la posibilidad de volver a alguno de los pueblos anteriores, tal como a veces lo había hecho Justice. Los bandidos decidieron que, en el próximo pueblo que encontraran, deberían pedir un mapa de Equestria.
Después de otro par de días (tuvieron que racionar muy cuidadosamente la comida) encontraron un pueblo que, si bien Sundial y otro novato (Black Spell, experto en voodoo y magia negra) no reconocieron, quienes llevaban más de 5 años en el grupo,( pues no tenían destino, sino que el grupo era su hogar) lograron hasta recordar el nombre. Honest Thief.
El nombre confundió un poco al pegaso azulino, pues literalmente significaba “El Ladrón Honrado” en lengua inglesa. Ese nombre se contradecía a sí mismo. ¿Cómo iba a ser honrado un ladrón?
Savage le explicó que el pueblo llevaba ese nombre debido a que un emperador resultó ser un ladrón que, tras haberse redimido y trabajado para compensar con creces sus actos incorrectos, llegó a gobernador de ese pueblo y relató su historia, dando una lección de que todos pueden ser buenas personas, que nunca es demasiado tarde.
Ese pueblo acogía con gran amabilidad a todos los visitantes, y la seguridad era ni muy baja ni muy rigurosa.
Sundial preguntó si alguno era voluntario para ir a reconocer el terreno o iba él mismo. Debido a que en ese momento muchos seguían sintiéndose inseguros, tuvo que ir solo el pegaso azul.
Apenas entró al pueblo se encontró con que nadie parecía tomarle mucha importancia al hecho de que un desconocido con capuchón (Sundial había decidido tomar ese riesgo para ver si era cierto lo que le contaron) entraba al pueblo. Si bien el recibimiento cálido y agradable ya no estaba presente, tampoco es que lo estuvieran señalando y sospechando de él.
Sundial exploró el pueblo, en la biblioteca leyó sobre sus leyes y un poco sobre su historia. También se encargó de descubrir cuantos bares había en el pueblo.
Al anochecer, el pegaso azul se encargó de encontrar a quien se veía más emocionado en tomarse más copas de lo que el hígado soportaba y hacerle cantar todos los hechos que sabía (y con detalles que no siempre aparecían en los libros).
Ya en poco tiempo había encontrado a un pegaso mayor que no parecía querer beber nada que no contuviera alcohol.
Tras ofrecerle otras tres copas, el borracho ya estaba soltando anécdotas de los gobernantes, hechos históricos que había leído de libros únicos y hasta alcanzó a mencionar el relato de las dos hermanas (historia de las gobernantes de toda Equestria, Luna y Celestia).
Pudo saber, de este modo, como era que a los pocos ladrones que habían entrado allí, solo les habían hecho devolver las cosas y luego dejarlos en paz. Ni siquiera se molestaban si es unicornio que les robó una lámpara o el poni de tierra que les despojó de una buena cantidad de bits seguía viviendo en ese pueblo. Lo dejaban en paz y, si lo pillaban robando de nuevo, volvían a quitarle las cosas y a dejarlo en paz.
Sundial le pagó al mesero toda la ronda del borracho, que ya se había quedado dormido. Entonces, por un momento, tuvo el impulso de pedir limonada o alguna bebida refrescante, pero no pudo evitar recordar la traición de Rose, la muerte de Justice, como el grupo estaba inseguro.
El pegaso entonces pidió una sidra, pero sin alcohol, solo para “saber cómo era su sabor”.
Con solo una probada Sundial sintió el amargo sabor que, si bien le desagradó en parte, a la vez hizo notó que le agradaba por cierta intensidad en ese mismo amargo. Era una experiencia confusa.
Al terminar la sidra, el pegaso, por un momento, se vio tentado a experimentar el sabor de la sidra con alcohol, pero casi inmediatamente alejó esa idea de su mente. No iba a empezar a beber esa porquería alcohólica. Ni pensarlo.
De frente pagó la sidra y se prometió no volver a tomar nada relacionado a la sidra.
Al salir del bar, lo primero que hizo fue encargarse de que nadie lo siguiera. Por alguna razón sentía un miedo terrible a que alguien estuviera espiándolo, esperando para matarlo, apuñalarlo por la espalda, y eso que hace solo poco más de una semana que Rose los había traicionado y ya empezaba a sentirse paranoico.
Sundial no pudo evitar la tensión que sentía por pensar que alguien podía fácilmente estar espiándolo y corrió tan rápido como pudo hasta que, al llegar a la plaza del pueblo, una repentina falta de aire lo obligó a parar, recordándole que ya no era un pegaso sano y libre de enfermedades, sino que ahora debía cuidarse, o podía morir por falta de oxígeno.
Tras respirar hondamente, siguió su camino hasta llegar al lugar donde sus colegas lo esperaban.
Sundial les contó todo lo que había descubierto. Dijo que, si bien había oído hablar de robos menores, ese también parecía un pueblo que se había librado de atracos importantes.
Los líderes, obviamente, debían guiar al grupo. Tal como una vez dijo Justice, no estaba seguro de lo que pasaría si, a un pueblo que no conocía delitos importantes, se encontrara con un grupo de terribles bandidos.
Los cuatro representantes de la autoridad del grupo estaban indecisos, pues ya era hora de conseguir bienes a base de robos, pues era el primer pueblo que encontraban en casi una semana entera de tener que administrar y repartir los recursos en varias personas.
Finalmente, Unerring Aim decidió tras mucho discutir con los otros tres.

