LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 06 Abr 2015, 11:07

CAPITULO 7: LA BATALLA DE MUSTANGIA

Los osos entraron en la ciudad corriendo a cuatro patas, como una avalancha de pelo y colmillos con el enorme Odín a la cabeza.
-¡Tomad las calles! ¡No dejéis que escape ninguno!-
Los cazadores se movieron rápido y se dividieron en escuadras de cinco que se adentraron en las calles. Marchaban a ciegas, pues no podían contar con el apoyo de las rapaces que estaban esperando a que se debilitaran las defensas de la muralla, por lo que los osos se la tendrían que arreglar solos hasta que los lobos acabaran su parte. Pero Odín no estaba tranquilo.
Eran simples ponis, criaturas con pezuñas, pequeñas y que, sin embargo, habían plantado cara de una forma admirable e inesperada. ¿Qué más les tendrían esperando?
Otra cosa que el gran oso notó es que tras atravesar la puerta, no les esperaba ninguna resistencia, se imaginaba tener que enfrentarse a más soldados como los que había en la muralla que les esperarían aterrados e incrédulos por haber perdido su muralla.
Pero no había nadie, y al marchar por las calles no se veía ni un alma tampoco.
-Señor- dijo un oso negro que corría a su lado- Quizás todos huyeran de la ciudad antes de que atacáramos-
-Olfatea el aire, cazador- respondió Odín con tono impaciente- Esta ciudad aún huele fuerte a poni. Además es imposible que pensaran pararnos solo con esas máquinas, puede que esos ponis sean débiles, pero no son idiotas-
Entonces al doblar una esquina, el grupo de Odín se encontró con una poni terrestre azul que galopaba en su dirección, al darse cuenta de los cazadores, dio la vuelta y huyó despavorida con una expresión de terror.
-¡Allí hay una!- gritó uno de los osos-¡Atrapadla!-
El grupo al completo apretó el paso pero la poni era mucho más veloz que cualquiera de ellos, dobló varias esquinas y Odín se percató que cada vez que lo hacía, aguardaba a que los cazadores llegaran a ver hacia donde se dirigía.
-Espera...-murmuró el oso tuerto- Algo no anda bien-
Pero el grupo arrinconó a la poni en un callejón sin salida, la terrestre intentaba trepar el muro vertical presa del pánico.
-No dará para mucho- dijo uno de los cazadores sin poder evitar relamerse.
Odín se quedó un poco atrás, mirando a la pequeño poni…algo no iba bien…pero lo entendió todo cuando su presa sonrió, se llevó un casco a la boca y silbó de forma que todo el callejón lo escuchó.
-¡Retroceded!, ¡Es una trampa!-
Pero ya era tarde y el único ojo de Odín miró asombrado como docenas de ponis terrestres saltaban de los tejados hacia los osos, armados con horcas, hoces y materiales para cultivos. Los osos no se lo esperaban y lo pagaron caro.

El muro norte se había teñido de sangre, a pesar de la poderosa magia de los unicornios que había allí y de la habilidad de los soldados entrenados, los lobos atacaban con demasiado frenesí.
Entonces Twilighr dirigió la vista al cielo y observó un grupo de rapaces que volaban en dirección sur, adentro de la ciudad.
-¡Dash! ¡Detén a esos pajarracos!- gritó la princesa por encima del ruido de la batalla.
La pegaso multicolor no tuvo que escucharlo dos veces, y tras avisar a varios pegasos, batió sus alas y se dirigió veloz hacia los voladores.
Pero un enorme cuerpo emplumado la frenó, y Vore, el águila de cabeza blanca con una enorme cresta, se interpuso ante ella.
-No voy a dejarte, colorida- dijo con sorna.
Dash maldijo y en ese momento una docena de pegasos se colocaron a su lado gracias al aviso que dio previamente.
-¡Id a por el resto, el gallo es mío!- ordenó RD con autoridad.
Los guardias no discutieron y reanudaron la persecución, Vore se abalanzó sobre uno de ellos pero un rápido golpe de una estela multicolor lo frenó, para cuando se recompuso, los guardias lo habían pasado y se dirigían hacia las rapaces.
Vore arrugó la frente y dirigió la mirada a Dash.
-No eres el único capaz de luchar en el aire, pollo mutante- dijo la pegaso con confianza.
Vore a pesar de la situación no pudo evitar sonreír de emoción, aleteó y se abalanzó sobre la poni con las afiladas garras por delante.

En la entrada sur de la ciudad, aún lejos de toda la acción, Pinkie Pie, Fluttershy y Rarity estaban conversando sobre los planes. Acompañadas de varios ponis voluntarios de la milicia.
-Hemos conseguido que todos salgan- Informó la pegaso de crin rosa.
-Eso significa que solo están dentro aquellos que lucharán- Puntualizó Rarity
-La batalla ya debe haber empezado- dijo Pinkie. Deberíamos ir con el resto de nuestras amigas-
Como si fuera una respuesta a ese comentario, una serie de explosiones se escucharon a lo lejos, entre las calles, parecían estar bastante lejos, pero
-Espero que todo acabe bien- dijo Fluttershy con temor- No tengo ninguna gana de encontrarme con…-
Entonces calló y su expresión se tornó en miedo al ver como un grupo de lobos corría siguiendo la muralla encabezados por una loba blanca con coleta.
-¡Oh cielos, ya vienen!- gritó la pegaso con horror.
-¡Y no vienen solos!- gritó Rarity señalando en la dirección opuesta, pues viniendo de la misma forma, bordeando la muralla, se aproximaba otro grupo de lobos.
-¡Adentro! ¡Hay que cerrar las puertas!- grito la unicornio mientras se adentraba en la ciudad de nuevo.
En la puerta había un puñado de ponis voluntarios, ya que todos los soldados estaban en la muralla norte, pero reaccionaron con rapidez y empujaron las pesadas puertas.
Freya apretó el paso, con todo lo que habían corrido, ninguno de sus lobos tendría las energías suficientes para escalar la muralla, por lo que si llegaban a cerrar la puerta tardarían demasiado en acceder a la ciudad, por lo que los ponis tendrían tiempo suficiente de avisar de la situación y de conseguir refuerzos, por lo que la estrategia de atacar por dos frentes se iría al traste.
Sin embargo, consiguió empujar la puerta lo bastante para frenarla y a su fuerza se le sumó la del resto de los lobos.
Los ponis recibieron el choque, pero siguieron empujando y la puerta permaneció en esa postura, no estaba cerrada pero tampoco estaba lo bastante abierta para que entraran los lobos.
-¡Maldita sea!- gritó Rarity mientras empujaba con todas sus fuerzas junto al resto de equestres- ¡¿Dónde está Applejack cuando hace falta?!-

AJ acababa de dar una coz a otro lobo que trataba de abalanzarse sobre ella, pero el choque en la cara lo mandó salir despedido de la muralla y caer de forma que cuando chocó contra el suelo, no volvió a levantarse.
Pero a la terrestre se le estaban acabando las energías, al igual que al resto de guardias. Los soldados estaban en forma y estaban bien entrenados, pero la sangre equestre vertida superaba por mucho a la de los cazadores.
Applejack busco desesperada a Twilight y la encontró formando un anillo de fuego a su alrededor para mantener a raya a dos lobos que la acosaban.
La alicornio extendió el anillo con un fogonazo de forma que hizo que sus atacantes se retiraran, Applejack aprovechó el momento para acercarse.
-¡Twilight! ¡Tenemos que retroceder! ¡Las tropas están agotadas, nos están haciendo pedazos!-
Entonces la terrestre se dio cuenta de que la princesa también le costaba respirar, estaba sudando a mares y sus patas temblaban ligeramente, amenazando con dejar de soportar su peso.
Twilight alzó la cabeza y sus ojos se encontraron con la desesperada mirada de Applejack, miró el resto de la muralla y contempló como el resto de los guardias acababa cediendo ante los cazadores. Entonces fue consciente de su error.
La princesa tomó aire y con una docena de destellos que agotaron todas sus fuerzas, teletransportó a Applejack, a sí misma y a los supervivientes de la muralla hasta el interior, concretamente en el ayuntamiento, situado en el centro de toda la ciudad.
Todos aparecieron de golpe en una gras sala con un escenario de telón rojo donde se realizaban los actos de reuniones o debates.
AJ parpadeó aturdida y confusa, miró a su alrededor y observó que los guardias (aproximadamente la mitad de los que había antes de que comenzara la batalla) o reaccionaban de la misma forma que ella o caían agotados en el suelo.
Aj también se sentó a recuperar el aliento, pero en poco rato trotó hasta Twilight con una mirada cargada de odio.
-¡¿Estás satisfecha, verdad?!-gritó la terrestre-¡Mira lo que has conseguido con tu odio y deseos de venganza! ¡Más muerte, más destrucción y una ciudad invadida! ¡Debistes haber escuchado, debiste haber dialogado, debiste…!-
Twilight no se dio la vuelta, no se movió ni hizo el menor gesto, parecía que no había escuchado a su amiga.
-¡Eh! ¡Te estoy hablando! ¡¿Es que ya no puedes ni siquiera…?!-
Pero la terrestre se calló al ver a la princesa desplomarse ante sus ojos como un saco de patatas, con los ojos cerrados, empapada en sudor y respirando entrecortadamente.
-¿Twilight?- preguntó la terrestre con todo su odio convertido en preocupación -¡TWILIGHT!-

Odín corría por las calles cuanto podía junto con el cazador que le quedaba.
Tras la feroz emboscada del callejón, los osos habían acabado con muchos ponis pero también habían perdido a bastantes más cazadores de lo esperado. Los ponis atacaban desde cualquier esquina o rincón, armados con orcas, azadas y una voluntad de hierro, y en cuanto veían una inminente derrota, desaparecían entre las callejuelas y edificios, algunos incluso usaban las alcantarillas.
Pronto las calles se tiñeron de rojo, tanto por parte de los ponis como de los cazadores.
-¡No lo entiendo!- gritaba el superviviente con una clara huella de miedo-¡Aparecen y desaparecen sin más, como si fueran espectros!-
Pero calló cuando al doblar una esquina se encontraron de golpe con otros tres osos con aspecto de estar furiosos.
-¡Señor Odín!-exclamó uno de ellos.
-Informa- dijo el oso tuerto sin perder la calma
-¡Esos ponis malnacidos desaparecen entre la calles en un parpadeo, han puesto trampas y tienden emboscadas!-
-¿Qué sabéis del resto?-
-¡Todos los grupos han perdido al menos a un cazador! ¡Hemos visto trampas, redes, lazos, pilas de cajas cayéndonos encima…! ¡Antes hemos perseguido a un grupo y nos han tirado barriles de aceite en llamas, las explosiones han acabado con toda mi escuadra!-
-Juegan en su terreno y aprovechan lo que pueden, desde luego son ingeniosos- dijo Odín con un leve tono de admiración- Podemos irrumpir en las casas pero se mueven por los tejados también, nosotros no somos lo bastante rápidos-
-Quizás los lobos puedan- sugirió uno de los osos.
-Tal vez, pero la mayoría de ellos tienen ya un objetivo prioritario-
Odín se alzó sobre dos patas y olfateó el aire.
-Puede que si presionamos como hasta ahora los derrotemos, pero tendremos demasiadas bajas, agrupad a todos los cazadores que podáis y manteneos juntos-
-Necesitamos un mensajero, ¿Dónde están las rapaces?- preguntó otro oso.
-Ya habrán derrotado suficiente a los guardias de la muralla como para que se adentren, no deberíamos tardar en recibir información-
Por capricho del destino, un enorme halcón cayó girando en todas direcciones y parecía aturdido. Los osos se fijaron en él y trataron de llamar su atención, pero el ave se estrelló en uno de los edificios a través de una ventana al final de la calle.
-¡Necesito a dos conmigo!- gritó Odín en cuanto acabó la escena- ¡El resto haced lo que os he dicho y reagrupad a los cazadores! ¡Si esto continúa así perderemos a más de los previstos!-
Los osos asintieron y se dirigieron a cumplir sus órdenes.
Odín avanzó por la calle en dirección al edificio donde se había estrellado la rapaz, de pronto dos terrestres y dos pegasos los rodearon saltando desde una de los callejones perpendiculares. Los osos por norma general se habrían abalanzado ante presas tan pequeñas y débiles, pero en vista de lo ocurrido, formaron un círculo espalda contra espada y adoptaron una posición defensiva.
Uno de los terrestres, armado con una pala y en un claro gesto de miedo e impaciencia, se abalanzó sobre Odín de una forma precipitada, el gigantesco oso se movió a un lado a una velocidad impropia para alguien de su tamaño y se alzó sobre dos patas, el poni terrestre, de color verde claro no pudo frenar a tiempo por el impulso que llevaba y sin proponérselo acabó delante del oso justo cuando éste dejaba caer todo su peso en sus zarpas delanteras en un golpe descendente. El golpe aplastó al poni en el suelo con tanta fuerza que le partió la columna, no se volvió a levantar.
Los demás ponis se acobardaron ante aquella visión y vacilaron, Odín aprovechó el factor del miedo y lanzó un rugido como señal de ataque, sus dos compañeros respondieron con un rugido similar y se abalanzaron sobre los ponis. Los milicianos se paralizaron de miedo durante un segundo, tiempo suficiente para que Odín diera a una un zarpazo en la cara al terrestre restante de forma que salpicó los adoquines con la sangre del equino.
Los pegasos intentaron volar pero uno estaba tan nerviosos que no podía aletear bien, cuando se pudo levantar un metro del suelo uno de los cazadores úrsidos lo agarró y lo estampó en el suelo, a pesar de los movimientos desesperados para escapar y defenderse, no pudo hacer nada ante los colmillos que aprisionaron su cuello.
-¡Vamos! Quizás en la siguiente emboscada sean más valientes- exclamó Odín.
Los osos se adentraron en la casa y subieron al segundo piso, no encontraron resistencia y hallaron al ave estrellada entre una pila de escombros.
-Vamos cazador, necesitamos información- dijo Odín mientras sujetaba a la lechuza y la agitaba ligeramente para que volviera en sí.
El halcón abrió sus grandes ojos y miró aturdida a su alrededor, pero pronto fue consciente de la situación y se levan´to por su propio pie.
-Necesitamos que nos describas el entorno y la posición de…-
-No hemos podido- interrumpió la rapaz.
Los osos quedaron un instante en silencio.
-El entorno es demasiado complejo, es mucho más enrevesado que las formaciones que estamos acostumbrados a reconocer- dijo despacio el halcón- Además no nos han dejado reconocer el terreno-
-¿Qué?- Exclamó el oso tuerto.
-Los pegasos nos lo han impedido, son mucho más débiles pero nos superan en velocidad y maniobrabilidad-todas las rapaces están demasiado ocupadas enfrentándose a ellos y no podrán dar apoyo. Ni siquiera podemos descender pues los ponis tienen hondas y arcos -
Odín soltó una maldición.
-No esperaba que esta caza diera tantos problemas. Escúchame cazador, tienes que llevar un mensaje a Frost, él sabrá que hacer, vuela bajo para que no te detecten-

Frost y sus lobos aún se encontraban sobre la muralla, al haber presenciado como todos sus rivales habían desaparecido se alarmaron esperando un ataque sorpresa, pero en vista de que no recibían ningún ataque decidieron recuperar fuerzas.
-Señor, esos ponis eran mucho más duros de lo que esperábamos- dijo uno de los lobos jadeando.
-Así es el deseo de sobrevivir de una raza razonable- Respondió Frost.
Mientras recuperaban el aliento la mente de Frost se llenó de dudas de que hacer, había escuchado explosiones mientras luchaba y estaba seguro de que no eran originadas por los osos y también tenía que conocer el estado de Freya pero las rapaces estaban ocupadas luchando en el cielo y no podían cumplir con su función de mensajeras.
El jefe lobo estaba asombrado y una parte de él pensó que no debió haberles dicho nada a los equestres y que debían haber atacado por sorpresa, pero lo descartó inmediatamente. Ahora ellos se defendían, contraatacaban…era así como debían luchar, no como cazadores y presas, sino como iguales.
Sin embargo las cosas no iban bien, Frost sabía que esta batalla acabaría con la victoria de los cazadores, después de todo habían conseguido irrumpir en la ciudad, pero estaba costando más de lo esperado, los lobos habían perdido a varios en la batalla de la muralla y estaba seguro que visto lo ocurrido aquí, los osos no lo tendrían fácil tampoco.
Frost se sentó y contempló la ciudad, ya se levantaban algunas columnas de humo debido al caos producido, también se dio cuenta de que no conocía la situación de Freya.
-Mi señor- dijo uno de los lobos- Ya nos hemos recuperado suficiente ¿Deberíamos unirnos a la caza del señor Odín?-
-No- dijo despacio Frost- Subestimar a estos equestres nos ha salido muy caro. Necesitamos información y ser conscientes de la situación-
Entonces, para sorpresa de todos, un halcón apareció planeando entre los edificios, aleteó y se posó en la muralla junto a los lobos, inclinó la cabeza a modo de saludo para el jefe lobo.
-Traigo un mensaje importante para el jefe Frost- dijo serio.
-Informa-
-Los equestres han iniciado estrategias de emboscadas, ocultamiento y trampas- comenzó el halcón- He conseguido ponerme en contacto con el jefe Odín, pero las rapaces no podemos descender con esos pegasos presionándonos-
Frost no dijo nada pero su mirada tembló ligeramente.
-¿Emboscadas?- preguntó uno de los lobos confuso.
-El jefe Odín me ha informado de que los osos han perdido muchos más cazadores de lo esperado. Esos ponis conocen esta ciudad mucho mejor que cualquiera de nosotros y son capaces de aparecer y desaparecer en cualquier momento-
Frost se volteó y volvió a mirar a la ciudad.
-El señor Odín informa de que la batalla se ganará de cualquier forma, pero que los daños en nuestras tropas serán mucho más graves-
-¿Qué hacemos entonces, mi señor?- pregunto con cierta preocupación uno de los lobos.
Frost mantuvo la mirada en la ciudad y respiró hondo.
-Los lobos han sufrido pérdidas y si los osos continúan así perderán a demasiados como para continuar la campaña, las rapaces también sufren problemas…nunca pensé que tendría que recurrir a ellos tan pronto-
Frost se volteó a sus tropas con una expresión clara de irritación.
-Haced sonar el cuerno y tocad retirada, que los cazadores se retiren al extremo de la muralla más cercano en el que se encuentren-
-¿Nos retiramos?- Preguntó incrédulo uno de los lobos- ¡Pero señor, usted dijo que no podemos permitirnos perder esta batalla!-
-No vamos a retirarnos- dijo Frost con decisión- vamos a cercarlos para asegurarnos de que no escapen-
Los lobos se miraron algo confusos.
-¿Escapar de qué, señor?-
-Han demostrado que son capaces de enfrentarse a criaturas racionales-
Frost volvió a clavar su mirada en la ciudad.
-Traed a los yetis, veamos si pueden luchar tan bien contra los depredadores del norte-
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Volgrand » 10 Abr 2015, 15:32

A pesar de que esta historia me está gustando, y mucho, no puedo evitar sentirme anonadado ante la absoluta incompetencia militar tanto de los Equestrianos (¡pongamos a una princesa, incapaz de controlar su ira y sin experiencia militar, a dirigir al ejército en la primera batalla contra los cazadores!) como los cazadores (¡Venga, metámonos de cabeza en la madriguera poni, sin saber qué hay dentro o de qué son capaces estos herbívoros! ¡Carguemos de frente contra la muralla sin mirar qué tienen preparado!).

