La leyenda de Adenror [Adventure] (añadido capítulo 19)

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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

Notapor EdoNova » 20 Feb 2015, 11:10

Rainbow estudiando, acabásemos, la verdad es que es interesante
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

Notapor horwaith » 20 Feb 2015, 11:36

Mishiro escribió en 20 Feb 2015, 11:05:
Spoiler:
Rainbow volvió a acercarse a una estantería y cogió otro tomo: “Magia defensiva aplicada a castillos y fortalezas varias” de Wighthor Castlehorse. Como en todos los casos anteriores, revisó el índice con atención y ojeó a vuelapluma el tomo, pasando con rapidez las hojas del libro y fijándose más en las imágenes y en los planos que en el texto. Al terminar volvió a bufar, desencantada. Allí tampoco parecía haber rastro sobre aquel misterioso y peligroso lugar en que a punto habían estado Pinkie y ella de quedar fulminadas.


¿Por qué me suena esto a algo interesante y que puede servir para lo que se esta buscando? Bonito cuarto ha dejado RD, me ha encantado la escena y me gustará saber como se comportan los otros tres del anterior.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.1 y 10.2)

Notapor Mishiro » 11 Mar 2015, 11:54

Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 3)

Spoiler:
Una agradable y alegre melodía, acorde con la decoración festiva, llenaba la habitación con sus animados compases. Música a la que permanecían ajenos los sordos, mudos y ciegos invitados a aquella improvisada fiesta, que “se sentaban” en torno a una mesa repleta de bandejas cargadas de dulces y pasteles diversos mientras su atenta anfitriona les servía, moviendo sus patas, sus caderas y su cola lacia al ritmo de los sonoros compases.

Con aspecto algo crispado, Pinkie iba de un lado a otro, con cambiantes expresiones en su rostro, a veces sonriente, a veces cabreado. Su cola y su crin, habitualmente esponjosas como algodón de azúcar, caían, en ese momento, lisas y apagadas hacia el suelo.

-¿Quiere otro cupcake de cereza y lima, Madame le Flour?-le pregunta a un saco de harina que “lucía” un colorido gorrito de fiesta-“Por supuesto, querida, me encantaría”-se responde así misma hablando con acento francés-“Ya sabía yo que volverían a dejarla abandonada esas pringadas”-cambió a un rudo tono mientras se acercaba a una pila de rocas que, sobre un taburete, “participaba” igualmente de la fiesta-Bueno, Rocky, no hace falta usar ese lenguaje, por favor…-le “replicaba” con fingido tono de afectación-¿Qué va a pensar nuestro nuevo amigo, Mr. Whitesocks?

Añadió, señalando a un gato de peluche negro con patas blancas que, con un cubo lleno de nabos “llamado” Mr. Turnip y una pelusa que “respondía” al de Sir Lintsalot, todos ataviados con gorritos, completaba el repertorio de invitados a aquella curiosa fiesta.

-“Quiero añadir que estoy perfectamente de acuerdo con el señor Rocky. La actitud de sus amigas es despreciable y un sucinto acto de menoscabo a su don y patente buen hacer, querida”-volvió a usar el acento galo, que dejo para adoptar otro distinto, mientras se acercaba a Sir Lintsalot-“Es una grave falta de visión que no sepan valorar su amistad y sus gestos en lo que valen”. ¡Oh, son todos ustedes muy amables!-asentía, con expresión satisfecha-“Con nosotros sí que podrá contar siempre que lo necesite”-“intervino” de nuevo Rocky-“Desde luego, querida”-se sumó en seguida, como los demás, Madame le Flour-Oh… ¡Menos mal que os tengo a vosotros, que sí que sois amigos de verdad!-saltó Pinkie, con mirada perdida y abrazando al peluche del felino-¿Verdad, Mr. Whitesocks? O quizá, ahora que somos mejores amigos, le puedo llamar simplemente Mishi, dado que hay confianza… No le importa, ¿no?-le achucha-“Por supuesto que no, mi querida Pinkie”. ¡Justo como pensaba!-ríe.

Y estaba Pinkie a punto de ofrecer más zumo de fresa a sus “amigos” cuando unos leves golpes en la puerta resonaron por todo el cuarto, sacándola por un momento de su profundo ensimismamiento.

-Oh…-bufó-¿Quién será ahora, quién vendrá a interrumpir nuestra alegre diversión? Espero que no sea ninguna de esas…-murmuró para sí antes de, volviendo a sonreír, dar su permiso al que fuera que llamase-¡Adelante!

Con expresión no desprovista de preocupación procedió a asomarse una cautelosa señora Cake, que contempló el panorama que aparecía ante ella con cierto pasmo. En principio todo parecía lo normal y típico de una fiesta de Pinkie, salvo por sus algo inquietantes “invitados” que habían sustituido a sus amigas de costumbre. La propietaria del Sugarcube Corner llevaba un largo rato preocupada por su empleada, desde que la viera irse a punto de llorar tras, por lo visto, alguna disputa con aquellas ponies de la mesa.

-Eh,…, esto, querida…-buscaba las palabras más apropiadas-¿Puedo preguntarte qué te ocurre, dulzura?

-¿A mí?-le replicó Pinkie-A mí no me ocurre nada. Estoy perfectamente bien. ¿Es que no se nota ya a primera vista? No podría estar mejor. Mis amigos…-señala a los objetos que se sentaban en los taburetes-…y yo estamos haciendo una fiesta de bienvenida para Mr. Whitesocks-le explicó, al tiempo que abrazaba con fuerza al peluche-¿Verdad que sí? “Claro que sí, Pinkie. Nos estamos divirtiendo mucho, sra. Cake. Está fiesta de bienvenida es la mejor que me han hecho nunca”.

-Oh… Esto… Me alegro mucho de oír eso… Pero… Esto… Pinkie… ¿Puedo preguntar qué ha pasado con tus…“otras” amigas? Me refiero a Applejack, Rainbow, Rarity, Fluttershy y Twilight. Desde que ésta llegó a Ponyville habéis parecido siempre muy unidas todas.

-¡Ya no! He descubierto que no me aprecian y que creen que soy frívola o algo así. ¡No se merecen mis atenciones!-exclamó-“¡Bien dicho! Esas pringadas se lo pierden por no saber apreciar la buena amiga que tenían”-“intervino” Rocky en la conversación.

-Oh… Vaya… Lamento mucho oír eso… ¿Y puedo preguntarte qué ha pasado? ¿No hay posibilidad de qué…os reconciliéis?

-No después de lo que me han hecho. “¡Bien dicho!” “¡Es cierto!” “No podría estar más de acuerdo, querida”-le “corearon” sus amigos.

-¿Y qué puede ser tan grave?-insistió su interlocutora, buscando ocultar los nervios que le causaba el comportamiento inquietante de la pony rosa.

-Les he pedido ayuda para organizar una fiesta y me la han negado. ¡Me la han negado!

-Eh… Quizás… No pueden… Quizás estén muy atareadas y no pueden sacar tiempo libre…

-¡No es por eso! Han dejado muy claro que no es por eso. Es porque dicen que no les cae bien Trixie porque tuvieron algunos roces con ella en el pasado. Sólo por eso.

-Bueno, tesoro, no estoy segura de que no sea,…, eh,…, esto… razonable su postura.

-¡Pues no es nada razonable, señora Cake! Y no lo es porque precisamente por eso más ganas deberían tener de ayudarme-replicó Pinkie con firmeza y gran convicción.