-Si vamos a arriesgarnos, hagámoslo por un buen motivo, no porque simplemente nuestras reservan solo bastan para otros tres días. Vamos a poner este pueblo a prueba. Sé que suena como si vayamos a usarlo y experimentar, y eso haremos. A Justice no le habría agradado, pero él era demasiado noble. Hemos visto la peor faceta del engaño, la traición, en su propio casco derecho, Rose. Ya no tenemos mucha moralidad que perder. Mañana mismo, veremos si el pueblo es apto para ser asaltado.
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Escapando Del Pasado. 29

Notapor Santiago Brony MLP » 15 Ago 2016, 01:41

El grupo que se encargaría de alborotar al pueblo y ver que tanto y cómo afectaría al pueblo una dosis “Aceptable” de robo sería liderado por el “Jefe” Sundial, pues tenía bastante experiencia y era un pegaso que sabía pasar desapercibido cuando quería.
Los integrantes del grupo, además del líder, eran:

Thief Silence
Born Fighter (era uno de los menos extravagantes)
Tricky Ambush (su único defecto eran las bromas pesadas)
Los hermanos Earthquake y Blast fácilmente podían hacerse pasar como unos comediantes de poca mota.

El grupo entero fácilmente podía pasar por un grupo de viajeros ocurrentes y algo “diferentes” a los demás. Pero eso sí, de atracar y robar, no eran un mal grupo.
El objetivo era investigar en el pueblo alguna persona o poni conocido a quien se le pudiera hurtar algo no extremadamente valioso, pero que sí cuidara con esmero. Una vez logrado esto, robar eso tan valioso que guardara ese poni y ver la magnitud del efecto en el pueblo.
El plan era, ciertamente, muy básico, pero no tenían un gran planificador si se contaba con que el único estratega allí era Unerring, quien no se destacaba por sus planes.
Al llegar al pueblo, Sundial dio la siguiente orden en voz baja:

-Sepárense. Busquen a “ese” que necesitamos, investiguen y, cuando la torre del reloj dé las cinco campanadas de la tarde, vuelvan a este mismo lugar e intercambiaremos información para ver quien de todos los que investigamos es el más adecuado.

Los integrantes del grupo se separaron y buscaron.
Born Fighter decidió que lo mejor era buscar información en el centro de la ciudad.
Thief, siguiendo el consejo de Sundial, decidió investigar en boca de algún poni que tuviera la lengua algo larga.
Tricky Ambush decidió que lo mejor que podía hacer era, simple y llanamente, buscar y hacerse con la confianza de algunos ponis “no muy decentes” en los barrios oscuros.
Los hermanos Unmatched (Earthquake y Blast) se propusieron a investigar en algunas tiendas fingiendo preguntar por cosas aleatorias.
Sundial decidió seguir su propio método y, después de hacerse con la confianza de algún que otro tabernero, se fijó que había otros borrachos que no solo aparecían en las noches.
Esa iba a ser una valiosa fuente de información.
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Escapando Del Pasado. 30

Notapor Santiago Brony MLP » 22 Ago 2016, 00:43

Las horas pasaron y el grupo se reencontró puntual en el lugar de reunión. Cada uno tenía muchas cosas que contar.
Born Fighter explicó que se había enterado de un poni que guardaba en su casa, en el sótano, una vieja corona que había pertenecido a un rey antiguo. El poni había sido el más fiel consejero de ese rey, que había fallecido hace catorce años, y que el sótano le parecía el lugar más seguro, pues el lugar estaba cerrado con una llave de la cual el poni nunca se separaba y la llevaba atada al cuello con una resistente cadena.
Thief había descubierto lo mismo que Born Fighter, así que no dijo nada bueno, excepto que se había gastado unos bits en comprar alguna que otra frutilla.
Tricky Ambush habló que el mismo alcalde del pueblo (era curioso como los ponis del lugar llamaban por igual gobernante o alcalde, a pesar de ser diferentes cargos) tenía bajo llave y bien custodiada los tesoros del primer emperador (otro sobrenombre que se escuchaba muy a menudo) y fundador de la ciudad. Parecían tener una especie de hechizo, pues ni siquiera las estatuas de madera mostraban signos de corrosión.
Los hermanos Unmatched…no descubrieron nada, pues no pasaban de la primera pregunta cuando ya estaban contando chistes de pacotilla al tendero.
Sundial, irónicamente, no descubrió otra cosa que lo dicho ya por Born.
Los espías se tomaron su tiempo para pensar.
Había quienes creían que lo mejor era tomar parte de las riquezas del primer gobernante.
Otros opinaban que tomar bien podía ser poco, considerando la cantidad de oro que debía haber allí. Ellos preferían quitarle al antiguo consejero la corona, después de todo, robarle oro a un banco era menos grave que quitarle su mayor tesoro a alguien.
Casi la mitad estaa entre una y otra cosa. Born y Thief estaban del lado de robarle al antiguo consejero, y Tricky y los hermanos decidían que lo mejor era robarle una parte de las riquezas al alcalde.
Sundial no tomaba ni uno ni otro partido. Era el jefe y debía tomar la decisión que más los beneficiara, no una al azar por simple desafío entre grupos.
El pegaso azulino estaba intentando meditar para poder concentrarse en las desventajas y riesgos de cada robo. Pero la discusión era lo suficientemente ruidosa como para desconcentrarlo.

