LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

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LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 04 Mar 2015, 20:36

Hola gente! ;) Hacia un tiempo que no me pasaba por aquí... Ha habido cambios en mi vida, lo primero de todo es que he empezado prácticas en mis estudios, lo que me ha dado tiempo libre por las tardes, un tiempo el cual me gustaría dedicar a mis hobbies. :) Quizás alguno haya leído mi fic EL VISITANTE. Me dí cuenta de que gustó mucho más de lo que esperaba (para mi sorpresa) y que quizás pudiera intentar hacer en el futuro algún otro fic de estas cosas tan locas y flipadas que me surgen al ver los fandoms de distintas series, así que decidí escribir otro aquí....Este lo llevo mucho menos tiempo pensándolo :S pero me pareció una idea muy flipada y no he podido evitar escribirla. antes de nada quiero decir que este no tiene nada que ver con EL VISITANTE y que es una historia completamente a parte. :3
No voy a engañaros, no tengo ni idea de si os gustará ni cuando lo acabaré, pues lo escribiré cuando tenga tiempo, inspiración y ánimos, algo que dependerá de vuestros comentarios y opiniones. :brohoof:
No sé si ésto tendrá éxito pero prefiero arrepentirme de haberlo colgado y haber fallado que de nunca haberlo intentado. 8)
Gracias de antemano.

PRÓLOGO: EL NORTE AVANZA


Era una noche estrellada.
Frost estaba contemplando la tundra, la inmensidad blanca alcanzaba hasta el infinito, el viento le empujaba a sus espaldas, como si la naturaleza le estuviera animando a avanzar, pero no podía…aún no.
El joven lobo tenía un pelaje gris claro y unos ojos ámbar que daban la impresión que podían mirar dentro de las almas, su largo hocico olfateaba los aromas que les traía el viento y sus orejas puntiagudas estaban alzadas, atento a cualquier sonido. Sus garras se hundían en el suelo congelado mientras que su peluda cola se movía para evitar que fuera cubierta por la nieve que caía despacio.
Su única vestimenta era una bufanda de color rojo oscuro que se había puesto, más por un motivo emotivo que por abrigarse del frío…después de todo, esa era su tierra y el frío era algo muy común a lo que él y el resto de los suyos se habían acostumbrado.
Frost estaba en un saliente de uno de las numerosas formaciones rocosas que eran la frontera sur de lo que conocían simplemente como “El Norte”. Una tierra helada, peligrosa y hostil donde ser débil es sinónimo de ser un cadáver. El Norte era es su gran mayoría un conjunto de montañas, cañones, acantilados, picos, barrancos y más elementos rocosos, cubiertos siempre de glaciares, nieve y hielo, salpicado de vez en cuando por valles en los que ocasionalmente se formaban lagos, ríos o pequeños bosques, era en estos valles donde su gente se había instalado.

Este territorio era mucho más ancho que largo, pues el norte de esta tierra estaba bordeado por lo que se conocían las Montañas del Fin, unos picos tan elevados que las nubes impedían ver sus cimas o incluso más allá de la falda de esas colosales montañas. En el improbable caso de que alguien quisiera avanzar más al norte, simplemente moriría por las condiciones ambientales. Muchos habían intentado averiguar que había más allá de esas montañas y ninguno había vuelto para explicar si había encontrado algo.

Frost estaba en el punto más al sur de esa tierra, alejado del paso donde se habían instalado sus camaradas, el ruido de las charlas emergía de cada rincón y el paso estaba salpicado por tiendas hechas de piel y por hogueras. Pero él necesitaba estar solo.
¿Podría cumplir la misión que se le encomendó? ¿Era adecuado cumplirla? Era algo muy grande que jamás pensó que correspondería cumplir a alguien como él, pero su maestro se lo había encomendado.
Fenrir, el rey de todo El Norte, el gran lobo blanco, líder supremo de todos los lobos, osos, rapaces y demás criaturas que habitan en esta tierra helada, le había encomendado la salvación de su gente.
Estas tierras eran duras, pero sus habitantes se las habían arreglado para sobrevivir. Colaboraban para abatir a las enormes bestias gélidas. Los mamuts, los rinocerontes lanudos, y los ciervos gigantes les proporcionaban carne para alimentar a sus familias, pieles para abrigarse, huesos para construir y trabajar la artesanía. Lo mismo les proporcionaba los depredadores como los dientes de sables o yetis con los que compartían las presas.
El Norte siempre tenía nieve, pero también tenía estaciones: Primavera, donde la caza era más abundante o verano, donde se podía disfrutar de un poco más de calor y luz…pero esas estaciones ya no existían. Lo único que existía ahora era un invierno antinatural, cruel, mortal que no mostraba piedad ante nada ni nadie.

-¡Frost!-
El lobo volvió a la tierra, le extrañaba no haber oído acercarse a nadie y se giró con tensión, pero se relajó de inmediato al ver a Odín.
Un gran oso avanzaba a cuatro patas con un paso seguro, era casi el triple de grande que Frost y estaba cubierto de un pelaje marrón oscuro. Su morro era corto y de su torcida boca salía un colmillo que hacía que se viera en su rostro una expresión malhumorada constante, su único ojo era de un color azul, el otro lo perdió hace mucho y estaba ocultado por un parche negro. Sus patas delanteras estaban envueltas en vendas y terminaban en unas zarpas con las que podría partir una viga de madera sin esfuerzo y en su hombro izquierdo vestía una hombrera redondeada de cuero y con pequeñas púas de metal.
-¿Qué haces aquí, Odín?- dijo el lobo con desgana mientras volvía la vista al sur.
-Llevas horas contemplando el mar blanco- Dijo el oso sentándose al lado de su amigo, a pesar de ser mucho más mayor que Frost, no le molestaba que no lo tratara con la reverencia con la que lo trataban la mayoría.
-He estado pensando- contestó Frost son sencillez.
-Sé por experiencia que eso no es bueno- respondió con sorna el oso
Pero Frost no sonrió y Odín supo que no debía insistir.
-¿Te ha dicho el rey dónde está esa nueva tierra?-
-A mitad de la tundra se encuentra una ciudadela de cristal y más allá nuestro objetivo-
-¿Y ese objetivo tiene nombre?- preguntó impaciente Odín.
-No importa que tenga nombre o no, es la solución a nuestros problemas y es todo lo que necesitamos saber- respondió el lobo con las orejas bajadas como amenaza.
Odín resopló, sabía que a su líder le torturaba algo pero ahora no era el mejor momento para indagar. Dirigió su vista a la tundra también y esperó unos segundos a que los ánimos se calmaran.
-¿Cuándo partiremos? Las tropas están hambrientas- preguntó Odín
-Al amanecer, no hay refugio hasta que lleguemos a la ciudadela y necesitaremos todas nuestras fuerzas para llegar allí de una vez.
El oso asintió, se levantó y se dio la vuelta para volver al campamento, pero sin darse la vuelta habló lo bastante alto para que el lobo le escuchara.
-Sé que tienes dudas, Frost- dijo despacio- Pero recuerda que ahora de ti depende la seguridad de nuestra gente…No puedes permitirte tener dudas ahora-
Frost se mantuvo quieto, pero cuando Odín empezó a caminar, habló sin dejar de mirar el horizonte de la tundra.
-Equestria- dijo simplemente- Nuestro objetivo es la tierra de Equestria-
El oso asintió y siguió caminando dejando al lobo solo otra vez.
Odín tenía razón, no podía permitirse dudar ahora, había demasiado en juego.
Los cazadores del hielo se ponían en marcha.
El Norte avanzaba.
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor horwaith » 04 Mar 2015, 20:58

buen comienzo, haces que se quiera leer lo que seguirá para saber que piensas hacer pues existen innumerables caminos con solo leer un poco. Espero que continues en breve, pese a lo que hayas puesto de no tener tiempo.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Angelus-Y » 04 Mar 2015, 23:24

Magnifico inicio. Adoro este tipo de fanfics en los que se saca a relucir material original y nada repetitivo a lo que uno acostumbra. Describes el ambiente (el Norte) de una forma magistral, sin duda un reflejo admirable de esa tierra. Y no solo la has descrito bien, pero tambien los detalles que la relacionan como las criaturas, y demases (no quiero decir mucho por no spoilear) Me dejas intrigado con este final, ansío poder ver como continua y además los personajes que has presentado a primera vista, aunque no se saca mucho de ellos, pero ha sido una primera impresion bastante buena, al menos es mi opinion.

Lo que mas me ha gustado tambien es el vocabulario y fluidez que demuestras, envidiable diría yo. Y tambien, que no se me olvide, las emociones y objetivos de cada personaje implicado muy bien puestos. Creo que me va a enamorar, ojala siga así o mejor, espero ansioso la siguiente parte.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Volgrand » 05 Mar 2015, 16:16

Corto, impactante y muy bien narrado. Describes una nueva cultura y gente en pocas palabras, y queda claro que les mueve el ansia de supervivencia, que no el ansia bélica. Me ha molado mucho, espero impaciente nuevas entregas.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 05 Mar 2015, 22:26

CAPÍTULO 1: NOTICIAS INESPERADAS

El pequeño pueblo de Ponyville, un tranquilo y colorido lugar donde los ponis conviven en armonía. Una villa con todo lo necesario para que sus habitantes tuvieran acceso a cualquier necesidad, había una escuela, un mercado, un hospital y numerosos lugares donde poder dedicarse a pasar el tiempo de ocio, ya sea en solitario o acompañado. De todos los edificios, había uno que destacaba. Un castillo hecho de cristal púrpura con torres, balcones y una gran estrella esculpida en la parte más alta.
Aquí era donde vivía Twilight Sparkle, princesa de la amistad, junto a su dragón ayudante Spike. La alicornio fue en el pasado una estudiante de la actual gobernante de Equestria, la princesa Celestia, pero gracias a su esfuerzo, dedicación y sobre todo a los amigos que habían estado a su lado en los momentos críticos. Estas virtudes la habían ayudado a salvar su país en numerosas ocasiones y al final el destino le habían concedido la oportunidad de ser algo mucho más grande.

La princesa púrpura estaba ahora asomada en uno de los balcones mientras contemplaba el pueblo que era su hogar, algo ocupaba sus pensamientos.
No solo eran sus amigos quienes le daban fuerza, su familia también era un pilar para sostenerse y algo relacionado con su familia la preocupaba mucho.
Su hermano, Shining Armor, hacía mucho que no había contestado a sus cartas, algo muy raro en él. Shinig Armor era el marido de Cadance, princesa gobernante del Imperio de Cristal, una nación al norte de Equestria, oculta entre las heladas tundras. Shining Armor había sido el primer verdadero amigo que Twilight había tenido, era un unicornio fuerte y valiente, de un gran corazón.
No solo era el no contestar a sus mensajes, algo venía desde la tundra, un viento frío y antinatural. Twilight era una poderosa alicornio cuyo talento especial, reflejado por la cutie mark en forma de estrella, era la magia. Podía ser capaz de entender casi cualquier conjuro, conocer casi cualquier encantamiento y comprender la naturaleza de casi cualquier hechizo…pero algo había en ese viento que la aterraba, algo mágico.
Ese extraño viento no había causado ningún daño en Equestria, de hecho, ni siquiera podía considerarse viento, pues lo único que se notaba era una débil brisa.
El resto de habitantes no sentían nada fuera de lugar…ese leve soplido no afectaba ni a las cosechas, ni a los animales ni a las casas o los negocios. Para todos, eso no era más que una simple brisa fría con la que tenían que protegerse usando alguna bufanda o prenda de abrigo sin alterar su rutina diaria para nada.