-Eh… ¿Precisamente por eso?-no pudo evitar plantearle la cuestión, incrédula ante sus palabras, la señora Cake.

-Exacto. Porque una fiesta es un acto de comunión y armonía en que crece y prospera la amistad y los malos sentimientos se desvanecen ante la alegría. Por eso estoy segura de que la doble fiesta especial de Trixie habría servido para que todos nos lleváramos bien, para reforzar nuestros lazos y para que todo fuera mejor… Por el contrario, al no ayudarme, ocurre todo lo contrario. Y yo sola no puedo alcanzar a preparar todo lo que necesito… Sobre todo porque el sábado por la mañana quedé en hornear galletas con Bon Bon y en ayudar a Rose en su floristería el domingo temprano, entre otras cosas… Y el viernes pasaré buena parte del día ayudando a pintar a los Coffe la nueva cerca… Oh… Cada día más ocupaciones, muchas, tal vez demasiadas para una sola Pinkie…

-La verdad querida, es que te exiges demasiado… Sólo eres una pony, no puedes hacer planes como si fueras veintisiete. Te agotas y te estresas y eso no es nada bueno. Creo que necesitas descansar.

-Tal vez tiene razón, señora Cake… Oh… Si hubiera alguna…-de repente, su mirada pareció perderse en algún punto de la blanca pared mientras su cerebro trabajaba a toda velocidad en su cabeza-Uh… Si hubiera un modo… Podría hacer todo lo necesario y salvar la situación y nuestra amistad…-su crin y su cola empezaron a temblar, cada vez más rápidas-… Sí. ¡Es una idea perfecta la que ha tenido, señora Cake!-saltó a abrazarla al tiempo que volvía a su aspecto cotidiano, con sus algodonadas crin y cola.

-Eh… Esto… No hay de qué, Pinkie…-le respondió la señora Cake, prefiriendo no preguntarle por aquella idea que le rondaba la cabeza y limitándose a alegrarse de que pareciera haber vuelto la animada y jovial Pinkie de siempre.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 4)

Spoiler:
Un paisaje desconocido y anodino se presentó ante su vista cuando finalmente superó las últimas defensas mentales de Knowling y logró adentrarse en su sueño. Inesperadamente, se trataba de una atmósfera onírica bastante amplia, un sueño de gran magnitud… No era algo que encontrase de manera habitual, pero tampoco desconocido para la princesa. Se alegró al verlo. Eso aumentaba las posibilidades de encontrar algo útil en él, algo que quizá impulsara a Celestia a actuar con firmeza de una vez contra quien ella misma reconocía como una amenaza.

La princesa Luna sobrevolaba con cautela lo que pudo entonces interpretar como una especie de versión deformada de Equestria… O lo que apenas podía llegar a reconocer como Equestria, dadas las diferencias que mostraba con la real. Volaba atravesando un cielo oscuro de tonos grises, presidido por un extraño sol de luz plateada que apenas parecía dar luz y mucho menos calor. Aquel sol pendía sobre una Canterlot que, alzada como siempre con sus cimientos firmemente agarrados a su montaña, le parecía irreconocible. Una inmensa fortaleza negra, rodeada de altas torres y agujas de arquitectura palaciega, constituía el corazón de la ciudad, que estaba levantada en torno a ese centro. Más allá, en los alrededores de Canterlot, los valles, bosques y aldeas que normalmente la rodeaban habían sido barridos y ahora la montaña destacaba como una solitaria cima y a gran altura sobre llanuras bajas y cultivadas, divididas en campos cuadrangulares y cercados a modo de campos de trabajo agrícolas. No se le escapó a la vista a la alicornio que Cloudsdale, la ciudad de los pegasos, no se veía por ninguna parte.

La princesa buscaba a Knowling en aquella extraña y, para ella, escalofriante visión de la Equestria soñada del profesor, a resguardo con su magia de cualquier posibilidad de que aquél pudiera percibir su presencia, mientras aprovechaba para seguir explorando con interés el lugar… Al tiempo no podía dejar de pensar en qué debería hacerse para afrontar aquella situación, dándole vueltas a la información que el día anterior había recibido de su hermana. Y cuánto más reflexionaba, menos comprensible le parecía la política Celestia de no afrontar los problemas de forma directa, sino que, por el contrario, acostumbraba a dar rodeos enrevesados y, en opinión de Luna, absurdos e innecesarios… La cuestión de Knowling no era la primera vez que la veía actuar así. Y eso cuando actuaba, puesto que en ocasiones parecía limitarse a fingir que los problemas no existían, como en el caso del imperio de Cristal, del que no se ocupó y en el que no pensaba para nada hasta su reaparición; en la cuestión de que hacer con el caótico Discord ante la posibilidad de que volviera a escapar de su prisión de piedra; la siempre postergada búsqueda de aquella díscola aprendiz que, descontenta con sus estudios, había huido y desaparecido en otra dimensión; los problemas que se daban en Planemare…Eran muchos asuntos guardados en el cajón. Demasiados.

Finalmente, localizó la presencia de Brown en una amplia plaza que se abría ante una de de las fachadas del gran castillo negro que no, no le resultó difícil adivinar, era la sede del poder principal en aquella fantasía. El lugar estaba abarrotado por una abultada multitud de ponies que rodeaba en un círculo casi completo una alta plataforma de madera levantada en el centro del lugar, al tiempo que quedaban bajo la mirada del gran balcón que, en la fortaleza, constituía el palco desde donde Knowling, convertido en alicornio y luciendo corona y manto de armiño, estaba a punto de dirigirse a la población. La princesa también se percato de la numerosa presencia de soldados, cubiertos de cuerno a cascos con una completa armadura negra de aspecto pesado. Cayó entonces en la cuenta de que todos los presentes eran unicornios, lo le que resultaba, cuanto menos, curioso, dado el carácter normalmente cosmopolita y variopinto al que la capital real le tenía acostumbrada.

Brown Knowling presidía aquella curiosa ceremonia, sentado sobre uno de los dos altos tronos que se situaban en el centro del balcón regio, rodeado de algunos unicornios, todos con togas y vestiduras algo extravagantes y ostentosas como Luna no recordaba haber visto ni en las más exóticas embajadas que llegaban a Canterlot desde los reinos más lejanos y remotos de Equestria. Estaba pensando en ello cuando, de repente, casi se quedó congelada por lo que vio aparecer al lado de Knowling. Se trataba de ella misma. No. Realmente no era ella la que se sentó en el segundo trono, luciendo igualmente insignias reales… Era Nigthmare Moon… Eso inflamó su ánimo, enfureciéndola como muy pocas veces había estado en su longeva viva. ¿Qué hacía ese pony atreviéndose a soñar con ella y, además, dándole esa forma…? Aquello le ofendía profundamente y por poco se deja llevar y pone fin al ensueño de Knowling. Sin embargo, para cuando logró controlarse, iba a comprobar que aquello no era lo que peor ánimo le iba a dejar de aquel sueño. Aún quedaba otro aspecto del sueño que iba a golpearle con más fuerza.