-Cállense…-murmuró, intentando no desesperarse.


Su pedido fue desoído por sus colegas, así que repitió la orden algo más fuerte. Al no recibir otra cosa que barullo como respuesta, gritó imperativamente:

-¡Silencio!

Ni había terminado de decirlo y ya reinaba la calma en el grupo.
El pegaso azulino suspiró aliviado y empezó a hablar:

-Recordemos que, antes que nada, solo vamos a ver cómo será la reacción de la gente. Después vamos a devolver lo que robemos, pues llevar cosas así no es lo nuestro. Solo robamos lo que necesitamos, y no cosas como reliquias.
Debemos robar algo que no solo podamos devolver fácilmente y sin levantar sospechas, sino que, a la vez, el simple hecho de oír eso movilice a los ponis.
El plan de robar las riquezas puede que movilice a los ponis, pero estará demasiado protegido y debemos tener en cuenta que parece que el alcalde lo trata de mantener en secreto. Además, debemos tener en cuenta de que, tal como ya se mencionó, es poco probable que llevarse solo un poco marque la diferencia, pues probablemente haya una gran cantidad de riquezas.
En lo que a robar la antigua corona se refiere…
Oí que mucha gente habla de ella. Es sabido de que alguien la tiene. Robarla será fácil, si el antiguo consejero se despierta callarlo o dormirlo no dará ninguna dificultad, y será fácil devolverla. No estoy del lado de ningún grupo, pero es la mejor opción. Espero entiendan.

Ninguno reclamó, alguno que otro frunció un poco el ceño, pero nadie se quejó. La verdad era, y todos pensaban y sentían lo mismo, que desde la traición de Rose y la muerte de Justice, Sundial actuaba raro.
Se le veía más amargado, más propenso a actuar imperativa o bruscamente.
No era ya como muchos lo conocían.
Ahora se notaba más amargado.
Más frívolo.
Más…desconfiado…casi antipático.
No cabía duda de que un choque como el que acababa de sufrir el pegaso (un corazón roto de una de las peores maneras y la muerte de un ser querido) cambiaba a cualquiera, pero el cambio de Sundial no solo incomodaba a los de su alrededor, sino que, cuando ordenó silencio, la sola expresión de su rostro y el brillo oscuro de sus ojos había enmudecido a todos.
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Escapando Del Pasado. 31

Notapor Santiago Brony MLP » 29 Ago 2016, 01:36

La noche ya había caído totalmente sobre el pueblo, y hace poco menos de media hora ya que los bandidos habían decidido robar un valioso objeto a un antiguo consejero de uno de los primeros gobernantes.
Born Fighter sabía con exactitud donde era la casa y, por seguridad, había arcado el marco de puerta con un símbolo que solo él sabía cómo lucía
El grupo siguió al luchador hasta la casa y el forzudo peleador revisó el marco hasta encontrar la marca.
Tricky iluminó la zona con su cuerno, para que Born Fighter pudiera ver con claridad y asegurarse si era la marca que buscaba.
Sundial pudo ver la marca también. Una forma triangular, a su izquierda un círculo. Todo eso encerrado en un rectángulo.
Born Figher explicó que ése era el símbolo de un difunto mercenario. Alguien fuerte, algo colérico, y que fue su padre.
Sundial rechazó la idea de romper la cerradura, y decidió usar una ganzúa. Aunque un poco más tardado, era más silencioso.
Tras abrir la puerta despacio, Sundial ordenó, mediante señas, que se aseguraran que el inquilino de la morada no los estorbaría. Los hermanos Unmatched se encargaron de eso. Se acercaron a donde se encontraba el consejero y, viendo que estaba dormido, le pusieron lentamente un trapo con cloroformo frente a sus fosas nasales, para que su sueño sea aún más profundo. Ahora, con el dueño de la casa fuera del camino, solo tuvieron que tomar la llave.
La casa no era muy extensa, pero no se debían (ni se atrevían) a generar luz alguna, por temor a que los pillaran y el plan se estropeara.
Tricky Ambush fue quien encontró la puerta al sótano. Intentó levantarla, pero ¡Demonios cómo pesaba! Fue necesario que Sundial y el más fuerte de los Unmatched, Earthquake, lo levantaran juntos. Y sí que fue necesario.
Al entrar al sótano e iluminar la zona con la magia de Tricky, notaron que la “puerta” al sótano no era otra cosa que una pesada losa de mármol. Para que tuviera ese peso, el unicornio dueño de la morada debió de usar algún hechizo. Así, ni siquiera dos ponis solos lo habrían podido levantar lo suficiente, y qué hablar si el ladrón estaba solo. Se notaba que ya no era un pueblo muy calmadito.
El grupo se fijó de que en el interior el sótano había una gran cantidad de cajas y baúles, además de una infinidad de anaqueles y estantes vacíos o con más baúles o cajas.
Los bandidos empezaron a buscar la tan hablada corona, pero no fue fácil. Buscar esa corono supuso rebuscar en todas las cajas que se encontraran, pues uno nunca sabe dónde lo puede poner un consejero. Esos eran estos, y los ponían en un lugar seguro y camuflado. ¡Por algo ponían su inteligencia al servicio del rey!
El grupo se vio obligado a dividirse. Tanto era su afán en buscar la corona que perdieron la noción del tiempo.
En medio del ajetreo se pudo oír la voz de Thief:

-¡La encontré!

Todo el grupo se reunió alrededor de una de las cajas y el poni de tierra sacó la corona.
Era en verdad increíble. De oro puro macizo, con gran variedad de piedras preciosas alrededor de la base y una enorme perla en su punto más alto.
Sundial guardó él mismo la corona en una bolsa de tela. La verdad era que temía que algún otro la perdiera. Prefería llevarla él mismo.
Tan pronto salieron se dieron una enorme sorpresa. Ya estaba amaneciendo, y el dueño de casa parecía ya no estar bajo los efectos del cloroformo, pues el sonido de la trampilla al levantarse casi lo despertó.
Los bandidos no vieron mejor opción que confiar en que Tricky lograra transportarlos a algún otro lugar. Si antes no confiaban mucho en él, pues antes ya se había aparecido en lugares que nunca quería, ahora era todo menos esa casa.
El unicornio hizo lo pedido y transportó como pudo a todo el grupo, pero…
Se habían transportado precisamente sobre un local de verduras ya abierto, y el techo no era lo más resistente que se dijera. Inmediatamente cayeron tumbando el puesto. Se levantaron y corrieron ignorando las amenazas de la vendedora.
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Escapando Del Pasado. 32

Notapor Santiago Brony MLP » 05 Sep 2016, 00:31

En medio del desorden que se había generado, los bandidos escaparon intentando que no se note que llevaban algo valioso dentro del saco que sostenían.
Aun no se mantenían fuera del alcance de miradas curiosas cuando, al pasar por la casa que habían robado, oyeron gritos de desesperación. Sin duda ya se había dado cuenta de que no tenía la llave (en la desesperación olvidaron ponerlo en su lugar) o hasta ya saber del robo de la corona.
Sundial y el grupo lograron esconderse en un callejón antes de que el poni saliera (unicornio pelaje crema y crin azul, cutie mark de un libro abierto y se notaba realmente desaliñado) y empezara a gritar “¡Han robado la corona!”
El grupo se vio obligado a esconderse por más de una hora en el callejón, simulando ser unos borrachos, y esconder el saco con la corona entre las bolsas de basura que había allí.
Después de un largo tiempo la muchedumbre se calmó y decidió que, en vez de intentar casi entrar a la fuerza a las casas para buscar lo robado, mejor no dejara salir a nadie del pueblo hasta que se descubra al ladrón.
Esto fue como un piedrazo en la cabeza para el grupo de bandidos, pues imaginaron que ahora sí estaban atrapados y que tarde o temprano terminarían por investigarlos y, entonces, descubrirían la corona.
Sundial tuvo que pensar rápido. Era el líder de la expedición y no podía caer en la desesperación. Debía mantenerse con la cabeza fría y pensar con claridad. Como tomara alguna opción errónea, todo su grupo perdería la fe en él.
Sundial no debía perder el tiempo. Si tardaban mucho, podían preocuparse y mandar a buscarlos, y el pegaso no solo arriesgaría a otros, sino que sentiría un gran malestar en su orgullo propio.
El poni alado empezó a calibrar todas las posibilidades y salidas que habían. Si bien intentaban salir por la noche, era poco probable que los descubrieran, pero en caso de hacerlo serían sospechosos potenciales.
Si intentaban buscar una excusa, las probabilidades de que les creyeran estaban cincuenta/cincuenta, pero en caso de que la excusa sea buena no levantarían muchas sospechas. Además, bastaba que solo saliera uno de ellos sin la corona y que, por la noche, alguien la pasara el botín.
El caso era que ya tenían muy claro una cosa. Y es que aparte de la corona y las riquezas, ni parecía haber gran cosa, pero eran buenos botines, y debían mantener a la corona fuera del pueblo para que no pudieran encontrarla y, así, saber cómo reaccionaban ante lo que parecía una pérdida permanente e irreparable.
La salida más desesperada que tenía era el salir a la fuerza. Garantizaba que saliera con rapidez, pero era muy probable que los buscaran en todos los alrededores. Y caramente el grupo no iba a poder volver a entrar a la ciudad.
Otro recurso no garantizaba su salida, pero sí salvación, y era devolver la corona por la noche. Así la cosa se calmaría y podrían salir y simplemente buscar otro pueblo.
Pero, a pesar de todo, Sundial debía reconocer algo. Ese era la peor expedición que había hecho, y estaba pensando en planes desesperados para poder salir de esa situación tan comprometedora.
El pegaso azulado pensó, pidiendo silencio de vez en cuando, cada vez que alguien de su grupo empezaba a impacientarse.
El líder pensó en las posibilidades y se decidió por una cosa. Era tan simple que pensó como no se le había ocurrido antes:

-Robamos cosas importantes, pero, cosas materiales tenemos, y vinimos para saber si aquí podíamos robar porque empezaban a escasear nuestros recursos. ¿Por qué no robamos las tiendas de comidas?
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Escapando Del Pasado. 33

Notapor Santiago Brony MLP » 12 Sep 2016, 01:05

El grupo no supo qué decir. Finalmente Thief habló:

-Sundial. Tu idea es algo…ridícula. ¿Vamos a robar vegetales? ¿En serio? ¡¿Por qué mejor no robamos una vulgar tienda y usamos el botín para comprar?! ¡Si robamos comida, sabrán que estamos desesperados por el hambre!

El pegaso ni siquiera se inmutó por el reclamo de su compañero.

-Un simple “No estoy de acuerdo” habría bastado.
-¡Es que era un idea tan absurda…que exploté! ¡Estás desesperado por intentar tener el control de la situación!
-Podrías también hablar más bajo.
-¡Sundial! ¡¿Al menos estás haciéndome caso?!
-¿Es necesario que lo haga?

El ladrón no aguantó más y, tomando al pegaso azulino por los hombros, lo zarandeó.

-¡¿Qué te pasa?! ¡Ni siquiera te dignas a hablarme a la cara! ¡Que Rose te haya traicionado no tiene por qué afectarnos a ti y a todo tu equipo!

Finalmente, Sundial perdió la paciencia:

-¡Suéltame, maldita sea! ¡No tienes por qué decirme como debo actuar! ¡YO soy YO, actúo como YO quiero y como YO creo que nos conviene y acabado!
-¡Actúas como un pobre diablo desesperado!
-¡Eso no es verdad!
-¡Silencio!

Esto último lo había ordenado Born Fighter.

-Si siguen con esta tonta discusión, despertarán al pueblo entero y les revelarán nuestras intenciones. Señor Sundial, su plan puede no ser muy malo, pero es algo desesperado y extravagante. Por ahora, lo mejor que podemos hacer es sacar de aquí la corona para que nadie la encuentre y ver la reacción de los pobladores. Si no, tendremos que robar suficiente comida y alejarnos, o sabrán, tal como dijo Thief, que estamos desesperados y se aprovecharán de eso.

Sonaba razonable, al menos para la situación en la que estaban en ese momento. Sundial aseguró que encontraría la forma de sacar la corona para esa misma noche. Bajo juramento.
***
Ya oscurecía cuando el azulino pegaso puso en marcha su plan. Habían colocado guardias en los límites del pueblo. Sundial había logrado sobornar a los que vigilaban el acceso al bosque con unos cuantos bits y un cuento que contenía a un familiar enfermo en otro pueblo.
El grupo se dirigió hacia el bosque. Por suerte, el pegaso había hecho que el guardia sobornado se alejara del área. De otro modo, podía impedirles el paso al ver que, en vez de un solo pegaso, aparecía un gran grupo.
Sundial indicó al grupo que se dirigiera al bosque. Él mismo señaló que se iba a quedar allí hasta que los perdiera de vista:

-Si el guardia me encuentra, puedo excusarme y no se extrañará, pero él no sabe nada de otros ponis. No debe verlos.

Thief le dio un fugaz abrazo a su compañero:

-Perdona la discusión de hoy.
-No es nada. Después de todo, no estabas tan equivocado.
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Santiago Brony MLP
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Escapando Del Pasado. 34