Esa brisa venía de la tundra, el lugar donde se encontraba el glorioso Imperio de Cristal, el lugar donde ahora vivía su hermano junto a Cadance, ambos unos ponis muy importantes para la alicornio.
Twilight sabía que su hermano era lo bastante poderoso como para enfrentarse a casi cualquier cosa (no en vano había sido el capitán de la guardia real de Equestria antes de casarse), sin contar con que la princesa Cadance también tenía el poder suficiente para afrontar casi todo. Pero eso sólo preocupaba a Twilight más, pues le aterrorizaba pensar que era lo bastante grande para evitar que se pusieran en contacto con ella.
Una voz alegre la sacó de sus pensamientos.
-¿A qué viene esa cara laaaaarga, Twilight?-
La unicornio se volteó y vio a Pinkie Pie, una poni terrestre de un color rosa chillón cuyo cabello se parecía de forma antinatural con un algodón de azúcar. La terrestre le sonreía radiante.
-Hola Pinkie, No te había oído entrar- respondió Twilight sin mucho entusiasmo.
La terrestre rosa apareció ante ella emergida de ninguna parte.
-Supongo que será debido a mi ultra alucinante modo ninja- dijo Pinkie con aire misterioso, tapándose la cara con las patas delanteras, dejando verse sólo los ojos entrecerrados y mirando a su alrededor como si esperara un ataque.
Twilight sonrió, era el talento especial de Pinkie, podría usar cualquier excusa y la usaría para hacer un chiste o una broma, algo que quizás le vendría bien a la princesa.
-Vamos, llevas mucho tiempo preocupada- añadió la terrestre sonriente- Vamos con las demás-
Twilight aceptó básicamente no tenía opción, sabía que Pinkie no aceptaría un no y llevarle la contraria a la terrestre rosa solía acabar con un dolor de cabeza. En cuestión de una hora las amigas de la princesa se habían reunido en la tienda del señor y la señora Cake, los jefes de Pinkie y dueños de la tienda de dulces donde trabajaba.

Fluttershy, una pegaso amarilla de crin rosa y de personalidad extremadamente tímida, entró y se dirigió a las amigas que la esperaban.
-Lo siento mucho chicas- dijo en un susurro.
Rarity, una unicornio de un blanco puro, unos ojos azules y brillantes y una crin púrpura con cada cabello perfectamente arreglado, le respondió alegre.
-No te preocupes querida, siéntate aquí-
Flutteshy se sentó entre Rainbow Dash, otra pegaso de personalidad dinámica y piel azul, de personalidad orgullosa y directa. Y Applejack, una honesta poni terrestre naranja de melena rubia con su inseparable sombrero vaquero.
Pinkie pegó un triple salto mortal desde el otro lado de la barra con una bandeja con seis tazas llenas a rebosar de chocolate caliente. Aterrizó sobre la mesa sin derramar una gota, dejó la bandeja sobre la mesa y se sentó junto a Twilight y Rarity. El resto del grupo no se sorprendió de tal acto, pues era algo normal para Pinkie el hacer cosas así.
-¡Chocolate caliente para todos!- Aulló la terrestre rosa.
-Gracias Pinkie, desde luego sienta genial con este frío- dijo Rainbow Dash mientras tomaba una taza antes que nadie.
-No me hables de frío- casi escupió Applejack- Granny Smith siempre dice que cuando sopla una pequeña brisa es que pronto viene una ola de frío capaz de arrasar cosechas-
-Por favor, Applejack- Dijo Rarity tras dar un sorbo a su taza- Esta brisa lleva ya casi una semana, además estamos en mitad de la primavera. Un viento frío a estas alturas es raro, pero una tormenta invernal sería imposible-
Twilght contempló su taza con tristeza al recordar el motivo de sus preocupaciones.
-Pues yo he estado preguntando, ningún pegaso ha originado esa brisa, parece que viene de más allá de Equestria y que ha llegado a la mitad de la nación- Añadió Rainbow Dash.
*Ejem ejem*
Spike había carraspeado y en cuanto todas lo miraron, el dragón señaló a Twilight, que seguía con la mirada en su taza.
Todas se dieron cuenta de la situación.
-Oh, ejem…Lo siento mucho Twilight- Añadió apresuradamente Rarity- Habíamos olvidado que no te sientes cómoda con ese viento-
La alicornio volvió a la tierra y sonrió forzosamente.
-¡Oh, no os preocupéis, serán imaginaciones mías!- Al ver que sus amigas seguían mirándola con preocupación, se apresuró a añadir-¡En serio, a veces los cambios de presión atmosféricas traen vientos cálidos a Equestria desde el sur, así que supongo que simplemente…-
-No eres buena mintiendo, Twilight- Interrumpió Applejack.
La alicornio se dio por vencida y suspiró.
-Sé que vosotras no notáis nada, pero sé que hay algo muy malo con este frío…ahora no es importante pero…entiendo que no me creáis-
-¡Por supuesto que te creemos, Twilight!- se apresuró a decir Fluttershy- Es solo que…-
-Quizás simplemente estés imaginándote cosas debido a tu preocupación por tu hermano, algo totalmente lógico, por supuesto- añadió Rarity.
Twilight bajó aún más la cabeza y Rainbow Dash le dio un codazo a Rarity en el flanco a la vez que la fulminó con la mirada.
-Tu hermano es un tipo duro, Twilight- Se apresuró a decir la pegaso- seguro que está perfectamente-
-Eso espero- susurró la princesa.

El resto de la tarde pasó de una forma más alegre, el grupo paseó por las calles, visitó tiendas y hablaron de temas más alegres. Para cuando se dieron cuenta, la luna ya había aparecido en el cielo estrellado mientras las amigas estaban en el parque, que ya empezaba a ser iluminado por las farolas.
-Wow, sí que se ha pasado el día pronto- dijo Rainbow Dash.
-Sí, casi parece que estuviéramos en invierno- añadió Fluttershy.
-A mí me gusta el invierno, es mi estación favorita- rió Pinkie Pie- junto con el otoño, la primavera y el verano-
-Esos son todas las estaciones, querida- comentó Rarity.
-Ya, pero ¿Qué regla dice que sólo puedas tener una estación favorita?-
Todas rieron ante la respuesta y empezaron a caminar por el camino pavimentado que les llevaba a la salida del parque.
-Muchas gracias- dijo de pronto Twilight.
Applejack alzó una ceja.
-¿A qué viene eso?-
-Simplemente me siento muy afortunada de teneros a mi lado, no solo por animarme es esta situación. No habría llegado a lo que soy sin vosotras-
-Somos tus amigas Twilight, es normal que te ayudemos en momentos de necesidad- dijo Fluttershy mientras le daba un toque afectivo con la cabeza.
-¡Estaremos a tu lado, princesa, sin importar la situación!- exclamó Rainbow Dash.
Twilight se sentía emocionada, se recordaba a sí misma cuando pensaba que las amistades y los amigos no eran tan importantes y, sin embargo, a estas alturas, no podía imaginarse sin todas esas personas, una pequeña lágrima de emoción le asomaba por un ojo pero antes de que pudiera expresar de nuevo esa gratitud tan cálida que sentía, un destello apareció en mitad del camino y un círculo blanco apareció a unos cinco metros del grupo.
Twilight reconoció al instante ese conjuro, era un portal. Y para confirmarlo, unas figuras altas emergieron de esa luz.
Ninguna de las ponis se había recuperado de la impresión, cuando una alicornio blanca de melena brillante y otra alicornio más pequeña de color azul oscuro cuya crin parecía un cielo nocturno, emergieron del portal. Ambas con tiaras y pecheras de oro y plata, adornadas con joyas, con las alas plegadas y una expresión triste en sus ojos.
-¡Princesa Celestia, princesa Luna!- Exclamó Twilight, que se acercó a ellas y se inclinó- ¿Qué les trae aquí?-
Al alzarse, Twilight supo que algo terrible había pasado. Los ojos de las princesas estaban vacíos y había huellas de lágrimas en sus mejillas.
-¿Qué ha pasado?- preguntó de inmediato Twilight casi con miedo de conocer la respuesta.
Las princesas no respondieron, solo bajaron la cabeza y Celestia hizo flotar, con ayuda de la magia de su cuerno, hacia Twilight algo envuelto en un fardo negro.
Twilight lo tomó con ayuda de su propia magia con un presentimiento horrible, vaciló un instante pero al final acabó desenvolviendo el fardo.
Al caer la manta, Twilight vio el casco abollado y agrietado que su hermano llevaba cuando era capitán de la guardia.
-Princesa Twilight Sparkle- Dijo Celestia esforzándose por parecer seria y no ceder ante el llanto- Con gran pesar debemos informarte del fallecimiento del príncipe Shinning Armor-

Twilight simplemente se desplomó, tanto física como mentalmente. Sus amigas la atraparon y le intentaban hablar, pero la princesa solo podía escuchar una cosa: Shining Armor había muerto…su hermano había muerto…su queridísimo e irremplazable hermano…muerto.
Twilight no escuchaba lo que pasaba a su alrededor y gruesas lágrimas empezaron a impedirle ver lo que le rodeaba. A sus amigas le empezaban a surgir lágrimas también, sólo Applejack tuvo la fuerza suficiente para hablarle a Celestia.
-¿Q…Qué ha ocurrido?- preguntó la terrestre entre sollozos.
Celestia no pudo aguantarlo más y silenciosas lágrimas emergieron de sus ojos al responder.
-Fue devorado…como gran parte de la población del Imperio de Cristal…por los Cazadores del hielo-
Última edición por Stormstone el 06 Mar 2015, 00:11, editado 1 vez en total
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Angelus-Y » 05 Mar 2015, 22:59

Puff, que tensión, el primer plato viene cargado, aunque su aspecto no lo aparente. Todo muy bien narrado, fluido y exquisito, como esperaba deleitar con tu escritura. Sigue así ^^ , me muero de ganas por saber como sigue esto, porque tu carga emocional en los dialogos es sin duda uno de tus puntos fuertes. :D2
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor horwaith » 06 Mar 2015, 00:21

Buen capítulo, has conseguido ponernos en situación para un final bastante abierto otra vez, espero leer la próxima sorpresa que nos tengas preparada cuando se publique el siguiente.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Volgrand » 06 Mar 2015, 03:04

Y tiene tanto sentido que una civilización carnivora ataque a una herbivora en busca de comida! simple y llana supervivencia del más fuerte!

Gran comienzo y muy tenso. sigue así!
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 06 Mar 2015, 22:56

CAPÍTULO 2: CORAZÓN DE HIELO

Twilight estaba en una habitación del palacio real de Canterlot y hacía tan solo unas horas que había recibido la noticia que había destrozado su corazón.
Su hermano había muerto, algo que nunca se planteó en temer. Se sentía vacía y sin motivo, ya no le importaba nada. Un dolor tan intenso que dejaría una marca eterna.
¿Cómo había pasado algo así? Shinning Armor era un unicornio valiente, noble y generoso, alguien que disfrutaba al proteger y ayudar a otros. Él había enseñado mucho a Twilight, antes de ser consciente del valor de los amigos y antes incluso de haber conocido a Spike, Shinning Armor era aquél que había estado a su lado desde que era una potrilla. Con el tiempo se habían distanciado poco a poco, cada uno siguiendo su vida, Twilight continuó sus estudios con Celestia y su hermano se esforzó en ser un guardia real…pero el comienzo de esas vidas fue con el uno junto al otro.
Celestia le había dicho que había detalles que tenía que discutir con ella, por lo que la trajo a ella y a sus amigas a Canterlot. Al ser consciente del estado en que se encontraba Twilight, le dijo que se tomara el tiempo necesario para reponerse pero, ¿Acaso había tiempo suficiente para afrontar ese dolor? Twilight pensaba que esa herida de su corazón no se curaría ni aunque pasaran diez mil años. Sus amigas estaban junto a ella, pero en cuanto la acompañaron a la habitación, les pidió a todos que la dejaran sola, incluso Spike, que insistió en quedarse fue obligado a retirarse. En cuanto la puerta se cerró Twilight hundió la cabeza en la almohada y gritó de dolor. Lloró durante horas, hasta que la funda de la almohada estaba tan mojada que parecía haberse derramado un vaso de agua sobre esta, si la princesa paró de llorar era simplemente porque no tenía más lágrimas que derramar, así que expresó su dolor de otras formas.
Golpeó su almohada con los cascos con fuerza y la tiró contra las paredes tantas veces que las plumas acabaron saliendo, mordió las sabanas de seda y las rasgó con fuerza, tomó la mesilla junto a la cama y la hizo explotar con su magia…
Respirando entrecortadamente, la princesa estaba de pie en el centro de la habitación, rodeada de los objetos que habían servido para descargar su frustración.
Recordó palabras e imágenes de Celestia dándole tan terrible noticia, ¿Cómo había podido pasar algo así? ¿Por qué podía haber pasado algo así? ¿Quién había podido hacer algo así?
Pero entonces se dio cuenta de algo, despacio y temblando levantó la cabeza ante esa revelación: Su hermano no había muerto…había sido asesinado…no había perdido a su hermano…se lo habían arrebatado.
Algo oscuro llenó su mente, ya no estaba pensando en el “por qué” sino en el “quien”. Unos monstruos habían asesinado a su hermano, y para el horror de Twilight, recordó que también lo habían devorado según había dicho Celestia. Aquello le pareció algo aberrante, imperdonable y que debía ser castigado, necesitaba detalles para actuar.