Una de las puertas de la fortaleza que daba paso a la plaza se abrió repentinamente y varios guardias salieron, arrastrando algo de lo que tiraban con unas pesadas cadenas de metal. Una alta pony, de un pelaje blanco apenas visible por la suciedad, era arrastrada por los soldados hasta lo alto de la plataforma, ante la mirada muda de todos los presentes. Desprovista de ondulante melena, del cuerno, de sus alas, incluso de su cutie mark, le fue durante un momento difícil a Luna reconocer en esa pony deshecha a su propia hermana, Celestia. Un fervoroso deseo de aplastar a Knowling bajo sus propios cascos la llenó conforme la ira colapsaba su corazón ante semejante espectáculo. Entonces si que requirió de toda su fuerza de voluntad, no para evitar transformar aquel sueño en pesadilla, si no para ir directamente a la casa del unicornio para aplastarle muy “realmente”.

-Yeguas y caballos de primer orden…-empezó a hablar Knowling al público expectante-El día de hoy verá caer el peso de la más firme justicia sobre esta confesa enemiga de la Buena Ley y del armonioso equilibrio que hemos traído a la tierra de Hiponia. Esta pony, esta presunta “Princesa de Equestria”, gobernó faltando a las más elementales normas del orden y la naturaleza, faltando a los principios y diferencias básicas que a todas luces pueden apreciarse entre los ponies, no cumpliendo con el precepto pilar de la justicia que consiste en dar a cada uno lo que por esencia le corresponde. Ignoró los privilegios que son propios de los seres superiores e ignoró los derechos de la elite, permitiendo que el caos campara por la tierra y cada cual hiciera su voluntad al margen del Plan General… Plan General que ni siquiera existía entonces… Pero sus días de despotismo han concluido y con su destierro a perpetuidad, la Nueva Era del Orden comenzará definitivamente bajo nuestro eterno reinado. ¡Qué se vaya con sus disturbios a la Luna y que no la volvamos a ver más!-terminó exclamando y siendo recibido su breve discurso con un aplauso generalizado de los presentes. A Luna le repugnó sobre manera tales pretenciosas palabras y la pomposidad de los laureles que se atribuía Knowling en su ensoñación… Tanto como para marcharse definitivamente de allí, sin ánimo para ver más, saliendo, irritada, de aquella mente antes de decidirse por algo más enérgico.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 5)

Spoiler:
A través de la ventana, la mirada de la unicornio, que permanecía inmóvil en la cama, estaba fija en la Luna, que a su vez la iba enfocando ya con sus últimos haces de luz mientras iba despareciendo tras unas lejanas montañas, cayendo más allá del horizonte. La unicornio bostezó lentamente y se frotó los ojos, perezosa, sin ganas de levantarse pero sin sueño suficiente para seguir durmiendo. Sólo quería estar tranquila y en paz… E intuía que no lo iba a lograr aquel día, en cuanto empezara… Por mucho que intentaba mantener la mente despejada, los pensamientos y las dudas se agolpaban en ella… Y buena parte de la culpa la tenía esa misma habitación en que se encontraba.

Todavía le resultaba algo difícil asimilar aquello. No solamente la habían acogido sin poder esperar nada a cambio, si no que le habían preparado un cuarto para ella, sólo para ella. La hospitalidad de aquella familia ya le había parecido extraña, realmente incomprensible, pero ahora no eran las motivaciones de los Apple lo que le inquietaba, sino sus propios pensamientos y planes… La mañana anterior estaba decidida a que su estancia en Sweet Apple Acres fuera una provisional visita que le sirviera para recuperar fuerzas para volver ante aquella misteriosa puerta con el afán de hallar tras ella el poder que abriera para ella la senda de la venganza. Una determinación… Que ya no estaba nada segura de mantener.

Desde la tarde anterior, cada vez que pensaba en el futuro, sus deseos de volver de nuevo ante aquella entrada eran contestados por todo tipo de argumentos y razones en contra, la mayor parte relativos a la falta de conocimiento que tenía sobre ella y a la infinitud de peligros que se imaginaba podían acecharla tanto antes de abrir la puerta como después, en su interior, y eso en el caso favorable de que lograra superar sus hechizos defensivos y obligarla a darle paso. Una avalancha de dificultades se iban acumulando una a una, ocultando en el fondo que la cada vez más agradable sensación que experimentaba la maga al vivir allí estaba originando un duramente reprimido deseo de permanecer allí…indefinidamente. Una idea que Trixie no dejaba de intentar convencerse a sí misma de lo poco deseable que le parecía a la par que se recordaba que era imposible…aunque la “fastidiosa” hospitalidad y amabilidad de aquella familia pareciera querer engañarle y frustrarle de la peor de las maneras.

Su cabeza era todo un hervidero en que desde la tarde anterior llevaban cociéndose diversos y contrapuestos deseos y pensamientos. Su deseo de ir y buscar aquel poder contra su fantasía de permanecer en su actual y agradable situación en aquella granja, el trato amable de aquellos granjeros contra la devoción y el aplauso de sus antiguos admiradores; las dificultades que encontraría de afrontar los peligros de la caverna con el miedo al rechazo y a que los Apple le tuvieran que dejar claro los límites de su hospedaje; las dudas sobre qué haría si volviera a tener fama con la incógnita de que podría ella aportar y hacer viviendo en un manzanar… Realmente todas aquellas complicaciones y posibilidades la agobiaban sobre manera.

Finalmente, optó por levantarse. Se sentía demasiado inquieta, nerviosa, activa, para permanecer quita. Necesitaba hacer algo que le permitiera calmar su mente y entretenerla en otra cosa, aunque fuera leer alguna de las para ella aburridas novelas de Daring Do, cualquier distracción que alejara su atención de sus circunstancias actuales…

Escuchó algunos apagados sonidos que parecían subir desde el piso de abajo. No le extrañó, sin duda Applejack y su hermano debían estar ya desayunando. Madrugaban mucho… Demasiado para su gusto, pero conocía que era lo típico en un par de granjeros… Al pensar en la comida, le entró hambre. Supuso que era buena idea bajar a tomar algo.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 6)

Spoiler:
El cálido aroma del café recién hecho llenaba la cocina, entremezclado con el de las tostadas y del pan horneado. Applejack se movía con agilidad a lo largo de la encimera, preparando con esmero un buen desayuno mientras su hermano acarreaba algunos troncos y ramas para guardar en la pequeña leñera de la cocina, al fin de contar con bastante para todo el día. Una mañana normal y tranquila en Sweet Apple Acres.

Mientras preparaba la mesa, la pony rubia no podía dejar de pensar en Trixie. Su pasado le había conmovido especialmente por lo que le recordaba al suyo. Ella, tras perder a sus padres, también había querido cambiar de ámbito, buscar nuevos aires, “huir”… Sus pasos la llevaron hasta la casa de sus tíos Orange en Manehattan y por un tiempo había pensando que allí encontraría una nueva vida. Igual que Trixie, intentó alejarse de su pasado…la diferencia es que ella había acabado superándolo y retomando su vida en Sweet Apple Acres mientras que la unicornio había quedado sola y apartada de todas… No pudo evitar pensar qué eso también podría haberle pasado a ella.

-Esto… Big Mac… ¿Puedo decirte algo?-vio como aquel le dirigía una muda mirada de asentimiento-He estado pensando en…tener un gesto con Trixie… Creo que lo ha pasado muy mal… Y estoy casi decidida de hacerle un pequeño regalo… Para animarla…

-Eyup-asintió el semental rojo, más por comprender lo que le rondaba la cabeza a su hermana que por aprobación de la propuesta en sí.

-Sé que no es...necesario, pero… Quiero hacerlo. Una pequeña alegría tras lo de ayer. Le vendrá bien asimismo un poco de distracción… Y… he pensado que venga conmigo luego a ayudarme con el puesto en el mercado.