En serio, un par de generales necesitan ser relevados rápidamente de sus puestos.

El tema de la incompetencia política es otro asunto, pero eso para otro review :D.

Aún así, la historia la estoy disfrutando. Sigue en ello ;)
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 15 Abr 2015, 16:37

Primero de todo, muchas gracias, Volgrand por tu comentario.
Ya he notado que esto no está causando tanto impacto como EL VISITANTE, al menos en cuanto a comentarios se refiere :ajshrug: , de todas formas eso no me va a detener y voy a seguir contando esta historia 8) De todas formas si quereis decir algo os animo a escribirlo ya sea bueno o malo, si escribo cosas es para compartirlas con vosotros pero también agradecería conocer las opiniones para aprender más, espero que os guste como va hasta ahora la historia y espero que os guste como continúa. ;)

CAPITULO 8. ACORRALADOS

Vore dio un giro de tonel y evadió una pasada de Dash tan rápida que le pitaron los oídos, entonces batió las alas para subir y descendió en picado para golpear con su pico a la pegaso.
Dash lo vio venir y esquivó el ataque con facilidad, e incluso se tomó la desfachatez de golpear la cara del gran águila mientras lo hacía.
Vore aleteó y se giró a la pegaso, se rascó con una de sus garras la cara, en la parte que había sido golpeado.
-Tengo que admitirlo, pequeña...-dijo sonriendo- Eres la presa que más me está costando atrapar-
Dash sonreía confiada.
-Y tú eres el rival más lento al que me he enfrentado…Incluso Fluttershy podría ganarte en una carrera-
Vore batió las alas de nuevo y se abalanzó sobre la pegaso, que lo esquivó con la misma facilidad, el águila intentó voltearse y atacar de nuevo y con rapidez, pero Dash ya no estaba ahí.
-¿Me buscabas?- dijo una voz detrás suyo a la que le siguió un fuerte golpe en la espalda.
El águila cayó pero levantó el vuelo en breve y se volvió a colocar ante la pegaso.
-¿Es eso lo mejor que tienes, gallo gigante?- preguntó Dash con la frente levantada.
-¿Cómo demonios has conseguido llegar a ser así de rápida?- preguntó el águila sin poder evitar mostrar entusiasmo al ver todo eso.
-Je, las carreras es algo a lo que me enfrento cada día-
Dash batió sus alas y se abalanzó contra Vore pero este no tuvo tiempo de maniobrar y recibió el impacto, cuando se centró recibió otro y después otro más.
Vore aleteaba aturdido y entonces la pegaso se abalanzó una vez más con rapidez, dejando una estela arcoíris a sus espaldas y dispuesta a acabar con su rival, pero algo la hizo detenerse en seco.
Un rugido, un rugido desgarrador que se escuchó por media ciudad e incluso a una altura como esa, algo proveniente de una bestia poderosa, grande y, sobretodo, enfadada.
Dash se quedó helada al escuchar ese sonido y no pudo evitar voltearse hacia su origen, en la muralla norte.
-¿Q…qué es eso?- preguntó con voz vacilante.
Vore sacudió la cabeza para despejarse, en parte por el golpe y en parte porque no esperaba para nada escuchar ese sonido hoy.
-Eso, pequeña…es algo a lo que los cazadores nos enfrentamos cada día-

-¿Habéis oído eso?- preguntó uno de los soldados.
No hacía falta responder, todos los que estaban dentro del ayuntamiento lo habían escuchado.
Un unicornio gris con armadura dorada estaba sentado al lado de Twilight, se había detenido al escuchar el rugido pero Applejack le dio un toque en el hombro.
-Sea lo que sea, ya habrá tiempo de enfrentarse a eso, ahora tenemos otro problemas-
El unicornio, que era un sanitario volvió a su trabajo y su cuerno se iluminó, lo movió hasta que tocó el cuerno de la inconsciente alicornio y tras unos instantes su cuerno dejó de brillar.
-El resto de las tropas parecen estar estables, ¿Qué hay de Twilight?- preguntó AJ con miedo.
-El hechizo de teleportación ha hecho mella en ella- dijo el sanitario levantándose- Un conjuro para transportar a toda esa gente no es fácil, ni siquiera cuando la magia es tu talento natural. Además la concentración requerida en esa situación era extrema, ha sobrecalentado su cuerno y ha faltado muy poco para producir daños cerebrales-
-¿Quiere decir que…?- empezó Applejack
-Ahora está estable- la tranquilizó el unicornio- Sin embargo el shock ha sido muy dañino en su sistema nervioso, el desmayo ha sido un mecanismo de defensa. No conviene despertarla, pues si lo hacemos, seguro que seguirá usando la magia para luchar y si se sobre esfuerza podría producir daños graves-
Applejack suspiró de alivio al escuchar que se encontraba estable.
-Es bueno saberlo, pero no sé si podremos defendernos sin ella…en la muralla ha sido gracias a su magia por la que hemos aguantado tanto-
-Me temo que ahora se encuentra usted al mando, señorita Apple. Por lo tanto a usted le corresponde dirigirnos ahora-
-Llámame Applejack o AJ, como mis amigas- dijo la terrestre dirigiéndose a la ventana- No me gustan los formalismos y no creo que ayuden mucho ahora. ¿Cuál es tu nombre?-
-Sargento Graymane, a su servicio. Puede llamarme Gray- Dijo el unicornio con un saludo.
-Bien, Has dicho que yo soy la líder, pero tú sabrás más de estas cosas que yo, así que habla-
-Este ayuntamiento se encuentra en el centro de todo, en un pedestal de ladrillos en mitad del rio que atraviesa la ciudad, sus únicos accesos son dos puentes, uno en dirección norte y otro en dirección sur- Dijo Graymane- Habías establecido que este sería el centro de control en caso de que la batalla se trasladara al interior, todos los combatientes tienen instrucciones de venir aquí en caso de que necesiten comunicar algo-
-¿Hay alguna noticia de la puerta sur?- preguntó la terrestre- Antes de que comenzase la batalla en la muralla vimos cómo algunos lobos se dirigían allí-
-No, pero puedo enviar un mensajero inmediatamente-
-Pues hazlo. No sé lo que haría Twilight pero yo no quiero tener a nadie dividido. Si lo que dices es cierto los milicianos que están por la ciudad acabarán aquí tarde o temprano. Además no creo que esos osos hayan atravesado el río y estarán aún por la mitad norte-
Applejack se asomó por la ventana del ayuntamiento, a pesar de que se escuchaban los sonidos de la batalla en la distancia y se observaban columnas del humo a lo lejos, la plaza central parecía desierta.
-¿Por cuántos puentes se puede atravesar el río sin contar los del ayuntamiento?-
-Hay dos puentes más a cada lado seño…digo, Applejack-
-Manda a aquellos que puedan seguir luchando a protegerlos, tenemos que mantener a esos cazadores a raya hasta que los milicianos se reagrupen…soy consciente de que son duros, pero dudo de que puedan aguantar así mucho, necesitamos permanecer juntos-
Gray hizo un saludo y se retiró a cumplir las órdenes.

-¡Empuja Fluttershy!- gritó Rarity.
-¡Lo intento, lo intento!- gritó sollozando la pegaso.
La puerta recibió otro golpe, los lobos empujaban cuanto podían la puerta sur mientras que los ponis hacían lo mismo en el otro lado.
Los equestres casi duplicaban el número de lobos, pero estos eran mucho más grandes y fuertes y la puerta empezaba a abrirse demasiado.
-¡Vamos, ya son nuestros!- se escuchó la voz de Freya animando a sus cazadores-¡Esos equestres ya son nuestros!-
Otro golpe.
-¡Solo quiero que sepáis…!- gritó Pinkie Pie- ¡Que si me coméis, quiero ser el postre!-
Otro golpe.
-¡¿Por qué querrías ser postre?!- gritó Fluttershy por encima del ruido.
Otro golpe.
-¡Porque el postre es la mejor parte de la comida!-
-¡Pinkie!- gritó Rarity-¡Este no es momento para…!
Con el último golpe la puerta se abrió de par en par, algunos de los ponis cayeron ante el choque y no pudieron reaccionar ante las bestias que se les abalanzaran.
Las maderas de las puertas y los adoquines se salpicaron de sangre, al igual que los pelajes de los lobos, avanzaron con un instinto depredador casi imparable.
Los ponis rompieron filas y se separaron conducidos por el miedo, Rarity, Pinkie y Fluttershy corrieron juntas y se metieron en uno de los edificios junto con otros milicianos.
-Dulce Celestia- se atrevió a decir Rarity con el terror en su cara- Han…han…
-¿Segado las vidas de todos los que se han enfrentado a ellos de una forma feroz y violenta?- dijo Pinkie con rapidez, pero también se reflejaba el pavor en su mirada.
-Si-Contestó Rarity-Nunca me lo imaginé así, cuando estábamos en la reunión nadie acabó…-se mordió la lengua-Fluttershy… ¿Estás…?-
Pinkie y Rarity se giraron para mirar a la pegaso, que estaba agazapada, llorando y con los ojos muy abiertos.
-Dientes…sangre….no…no…-
Rarity quiso decir algo pero la puerta recibió un golpe que no la derribó por poco.
-¡Rápido, a los tejados!-gritó un miliciano-¡Esa puerta no aguantará mucho!-
Todos se apresuraron a subir por las escaleras, pero una pegaso no se movió.
-Fluttershy!- gritó Pinkie Pie mientras se acercaba a ella.
Otro golpe en la puerta.
-Dientes…sangre…sangre…- murmuraba la pegaso temblorosa.
-¡Lo sé Fluttershy, yo también estoy asustada, pero tenemos que…!-
Otro golpe a la puerta.
-Colmillos…muertos…están muertos…-
Un golpe más.
-¡Vámos Fluttershy!-
-Vamos a morir…-
Un golpe a la puerta hizo caer polvo del techo
-¡Mueve el flanco de una vez!-
Pinkie Pie acompañó el grito con una sonora bofetada a la cara de la pegaso, que reaccionó como si le hubieran tirado un cubo de agua fría.
-¡Eres un año mayor que yo, así que deja de lloriquear! ¡Si tanto temes que te maten, empieza a actuar para vivir! ¡Muévete! ¡YA!-
Si Fluttershy tenía alguna duda, el nuevo golpe a la puerta la eliminó por completo. Aún con los ojos llorosos la pegaso se levantó y cabalgó escaleras arriba.
No habían pasado ni veinte segundos desde que se marcharon los ponis cuando la puerta cedió y una loba blanca se abalanzó sobre la sala, olfateó el are y el suelo, el olor la dirigió hacia la escalera. Al instante entraron varios lobos más.
-Piensan que pueden evadirnos por los tejados…pero las garras se agarran mejor que las pezuñas-

-He enviado mensajeros por toda la zona sur y ya han llegado los primeros grupos de milicianos- informó Graymane.
-Bien, espero que los de la zona norte lleguen también-
Applejack estaba preocupada, hasta ahora había salido bien, pero ya se habían cobrado muchas vidas. Era cierto, la estrategia de emboscadas era efectiva para eliminar a los enemigos pero esos ataques también producían muchas bajas aliadas, si quería que todos tuvieran más oportunidades de sobrevivir tendrían que luchar juntos de una forma más defensiva. Twilight quizás estuviera dispuesta a pagar cualquier precio para aniquilar a esos cazadores pero Applejack no estaba dispuesta a hacer lo mismo.
La terrestre escuchó un ruido de muchedumbre en el exterior y se dirigió a la entrada norte del ayuntamiento, donde docenas de milicianos llegaban desde las zonas de batalla y junto a ellos venían también los guardias que había enviado a custodiar los puentes.
-¿Qué está ocurriendo?- exigió saber la terrestre.
-¡Los cazadores se retiran! ¡Han tocado retirada y huyen despavoridos!- gritó uno de los milicianos loco de alegría- ¡Hemos ganado!-
A su voz se le unió la de todos los presentes.
Applejack no se lo creía, ¿Había acabado? ¿Se había terminado esta pesadilla?, el impacto de la noticia fue lo único que le impidió unirse a las celebraciones y gracias a eso también pudo escuchar una voz en la lejanía, una voz que no pertenecía a los que celebraban.
-Esperad, ¿Escucháis eso?-
Pero la milicia y los guardias no paraban de gritar de alegría.
-¡Todos, callad!- gritó la terrestre para hacerse notar.
Los presentes tardaron en acatar la orden y callaron mientras miraban a Applejack extrañados.
-¿Escucháis eso?-
Todos movieron los oídos buscando el origen, llegó como un murmullo distante.
-¡Allí!- gritó alguien.
Todos se volvieron hacia donde señalaba y miraron la avenida norte que seguía la dirección del puente. Una docena de ponis terrestres cabalgaban a toda velocidad hacia ellos.
-¡Mirad! ¡También habrán visto que los cazadores se retiran y vienen a avisarnos!- gritó un miliciano al tiempo que saludaba con el casco levantado.
Pero Applejack dudó.
-No parecen muy felices…-
-¿Qué están diciendo?- preguntó un guardia.
Las caras de los ponis del fondo se notaban que exclamaban algo a pleno pulmón y con los ojos muy abiertos.
Los ponis del puente empezaban a sospechar que algo iba mal al ver cada vez más claramente las expresiones de los recién llegados y sólo cuando los escucharon gritar claramente supieron que algo iba realmente mal.
-¡CORRED! ¡CORRED POR VUESTRAS VIDAS! ¡CORRED!-
Y tras escuchar esas palabras, uno de los edificios laterales de la avenida se derrumbó con un choque brutal y las toneladas de ladrillos y madera cayeron sobre los ponis corredores que se aseguraron de silenciar sus gritos para siempre. Cuando el polvo empezó a dispersarse se contempló el origen de esa fuerza y ese origen lanzó un rugido que se escuchó por todas partes.
Un yeti, una enorme bestia que se alzaba imponente ante ellos de entre el polvo que se había levantado al derrumbar la casa.
El yeti tenía un aspecto que recordaba a un enorme gorila y erguido como se encontraba llegaba a los cinco metros. Estaba completamente cubierto de pelo de un color blanco puro, pero se podía observar sus enormes zarpas del tamaño de puertas en las que terminaban sus robustos brazos. Su simiesco rostro rodeado de una melena de león blanco poseía una enorme boca de la que emergían afilados colmillos y una nariz chata, pero destacaban unos ojos de un color azul fluorescente que buscaban a su alrededor más presas.
Ningún poni reaccionó ante la repentina aparición de la bestia y solo el grito de Applejack los consiguió centrar de nuevo.
-¡ENTRAD EN EL AYUNTAMIENTO! ¡YA!-
El grito llamó la atención de la enorme bestia que de un gran salto se acercó al edificio, los ponis que se encontraban en el puente se apresuraron a entrar en el edificio atropelladamente.
El monstruo blanco pegó otro salto para acortar terreno y acabó justo al final del numeroso grupo de milicianos y guardias que trataban desesperadamente de entrar en su único refugio. Un manotazo del yeti mandó a tres a volar por los aires y con el brazo libre agarró a otros dos que pataleaban y aullaban pidiendo ayudade forma desesperada, sus gritos eran silenciados cuando la garra los llevó a las oscuras fauces, donde los gruesos colmillos hicieron presión.
La sangre pronto tiñó el blanco pelaje y líquido carmesí pronto llovió sobre los ponis, que gritaban y se empujaban entre sí para alejarse de ese horror, aunque apartaban la mirada, no pudieron silenciar los horribles sonidos de desgarrar carne y partir huesos. Cuando el último y aterrado poni entró, las puertas se cerraron tras él, pero un golpe sacudió el edificio al completo, polvo cayó de las vigas y las paredes se agrietaron.
-¡¿Qué es esa cosa?!- gritó Applejack jadeante.
-¡No creo que importe mucho cómo se llame en estos momentos!- respondió Graymane por encima de los gritos.
-¡Tenemos que salir de aquí!- gritó un miliciano con los ojos llorosos- ¡No podremos contra esas cosas! ¡Hay que salir de la ciudad!-
Sin que nadie reaccionara lo bastante rápido para detenerlo, el miliciano galopó y atravesó el salón para llegar a la entrada sur.
-¡Paradle!- gritó Applejack.
Pero el poni salió a la plaza, cuando los demás llegaron a la plaza trataron de llamar su atención pero no consiguieron que se diera la vuelta, entonces el edificio se sacudió de nuevo y una gran sombra cruzó la plaza, el pequeño poni que galopaba desesperado fue aplastado por el peso de otro yeti que había trepado por el ayuntamiento y lo había usado como impulso como para llegar al otro lado del río.
AJ se quedó aterrada pero tuvo que retroceder cuando el nuevo yeti se abalanzó sobre el edificio.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 27 Abr 2015, 21:54

Bueno, aqui va otro, espero que esté gustando la historia y por supuesto voy a continuarla hasta que termine, así que os digo lo de siempre a riesgo de ser pelma, os animo a decir vuestra opinion y vuestros comentarios ya sean buenos o malos (simplemente para saber si lo estoy haciendo bien o mal), dicho todo esto que repito continuamente :roto2rie: sigamos con la guerra
CAPITULO 9: SOMBRAS EN EL CIELO