Twilight bajó las escaleras de la habitación hasta el trono, a través de las ventanas se observaban las primeras luces del amanecer, también notó que los estandartes que a menudo decoraban el palacio con la bandera de la nación de Equestria, estaba alzada a la mitad. Probablemente un signo de respeto por los caídos.
Cuando llegó al Salón del trono, allí estaban todos sus amigos, las princesas y Cadance. La princesa del Imperio de Cristal había recibido a Twilight cuando llegó a Canterlot, con ojos rojos de tanto llorar y un rostro que reflejaba su alma destrozada, junto a ella, también la recibieron los padres de Twilight, destrozados por la pérdida de su hijo. Todos lloraron, se consolaron y se dijeron unas pocas palabras de ánimo, pero al final tuvieron que separarse y habían acompañado a Twilight a una habitación para que descansara.
Ahora los padres de Twilight no estaban y probablemente se habrían marchado hace un buen rato, así que Twilight se acercó a Cadance, para ello esquivó a sus amigas que la intentaron abrazar. Ahora había algo mucho más importante de lo que preocuparse, pero necesitaba saber ciertas cosas.
-¿Quién hizo esto?- Preguntó Twilight con cierta brusquedad.
Cadance levantó la cabeza un poco y sus ojos se volvieron a humedecer, pero sacudió la cabeza para centrarse y respondió de forma que parecía que simplemente recordarlo la agotara y aterrara.
-Fueron…fueron ellos…esos…cazadores- dijo temblando levemente- Bestias peludas, con garras y colmillos aparecieron entre las ventiscas-
Twilight y sus amigas escucharon con temor, incluso Celestia y Luna, que ya habían escuchado el relato parecían aterradas de volver a escucharlo.
-Nuestros vigías los vieron a lo lejos, nos extrañó el ver tantas figuras en mitad de la tundra, pensábamos que necesitarían ayuda pero no podíamos estar más equivocados- explicó la princesa- A medida que se acercaban vimos que muchos vestían armaduras o portaban armas, nos dimos cuenta de que algo iba muy mal demasiado tarde-
Los oyentes estaban aguantando la respiración a medida de que la voz de Cadance iba temblando cada vez más a medida de que hablaba.
-Con el sonido de un cuerno empezó el ataque, aquellos vehículos que en principio creíamos que eran caravanas empezaron a disparar enormes pilares puntiagudos de metal, el pánico cundió en cuanto se vieron en el cielo y aterrizaron destrozando edificios. Intentamos enviar a los soldados para enfrentarse a esos invasores y ayudar a los ciudadanos, pero ya los teníamos encima- Cadance posó la mirada en el suelo de mármol, como si en vez de su reflejo pudiera ver esas terribles escenas- Eran rápidos y fuertes, lobos veloces avanzaban a través del caos producido y se abalanzaban sobre aquellos que huían….otros eran enormes osos que avanzaban imparables, arrollando todo a su paso, todos los guardias que se interpusieron ante ellos eran aplastados sin piedad…y desde el cielo como una lluvia mortal descendían águilas gigantes de plumas oscuras, de afiladas garras que agarraban a todos aquellos que se separaban o trataban de huir-
Cadance tuvo que parar y respirar para tratar de calmarse y continuar, pero temblaba de un modo incontrolable.
-Todos trataban de huir, defenderse o esconderse pero en cuestión de minutos las calles se tiñeron de sangre, los cuerpos desgarrados y machacados sembraban la ciudad…pero eso no era lo peor-
-Cielos, ¿qué puede ser peor que eso?- preguntó Rarity, que tenía la boca tapada de horror.
Cadance levantó despacio la cabeza y clavó sus ojos en los de Twilight, al instante de ellos emergió un llanto incontrolable.
-¡Los devoraban, Twilight!- exclamo la alicornio rosa con terror-¡Se amontonaban junto a los cuerpos de los caídos y los devoraban! ¡Vi sus fauces desgarrando músculos, partiendo huesos y arrancando piel! ¡Vi como masticaban miembros y luchaban entre sí por engullirlos! ¡Vi como sus colmillos y garras se cubrían con la sangre de mis ciudadanos!-
Twilight abrió mucho los ojos….ya se había imaginado que sería algo horrible, pero escucharlo de un testigo directo era peor que cualquier cosa que habría imaginado. ¿Y se suponía que su hermano también había acabado así?
-¡¿Y mi hermano?!- Casi gritó Twilight- ¡¿Qué pasó con Shinning Armor?!-
El mencionar a su difunto esposo obligó a Cadance a taparse los ojos con sus patas delanteras, el llanto llegaba a cada rincón del gran salón, pero se pudo distinguir lo que dijo.
-Él…él…no pudo soportar estar en palacio sin intervenir y salió a luchar…le dije que se quedara y que me ayudara a dirigir la evacuación de los supervivientes, pero no me hizo caso…en cuanto salí a buscarle lo encontré en una de las calles. Había un enorme oso de un solo ojo sobre él y Shinning Armor estaba…estaba…-
La princesa no pude seguir y volvió a sollozar.
Twilight escuchó esas palabras y esa oscuridad que había en su mente se volvió aún más oscura y profunda, esos monstruos habían cometido esos actos horribles y la mente de la princesa se llenó de imágenes y castigos horribles para esas criaturas, imágenes reforzadas con odio y rencor, pero una parte de ese odio acabó dirigiéndose hacia Cadance.
-¿Y tú simplemente te quedaste mirando?- preguntó Twilight con una frialdad que nunca había experimentado- ¡¿No hiciste nada para proteger al que se supone que era el amor de tu vida?! ¡Eres una princesa! ¡Deberías haber sido tú la que estuviera protegiendo a tu pueblo!-
-¡Twilight sparkle!- gritó una poderosa voz femenina.
Todos se voltearon hacia la princesa Luna, excepto Cadance, que seguía sollozando con el rostro oculto por sus patas delanteras.
-¡Entiendo que debe ser duro para ti la muerte de Shinning Armor, Twilight!- exclamó la princesa con dureza- ¡Pero también debes entender que algo así debió de ser increíblemente duro para su esposa! ¡No eres la única que está sufriendo ahora!-
-¡Pero ella es la Princesa de Cristal, debería haber usado su poder para…!-
-¡El poder de la Princesa de Cristal proviene del Corazón de Cristal! ¡Y el poder del Corazón de Cristal proviene de los sentimientos de los Habitantes del Imperio de Cristal! ¡¿Cómo crees que debían de sentirse esos habitantes rodeados de tanto horror, sangre y violencia?! ¡¿De verdad que con tanto miedo, sufrimiento y muerte, el Corazón habría tenido algún poder?!-
Twilight se quedó sin respuesta ante eso y se giró para mirar la destrozada princesa, que seguía sollozando y dejando caer gruesas lágrimas. La princesa tenía razón, en esas circunstancias Candance no habría podido hacer nada.
Aquello oscuro en su mente que cubría a Cadance se disipó, pero no el resto. La princesa no era la culpable, los únicos culpables eran esos monstruos, esas bestias sin alma que habían arrasado la ciudadela de cristal sin razón, ellos y solo ellos eran los que debían pagar y sobre los que Twilight tenía que dejar caer su odio.
Twilight se dio la vuelta y se dirigió con paso firme a la salida.
-¿Twilight?- preguntó Rainbow Dash extrañada -¿A dónde vas?-
Cuando la alicornio morada contestó, lo hizo con la misma frialdad con la que le había hablado a su cuñada.
-Voy a expulsar a esos monstruos del Imperio de Cristal y a devolverlos al agujero abismal del que salieron.
Última edición por Stormstone el 07 Mar 2015, 16:58, editado 1 vez en total
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Angelus-Y » 07 Mar 2015, 11:58

Impresionante. Tu forma de describir las emociones es tan profunda...y no es para nada pesado, no se me ha hecho repetitivo,al menos para mí y esa carga de sentimientos se ha mantenido hasta el final y cada detalle es admirable, por no mencionar la intriga que hay en como responderá Twilight y el resto a partir de ahora, y muestras tambien cosas que pocas vece se ven en los fics, como semejante crueldad y descripcion de la invasion. Me encanta, de verdad, me gustaría qu continuaras cuando pudieras porque esta genial.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 09 Mar 2015, 16:27

CAPITULO 3: NEGOCIACIONES

El tren se movía a buen ritmo por las vías en dirección al Imperio de Cristal. En su interior y con una tensión que jamás habían sentido antes, se encontraban Twilight, sus amigas y las princesas Luna y Celestia, todos acompañados por una docena de guardias reales.
Nadie hablaba, pero todos estaban enfocando sus mentes en distintos pensamientos. Algunos duda, otros miedo, alguno curiosidad, y solo uno una furia profunda como ninguno de los presentes había experimentado.
Ése último era Twilight, no solo porque las princesas se habían negado a respaldarla para expulsar a los invasores, sino porque se dirigían a dialogar con ellos.
-No podemos simplemente intentar expulsarles por la fuerza- había dicho Celestia- Son bestias fuertes, violentas, crueles y sanguinarias…-
-¡Más motivo para librarnos de ellas cuanto antes!- Había respondido Twilight con enojo- ¡Esos monstruos ya se han cobrado muchas vidas ¿y estáis dispuestos a que permanezcan donde están más de lo necesario?!-
-Recuerda, Twilight, Que esos cazadores han podido enfrentarse a toda la guardia de cristal y destruir gran parte de la ciudadela casi sin esfuerzo- le respondió Luna con una calma que resultaba siniestra- Esta situación deberemos tomarla con mucha delicadeza…Si le damos el mínimo motivo podrían avanzar al sur y convertir Equestria en su banquete privado-
-Si no han decidido eso ya- escupió la alicornio morada con desprecio-
Applejack se había acercado con cuidado hasta Twilight hasta que le puso uno de los cascos en el hombro para llamar su atención-
-Escucha Twilight…entiendo que debes sentirte horrible con todo lo ocurrido- dijo la terrestre con un tono compasivo- Pero las princesas tienen razón…debemos saber qué está pasando…debemos averiguar que son esos invasores, por qué están aquí y que van a hacer…Ahora hay muchas más vidas en riesgo-
De modo que tras un par de horas se habían preparado para tener una reunión con los atacantes y estaban a bordo del tren para ir a la antigua capital del imperio.
Pero Twilight se sentía traicionada, esas amigas que siempre había tenido a su lado ahora les daban la espalda. Preferían ir a parlamentar con esos monstruos antes de expulsarlos con toda la violencia y los recursos que hicieran falta, no importaban los motivos o las razones, solo importaba la justicia que no se iba a cumplir.
-¿Cómo van a entenderme?- pensó Twilight- Ninguna de ellas ha perdido un hermano, ninguna ha tenido que escuchar como unos monstruos devoraron a un familiar y ninguna de ellas tiene que soportar que vallan a hablar tranquilamente con esos monstruos, habláis de estar a mi lado pero ahora mismo no tenéis derecho a haceros llamar “amigas”.
Pero sus pensamientos se esfumaron cuando notó el tren disminuir la velocidad, habían llegado a la estación y tan solo a un par de kilómetros se encontraba la ciudad donde había muerto Shinning Armor.