Al oír aquello, Big Mac, que estaba sirviéndose una taza de café, le dirigió una mirada interrogante.

-Sí…lo sé, lo sé… Sé que al principio a Trixie puede…no gustarle la idea…-reconoció Applejack-Pero es que quiero que el regalo sea una sorpresa… La verdad es que tengo una idea de lo que puedo regalarle que espero le guste mucho… Aunque… No sé… También podría volver a… Deprimirse o… Molestarse… Me preocupa un poco no saber calibrar como reaccionará… ¿Entiendes?

-Eyup-asintió su hermano.

El sonido de unos pasos que descendían por la escalera interrumpió la “conversación”. Sonaban demasiado graves para ser de la pequeña Apple Bloom y marchaban a su vez muy rápido como para corresponder con Granny Smith. Tal como ambos habían podido deducir, segundos después Trixie abría la puerta y entraba en la cocina.

-Eh… Buenos días…-les saludó, un tanto cabizbaja, como evitando mirarles. Applejack supuso que era por lo del día anterior y quiso ser comprensiva:

-¡Buenos días, preciosa!-quiso sonar alegre y amigable-Que pronto te levantas hoy. ¿Quieres que te sirva un café? Bajas a tiempo de tomarte unas tostadas recién hechas.

-Oh…eh…eso…suena bien… La Gran y Poderosa…Trixie te lo agradece…-murmuró más que dijo mientras se sentaba a la mesa.

-No hay de qué…-le replicó la granjera mientras le servía un café y preparaba unas tostadas, untándolas con mermelada de manzana-¿Has dormido bien, Trixie?-quiso entablar conversación, pensando cómo llegaría al punto que le interesaba.

-La Gran y Poderosa Trixie…se encuentra…descansada-asintió aquella mientras daba un primer sorbo a la taza y se fijaba un momento en Big Mac que, mudo y aparentemente ajeno, parecía absorto en sus cosas mientras comía unas tostadas. La unicornio encontraba algo extraña su forma de ser y su perpetuo mutismo… Suponía que era algo… Cortito… Aunque también…

-Me alegra oírlo-las palabras de Applejack interrumpieron la un poco mal disimulada ojeada que la maga le había dedicado al potro, pero la pony rubia no tenía tiempo para pensar en ello, tenía otras cosas en mente-Por cierto… He estado pensando… En algo.

-La Gran y Poderosa Trixie tiene curiosidad por saber qué es ese… “algo”…-replicó poco después, cuando se dio cuenta de que le “tocaba” intervenir.

-Bueno… He pensando que… Te convendría salir, moverte un poco… Y que me podrías ayu…acompañar luego, en unas horas, cuando vaya a Ponyville a vender manzanas. Es miércoles y todos los miércoles hay mercado. Pienso que te sentaría bien.

Por primera vez desde que entrara en la cocina, Trixie miró directamente a Applejack, repentinamente interesada y con curiosidad. Algo le decía que esperaba su ayuda como parte del pago de la hospitalidad recibida… No le sorprendía… Pero… Algo que era inexplicable para ella, no le molestaba tanto como suponía que debía hacerlo… Si una parte de sí quería cuestionar las motivaciones y buenas intenciones de los Apple por ello, otra…deseaba verlo como una señal de integración… “No”…acalló su mente con duro esfuerzo… “Ni lo uno ni lo otro. Es un paseo. Nada más”.

-Vamos, Trixie… Será agradable…-intentó convencerla Applejack sin querer sonar demasiado insistente-Un cambio de aires siempre es bueno…

-Bueno… Ya que se lo pides… La Gran y Poderosa Trixie… Te concederá el honor de acompañarte-le respondió finalmente. Al fin y al cabo, no tenía nada mejor que hacer.

-Gracias, Trixie-le sonrió calidamente, intentando que se sintiera bien y satisfecha de que su plan arrancará a la perfección, mientras le servía un plato con un par de tostadas, que la unicornio empezó a comer lentamente-… ¿Quieres batido de girasol? Está fresquito.

-A la Gran y Poderosa Trixie no le gusta el batido de girasol.

-Eh… ¿Y…de qué te gusta?

-… ¿Tienes batido de avena con extra de heno?

-Pues…la verdad es que no. Pero podemos comprar, claro.

-La Gran y Poderosa Trixie lo sugiere. ¿Cuánto saldremos para Ponyville?-le preguntó mientras se terminaba las tostadas.

-En un par de horas, cuando ya haya salido el sol y haya acabado…

-Entonces la Gran y Poderosa Trixie se irá mientras a darse un baño relajante. La Gran y Poderosa Trixie lo necesita con urgencia-y, sin añadir nada más, la unicornio se marchó a paso ligero de la cocina, dejando a Applejack con la palabra en la boca.

-Bueno… Al menos parece que…va recuperándose bien…-comentó, más por decir algo que por otra cosa.

-Eyup-asintió Big Mac.

-¡Pues eso está muy bien!-intervino asimismo Pinkie, comiendo una tostada con mermelada de manzana junto a la vaquera.

-Así es, Pinkie, así… ¡Pinkie!-saltó la rubia, asombrada por la repentina presencia de la pony rosada, mientras su hermano la mirada también descolocado, alzando las cejas de la impresión.

-¡Hola, Applejack! ¡Hola, Big Mac!-saludó a ambos tranquilamente.

-¿Desde cuándo…cómo…? Oh… Olvídalo…-se relajo poco a poco-Bueno… ¿Se te ofrece algo, terroncito de azúcar?

-Pues…sí…-Y, sin parsimonia ni espera, les mostró una botella de agua vacía y una mochila medio llena-Estoy en una misión muy importante. Necesito suministros. Salí del Sugarcube Corner bien provista pero… Hay que reponer.

-¿Te has bebido todo el agua y comido la mitad de lo que llevabas en el camino desde el Sugarcube hasta aquí?

-No era agua, tontita, era zumo de fresa-le replicó Pinkie con una inocente sonrisa.

-Eh… Bueno… ¿Pero qué es eso de una misión? ¿A dónde vas?

-¿Te gustaría saberlo, eh? ¡Pues no te lo puedo decir, tontilla!-se acercó a su oreja, como para susurrarle-¡Es un secreto!

-Eh… Bueno… Ya veo… Supongo que no me vas a contar nada…

-¡Qué lista eres!-rió.

-¿No irás a intentar nada peligroso, no?

-Tranquila, Applejack. ¡Ya verás! Es una sorpresa especial que… Uh...-se tapó la boca, como para evitar que se le escapará alguna palabra delatora-Ji, ji, ji… Ya lo veréis…-repite.