Dash bajó en picado de nuevo y golpeó de nuevo al gran águila con un placaje que la hizo retroceder. Vore sacudió la cabeza y escupió mientras agitaba las alas para mantenerse en el aire.
-¿Eso es todo, potrilla?- preguntó con sorna.
Dash rió, llevaba ya un buen rato golpeándolo sin parar e intercambiando insultos con esa rapaz. Vore era mucho más grande y fuerte que ella pero no era capaz de seguirle los movimientos, era como un anciano tratando de agarrar una moca, esta batalla la tenía ganada, Dash lo sabía.
-¡Ha sido divertido pollo deforme, pero esto acaba aquí!- gritó la pegaso, que aleteó una vez más y se abalanzó sobre su enemigo.
Entonces se dio cuenta de algo.
Le costaba respirar, sus alas empezaban a dolerle, se tambaleaba en el aire e incluso empezaba a ver algo borroso.
La pegaso se detuvo a mitad de recorrido y tomó todo aire, se sentía mareada, pero escuchó la risa de Vore.
-¿Qué te ocurre colorida, cansada?-
La pegaso trató de centrarse de nuevo y agitó más las alas pero ese esfuerzo provocó que sus pulmones se encogieran y tosiera de forma amarga.
-Te sobra velocidad, potrilla- escucho decir al águila- Pero te falta resistencia…yo me he pasado días en el aire buscando rastros y presas, en mi hogar perder el aliento en mitad del frío es perder la vida.-
La pegaso azul volvió a sacudir la cabeza y trató de enderezarse pero una gran garra le aprisionó el cuello.
-Ese orgullo ha sido tu peor debilidad…tan centrada en proteger tu ego, en responder a mis fanfarronadas, en ceder ante mi desafío…te estabas quedando sin aliento y ni siquiera lo sabías-
Vore abrió el pico afilado como una navaja para acabar con su presa de una vez por todas pero entonces sin esperarlo para nada, un rayo de luz pasó junto a su cara.
El sobresalto fue tal que aleteó y movió las garras de forma inconsciente para protegerse del enemigo desconocido, la garra que sujetaba a Dash dejó de ejercer presión, pero también produjo dos arañazos profundos en la mejilla izquierda.
Dash notó el arañazo y el escozor, pero no tuvo fuerzas ni para resistirse.
Caía dando vueltas sin saber qué era arriba y abajo y viendo todo cada vez más borroso.
Que idiota había sido, al igual que twilight. Simplemente había sido cegada por la ira, quería hacer pagar a esos monstruos por lo que habían hecho y esa ira le había impedido ver cosas tan importantes y lógicas…pero esta vez no había sido por la ira, había sido por orgullo.
Dash recordó entonces todas las veces que se había metido en problemas por orgullo y por pensar en sí misma, pero en esas ocasiones no había vidas en juego…se sintió como una idiota.
La pegaso sintió como caía pero entonces también notó como la velocidad a la que caía disminuía, después mientras todo era cada vez más borroso sintió como era depositaba con suavidad en una superficie de madera, en ese instante todo se volvió negro.

Rarity y Pinkie Pie saltaban por los tejados junto a los milicianos mientras Fluttershy les seguía volando, pero los lobos se acercaban cada vez más.
-¡Corred y no miréis atrás!- gritó un miliciano.
Los ponis esquivaban chimeneas y saltaban tejas salientes. En un salto, un poni especialmente grande de los milicianos no calculó bien y se quedó con la mitad del cuerpo colgando mientras se aferraba al borde del tejado.
-¡Ayuda, por favor!-
Sólo Fluttershy le escuchó, se detuvo y se dirigió al borde, donde trató de tirar de él.
-¡Eres demasiado pesado!- gritó la pegaso con lágrimas en los ojos por el esfuerzo- ¡No puedo!-
-¡Por favor! ¡No puedo morir aquí, tengo una hija esperándome!- imploró el terrestre mientras intentaba en vano subir.
Fluttershy tiró con todas sus fuerzas pero no bastaba para ayudar al gran terrestre, entonces vio como los lobos se acercaban desde el otro lado del salto, inconscientemente aflojó la presión en sus cascos que tiraban del rezagado.
La duda y el miedo llenaron la mente de Fluttershy, miró a los lobos y miró al terrestre.
-Por favor…no me dejes…mi hija…-susurro el terrestre con lágrimas en los ojos.
Fluttershy empezó a llorar también, pero eso no alivió su corazón de lo que iba a hacer.
-Lo siento mucho…-susurró mientras soltaba las patas al terrestre.
La pupilas del poni se contrajeron de horror al ver a Fluttershy alejarse, entonces uno de los lobos que encabezaban la persecución saltó y se aferró con garras y colmillos al poni colgando.
Ambos cayeron los dos pisos de altura del edificio y se estrellaron en el pavimento, el poni estaba malherido por la caída, al contrario que el gran lobo, que se encargó de acabar con el sufrimiento del rezagado.
Fluttershy voló mientras se odiaba a sí misma y volvió al grupo principal.
-¡Tenemos que burlarlos de alguna forma!- Gritó Rarity.
-¡Tenemos que llegar al ayuntamiento!- gritó un terrestre- ¡Se supone que allí es donde debemos reagruparnos!-
-¡Pero no lo conseguiremos así!- gritó otro- ¡Nos darán caza!-
-¡Separémonos para burlarlos!- gritó Rarity- ¡Y en cuanto los hayáis despistado, dirigiros al ayuntamiento!-
Todos asintieron y los supervivientes se separaron en tres grupos, Rarity, Fluttershy y Pinkie Pie permanecieron en el mismo grupo.
-¡Vayamos a las calles, aquí arriba nos pueden ver fácilmente!-
-¡Aquí hay un toldo!- avisó la pegaso- ¡Debe de haber una tienda aquí!-
Sin perder tiempo saltaron por el borde hasta que cayeron en la tela que había descrito Flttershy y en cuanto tuvieron los pies en la tierra escucharon aullidos cercanos por los tejados.
-¡Aún nos siguen, vamos!- advirtió Rarity.
Las tres amigas cabalgaron con rapidez hasta que se escondieron detrás de una esquina, en un callejón, se quedaron quietas, jadeando de cansancio y esperando que algo se mostrase.
-Parece que los hemos burlado- suspiró Fluttershy.
-No nos podemos relajar, tenemos que llegar al ayuntamiento para reagruparnos…aunque admito que me gustaría descansar un poco-gimió Rarity mientras intentaba aplanar su revuelta crin- Estoy echa un desastre-
-Todo esto es un desastre- susurró Fluttershy mientras sollozaba- Es horrible… ¿Cómo ha acabado todo así?-
Pinkie se disponía a reconfortar a su amiga cuando algo apareció por la calle ante ellas y la hizo saltar y gritar.
-¡AAAAARGH! ¡NO ME COMAS POR FAVOR TENGO UN SABOR HORRIBLE COMO A CEBOLLA RANCIA!-
Pero lo desconocido era un poni terrestre de armadura dorada que tenía aspecto de estar muy cansado.
-¡Es uno de los guardias de la muralla!- exclamó esperanzadora Rarity-¡Ahora seguro que podremos llegar al ayuntamiento!-
-Ya no hay ayuntamiento…-respondió jadeando el soldado.
La esperanza se disipó a medida de que el guardia contaba lo que había pasado, como se habían tenido que retirar ante el ataque de los lobos, como él y otros habían sido enviados a llevar a los milicianos al ayuntamiento para al volver comprobar que estaba rodeado de enormes bestias blancas tan altas como edificios.
-Los mensajeros que hemos llegado a ver eso hemos decidido volver para advertir a las tropas de no seguir el protocolo, nadie puede acceder a la plaza dela ayuntamiento sin ser presa de esos monstruos-
Las amigas se quedaron sin palabras, cabizbajas y con la moral más baja que nunca.
-Entonces…-susurró Pinkie Pie.
-Perdidos…estamos perdidos…ya no podemos hacer nada-
Las palabras de Fluttershy sonaron más deprimentes y tristes que nunca.
-Venga, no perdamos la esperanza- dijo Rarity con mucho más valor del que sentía-Estoy segura de que juntos podremos…-
-¡Por aquí, estoy seguro de que lo he escuchado desde este lado!-
Por acto reflejo todos se agruparon en la esquina, el soldado de armadura dorada se asomó lo justo como para ver con el rabillo del ojo la calle y contemplar a dos lobos que olfateaban el aire.
-Te aseguro que he escuchado algo- dijo uno con enfado- Algo de cebollas, creo-
-Pues te has equivocado- respondió el otro-Aquí no huele a cebolla-
-¡Claro que no huele a cebolla, idiota! ¡Las cebollas no hablan!-
-¡No me llames idiota! ¡Y has sido tú quien ha empezado a hablar de cebollas!-
Los lobos empezaron a discutir cuando notaron algo que también notaron los ponis escondidos.
-¿No ha oscurecido de golpe?- preguntó uno.
-Si- dijo extrañado mientras alzaba la cabeza- Es extraño, aún es de día… ¡EN EL NOMBRE DEL COLMILLO DE PIEDRA, ¿QUÉ ES ESO?!-
No hubo tiempo para responder pues en un instante la posición de los lobos se vio envuelta en una gran explosión.
Los ponis se habían encogido para protegerse del ruido, la luz y el posible peligro y cuando todo cesó, se asomaron con cuidado a la calle, lo único que quedaba era una mancha de suelo ennegrecido como si hubiera caído un rayo y los cuerpos sin vida y cubiertos de moratones y quemaduras de los dos lobos, que habían salido volando varios metros y habían aterrizado con las articulaciones formando ángulos extraños.
-En el nombre de Celestia… ¿Qué ha pasado…?- Murmuró Fluttershy con pavor.
-Eso ha pasado- dijo el guardia señalando el cielo.
Al mirar la vista vieron el origen de todo.
-Yo quiero uno de esos cuando todo acabe, ¿ok?- dijo Pinkie

El ayuntamiento volvió a temblar y todos se agazapaban esperando un milagro.
Greymane y Applejack se encontraban en una de las puertas, intentando en vano contener al yeti que golpeaba el edificio de la misma forma que un bebé trata de entender un gran objeto que haya a su lado.
El unicornio lanzaba rayos mientras que AJ daba coces a escombros para distraer al yeti del edificio que arriesgaba con ceder en cualquier momento y se fijara en los ponis de la entrada.
-¡No podemos salir por ninguna de las puertas! ¡Estamos atrapados!-
-¡¿Cómo están los heridos?!- Gritó la terrestre vaquera.
-¡No durarán mucho!- gritó uno de los sanitarios- ¡Tenemos que sacarlos de aquí! ¡Al igual que al resto de nosotros!-
Una gran mano se adentró en la puerta y muy cerca estuvo de agarrar a Gray y a Applejack pero los enormes dedos solo agarraron aire.
Applejack apoyó su espalda contra uno de los pilares del gran salón mientras el edificio volvía a temblar.
Estaba cansada, muy cansada de todo esto, guerra, odio, muerte…ella era granjera, estaba acostumbrada a trabajar duro para obtener cosas buenas…pero no había nada bueno que sacar de allí…la guerra no tenía nada bueno, absolutamente anda. Recordaba que de pequeña escuchaba a los ancianos de su familia hablar de tiempos de sufrimiento como si fueran duras pruebas de las que aprender, pero ¿Qué se sacaba de aquí? ¿Gloria? ¿Honor? Menuda estupidez desperdiciar vidas por algo así…Eso es…iban a morir por cosas estúpidas.
Una mancha de odio emergió en el interior de la terrestre, odio a los cazadores que habían empezado esto, odio hacia Twilight, que había decidido continuarlo, pero sobretodo, odio por esta guerra inútil.
Una serie de explosiones la sacaron de su trance, acompañado por los rugidos de los yetis.
Se puso en pie junto a aquellos que pudieron hacerlo y se asomaron con precaución por las puertas.
Entonces vieron a las grandes bestias con sus gigantescos brazos cubriéndose la cabeza y agazapados, con su pelaje blanco cubierto con varias quemaduras y con manchas de hollín, llenos de heridas superficiales aún humeantes.
Aj dirigió la vista al cielo y vio el instrumento de su salvación.
Un gigantesco dirigible, tan grande como el ayuntamiento y que proyectaba una gigantesca sombra que ocupaba toda la plaza.
El dirigible era un gran globo púrpura con aspecto de huevo del que emergían cables y cadenas y de donde colgaba los que parecía el casco de un galeón fabricado de grandes tablones de madera marrón. Del casco se asomaban por los laterales cañones de metal gris que brillaban a la luz del sol al igual que emergían mástiles de velas para controlar la movilidad.
En la cubierta del galeón se observaron multitud de ponis de armaduras doradas que corrían de un lado a otro, tiraban de cuerdas, y controlaban velas y una figura resaltó sobre todos ellos.
Una alicornio blanca, alta y de una melena brillante de colores azul, rosa y verde se alzó sobre el borde y gritó de forma que toda la tripulación la escuchara.
-¡APUNTAD Y CONTENED A ESOS MONSTRUOS! ¡TENEMOS QUE SACAR A LOS SUPERVIENTES DE AHÍ AHORA MISMO!-
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 21 May 2015, 18:26

Buenas gente, no se si alguno esperaba con ganas esto porque para ser sincero no tengo la menor idea de si está gustando esta historia porque aquí nadie dice nada XD, el caso es que he estado liado por diversas razones estos días y por eso no he podido escribir nada.
De todas formas para el que quería saber como sigue, e aquí la continuación de la campaña. espero que disfrutéis
CAPITULO 10: DERROTA

Los cañones volvieron a tronar y las balas volvieron a impactar en las zonas donde se encontraban los yetis, que se cubrían sus cabezas con sus largos brazos.

-¡Descended y cargad a esos ponis!-gritó Celestia para hacerse notar.
La tripulación obedeció con rapidez y empezó a realizar las maniobras adecuadas. En un instante el dirigible descendía despacio.
Pero uno de los yetis observó mientras se cubría y observó como el aparato que le había hecho tanto daño se acercaba despacio, sin poder contenerse y con un aullido de rabia pegó un salto y estiró uno de sus largos brazos acabado en garras.
El golpe sólo rozó la nave pero eso bastó para hacerla temblar y que muchos de sus tripulantes no pudieran mantenerse en pie.
-¡No podemos aterrizar con esos monstruos, alteza!- gritó uno de los tripulantes.
-¡Entonces que bajen las fuerzas especiales con cuerdas y subidlos con los arneses!-
-¡Si, princesa Celestia!-
Pronto la tripulación volvió a moverse, tomaron cuerdas que ataron a los soportes de la nave y arneses que engancharon a su armadura y a las cuerdas. Dejaron caer las sogas hasta el suelo, justo al lado de la entrada semiderruida del ayuntamiento. Una docena de soldados aguardaban al borde del casco, esperando el momento adecuado.
-¡Necesitamos una distracción!- gritó el jefe del destacamento.
Los cañones volvieron a disparar y los yetis se volvieron a cubrir ante la lluvia de fuego y hierro.
-¡AHORA! ¡VAMOS, VAMOS, VAMOS!-
El escuadrón descendió veloz por las cuerdas hasta el suelo donde se movieron hasta el interior del edificio, dispuestos a preparar a los heridos para su transporte.
-¿Dónde está la princesa Twilight Sparkle?-Preguntó uno de los soldados.
-Inconsciente junto a los heridos por excederse con la magia- Dijo Applejack aún perpleja por todo lo que estaba pasando-¿Y qué es todo esto?-
Como el soldado se había marchado en cuanto le informaron sobre Twilight, otro que cargaba con un herido le respondió.
-Somos la guardia celeste…entrenados para operaciones en dirigibles…ahora procederemos a evacuarlos a todos-
-¿Y qué hay del resto de la milicia?- preguntó Graymane preocupado.
-Tenemos otros dos dirigibles…uno se ha quedado por la zona sur, bajo el mando de la princesa Cadence…otro está por los cielos prestando apoyo a los pegasos, capitaneado por la princesa Luna-
-¿Y se puede saber de dónde ha salido todo esto?- preguntó Applejack con renovada esperanza.
-Esto es lo que en un principio iba a convertirse en una flota de transporte turística por toda Equestria, diseñados para hacer una red que conectara vías aéreas por toda la nación- dijo otro soldado, un unicornio que estaba tratando a uno de los heridos con su magia-Se mantuvo en secreto porque se quería mostrar ante el mundo por sorpresa como un símbolo de una nueva y moderna era para nuestra nación…pero nos dimos cuenta de que sería de idiotas no aprovecharlos en esta situación-
-¿Desde cuándo las naves de turismo tienen armamento incorporado?- preguntó Graymane perplejo.
-Eso se ha añadido posteriormente, junto con armazones protectores, bombarderos y demás…estos tres son los primeros mejorados, el resto de la flota armada aún se está construyendo pero las princesas decidieron usar estos como una operación de rescate-
Applejack tenía más preguntas, como por qué habían mantenido todo en secreto, pero también era consciente de que tenían que salir de ese infierno.
-Bien, ¿Cuál es el plan?-
-Uno de nuestros unicornios se ha dirigido a la azotea para hacer una señal luminosa mientras tratamos a los heridos…Cuando podamos mover a la mayoría tendremos que dirigirnos allí para que nos recojan-
-¿No podríamos haber salido por la puerta? ¿Por las cuerdas por las que habéis bajado vosotros?-
-¿Con esa cosa gigante y asesina ahí fuera? No, si hemos accedido por ahí es porque teníamos que llegar hasta los heridos rápidamente, además es mucho más rápido bajar que subir, por lo que tenemos que acortar distancia-
El guardia celeste se dirigió al resto de sus compañeros.
-¡Daos prisa! ¡Dudo que tengamos tanta munición como para mantenerlos a raya tanto tiempo! ¡Además se podrían volver contra el edificio en cualquier momento!-

