Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor horwaith » 19 Ene 2015, 23:18

estoy interesada, me gustaría ver el contraste de alguien como Kalas con alguien como Nature.
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor Xylophone Greenheart » 30 Ene 2015, 15:58

Y después de tener un tiempo para leer y llegar hasta aquí veo que se hizo un sondeo (y por la fecha limite debe haber salido por descarte el OC de horwaith jejejejejeje)
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor RedVixenFur » 30 Ene 2015, 19:54

Que por cierto os merecéis una actualización. El capítulo 3 se me está alargando hasta el infinito y ocupa nada menos que la mitad del documento por lo que es probable que lo divida en capítulos 3 y 4 o incluso en 3, 4 y 5. He estado un poco disperso y me apetece poco o nada hacer el ininterrumpible chorro de pregunas de Twilight XDDD Además que quiero reescribir un poco el principio del capítulo, pero estar está.
Aquí la prueba. Y sí, el documento se llamo originalmente "Ese momento demigrante" XD
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor Xylophone Greenheart » 30 Ene 2015, 20:06

Es fácil descubrir cuan largo es realmente, con el numero de palabras se puede hacer una aproximación pero el programa ese no da el numero de palabras pero igual se puede ver con un programa de internet o el word.

PD: Para hacerse una idea, el primer capitulo tiene 1800 (aproximando 1900) palabras.
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor RedVixenFur » 30 Ene 2015, 20:11

Pues voy 2933 y siguen subiendo XDD
Lo peor es que tendré que cortarlo por esa zona para dar paso al siguiente capítulo o si no, morimos aquí leyendo. Que yo también tengo que leérmelo XD
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor Xylophone Greenheart » 30 Ene 2015, 20:12

Entonces eso da por ahora para 2 capítulos (aunque si fuera fuera el mio eso da para un mes entero de tres capítulos xD)
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor RedVixenFur » 05 Feb 2015, 01:54

Al final no he reescrito tanto como pensaba, sólo he toqueteado aquí y allí. Igualmente se ha quedado largo y encima quería añadir un par de cosas más, pero quita quita, impossibru. Sori por la tardanza pero es que no me fluyen las ideas, estoy muy atascado en la cama últimamente, las sábanas me consumen XD
Twilight se me está haciendo un coñacete de dirigir y de no tratarla de manera agresiva, pero tarde o temprano tiene que dejarse ver la manera de ser de Kalasito. Por favor, mandadme errores o comentad sugerencias, que con este capítulo tengo muchos sentimientos enfrentados.
Finalmente, para el próximo capítulo empiezan los mamporros probablemente y actualizaré este en un rato con un dibujo o dos. Hala, a leer mis pequeños ponies.

Capítulo 3, Origen y Porvenir

Al romper el alba, el canto de un gallo me despojó de la comodidad del mundo de los sueños. Unos cálidos rayos de luz irrumpían en la sala a través de la ventana, creando una atmósfera ciertamente placentera. Parecía que nadie se había atrevido a interrumpir mi descanso y que la casa estaba por cobrar vida.
Así fue, podía notar aquellas 4 presencias en sus habitaciones preparándose para el trabajo que suponía llevar una granja. Por lo que sin más dilación me puse mi capa sobre los hombros, preparé mi carcaj y me aseguré de que mis mochilas estuvieran bien colocadas. Iba a ser un día largo y necesitaba estar bien preparado.

—Será mejor que quite la campanas antes de que alguien entre y las vea —dije mientras me apresuraba hacia la puerta, la familia empezaba movilizarse.

Cuando me dirigía hacia la ventana para hacer lo propio con el aparejo que coloqué la noche anterior, Applejack tocó a la puerta, pasando a continuación. Para disimular la retirada de las campanas hice como que me estiraba frente a la oquedad, menuda idea más tonta...

—¿Está el señorito listo para la tareas? —inquirió la potra.
—¿Disculpa? —respondí, haciendo los más ridículos esfuerzos por disimular mi labor.
—Oye, ¿qué cascos estás haciendo ahí? Pareces un manzano con las ramas torcidas —preguntó, se podría decir que casi le divertía.
—Ha ha, muy graciosa —repliqué, al tiempo que conseguía retirar las campanitas—. Ayer te pagué, ¿por qué debería ayudarte con las tareas de tu granja?
—Seamos sinceros —aclaró la granjera—. La Abuela Smith se fía de ti, pero yo no. Y no hay nada que diga más de una persona que su compromiso al trabajar en las tareas diarias. Además —añadió—, no conoces el sitio, vas a llamar mucho la atención y necesitas ayuda, ¿me equivoco?

Si no fuera porque es un pony, no es hombre y tiene un sombrerito, diría que es Cruxis. Un favor a cambio de un favor y las pruebas de confianza que parecen un contrato arcano. Aunque la jovenzuela está afligida de una virtud, la sinceridad. Pobre. Sin embargo, sí que necesito un cable.

—¿Qué va a ser? —concedí.
—Te esperamos abajo para el desayuno y te comento de camino a los campos —indicó a la par que se disponía a retirarse escaleras abajo. Se podía notar un airecillo triunfante en su voz. Veremos quién tira más de la cuerda.

Para salir del cenagal en el que estoy metido hay que mancharse, por mucho que me incordie. Cuanto antes termine con todo esto, antes podré poner mis manos sobre algunos libros. O eso espero.
Bajé hasta la cocina donde me esperaban desayunando. ¿A qué olía? A manzanas. Pan de manzana, pastel de manzana, zumo de manzana, pastitas de manzana, tortitas con sirope de manzana, manzanas, manzanas, manzanas y más manzanas.

—Buenos días, Kalas —saludaba jovialmente Applebloom.
—¿Has pasado buena noche? —preguntó la señora Smith.
—Sí, la cama era bastante cómoda , gracias. ¿Los ponies coméis algo que no sean manzanas?—pregunté al sentarme en la mesa.
—Oh, es la especialidad de la familia pero también comemos sandwiches de margarita y dulces varios —respondió Applejack entre bocado y bocado.