Cuando todos bajaron, Celestia los reunió para explicar los detalles de la misión.
-Escuchad bien- Dijo a los guardias- os mantendréis detrás de nosotras y no actuéis a menos que demos la señal, ¿está claro? No hagáis movimientos bruscos, no levantéis la voz y si intervenís, hacedlo solo para defenderse e iniciar una retirada, dejaremos el tren en marcha por si necesitamos huir-
Los soldados de armaduras doradas hicieron un saludo militar y asintieron.
-En cuanto a vosotras- dijo Luna a las amigas de Twilight- En principio vendréis como sirvientes, ya que dudamos que ellos sepan nada del poder que tenéis en vuestro interior. En caso de que las cosas se nos escapen de los cascos intervendréis con la magia que usasteis para derrotar a Tirek. Siempre como último recurso, ¿Queda claro?-
Las cinco ponis asintieron con decisión, pero Twilight mantuvo la cabeza quieta.
-¿Ha quedado claro?- repitió Luna dirigiéndose a la alicornio.
-Como el agua…alteza- respondió Twilight con frialdad-
-Bien- Añadió la princesa de la noche mientras se daba la vuelta.
El grupo se dirigió hasta la entrada de la ciudadela de cristal, donde se detuvieron de forma que podían ver todo lo que saldría de la ciudad. La ancestral capital estaba parcialmente destruida y aún se observaban columnas de humo que emergían de la zona más al norte, también había varios edificios destruidos cuyos fragmentos de cristal se esparcían por doquier, pero la ciudad estaba relativamente entera. Parecía que, por desgracia, los daños se habían limitado a sus habitantes.
Celestia con su magia alzó una bandera blanca que agitó al viento y Luna, usando su característica “voz real” se dirigió a la ciudad de modo que en cada rincón se escuchó su voz.
-¡Cazadores del norte! ¡Somos la Princesa Luna y la Princesa Celestia, supremas gobernantes de la nación de Equestria y nos acompaña la princesa Twilight de Ponyville! ¡Hemos acudido con el único fin de parlamentar y no tenemos intención de luchar, pues hemos acudido desarmadas! ¡Si tenéis un líder, os pedimos que salga y si tenéis honor, que no esté dispuesto a derramar sangre hoy!-
No hubo respuesta, pero Luna no repitió el mensaje, pues no habría nadie en al menos dos kilómetros que no lo hubiera oído, así que simplemente esperaron.
Twilight manoteaba con disimulo en la tierra, reteniendo su ira como podía. Al otro lado de esas paredes de cristal se encontraban los cazadores que le habían arrebatado a su hermano y se preguntaba si podría siquiera en contenerse para disparar un rayo de su cuerno a la cabeza de la primera bestia que viese. Deseaba usar su magia de una forma que nunca había pensado….usar relámpagos para destruir cráneos, fuego para incinerar extremidades, crear burbujas de agua donde se podían meter cabezas que no podrían respirar…pero se obligó a volver al mundo real cuando vio varios cuerpos salir por la ciudad.

Un gran lobo gris abrigado sólo con una bufanda roja apareció acompañado de un enorme oso marrón con un parche que tenía una expresión muy malhumorada y que vestía una hombrera izquierda de cuero, también les seguía planeando una gran águila negra de cabeza blanca y pico dorado con una delgada cadena al cuello a modo de collar, el águila parecía estar sonriendo y tenía las plumas de su cabeza peinadas hacia arriba, lo que le daba el aspecto de un gallo increíblemente atlético.
Los recién llegados se detuvieron a cuatro metros de los ponis entonces el lobo hizo una reverencia y mostró su rostro (Todos vieron que tenía unos penetrantes ojos de color ámbar), cuando habló lo hizo con una voz grave, calmada y joven.
-Mi nombre es Frost y soy el líder de estas gentes… ¿en qué puedo ayudaros?-
Twilight se mordió la lengua para responderle.
-Hemos venido en busca de respuestas- respondió Celestia sin perder la calma.
-Me temo que no soy alguien al que se le den bien las preguntas- dijo el lobo con educación, pero con un claro tono de que deseaba que esos ponis se marcharan de aquí.
De entre las ruinas y las casas salieron algunas cabezas de lobos y osos, y pronto los tejados se llenaron de águilas, halcones y rapaces. Todos con afilados colmillos o garras de gran tamaño. Algunos miraban a los recién llegados con hostilidad, pero la mayoría los miraban con simple curiosidad.
-Yo creo que sí que podría responder a algunas, Frost- contestó la princesa con un leve tono de irritación- ¿Qué hacéis aquí tú y tus cazadores?-
-Nos has llamado cazadores, por lo que supongo que tú sola podrás responderte-
-¡Insolente! ¡¿Habla de una vez, que hacéis aquí?!-
Twilight no se había podido contener, sabía que eso no llegaría a ninguna parte a menos que fueran más directos, pero Celestia y las demás estaban dominadas por el miedo mientras que a ella, la cegaba la furia.
-¡Twilight Sparkle! ¡Calmate!- exclamó luna entre dientes.
Pero los cazadores ya se habían fijado en ella.
-¡Caray, la princesita tiene agallas, jefe!- rio el águila con una voz chillona-Yo pensaba que las de su clase siempre hacían que otros hablaran por ellas, jajaja-
-Silencio, Vore- dijo Frost sin perder la calma- No es ese motivo suficiente para faltar al respeto-
-¡Vosotros nos estáis faltando al respeto con vuestra mera presencia!- grito Twilight sin contenerse- ¿Tenéis idea de cuantos han sufrido? ¿De cuantos han muerto por lo que habéis, hecho?-
Sus amigas intentaban hacerles señas para que parase, pero Twilight estaba fuera de sí.

-¡Habéis destruido una nación y aterrado a otra! ¡¿Por qué?!, ¡¿Qué razón justifica las abominaciones que habéis cometido?!-
Twilight se quedó quieta con los ojos húmedos esperando una respuesta. Frost se acercó hasta ponerse ante ella, lo que provocó que el resto de ponis retrocedieran inconscientemente. El lobo era un poco más alto que Twilight y tuvo que bajar un poco la cabeza para que sus ojos estuvieran al mismo nivel que los de la princesa.
-Teníamos hambre, princesa- dijo Frost con frialdad- Simplemente teníamos hambre-
La sencillez y simpleza de la respuesta llegó a los ponies y una parte del miedo que sentían de esos feroces cazadores, se transformó en odio.
-Hicisteis cosas tan horribles… ¡¿Sólo porque teníais hambre?!- Exclamó Rainbow Dash enfadada.
-No es tan simple, niña- dijo el águila con su sonrisa más apagada- Hemos tenido hambre durante demasiado tiempo…Nuestra tierra, El Norte, ha sido bañada por un invierno que dura ya más de diez años, las bestias grandes que cazábamos han desaparecido, apenas quedan presas para mantener a nuestro pueblo….necesitábamos comida y la necesitábamos ya-
-¿¡Y no podríais haber hecho otra cosa?!- exclamó Fluttershy enfadada, lo que sorprendió a todos- ¡Para empezar, comerse a un indefenso animal es horrible! ¡Bastaría con empezar una nueva forma de alimentación!-
-¡¿Quién te crees que eres, pequeña?!- exclamó el oso alzándose y midiendo el doble de lo que medía Celestia-¡Somos cazadores! ¡Hemos cazado y comido carne desde tiempos inmemoriales! ¡La carne de esas bestias nos ha hecho fuertes! ¡¿Acaso crees que habríamos podido sobrevivir entre el frío y la nieve sólo mordisqueando raíces?!-
-¡¿Y teníais que venir a arrasar esta tierra sólo por ello?!- Gritó Applejack que se había unido también- ¡En tal caso bastaría que hubierais formado ganados con vuestras presas, así tendríais una fuente de alimentación estable!-
-¡¿Te crees que no lo intentamos en su momento?!¡Ya es bastante duro encontrar y abatir a esas criaturas, vaquerita!- exclamó Vore borrando por completo su sonrisa- ¡No quieres saber lo que costaría arrastrarlos a un corral! ¡Estamos hablando de bichos tan grandes como carretas y catapultas! ¡¿Y una vez atrapados cómo los mantenemos?!-
-¡Podríais cultivar sus alimentos, ya que vosotros no queréis probar los vegetales, al menos servirá dárselos a esas horribles bestias!- exclamó Rarity con desdén.
-¡No se puede cultivar en El Norte, idiota!- gritó impaciente el oso.
-¡Cálmate Odín!- intentó en vano Frost.
-¡Estamos hablando de una tierra donde solo hay hielo y piedra! Continuó el oso sin darse cuenta de la advertencia- ¡Nada puede cultivarse allí! ¡Hemos pasado diez años con ese invierno como para saber lo que decimos!-
-¡En tal caso podríais habido pedido ayuda!- exclamó Celestia también perdiendo la calma- ¡Seguramente yo o Luna podríamos haber hecho algo!-
-¡Cuida tu boca, princesa!- esta vez fue Frost quien habló, y su tono cambió tan bruscamente que todos los presentes, en ambos bandos, se quedaran quietos- ¡No dudo de que seas poderosa, pero esto es algo que ni siquiera nuestro gran Rey Fenrir pudo parar. Aquel conocido como el “Dios del Norte”, “La voz del invierno” o “La encarnación de la caza”, que ha habitado esa tierra desde incontables eras, no ha podido hacer nada para sanarla. ¿Acaso piensas que eres mejor que él, Celestia?!-
Frost paró de hablar y todo el mundo notó que hacía más frío, el lobo jadeaba y su aliento formaba una estela de vapor en el aire. Celestia y el resto quisieron seguir discutiendo pero algo muy dentro les aconsejó callar, la princesa también se dio cuenta de que los espectadores de la ciudad se estaban poniendo muy tensos, así que tomó aliento y se alzó para volver a portar la dignidad con la que había llegado.

-Lo hecho, hecho está- dijo despacio la princesa del sol- Se ha derramado sangre de una forma despreciable y creedme cuando os digo que este horrible acto tardará muchos años en olvidarse…pero por mucho que nos duela, hagamos lo que hagamos no nos devolverá a nuestros muertos-
Twilight entendió que Celestia iba a dejarlo estar y quiso intervenir, pero la severa mirada de su maestra la silenció.
-Tú y tus cazadores habéis saciado vuestra hambre, Frost…Así pues, volved a vuestra tierra y dejad que la nación de Equestria se encargue de los daños que ha sufrido el Imperio de Cristal-
Frost se giró a sus compañeros y todos tomaron una expresión de cierta incredulidad, pero esa expresión se volvió cabizbaja, pues sabían que iban a hacer algo de lo que no les iba a gustar.
Al momento, todos los ponis sabían que algo iba muy mal.
-¿Qué ocurre?- preguntó Luna.
-No vamos a volver, altezas- dijo Frost con un suspiro- Aún quedan muchas bocas que alimentar en nuestra tierra y desde luego, esta ciudad no es suficiente para saciarlas-
-Un momento…-susurró Applejack.
-La única solución es…- suspiró Frost.
-Frost, no lo digas…-Advirtió el oso.
-Tienen derecho a saberlo…es su vida después de todo- puntualizó el lobo.
Las ponis entendieron el significado de todo esto, pero las palabras de Frost lo confirmaron.
-Si el imperio de Cristal cayó fue simplemente porque estaba en nuestro camino, pero no es nuestro objetivo. Nuestro objetivo es la tierra de Equestria-
Las mentes de las ponis se paralizaron durante un segundo, pero volvieron a funcionar enseguida llenándose de indignación, miedo y odio por igual, pero fue Celestia la primera que habló.
-¡No podéis hacer eso!-
-Podéis quedaros aquí e intentar convencerme de algo que no haré o podéis volver a vuestra nación para preparar vuestras defensas, lo cual os conviene, ya que en cuanto estemos listos atacaremos- dijo Frost impaciente- Habéis venido en son de paz y no os impediremos marcharos-
Twilight apretaba los dientes de una forma que le hacía daño, aunque eso no le importaba.
-¡No podéis hacer eso!- estalló Twilight- ¡Me arrebatasteis a mi hermano y ahora me queréis arrebatar al resto de mi nación! ¡¿Qué os hemos hecho?! ¡Mi hermano murió de una forma horrible y vosotros sólo queréis que más mueran como él, él murió de una forma que no merecía, devorado por un…!-
Twilight calló al instante y recordó las palabras de Cadance: “…en cuanto salí a buscarle lo encontré en una de las calles. Había un enorme oso de un solo ojo sobre él y Shinning Armor estaba…estaba…”
Entonces Twilight se fijó en el enorme oso de pelaje marrón y un parche sobre el ojo, que le miraba extrañado, sin reparar en la expresión de desconcierto del resto, aleteó y se puso cara a cara con ese al que llamaba Odín.
-Tú- dijo entre dientes con un desprecio total- Cuando atacasteis esta ciudad… ¿Te comiste a un unicornio blanco, de crin azul y con armadura?-
-¿Cómo voy a saberlo?- preguntó molesto Odín- No soy capaz de recordar a todos los que me comí ese día.
En menos de un segundo un rayo salió del cuerno de la alicornio morada e impacto en el rostro del oso, lanzándole a volar cuatro metros hacia atrás. Celestia y sus amigas gritaban algo, pero Twilight solo tenía ojos y oídos para las docenas de lobos, osos y rapaces que se abalanzaban sobre ellos desde la ciudad.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Angelus-Y » 09 Mar 2015, 17:06