AJ, Graymane y todos los que estaban de pie trataron de ayudar cuanto pudieron, levantando a los heridos y ayudándoles a subir hasta la azotea. Cuando estaban a punto de salir, un guardia celeste unicornio les hizo detenerse y él salió primero, revisando la zona con su cuerno brillando.
-Despejado, ¡Vamos, deprisa!-
Aj se asomó mientras los supervivientes accedían a la azotea, a ella le parecía de todo menos despejado, pues en frente del edificio se encontraba el gran yeti agazapado mientras el dirigible sobre el edificio le disparaba para mantenerlo a raya.
-¡Esperad! ¿No había otro bicho de esos?-
-Salió huyendo tras la primera salva…pero con uno ya hay suficientes problemas, manteneos agachados y no alcéis la voz…-
El ayuntamiento era más alto que cualquier edificio de la ciudad y el yeti, con sus cinco metros de altura, era bastante más bajo que la estructura. Sin embargo como habían demostrado previamente, esos monstruos tenían una gran habilidad de salto y si se enteraba de que en la azotea se encontraban las presas que antes le estaba costando tanto conseguir, se abalanzaría sobre ellas in temor a los cañonazos.
Poco a poco, los supervivientes subían por las cuerdas con los arneses y con ayuda de los pegasos tripulantes de los dirigibles. No podían subir más de dos a la vez por cada cuerda por lo que tuvieron que muchos tuvieron que mantenerse a la espera.
El plan iba bien, el yeti estaba distraído con el dirigible al que en alguna ocasión, trato de alcanzar pero era repelido de nuevo por los cañones. Al final sólo quedaban Aj, Graymane y un par de milicianos.
-Bien- comentó el sanitario mientras él y Applejack se preparaban para amarrarse a una de las dos cuerdas que quedaban- Solo tenemos que…-
Un rugido los sacó del trance, todos se dieron la vuelta y miraron el origen del sonido.
En la calle norte de acceso al ayuntamiento, se acercaba el otro yeti, corriendo a cuatro aptas apoyando su peso sobre los nudillos de sus manos acabadas en garras, parece ser que se le había pasado el susto de ver a ese artilugio volador.
-¡SUBIDNOS AHORA!- gritó Applejack con terror.
Los soldados se apresuraron a amarrar a los que quedaban a los arneses pero en cuanto completaron la acción el yeti a la carrera trató usar el ayuntamiento como impulso y cobertura para llegar hasta el dirigible. Sin embargo el ya mellado edificio no pudo aguantar su peso, por lo que en cuanto la bestia se aferró a él se empezó a desplomar.
Todo era ruido y caos, AJ sintió como ella y el resto eran elevados por las cuerdas mientras el suelo se hundía bajos sus cascos. Los soldados, al ser pegasos, ya habían alzado el vuelo.
Sin embargo todo ese movimiento captó la atención del primer yeti, cuyo pelaje aún presentaba las marcas de las quemaduras y los cañonazos. La bestia saltó con las fauces por delante, abiertas de par en par, el dirigible estaba demasiado ocupado elevándose, por lo que no podía tener un ángulo de disparo. Aj contempló con espanto como el gran y oscuro foso que era la boca del yeti se acercaba a una velocidad increíble. Graymane lanzó un rayo desde su cuerno en un intento desesperado de frenar al monstruo, cosa que no consiguió.
Sin embargo las fauces tan solo rozaron a la terrestre y al sanitario, que en un chasquido se cerraron aprisionando una pata de uno de los milicianos que estaban en la otra cuerda. El miliciano gritó de dolor y su compañero gritó de terror, las fauces no aflojaron cuando el impulso del yeti se acabó y empezó a descender, arrastrando con su enorme peso a ambos terrestres, pues la delgada cuerda no pudo llegar a aguantar el peso de la bestia.
Applejack contempló cono ojos llorosos como sus dos camaradas granjeros eran arrastrados hacia abajo mientras ella subía, las expresiones de horror, las lágrimas, tanto suyas como de ellos, la esperanza apagada completamente de sus miradas…nunca sería capaz de olvidar eso.
Aj no pudo aguantar más y cerró los ojos para no ver, por lo que solo pudo escuchar el retumbar del suelo cuando el yeti tocó el suelo.

La terrestre y el sanitario fueron subiendo hasta que llegaron a la cubierta del casco, numerosas pezuñas los agarraron y tiraron de ellos pero la granjera ya no tenía fuerzas ni siquiera para poner parte de su fuerza en ello.
Levantó un poco la cabeza y observó como Twilight aún estaba tendida e inconsciente mientras la princesa Celestia se encontraba a su lado, mirándola con tristeza.
Con un esfuerzo considerable, Applejack se puso de pie y empezó a acercarse a Celestia pero una voz familiar la detuvo.
-Déjala por ahora, la princesa parece muy ocupada-
Aj se detuvo y se giró para asegurarse de que no estaba alucinando, allí estaba Dash, con un ala vendada y dos cortes en la mejilla izquierda pero parecía ilesa aunque también bastante cansada.
Applejack no hizo caso al cansancio y se abalanzó a dar un abrazo a su amiga.
-¿Estás bien?- preguntó preocupada la terrestre- Te ves horrible-
-Tu tampoco estás para ir a una fiesta elegante- rió la pegaso- Y hablando de elegante, Rarity está bien, al igual que Fluttershy y Pinkie Pie, el dirigible de Cadance las recogió, al parecer-
Applejack suspiró más aliviada de lo que había estado en todo el día…el mero hecho de saber que sus amigas se encontraban bien y habían salido de ese infierno le producía más tranquilidad que cualquier cosa.
-¿Y twilight?-Preguntó ahora Dash con temor- ha permanecido inmóvil desde que la han subido-
-Está bien- la tranquilizó Applejack- Parece ser que usó mucha magia para ponernos a salvo, pero ese matasanos Gray ha dicho que estaba estable-
Entonces fue Dash quien suspiró aliviada.
-Bueno, ahora que estamos todas a salvo y nos hemos reorganizado, ¡es el momento del contraataque!- exclamó con renovadas energías.
-No-
Cuando ambas se giraron vieron a Celestia con una expresión severa.
-¡¿Qué?! Exclamó la pegaso incrédula.
-Ya hemos recogido a los pegasos que estaban combatiendo por el cielo. Nos han cercado y estamos en desventaja…además ya se ha derramado demasiada sangre por un solo día…nos vamos a Canterlot-
La princesa habló con tristeza y un poco de ira contenida, se dio la vuelta para seguir dirigiendo la nave, que ya empezaba a darse la vuelta.
-¡¿Nos vamos sin más?!- exclamó Dash indignada- ¡Se supone que debemos proteger Mustangia!-
-¡Mustangia está perdida!- exclamó Celewstia con autoridad.
La pegaso se encogió ante la voz de la alicornio, que siguió caminando mientras hablaba en tono apagado, casi más para sí misma que para los demás.
-Ya se ha derramado demasiada sangre…-

Había pasado ya una hora y esos dirigibles no eran más que una colorida figura en la distancia.
Frost permanecía sentado enla muralla norte, desde la que había dirigido a sus tropas en el asalto. Un águila se posó a su lado.
-¿Situación?- preguntó el lobo con gesto sombrío.
-Los yetis están siendo contenidos y devueltos a sus jaulas, ahora mismo se están tomando los cuerpos de las presas y Buscando supervivientes-
-¿Dónde están Odín, Vore y Freya?-
-Odín está dirigiendo a las tropas para recuperar cuerpos, Vore está aún aturdido pero su vida no corre peligro…en cuanto a Freya me ha dicho que le diga que es un idiota por soltar a los yetis sin ella y que le dará una paliza cuando le vea-
Frost no pudo evitar sonreír ante ese mensaje pero volvió a ser consciente de la situación.
-¿Cuántos hemos perdido?-
-Menos que el enemigo, señor, pero me temo que han hecho mella en las ropas, muchos cazadores han caído, muchos más de los que temíamos en principio-
Frost bajó la cabeza y se maldijo a sí mismo en sus pensamientos.
-¿Cuánto podemos enviar al Norte sin tener en cuenta lo que necesitaremos para nosotros mismos?-
-Me temo que la ventaja de los ponis se debía al terreno más que al número…hay aproximadamente la mitad de presas de las que conseguimos en la ciudadela de cristal-
Frost apretó los dientes. Aunque las víctimas que habían enviado en un principio habían sido muy bien recibidas, no eran suficientes para mantener a toda la población de los cazadores, por lo que se habían suministrado a los cachorros, enfermos y ancianos, que eran los que menos podían aguantar y los que necesitaban alimentarse más a menudo que el resto. En esta ocasión tampoco tendrían bastante para enviar, sobre todo teniendo en cuenta de que necesitarían parte de las presas para que el ejército de cazadores estuviera a pleno rendimiento tras las numerosas bajas.
El lobo gris sentía que había perdido mucho más de lo que había ganado…todos esos sacrificios para que al final no se resolviera el problema del hambre…todo por menospreciar a los equestres…todo por su culpa.
El lobo se maldijo a sí mismo y dirigió s vista a los cientos de casas, ahora vacías que regaban la ciudad…no era una compensación pero quizás sirviera para empequeñecer el gran problema que tenían.
-Dile a Odín que envié a cuantos pueda a realizar un pillaje…que desmonten las casas, tanto el interior como el exterior…que tomen sobretodo la madera-
El águila quedó extrañada.
-¿Por qué hacer eso, señor?-
-Tal vez no llegue a poder evitar que mi gente muera de hambre, pero al menos no morirán de frío…la madera de esas casas serán un buen combustible-
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 05 Jun 2015, 17:07

CAPITULO 11: CAMBIOS

Twilight abrió despacio los ojos y sintió como estaba sobre algo blando, cuando pudo ver bien su alrededor contempló que estaba en la habitación de Canterlot que usó tras ser informada de la muerte de su hermano.
La alicornio se levantó como pudo y apoyó los cascos en el frío suelo, notó el dolor punzante en su cabeza.
¿Qué estaba haciendo allí? No podía estar muerta, pues podía ver y sentía dolor.
Pasaron varios minutos hasta que pudo caminar con cierta normalidad y empezó a recordar lo que había pasado.
Lobos…docenas de ellos…colmillos, garras…sangre…muchos muertos, sobre las murallas…cañones…el temblor…todo como visiones borrosas.
Twilight se movió lo más rápido que le permitía su mellado cuerpo (que no era mucho) y salió de su habitación. Se dirigió al salón del trono, pero lo que antaño podía recorrer en cuestión de segundos ahora tardaba mucho mas y se tenia que detener a menudo para descansar y recuperar aliento.
Llegó hasta las puertas del salón, que tuvo que abrir empujándolas, pues ni siquiera tenía fuerzas para moverlas con su magia. Al entrar la charla que tenían los presentes se silenció ante la visión de la princesa.
Antes de que una poni rosa se le echara encima, Twilight vió como a demás de sus amigas y las princesas, había numerosos guardias de armaduras doradas.
-¡Twilight!- gritó Pinkie- ¡Gracias al cielo que estás bien! ¡Al ver que no despertabas empezábamos a temer lo peor!-
Pronto los presentes se acercaron.
-¿A…alguien puede decirme que ha pasado?- preguntó Twilight dolorida-
-Que te has echado una siesta que ya querrían muchos-contestó Applejack con sarcasmo –Llevas durmiendo dos días-
Twilight se despertó del todo.
-¡¿Dos días?! ¡Entonces..Mustangia..!-
-Mustangia ha caído- Dijo Celestia con seriedad- Al igual que muchos de los defensores que trataron de detener ese ataque-
Twilight perdió fuerzas en las patas y tuvo que sentarse.
-Entonces…hemos perdido…-
-Sí, gracias a una princesa que se negó a parlamentar cuando tuvo la oportunidad-
Esas duras palabras vinieron de AJ, que miraba a Twilight, al parecer, sin importarle lo maltrecha que se encontraba.
-Deja de meter sal en la herida, AJ- dijo Pinkie mucho más seria de lo normal- Ya ha sido bastante duro para todos-
-Sí, pero no lo habría sido si esta cabeza de heno hubiera actuado como debería haber actuado alguien de su rango-
Twilight alzó la cabeza y miró a Applejack, ya había sido bastante duro el enterarse de haber perdido la ciudad ante esos monstruos sin alma como para que la culparan a ella de la crueldad de esos cazadores.
-¿Acaso crees que la culpa es mía?- Preguntó Twilight con frialdad.
-SE que la culpa es tuya, Twilight- respondió la terrestre con la misma mirada de odio- Tú estabas al mando, tú podías haber detenido eso con unas pocas palabras pero actuastes como una idiota, causando toda esa muerte-
-¡Esos cazadores fueron los que han matado a todos esos ponis, no yo!-
-¡¿Y quién mandó disparar los cañones antes de tratar de dialogar?!-
-¡Esas abominaciones han cometido crímenes! ¡Tales actos exigían justicia!-
-¡¿Justicia?! ¡Lo único que querías tú en ese memento eravenganza! ¿Ha valido la pena toda esa muerte, alteza?-
-¡Esos defensores han muerto por un fin!-
-¡Díselo a todas las viudas y huérfanos que han quedado! ¡Esos granjeros han muerto por nada!-
-¡BASTA!-
Todos se voltearon y vieron a Fluttershy, que derramaba silenciosas lágrimas, todos permanecieron callados.
-Por favor…-sollozó la pegaso- Basta…ya hemos perdido a muchos como para ahora volvernos los unos contra los otros…no quiero…no quiero volver a ver algo así-
Dash aleteó y se puso al lado de su amiga, que la abrazó con una de sus alas mientras Fluttershy ocultaba su rostro entre su crin y derramaba amargas lágrimas.
Aj y Twilight permanecieron calladas a pesar de querer responder a los insultos de la otra.
-No importa quién tiene la culpa…o lo que se ha perdido- dijo Rarity alzando la cabeza- Lo único que importa ahora es saber que vamos a hacer-
-¿Alguna sugerencia?- preguntó Dash.
Twilight alzó una ceja.
-¿Cómo que alguna sugerencia? ¡Es obvio que contraatacaremos! ¡Pensaba que tu serías la más ansiosa por hacer pagar a esos monstruos…!-
-Eso era antes de haber luchado contra ellos, Twilight- interrumpió la pegaso- Son depredadores…lo he visto en sus ojos y habría acabado muerta de no ser por Celestia…habría acabado muerta por eso que estás a punto de usar…por orgullo-
Twilight no podía creer que aquella que en un principio estaba de acuerdo en su idea de ajusticiar a esas bestias le diera ahora la espalda.
-Twilight, entiendo lo que estás pensando pero…-Empezó Rarity.
-¡No, no lo sabes!- explotó la princesa- ¡Ninguna de vosotras ha perdido un hermano de una forma tan dolorosa y espontanea! ¡Ninguna ha sido obligada a bajar la cabeza ante sus asesinos! ¡Ninguna en absoluto puede entenderme!-
-¿Eso es lo que quieres?- dijo Luna con seriedad y un tono oscuro que hizo que los presentes se encogieran-¿Deseas que esos cazadores arrasen con todo para que podamos comprender tu dolor?-
-Yo no he dicho…-
-Tal vez, pero una parte de ti desearía que así fuera…que el resto sufriera como tú para no sentirte sola…que la misma oscuridad que te cubriera también al resto para compartir ese dolor…-
Twilight quedó callada ante la autoridad de la princesa de la noche y bajó la cabeza.
-No importa ahora- comentó Celestia con autoridad –No es momento de culparse los unos a los otros, sino de actuar-
-¿Princesa, significa eso que ya sabe lo que vamos a hacer?- preguntó Applejack.
-¿Vamos a mover toda Equestria lejos de los cazadores usando poderes lunares y solares ancestrales aislando la nación entera en algún punto del espacio y el tiempo?- Preguntó Pinkie emocionada.
Todas miraron a la equestre rosa con cara de confusión.
-No- respondió Celestia –Vais a ir a la fuente del problema…preparad vuestro equipamiento…iréis a una misión al Corazón de El Norte.

Frost caminaba por el campamento de los cazadores, había sido montado en el interior de, la ahora vacía, Mustangia. Todo a su alrededor era ruido y actividad.
Siguiendo las órdenes del lobo, los, cazadores estaban desguazando las casas y colocando los materiales para ser transportados, al igual que colocaban los cuerpos de los ponis caídos que también serían transportados para alimentar a su pueblo.
El joven lobo se dirigía hacia una improvisada tienda que constaba en una lona y cuatro palos, donde les esperaban sus camaradas junto a una enorme piedra que usaban a modo de mesa.
-Saludos comandante- dijo Odín al ver a su superior.
-¿Tenéis lo que os he pedido?- preguntó Frost.
Como respuesta, Freya y Vore dejaron caer una gran cantidad de objetos cotidianos sobre la piedra.
Frost había ordenado desguazar la ciudad pero también había dado instrucciones para que se recogiese cualquier cosa que pudiera ofrecer ayuda para entender a los ponis y no volver a subestimarlos. Quería que la búsqueda se centrase en libros, mapas, documentos y cualquier referencia cultural.
Los comandantes ayudaron rebuscando en el montón de aparente basura.
-Menuda cantidad de objetos inútiles que han hecho- dijo el gran águila tirando a un lado un tren de madera que seguramente hubiera pertenecido a algún potrillo.
-Estos ponis tienen mucho tiempo libre- dijo Freya mirando el interior de un jarrón de porcelana.
-Y muy pocas preocupaciones- añadió Odín, que olfateaba un sombrero de copa- En nuestra tierra cada día es una batalla para sobrevivir mientras que aquí parece que viven eternamente en un paraíso cálido y pacífico…eso los hace débiles-
Y aun así..-dijo Vore con un tono de mofa mientras apartaba unas gafas- Han muerto muchísimos de tus osos tratando de combatir contra esos débiles… ¿Cierto?-
Odín gruñó de tal forma que la mesa tembló pero no pudo contestar por la voz de Frost.
-¡Lo tengo- dijo el lobo mientras sacaba de debajo de una almohada un largo trozo de papel enrollado.
Frost extendió el papel y dejó que todos vieran lo que representaba: Un mapa de Equestria.
Frost era de los pocos que habían gozado del privilegio de aprender a leer o escribir, al ser el escogido por el rey Fenrir.
-Veamos…-empezó mientras buscaba por el mapa- Si cruzamos la tundra… nos dirigimos siempre hacia el sur…debemos estar…aquí-
Señaló un punto entre el imperio de cristal y Canterlot, en una gran explanada, la posición de los ríos coincidía también.
-Bien…entonces ya sabemos las posiciones de sus ciudades y podremos atacarlas una a una- dijo el oso con confianza-
-No…- interrumpió Frost- No estoy dispuesto a seguir caminando a ciegas, ya hemos perdido a muchos hermanos-
Frost señaló con su pata el centro del mapa, en la ciudad de Canterlot.
-Esta debe de ser su ciudad principal…casi todas las sendas acaban en ella…no podrían controlar la defensa de todo su territorio sin que sus líderes tengan un lugar donde planificarla-
-No está muy lejos- comentó Vore al observar el mapa- ¿Qué tienes planeado con ello?-
-Atacarla-
Freya alzó sus blancas orejas ante esas palabras.
-¡¿Cómo?!-
-Si vamos de ciudad en ciudad sin planificarlo bien, acabaremos perdiendo…Es cierto que estos ponis son débiles, pero son mucho más numerosos que nosotros y han demostrado tener coraje e ingenio ante las adversidades-
-¿Entonces por qué marchamos a la capital?- preguntó vore.
-¿Cuál es la mejor manera de evitar que te muerda una serpiente?- preguntó el lobo.
-Cortándole la cabeza- respondió Odín recordando el proverbio de los cazadores- Si acabamos con sus líderes, el resto de la población estará perdida y su efectividad disminuirá sin nadie dirigiéndoles-
-Exacto, así que en cuanto llegue la nueva caravana con los refuerzos marcharemos hacia el sur y sitiaremos la capital, una vez acabemos con el control, el resto de los ponis caerán fácilmente-
-¡Señor Frost!-
Todos se voltearon y vieron como un joven halcón hacia una reverencia.
-Lord Fenrir aguarda para hablar con usted, señor-
A frost le pareció extraño…ya le había informado a su rey en cuanto acabó la batalla, algo no iba bien.
-Preparaos para marchar al sur, iniciad los preparativos y comunicádselo a las tropas-