-Me estás inquietando, Pinkie…-no pudo evitar decir la rubia, provocando otra leve risilla en su amiga-Pero, bueno… Te daré lo que me pides. Pero ve con cuidado por… Bueno, por dónde sea que vayas a ir…

-Tranquila, te lo Pinkie prometo-le replico la alegre pony con un solemne tono de voz.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

Notapor horwaith » 11 Mar 2015, 13:26

buenas preparaciones y siguen gustándome los sentimientos encontrados de Trixie, a ver que sorpresas nos das después.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

Notapor EdoNova » 13 Mar 2015, 01:26

Me ha costado, pero terminé, me ha gustado, pero no podria escoger alguna escena especial, tal vez la de Trixie
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadidos 10.3-10.6)

Notapor Mishiro » 22 Abr 2015, 14:29

Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 7)

Spoiler:
El suave y delicioso aroma del chocolate caliente tardó poco en embriagar toda la amplia cocina de los Sparkle según la unicornio, con diligencia, iba disponiendo y preparando, una a una, las tortitas, de la encimera a la sartén y de la sartén a la fuente. La masa se cocía sobre el aceite mientras chisporroteaba alegre, el batidor se agitaba en el bol preparando nata mientras sobre una cercana tabla de cocina, un ágil y rápido cuchillo cortaba las fresas. Velvet no perdía de vista ninguna parte de aquel proceso mientras, a su vez, usaba también su magia para recoger los platos de la mesa, fregarlos, ir pasando la bayeta por la encimera y aprovechaba para hacer mentalmente la lista de la compra y repasar los deberes y asuntos que tenía aquel día que atender en el trabajo. Indiferente a todo ello, sentado a la mesa, un dragoncillo, terminado su desayuno a base de leche con cacao y un par de gofres de limón con gemas, estaba enfrascado en las aventuras de las “Power Ponies” y en su lucha contra la destructiva “Green Mare”. Transcurría una mañana tranquila y rutinaria.

Salvo para Twilight a la que, claramente nerviosa, podían escuchar desde la cocina marchar a paso rápido desde su cuarto al baño y desde el baño al cuarto en repetidas ocasiones hasta que, finalmente, acabó bajando presurosa las escaleras y entrando en la cocina. La crin no del todo peinada, las alforjas mal cerradas y abultadas en sus costados y su acelerada respiración eran sólo los signos más llamativos que marcaban su inquietud. Al verla, su madre no pudo evitar una sonrisa nostálgica. Le parecía aún ver a la potrilla inquieta por ir al colegio.

-¡Buenos días, cariño!-la saludó afectuosamente-Deja las mochilas y siéntate a la mesa, que el desayuno está casi listo. Hay café, zumo de naranja, algunos gofres de la tienda y estoy terminando una fuente de esas tortitas de pasto y chocolate que tanto te gustan… ¿El café lo quieres con leche y lo azúcar?-le preguntó mientras se disponía a servirle una taza.

-Oh, mamá… Realmente no era necesario que te tomarás tantas molestias…-empezó a responderle la unicornio morada-…además, apenas sí tengo algo de tiempo para el café…

-¡No, no, no!-le interrumpió de inmediato su interlocutora-Nada de eso, Twilight. Te vas a sentar y a desayunar como Celestia manda-le dijo con tono imperativo mientras terminaba de disponer las tortitas y colocaba en la mesa una humeante taza de café y un gran vaso de zumo de naranja-Y no te preocupes, no es molestia ninguna. Además, el desayuno es la comida más importante del día, así que siéntate, cálmate y come con tranquilidad.

-Bueno…supongo que puede y que no es tan tarde…-accedió la joven a hacer, o a intentar hacer más bien, lo que le pedía la otra mientras no podía evitar echar una mirada al reloj de la cocina, cuyas agujas ya habían sobrepasado las ocho y media-…pero es que tenía en mente hacer algunas cosas antes de ir al Celestium, pero, por alguna razón, se me ha hecho tarde y cómo nadie me ha avisado…-dirigió una fulminante mirada a Spike, que intentó ignorarla y defenderse escondiéndose tras su comic.

-No culpes a Spike, tesoro. Él pensaba ir a despertarte hace ya casi una hora, pero yo le dije que era mejor dejarte dormir un poco más. No necesitabas madrugar tanto y es obvio que necesitabas un poco más de sueño. Seguro que anoche te quedaste despierta hasta altas horas de la madrugada, como sueles hacer…-sonríe para sí-Ya de potrilla me hacías tener que ir muchas veces a tu cuarto a apagarte la luz, ¿lo recuerdas?

-Bueno…pero esta noche…no me quede tan tarde…y no lo hacía con tanta frecuencia de potrilla…-casi no pudo evitar cierto balbuceo, como si volviera a sentirse una niña sorprendida en falta, lo que intentó ocultar mirando a otro lado mientras se tomaba el zumo de un trago.

-Vale. Seguro que no fue tan tarde-le replicó Velvet, divertida.

-Eh…bueno…Es que ahora mismo, además, estoy enfrascada en una lectura realmente interesante-pasó Twilight a justificarse-Un libro titulado “Alquimia aydara aplicada” de Wightfor Castlehorse, donde se trata de una forma sistemática y completa, en claros apartados, los distintos usos prácticos que en el reino de Hiponia se dieron a la alquimia, desde la actividad agrícola hasta el control del clima y de las tormentas. Es algo realmente fascinante.

-Desde luego se nota que has abordado este nuevo campo de estudios con muchas ganas, ¿eh?

-La verdad es que sí. Además, Fog explica bastante bien y discutir y hablar con él es muy agradable. Hacía mucho tiempo que no mantenía charlas tan estimulantes. Ayer mismo estuvimos un largo rato hablando precisamente de la alquimia aydara de la tierra y del uso de la misma con fines agrícolas, y yo pensé, “¡Este tema le encantaría a mi amiga Applejack!”, aunque ahora que reflexionó quizá no… Su familia es muy tradicional y no usa magia en sus granjas… Cosa que no entiendo, pero, claro, lo respeto y…

-Vaya-la interrumpió antes de que se embalará en su discurso-Parece que todo marcha bien con ese joven profesor, a pesar de tus dudas iniciales-mencionó, recordando las aseveraciones críticas que había realizado su hija en la cena del sábado tras su encuentro con la princesa Celestia y tras enterarse de que no sería Knowling quien se encargara en la práctica de impartirle aquel curso extraordinario.

-Admito que me precipité en mis conclusiones… Fog es de los unicornios más inteligentes que he conocido.

-Inteligente, agradable… ¿No será también guapo?-le preguntó, mezclando cierta curiosidad con ganas de picar un poco a su hija.

-Eh…-se ruborizó con la velocidad con que se enciende una bombilla-¿A qué viene esa pregunta de repente? No tiene nada que ver con lo que estaba diciendo…

-Sólo era una pregunta normal-se excusó su madre-Además, seguro que tienes una opinión al respecto.

-Eh… No. No me he fijado en eso. No me fijo en esas cosas…

-¿En serio?-le preguntó Velvet, sonriente y claramente incrédula.

-En cualquier caso se trata sólo de un buen amigo.

-Por cierto, Twilight-intervino por primera vez Spike, alzando la mirada por encima de su tebeo-¿No ibas a preguntarle a mamá si podías invitar a Fogsun y a Ear a comer hoy?-aquella pregunta volvió a poner colorado el rostro de la joven.

-Oh, pues me parece una muy idea que quieras invitar a tu buen amigo a comer…-saltó Velvet, insinuante y casi al borde de la risa.

-Es a los dos, a Fog y a Ear, a los dos…y porque nos invitaron ayer y lo más educado es devolverles la cortesía, por eso puede que pensara en comentarte algo de ese estilo, pero no es nada más...

-Desde luego, desde luego. Y no te preocupes, claro que los puedes invitar. De hecho, hoy pensaba hacer lasaña de setas, que siempre decís que me sale perfecta, así que, ya sabes.

-Eh…gracias…mamá…

-Um…lasaña…-saltó un muy interesado Spike.

-Y…bueno…-buscó Twiligh cualquier tema que le permitiera alejar la conversación hacia otro tema menos comprometedor-¿Y papá? Supongo que ya se habrá marchado hace rato y estará en su oficina.