No sé qué esperaba, siendo los ponies herbívoros. Aún así, se me cayó un poco el alma al suelo. Mataría por un buen filete, con una guarnición de arroz especiado.

—Supongo que no me queda otra —musité mientras me ponía un poco de todo en el plato.
—Date prisa con eso, vaquero. Es casi la hora y hay muchas tareas por hacer, y créeme cuando te digo que no te vas a escapar —recordó la rubia.
—Sí, sí. Lo que sea —repliqué.

Al terminar, nos dirigimos hacia los manzanares. La tarea parecía obvia como el ardid del Rey de Breland, pero nunca está de más preguntar.

—Entonces, ¿vamos a recoger manzanas?
—Tú lo has dicho, caballerete. Frescas y deliciosas manzanas —respondío con voz melosa la pony.
—Y, ¿cómo voy a recogerlas si se puede saber? —demandé— Tu abuela me contó anoche como las recogéis vosotros pero yo voy a necesitar herramientas.
—Como no tienes unas patas fuertes con las que golpear los árboles, te encargarás de llevar los barreños llenos de manzanas hasta el granero. Fácil como saltar el lazo, ¿no? —dijo Applejack.
—Bueno, si voy a hacer de mula de carga, lo haré a mi manera —convine.
—Como quieras.

Llegamos a un zona donde las manzana estaban más maduras y alguien había colocado los barreños bajo los árboles. Listos para albergar la suntuosa sabrosa fruta.
Applejack ya se dirigía hacia el primer árbol para golpearlo con sus patas traseras, tal y como lo habían hecho sus antecesores. Cuando se colocó en posición, pude ver de nuevo aquella marca. Cutie Mark la había llamado y decía que todos tenían una, pero Applebloom no.

—Oye, ¿qué es eso de las Cutie Marks? Ayer dijiste que todos tenéis y una, pero tu hermana carece de tal marca —la interpelé, mientras sacaba mi bolsa de dinero de la bolsa de contención para colgármela a la espalda. Así podría llenar la bolsa de manzanas y hacerlo todo en un par de viajes.
—Todos los ponies nacemos sin Cutie Mark. Al crecer, la marca aparece al descubrir quiénes somos o nuestro talento natural —expusó Applejack, derribando las manzanas del árbol—. A veces los potrillos son un poco crueles y se ríen de los que no han conseguido aún la marca. Te agradecería que no lo mencionaras cerca de Applebloom y sus amigas.
—¿Por qué? —pregunté, mientra recogía las manzanas con barridos de la bolsa dentro del barreño— No tener la marca implica que aún puede decidir quién va a ser para el resto de su vida. Es todo un mundo de posibilidades.
—Eso le digo yo a Applebloom, pero no me hace caso —contestó ella, dirigiéndose a otro árbol para golpearlo—. ¿Cómo puede ser que te quepan tantas manzanas en una bolsa tan pequeña?
—Es mágica, aunque sólo aguantará dos o 3 cubos más —dije, haciendo unos cálculos aproximados—. Después tendré que ir a dejarlo todo al granero y volver.
—Más te vale no escaparte —insistió divertida.
—Mira que eres pesada —repliqué.

Repetimos la operación unas cuantas veces más hasta que la bolsa estuvo cerca de su límite. Como le dije a la joven, fui al granero y volví en un santiamén. Para cuando había vuelto, Applejack había despachado los árboles restantes. Seguimos conversando mientras recogía las manzanas.

—Deduzco entonces que en tu mundo no hay Cutie Marks —preguntó la potra.
—No pero sí —expuse—. Cierta castas nobles confeccionan una bandera o un símbolo que portar con ellos, emblemas que representan los valores y cualidades favorecidos o presentes en dichas líneas sucesorias. Como este que llevo aquí —dije, revelando el hombro de mi armadura que lucía la Marca del Centinela rodeando el escudo de armas—, símbolo de la Casa Deneith formada por poderosos guerreros y mercenarios.
—Mmm, entonces es como si la eligiérais vosotros mismos —meditó la rubia, rascándose la barbilla con el casco derecho.
—Sí, algo así. También tengo la mía propia, mira —dije rebuscando en mi bolsa.

Saqué una pequeña bandera de un gastado color beige, en la que figuraba un águila cerniéndose sobre una bolsa de oro. El ave, trazada en líneas tribales de color rojizo, portaba mi Flecha Negra y estaba envuelta en los inescrutrables vapores del caos.

—¿Y qué significa? —requirió ella.
—Libertad, aventura, riquezas y la habilidad con el arco —enumeré señalando cada una de las piezas clave—. Todo ello arropado bajo el caprichoso manto de las fuerzas del caos.
—¿Caos? No tendrás nada que ver con Discord y sus trastadas, ¿verdad? —preguntó AJ con cierto tono alarmado.
—No conozco tal nombre, ¿es alguna deidad caótica de por aquí?
—Es un espíritu que controla la magia del caos y le encanta molestar a todo el mundo. Aunque ahora se comporta mejor e intenta ayudar —explicó—, de vez en cuando hace de las suyas.
—Controlar el caos no es ninguna tontería. Es una tarea propia de un dios y a lo mejor sí que tiene que ver con que yo haya acabado aquí —teoricé.
—Puede ser, sí —concedió Applejack.

Olidammara y ahora este tal Discord. Necesito un respiro de tanto dios caprichoso, pero sin duda será interesante entablar conversación con ese individuo. Puede ser mi billete de salida o una fuente de información más que valiosa.
Dicho esto, volví a guardar mi bandera para ponerme en camino. El tiempo corre y yo necesito aprovechar el día.