Cuando Frost entró a la tienda donde esperaba Hugin, el cuervo ya tenía el pico abierto y sus ojos brillaban con ese color azul místico.
-¿Me ha llamado, señor?- preguntó Frost con una reverencia.
-Así es, hijo mío…hay algo que debes saber- resonó la voz.
-Antes de nada, señor, permítame informarle que parece que hemos descubierto su ciudad principal…en cuanto recibamos refuerzos marcharemos para invadirla…con la caída del centro de su nación y sus líderes ya no habrá más problemas como la última vez-
La voz tardó un poco en hablar.
-Muy bien hecho…en ese caso asegúrate de comunicárselo a los que vendrán con la siguiente caravana-
-Por supuesto señor, todas las tropas serán conscientes de la importancia de la próxima misión-
-Magnífico, en tal caso ya está todo listo para tu partida…Ya no deberás preocuparte de la invasión…-
Frost tardó un tiempo en asimilar esas palabras.
-¿Perdon?-
-Ya no estas al mando…ni tú, ni Odín, ni Vore…ya habéis hecho más que suficiente-
Frost no podía creer lo que escuchaba.
-Pero…señor…estamos en plena guerra, no podemos dejar a las tropas sin mando-
Habló de forma precavida, temeroso de hacer enojar a su rey.
-No te preocupes por eso…ya he enviado a vuestros sustitutos con la próxima caravana. Wargo te sustituirá como comandante-
La confusión de Frost pronto se convirtió en indignación, tuvo la tentación de gritar a su rey por que iba a recurrir a ese individuo.
-¿Wargo? ¿Wargo “Colmillo rojo”, el fanático?-
-Así es, Frost…él y sus fanáticos serán una buena fuerza de combate-
Frost se quedó de piedra ante ese mensaje…No era solo un fanático, era una tropa entera... ¿Qué locura era esa?
-¡Mi señor!- dijo perdiendo toda precaución al hablar-¡No puede traer a esa escoria aquí! ¡Son bestias sedientas de sangre!-
-Al igual que los yetis, que si no me equivoco funcionaron muy bien en ese ataque, ¿Verdad?-
-Esa vez era por la desesperación de la situación, señor…Yo nunca…-
Ya estamos en tiempos desesperados hijo mío, por eso enviaré a los fanáticos junto con las armas de la nieve roja… nos jugamos demasiado en esto, no podemos permitirnos perder-
-Pero señor…-
-¡Suficiente!-
La voz retumbó en toda la zona y silenció por completo a Frost.
-Por esto te he sustituido…sientes compasión por esos ponis, lo que te ha llevado a infravalorarlos y lo que ha costado la vida a tantos de tus hermanos…Quizás la culpa sea mía…he colocado sobre tus hombros una carga demasiado pesada-
Frost solo pudo tragar saliva ante la autoridad de la voz.
-Tú y tus comandantes subiréis en la próxima caravana hacia El Norte, si mis cálculos son correctos llegarán mañana al atardecer…asegúrate de que Wargo conozca la situación y que sepa todo lo posible respecto al plan de ataque a la capital…te veré en casa, hijo mío-
El pico del cuervo se cerró, dando por finalizada la conversación.
Frost no pudo decir nada ante el poder de su rey…pero esto…era demasiado…no estaba bien…si El Norte iba a enviar a los fanáticos y a las armas de la nieve roja ya no se podía llamar a esto “caza”…ni “guerra”…el único término apropiado sería “masacre”.
Frost se sentó, pues sus patas no aguantaban más. Sólo podía quedarse quieto mientras trataba de aceptar lo que acababa de pasar mientras sentía como un frío antinatural empezaba a adueñarse dela antigua ciudad de Mustangia.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Volgrand » 06 Jun 2015, 15:48

Oye, no sé si eres consciente de que hice una reseña de tu fic en mi podcast. http://www.ivoox.com/volgrand-musica-fa ... 832_1.html
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 07 Jun 2015, 18:30

Volgrand escribió en 06 Jun 2015, 15:48:Oye, no sé si eres consciente de que hice una reseña de tu fic en mi podcast. http://www.ivoox.com/volgrand-musica-fa ... 832_1.html


Wow...me conformaba con un comentario y ahora tengo una crítica en audio! genial! :D muchísimas gracias! también siento todo lo que has comentado negativamente, :( supongo que me he centrado mucho mas en los sentimientos de los personajes antes que la lógica estratégica, de todas formas me alegra ver que este fic esta gustando al menos a una persona, gracias tambien por recomendarlo, en serio...me esforzaré para que en las continuaciones también gusten y trataré de mejorar aquello en lo que parece que fallo...muchas gracias, de verdad! :D2
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 09 Jun 2015, 23:43

CAPITULO 12: VUELTA A CASA

Frost no había podido dormir en toda la noche, así que contemplaba el amanecer sentado en el borde del campamento. Dejaba que el calor del sol bañara su rostro y su pelaje una última vez antes de volver a su patria.
El lobo no hizo ningún gesto al sentir como alguien se sentaba a su lado, pues ya suponía de quien se trataba.
-¿Sabes, Freya?...Lord Fenrir me comentó de pasada que en esta tierra hay reinas que controlan el sol y la luna-
-Eso cuesta de creer- comentó la loba blanca.
Ambos permanecieron callados.
-¿Cómo va el pillaje?- preguntó el lobo para tener algo con que romper el silencio.
-Para cuando vengan las caravanas podrán llenarse hasta arriba de madera-
-Eso es bueno-
El silencio volvió a llenar el ambiente.
-¿Vas a hablar o prefieres que te lo saque por las malas como siempre?- sonrió Freya.
Frost suspiró…maldita sea Freya… ¿Por qué lo conocía tan bien? ¿Por qué a pesar de su posición y su rango se acababa comportando siempre como un cachorro ante ella?
-Me voy esta tarde…no hay mucho que quiera hablar- suspiró el lobo- ¿Quieres que les diga algo a tu madre y a tu hermano de tu parte?_
Freya se encogió de hombros.
-Para ser sincera estoy tentada de volver también…ahora que te vas no tengo mucho por lo que estar aquí-
Esa frase la dijo con una sonrisa tan dulce que no pegaba para nada a una cazadora tan descarada, pero eso no impidió que a Frost se le coloreasen las mejillas.
-Pero de todas formas, me quedaré- continuó como si su comentario no hubiera significado nada-Alguien tendrá que vigilar a esos fanáticos mientras tú, Odín y Vore estáis fuera-
La cálida sensación que llenaba a Frost se esfumó como el humo al recordar todo lo malo que estaba pasando. Su rey, su maestro, le había confiado una importante misión y había fracasado…y lo había hecho de tal modo que había arrastrado a sus camaradas con él. Vore y Odín se lo habían tomado bastante bien, de hecho cuando les contó las malas nuevas habían comentado que al no estar Frost al cargo se habrían marchado ellos por sí mismos.
Tanta lealtad dolía a Frost, un líder patético cuyas decisiones habían costado tanto y aun así seguían mostrándole ese respeto…no lo merecía.
Y para hacerlo peor, no le había sustituido cualquiera, lo había sustituido un fanático…lo había hecho tan mal que su maestro había decidido confiarle esa misión a un fanático.

El código de los cazadores tiene numerosas reglas pero ante cualquier duda, la más importante de todas esas reglas es la primera: Sólo se caza para sobrevivir, nunca como deporte o juego.
Los fanáticos habías surgido al terminar la era de la nieve roja y esa regla para ellos era lo contrario a su ideología.
Los cazadores tienen que matar, por supuesto, pero siempre lo hacen con el objetivo de sobrevivir, para un cazador el matar sin ese objetivo es un crimen imperdonable pero los fanáticos son todo lo contrario.
Un fanático es un cazador con una sed de sangre e instinto asesino que supera con creces a su instinto de supervivencia, son aquellos cuyo placer más extremo consiste en cazar por deporte o diversión, gritando y regodeándose de la presa asesinada sin aprovecharla como se debe hacer, dejando que sus cuerpos se pudran al sol.
Los fanáticos, a diferencia del resto de cazadores, también llevan trofeos…un cazador normal no lleva encima más cosas de las necesarias para abrigarse o protegerse, como la bufanda de Frost o la hombrera de Odín, simplemente lo ven como un estorbo a la hora de cazar.
Sin embargo los fanáticos llevan orgullosos trofeos de sus presas para regodearse al explicar cómo la arrinconan y describir el placer que sienten al sentir que la vida de la captura se apaga ante ellos. Huesos tallados, colmillos, mechones de pelaje, a veces incluso cráneos enteros que usan como cascos…
Si Lord Fenrir había llegado a recurrir a los fanáticos significaba que las cosas estaban mucho peor que lo que pensaba, tener que recurrir a los herejes de su tierra era algo que nunca hubiera imaginado.

-¡Frost!-
El lobo sacudió la cabeza y volvió al suelo para observar como su amiga le miraba con ojos entrecerrados, seguramente ya le había llamado un par de veces antes de reaccionar.
-lo siento- murmuró- Estaba…-
-Culpándote de todo… algo noble y estúpido, como es común en ti- interrumpió la loba con una débil sonrisa.
Frost no respondió.
Ante el silencio, Freya le dio un capón en la nuca con su pata y se levantó.
-Muévete-
-¿Qué?- preguntó el cazador frotándose la nuca.
-Muévete… No vas a estar el último día en esta tierra comiéndote el coco. Voy a asegurarme de tenerte pensando en otra cosa-
-Pero…-Frost se levantó al ver como Freya se alejaba- No puedo, antes de partir tengo que preparar todo para…-
He dado instrucciones a Odín y a Vore para que se encarguen de todo, tú tienes el día libre, así que te vienes conmigo- La loba le guiñó un ojo a Frost y empezó a alejarse del campamento.
Frost se quedó quieto como una estatua, sus ojos de color ámbar se abrieron con asombro mientras observaba a su amiga irse.
-Maldita sea…-susurró para sí sin poder evitar sonreir- No soporto que me haga esto-

Frost siguió a Freya hasta un campo de trigo en las afueras de Mustangia, el cereal estaba bien crecido, pues cuando el lobo se adentró en el mar amarillo solo sus orejas superaban la altura de los cultivos. Miraba por todas partes pero apenas veía más allá de su hocico.
-¿Freya?-
Frost preguntó con un leve tono de preocupación, trató de olfatear el rastro pero el olor a trigo era tan fuerte que era difícil centrarse.
-Freya, vamos, no me quiero pasar el día buscando… ¡UUUFFF!-
Freya había aparecido de ninguna parte y se había abalanzado sobre Frost. Obligándole a estar tumbado cara al suelo mientras esta reía a carcajadas sobre su espalda.
-¡JAJAJA! ¡Tienes que ser más rápido, Frost! ¡Si fuera un colmillos de sable ahora estarías muerto!-
Sin darle tiempo a responder, la loba pegó un brinco y se sumergió de nuevo entre el trigo, para cuando Frost se alzó de nuevo sobre sus patas, Freya asomaba la cabeza entre los cereales con una sonrisa.
-¡Vamos lento! ¡Atrápame si puedes!-
El pelaje blanco desapareció en un instante y se escuchaba como corría alejándose de esa posición. Frost no pudo evitarlo y sonrió mientras empezaba a correr, dispuesto a devolver la broma a su amiga.

Fue con diferencia lo más divertido que había hecho en años…los dos caminaron y corrieron por los pastos alrededor de Mustangia, se escondían entre los campos de trigo, nadaban en el río…Por unas cuantas horas, Frost volvió a ser un cachorro juguetón que disfrutaba pasando el rato con su amiga, escondiéndose, saltando sobre ella y revolcándose por el suelo…como eran las cosas antes del invierno eterno que estaba asolando su tierra…como eran las cosas antes de que Fenrir le eligiera como su discípulo.
Cómo añoraba esos tiempos…la vida seguía siendo dura pero al menos en esa época se podía llegar a “matar el tiempo” con cosas como juegos infantiles, reuniones sociales o incluso fiestas. Todo eso ahora no se podía hacer debido a la escasez de recursos y las condiciones temporales.

El día pasó más rápido de lo que le hubiera gustado.
Frost abrió los ojos, él y Freya se habían echado una siesta bajo la sombra de un árbol tras estar todo el día moviéndose. El sol empezaba a descender y el cielo ya tenía los ligeros toques de color naranja característicos. El lobo suspiró y se levantó, en breve se tendría que preparar para irse.
Al voltearse vio a Freya dormida a su lado, una parte de él quería despertarla para despedirse pero otra quiso pensar que ese día ya había sido como una despedida.
-Gracias por todo, Freya- dijo Frost con una sonrisa triste.
El lobo se dio la vuelta y empezó a caminar en dirección al campamento.
-De nada, pero eres un idiota por irte sin despedirte-
La voz de su amiga lo detuvo en seco.
-¿Te gusta hacerme quedar en ridículo como un cachorro?- preguntó Frost negando con la cabeza pero sonriendo mientras se daba la vuelta.
-Sí, la verdad es que si- sonrió también la loba, que se puso muy seria de repente.
-Escúchame Frost, hay algo raro en todo esto-
El lobo alzó una ceja.
-¿Con qué?-
-Con esta decisión…algo pasa con Fenrir-
-No digas tonterías…Lord Fenrir siempre ha hecho lo mejor para nosotros…fue él quien puso fin a la era de la nieve roja-
-¿Y honestamente crees que poner a los fanáticos al mando de una campaña y usar armas ancestrales de una era oscura es lo mejor para nosotros?-
Frost se quedó quieto, había un ápice de verdad en todo eso, pero él había sido el discípulo de Fenrir, él le había tratado como a un hijo.
-Freya, no creo que…-
-Simplemente te pido que pienses en ello- interrumpió la loba.
Frost se molestó por el tono de autoridad de Freya.
-¿Entonces por qué me decías que no querías que me comiera el coco? ¿Y por qué me lo dices ahora, que es cuando me tengo que ir?-
Para sorpresa de Frost, Freya sonrió como si la respuesta fuera obvia.
-Porque en primer lugar, eso, a diferencia de tu estúpido dilema de honor y culpa, sí es algo en lo que se debe pensar…y en segundo lugar-
Freya, sin dejar de sonreír se acercó a Frost, cerró sus ojos azules, pegó su morro al del lobo y le besó.
Frost se había quedado de piedra y con la mente en blanco, simplemente se quedó en esa posición, impotente para hacer o decir nada. Tras unos instantes, más por instinto que por razón, él cerró los ojos y le devolvió el beso.
Tras lo que parecieron horas, ambos se separaron, a Frost aún le duraba la cara de confusión mientras que Freya aún sonreía.
-Si te lo hubiera dicho al principio del día, no habrías pasado ese tiempo conmigo-
La loba guiñó el ojo a Frost y empezó a correr en dirección contraria al campamento.
-¡Oh, deberías volver ya! ¡Seguro que la caravana ha llegado y seguro que tendrás muchas cosas en las que pensar en el viaje de regreso!- gritó mientras corría- ¡Y si! ¡Me encanta hacerte quedar en ridículo como un cachorro!- añadió al final con una risa.