-Así es, de hecho hoy tuvo que salir antes porque…-antes de que pudiera continuar, unos fuertes golpes, que resonaron por toda la casa, le interrumpieron-Parece que alguien llama a la puerta… ¿Quién será?-se preguntó mientras salía de la cocina para ir a abrir.

Mientras iba tomándose el café y las tortitas, Twilight, con curiosidad, no pudo dejar de prestar atención a los sonidos que llegaban por la puerta abierta del pasillo. Le pareció escuchar, aunque no podía entender sus palabras, un tono de voz femenino, levemente grave. Le sonaba familiar, pero no lograba identificarla. Por eso no dejo de sorprenderse cuando, breves instantes después, su madre volvía a la cocina acompañada de la Princesa Luna.

-¡Princesa!-se levantó, precipitadamente, mientras Spike hacía lo mismo y ambos se postraban ante la alicornio en una reverencia.

-Eso no es necesario, Nos no estamos en visita oficial-les hizo un gesto la alicornio para que ambos se levantaran, lo que hicieron, estando tanto la unicornio como el pequeño dragón expectantes por saber por qué estaría allí la soberana de la noche-Sólo deseamos hablar un momento con la joven Twilight Sparkle. En privado y ahora.

-Oh, por supuesto, Princesa-respondió de inmediato la unicornio-Podemos hablar en mi cuarto, si le parece.

-Nos lo hallamos apropiado.

Dejando el desayuno a medias y llegando a olvidar sus prisas anteriores, la unicornio morada condujo a la oscura alicornio a su dormitorio, ansiosa por averiguar que era aquello tan importante como para que la Princesa Luna la visitara en persona y con esas maneras.

-¿Qué ocurre, Princesa?-le preguntó no bien pasaron a su cuarto y la puerta se cerró.

-En primer lugar, hemos de advertiros de que nada de lo que se diga aquí y ahora ha de trascender en ninguna circunstancia. ¿Está claro?-le preguntó Luna, directa.

-Por supuesto-asintió, comprensiva y más inquieta, Twilight.

-No tenemos mucho tiempo para hablar, pues los delegados de Saddle Arabia nos esperan, así que seremos breve…-se aclaró la garganta-Deseamos información sobre el profesor Brown Knowling.

-¿Información?-quedó perpleja su interlocutora.

-¿Le has conocido, no? ¿No es quien ha empezado recientemente a instruirte en las artes de la magia aydara? Nuestra regia hermana me lo ha comentado, así que no nos hagas perder tiempo, Sparkle.

-Pero, Princesa…Apenas sí sé algo del profesor Knowling, y sólo le he visto una vez, el domingo. Las clases me las está impartiendo un ayudante de su departamento llamado Fog…Fogsun Dremtly.

-¿Fogsun Dremtly? Nunca hemos oído semejante nombre. ¿Qué puedes decirnos sobre él?

-Eh…tampoco mucho…pero parece simpático y es un estudioso del Celestium…muy bueno en su campo, según me han dicho…-realmente Twilight no le veía ningún sentido a aquello.

-Fogsun Dremtly…-repitió en voz alta, como para sí, reflexiva, Luna-Os agradecemos tal información. Ahora hemos de marcharnos y esperamos que ignores que esta conversación ha tenido lugar.

-Eh…Claro, Princesa…-volvió a asentir, totalmente descuadrada ante aquellos precipitados hechos, mientras la alicornio, a paso rápido y sin esperar a la respuesta de la unicornio, abandonaba el cuarto para marcharse.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 8 -)

Spoiler:
Cuando el pegaso se asomó por la puerta entreabierta al cuarto de su compañero una legión de libros sobrevolaba la estancia sin orden aparente mientras, uno a uno, los demás aún colocados en los desbordados estantes, se iban uniendo a ellos, sostenidos por la magia de Fogsun que, por lo visto, estaba a la caza de un esquivo título. El unicornio tenía expresión de claro fastidio mientras se esforzaba en intentar hacer memoria y recordar dónde estaba aquel volumen cuando lo vio por última vez.

-Oh, Earion, bien…-se dirigió a él al notar su presencia-Justo estaba a punto de llamarte. Necesito encontrar un libro…Se trata de “Magia defensiva aplicada a castillos y fortalezas”, de Castlehorse… Hay un extenso capítulo dedicado a la arquitectura aydara que quiero enseñarle a Twilight… Pero no recuerdo dónde está.

-Castlehorse… Castlehorse…-repitió Ear-Pues…me suena… Pero, oye, antes de eso, hay un algo que tengo que decirte.

-Ahora, no, Ear-le replicó Fog mientras seguía su inspección de los libros-Estoy bastante ocupado. Seguro que ese “algo” puede esperar.

-Es que ese algo no es un algo… Es un alguien…

-Ahora mismo el único alguien en el que debes pensar es en Castlehorse.

-¿Así que en Castlehorse, eh?-una inesperada voz, melodiosa y muy familiar, captó de inmediato la atención de Fogsun mientras una unicornio adulta, de larga crin rubia, pelaje beige y con una cutie mark consistente en un libro abierto y cruzado por una varita, entraba por la puerta.

-Oh,…, no esperaba para nada verte,…, mamá…-reaccionó un sorprendido unicornio mientras la recién llegada iba a su lado y le besaba cariñosamente en la frente-…no sabía que ibas a venir…a Canterlot.

-Lo cierto es que yo tampoco, ha sido una decisión de…última hora-le respondió Fogsea-Estoy aquí para dar una pequeña charla mañana en la escuela de unicornios superdotados, ya sabes, para animar a los estudiantes de último curso a que se planteen los estudios de magia aydara como una posibilidad atractiva en la que especializarse.

-Oh…-intervino Ear-Seguro que consigue interesar a muchos. ¿Les hablará de sus experimentos en alquimia agrícola?

-Bueno… He de admitir…que mis prácticas y estudios de campos en Gold Wheat Farm… No son del todo aprobados por los académicos más…ortodoxos y…por otro lado, ya sabéis que los agricultores tienden a desconfiar del uso de magia por parte de los unicornios en sus tareas agrarias… A pesar de todo, puedo presumir de que los jazmines dorados de nuestro jardincillo despiden la mejor fragancia que olfato alguno haya conocido.

-¿Pero el señor Wheat sigue sin querer que intente aplicar sus conocimientos en sus semillas, no?-le preguntó Ear.

-Ya sabes que mi padre es muy…tradicional-comentó Fogsun a modo de respuesta.

-Así es…-asintió la unicornio-Pero, no he venido a hablar de mí. ¿Por qué no me ponéis al día? ¿Sigues intentando resolver el problema del octavo cilindro de la columna de Thunderain?

-Sí… Pero he logrado cierto avance, porque he estado trabajando con uno de los nuevos textos encontrados en las cámaras interiores de Cherady que…

-¡Nos vamos a Ponyville!-saló Ear, interrumpiéndole.

-¿Cómo? ¿A Ponyville?-repitió Fogsea, perpleja ante aquellas inesperadas palabras. Ella estaba relativamente informada de lo que hacía su hijo por las cartas que éste y, más frecuentemente, Ear, le escribían, y aquello era totalmente novedoso.

-Oh. Bueno… Es una estancia temporal-intentó explicarle Fogsun con tono neutro-No he podido informarte antes porque ha sido algo que ha surgido de forma bastante precipitada. Pero no hay nada importante en ese viaje ni nada de lo que merezca la pena hablar.

-¿No merece la pena hablar de Twilight?-le preguntó Ear de forma insinuante y “acusatoria”.