Notapor Santiago Brony MLP » 26 Sep 2016, 00:05

El pegaso vio como sus compañeros se alejaban en la oscuridad. Entonces solo esperó. Esperó hasta que ya no los pudo ver. Solo entonces fue cuando decidió seguirles el paso.
La brisa de la noche era helada, pero el pegaso había rellenado su sudadera por dentro con hojas secas, dándole una capa extra de protección contra el aire helado.
El viento hacía que las hojas susurraran y que los pasos de Sundial parecieran duplicarse y…un momento.
El pegaso se detuvo. Sus pasos no sonaban dos veces seguidas. ¡Había alguien más allí!
Alguien caminaba, y el sonido de sus cascos resonaba en la silenciosa noche. El bandido azulino se escondió entre las sombras y sacó su capuchón negro, que solía llevar como bufanda, y se cubrió para confundirse en la negrura de la noche.
Una silueta negra pasó caminando lentamente. Parecía querer ocultar cualquier cosa que lo reconociera, ya que caminaba con paso un poco forzado al silencio y miraba a todos lados.
Pero entonces accidentalmente dio un pisotón demasiado fuerte. Tanto que el suelo a su alrededor levantó una densa nube de polvo. ¡Fuerza sin controlar! Sundial se paralizó. ¿Qué estaría haciendo Savage allí?
La silueta se dirigía al pueblo, eso era claro. ¿Qué debería hacer? ¿Seguirlo o volver al campamento?
Un repentino instinto le avisaba al pegaso que seguirlo significaría que podría ver algo que preferiría ignorar. No sería buena idea espiarlo. Sería preferible seguir al grupo.
Pero los bandidos son curiosos, y los pegasos más aún, casi por naturaleza. Su instinto antiguo venció al nuevo y, tapándose aún más con el capuchón, fue tras el poni terrestre.
Por suerte, el ser un pegaso y el haber sido entrenado para el sigilo hizo que sus pasos ni siquiera hicieran ruido.
Savage llegó a los límites del pueblo, donde estaba apostado un guardia. El poni forzudo solo se le acercó y el guardia murmuró:

-“En el río, Caronte no quiso que pasara…”
-“Pero él tocó y Caronte, hechizado, ablandó su corazón…”
-“Entonces llegó a la otra orilla y, dudoso miró atrás…”
-“De ese modo, su amada se esfumó entre los brazos del señor de los muertos”

El segundo y el último lo habían dicho Savage, y el guardia se hizo a un lado. El poni terrestre pasó y se corrió hacia una casa cerca de una pequeña fuente.
El pegaso se acercó hasta casi el límite del bosque, y vio como Savage tocaba la puerta y abría un pegaso amarillo. Saludó a Savage y lo dejó pasar.
Sundial se puso el capuchón hasta tapar su rostro y se le acercó al guardia. Pero éste ni siquiera se molestó en mirarlo completo. Tomó su lanza y le impidió el paso.
El pegaso resopló molesto y, de un rápido movimiento, el guardia calló, víctima del instantáneo efecto paralizante de un pequeño dardo.
El pegaso corrió hacia la casa y se fijó en que por la ventana se filtraba una luz tenue. Dudoso, se asomó un poco para poder ver el interior de la casa.
El poni de negra melena estaba abrazando a otra poni terrestre, cuyo pelaje era rojo y su melena naranja con una franja rosada, y después sus labios se juntaron.
Sundial se apartó rápidamente de la ventana. Sabía cuándo un poni debe tener pudor y dejar de mirar una escena tan privada.
El pegaso se alejó rápidamente y se dirigió al bosque. Obviamente no iba a hablar sobre esa escena y tampoco la mencionaría.
Si de algo estaba seguro era de una cosa. Un pegaso cuyo corazón estaba endurecido y su alma ya no podía sentir cariño ni darlo, lo mejor era no juzgar escenas de los demás como simple pérdida de tiempo. Si él ya no era capaz de sentir amor, mejor ya no envidiar a quienes sí podían.
Absorto en sus pensamientos, no se fijó que ya había llegado al claro, sus compañeros ya lo esperaban. Pero el pegaso estaba algo perdido en su cabeza, de modo que dejó en claro que estaba algo cansado y que quería descansar.
Se dirigió hacia su lugar de descanso y se recostó, pero, antes de que pudiera conciliar el sueño, sintió que alguien lo zarandeaba bruscamente. Se vio obligado a abrir los ojos y ver al causante de la molestia:

-Savage… ¿Qué pasa?

El poni de tierra tenía el ceño fruncido y se veía bastante molesto:

-¿Qué fue lo que viste?
-¿Qué?
-Me espiaste. Camino al pueblo escuché una especie de silbido, similar a lo que tú haces al respirar, el guardia estaba fuera de combate, y vislumbré una silueta azul alejarse de la ventana de mi prometida.
-¡¿Prometida?!
-¡Silencio!

El poni de pelaje naranja le tapó la boca a su compañero para que no metiera la pata exclamando eso en voz alta:

-Cállate, por favor. Necesito tu ayuda.

El pegaso se quitó bruscamente el casco de su amigo y escupió algo de pelo que había tragado si querer:

-¿Qué sucede?
-El pueblo…el pueblo de mi pobre y querida Cloying…es muy propenso a sufrir el ataque de terremotos y, por si fuera poco, escuché por allí que últimamente se están desprendiendo rocas de montañas cercanas. ¡Tengo que sacarla de allí!
-Rayos…no soy ya nadie para decirte esto pero… ¿Su amor vale tanto como para que te pongas tan…cursi?