—Bueno Applejack, te he ayudado como me has pedido y ahora te toca devolverme el favor —exigí a la par que comenzaba a marchar hacia el granero para dejar las últimas manzanas.
—Y tanto, si tuviéramos bolsas como esa para recoger la cosecha acabaríamos siempre en un pis pas —concedió la jovenzuela siguiéndome—. ¿Qué es lo que necesitas, aparte de una guía?
—Libros, muchos libros. Sobre magia e historias antiguas de héroes, leyendas en general. Y también comprar un terreno, así tengo un lugar fijo donde quedarme —comenté—. Y no necesito guías, me bastaría con robar un mapa en cualquier pueblo o en el castillo. Me oriento bien —indiqué, molesto por el comentario.
—¿Y cómo pretende el señor rarito entrar en Ponyville sin armar revuelo? —interpeló. Se podía palpar el sarcasmo en su pregunta.
—¿Te gustan los animales, Applejack? —le susurré al oído, poniendo mis manos sobre sus "hombros".
—S-sí, supongo. ¿A qué viene el aire siniestro?
Aprovechando que ya estaba agarrado a ella, me transformé en murciélago. Quedándome colgado de su cuello, la tiré del pelo para mirara hacia atrás.
—¡Vampiros de la fruta!¡Quita bicho! —gritó, golpeándome y tirándome al suelo para acto seguido mirarme preocupada— ¡Lo siento de veras! Todavía me cuesta acostum...

La corté transformándome de vuelta.

—No vamos a llegar a ningún lado si me pegas semejante paliza antes de salir si quiera —la espeté.
—¿Pero por qué no me avisas de lo que vas a hacer? —replicó ella.
—La vida sin sorpresas no es divertida —contesté—. Además, tenía que darte una lección por subestimar mis capacidades.
—Vale, vale. Hagamos las paces a partir de ahora —dijo tendiéndome el casco.
—Por mí bien —acepté, tomándola del casco para levantarme aparte de para cerrar el acuerdo.

Poco después llegamos al granero y depositamos las manzanas, sacando de dentro a fuera la bolsa de contención. Así volvía a poder llevar mis joyas en la bolsa y Applejack podía ir a prepararse para mis "recados". Uno no simplemente contrae un favor con Kalas Shirren.
La esperé en la puerta de la casa durante un rato, escribiendo mi lista de necesidades para mi casa y gremio. También apunté los temas sobre los que necesitaba investigar. Cuando estaba cerrando el pergamino con un lazo de cuero, salió por la puerta con unas alforjas colgando de su lomo.

—¿Y eso? —pregunté mirando a los pertrechos.
—Tengo cosas que hacer. Ya que vamos a Ponyville para ayudarte, puedo atender también mis ocupaciones —explicó.
—Me parece justo. Toma —dije, dándole el rollo y una pequeña bolsa de joyas—. Ahí tienes todo lo que necesito y el dinero que creo que puede costar.
—¿Pero no vas a negociar tú con la Alcaldesa?
—¿Cómo voy a pasar desapercibido si me presento ante todo el mundo?
—Al menos habla con mi amiga Twilight, es la bibliotecaria y toda una erudita. Probablemente te acribille a preguntas, pero una vez se le pasa es muy razonable y seguro que podrá ayudarte.
—Mmmm, me lo pensaré. Por si acaso, un tirón es sí y dos tirones es no. Ahora levanta el sombrero —pedí, cambiando de forma después.

La pony se descubrió la cabeza, dejándome tiempo para trepar hasta lo alto de su cuerpo. Cuando me situé, me cubrió con el tocado y comenzó la marcha con un ligero trote.

—Allá vamos, minino —añadió alegre. A esto respondí tirándole fuertemente del pelo.
—¡Au! Vale, vale. Qué susceptible —se quejó.

Pasaría un buen tiempo hasta que el sonido de sus pasos cambiaron. Sonaba a calles adoquinadas y comenzaba a sentir otras presencias. Me asomé un poco por debajo del sombrero para ver qué había a mi alrededor. Más ponies de colores con sus Cutie Marks, casas muy rústicas con tejados de paja, algunas tiendas y una especie de castillo de cristal fue lo que atisbaron mis ojos antes de volver a mi refugio.
Applejack recibía y devolvía saludos de parte de todos y cada uno de los habitantes de Ponyville con los que nos cruzábamos. Supongo que será el típico pueblo pequeño donde todos se conocen.
Cuando mi parlante "montura" comenzó a subir unos escalones, supe que habíamos llegado a nuestra primera parada. Cargos mandatarios y gobernadores, siempre un escalón por encima de los demás.

—Buenos días, señorita Applejack. ¿En qué podemos ayudarla hoy? — preguntó una voz femenina.
—Pues verá, vengo de parte de un amigo que quiere disponer de un terreno aquí en Ponyville —explicó la pony naranja, entregando mis especificaciones y el dinero acto seguido—. Esto es todo lo que necesita y aquí está el dinero.
—¿Y dónde querría el terreno exactamente? —requirió la administrativa.
—Ammm, ¿me disculpas un momento? —dijo Applejack incómoda, a lo que la otra pony reaccionó alzando una ceja, extrañada.

Después se dirigió tras la esquina de un pasillo en el edificio, giró la cabeza a un lado y a otro para observar que no hubiera nadie, y se quitó el sombrero. Me encogí de hombros, esperando una explicación.

—No sé dónde quieres tu casa, cabeza de chorlito —espetó la potra.
Como no sentía ninguna presencia cerca me transformé rápidamente.
—Yo tampoco. No conozco la zona. Dile que te enseñe un mapa con los lugares libres y yo te guío con los pelos —contesté, tan rápido como pude para transformarme ipso facto.
—De acueeerdo...