Me he quedado con ganas de mas, ¡ME HA ENCANTADO! Absolutamente todo: las emociones, las expresiones, la trama, la inmensa tensión, la cultura de los cazadores, sus descripciones, los dialogos TODO TODO TODO. ESPERO ANSIOSO EL SIGUIENTE POR FAVOR! :D2 Que se esta volviendo muy interesante.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 11 Mar 2015, 20:00

CAPITULO 4: GUERRA

Se les echaron encima.
Acompañada de un sinfín de rugidos, una marea de colmillos y garras salió de la ciudad y se abalanzaron sobre los ponis. Twilight se había quedado petrificada ante tal horrorosa visión. Hasta ahora no había sentido más que ira y odio contra esos cazadores, nunca se había planteado que tuviera que temerlos, estaba demasiado cegada por la muerte de su hermano, por eso nunca se preocupó del peligro. Pero verlos allí, mostrando sus fauces y sus garras, sus musculosos cuerpos diseñados para perseguir, abatir y ejecutar bestias mucho más grandes y poderosas que ella, encabezados por la mirada de unos ojos llenos de un instinto depredador, Twilight simplemente se paralizó de terror al ver a esos cazadores y en ese momento se dio cuenta del verdadero peligro que eran. Fue salvada gracias a un rayo proveniente de uno de los guardias que habían estrado atentos y en la retaguardia. El rayo impactó he hizo retroceder a un lobo marrón que saltó en dirección a Twilight más rápido de los que ella había esperado que hiciera.
-¡TWILIGHT, CORRE!- Gritó Celestia.
No tuvo que repetirlo, Twilight se dio la vuelta y empezó a cabalgar.

Frost se había quedado boquiabierto ante tal acción. Antes de que se diera cuenta, todos sus guerreros habían abandonado sus puestos y perseguían a los ponis, que ya estaban lejos.
-¡Deteneos! ¡Alto!- gritó el lobo desesperado, y aunque algunos de los que estaban más cerca obedecieron, la mayoría siguió persiguiendo a los equestres.
-Maldita sea Twilight- dijo el lobo entre dientes- No, no es así como nos tienen que ver-

Los ponis cabalgaban y volaban cuanto podían mientras le hacían señas al maquinista para que pusiera el tren en marcha, la locomotora echó vapor y para cuando los ponis subieron con los cazadores justo a sus espaldas, el tren ya tenía una buena velocidad.
Todas subieron al tren en movimiento e incluso un lobo se adentró también, pero antes de poder hacer nada fue expulsado fuera gracias a una certera coz de Applejack en el rostro. Una gran águila blanca se abalanzó en picado pero una estela multicolor pasó por su lado desequilibrándola, lo que hizo que cambiara su trayectoria y lo que provocó que se chocara contra la pared del vagón, a 30 centímetros de la puerta de entrada por la que quería acceder. Uno de los osos se había enganchado a la puerta y forcejeaba para entrar mientras su enorme cuerpo era arrastrado por el tren, alzó la cabeza con decisión para acceder de un salto, pero se topó con la sonriente cara de Pinkie Pie.
-¿Los osos también tenéis cosquillas?- dijo mientras sacaba de su pelo una larga pluma.
El oso no tuvo tiempo de responder, pues en un segundo se estaba partiendo de risa debido a las caricias de la pluma en su axila. El cazador no pudo aguantar más y se soltó, formando una gran bola de pelo que se estrelló contra otros cazadores que corrían a la par que el tren como una bola de bolos hace un strike.
-¿Qué te parece? ¡Sí que tienen!- rio la terrestre rosa.
La mayoría siguió corriendo al lado del tren durante poco menos de un minuto, pero acabaron rindiéndose y aminoraron la velocidad hasta que se detuvieron mientras jadeaban.

El tren, por su parte, no tenía la necesidad de descansar, por lo que continuó su trayecto de vuelta a Equestria mientras que las figuras de los perseguidores se perdian en el horizonte.
Todos los presentes se quedaron un momento quietos, hasta que Twilight, que no esperaba un movimiento brusco tan pronto, fue empujada hacia la pared del vagón por una Terrestre naranja.
-¡¿Qué, en el nombre de todas las manzanas, estabas pensando, Twilight?!- gritó Applejack con enojo.
Twilight miró a los ojos de la vaquera y entonces observó que muchos de los presentes estaban mirándola con el mismo enojo.
-¡No seáis duras con ella!- exclamó Dash mientras se interponía entre las dos ponis.
-¡Se ha dejado llevar por la ira y nos ha arrojado a una legión de monstruos devoradores de ponis!- exclamó Rarity indignada-¡Claro que vamos a ser duras con ella! ¡Hemos escapado de milagro!-
-¡Al menos ella ha hecho algo!- respondió la pegaso-¡Ellos estaban ahí, regodeándose y vosotras estabais muertas de miedo! ¡Ellos planean invadir Equestria, lo han dicho ellos! ¿De verdad esperabais dejarlo estar? ¡Si yo no le he dado una coz a ese lobo es simplemente porque Twilight se adelantó con ese oso!-
-A lo mejor podríamos haber dialogado con ellos o intentar convencerlos de que no hicieran eso- añadió Fluttershy con un leve enojo- Pero ahora será imposible con lo que ha hecho Twilight-
-¿Te estás poniendo de parte de esos cazadores?- Preguntó Pinkie con un ligero toque de ameaza.
-¡Al menos ellos no han atacado a nadie en mitad de un encuentro pacífico!- gritó AJ- ¡Prometimos que no haríamos ningún daño!-
-¡Vosotros prometisteis eso!- respondió Dash fuera de sí- ¡Yo creo que si hubiéramos atacado por sorpresa podríamos haberlos hecho retirarse! ¡Son monstruos y asesinos! ¡¿Por qué íbamos a tratarlos como a iguales?!-
-¡BASTA!- exclamó la princesa Celestia con un fogonazo que iluminó al instante todo el vagón y provocó que todos los presentes se encogieran.
Las ponis alzaron despacio la cabeza y vieron que la crin de Celestia estaba en llamas, pero no dijeron nada porque se empezó a apagar por sí misma y a volver a tomar el tono de siempre
-No importa quien ha hecho que- dijo con lo que se notó una ira contenida- Lo único que importa ahora es que haremos, tenemos un ejército de depredadores a nuestras puertas y tenemos una nación que proteger, en cuanto lleguemos a Canterlot iniciaremos los preparativos-
-¿Preparativos para qué, alteza?- susurró Fluttershy con timidez y aún agazapada.
Celestia se colocó ante la ventana del tren y miró al exterior, mientras unos minúsculos copos de nieve caían despacio.
-La guerra, Fluttershy- dijo con tristeza- Estamos en guerra-

-----------------------


-¡Imbéciles!- gritó Frost al tiempo que daba un golpe con la pata en la cara a uno de los cazadores que habían vuelto tras la persecución.
El golpe no dejó herida, pero tumbó a uno de los lobos en la nieve, que se alzó con el rabo encogido.
-¡P…pero señor, atacaron a al jefe Odín y…!-
-¡Y nosotros hemos arrasado una de sus ciudades!- gritó Frost con enojo- ¡Lo que me sorprende es que se hayan dignado a intentar dialogar! ¡Hemos acudido al encuentro con honor y con la decisión de no derramar más sangre hoy! ¡No importara lo que hicieran! ¡Acudimos con dignidad y la habéis echado por los suelos con esa persecución!-
Una de las águilas se adelantó desafiante a sus camaradas.
-¡¿Acaso importa?! ¡Las vamos a devorar como al resto de los suyos! ¡Son las presas por las que hemos venido hasta aquí!-
El resto de los cazadores se agitaron y empezaron a replicar estando de acuerdo con la afirmación de su camarada, pero entonces todos se callaron ante un sonido similar a un trueno. Odín se había levantado, se había alzado sobre sus patas traseras y había dejado caer todo su peso y fuerza golpeando la tierra con sus zarpas delanteras de una forma que hizo temblar la tierra.
Frost no se había alterado en absoluto por el sonido y habló con calma.
-¿Cuál es la primera regla del cazador?-
Los perseguidores se miraron entre sí, confusos.
-“Sólo se caza para sobrevivir, nunca como deporte o juego”- Respondió Odín con autoridad.
-Exacto- Dijo Frost- Cuando empezasteis a perseguir a esos ponis, ¿alguno tenía en su mente la intención de devorarlos para su supervivencia o la supervivencia de sus camaradas?-
Los cazadores vieron a donde quería llegar el jefe y bajaron la cabeza avergonzados.
-No- se adelantó a responder Frost- Fuisteis tras ellos por vuestro propio orgullo, Porque si conocierais a Odín de verdad, sabríais que puede aguantar cosas mucho peores que un pequeño rayo en su fea cara-
-Las collejas que me daba mi madre eran mucho más fuertes- dijo el gran oso con sorna.
-No podíais ir por hambre, pues todos comimos bien cuando atacamos el imperio y enviamos el resto de las víctimas al norte para alimentar a nuestras familias. Fuiste tras esos equestres sin heridas y con el estómago lleno…fuisteis tras esos ponis sólo por orgullo- terminó el lobo con desprecio.
Los cazadores agacharon las cabezas sin atreverse a mirar a sus jefes por la vergüenza.
-El orgullo nos puede dar fuerza y hace poderosa nuestra voluntad- añadió Frost mientras se daba la vuelta-Pero recordad que ese orgullo fue también lo que nos llevó a los tiempos oscuros, durante “la Nieve roja”-
Los cazadores temblaron al escuchar esas palabras.
-Pensad en vuestros actos mientras os preparáis para partir, quiero a las tropas listas para ir al sur. Odín, vigila que no hagan más tonterías-
-Sí, jefe- contestó el gran oso- ¡Vamos imbéciles, preparad las armas de asedio, nos vamos de caza!-