Sundial nunca había dicho esa palabra en tono serio. Cuando decía antes, siempre era a modo de broma, pero ya no era el de antes. No se sorprendía el que ahora sí lo dijera sin pudor. Lo que sí lo tomó por sorpresa fue la reacción de Savage.
El poni terrestre lo tomó por los hombros y lo estampó contra el tronco de uno de los árboles con tanta fuerza que, por un momento, el pegaso azulino tuvo miedo de sufrir rotura de costillas o, peor aún, quedarse paralítico. Pero allí no acabó, pues Savage lo agarró del cuello, dejándolo sin aire:

-¡¡¡Agh!!!
-¡Una cosa es negarse, amigo, y otra muy diferente decir que el amor de la prometida de uno puede ser dudoso!
-¡Perdón, suéltame…te ayudaré, te ayudaré…!

Savage soltó al pegaso, quien cayó como un saco de frutas secas y empezó a toser por el reciente ahorcamiento. Pero Savage no sintió pena por esto:

-Espero que mañana sepas qué hacer. No me decepciones, “colega”.

El poni terrestre se alejó, dejando al bandido azulino débil y tosiendo:

-…mañana…mañana… (Mil rayos te partan, Savage Saber)

Sundial se levantó tembloroso y se recostó. ¿Qué debía hacer? No entendía porque Savage necesitaba su ayuda. ¿No podía hacerlo él miso? ¿Qué tan difícil era sacar a una dama de un pueblo?
Ahora que lo pensaba, ¿Acaso se necesitaba un plan para eso? ¿En qué rayos estaba pensando su amigo? ¿Qué estaba pasando realmente?
El pegaso se dio la vuelta en su lecho, pero su espalda se quejó emitiendo un terrible dolor. Rayos. Más le valía a Savage no haberle hecho ningún daño permanente.
Sundial tosió y sintió como si su garganta quisiera desgarrarse. Odiaba su enfermedad, odiaba su vida, y ahora casi empezaba a odiarse a sí mismo.
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Escapando Del Pasado. 35

Notapor Santiago Brony MLP » 27 Sep 2016, 01:44

El alba no fue quien despertó al pegaso azulino, sino una brusca sacudida de su propio lecho, que parecía haber cobrado vida propia. Por su propio bien, Sundial se levantó antes de que Savage terminara impacientándose.
El poni terrestre no dejó que el bandolero espía se le alejara mucho. Una vez que el azulino alado se preparó para su viajecito.
Escondió su primer cuchillo (el cuchillo de hueso) bajo la manga derecha de una especia de polo roto que encontró por la calle (lavada de antemano), encima de ésta se puso una pequeña bata de doctor y una bufanda sucia. Se puso unos lentes (curiosamente veía mejor con ese armatoste sobre la nariz, ¿se estaría volviendo miope?) y se echó una buena cantidad de cal sobre la melena, dándole un aspecto canoso y, por ende, algo más viejo.
Después de eso, todo fue pan comido. Con un poco de agua estancada en sus cascos para hacer manchas por químicos, saberse el nombre de alguna que otra enfermedad y una mirada un poco perdida se hizo pasar por un doctor ambulante y algo chiflado.
En cuanto a Savage, él se hizo pasar por un simple estudioso de la medicina, con otro par de lentes (que le hacían ver todo raro y no diferenciaba un árbol de una roca), un libro (para matarse, ¿Qué estudioso de medicina lleva un libro de aritmética) y un sobretodo marrón que él mismo había comprado.
En camino al pueblo, el pegaso azulino se dirigió a su acompañante:

-Savage. No esperarás que me trague eso de que hay que elaborar un plan para sacar a tu novia del pueblo, ¿Verdad?
-¿En serio es tan claro que mentía?
-La verdad, sí. No quiero sonar grosero, pero no te eligieron líder precisamente por tus malas ideas y tus pocas luces.
-Sonaste grosero, pero lo dejo pasar, después de todo tienes razón. Te mentí.
-¿Para qué me necesitas?

Sundial se detuvo y se sentó en medio del camino:

-No quiero desconfiar de ti, Savage, pero hasta que no me digas para qué necesitas que te siga, serás un completo desconocido para mí.

El forzudo resopló molesto y volvió a patear el sendero, levantando una nube de polvo. Realmente no solo se sentía un poco frustrado, también confundido. Ese pegaso que tan carismático había sido en un principio ahora se negaba a confiar en él:

-¿Qué rayos te pasa? Nunca antes habías cuestionado si te decía una pequeña mentira. ¿Es por Rose? ¿Qué te sucede?

El pegaso le lanzó una mirada gélida. Sus ojos lanzaron un brillo tan frío y sanguinario que hasta Savage quedó inmovilizado, y entonces el bandido azulino habló:

-El que Rose me haya mentido en la punta del iceberg. La muerte de Justice, el que estemos desesperados, ¡El que desconfíe hasta de ti y de Thief!-el pegaso se había puesto de pié al gritar esto último-¡Pensar que todo eso fue por una unicornio! ¡La unicornio a la que amé! ¡Y pensar que, de no haber sido tan estúpido como para enamorarme a primera vista, pude evitarlo! ¡Evitarlo todo, y no hacerlo por mi ceguera de amor! ¿¡Sabes lo que se siente!? ¿¡Cómo se siente esta terrible carga?! ¡Todo es mi culpa!