El viaje de vuelta al campamento fue mentalmente horrible, sentimientos cálidos y oscuros hacia Freya y hacia Fenris respectivamente. Dudas, dilemas, esperanzas, ilusiones…una mezcla caótica de sentimientos buenos y malos. Frost se tuvo que forzar a sí mismo a dejar eso a parte cuando llego hasta las caravanas.
Los grandes carromatos, tirados por hasta cuatro osos cada uno, estaban hasta arriba de maderos saqueados. Lo primero que vió Frot antes de nada fueron más lanzadores de pilares de asedio. Frost también notó que el campamento tenía muchísima más actividad de lo normal, seguramente habrían llegado nuevos cazadores como refuerzo pero para su desgracia vio que casi todos los nuevos reclutas eran fanáticos, que destacaban del resto llenos de cuentas y adornos de huesos, miradas penetrantes y feroces, pinturas de guerra violentas y de un color rojo vivo…
Frost se dirigió hacia una de las caravanas, donde aguardaban Vore y Odín junto a un lobo especialmente grande, de un color negro y de ojos amarillos, tenía un collar hecho con varios dientes de distintos tamaños, sus garras delanteras estaba teñidas de rojo por la pintura de guerra y tenía una profunda cicatriz en la parte superior del morro, entre el hocico y sus ojos.
-Wargo Colmillorojo, supongo…- Dijo Frost con educación pero con un claro tono de no disfrutarlo en absoluto.
El lobo negro se volteó y sonrió a Frost de una forma siniestra.
-El mismo…Tu supongo que serás Frost, ¿verdad?, aquél al que sustituyo…No te preocupes, chico, ahora que yo y los míos estamos acabaremos esto en un abrir y cerrar de ojos-
Frost miró a Wargo con desprecio, pero se mantuvo digno y buscó algo con lo que cambiar de tema.
-Bueno, veo a tus fanáticos y a las máquinas de asedio, pero no veo las armas ancestrales-
-Oh, no te preocupes, legarán ahora, simplemente ellos son un poco más lentos-
-¿Ellos?-
La respuesta vino con un temblor de tierra, con el gentío y las luces del atardecer no los había visto pero entonces Frost se autoproclamó ciego e idiota por no verlos antes.
Con paso lento, cuatro mamuts gigantescos con extrañas construcciones en sus lomos se acercaron al campamento, llamando la atención de todos los que estaban allí.
Eran enormes, mucho más grandes que un elefante normal, medían diez metros de altura, con enormes y retorcidos colmillos y largas trompas que arrastraban por el suelo, con colas y orejas pequeñas que, al igual que el resto del cuerpo estaban cubiertos por una pesada capa de pelo.
Frost se quedó sorprendido, confuso e, inmediatamente, indignado. ¡Cómo habían podido traer mamuts aquí?
-¡¿Qué, en el nombre del colmillo de piedra, es esto?!- exigió saber Frost con rabia contenida.
-¿Qué ocurre? Pensaba que habías cazado de estos ya…- dijo Wargo con burla-
-¡Sabes muy bien a lo que me refiero!- gruñó el lobo gris-¡¡Estamos aquí debido al hambre que sufre nuestro pueblo y sois capaces de traer mamuts?!-
-Tiene gracia que tú lo digas habiendo traído yetis- dijo Wargo sin dejar de sonreír.
-¡Eso era diferente!- gritó Frost- ¡Solo trajimos dos como suministro de emergencia y como refuerzo en caso de no tener otra opción! ¡Vosotros habéis traído cuatro mamuts! ¡Uno solo podría alimentar una aldea durante un mes!
-Si…sería una buena última cena- comentó indiferente Wargo- Sin embargo, tanto Lord Fenrir como yo sabemos que tras ese banquete no quedaría nada, así que sospechamos que sería más provechoso usarlos para conseguir más comida…Quizás por ese pensamiento Lord Fenrir ha decidido ponerme a mí al mando-
Sin dejar que Frost contestara, Wargo se adelantó, demostrando que no le importaba en absoluto si Frost quería decir algo.
-De todas formas- añadió el lobo negro mientras caminaba- Esta campaña ya no es de tu incumbencia, así que déjaselo a los cualificados. Buen viaje, ex general-
Frost no pudo decir nada mientras contemplaba a Wargo dirigirse al interior del campamento, dirigió su mirada a Vore y Odín, que estaban tan llenas de confusión e indignación como la suya…Frost maldijo por lo bajo, pues sabía que iba a tener mucho, mucho en lo que pensar en el viaje de vuelta a casa.
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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 16 Jun 2015, 18:54

CAPITULO 13: EL FRÍO NORTE

Twilight y el resto habían tardado tres días en salir de Canterlot.
La preparación era muy importante, ya que se iban a adentrar en territorio hostil y desconocido, sin ninguna idea de su geografía o de la distribución de ciudades, si es que tenían.
En primer lugar habían preparado un transporte, uno de los dirigibles pequeños se había equipado para poder hacer un viaje hasta el Norte sin escalas, pues los cazadores habían tomado Mustangia y El imperio de Cristal.
El viaje tendría que ser bordeando la línea imaginaria que habían formado los cazadores al marchar hacia el sur, volando alto por encima de las nubes, de tal modo que las rapaces enemigas no pudieran localizarlos.
La expedición estaba formada por las mane six, además de media docena de guardias reales que incluían tanto terrestres como unicornios y pegasos.
Las Princesas no podrían ir, pues no podían abandonar a su reino en tiempos de crisis. Además, habían hecho un llamamiento a todas las ciudades y poblados de Equestria, toda la población debería dirigirse hacia Canterlot, donde se formaría la última defensa de la nación. De ese modo los ponis resistirían o caerían a la vez, ya que sería imposible para ellos aguantar en una guerra prolongada perdiendo cada vez más fuerzas.
En la ciudad se estaban concentrado todos los recursos posibles: alimentos, materiales de construcción, armas, trabajadores, soldados…y se estaban preparando las defensas, tanto mágicas como físicas.
Las princesas habían decidido dejar a Twiligh fuera de esto porque sabían con toda certeza de que si fuera consciente de todos los recursos que tenía al alcance del casco, no duraría en usarlos para iniciar un ataque contra los cazadores, llevando así a muchos ponis a la muerte.
También habían enviado a sus amigas porque sabían que los elementos de la armonía deben permanecer juntos, para bien y para mal ya que no tienen un verdadero poder por separado…además, quizás el calor de la amistad que poseyeron una vez volviera para derretir la escarcha que ahora cubría el corazón de la princesa de la amistad.
Sin embargo, la misión de Twilight no era algo carente de importancia. Con las gobernantes de Equestria desviando todos sus pensamientos y esfuerzos en proteger a su pueblo, les tocaba a Twilight y al resto en averiguar cómo detener ese derramamiento de sangre.

Twilight observaba el cielo nocturno sin ningún obstáculo desde la cubierta del dirigible, pues todas las nubes se encontraban bajo el transporte.
El dirigible estaba equipado con armas, pero su principal ventaja eran los conjuros de invisibilidad y ocultamiento, que les permitirían moverse tan cerca de los cazadores sin ser detectados.
Los pensamientos de la alicornio estaban entremezclados…rabia, odio, duda, tristeza, remordimiento…todos formando una mezcla caótica y sinsentido. ¿A qué emoción debía aferrarse? ¿A la que sentiría una hermana víctima de la fatalidad? ¿A la de una princesa que vela por el bienestar de su pueblo por encima de todo? ¿Al de alguien que ha cometido un terrible error? ¿Al de alguien que debía compadecerse de los enemigos?...Simplemente no lo sabía.
Entonces sintió como una manta volaba hacia ella con ayuda de la magia de unicornio, tras posarse sobre sus hombros, se dio la vuelta y vio como Rarity la observaban con cierta preocupación.
-¿Estás bien, querida?- Preguntó la unicornio.
-Si- mintió Twilight volviendo su vista al cielo nocturno de nuevo.
La recién llegada se acercó y se sentó al lado de la princesa.
El silencio pronto se volvió incómodo.
-Twilight- empezó a decir Rarity- Por favor, si quieres contarnos algo, dínoslo-
La alicornio permaneció callada un instante.
-No sé muy bien que decir…porque una parte de mi ni siquiera sabe cómo se debe sentir-
- Escucha twilight- dijo la unicornio, no puedo hablar por el resto, por supuesto…Pero yo al menos no te guardo rencor por los errores que has cometido-
Twilight se volteó a la unicornio, en parte sorprendida y en parte deprimida por el remordimiento.
-Por si lo has olvidado, también estábamos presentes cuando Celestia te dio la terrible noticia y vimos el dolor que te causó…y también vimos como creció tu deseo de hacer pagar a los culpables sus crímenes…Yo también habría reaccionado así si me hubieran dicho que Sweety Bell hubiera sufrido tan horrible destino-
Una débil sonrisa de agradecimiento emergió en el sombrío rostro de la princesa.
-Gracias Rarity…pero o les he ehcho pagar nada…lo único que he conseguido es que más mueran…pero lo que más me asusta es que…creo que no me importa…sólo quiero ver a esos cazadores destruidos, sin importar el coste-
Rarity apagó su mirada al escucharla decir eso.
-¿Incluso si ese precio es tu título de princesa?-
-Si- respondió la princesa sin dudar
-¿Incluso si ese precio es la destrucción de Equestria?-
Twilight no respondió.
-¿Incluso si ese precio somos nosotras?-
Twilight alzó la cabeza y miró a Rarity asustada.
-Nosotras daríamos nuestras vidas por ti, Twilight….Pero no lo haremos por un deseo caprichoso- dijo con seriedad.
La unicornio se levantó y se dirigió al interior del dirigible, dejando a Twilight con sus pensamientos.

El viaje duró tres días, apenas se habló durante el trayecto, cada poni estaba sumido en sus pensamientos. Hubo un par de ocasiones tuvieron que corregir el rumbo, pues era difícil orientarse por encima de las nubes, pero al final todos escucharon como uno de los soldados gritó.
-¡Se divisan cadenas montañosas!-
Todos salieron a cubierta y observaron al horizonte. Enormes picos montañas salpicaban la vista como si se trataran de islas en un mar de nubes.
-No hay montañas tan altas en la tundra del Imperio de Cristal- Dijo Fluttershy- Tiene ques er aquí-
El dirigible se adentró entre los picos y empezó a descender despacio por debajo de las nubes. Cuando los ponis observaron el paisaje, las mane six habían permanecido en el fallido intento de parlamento que se hizo antes de comenzar la guerra oficialmente. Todas escucharon como los cazadores hablaban de una tierra hostil, dura y cruel que les había obligado a atacar a sus vecinos. Una parte de ellas pensaban que se trataba de una exageración infantil, como de un niño que enfatiza las cosas malas de algo normal…pero ahora lo veían con sus propios ojos y una parte de ellas no podía culparles por ello.
Cada centímetro que veían estaba cubierto de nieve, hielo o piedra, salpicado por cañones, precipicios o formaciones rocosas. Los únicos colores que se observaban eran grises, blancos y azules. Un paisaje hermoso pero también violento que daba una advertencia muda a quien pensara en poner una pata en su suelo.
Tardaron varias horas en encontrar un sitio donde aterrizar pero cada rincón amenazaba con rasgar el pequeño dirigible. Al final consiguieron encontrar una terraza rocosa en el borde de un cañón.
Al bajar todos fueron conscientes de que estaban en un sitio aún más peligroso del que esperaban. El suelo que pisaban era duro y frio y el aire estaba cargado de un ambiente gélido y helado, antes de bajar todos se tuvieron que equipar con ropas de invierno. Pero había algo más.
-¿Lo sentís vosotros también verdad?- preguntó preocupada Rarity.
-Es algo…mágico…- Dijo Dash con cierto temor.
-Y antinatural- añadió Applejack.
-No me gusta esto- terminó Pinkie Pie.
Los soldados también lo sentían…una presencia, un aura…algo sin nombre pero que estaba allí presente.
-Es la misma sensación que sentía en Ponyville antes de que empezara todo este lío- dijo Twilight con rostro preocupado.
-¿Esto…es lo que nos comentabas? ¿Este frio?- preguntó Fluttershy.
Si…pero aquí es…más fuerte….más poderoso…En Equestria lo sentía como algo mucho más sutil…aquí prácticamente me está gritando a la cara-
-Princesa…¿cree que se trata de magia?- preguntó un guardia unicornio que había sustituido su armadura por un grueso abrigo.
-Sin duda-
-Quizás esto sea la causa de ese “invierno eterno” que comentaron los cazadores en la reunión- dijo Applejack.
-Aun así no puedo determinar la fuente- dijo otro unicornio- Sugiero movernos, y encontrar un lugar que sirva como refugio y base-
Todos estuvieron de acuerdo, tras activar un camuflaje en el dirigible para asegurarse de que ningún nativo lo encontrara, empezaron a moverse.

Obviamente era mucho más fácil decirlo que hacerlo.
La propia tierra parecía tratar de frenar a la expedición, cada paso que daban era una verdadera hazaña, durante horas no hablaban más de lo necesario, pues el simple hecho de moverse por esas superficies irregulares ya requería toda la concentración posible.
Con mucho esfuerzo, dejaron atrás las terrazas rocosas y entraron en lo que parecía un ancho cañón con paredes rocosas que deberían medir unos siete metros, a través del espacio entre las paredes se observaba un oscuro cielo nublado.
-No me gustan esas nubes…-dijo uno de los pegasos- Parece ser que aquí es igual que en el bosque de Everfree…no hay nadie que controle el clima-
-Eso es antinatural- escupió Dash con malhumor.
-Bueno, al menos ahora el camino es más fácil de seguir- dijo optimista Pinkie Pie- Podría ser peor-
Como respuesta a ello, un trueno sonó en la lejanía y pequeños copos empezaron a caer.
Todos miraron a la terrestre rosa con los ojos entrecerrados.
-Tenías que decirlo, ¿verdad?-
La terrestre se rio para ocultar su vergüenza.
La expedición siguió el camino con el fin de encontrar un refugio ante la tormenta inminente. Al seguirlo, Applejack empezó a notar algo.
-Es curioso, parece que este es uno lugares donde puede crecer algo- señalo un feo arbusto de hojas marrones que dejaban a su lado.
-Los cazadores dijeron que nada puede crecer en esta tierra, ¿Verdad?- preguntó Fluttershy.
-Obviamente mintieron- escupió Twilight.
-No es tan fácil el cultivar, Twilight- dijo enojada la terrestre naranja- QUE en una tierra crezca algo, no significa que sea buena para el cultivo. Este es la primera planta que vemos en millas y habrá tardado muchas generaciones en adaptarse a este suelo…si pusiéramos aquí un manzano dudo que llegara a levantar medio casco del suelo-
Twilight se calló ante el comentario sincero de la vaquera.
Casa paso que daban empezaba a caer más nieve y también empezaba a haber más de esos feos arbustos. Pronto los copos empezaron a hacer difícil el ver más allá que unos metros por delante de ellos, entonces un extraño sonido gutural se escuchó de golpe y bastante cerca. Un balido poderoso que hizo que todos se pusieran en guardia.

Todos recordaban como los cazadores habían hablado de las grandes bestias que se supone abatían es esa tierra y muchos vieron a los grandes yetis que habían causado estragos en las construcciones y tropas de Mustangia. ¿Qué más cosas había por allí?
La respuesta llegó enseguida. Cuando la ventisca llegó a un punto donde amainó lo bastante para ver en la distancia, la expedición se encontró con un grupo de ciervos ante ellos.
Aunque, desde luego, no eran como los ciervos de Equestria, de patas finas, y cornamentas elegantes. Estos ciervos eran realmente grandes, de tres metros de altura, de cuerpos llenos de gruesos pelos de color marrón oscuro que se movían al son del viento que les golpeaba. Sus grandes morros con anchas fosas nasales exhalaban el vapor de su respiración mientras sus pezuñas tan grandes como tapacubos escarbaban la tierra en señal amenazadora.
Y las cornamentas, solo el ver esos cuernos tan grandes estar sobre esas cabezas erguidas demostraba la férrea musculatura que deberían tener esos animales. Cuernos grises y agrietados, cada uno tan largo como dos ponis y tan anchos como una puerta.
Todos quedaron quietos ante tales criaturas, al menos seis de esos ciervos gigantes los contemplaban con miradas hostiles y las cabezas agachadas listos para cargar.
El ciervo más adelantado volvió a balar.
-¡Por todas las manzanas, nunca había visto un ciervo así!- exclamó con sorpresa Applejack.
-¡Ja! ¡Nos hemos enfrentado a lobos, osos y aves rapaces gigantes, estos no durarán anda!-
Un nuevo balido emergió de nuevo del ciervo, acompañado de un pisotón con su gran pezuña.
-Una parte de mí no está tan segura- dijo Rairty retrocediendo un poco- Fluttershy, querida… ¿Podrías explicarles la situación?-
La pegaso ahogó un chillido.
-¿Y...yo?-
-Eres la que mejor se comunica con los animales- puntualizó Twilight.
-P…pero esos ciervos son mucho mas…bueno…salvajes a los que estoy aconstumbrada…mirad esos cuernos y esas pezuñas- Dijo temblando- ¿No sería mejor volver sobre nuestros pasos?-
-Este es el único amino que hemos podido seguir- dijo uno de los soldados terrestres, tendríamos que volver a las formaciones rocosas-
-Además, a cada segundo que perdemos aquí, lo ganan los cazadores en Equestria- Puntualizó la princesa.
La pegaso tragó saliva y con un batir de alas se acercó a los enormes ciervos, que arrugaron sus morros en una expresión hostil.
-Ho…hola amigos ciervos…grandes…muy grandes- Tartamudeó Fluttershy- Eh…lamentamos mucho molestarles pero…eh…nos gustaría poder pasar por aquí….si no es mucha molestia-
El gran ciervo baló de nuevo, agitó su gran cornamenta y golpeó el suelo con sus pezuñas de nuevo. Fluttershy se volteó al resto.
-¿Y bien?- preguntó Rarity.
-Eh…me temo que mi educación me impide usar muchas de las palabras con las que se ha referido a nosotros, pero básicamente dice que este es su territorio, que nos marchemos o que afrontemos las consecuencias-
-¡Venga ya!- Exclamó Dash enojada- ¡No he venido al trasero congelado del mundo para que un rumiante me diga qué hacer!-
De un aleteo se colocó ante el gran ciervo.
-¡Escuchame perchero andante, estoy dispuesta a aceptar el que nos veamos algo superados por cazadores con ejércitos y armas de asedio, pero no creas que voy a dejarme intimidar por un simple…!-
No pudo terminar la frase, pues de un rápido movimiento de cabeza, el ciervo había golpeado con su asta a la pegaso, tumbándola en el suelo.
Dash se alzó mientras se frotaba la cabeza dolorida solo para ver como las patas delanteras del ciervo se alzaban y caían con todo su peso acompañadas de un balido.
La pegaso fue retirada gracias a la magia de Twilight, que la atrajo tirándole de la cola un instante antes de que las enormes pezuñas le aplastaran la columna a la pegaso.
Pero no acabó allí la cosa, ante la escena, todos los ciervos cargaron contra la expedición con las cornamentas por delante.
-¡Corred!- gritó Pinkie.
No hubo que repetirlo, todos los ponis o corrieron o volaron en dirección contraria, pero apenas se alejaban de los ciervos, cuyas fuertes patas estaban acostumbradas a moverse por ese terreno impredecible.
-¡No estoy dispuesto a dejarme intimidar por un vulgar ciervo!- exclamó uno de los unicornios guardias, que se dio la vuelta y disparó un rayo de luz contra el que estaba más cerca de él.
El rayo golpeó en la cornamenta del ciervo, que no aminoró en absoluto la carga y su única herida fue una leve quemadura en la agrietada asta.
El unicornio no esperaba que su conjuro no afectara en nada a la criatura y trató de retroceder pero el ciervo le impactó de frente, enganchándolo con los cuernos. El guardia gritó de dolor al sentir los huesos quebrarse con el impacto de ese parachoques de hueso empujado por la fuerza de trescientos kilos de músculo pero eso no frenó al ciervo.
El animal giró bruscamente en dirección a las paredes del cañón y chocó contra el borde, aplastando al unicornio entre la piedra y la cornamenta, los gritos de dolor fueron sustituidos por el sonido de huesos quebrados.
-¡No!- una de los guardias pegaso trató de llegar hasta su camarada pensando que aún podría hacer algo por él, pero se sorprendió al encontrarse de frente a otro de los ciervos que, de un increíble salto se había elevado tres metros en el aire. Antes de poder exclamar nada, sintió como el animal chocaba su enorme cuerpo contra ella, dejándola sin aliento, mordiéndole una de las alas, la arrastró hacia abajo cuando la gravedad atrajo al astado al terminar su impulso. La guardia sintió golpearse contra el suelo y el aturdimiento al tratar de levantarse, lo último que vio cuando se aclaró su visión fue una gigantesca pezuña que caía sobre su rostro.