Applejack volvió con la pony que la estaba atendiendo y le pidió que le mostrara el mapa. Cuando puso su pata sobre éste, yo me asome lo justo para verlo y que no me viera. Entonces comencé a tirarle de la melena para guiarla hacia un bonito claro libre en lo que parecía ser la plaza y entrada del pueblo. Justo a la derecha del puente de entrada. Tiene espacio, gente de la que captar el interés y una salida a mano. Perfecto.

—Comenzaremos a trabajar lo antes posible en la petición de tu amigo. Al menos tendrá montada la tienda de campaña, los materiales y el cartel que solicitó para la tarde —explicó—. Sólo queda el nombre, para poder ceder el terreno. Con tanto dinero de por medio, dudo que a la alcaldesa le importe mucho lo demás —dijo por lo bajo, tras lo que las dos rieron con complicidad.

Le tiré del cabello una vez a la rubia.

—Kalas Shirren —contestó Applejack.
—Qué nombre tan raro —meditó la chupatintas.
—Realmente le pega —accedió la granjera.
—Bueno, ya está todo —finalizó golpeando los papeles contra la mesa—. Esta copia es de tu amigo. Gracias.
—Gracias a ti, corazón —se despidió AJ.

Ugh, qué cursi. Una cosa menos que hacer, ahora a por los libros. Applejack ya salía del edificio y por el bullicio en el que nos adentramos después, diría que le tocaba el turno a sus quehaceres. Ruido de monedas, alforjas y carros de mercancías. La hora de hacer unas compras o cerrar alguna venta para la granjera. Mientras la tardanza sea razonable no me importa lo que haga.
Tras un aburrido lapso de tiempo de Applejack llenando sus alforjas de nuevos bienes, acordando entregas de frutos de su cosecha y charlando un poco con el personal; la pony se alejó del gentío que poblaba el mercado. Un paseo al trote más tarde volveríamos a subir escaleras, escaleras que sonaban como el choque de las jarras de cerveza en una taberna.

—¡Twilight!¡Vengo de visita! —llamaba Applejack.
—¡En la biblioteca!¡Estoy ordenando y catalogando los nuevos libros! —contestó una voz desde otra sala.

Nos dirigimos hacia la voz a un paso más relajado. Podía sentir tres presencias en esta nueva sala, una posada en algún estante o atril, una cargaba cosas de un lado a otro de la sala y la más grande estaba sentada cerca de una mesa.

—Hola, AJ —dijo una voz de niño.
—¿Qué hay, Spike? —replicó ésta.
—Hola, Applejack. De verdad que agradezco la visita, pero estoy terriblemente ocupada —saludó con ansiedad la pony—. Esto de reponer tantos libros e incorporar nuevos me va a volver loca.
—No pasa nada, terroncito. Pero tengo algo importante de lo que hablar contigo —contestó de manera comprensiva Applejack.
—¿De qué se trata? —preguntó Tuala.
—Tiene que ser en privado —pidió la rubia bajando la voz.
—Bueno, si tu lo dices —convino la otra pony—. Vamos a mi cuarto, así podremos hablar con tranquilidad. Spike sigue con el catálogo, por favor.
—Oído cocina —hizo saber el asistente.

Durante el camino a la habitación se pusieron al día. Twilight parecía que había tenido mucho trabajo desde que una tal Princesa Celestia la había empezado a proveer de nuevos ejemplares. A mí me sonaba más a adicción al trabajo, tampoco es que llevar una biblioteca entre dos sea fácil.

—¿Qué es de lo que querías hablarme? —preguntó la bibliotecaria una vez cerró la puerta tras de sí.
—Será mejor que lo veas por ti misma —respondió la sureña quitándose el sombrero.

Me dejé caer con el fluir del movimiento, transformándome de vuelta a mi forma original al tocar el suelo.

—Tadán —canturreé, posando de manera teatral para tratar de suavizar el asunto.

Spoiler:
Imagen de la bandera, no soy un habilidoso dibujando pero es lo que hay XD Imagen
Última edición por RedVixenFur el 17 Feb 2015, 18:50, editado 1 vez en total
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor horwaith » 05 Feb 2015, 10:27

A ver como termina esto, porque me veo lo "recortado" es la dificultad de este capítulo dado que no quieres algo fácil y sencillo para tu personaje, lo cual me encanta. Me ha gusto cuando AJ ha sido ella misma al transformarte, realmente muy bueno xD
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor RedVixenFur » 14 Mar 2015, 01:18

Madre del amor hermoso, ¡ha pasado!¡Tenemos un nuevo capítulo! *saca los típicos palitos con petardos y confeti y los explota* Oh, dios santo. Parece hasta mentira. El caso, se me va mucho la pinza a la hora de escribir y tanto he tardado en seguir escribiendo que hasta se me olvidó el motivo de la trama principal XDDDD
También me ha quedado largo y había cosas que quería hacer pero al final he optado por darle una patadita muy pequeña en el culo a la historia para que avance un poco más, que estaba muy atascada.
Nada nada, que os dejo con esto y que os lo gocéis. Que ya me vale del escaqueo. Ah y aquí puede haber errores masivos, ya lo he leído un par de veces pero pls, avisadme, es que es mucho XD

Capítulo 4, La chula, el bajo y el malo


La pony de melena azul tormenta tenía la boca tan abierta que parecía que se le iba a desprender la mandíbula inferior en cualquier momento. Applejack se llevó un casco a la cara.

—¿Quieres tomarte en serio las cosas? —me interpeló.
—Quiero, pero a cada minuto que pasa la situación adquiere mayores estadíos de extravagancia —repliqué.
—Nunca he leído sobre nada similar en todos mis años de estudio —musitó de repente Twilight, acercándose más a mí—. Habla, hace magia, se tiene sobre dos patas, se da un aire a... ¿Qué eres?¿De dónde vienes? Ese cambio de forma, ¿no serás un Replicante ? Tengo que escribir sobre esto inmediatamente a la Princesa Celestia, ¡es un hallazgo sin precedentes! —comenzó a divagar la unicornio púrpura, caminando de un lado a otro y lanzando ideas al aire.

