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Nadie es perfecto
Blanca llevaba ya unos días viviendo en Desolate Street, pero no estaba preparada para lo que aquel día la acontecería. Yara y ella estaban en el restaurante tomando unos cucakes.
-Blanca -llamó la unicornio. -¿Te apetece venir luego conmigo?
-Claro, ¿pero para qué? -respondió la blanquecina pegaso.
-Es que Flisy me ha invitado a ver su nuevo truco -explicó Yara.
-Entonces estaré encantada de ir contigo -anunció Blanca, terminándose su cupcake.
Una vez ambas se hubieron terminado los cupcakes salieron del restaurante en dirección al puesto de su amiga la maga.
-Bienvenidas, chicas -les saludó Flisy cuando llegaron. -¿He de suponer que venís las dos a ver mi nuevo truco?
-Por supuesto -respondieron ambas.
-Vale, pues prepararos para quedar sorprendidas -anunció la maga.
Flisy cerró los ojos y comenzó a aspirar y expulsar aire varias veces, todavía sin hacer nada.
-Oye Flisy, tengo más cosas que hacer, ¿te importaría darte un poco de prisa? -preguntó la unicornio.
-Ya voy, ya voy -respondió Flisy, golpeando una baraja de cartas con la punta de su vara.
La maga trazó un arco en el aire con su vara y entonces dijo:
-¡Vuela por aquí! ¡Vuela por allá! ¡ALAKAZAM!
Las cartas de la baraja comenzaron a elevarse en el aire siguiendo el arco de la vara de Flisy, parecía un arcoiris.
-Que truco tan aburrido... Eso lo hago yo con los ojos cerrados -exclamó una potrilla unicornio de crines negras, pelaje grisáceo, y ojos amarillos que pasaba por allí.
Entonces, que la última carta ya se estaba colocando en su lugar, todas las cartas cayeron sobre la mesa, y la maga pareció quedar en shock.
-¿Y este era el truco nuevo? ¿Cómo pretendías enseñarnos un truco que no te sale bien? -preguntó Yara, que parecía molesta.
-Me salió bien antes... -respondió Flisy. -¡Es culpa de esa potrilla de antes que me ha despistado!
-¡No le eches la culpa a una potrilla! -exclamó la unicornio. -Al fin y al cabo ella tiene razón, ¡muchos podrían hacer eso hasta con los ojos cerrados!
-¿Seguro? ¿¡Y cuántos de ellos serían ponis terrestres!? -gritó la maga, furiosa por el comentario de su amiga.
-Chicas... no os portéis como unas potrillas... dejad de pelear -trató de calmarlas Blanca.
-¡¡¡TÚ NO TE METAS!!! -le gritaron tanto Yara como Flisy a la vez, ambas estaban muy furiosas.
Blanca reculó, asustada, y salió corriendo como pudo para buscar una forma de pararlas o alguien que la ayudase. Por su atropellado camino se encontró con Hannai, que salió corriendo directa al puesto de su amiga maga. La blanquecina pegaso corrió todo lo que sus patas le permitieron y entró en el restaurante de nuevo, llorando.
-¿Te pasa algo? -preguntó Ranya al ver a Blanca sentarse frente a ella en la mesa en la que estaba.
La blanquecina pegaso no respondió.
-Sea lo que sea lo que te pase, no dudes en decírmelo, al fin y al cabo somos amigas, ¿vale? -dijo la unicornio, acariciando la crin de su amiga.
-Eso ya lo sé... -susurró Blanca.
-Entonces no dudes en hablar conmigo si te pasa algo -repitió Ranya.
-Son Flisy y Yara... -explicó la blanquecina pegaso.
-¿Qué es lo que les pasa? -preguntó la unicornio, que estaba abrazando a Blanca.
-Están peleando...-respondió Blanca.
-Pero se les pasará -inquirió Ranya.
-Y se gritaban, y me gritaron, y seguro que también han gritado a Hannai -explicó la blanquecina pegaso.