Frost se retiró dejando a Odín con los preparativos hasta que se adentró en una de las casas de la ciudadela, se metió en uno de los dormitorios y se sentó en el suelo. Aún estaba la cama y el resto de los muebles, pero a Frost y a muchos de los cazadores no les gustaban esas cosas, muebles demasiado blandos y mullidos para ellos que lo más blando que conocían era las pieles de los mastodontes de su tierra.
Todo había salido mal, ahora esos ponis llevarían el mensaje de que bestias horribles, asesinos y monstruos iban a matar a sus familias. Les había contado a las princesas su situación, pero no les había explicado la desesperación de sus actos, que si estaban allí, masacrando a os habitantes, era porque se les habían acabado todas las variantes.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un graznido en la ventana, que provocó que se volteara con rapidez, allí vio un gran cuervo negro en cuyos ojos resaltaba un brillo azul místico.
Ese cuervo era Hugin, y no era un cuervo cualquiera, era un recordatorio de su misión, un símbolo de su poder y sobretodo, un contacto con su maestro.
-Lord Fenrir- dijo Frost con una reverencia- ¿A qué debo su presencia?-
Hugin abrió el pico cuanto pudo y na voz grave, profunda y antigua que formaba un ligero eco
-No estás en mi presencia, Frost…sólo mi voz llega hasta ti, después de todo-
Era cierto porque a muchísima distancia de allí, en el interior del palacio de las Garras de piedra se encontraba el hermano gemelo de Hugin: Munin.
Hugin y Munin eran los cuervos sirvientes de Fenris, el rey de El Norte, unos cuervos que actuaban como los ojos y oídos de su amo en todo su reino, eran unas criaturas místicas, poderosas y, según se contaba, tan antiguas como el mismísimo Fenris, que había visto El Norte en sus principios cuando aún no había nieve. Los dos cuervos estaban conectados entre sí, y aquello que veía y escuchaba uno, lo veía y escuchaba el otro, Fenris había cedido a Hugin a Frost para que pudiera comunicarse con él del progreso de su misión. El cuervo del rey estaba ante é y escuchaba sus palabras, las cuales viajaban a través de ancestrales encantamientos hasta que emergían del pico de su hermano y lo mismo funcionaba a la inversa.
-Mi señor, todo va según lo planeado- dijo Frost- Las tropas han enviado todo lo posible al Norte y ahora se preparan para avanzar al sur-
-Las provisiones llegaron, Frost, y saciaron a muchos, cachorros y ancianos sobretodo- habló Fenrir a través del cuervo -Se recibieron con alegría y alabaron tu nombre mientras te daban las gracias-
-Me agrada escuchar eso, mi señor-
-Y sin embargo, no pareces alegre por ello… ¿Qué te aflige, hijo mío?-
Frost dudó.
-Habla- insistió la voz con caridad y autoridad, a la vez.
-Mis disculpas mis señor- empezó Frost con cuidado de elegir bien sus palabras- Pero tengo dudas de esta misión…Estas criaturas no son simples bestias salvajes…tienen ciudades y tradiciones, tienen ritos, costumbres e historia y…-el lobo se mordió el labio antes de acabar- Tienen familias por las que se preocupan-
Del cuervo no salió ninguna voz, por lo que Frost entendió como que debía explicar más.
-Estamos luchando contra criaturas semejantes a nosotros y estos actos nos hacen ver a sus ojos como asesinos sin alma…No digo que no debamos seguir con esto, mi señor- se apresuró a añadir- Sólo digo que es triste ver que no entienden la desesperación de nuestros actos…… He intentad hacérselo saber con el fin de que si luchamos, no nos guarden rencor por lo que al principio pareciera simplemente una sed de sangre y violencia……He intentado hacerles saber que hacemos esto por nuestro pueblo y que no nos es agradable tener que hacerlo pero…...surgieron complicaciones-
La voz tardó un poco en emerger del cuervo.
-Frost…… ¿Sabes qué ley existe en El Norte por encima de todo?-
El lobo miró al cuervo con confusión.
-La ley de los cazadores, mi señor- Contesto con respeto pero de una forma de hacer saber que era una respuesta obvia
-Esos códigos nos indican cuáles son las mejores maneras de actuar para nuestra sociedad, Frost……Pero existe una ley muchísimo más poderosa que lidera no solo en nuestra tierra, sino en todas las tierras de este mundo……Es la ley de sobrevivir-
Frost no dijo nada ante la contundente respuesta, sólo pudo esperar mientras un misterioso frío se colaba en la habitación.
-Todas las criaturas y especies se rigen por esta ley, Frost…Todo lo que vive está ligado al instinto de supervivencia…al final lo único que importa es la supervivencia a cualquier precio…incluso si ese precio son nuestro honor y orgullo-
Frost no pudo evitar apretar sus dientes cuanto pudo.
-La vida de nuestro pueblo cae sobre tus hombros, Frost. Los habitantes de Equestria lucharán con el objetivo de sobrevivir y nosotros lucharemos con el mismo objetivo- Explicó la voz- Debes darte cuenta de que esto no es sólo una cacería……es una guerra…una guerra que decidirá tu destino, mi destino y el destino de El Norte…Te recomiendo actuar recordando eso-
El cuervo cerró el pico y salió volando hacia el exterior, donde caían unos copos de nieve con suavidad. Frost sabía que si quería volver a hablar con su señor no tenía más que llamar a Hugin para que volviese, pero no lo llamó. Simplemente se quedó donde estaba mientras afuera se escuchaba a sus guerreros preparándose para partir.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 21 Mar 2015, 13:13

CAPITULO 5: A LAS ARMAS

Habían pasado tres días desde la desastrosa reunión.
Twilight estaba en su habitación de Canterlot, había dado tantas vueltas que había perdido la cuenta mientras estaba enfrascada en sus pensamientos.
Guerra, Equestria se estaba preparando para la guerra y todo por culpa de esos cazadores. No importaba que les hubiera atacado, su objetivo desde el principio era Equestria, ella había tenido razón en todo momento mientras que su maestra y “amigas” habían decidido acudir a ese inútil encuentro. Debían haber atacado sin preguntar, debían haberlos expulsado o mejor, debían haberlos masacrado. Esos monstruos no eran criaturas con las que se pudiese dialogar ni hablar, eran asesinos, invasores y destructores. Desde el momento en que escuchó sobre ellos sabía que eran enemigos, era ella quien tenía razón y el resto los que se equivocaban.
Entonces… ¿Por qué se sentía tan culpable?
Alguien llamó a su puerta y la distrajo, al abrir un guardia real le informó de que las princesas la esperaban en el salón del trono, por lo que se puso en camino de inmediato.
Mientras se dirigía a la reunión, su mente se llenaba de pensamientos relacionados con los cazadores. Ya no solo con relación a la muerte de su hermano y con odio sino también con miedo, con duda e incluso con… ¿Compasión? Criaturas que eran así porque tenían que serlo o porque el mundo las había obligado a ser así…ya no sabía qué pensar de ellos.
Cuando la princesa llegó al salón del trono todas sus amigas estaban allí junto a las princesas y Spike, el dragón, todas se volvieron para verla entrar pero casi ninguna mantuvo la mirada. Twilight sabía que las cosas se habían vuelto muy tensas desde lo que había hecho en la reunión y aunque Celestia había dicho que se tenían que centrar en los problemas actuales, se notaba que lo recordaba por la frialdad de su mirada.
-Bien, ya estamos todos- empezó la princesa del sol- Ahora podremos empezar con el plan de defensa-
-¿De qué se trata, princesa?- preguntó Fluttershy.
-Aunque no lo creáis Equestria ha creado defensas para tiempos oscuros, hoy es la hora de usar esas defensas-
-¿Tiempos oscuros?- Preguntó Twilight sorprendida.
-Hubo un tiempo anterior al reinado mío y de Luna, una era donde no se tenía el poder de los alicornios o los elementos de la armonía. Esas defensas nunca se llegaron a usar pero hoy será el día en el que por fin se utilicen-
-¿Por qué nunca supe nada de eso?- preguntó Twilight algo indignada.
-No necesitabas saberlo- Respondió Luna con frialdad.
Twilight quiso replicar pero Dash se adelantó al hablar.
-Bueno, como sea, hay que parar a esas cosas, entonces atacamos ya, ¿Verdad?-
-Nos llevan la delantera para atacarles, pero podremos pararles con la defensa adecuada-
La pegaso no parecía estar del todo de acuerdo.
-Preparad todo lo necesario- dijo Luna- Iréis a Mustangia de inmediato.


Los cazadores se encontraban ya en Equestria, hacía poco que habían salido de la tundra y habían pisado suelo sin nieve. La nueva zona sorprendió a muchísimos, no estaban acostumbrados a ver tantos árboles y plantas a la vez o un terreno tan extenso sin precipicios, picos o formaciones rocosas. El ejército de cazadores había acampado en una zona boscosa con varios claros donde las tropas se agrupaban en torno a las fogatas que habían prendido.
A Frost le agradaba esta nación, los recursos eran abundantes, el clima era agradable y el terreno era seguro, se podría decir que Equestria era todo lo contrario a El Norte. En la tierra natal de Frost habría costado días encontrar material combustible para encender una hoguera, o días en haber encontrado un lugar para acampar que no sea afectado por la fuerza de los elementos y por supuesto aquí podías caminar sin temor a que un depredador se abalanzara sobre ti desde cualquier posible escondite. Era prácticamente un paraíso, pero había un problema.
Era débil, la tierra paradisíaca con todo lo necesario a su alcance hace a los que habitan en ella débiles, perezosos y vulnerables. Seguramente en esa tierra nunca habían tenido que aguantar periodos de sequía o hambruna, no habrían tenido que soportar tormentas, inundaciones o avalanchas. Y mucho menos soportar guerras entre hermanos por los recursos que proporcionaría la tierra…esos ponis eran débiles de cuerpo y espíritu porque les había tocado vivir en una tierra muy fácil.

-¿Pensando de nuevo, general?-
Frost no se volteó, pues sabía quién le estaba hablando. En un par de segundos una loba blanca como la nieve se sentó a su lado y le miró con unos ojos azules como si fueran zafiros, el pelo de su cabeza formaba una trenza que caía por el lado izquierdo de su cuello, tenía una clara sonrisa como si entendiera la situación de tal forma que quisiera fardar de ello.
-¿Te puedo ayudar en algo, Freya?- preguntó Frost con pesadez.
Freya era una de las más antiguas amigas de Frost, habían cazado en numerosas ocasiones y se habían ayudado mutuamente durante años.
-La verdadera pregunta es ¿En qué te puedo ayudar yo, Frost?- preguntó con sorna la loba blanca- Es la segunda ley de la caza, ¿recuerdas?, “Un cazador actúa solo o acompañado, pero ayuda siempre a otro que lo necesite”-
-Conozco la ley, Freya- Respondió Frost impaciente.
-Entonces déjame cumplirla…Sé que te preocupa algo-
-No me preocupa nada, hablé con Lord Fenrir, todas mis dudas se aclararon-
-Sé que mientes-
Frost se levantó y se dio la vuelta para irse.
-Te conozco demasiado bien, Frost- rió Freya-Cuando no puedes encontrar una respuesta buena contra mí te largas sin más-
Frost se detuvo y resopló por la nariz.
-Aún no sé qué haces aquí…deberías estar en nuestra tierra. Tienes familia por la que preocuparte-
-Y porque me preocupo por ellos estoy aquí…necesitas a los mejores cazadores junto a ti. Mi madre y mi hermano podrán estar sin mí un tiempo- Respondió la loba con tranquilidad.
-Ymir aún es solo un cachorro- dijo impaciente Frost- Deberías estar con él-
Freya negó con la cabeza, como si estuviera cansada de jugar con un niño pequeño, pero seguía sonriendo.
-Deja ya de evadirme-
-Me preocupa nuestro próximo movimiento- se apresuró a añadir el lobo- Lord Fenrir nos habló de esta tierra pero no es su dominio…no sabemos ni su extensión ni su geografía o donde están sus principales ciudades. Estamos caminando a ciegas y las caravanas llegarán en poco tiempo-

Aunque Frost había dicho eso para evitar más preguntas sí tenía algo de verdad. Para actuar con rapidez, Fenrir había decidido que cada cierto tiempo caravanas de El Norte se dirigirían al frente para transportar a los caídos, las presas y los botines sin que los cazadores tuvieran que dejar su puesto y podían mandar con ella los recursos o refuerzos de los que podían prescindir.
Los habitantes de la nación de hielo no tenían que comer cada día como los ponis, y podían aguantar bastante tiempo sin probar bocado sin desfallecer ante la hambruna y la inanición, pero cuando les tocaba comer tenían que ingerir grandes cantidades de carne para poder estar de nuevo al 100%. Los cazadores habían enviado una parte de las víctimas del Imperio de Cristal a su tierra con la primera caravana, pero se habían visto obligados a consumir a la mayoría para poder estar al máximo rendimiento durante el resto de la cacería. Las caravanas aún tardarían una semana en llegar, pero Frost no conocía la nueva tierra y no conocía ni la situación de las ciudades ni la geografía ni el lugar donde convendría atacar primero, y no sabe cuánto podrían tardar en capturar más presas para enviar, ahora que los equestres iban a defenderse. Una parte de él temía que cuando llegase la caravana no tendrían nada que enviar a sus familias.
-Recomiendo ir hacia el sur- canturreó Freya mientras con un movimiento se pasaba la coleta al lado derecho del cuello- Al final del bosque, en mitad de las llanuras y tras una gran colina hay una enorme ciudad que parece ser el centro de actividad de la región-
Frost se dio la vuelta incrédulo.
-¿Cólo lo…?-
-Como parecías demasiado ocupado pensando en otras cosas mandé a Vore y algunas rapaces a explorar- explicó con tranquilidad.
Frost se sintió asombrado y, casi al mismo tiempo, avergonzado.
-Es bueno tener cosas en la cabeza, general- dijo Freyja mientras se acercaba a Frost, lo que provocó que se le colorearan las mejillas- Pero a veces ha que vaciarla un poco-
Freya le guiñó un ojo y se dio la vuelta mientras le abofeteaba la cara con el rabo y se alejó de esa hoguera.
Frost sacudió la cabeza y se maldijo por dejarse tratar como un cachorro, sin embargo había algo de cierto en las palabras de su amiga…quizás le sentaría bien dejar la mente en blanco esa noche, o al menos ocuparña cn cosas que no le provocaran tanto dolor y dudas, así que simplemente se recostó junto a la hoguera y trató de dormir, pero justo antes de caer en sueño reparador se dio cuenta de que el templado bosque en el que acampaba se volvía un poco más frío por una suave brisa procedente del norte.