-¿Twilight? Parece el nombre de una yegua… ¿Es que hay una yegua detrás de ese viaje?-Fogsea estaba repentinamente interesada, y mucho, en aquel tema.

-No es lo que Ear parece pretender decir…-quiso Fog, controlando sus nervios con esfuerzo, cortar de raíz aquella charla-Twilight es una aprendiz de la princesa Celestia a la que el profesor Knowling me ha pedido que aleccioné en magia aydara. Y ella vive en Ponyville. Esta misma mañana el profesor me ha remitido una nota en que me pedía que, esta tarde o esta noche a mucho tardar, me desplacé allí, aunque ya hemos dado unas primeras clases en el Celestium. Es una pony muy inteligente y creo que en unas semanas ya no necesitará ninguna guía.

-¡Ésta es Twilight!-saltó Ear, desapareciendo un momento para volver con una foto, algo movida pero en la que se distinguían con claridad a ambos unicornios, Twilight y Fogsun, en una actitud de charla relajada y cordial ante la puerta de un restaurante.

-¿De dónde ha salido esa foto?-le preguntó Fogsun, algo ruborizado, al tiempo que intentaba aparentar serenidad.

-La saqué ayer después de que saliéramos del restaurante, ya sabes que siempre suelo llevar mi cámara encima-se encogió de hombros el pegaso-Por si se presenta alguna ocasión de usarla-rió.

-Vaya…-examinó la unicornio con interés la imagen-… ¿Así que esa es la tal Twilight, eh? Parece una pony simpática y bastante mona.

-Concuerdo, concuerdo-le dio la razón, divertido, Ear.

-No le hagas caso a Ear, mamá… Ya sabes lo que le gusta bromar. Pero…ya que estás aquí, se me ocurre… ¿Sabes dónde quedó mi equipo de excavación, el que empleé…en Cherady?

-Oh…pues… Creo que sí, ¿por qué?-ahora era ella la desconcertada ante una insperada pregunta.

-Por Celestia sabrá qué razones, el profesor Knowling quiere que realicé algunas… ¿Cómo las llamó? “Prácticas de campo” mientras esté en Ponyville… Como si pudiera ver algo interesante allí… Fue terreno de nadie hasta la reciente colonización del gran valle de Canterlot…

-¿“Prácticas de campo” en Ponyville?-Fogsea compartía su extrañeza ante tal petición-Sí que es algo bastante extraño… Bueno… Cerca de Ponyville, si no me equivoco, está el bosque Everfree, un lugar bastante inquietante que, esconde, entre otras ruinas, un antiguo castillo donde residieron las princesas Celestia y Luna… Pero… ¿Ponyville? En fin…ya sabes que ese tal Knowling nunca me ha parecido muy sensato.

-Ya, ya… En fin… ¿Podrás enviarme el equipo a Ponyville?

-Claro… ¿En que posada te alojarás?

-Eh…-Fogsun no pudo evitar mostrar cierto nerviosismo al tener que responder aquella pregunta.

-¡Oh!-se le adelantó Ear-Nos vamos a quedar en casa de la “simpática y bastante mona” Twilight-explicó, con claro tono de insinuación que hizo que Fog deseara que la tierra abriese una boca para tragarle-La dirección es “Golden Oak Library, Ponyville”.

-Oh… ¿Así que vive en una biblioteca?-exclamó Fogsea con sorpresa fingidamente exagerada-Ese era el sueño de cierto unicornio que yo me sé cuando era potrillo… ¿Verdad?

-¿No podríamos olvidar ya este tema?


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 9)

Spoiler:
Por toda la estancia revoloteaban, en lo que la unicornio llamaba su “caos creativo”, una caterva de telas, hilos, agujas y otros instrumentos de costura. Sweetie Belle, sentada con expresión de aburrimiento sobre un taburete, contemplaba el trabajo de su hermana, a la espera de que le prestara un poco de atención.

-Eh… ¿Rarity?-intentaba que le dedicara unos momentos-Rarity… ¡Rarity!

-¡Oh, Sweetie Belle!-le respondió finalmente, sin dejar de atender el vestido en el que trabajaba, con el que no estaba lo suficientemente conforme-¿No ves que me encuentro tremendamente ocupada con un proyecto de gran importancia? Y, por cierto, ¿no deberías estar…en el colegio?

-Hoy salía antes de clase, ¿no lo recuerdas? Porque te lo dije hace una semana, te lo repetí hace dos días y te lo recordé ayer también.

-Oh, debo de haberlo olvidado, querida… ¿Y por qué no te vas a casa o a jugar con tus amigas, eh? Seguro que se te ocurren cosas mejores que hacer en cualquier otro sitio que no sea aquí.

-¡Pero pensé que podríamos hacer algo juntas! Precisamente por eso te lo he estado diciendo todo este tiempo.

-¿Y yo qué te respondía?

-Que…eh…ya veríamos.

-Pues ya vemos que hoy no puede ser-finalmente se volvió hacia su hermanita para mirarla-En serio, este es un trabajo esencial para mi futura carrera. Es vital que resulte perfectamente satisfactorio…y necesito concentración.

-Oh…dices lo mismo de todos tus pedidos, Rarity.

-Eh…todos los encargos son igualmente importantes para una modista que quiere labrarse un nombre y una reputación en este mundo. Cuando tú hayas descubierto también tu don y tu vocación, lo comprenderás.

-Pues Applejack también trabaja mucho y saca tiempo para Apple Bloom.

-Bueno, querida, no pretendería menoscabar los esfuerzos de Applejack, pero realmente su trabajo tiene puntos álgidos y puntos…más relajados. El mío, no obstante, siempre me mantiene ocupada. Cuando no estoy confeccionando, debo cumplir con la agenda social, o manteniéndome al tanto de todas las novedades que transcurren a lo largo de toda Equestria, y eso sin tener en cuenta las más sencillas actividades de mantener limpio y ordenado el instrumental de trabajo, adquirir las telas y cuidar de su calidad, conseguir gemas… Realmente me impresiona lograr dar abasto con todo ello, pero el éxito requiere siempre duros sacrificios.

-También pasas mucho tiempo en el spa.

-Bueno…no diría que es… “mucho tiempo”…pero al fin y al cabo, cualquier pony necesita relajación, mimos y cuidado de vez en cuando.

-¿Y qué pasa conmigo?

-¿Qué pasa contigo…? ¡Oh! Ya sabes que puedes acompañarme al spa siempre que quieras. ¡Podría ser fabuloso!-se emocionó la unicornio ante tal perspectiva-Compartiríamos cotilleos mientras disfrutamos de unos relajantes masajes o de la sauna, probaríamos nuevos estilos y peinados, te enseñaría algunos de mis pequeños secretos de belleza… ¡Te podría enseñar el misterio de mi extremadamente suave y sedoso pelaje!

-¡Pero no me interesa nada de eso!

-¡Oh, claro que sí, pero eres demasiado joven para darte cuenta, quizá!-le acarició la crin a su hermanita-Pero no te preocupes, que tu hermana Rarity está aquí para guiarte en la dirección adecuada.

-¿Y no podrías estar también para ir a dar una vuelta por el parque ahora?

-No insistas, Sweetie Belle. Ya sabes la respuesta.

-¿Pero a la acampada sí que vas a ir, verdad?-le preguntó con cierto tono lastimero.