Me acerqué a ella y le tape la boca, acorralándola contra una pared. Se estaba subiendo por las ramas de un árbol que no estaba dispuesto a trepar.

—¡Kalas! —exclamó su amiga, intentando detenerme.
—No hay necesidad de tanto alboroto, ni de hablar con nadie más. ¿Verdad? —dije clavando mi mirada en sus ojos.

La pony intentaba hablar bajo la mordaza de mi mano y se la notaba asustada. Con lo blandengue que soy y la poca fuerza que tengo.

—¡Que pares te he dicho! —dijo AJ apartándome con la cabeza.
—Va, va. Sólo quería asegurarme de que mantendría la boca cerrada.
—Applejack, ¿dónde has conocido a este tipo y qué es lo que quiere? —inquirió la bibliotecaria.
—Soy Kalas Shirren y necesito algunos de tus libros —dije adelantándome a la granjera—. Y no soy un Replicante, no me hace falta cambiar de forma para pasar desapercibido.
—Llegó ayer a la puerta de mi casa y le dimos cobijo. Dice que se ha perdido y que necesita información que probablemente este en los libros de historia —continuó la pecosa—. Viene de otro mundo o algo así.

Nuestra anfitriona se rascaba la barbilla pensativa, inquisitiva. O no le convencía la historia o estaba intentando encajar piezas.

—Mmmm de acuerdo, pero me tendrás que contar tu historia y más de tu mundo —exigió—. Puede ser de ayuda para encontrar lo que buscas y una buena oportunidad para documentar la posible existencia de otros mundos aparte del que conecta con el espejo.
—¿Qué espejo? —pregunté.
—Da a una dimensión alternativa de este mundo, no creo que se te haya perdido nada allí —contestó tajante—. Vamos a cogerte unos libros para que te puedas llevar y comenzar tu investigación. Ah, y que me cuentes tus cosas —añadió complacida.

Así pues, volvimos escaleras abajo donde había un pequeño dragón ordenando libros y elaborando listas. Salgo de Eberron con dragones que construyen ciudades y civilizaciones prósperas y pacíficas para ir a Faerûn donde uno no sabe si los dragones son aliados o enemigos, pasando una temporadara en Kryn, tierra de feroces dragones comehombres y acabo aquí; delitándome con la visión de un dragón asistente bibliotecario de ponies.

—Esto sí que es nuevo, dragón asistenta. Hahahahahaha —reí desmesuradamente, casi al borde de las lágrimas. Los poderosos y orgullosos dragones, haciendo tareas del hogar.
—Hey, Twilight. ¿Quién es vuestro amigo? —preguntó éste, extrañado.
—Se llam...
—Mejor sentaos, que la historia va para largo —la interrumpí, casi sin aliento—. Y déjame la lista de libros, así apunto los que necesito. Ay, mi barriga, qué risa.

Se miraron entre ellos y se encogieron de hombros. Se reunieron entorno a mí y empecé a contarles mi historia. Mientras tanto hojearía la lista e interrumpiría mi narración para preguntar por los libros con títulos no tan obvios.

*DLC: Before Equestria, sorry guys os toca leer el Compendio de Tontunas y a mí actualizarlo

Contar mis aventuras llevó unas horas, entre la de tonterías que me han pasado y que Twilight es como una especie de máquina de hacer preguntas se ha alargado más de lo que yo pensaba. Con los libros y todo, ya estaba listo para pasarme por mi tienda.

—Es muy interesante esto que cuentas de otros mundos suspendidos en el mismo plano, y todas esas criaturas y artefactos —la pony no podía contener su éxtasis—. Me gustaría poder ayudarte con mis conocimientos, pero no era conocedora de otros mundos hasta hace relativamente poco. Además de que no me vas a permitir pedirle ayuda a Celestia.
—Ya, bueno, prefiero mantener un perfil bajo. Por ahora —indiqué.
—Vamos, Kalas. Es casi media tarde y todavía me quedan cosas que hacer. Así te dejo en tu tienda y yo puedo seguir a lo mío—dijo Applejack, que ya se encontraba saliendo por la puerta.
—¿Tienda?¿Pero no querías ser discreto? —preguntó Spike.
—Es irónico, sí, pero las aventuras son lo mío y así a lo mejor conozco a otros aventureros, otros lugares, más información —expliqué—. Ya sabes, la clase de información que me puede sacar de este atolladero. Además de que tener compañeros no viene mal, mis capacidades tienen límite y necesitan ser complementadas.
—Bueno, iremos a hacerte una visita en otra ocasión para ver cómo vas con tus pesquisas o si tenemos algo que pueda servirte de ayuda. Hasta más ver —se despidió la princesa.
—Hasta luego —dijo el dragón.
—Hoo —ululó el buhó.

Me despedí con un simple airéo de la mano antes de transformarme en murciélago y montar sobre Applejack. Hasta el búho tiene cabida en la conversación y ni siquiera es mágico. Creo que ya va siendo hora de dejar de sorprenderse, seguro que se pone más rara la cosa.
Unos minutos de trote después habíamos llegado a mi destino de hoy, mi "casa". Una tienda de campaña amplia, con un mostrador, una cama, materiales, un tablón en la entrada... Excelente, ahora sólo queda que llegue alguien.

—Bueno, montaraz, me vuelvo a la granja. Cuídate y no montes ningún lío, ¿eh? —se despidió AJ.
—No te prometo nada —dije mientras colgaba sendas hojas en el cartel de la entrada antes de entrar en la tienda.