-¿¡Gritando!? -exclamó la unicornio y salió corriendo por la puerta en dirección al puesto de la maga.
-¡¡¡Espera!!! -Blanca salió corriendo tras Ranya.
Cuando llegaron al puesto de Flisy Blanca se quedó de piedra. Ambas se miraban con cara asesina y continuaban gritando, pero había otras cosas. Yara ahora tenía los ojos completamente negros y parecía que fueran a salirse de sus cuenca, y su cuerno echaba chispas gigantes, mientras que a Flisy la crin y la cola se le habían hecho más largas, y su vara levitaba echando chispas también. Continuaban gritando y Hannai estaba agazapada en un rincón llorando.
-¡¡¡PARAD AHORA MISMO!!! -gritó Ranya, pero no la prestaron la más mínima atención.
Yara se acercó a Ranya, aunque todavía con una mirada asesina contra Flisy.
-¡¡¡Vete al infierno!!! -exclamó la unicornio dorada dando una potente coz a Ranya, que la hizo elevarse y caer impulsada unos cuantos metros, inconsciente.
Yara se volvió a posicionar delante de Flisy y se dispuso a darle otra coz a esta, pero la maga le cogió las patas con su crin y la estampó contra el suelo.
-¡¡¡MUERE!!! -gritó Flisy, que tenía el rostro desfigurado y una mirada psicópata se reflejaba en él.
-¡¡¡MUERE TÚ PRIMERO!!! -gritó Yara, lanzando un potente rayo a la maga, en cuyo rostro impactó.
Al recibir Flisy el rayo las patas de la unicornio quedaron libres, y esta vez si le dio una fuerte coz en el pecho que la elevó y lanzó unos cuantos metros, pero seguía consciente.
-¡¡¡EL DÍA QUE TE VAYAS AL INFIERNO!!! -en la medida de lo posible el rostro de la maga se desfiguró aún más y rió maliciosamente.
Flisy entonces cogió su vara con la cola y frente al instrumento comenzó a formarse una bola de energía que lanzó e impactó en el rostro de Yara.
-¡¡¡SI CREES QUE VAS A PODER HACERME DAÑO ESTÁS MUY EQUIVOCADA!!! -gritó Yara, que se preparaba para envestir contra la maga, mientras Flisy se preparaba para hacer lo mismo.
De repente, entre las dos algo cayó, levantando una gran nube de polvo que desconcentró a ambas. Una vez el polvo se disipó pudieron ver a Apple Sugar con un rostro lleno de furia.
-¡¡¡AQUÍ O MORÍS LAS DOS O OS MATO YO!!! -gritó la poni del sombrero, cogiendo a ambas por las crines.
A Yara la estampó contra el suelo donde estaba Flisy y a la maga donde había estado la unicornio, pero ambas se levantaron. Entonces Apple Sugar se puso sobre sus dos patas delanteras y giró con las patas traseras extendidas en el aire, golpeando a ambas ponis hasta que perdieron el conocimiento. El rostro de la poni el sombrero volvió a la normalidad ante una sorprendida y asustada Blanca.
-Te debemos una explicación, Blanca -logró decir Ranya, que recuperaba la consciencia y se levantaba con dificultad.
-Si es que estás dos no aprenden nunca -exclamó Apple Sugar, todas las semanas peleando, y todas las semanas recibiendo una paliza por mi parte.
-Esperad un momento... ¿¡me estáis diciendo que esto pasa todas las semanas!? -se sorprendió Blanca.
-Eso mismo -respondió Hannai, que parecía haberse recompuesto.
-Me parece que voy a necesitar un psiquiátrico después de esto... -comentó la blanquecina pegaso y sus amigas se echaron a reír.
-No creo que haga falta, puede que contigo aquí aprendan a no ser tan tontas como asta ahora -rió Apple Sugar.
-Espero que enserio tengas razón -susurró Blanca.
Fin chapter 1x02