-¡No miréis atrás!- gritó Twilight- ¡Seguid corriendo!-
Sin embargo, cuando el cansancio se empezó a representar en lo que quedaba de la expedición, Fluttershy gritó.
-¡Esperad, ya no nos siguen!-
Todos miraron atrás mientras seguían corriendo pero al ver a los ciervos parados a una veintena de metros también se detuvieron para recuperar aliento.
-¿Qué hacen?- preguntó Applejack.
Los ciervos miraban al cielo y olfateaban el aire, uno lanzó otro balido y todo el grupo se dio la vuelta y galopó alejándose de la zona.
-No creo que hayamos sido nosotros los que les hemos asustado- dijo uno de los guardias con preocupación.
-Esto no me gusta-comentó impaciente Rarity.
El momento de repentina calma fue interrumpido de forma igual de repentina, cuando en mitad del grupo y sobre el único guardia unicornio que quedaba cayó un enorme cuerpo peludo de pelaje color canela con rayas negras, con grandes garras y cuyo rugido dejó ver unos colmillos de sable gigantes, afilados y puntiagudos.
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 25 Jun 2015, 16:30

CAPITULO 14: COLMILLOS Y GARRAS

Todos retrocedieron ante la repentina aparición de la nueva bestia. Al alejarse, los supervivientes pudieron apreciar mejor el aspecto del animal sobre el aplastado cuerpo de la última víctima.
La criatura tenía un cuerpo peludo, grande y fuerte que recordaba al de un enorme y robusto felino, a pesar de que su cola era mucho más corta en comparación. Sus enormes patas terminaban en garras negras en forma de garfios y su cabeza estaba rodeada de una melena leonil. Sus fauces no se podían cerrar del todo debido a los enormes y curvos colmillos que sobresalían de forma descendente como si se trataran de blancos picahielos.
El depredador volvió a rugir y a ese rugido le siguieron otros dos provenientes desde arriba.
Lo que quedaba de la expedición alzó su mirada y observó cómo desde arriba del paso otros dos depredadores descendían de un salto para caer junto al primero.
Los ponis se quedaron petrificados ante esa visión, pero el terror los llenó por completo cuando las bestias cuando empezaron a pelearse entre sí por el cuerpo del unicornio aplastado.
Las fauces y las garras pronto se tornaron rojas y destacaban en el paisaje blanco y gris, una de las bestias parecía que no podía conseguir su parte, así que retrocedió ante los gruñidos de sus hermanos…entonces volteó la mirada a los ponis…desde luego sería mucho más fácil conseguir otra presa que forzar a sus camaradas a compartir el alimento.
La bestia se abalanzó sobre Pinkie Pie que de un salto, lo evadió. A pesar de ello, la bestia se centró rápido y giro en cuanto pudo de nuevo contra la terrestre rosa. Antes de poder llegar hasta ella, fue embestido por un lateral por una estela multicolor que desvió al depredador de su trayectoria. Dash se apresuró a aletear para alejarse del felino, algo bueno, pues las garras le pasaron rozándole la crin.
El resto se centró y se recuperó de la sorpresa, se colocaron en posición para hacer frente a la nueva amenaza, pues no tenían lugar donde huir. Un rayo emergió del cuerno de Twilight y golpeó en la cara a la bestia, que pegó un salto hacia atrás y sacudió su cráneo, en principio ileso.
-¡Princesa, cuidado!-
Twilight notó como un enorme cuerpo pasaba muy cerca de ella, al voltearse vio a otro de los felinos, que había decidido saciar su hambre aún más, junto a un soldado terrestre que se había abalanzado sobre la criatura para poder desviarla de su real presa.
Applejack galopó hacia la criatura, que se levantaba junto al guardia y le embistió con todo su peso para poder ralentizarla más.
El felino que había recibido el rayo de la princesa se centró de nuevo y empezó a correr en dirección a Rarity. Esta, presa del pánico, usó su magia y una enorme gema traslúcida de color azul emergió de la tierra, sirviendo como escudo contra el depredador.
-Oh- dijo con cierto asombro- Parece ser que esas lecciones de joyería mágica valieron la pena al final…- Dijo con una sonrisa.
Pero la bestia volvió a embestir contra el escudo, que se agrietó, y tras un tercer choque, se fragmento en trozos desiguales.
Rarity salió disparada hacia atrás y el felino se agazapó para saltar sobre ella, sin embargo, el guardia pegaso que quedaba y Fluttershy le golpearon en la grupa con el fin de distraerlo. Funcionó pero el depredador se volteó demasiado rápido y llegó a enganchar al guardia pegaso antes de que se alejara suficiente, lo estampó en el suelo y simplemente dejó que sus afilados colmillos acabaran la faena.
Applejack y los dos guardias que quedaban, ambos terrestres, hostigaban a su bestia mientras evadía por los pelos sus zarpazos y sus mordiscos.
El tercer depredador había decidido unirse también y sorprendió a los terrestres por la retaguardia, dando un zarpazo en el flanco a un soldado, que calló en el suelo sangrando abundantemente. Applejack Se volvió a la víctima pero eso hizo que la otra bestia la embistiera, dejando al único terrestre solo contra las criaturas.
Ambas bestias se abalanzaron a la vez contra los ponis terrestres, pero un escudo púrpura los frenó en seco.
Twilight tuvo que esforzarse en exceso para mantener ese escudo a esa distancia, los depredadores no se dejaron impresionar y golpearon de nuevo la barrera con sus garras, sus cabezas y sus cuerpos, Twilight no podía mantenerlo mucho más, la barrera empezaba a agrietarse.
-No…-sollozó la princesa mientras trataba de concentrarse más- No quiero perder a ninguna de ellas-
Un grito cerca le obligó a mirar para saber que pasaba.
El último felino se acercaba amenazador a Pinkie, Rarity Y Dash, esta última cargaba con una Fluttershy cuya ala derecha tenía un ángulo extraño y parecía realmente aturdida.
El depredador flexionó las patas y saltó. Por mero instinto, Twilight consiguió crear otro escudo que salvó la vida de sus tres otras amigas.
Sin embargo, ahora estaba aún peor, había creado dos escudos mágicos a distancia, los estaba controlando a la vez y ambos estaban sufriendo impactos realmente fuertes que exigían concentración extra para mantenerlos.
Cada golpe en las barreras creaba una nueva gota de sudor en la princesa.
-¡NO!- Gritó en un vano intento de tratar de darse ánimos a sí misma-¡NO QUIERO PERDER A MÁS! ¡NO QUIERO VOLVER A SENTIR ALGO ASI! ¡YA ME DA IGUAL LA VENGANZA, ME DA IGUAL EL ODIO! ¡NO ME IMPORTA! ¡PERO POR FAVOR, NO QUIERO PERDER A MÁS!-
Volvió a sentir un impacto en cada barrera a la vez, lo que la agotó, tanto física como mentalmente, los escudos púrpuras cedieron y se fragmentaron como si de cristales se trataran. Las bestias volvían a preparar su ataque a los supervivientes. La princesa cayó al no poder aguantar más su peso, abrió los ojos cuanto pudo y miró como el felino se preparaba para saltar sobre Pinkie, Rarity, Dash y Fluttershy. Lo intentó, pero no pudo crear un nuevo escudo.
-Por favor…-Sollozó Twilight- Por favor…No…Por favor-
En cuanto la bestia se iba a abalanzar sobre las ponis, algo ocurrió.
A una gran velocidad, una enorme figura blanca, un poco más grande que el felino, apareció de la nada y realizó un placaje que arrastró al depredador con ella.
El depredador rugió furioso y sorprendido, trató de zafarse de la figura pero fue incapaz.
El nuevo combatiente arrastró a su víctima hasta el segundo grupo en cuestión de segundos y chocó contra los demás felinos, alejándolos de una Applejack que se enderezaba como podía.
Twilight no pudo evitarlo, el sobre esfuerzo físico y mental, el frío, el hambre y el miedo la habían afectado demasiado. Cerró los ojos y Quedó inconsciente sobre el gélido suelo nevado.

Los cazadores habían acampado a mitad de camino entre Mustangia y Canterlot. Wargo cababa de informar a Lord Fenrir de la situación a través de los cuervos mágicos, informándole que las tropas estaban listas y las armas preparadas.
Un sonido le distrajo, al voltearse, vio que Freya había entrado en la tienda del nuevo general.
Wargo sonrió.
-Freya, ¿Has hecho lo que te he pedido?-
La loba hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo y miró a su líder, la mirada mostraba un disimulado desprecio.
-General, se han iniciado los preparativos para tomar las posiciones del ataque- dijo la loba-
Ya se han empezado a distribuir tropas y las armas de asedio en puntos clave…mientras lo hacíamos, han informado que se ha visto a numerosas filas de refugiados que se dirigían a la capital desde las aldeas menores…al parecer quieren proteger a la población civil al mismo tiempo que Defienden la ciudad-
La sonrisa de Wargo se ensanchó.
-Bien, entonces acabaremos con todos a la vez…esto será más fácil de lo que esperaba…-
Freya arrugó la frente ante esa confianza.
-Con todo respeto señor, esa confianza nos ha costado ya mucho…los equestres son más duros de lo que aparentan. Si Frost estuviera aquí…-
-Frost no está aquí, pequeña- Interrumpió Wargo con un claro tono de amenaza.
Freya se vió obligada a morderse la lengua.
-Y desde luego, no voy a subestimarlos como habéis hecho hasta ahora…pero me temo que más que esos ponis, lo que de verdad ha costado tanto ha sido vuestra mentalidad-
Freya alzó una ceja.
-¿Señor?-
-Os habéis obligado a olvidar la era de la nieve roja, ¿Verdad?-
Freya tragó saliva ante la mención de esa horrible época.
-Pero se pueden sacar muchas enseñanzas de esa oscura era…lo que de verdad importa en una guerra no es la fuerza, no es el armamento…ni siquiera es la estrategia-
Wargo se acercó a la loba ensanchando aún mas su sonrisa, mostrando las líneas de afilados dientes.
-Lo que de verdad determina un combate es la voluntad…no importa que te superen en número o en poder…si tiene la voluntad suficiente, un lobo puede morder mientras le quede un solo colmillo, un oso puede desgarrar aunque solo tenga una zarpa y una rapaz puede tratar de volar con solo un ala sana…Un ejército puede estar mellado, destrozado y derrotado, pero si tiene la voluntad de vivir, puede hacer mucho más de lo que podría hacer en esa situación…La voluntad es el verdadero poder en una guerra-
Freya dio un paso atrás ante la psicótica mirada del general.
-Lo que tenemos que hacer es mellar su voluntad, destrozarla…hacerles saber que han perdido antes de empezar…matarlos desde dentro, arrebatarles su espíritu, envolver su alma en terror…te gustará, Freya…ver esas expresiones llenas de desesperación…esas miradas que te imploran silenciosamente que acabes con su sufrimiento y su dolor…solo para que decidas alargarlo un poco más…-
Freya mantuvo una mirada llena de indignación y odio al escuchar esas palabras, había escuchado sobre la locura de los fanáticos pero nunca la había escuchado de la boca de uno de ellos.
-Prepara una escuadra de cazadores…será mejor que empecemos antes de que los perdamos- dijo el lobo negro mientras se dirigía a la salida de la tienda.
-¿Una escuadra? ¿Perder a quién?- preguntó confusa la loba blanca.
-Envía a la escuadra a por esas caravanas de refugiados- Dijo Wargo mientras salía- Inicia una escaramuza…y diles que traigan a todos los ponis que puedan…vivos-
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 13 Jul 2015, 00:29

Perdon por si he tardado mucho, pero he estado con ciertos asuntos estos dIas,
CAPITULO 15: GRETA

Twilight abrió los ojos muy despacio, tratando de ser consciente de donde estaba, que momento era o incluso quien era ella. Poco a poco los pensamientos se volvieron más claros y los recuerdos le llegaban al cerebro. Recordaba su nombre, que era una princesa y que estaba en una misión. Recordaba también a sus amigas, las bestias, los colmillos, las garras y la sangre.
El violento recuerdo la hizo levantarse rápidamente pero se detuvo y arrugó su rostro en una mueca de dolor. Estaba sobre algo blando y cálido, al mirar hacia abajo observó un manto de pieles peludas de colores marrones y blancos. Cuando miró a su alrededor, vio que se encontraba en una caverna de paredes lisas y de una altura no muy elevada, la única fuente de luz era de una antorcha encajada entre dos piedras.
La princesa se levantó con dificultad y caminó apoyando su lateral en la cueva, siguiendo el camino que esperaba conducirle hasta una salida, o al menos hasta sus amigas.
A medida que avanzaba, se escuchaban murmullos familiares. Twilight continuó caminando hasta que girando a la derecha llegó a una parte más ancha y alta que el resto de la caverna donde había varias antorchas que iluminaban la amplia sala. Al entrar, la princesa distinguió formas de colores chillones que resaltaban en los colores apagados de la cueva.
-¡Twilight! Gritó una masa azul que se acercó a la alicornio dejando una estela arcoíris.
Dash fue la primera en abrazar a la princesa pero después la siguieron el resto de sus amigas, Twilight no podía contener las lágrimas de alivio al ver a sus amigas vivas.
-¡Estáis vivas! ¡Temía lo peor!- dijo entre sollozos.
-¡Nosotras nos alegramos de verte de pie también, Twilight!- exclamó Fluttershy con los ojos llorosos.
Al cabo de un instante, la princesa recordó otra vez los acontecimientos pasados y miró a su alrededor.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? ¿Y el resto de la expedición?-
-No hace mucho que nos hemos levantado también, no tenemos ni idea de nada, querida- dijo Rarity con el casco alzado para calmar a su amiga.
Todas miraron a su alrededor, tratando de averiguar dónde estaban o quien o qué las había llevado allí.
-No sé quien vive aquí- dijo Applejack- Pero al menos parece que sabe como resguardarse de las tormentas-
-Aunque no le vendrían mal unos consejos de estética- Dijo Rarity con desdén, pasando un casco por una de las paredes para ver como se había cubierto de polvo y suciedad.
-¿Estás de broma?- Dijo Pinkie emocionada – ¡Te aseguro que gracias a mi experiencia ganada en una granja de rocas esta es la caverna más rocosamente rocosa que he visto en mi vida! ¡Se nota que está hecho por un profesional!-
-Hablando del profesional…-interrumpió Dash- ¿Tenéis idea de qué vive aquí?-
Una voz femenina, fuerte, algo pastosa y aun así dulce, llegó del fondo de uno de los pasillos oscuros que conectaban la sala.
-Lo que vive aquí soy yo-
Todas se volvieron de donde venía la voz y se tensaron. Poco a poco una figura grande y blanca emergió de entre las sombras. Era una osa que caminaba a dos patas y encorvada ligeramente, y aun así era más grande que cualquier oso de los que habían visto las ponis. La osa tenía un pequeño moño sobre su cabeza, sus ojos eran de un color verde grisáceo, lo que indicaba que habían visto muchas cosas, tenía patas de gallo bajo sus párpados y un morro arrugado gris que mostraba una sonrisa paciente, vestía un burdo delantal de color gris muy sucio.
Dash reaccionó antes que ninguna otra y se lanzó sobre la osa en un batir de alas, por desgracia la pegaso aún estaba aturdida por la pelea anterior y, de un movimiento increíblemente veloz para alguien de esa edad y tamaño, la osa agarró a Dash y la estampó contra el suelo, sin perder en ningún momento la sonrisa.
-¡Rainbow Dash!- Gritó Twilight mientras encendía su cuerno.
-¡Esperad!- grito en un acto reflejo Pinkie Pie.
La osa no realizó ninguna acción hostil, no machacó a la pegaso con sus zarpas o le mordió el cuello con los colmillos. Simplemente se volvió a alzar dejando a Rainbow Dash sin aliento en el suelo.
-Es de mala educación atacar al anfitrión, pequeña- dijo la osa con dulzura.
El resto de las ponis se habían quedado de piedra ante la escena, incluso Rainbow Dash estaba tumbada boca arriba tratando de asimilar lo que acababa de pasar.
-Oh, no os preocupéis…- comentó la osa con naturalidad caminando hacia un extremo de la sala- Si os hubiera querido muertas os habría partido el cuello en cuanto os encontré echas polvo-
Al pasar a su lado, Twilight comprobó que en una de sus zarpas, la osa llevaba una humeante olla de latón y de gran tamaño, además de varios cuencos de cerámica uno sobre otro. La osa movió con su zarpa libre y con sorprendente facilidad una gran roca en forma de rueda, la hizo rodar hasta el centro de la caverna y la tumbó, de forma que se creó una improvisada mesa.
-Y hay que ser idiotas para salir amenazando una tormenta, admito que los megaloceros no serían para tanto pero ¿Enfrentaros a los colmillos de sable?, sois las más valientes o las más idiotas que he conocido…probablemente un poco de ambas-
La Osa colocó los cuencos por la mesa mientras tarareaba, como si esa situación no fuera más que un bache en su rutina diaria.
Al ver que ninguna hablaba, la osa decidió seguir su dialogo.
-Mi nombre es Greta, por cierto. Y respondiendo a las preguntas de la purpurita: Os encontré en medio de esa pelea contra los colmillos de sangre e intervine para salvaros, este lugar es mi humilde hogar, el cual, por cierto, podéis abandonar cuando queráis, aunque os recomiendo esperar a que pase la tormenta…en cuanto a los otros dos que quedaban cuando llegué, me temo que no fui lo bastante rápida para salvarles, lo siento-
Las ponis por un instante se olvidaron de su potencialmente peligrosa anfitriona y se miraron asustadas, habían perdido toda la expedición en un instante por las bestias de esa tierra hostil, solo quedaban ellas.
-¡Hablas de ello como si no te importara nada que hayan muerto!- exclamó indignada Rainbow Dash.
Greta no pareció importarle el comentario de la pegaso y servía el contenido de la olla en cada cuenco, pronto un caldo semitransparente, amarillento y humeante llenaba el ambiente con un olor agradable.
-Esto es El Norte, pequeña…Aquí no pasa un día sin que muera nadie de una forma u otra. De todas formas os recomiendo descansar y recuperar fuerzas…tomaos la sopa mientras aún está caliente-
Greta señaló los cuencos sonriente.
Pinkie Pie alzó la cabeza despacio por uno de los bordes de la roca y miró con desconfianza el cuenco, lo olfateó y muy despacio mojó la punta de la lengua con su contenido, al relamerlo abrió mucho los ojos y sonrió.
-¡Mmmm! ¡Está muy rico!-
-¡No toques eso, Pinkie!- Exclamó Rarity -¡¿Cómo sabemos que esos cuencos no son alguna medicina para engordarnos y comernos luego?!-
Greta rió con dulzura.
-No te preocupes, pequeña, hace ya varios años que no puedo comer carne sólida- La osa abrió su boca lo máximo que pudo y todas vieron como en el lugar donde debía haber afilados dientes y colmillos, no era más que una boca vacía con únicamente un par de muelas y un colmillo suelto.
-Cuando lleguéis a mi edad, veremos si os aguantan todos los dientes-
Las ponis se miraron entre sí ¿Quizás por esta vez si estarían a salvo frente a un cazador?-
-¿Entonces…no va a comernos?- Susurró Fluttershy temerosa.
-No…de todas formas ya he comido mucha carne durante toda mi vida, y he cazado mucho durante mis años jóvenes-
-¿Entonces qué es esto?- Applejack señaló el caldo humeante.
-Oh, no es más que una sopa que se hace con las hojas de unos arbustos de por aquí…no llenan mucho, pero calientan el cuerpo…ahora con la hambruna que sufrimos se consumen mucho más-
Greta alzó su cuenco y dio un sorbito, las ponis, poco a poco se acercaron, era cierto que estaban en territorio enemigo y muchas cosas podrían salir mal, pero en esa tierra se agradecía un plato caliente.
Twilight tomó un sorbo. La sopa era algo insípida, pero sentir el calor recorrer tu cuerpo de dentro a afuera merecía la pena.
Durante varios minutos nadie habló y la osa dejó que sus invitadas se calentaran y despejaran un poco sus cabezas.
-¿Entonces…no va a cazarnos?- preguntó desconfiada Twilight- Se supone que eso hacéis los cazadores-
Greta sonrió con dulzura y cerró los ojos con cierta nostalgia.
-Quizás fui cazadora hace años, pero ahora soy demasiado vieja…además, eso iría contra el código de los cazadores-
-¿Código de los cazadores?- preguntó Applejack.
-¡Suena guay!- exclamó Pinkie.
-Es el código por el que rige El Norte- dijo Greta con cierto orgullo – Y la primera regla es: “Sólo se caza para sobrevivir, nunca como deporte o juego”. No puedo comeros debido al estado de mis dientes…y no tengo hambre, por lo tanto no os cazaré…sería un desperdicio de vidas-
-¿Tenéis códigos morales?- Preguntó Twilight con una mezcla de curiosidad y desconfianza
-¡Claro!- exclamó Greta- ¿Acaso te crees que somos monstruos?-
Twilight iba a contestar de forma ruda pero se obligó a morderse la lengua…una parte de ella estaba ya cansada del odio y no quería volver a empezar una pelea-
Sin embargo, los ancianos ojos de Greta vieron a través de ella.
-Claro que piensas que somos monstruos- dijo la osa con dulzura y sin enfadarse-Hemos llegado a tu tierra, hemos empezado a invadirla y seguro que ya habéis perdido a muchos…-
Twilight se sorprendió, al igual que sus amigas…siempre que habían escuchado la excusa de los cazadores se había contestado con ira e incluso indignación…como si se tratara de una respuesta tan fácil que daría rabia repetirla. Pero esta vez el tono era distinto, era un tono de…tristeza.
Greta había dejado de sonreír y contemplaba su reflejo en su sopa.
-Cuando llegaron las caravanas con las presas todos estábamos habrientos y deseosos de saciarnos…pero entonces vimos lo que traían…ponis de vivos colores, algunos con ropas, algunos aún aferrados a herramientas…todos con la huella de las almas en sus ojos-
Las ponis sintieron un escalofrío al escuchar la descripción de los cuerpos de sus camaradas, pero el tono triste de la enorme e imponente osa les era aún más extraño…acaso uno de esos cazadores monstruosos y crueles estaba…¿Lamentándose?
-Nadie quería dar el primer paso…cruzar esa línea tan fina y aun así tan clara… No queríamos alimentarnos con la carne de un pueblo civilizado…pero teníamos que hacerlo…nuestros hijos morían de hambre e incluso empezaban a nacer ya enfermos por el estado de las madres…Lo tuvimos que hacer…por nuestro pueblo…para que no volvieran los tiempos oscuros…-
Las ponis se volvieron a mirar entre si, extrañadas.
-¿Tiempos oscuros?- preguntó Fluttershy temerosa.
Greta tembló al sentir el escalofrío el recorrer su espalda.
-Si…- dijo despacio- No queremos recordar la Era de la Nieve Roja-
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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Re: LOS CAZADORES DEL HIELO [AVENTURA] [BÉLICO]