Dentro habían colocado unas lámparas y velas que estaban encendidas. Si quería mantener la ilusión las luces se tendrían que ir. Con las luces apagadas y la capucha sobre la cabeza, me dirigí detrás del mostrador, donde me sentaría a leer los libros que traía conmigo en mi mágica bolsa.
Llevaba un buen rato inmerso en la lectura, había hojeado índices, leído muy superficialmente algunos capítulos y continuaba seleccionando información interesante pero nada muy útil por ahora, cuando noté una presencia estática fuera de la tienda. Varios ponies habían mirado el cartel y ninguno había entrado, pero este permaneció un buen rato mirando las notas.
Finalmente entró, aproximándose tímidamente hacia donde yo estaba. Cuando se plantó frente a mí comenzó a musitar algo, falta de decisión.

—¿Sí? —le pregunté sin levantar la vista de la lectura.
—Hola, es que... —dijo con voz queda, dando un pequeño respingo.

Levanté la vista del libro que me ocupaba, apartándolo a un lado de la mesa. Esperando que continuara. Era una pony verde, con hiedras enrolladas sobre su cuerpo y flores creciendo en su melena, no parecía del tipo que se va a matar trasgos por ahí.

—Al parecer se te pueden hacer encargos —pausó un momento, tomando aire. Parecía nerviosa —. Es que me encuentro con un problema para enviar una carta a mi hogar.‏
—¿Dónde vives que sea tan peligroso para que el Servicio Postal de Equestria entregue una carta? —la pregunto abriendo un libro, Regiones y Geografía de Equestria; por una página doble que contiene el mapa del reino y poniéndolo sobre la mesa, entre los dos.
—Hollow Shades, he oído rumores sobre un ataque de... batponis... allí —seguía muy tímida y parecía que le costaba relacionarse con otras personas.
Al noreste de aquí, un buen viaje en rayocarril cruzando montañas, ríos y al amparo de las hojas y ramas de un bosque.
—Supongo que podría hacerse. ¿Cómo de peligrosos dices que son esos... batponies?‏ —me picaba la curiosidad, los vampiros los mezcles con lo que los mezcles...
—Nunca he visto a ninguno, pero tienen alas y son bastate veloces por lo que dicen, aunque no salgan por el día ese no es un momento en el que ir —explicó.
—¿Y no te has planteado ir tú misma para reunirte con la gente a la que quieres? —pregunté, intentando provocarla para comprobar hasta dónde estaba dispuesta a llegar.
—No me dejarían entrar —contestó con desazón—. El ejército está rodeando el pueblo en este momento, tengo a uno de mis amigos de allí alojado en mi casa por ello.‏

Si la quería reclutar iba a tener que molestarla un poco más. Quizá pinchando en su orgullo...

—Bueno de eso trata ser aventurero. No hay reglas, sólo obstáculos. Un pequeño saltito en el corazón de vez en cuando no hace daño, ¿o... —mantuve una pequeña pausa dramática— es que no tienes lo que hay que tener? Esperaba que el primer pony que entrara aquí viniera sediento de aventuras —dije con fingida decepción.
—Supongo que ya he tenido mi dosis de aventuras para una vida, lo siento —sentenció.
Al menos para eso sí que se la veía decidida.
—Menuda lástima. Bueno, trae la carta y yo la llevaré. Si quieres venir conmigo o unirte al gremio siempre estás a tiempo‏ —dije, intentando tirarle la caña a ver si picaba.
—Quizás mande a mi amigo con ella, se llama Fast Wanderer. Le gusta ayudar‏ de vez en cuando —indicó.

Justo en ese instante, una pegaso de color azul cielo y melena multicolor entró en la tienda. Se dirigía con decisión hacia aquí y con unos aires de soberbia que prometían.

—¿Dónde hay que firmar para irse de aventuras?‏ —preguntó, dando por sentado su validez—. Oh, hola Nature —saludó despreocupadamente al reparar en al otra pony—. ¿Cómo te va?‏ No pensaba que te fueran las emociones fuertes.‏
—No me van, estoy aquí por el rumor del ataque a Hollow Shades‏ —replicó esta, retraídamente.
—Me pienso unir a estos aventureros, a lo mejor puedo echarte un cable con eso —dijo llevándose una pezuña al pecho, henchido de orgullo y lanzándole una mirada cuanto menos petulante.
—Hahahahaha, ¿quién dice que tengas lo que hay que tener? —la pegaso picó al instante—Pareces un bufón de la corte con esas pintas —reí para su crispación.

Esta sí que iba a responder tal y como yo quería.
Para este momento Nature había quedado totalmente fuera de la conversación. Las cosas se iba a poner interesantes.

—¿Qué has dicho? —interpeló, chocando su frente con la mía—. Puedo hacer cualquier cosa que me propongas y más.
—Pru‏ébalo —le repliqué socarronamente.
—Dispara —exigió, arrogante .

La miré a los ojos unos segundos. No hay duda, es del tipo que actúa primero y piensa después. Veremos si es capaz.

—Primera prueba superada —digo suavemente tras la pausa—. Tienes agallas y confianza en ti misma y eso me gusta. Pero cuidado con sobreestimarte —añadí, algo agrio.
—Ha, pan comido. ¿Dónde firmo?‏ —preguntó, excitada.
—Tómatelo con calma. Segunda prueba: ve a buscarme un fardo de paja —le pedí.

En el mismísimo instante en que terminé la frase, mi candidata salió disparada de la tienda, levantando el polvo del suelo y revolviéndome los papeles. Menudas alas tan potentes, pero buscaba potencia en otro lado.

—Veo que la conoces. ¿Es siempre así de impetuosa? —le pregunto a Nature, sacando un fardo de paja de detrás del mostrador.‏
—Sí, casi siempre. Pero es la pegaso más rápida de Ponyville y por si fuera poco está entrenando para ser parte de los Wonderbolts‏ —explicó, algo divertida por lo del heno.
—Un día ir tan rápido la va a matar —digo en el momento en que la pony voladora entra a toda velocidad con otro fardo de paja y con pose triunfal.‏
—¡Ya está, apenas unos segundos! —exclama.
—Sí, unos segundos que podrías haber aprovechado para preguntarme si yo tenía algún fardo —le replico, señalando al fardo sobre la mesa.
—P-p-pero..‏. —musitó.
—Has fallado la segunda prueba. Reunir información es una habilidad clave para un venturero. Vas a tener que trabajar más si quieres ayudar aquí a tu amiga —la regaño.
—Argh —gruñe la aprendiza.