El poni de tierra no respondió. Pero lo tenía todo claro. Su amigo estaba pasando por el síndrome del superviviente. Se sentía culpable de la muerte de su líder y, a pesar de tener cierta parte de la culpa, realmente había empezado a obsesionarse con todo eso. Debía de subirle los ánimos como sea, o podía llegar a tener ideas suicidas:

-Amigo. Dime. ¿Eres adivino?
-No, ¿Por qué?
-¿Tenías sentimientos naturales?
-¡Los sigo teniendo, idiota!
-Si no eres adivino, ¿Por qué te culpas de no saber que Rose iba a traicionarnos?
-¡Eso no viene al caso!
-Si tienes sentimientos naturales ¿Podías evitar el caer bajo el amor?
-¡Dije que eso no…!
-¡Y yo digo que sí viene al caso! ¡Te culpas por lo que no podías evitar y a la verdadera culpable la dejas como una simple marioneta! ¿¡Acaso tú planeaste todo?! ¿Quién planeó todo? ¡Ella!
-¡Ella no planeó nada! ¡Drink lo hizo! ¡Y yo le dejé que lo llevara a cabo!
-¿¡Es que no puedes dejar de pensar en que todo es tu culpa!?
-¡Maldito seas, Savage Saber, cállate! ¡No tienes derecho para juzgarme!
-¡Ya oí suficiente!

El poni terrestre lo atrapó entre sus patas delanteras y presionó su cabeza contra el suelo, inmovilizándolo y poniéndolo en una postura dolorosa, con las patas delanteras torcidas, el cuello doblado y un ala presionada (eso Savage sí no lo tenía planeado)

-¡Agh, suéltame! ¡Está empezando a dolerme!
-No te soltaré hasta que me digas la verdadera razón por la que estás tan malhumorado.
-¡Suéltame, loco!
-¿Loco yo? ¿Qué tal si me dices lo que realmente te atormenta?
-¡Maldita sea, lo haré, pero antes suéltame!

El robusto poni soltó a Sundial, quien se enderezó y se estiró tanto como pudo:

-Gracias-soltó con desdén el pegaso azulado.
-Ahora dime qué es lo que te pasa. Y rápido.
-¿Prometes no decírselo a nadie? Si llegara a oídos equivocados me metería en problemas.
-Cuenta conmigo.

El pegaso se tapó el rostro, algo abochornado, y respondió:

-Es Rose …creo que…sigo sintiendo algo por ella…

Savage quedó semi-aturdido ante esta declaración:

-¿Estás diciéndome que la unicornio que mató a Justice, arruinó al grupo y te rompió el corazón, te sigue gustando?

El pegaso, levemente sonrojado, desvió la mirada molesto:

-Me dijo que todo lo planeó Drink. ¿Y si solo es una víctima? ¿Y si la obligaron?
-¿Estás diciendo cosas sin pruebas y tratas de tragártelo? ¡Vamos! Estás realmente desesperado.
-¡Cállate! Tú te pones empalagoso con solo pensar en Clang, o como se llame esa chica. Yo tengo derecho de creer todo lo que quiera. ¡Ahora dime para qué me trajiste aquí y qué quieres que haga!

El poni terrestre había olvidado casi por completo la razón porque había traído al pegaso a ese lugar, de camino al pueblo. Debía explicárselo si quería que confiara en él de nuevo y, así, poder ayudarlo, él al pegaso y el pegaso a él, Savage.

-Vale. Escúchame bien. Cloying está en peligro mientras se encuentre en ese pueblo.
-¿No exageras?
-¡Ese pueblo es una bomba que puede explotar en cualquier momento!
-¡¿Bomba?!
-Es una forma de decir que es peligroso.
-…sigue hablando y diciéndome dramatizaciones y ya creo que no llegaremos a nada.
-¡Serás…!
-Ve al grano, Savage Saber.
-Vale, seños malos humos. Necesito que vayas a ese pueblo e investigues qué lugares son más propicios a caer devastados en los desastres naturales más frecuentes en esa zona. Yo no soy tan bueno como tú haciendo hablar a los demás.
-¿Eso es todo?
-No te diré las razones por las que te pido eso, de modo que ¡SÍ! Eso es todo.
-Bien.

El pegaso azulino se dirigió con paso firme al pueblo, esta vez tomando él la delantera. Savege lo siguió. No sabía porque, pero repentinamente tenía miedo de que Sundial fallara en esa misión. A pesar de intentar hacerse el frío, el pegaso estaba siendo atormentado por la culpa. No quería imaginarse como sería si fallaba en esa empresa. Después de todo, tal vez fue buena idea no contarle porque le pedía ese favor.
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