Notapor Stormstone » 01 Ago 2015, 00:21

CAPITULO 16: LA NIEVE ROJA

-¿Qué es eso de La Nieve Roja?- preguntó Applejack.
-Fue una era horrible de hace ya mucho atrás, pero que seguimos recordándola-
-¿Qué ocurrió para llamarla “tiempos oscuros”?- quiso saber Twilight.
Greta alzó la mirada despacio y miró a las ponis antes de soltar un suspiro.
-Normalmente no nos gusta hablar de ese tema…pero os lo contaré, aunque sea un pago por lo que está sufriendo vuestra nación…-
-¡Tiempo de relato!- grito Pinkie y se acercó al borde de la mesa con los ojos muy abiertos y sonriendo impaciente.
-Hace ya muchos siglos- empezó la osa- nosotros los cazadores vivíamos en esta tierra. No formábamos una alianza como hacemos estos días y nos dividíamos en tres tribus, pero convivíamos en paz-
-Los osos, los lobos y las rapaces se mantenían separados los unos de los otros salvo por alguna alianza para intercambiar mercancías. Competíamos por la caza, pero al ser abundante, casi nunca nos enfrentábamos entre nosotros. Además, para asegurarse de que se seguían esas reglas no escritas de convivencia, teníamos a nuestros líderes-
- ¿Teníais?- preguntó Rarity con cierta sorpresa.
-¡Por supuesto! Beorn, el Padre de todos los osos, era una fuerza de la naturaleza andante…tumbaba montañas y abría valles con su mero paso. Luego estaba Tempestad, la gran lechuza y líder de las rapaces, de expresión fría y mente afilada. Por último, Fenrir, el gran lobo, el alfa de todas las manadas de entre los suyos y nuestro actual líder-
-¡Ese era quien mencionó este tal Frost!- exclamó Twilight levantándose pero Pinkie la interrumpió.
-¡Chsssss! ¡No interrumpas!-
-Los tres gobernaban a cada tribu mientras disfrutábamos de la abundancia de las presas, vivíamos nuestras vidas de forma agradable a excepción de los inviernos, donde los recursos y la comida escaseaban, pero siempre conseguíamos aguantar hasta que acababa la estación-
Las ponis se miraban entre sí con expresión preocupada, sabiendo que esas palabras agradables no durarían.
-Hubo un invierno que no se detuvo…al igual que está ocurriendo hoy. El frío, la nieve y el hielo se encargaron de que el hambre y la miseria llegaran a todos…De echo, por lo que se cuenta, ese invierno fue aún peor que este, esta vez teneos frío y hielo, pero aquella vez había frías ventiscas que arrastraban hielo que arrancaba la piel del músculo cuando te golpeaba y las montañas de derrumbaban espontáneamente debido a temblores sísmicos…parecía que nuestra propia tierra trataba de exterminarnos-
-Nuestros poderosos señores trataron de averiguar que estaba pasando, nos habían gobernado desde siempre y eran tan antiguos como la nación que habitábamos…buscaron respuestas en la tierra y el cielo, pero no hallaron respuesta-
-Las bestias morían por las condiciones, algunas llegaron incluso a desaparecer por completo. Las tribus no conseguían cazar suficiente para alimentarse a ellas mismas…tuvieron que recurrir a robar a las demás tribus para conseguir algo de alimento…-
-¡¿Os robabais entre vosotros?!- preguntó Fluttershy con un casco en la boca.
-En aquella era no estábamos tan unidos como lo estamos ahora, teníamos algunos amigos en otras tribus, pero dadas las circunstancias, tuvimos que cortar nuestros lazos de amistad para poder sobrevivir…pero lo peor estaba aún por llegar-
Twilight tragó saliva, Greta hablaba con una profunda tristeza y sus grandes zarpas temblaban sobre la mesa.
-Todos luchaban contra todos, se iniciaban ataques contra aldeas y ciudadelas, se necesitaban construir murallas de piedra para detener a nuestros antiguos amigos, los ataques cada vez eran más desesperados…fue aquí cuando los líderes decidieron cedernos el poder para que sus respectivas tribus pudieran sobrevivir. Cedieron parte de su poder a construcciones de metal que se usaron como armas durante esa guerra, dejó que la magia fuera un instrumento de combate…artefactos con cristales de hielo eterno que congelaban todo a su paso…martillos gigantes de piedra rúnica que abrían fosas en el suelo cuando golpeaban la tierra… tropas masacradas, familias separadas y asesinadas, aldeas reducidas a cenizas, había tanta muerte y destrucción que muchos ya empezaban a luchar más por venganza que por supervivencia-
Las ponis se quedaron con los ojos muy abiertos y expresiones de horror.
-Que espanto…- susurró Rarity.
-Pero lo peor estaba aún por llegar- comentó la osa llevándose la zarpa a los cansados ojos.
-¿Peor que todo eso?- preguntó aterrada Applejack.
-Eso no fue nada comparado con el horror que estaba por venir…Cada vez había menos caza y toda la comida que se estaba robando cada vez menguaba y menguaba más…hubo tal escasez que llegó un momento en el que durante meses entero ningún oso, lobo o rapaz llegó a probar bocado-
-¡Santo cielo!- exclamó Twilight con espanto-¡Pero eso os debería haber…!-
-Ojala ese hambre nos hubiera matado a todos, pequeña poni púrpura…pues habría sido mejor a acabar como acabamos…Los cazadores somos duros, podemos aguantar…sin embargo, tanto tiempo en ayunas era demasiado…todos estaban famélicos, todos eran prácticamente piel y huesos…muchos apenas se podían tener en pie…y es cuando comenzó…No sabemos que tribu realizó el primer ataque ni quien fue la víctima…pero en cuanto empezó, no hubo quien lo parase-
Las ponis contenían la respiración, ansiosas y temerosas por saber lo que ocurrió.
-Canibalismo…se inició una ola de canibalismo…-
-¡¿QUÉ?!-
Todas las ponis saltaron con expresión de horror.
-¡¿Cómo se os ocurrió hacer algo así?!-
-¡No puedo creer que hicierais algo tan horrible!-
-¡Al final tal vez si seáis los monstruos que temía!-
-¡CALLAD!-
La última expresión emergió de la garganta de Greta, acompañada de un golpe en la mesa con su zarpa tan fuerte que hizo tambalearse todos los cuencos. Twilight y sus amigas se quedaron congeladas ante los penetrantes ojos de la osa, de los cuales emergían pequeñas lágrimas.
-¡¿Qué sabéis vosotras?! ¡¿Eh?! ¡¿Acaso habéis pasado hambre alguna vez?! ¡¿Acaso habéis sentido como vuestro propio cuerpo os consumía poco a poco?! ¡¿Acaso alguna vez habéis sentido desvaneceros de dentro a afuera?! ¡No, no lo sabéis!-
Las ponis se encogieron ante la osa, que se había alzado sobre sus patas traseras, de forma que se veía su altura imponente. Cuando Greta se dio cuenta de lo que había gritado, se relajó y una expresión de vergüenza llenó su rostro, se volvió a sentar despacio.
-Lo siento…-dijo la anciana- Pero me temo que las elecciones que tomáis en Equestria y las que se toman aquí son muy distintas…vosotras tenéis que elegir entre lo que es bueno y lo que es malo…nosotros tenemos que escoger entre lo que es malo y lo que es peor…-
La anciana tan animada que hace un rato había estampado a Rainbow Dash en el suelo dándole una lección de humildad suspiró pareciendo ahora mucho más vieja y cansada.
-Por eso a esa era se le conoce como “La Nieve Roja”….es el color que adquirió el paisaje al teñirse la nieve con la sangre derramada-
Greta colocó una zarpa sobre otra, en un vano intento de ocultar el hecho que estaba temblando.
-Sí, recurrimos al canibalismo por necesidad…y creedme cuando os digo que no nos orgullecemos de ello…por eso no nos gusta recordar esa era… ¿Acaso creéis que fue agradable para los cazadores de ese tiempo el comerse a camaradas y antiguos amigos? Muchos se volvieron locos…algunos trataban de regodearse con dolores ajenos para no tener que afrontar el que sentían ellos…así surgieron los fanáticos…escoria que se deleitaba el sentir cualquier vida extinguirse mientras no fuera la suya…-
Applejack tragó saliva, ni ella ni sus amigas sabían cómo reaccionar ante eso.
-Las tribus trataban de devorarse entre ellas…y cuando no era posible, la tribu se empezaba a devorar a sí misma…al final, los líderes decidieron poner fin a ese baño de sangre. Subieron juntos a una de las montañas más altas con el fin de encontrar una solución mientras las tribus esperaban en los valles. Dijeron que se unirían para buscar las respuestas en la tierra-
-¿Buscar las respuestas en la tierra?- preguntó Fluttershy – No lo entiendo-
-Beorn, Tempestad y Fenrir fueron el primer oso, la primera rapaz y el primer lobo respectivamente y de ellos emergimos el resto…son tan antiguos como esta tierra y de esa forma, poseen un vínculo mucho más fuerte con esta. Por separado no pudieron encontrar respuesta, pero ante los horrores que se estaban produciendo, decidieron aliarse en esta ocasión, a pesar de la desconfianza-
Greta tomó otro trago de sopa antes de continuar.
-Durante todo un día y toda una noche permanecieron ahí arriba, en la cima y sobre las nubes relampagueantes que impedían que se viera nada, relámpagos y truenos emergían del cielo mientras las tribus esperaban, rezando para que ese infierno acabase…al final bajó Fenrir, solo y malherido.
Las tribus estaban confusas y exigían una respuesta, Fenrir contó que él, Beorn y tempestad habían entrado en comunión con la tierra y esta les había hablado…la tierra estaba poniendo a prueba a sus gentes para que se unieran por completo, no sólo como alianza provisional y temporal, que las tribus dejaran atrás sus diferencias y se convirtieran en una nación…los líderes se comprometieron a unirse y a formar una alianza entre todos los cazadores, pero la tierra los puso a prueba….los puso en un trance que dañó sus cuerpos y mentes, agonía proveniente del corazón de la tierra y el cielo…si de verdad querían unir a sus tribus, tenían que demostrar que eran lo bastante fuertes para ello…solo Fenrir superó la prueba-
Las ponis se miraron extrañadas.
-¿Y creísteis eso?- preguntó alzando una ceja Dash.
-Después de pasar un infierno así, te aferras a lo que sea con tal de ponerle fin…y al parecer funcionó…Poco después de unificarse las tribus y alzar a Fenrir como rey, el invierno acabó, el frio disminuyó, las presas aumentaron…todo cambió en un instante…-
Las ponis se miraron entre sí, la historia tenía cierto sentido y explicaba lo que pasó hace tanto, pero no lo que estaba pasando ahora.

-¿Entonces qué ha pasado?- quiso saber Twilight-¿Por qué ha vuelto el invierno eterno?-
La osa suspiró de nuevo.
-Lord Fenrir volvió a entrar en comunión con la tierra y nos dijo que esta había vuelto a emitir el invierno eterno porque, a pesar de que ya hacía tiempo nos habíamos unificado, no habíamos demostrado que estábamos unidos…determinó que al igual que cazamos presas todos como uno, debemos demostrar que también somos capaces de ser uno en desafíos mayores ¿Qué presa es la adecuada para toda una nación de cazadores? La respuesta es simple: otra nación-
Las ponis se quedaron de piedra, ahora sabían el origen de toda esa invasión. Los motivos de sus gentes y qué les había obligado a ello.
-¿Sois capaces de cometer tales actos sólo porque es la voluntad de la tierra?- exclamó Twilight esforzándose por controlar el tono.
-Si eso significa el evitar volver a pasar por la era de la Nieve Roja…Si- respondió Greta con cierto pesar.
-¿Y eso justifica la muerte de tantos compatriotas?- exigió saber Rarity.
-Respondedme a esto- pidió la osa con decisión- Si tuvierais que quitarle la vida a alguna de vosotras o a algún completo desconocido… ¿A cuál erigiríais?-
Las ponis se quedaron calladas ante esa pregunta tan fría.
-¡No podríamos elegir!- exclamó Pinkie Pie
-Debéis hacerlo…- dijo Greta con frialdad.
-¡Pero ninguna de esas opciones es buena!- gritó la terrestre naranja.
-Entonces elegid la menos mala-
Las ponis se quedaron quietas ante la contundente respuesta.
-Nosotros tuvimos que decidir entre devorarnos entre nosotros de nuevo, un horror que ya conocíamos bien, o alimentarnos de desconocidos que ya sabíamos que tendrían alma y cordura…si tuviera que elegir entre quitarle la vida a mi hijo o a un completo desconocido, no vacilaré en acabar con ese desconocido…No es una buena elección…pero es la menos mala para nosotros-
Las ponis se sentaron, tratando de asimilar toda esa información. Recordaba la frase que les había dicho Greta al comienzo de su charla: A veces no se puede elegir entre algo bueno y algo malo…y se tiene que elegir entre lo que es malo y lo que es peor.
La osa se levantó y tomó los cuencos vacíos y la olla de latón mientras volvía a meterse por el pasillo de donde había venido.
-La tormenta tardará unas horas más en parar- Comentó Greta con seriedad- No sé que habéis venido a hacer aquí, pero me temo que tendrá que esperar hasta entonces…tratad de descansar un poco-
Crecer es obligatorio pero madurar es opcional.


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