Voy a dejar que por lo menos se quite la frustración de encima, aunque sea puro teatrillo.

—Última prueba. Demuestra que puedes defender la carta de Nature con tu vida y entregarla pase lo que pase —le pido, sacando un muñeco de prácticas de detrás del mostrador.‏

La pegaso comienza a golpear, zarandear, cocear y manipular al pobre maniquí. Parece una horda de trasgos rematados de la cabeza saqueando un pequeño huerto.

—Toma esto. Y esto. Demasiado rápido para ti —grita, maltratando al pelele.

Me acerco a la otra pony para susurrarle.

—¿Estás segura de que quieres que esta entregue la carta? Voy a vigilarla igual, pero parece algo... inestable —le pregunto.
—Mejor te envío a mi amigo. Es bastante maduro y aunque a ella quizás la dejen pasar, no me fío de cómo llegue la carta —responde Nature.
—De acuerdo, entonces ella pasará a ser la escolta para ponerla a prueba. Su misión será proteger a tu amigo con la carta‏ —sentencié —. El precio son unos 7 bits, estamos de oferta porque acabamos de abrir.‏
—Bien, aquí tienes —accede tendiéndome las monedas. Odio las monedas—. Reconocerás a mi amigo por su estatura, es bastante bajito para la edad que tiene.
—De acuerdo pues, tardaremos lo menos posible. Hasta entonces, espera noticias para dentro de 1 semana.‏

La otra parecía seguir a lo suyo, abusando de que su rival no respondía a los golpes. Ese exceso de energía no puede ser sano.

—Señorita bufona, está usted admitida —alzo un poco la voz para captar la atención de mi empleada.
—¿Eh, qué? —dice, desorientada una vez la saco de su ensimismamiento
—Que estás dentro. Tienes que defender a su amigo y su carta. ¿Estamos?‏ —requiero.
—¡Genial! —exclama RD— Verás cómo llevamos tu carta en un pispas, Nature.‏
—Bien, tengo que escribirla y ya te presento a quien vas a escoltar —concluye la pony verde.

Le tiendo una mano hacia la puerta, en señal de que puede irse.

—Bueno, señorita Nature. Si nos disculpas, aquí tenemos cosas de qué hablar y tú una carta que escribir —le digo—. Gracias por elegir nuestros servicios.
—Gracias a ti, no sabes el favor que me haces —sonrío, marchándose de la tienda.
—Hasta luego, Nature —se despidió esta... este...
—¿Cómo decías que te llamabas, bufona? —le pregunté a la pegaso.
—Es Rainbow Dash y no soy ninguna bufona, soy la mejor voladora d- —le puse un dedo sobre los labios.
—Que sí, de Ponyville. Ya me lo ha dicho tu amiga. No seas plasta —la ataje antes de que soltara una perorata sobre lo impresionantes que son sus habilidades.
—¿Por qué no tienes cascos? —preguntó al fijarse en las manos.
—Me duele la cabeza de explicar la misma tontería una y otra vez —gruñí hastiado—. Te cuento mientras te entreno y te buscamos algo de equipo decente, ¿te parece?
—Mientras haya acción cuenta conmigo. No retengo muy bien las cosas —dijo con total naturalidad.
—Ya veo, ya —dije con cierta desesperanza.

El resto de la tarde la pasaría practicando con ella a un lado de la tienda, en las sombras donde nadie pudiera verme, hablándole superficialmente sobre mis peripecias mientras analizaba su cuerpo y su manera de luchar. Aprovechando su velocidad y la fuerza de sus patas no estarían mal unas cuchillas para sus alas y unas herraduras/armadura dedicadas a cocear más que a proteger. Unas alforjas para que cargue equipo, una armadura ligerita que no le impidiera el vuelo, una daga por si acaso y lista para repartir leña.

Al caer la noche nadie más se había acercado y Rainbow me había dejado solo antes de que cerraran los comercios para comprar las cosas que le había recomendado traer mañana. Así que monté mis campanitas, me recluí en mi tienda y me dispuse a sumergirme en los mares de letras que inundaban aquellas torres de libros.

La calidez del amanecer venía flotando con la brisa, el aroma a hierba fresca y el suave gorjeo del agua del río endulzaban mi despertar. En mi cara, abierto en canal, se posaba "Predicciones y Profecías" un tomo como cualquier otro con título similar en los demás planos; lleno de cuentos de viejas y predicciones desmesuradas. Éste, junto con "Cuentos Potriles", "Leyendas de Equestria" e "Historia Temprana"; podían serme de utilidad, pero necesitaba leerlos con más detenimiento.
Tras organizar un poco el lugar y guardar los libros, redactaría una nota para dejar en el tablón. No hay nadie para atender esto y no tengo tiempo para encontrar a alguien que pueda estar a cargo, además sólo somos tres, eso no da ni para empezar. Bastará con que dejen sus peticiones y nombres en el tablón y nos ocuparemos a la vuelta.
Rainbow Dash llegó mientras redactaba el anuncio, haciendo una entrada penosa. Se me había olvidado quitar mi alarma y ella no se dio cuenta, tropezando con las cuerdas y armando el consiguiente escandalo tintineante; salvándose del tortazo con el suelo gracias a sus alas y su rápida capacidad de reacción.