Amanecía en Mustangia.
Mustangia era una región agrícola, situada al este de Cloudsdale, a medio camino entre Canterlot y la tundra del Imperio de Cristal. La mayoría de la zona consistía en una extensa llanura salpicada de campos de cultivos cuyos frutos llegaban a todos los rincones de Equestria. El centro de esta zona era la ciudad de Mustangia que podría describirse como un Ponyville a gran escala. Las casas eran de dos pisos como mucho y se situaban de forma que creaban un extenso laberinto de calles y callejuelas, a excepción de algunas calles principales más anchas y una plaza en el centro donde se encontraba un gran ayuntamiento, Un río caudaloso atravesaba la ciudad de derecha a izquierda y proporcionaba a los ciudadanos agua fresca y limpia, además de su uso para regar los campos de los alrededores.
Mustangia era una ciudad milenaria, pues fue una de las primeras ciudades que se construyeron cuando los ponis descubrieron la tierra que llamarían Equestria. Se creó como un simple pueblo de agricultores, pero la fertilidad de la tierra hizo que ese número de agricultores se incrementase enormemente y con él, el tamaño de la ciudad. Sin embargo había algo que llamaba la atención de los turistas más que su tamaño u origen.
La muralla de piedra se alzaba imponente, rodeando a la ciudad como si fuera una cerca y cada casa fuera una oveja de un rebaño. La muralla medía unos veinte metros de altura y era lo bastante gruesa como para que unos pocos ponis caminaran sobre ella sin riesgo de caerse. Esta muralla podría resultar extraña en la cultura tan pacífica de los ponis, pero los que habitaban esta zona eran conscientes de que cuando los ponis llegaron a Equestria, también descubrieron que había enemigos entre los rincones de este paraíso: Algunos lobos de madera acechaban en los bosques cercanos mientras que bandidos perros joyeros se escondían en grutas bajo tierra, y por encima de todo estaban los grandes dragones que de vez en cuando sentían la necesidad de saquear las aldeas de los ponis en busca de botines. En esa era no se tenían ni la guardia real, ni las princesas ni el poder de los elementos de la armonía por lo que se tuvieron que conformar con sistemas de defensa primitivos y sencillos que nunca se llegaron a usar, pero que hacían sentir a sus ciudadanos más seguros.

Las princesas habían elegido esta ciudad para detener a los cazadores por dos razones principales:
En primer lugar, los ponis no podían hacer frente a esas criaturas del norte cuerpo a cuerpo, les superaban físicamente y también en conocimiento de lucha, por lo que debían elegir una forma de poder atacar mientras poseían un buen escudo, ese escudo sería la muralla de Mustangia.
Y en segundo Lugar, esos cazadores tenían el objetivo de usar la población como alimento y Mustangia era la ciudad más cercana al norte junto con Cloudsdale, pero teniendo en cuenta la posición aérea de la última era poco probable que fuera el objetivo.

Twilight, Applejack y Rainbow Dash se encontraban sobre la puerta de entrada de la muralla norte mientras Fluttershy, Pinkie Pie y Rarity terminaban de evacuar a los civiles por la puerta sur para trasladarlos al interior. Junto a la princesa se encontraban un gran número de guardias reales que había enviado, las princesas del sol y la luna no se encontraban allí, ya que además de estar poniendo a punto las antiguas defensas de Equestria tenían que asegurarse de que no cundiese el pánico en la población. Sin embargo habían conseguido dar apoyo en el frente.
Grandes cañones de bronce se alineaban sobre la muralla apuntando al exterior, los tubos se colocaban sobre una plataforma de madera con ruedas y un mecanismo que le permitía colocar la dirección dl cañón tanto en horizontal como con una inclinación de 45 grados.
Los cañones se habían sacado de antiguas cámaras en las catacumbas de Canterlot, que contenían objetos de eras pasadas y se habían colocado sobre la muralla con ayuda de la magia de los guardias reales unicornios, tenían munición y tropas pero contaban con algo aún mejor.
El pueblo, Mustangia se había levantado contra los invasores. Los niños y los ancianos habían sido evacuados, pero la inmensa mayoría de los civiles había tomado las herramientas de trabajo que usaban en el campo para proteger a su ciudad y sus seres queridos. A diferencia del Imperio de Cristal, muchos habitantes de Equestria habían tenido el tiempo suficiente para mentalizarse y aceptar lo que venía. Habían tenido el tiempo suficiente para darse cuenta de que no tenían lugar a donde ir y que si no querían acabar como el Imperio de Cristal tendrían que dejar a un lado sus temores y luchar.

-¿Está todo listo? Preguntó Impaciente Twilight.
-Los cañones están en posición y los guardias están en sus puestos- Respondió la pegaso multicolor.
-¿Y los voluntarios?-
-Se encuentran dentro de la ciudad- respondió Applejack con algo de enojo- En caso de que entren, podrán defenderse mejor entre las calles. Conocen mejor la ciudad que cualquiera de nosotros-
-¿Y Rarity, Fluttershy y Pinkie Pie?-
-Se encuentran en la salida sur, ayudando al último grupo de refugiados-
-Bien, ha sido una suerte de que la mayoría de los civiles decidieran ayudar, aunque solo tenemos terrestres y algunos pegasos, no nos habría venido mal algunos unicornios-
-¿Tenemos defensas en la puerta sur?- inquirió Applejack.
-Sólo unos pocos soldados, la mayoría está aquí- Respondió la alicornio.
La terrestre abrió los ojos con indignación.
-¿Has dejado a los evacuados sin protección?- exclamó indignada-¡Nuestra misión es protegerlos!-
-Nuestra misión es expulsar a esos monstruos de nuestra nación- respondió con frialdad Twilight- Y para ello necesitamos todos los recursos posibles, no podemos prescindir de nada para esas minucias-
-¿Proteger las vidas de nuestros ciudadanos son minucias?- Preguntó la terrestre con desprecio.
-Lo es si está en juego toda Equestria- respondió impaciente la princesa- Además, si los concentramos aquí no tendrán que ir a por los refugiados. En eso consiste el plan-
-Y todo está saliendo según tu plan, ¿Verdad?- murmuró la terrestre.
-¿Qué?-
-¿Esto es lo que queráis tú, verdad? Luchar contra ellos de frente y aniquilarlos. Porque si no recuerdo mal tú fuiste la que decidió echar por tierra la posibilidad de llegar a un acuerdo pacífico-
Twilight se volvió a Applejack ahasta que sus caras estuvieron muy juntas y miró a su amiga con ira.
-Esas cosas iban a atacarnos hiciéramos lo que hiciéramos. No había posibilidad de llegar a un acuerdo pacífico-
-Eso no los abemos- dijo la terrestre con el mismo tono de amenaza- Fallamos un intento, pero podríamos haberlo intentado más veces-
-No habría funcionado-
-¿Cómo lo sabes? Eres princesa, no adivino. Aunque ahora también tengo dudas sobre lo primero-
Twilight retrocedió.
-¿Qué?-
-Una princesa es una líder- explicó la terrestre- Una líder está junto a los suyos y los protege, pero tú estás más centrada en acabar con esos cazadores que en proteger aquellos a los que se supone que diriges-
-Deberíais discutir en otro momento- dijo Rainbow Dash.
Twilight se volteó a la pegaso que la había interrumpido con rabia.
-¿Por qué? Si se puede saber-
-Porque los tenemos encima-
La pegaso apuntó con su casco al horizonte.
Twilight y Applejack se voltearon y miraron en esa dirección. Desde detrás de la colina que se veía desde las murallas emergieron pequeñas figuras oscuras bordeadas por la luz anaranjada del amanecer, Twilight reconoció las siluetas de osos, lobos y águilas que los sobrevolaban y entre ellas había extraños instrumentos de metal y del tamaño de carretas.
Twilight gritó una orden que jamás pensó que daría.
-¡Ya vienen! ¡Tomad las armas! ¡Preparaos para el combate!-
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 26 Mar 2015, 19:44

CAPITULO 6: ASEDIO

Los guaridas se colocaban es sus puestos mientras Twilight contemplaba la colina. Eran muchos más de los que había llegado a ver en el Imperio de Cristal, centenares de cazadores avanzaban con paso firme y rápido hasta la ciudad. Twilight volvió a llenarse de esa rabia al verlos, marchando como si pensaran que fueran alguna fuerza imparable que podría hacer lo que quisiese, pues nadie podría impedírselo.
-¡Preparad los cañones!- gritó la princesa- ¡Vamos a demostrarles que si van a intentar comernos, no acabarán sin un solo rasguño!-
Los cañones se alinearon y los tubos de dos metros de largo se elevaron con el fin de tomar el máximo alcance posible.
Rainbow Dash había cogido un catalejo y observaba al enemigo.
-¡800 metros y acercándose!- dijo la pegaso
Twilight se mantuvo firme, el alcance de los cañones era de 600 metros, por lo que tenían que esperar a que se acercaran.
-Twilight- casi suplicó Applejack- Aún puedes detener esto-
La princesa se giró a la terrestre con una ceja alzada.
-Estamos en una posición ventajosa, no nos pueden atacar sin más…por favor, deja que se acerquen y lleguemos a un acuerdo-
-¡700 metros!- gritó Dash
Twilight sin modificar su fría expresión volvió a mirar a los cazadores que se acercaban.
-¡Twilight, sé que tienes motivos para odiarlos, pero así lo único que conseguirás son más muertes!-
-¡600 metros!- Gritó de nuevo la pegaso.
-¡Twilight, por favor!- gritó Applejack.
La alicornio morada pensó, pensó en la cantidad de gente que había dentro de la ciudad, pensó en las amigas que estaban dentro ayudando a los civiles, pensó en los daños, pensó en la sangre y en el dolor que se iban a producir…pero todo eso lo ocupó el recuerdo de su hermano, lo ocuparon los rostros salvajes de los cazadores y todo eso lo ocupó simplemente el odio.
Twilight apretó los dientes y alzó su pezuña.
-¡FUEGO!-
El tronar de los cañones por poco perforó el oído de todos los que estaban al lado, las bocas de los cañones escupieron fuego y humo durante un instante y pesadas bolas de metal salieron volando, recorrieron la distancia en un parpadeo y aterrizaron enre las primeras filas de los cazadores.