—¿Vas a avisar así en cada sitio que entremos? —le pregunté divertido.
—Si no tuvieras este lío montado no habría pasado nada —replicó—. ¿Qué haces? —preguntó, acercándose y observando el papel.
—Escribir un aviso, no va a haber nadie aquí hasta que volvamos —contesté con parsimonía.
—"Estamos fuera cumpliendo un encargo, disculpen la molestias. Dejen sus peticiones en el tablón y las atenderemos al volver. Gracias por su atención." —leyó la pegaso.
—No repitas las cosas, ¿no ves que molestas a los lectores? —dijo una voz masculina y resultona, aleccionándola.
—Sí, es bastante molest.. —me corté en seguida y levanté la mirada del pergamino. Sólo podía ser él—. Tú...
—¡Discord! —exclamó Rainbow.

A nuestro lado, sentado sobre la mesa se hallaba una quimera con transtornada cara de pony y partes de animales que parecían piezas sobrantes de una maqueta colocadas en un modelo diferente. Le reconocí por sus representaciones en "Historia Temprana" y porque de él emanaba una energía horrorosamente familiar, sólo que más poderosa. Ante mí uno de mis principales sospechosos.

—¡Es culpa tuya que yo esté aquí! —dije tirando hacia abajo de su chiva para encararle.
—¡Plop! —dijo a la vez que su cabeza se separaba de su cuerpo, colgando de mi mano—. Pero qué agresivo. Yo que sólo venía a saludar.
—Déjate de juegos o se lo contaré a Fluttershy —amenazó la enardecida potra.
—Oooooh, ¿me vas castigar cuando vengo a ofrecer mis servicios para la comunidad? —decía haciendo pucheritos.
—¡Calla, engendro! —vociferé, lanzando su cabeza y disparando una flecha tras él.

Al instante noté un peso sobre la espalda. Se encontraba apoyado contra mí y estaba usando la flecha como si fuera un mondadientes. Me estaba empezando a sacar de mis casillas.

—Tienes un claro problema de gestión de la ira, ¿te lo has hecho mirar? —preguntó.
—Sí, tengo un problema y ¡eres tú! —grité clavando una daga en el aire donde estaba la criatura, daga que se desmaterializó en mis manos para mi disgusto.
—Casi, casi —canturreó divertido, volando en una butaca por la "estancia".
—¡Discord, ya basta! —volvió a exigir la pegaso azul, esta vez encabritándose y coceando el suelo.
—Si el gatito no arañara podríamos haber hablado como personas civilizadas —explicó con tono petulante—. Creo que no es consciente de su situación aquí.

Me tenía de los nervios, anulado completamente. No estoy preparado para luchar contra una deidad, no aún.

—Está bien, ¿qué es lo que quieres? —murmuré cabizbajo.
—Pues estaba yo el otro día, tomando el té sobre el tren de camino a Canterlot, cuando noté una ligera perturbación en la Fuerza —comentó.
—¿Pero tu afinidad no es el caos? —pregunté extrañado, lo que me faltaba era alguna criatura de Fuerza causando alboroto.
—Referencias, melón. Si no colamos referencias baratas el fic se nos va a tomar viento —explicó algo irritado.
—¿Eh? —dijimos Rainbow y yo a la vez.
—Nada nada, no lo entenderíais. —refunfuñó, quitándole importancia al tema—. El caso es que había aparecido una entidad que perturbaba el equilibrio entre la ley y el caos. Y esa entidad...
—Soy yo —dije, concluyendo su frase.
—Exacto —asintió con las manos juntas en frente de él.
—¿Y qué es exactamente lo que quieres de mí? Porque no tendrás nada que ver con que yo esté aquí, ¿verdad? —le pregunté, cansado de sus tonterías.
—Qué va, sólo quier vigilarte de cerca —susurró, acercándose a mi cara con un catelejo en su ojo. Luego dio un respingo —. Uy, tenemos visita. Mejor me voy, auf wiedersehen—chasqueó los dedos y desapareció.
—¿Pero q-? —exclamé, sobresaltado.

A lo lejos, venían Nature y su amigo, bastante más bajo que ella. Mejor disimular este mal rato y olvidarlo por ahora, Discord es un sujeto realmente irritante. Hay algo en sus palabras que no me convence.

—Ni una palabra de esto. Lo hablaremos en otro momento —le dije muy serio a Rainbow.
—Discord es un idiota, da por sentado que aparecerá de nuevo —contestó ella.
—Ya basta. Más tarde. Vamos —ordené, saliendo afuera a recibir a nuestra clienta y nuestro aliado.
—Vale —asintió la pegaso.

Una vez fuera, cerré la lona y colgué el aviso en el cartel. Saldríamos a la de ya, necesitaba despejarme. El amigo de Nature parecía un potrillo y llevaba un gran bastón a su espalda.

—Mmm, hola —dijo Nature, una vez llegó donde nosotros.
—Hola, Nature —saludó la aprendiza.
—Saludos, soy Fast Wanderer. Encantado de conoceros—expresó el pony de pelaje azul grisáceo.
—Kalas. Buenos días. ¿Nos vamos yendo? —pregunté impaciente.
—Me gusta ese espíritu. Bueno, Nature, te contaré cuando vuelva —se despidió Fast.
—Cuenta conmigo, Nature. La carta llegará sana y salva —dijo Rainbow Dash, alzando el vuelo.
—Mhm —asintió la pony de la noche.
—Adiós —gruñí casi entre dientes.

Y así, partimos hacia el horizonte trazado por las vías del rayocarril.
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor horwaith » 14 Mar 2015, 02:07

Genial, me ha encantado sobretodo la intervención de ese ser que ha aparecido de repente para desaparecer como había venido. Realmente me gusta mucho y ya sabes lo que te dije sobre Fast, si quieres puedo darle historia, sino se la das tu mismo.
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Re: Kalas in Equestria: A Tale of Might and Planes

Notapor RedVixenFur » 14 Mar 2015, 02:13

Tanto adaptar su trasfondo como dárselo sería un honor ;)
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