La explosión se produjo a unos diez metros de Frost, que se giró en dirección al origen del sonido, pero se volteó al instante, pues cuatro explosiones más sonaron en la vanguardia, buscó el origen de todo el caos y con el rabillo del ojo observó un objeto metálico aterrizar sobre uno de sus soldados.
-¡Atrás, retroceded! ¡Tenemos que reagruparnos!-
Los cazadores obedientes tomaron a los que habían resultado heridos y se apresuraron a retroceder sobre sus pasos, solo tuvieron que moverse una veintena de metros para asegurase de estar fuera del alcance, por lo que cesó el fuego enemigo.
Frost gruñó por lo bajo hasta que se acercaron Freya, Odín y Vore.
-¡Decidme los daños!- exigió el lobo.
-¡Hemos perdido a cinco y al menos cuatro heridos!- informó el águila
-¿Qué ha sido eso?- exclamó Odín con la confusión reflejada en su único ojo-¡Nunca había visto armas así!-
-¡Nosotros tenemos catapultas y lanzadores de pilares, pero esas cosas explotan cuando golpean algo!- añadió Freya, que parecía tan emocionada como confusa.
-Parece que hemos subestimado a las presas- comentó Frost mientras dirigía su mirada a la muralla- Algo que nunca debe hacer un cazador-
-“Un ratón acorralado es la criatura más peligrosa de todas” recitó el oso, recordando la regla de los cazadores.
El líder lobo se volvió al jefe de las rapaces.
Vore, dime que ven tus ojos de águila.
La gran ave se adelantó cuanto pudo y abrió mucho los ojos mientras miraba el origen de los disparos.
-Veo extraños y grandes tubos de metal, hay muchos y a lo largo de toda la muralla…parece ser que son lo que nos está disparando-
-Es un comienzo, ¿Qué más?-
-Veo muchos ponis con armaduras doradas en la muralla. Algunos parece que son los que manejan esos tubos…También veo a varios ponis que estuvieron en la reunión, está la princesa que le disparó a Odín en la cara y parece que está discutiendo con la poni naranja con sombrero-
-Parece ser que al final han preferido venir a la primera fila antes que dirigir desde la retaguardia- comentó Freya- Hay que admitir que son valientes-
Frost no hizo caso al comentario.
-Háblame de las tropas, Vore-
-Los que visten armaduras llevan armas, veo lanzas y espadas…también veo arcos. Muchos son pegasos o unicornios-
-Los unicornios pueden ser un problema- Comentó Odín- ¿Recordáis a ese blanco en la ciudadela de Cristal? Era capaz de crear burbujas para protegerse a sí mismo y a otros, y también podía lanzar rayos y descargas de su cuerno… Si todos son iguales casi incluso podríamos perder esta batalla-
-Perder no es una opción- Dijo Frost con seriedad- Tenemos que atacar esa ciudad-
-Las rapaces no podrán ayudar mucho ahora- añadió Freya –Y esos tubos acabarán con nuestras armas de asedio antes de que se acerquen suficientes para disparar-
El jefe lobo se quedó pensando un instante y se volvió a dirigir al águila.
-Vore, descríbeme el muro-
-Es bastante viejo, veo muchas grietas, hendiduras y piedras salientes- dijo el ave mientras miraba otra vez- Sé lo que planeas hacer y a pesar de que es bastante alto creo que se puede conseguir. -
-Acercaos- dijo entonces Frost- Creo que tengo un plan-


-Típico- dijo Twilight con desprecio- Son la clase de escoria que se retira cuando ven que no pueden ganar fácilmente-
Applejack apretaba los dientes conteniendo la ira.
-¡Maldita sea Twilight, podríamos haber…!-
-¡No AJ, no habríamos podido hacer nada!- grito Rainbow Dash, harta de tanta discusión-¡Las cosas son así de simples, a veces la única solución es la peor, así que deja ya de quejarte!-
La terrestre se mordió la lengua para no responder, por mucha rabia que le diera, el daño ya estaba hecho, ahora lo único que quedaba hacer es luchar.
-Todo está bajo control- dijo la pegaso con seguridad- No podrán avanzar con nuestra potencia de fuego y no pueden contar con apoyo aéreo, recuerda que estos guardias reales también conocen conjuros de protección y ataque, cuando avancen les golpearemos sin que no puedan hacer nada para evitarlo-
-¡Atentos, los enemigos están formando de nuevo!- se escuchó gritar a un soldado.
-¿No os lo dije?, Son tan idiotas que van a volver a por mas- Sonrió la pegaso al momento que todos se volteaban para mirar.
-¡Atentos!- gritó Twilight, deseosa de ver a más cazadores saltar por los aires.


Frost se encontraba delante de todo su ejército en una perfecta formación y miraba la ciudad con determinación.
-¡Ellos tienen armas!- gritó el general- ¡Ellos tienen una muralla!, ¡Ellos tienen magia! ¡Pero os aseguro que no tienen algo que tenemos nosotros!…¡¡¡Nosotros…tenemos…HAMBRE!!!-
Los cazadores golpearon el suelo y rugieron con fuerza en señal de estar de acuerdo con su líder. Los osos se alzaron para aumentar su volumen y los lobos aullaron, lar rapaces aletearon levantando polvo del suelo mientras de sus picos salían agudos chillidos.
-¡VAMOS HERMANOS, CONOCEÍS EL PLAN! ¡ES HORA DE CAZAR!-


-¡Preparad de nuevo los cañones!- gritó la princesa Twilight- ¡Saludémosles de nuevo!-
-¡Espera, algo está mal!- gritó Applejack- ¡Mira!-
Twilight hizo caso y volvió a mirar. Los cazadores empezaron a moverse y a correr veloces en dirección a la muralla pero había algo raro.
Solo atacaban los lobos. Sus figuras alargadas y peludas se deslizaban sobre la llanura mientras los grandes osos y las águilas permanecían en la posición original.
-Son demasiado cobardes para venir todos- escupió Twilight- ¡Si quieren morir de uno en uno, por mí estupendo! ¡Fuego!-
Los cañones volvieron a disparar pero de las docenas de lobos que se aproximaban, muy pocos cayeron. Eran veloces y frenaban o variaban su recorrido bruscamente. No tenían suficiente vista para ver de dónde venían las balas, pero se movían de forma impredecible, giraban, retrocedían, daban vueltas, hacían derrapes, se juntaban y separaban…todo mientras poco a poco se acercaban más y más a la muralla.
-¡Apuntad bien!- gritó Twilight.
Los cañones bajaban su posición continuamente para acortar el alcance de sus disparos cada vez más. Bajaban y bajaban hasta que…
*CLONK*
Casi al mismo tiempo todos los cañones golpearon el borde de la muralla que les impedía bajar más el tubo que disparaba las balas. Ahora por mucho que dispararan los cañones no acertarían a los lobos aunque estuvieran quietos.
Twilight comprendió el plan demasiado tarde.


Frost y Freya corrían a la par delante del resto de la vanguardia y escucharon el sonido metálico.
-¡Hemos entrado en su punto ciego!- gritó Frost- ¡Continúa con el plan! ¡Bordead la muralla por cada lado hasta que os encontréis, si veis otro acceso usadlo para entrar y atacar por la retaguardia, yo dirigiré el asalto principal desde aquí!-
Freya asintió, dio un aullido que se escuchó por toda la zona y al instante una docena de lobos se pegó a la muralla y empezaron a seguir su recorrido por cada lado, unos por la izquierda y otros por la derecha.
Frost se dirigió al resto de los lobos que continuaban a su lado, pegados a la muralla, al lado de la gran puerta de entrada cerrada y justo debajo de los cañones que no podían disparar.
-¡Nos toca a nosotros! ¡Hora de despejar el camino!-


-¡Planean atacar por otro lado!- Gritó Dash- ¡Tenemos que enviar tropas!-
-¡No tenemos tiempo!-Gritó Twilight-¡Tenemos el ataque principal aquí! ¡Debemos aguantar!-
Applejack le agarró la cabeza a la princesa y la obligó a mirarla a los ojos, que brillaban de incredulidad y furia.
-¡¿Vas a dejarlo sin más?! ¡Esos bichos llegarán hasta Fluttershy, Pinkie y Rarity en la puerta sur, junto con los civiles sin evacuar! ¡¿De verdad vas a ser capaz de…?!-
-¡VIENEN, YA VIENEN, YA VIE…!-
El grito de uno de los soldados las hizo reaccionar, pero esos gritos fueron silenciados por un lobo marrón que había escalado la muralla veloz. Usando las hendiduras, piedras salientes y grietas. Los lobos eran los más ágiles de los cazadores y escalar crespas, piedras y formaciones rocosas inestables era necesario para cazar en El Norte.
El lobo había emergido de la nada y había hundido los colmillos en la parte del cuello no protegido del guardia y dejando que fluyese la sangre carmesí, como si se tratase de una horrible fuente.
Todos los presentes se prepararon para hacer frente al intruso, pero un instante después varios lobos más salieron del mismo lugar.
Se desató el caos, desde fuera saltaban lobos mientras los guardias, una vez recuperados de la horrible sorpresa empezaron a luchar para defenderse.
Frost estaba entre los que habían escalado la muralla y esquivó rápidamente a todos sus contrincantes hasta que se abalanzó sobre un unicornio que controlaba uno de los cañones con las garras por delante. La sangre enseguida tiñó sus patas y sus fauces, pero no podía permitirse sentir emoción o tristeza, se volteó para asegurarse de que el resto de sus camaradas habían hecho lo mismo y habían eliminado, o al menos inutilizado, a los técnicos de los cañones.
Entonces tomó aire y emitió un aullido que se escuchó en toda la zona.

Odín, junto con el resto de los cazadores, escucho el aullido.
-¡Es la señal de que tenemos vía libre! ¡En marcha!-
El resto de los cazadores avanzaron con rapidez y en cuanto las grandes máquinas de asedio estuvieron a suficiente distancia, las cargaron con los pilares de piedra que trían siempre con ellas.
En El Norte todo material combustible que existía se utilizaba para alimentar los fuegos, braseros y hogueras. Estos materiales incluían la madera y se descartaba su uso para cualquier otra cosa, como fabricación de muebles o papel. De hecho, la mayoría de la población de cazadores era analfabeta y transmitía sus conocimientos mediante la palabra.
Para las construcciones se usaba sobretodo piedra, el metal también era usado, pues se conocía el uso de la metalurgia, para adornos o artesanía se usaban los huesos de las presas, pues no eran buenos combustibles y para abrigo las pieles de las mismas presas.
Las máquinas de asedio características de los cazadores consistían en una estructura metálica parecida a una enorme ballesta que se trasladaba gracias a unas ruedas en sus laterales. Esta máquina era capaz de lanzar prácticamente cualquier cosa pero un proyectil característico consistía en un gran pilar de piedra casi cilíndrico. Se disparaba de manera similar a una flecha, aunque era mucho menos preciso. Sin embargo, en caso de impactar de forma directa podía golpear con más fuerza que cualquier ariete y en caso de torcerse en pleno vuelo, acababa girando como un rodillo aplastando enemigos a su paso, por lo que también era eficiente.
Cuatro de las máquinas de asedio apuntaron directamente a la puerta de entrada mientras el resto del ejército de cazadores avanzaba.
Cuando las tropas estaban ya cerca de la entrada cerrada, las máquinas dispararon.


Twilight usó su magia para hacer levitar a uno de los lobos y lanzarlo por la muralla y después lanzó una descarga de rayos a otro, que se sacudió violentamente y cayó también al exterior. Applejack se revolvía entre las patas de un lobo el doble que ella hasta que soltó una coz ascendente en el hocico del cánido, que lo dejó tambaleante y aturdido. Dash, rápida como un parpadeo, golpeaba una y otra vez a lobos que se volteaban para ver quién era su nuevo contrincante, y tras no encontrarse con nadie, recibir otra coz por la espalda.
Entonces todos notaron como toda la muralla se sacudía, el combate se detuvo durante unos segundos, pues ambos bandos se esforzaban por mantenerse en equilibrio. Twilight se asomó como pudo a la muralla y se dio cuenta de que un gran cilindro de piedra que no sabía de donde había salido había chocado contra la gran puerta, haciéndola temblar. Al instante llegaron volando tres pilares más, el primero chocó de lado y la puerta se mantuvo firme pero los otros dos golpearon de forma directa con la cara circular por delante. El primer impacto directo atravesó la madera como si se clavase un punzón en un trozo de cartón y el segundo impacto la abrió de par en par y dejó una de las maderas colgando destrozada de una de las bisagras.
Twilight no tuvo fuerzas para gritar alguna orden o alguna maldición ante la visión de tal destrozo y tampoco gritó nada cuando contempló como enormes osos se adentraban a montones por la recién abierta puerta cuando aún no había caído la última astilla.
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