-Oh… La acampada… Bueno, querida… Seguro que entiendes que el mundo… eh… salvaje… no es el lugar más idóneo para que una unicornio con estilo como yo se dedique a deambular por él…-no pudo seguir ante los ojillos casi al borde del llanto de la potrilla-Oh… Lo que quiero decir es… Que a pesar de ello… Posiblemente… Haré lo que pueda por ir…

-¡Oh! ¿Eso es que vendrás seguro, no?

-Eh…-por suerte para ella, el cristalino sonido de la campanilla, anunciando que un cliente acababa de entrar a la boutique, llegó justo en ese momento desde el piso inferior-Oh… Ya hablaremos luego de eso… Ahora he de ir a atender la tienda-se excusó mientras salía a paso rápido en dirección a las escaleras.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 10)

Spoiler:
-Media docena de esos ricos muffins de manzana, por favor-solicitó la rubia pegaso, señalándolos en una de las baldas del improvisado puesto de los Apple, mientras no podía evitar relamerse.

-Desde luego, ¡marchando!-se los ofreció casi de inmediato, tras guardarlos en una bolsa, Applejack-Son tres bits, por favor.

-Claro, aquí tienes…-dejó las monedas sobre el mostrador, aunque con tan mala pata que una salió rodando, cayó bajo la mesa y siguió rodando por el suelo de la plaza-¡Ups! ¡Perdón!

-Menuda torpe-comentó, algo despectiva, Trixie, mientras contemplaba como el bit se alejaba del puesto. Por un momento pensé en que no le costaría mucho atraparlo con su magia, pero por otro lado, no estaba segura de estar lo bastante recuperada para usarla…y no se decidió a intentarlo.

-¡Trixie! ¿Qué tal si echas un casco en lugar de criticar?-saltó Applejack ante aquello, mientras perseguía y cogía la moneda del suelo-Gracias por tu compre, Derpy. Ten buen día-se despidió cordialmente de la pegaso mientras ésta se alejaba.

-La gran y poderosa Trixie accedió a acompañarte. Nadie dijo nada de trabajar.

-Ya me he fijado. ¿Cómo puedes pasarte tanto tiempo sin hacer nada? Yo me volvería loca.

-La Gran y Poderosa Trixie no está sin hacer nada. Eso sólo te lo parece a ti.

-¿En serio?

-La Gran y Poderosa Trixie te lo explicaría, pero es algo que escapa a tu capacidad de comprensión.

Applejack suspiró. Realmente Trixie parecía haberse levantado aquel día con la pata izquierda. O quizá ser así de desagradable era parte de su recuperación… No quería pensarlo, pero en parte parecía una evidencia. Volvió a preguntarse si era buena idea continuar con su plan original… La unicornio llevaba todo el tiempo desde que instalaron el puesto sentada a su lado, con expresión aburrida, respondiendo desganada cuando se le hablaba e ignorándolo todo en general. Por otro lado, pensaba, quizá un gesto amable como el que tenía en mente, serviría para suavizar las cosas.

Decidiéndose al final por esta última posibilidad, un rato después de terminar con casi todas las existencias, cerca del mediodía y de la hora de cierre del mercado, mientras la granjera empezaba a recoger el puesto y a subirlo todo a su carreta, se decidió a decirle a la unicornio, cuya actitud no había variado un ápice:

-¿Sabes, Trixie? He pensado que podríamos pasar por la tienda de una amiga de camino a la granja.

-A la Gran y Poderosa Trixie le trae sin cuidado siempre que no se te olvide comprar su batido.

-Te puedo asegurar que no se me olvida…-le replicó Applejack, con un gran esfuerzo de paciencia-Además… Creo que te gustará la visita. Puede que… Haya algo que te interese.

-La Gran y Poderosa Trixie lo duda mucho.

-¿Ya veremos, vale?-se limitó a decir la anaranjada pony, deseosa de que aquello no diese lugar a una disputa, mientras, tras ponerse los enganches de la carreta, emprendía el camino, arrastrándola tras de sí, seguida a paso lento por la unicornio, que iba caminando de la misma manera que en el trayecto desde Sweet Apple Acres, cabizbaja y sin ninguna curiosidad por el lugar. No tardaron en llegar a su destino, el edificio de la boutique Carrusel-Aquí es-le indicó mientras se soltaba del carro para entrar. Trixie contempló por un momento el edificio con la misma aparente falta de interés que el resto de Ponyville.

-La Gran y Poderosa Trixie no imaginaba que se trataría de una boutique…-dijo, intentando ocultar cierta sorpresa y, sobre todo, cierto interés, en su tono de voz.

-Vamos adentro-le animó, un tanto esperanzada, Applejack, mientras entraba en la tienda, seguida rápidamente por la unicornio-¿Rarity?-llamó a su amiga, al ver que no parecía estar en ese momento por allí.

-¿Tu amiga no está atendiendo su puesto?-le preguntó la maga.

-Debe estar cerca, seguro…-y, mientras Applejack empezaba a decir esto, la propia Rarity aparecía bajando por las escaleras-¿Lo ves? Aquí está.

-¡Oh, Applejack!-empezó saludándola con cordialidad, incluso ilusión. A la modista siempre le había parecido que su amiga granjera debía preocuparse “algo más” por las cuestiones estéticas y le alegro pensar por un momento que iba a hacerle caso…pero al momento vio a la pony que acompañaba a la rubia-¿Y qué se supone que hace… “esa”, aquí, contigo?

-¿“Esa”? ¿Hablas de la Gran y Poderosa Trixie?-le replicó de inmediato la aludida, con gesto de desagrado.

-¡Eh, eh! ¡Quietas ahí las dos!-se interpuso Applejack entre ambas unicornios, que se fulminaban con la mirada-Por favor, que no sois un par de potrillas, ¡por Celestia y por las herraduras de Bob el granjero!

-¿Pero acaso has olvidado lo se atrevió a hacer a mi elegante crin, Applejack?-le replicó Rarity, usando todo su auto-control para evitar alzar la voz-Una atrocidad semejante contra la estética no merece perdón de Celestia.

-La Gran y Poderosa Trixie cree que estás “verde” de la envidia por sus habilidades mágicas-saltó, con toda la saña que pudo encontrar, la maga.

-¡Oh! ¿Pero has escuchado lo que se ha atrevido a decir? ¡Es lo más ofensivo que me han dicho nunca!

-Lo que escucho…-sentenció Applejack, con seriedad y hablándole a las dos-…es a dos presuntas yeguas adultas que se comportan peor que dos potrillas en el patio del recreo.

-La Gran y Poderosa Trixie sólo ha respondido a tu amiga.

-Ejem…-se aclaró Rarity la garganta, optando por preferir ignorar en adelante la presencia de la otra unicornio y a intentar que se marchase cuánto antes-En fin, querida Applejack. ¿Qué tal si me dices qué es lo que puede tu buena amiga Rarity hacer por ti?

-…bueno…pues estaba pensando…-realmente ahora si que la granjera dudaba de su plan-…que podrías usar tu talento para hacerle a Trixie una capa y un sombrero como los que tenía.

-¿Cómo?-reaccionó, incrédula, la modista, mientras la maga se quedaba igualmente muda por la impresión-Oh, por favor… Applejack. Incluso aunque quisiera, como tu amiga, cumplirte a ti ese favor, me costaría rebajar mi talento para confeccionar una prenda tan falta de elegancia, estilo y belleza.

-La Gran y Poderosa Trixie no necesita ni quiere ningún trapo que esta modista pueda elaborar.

-¿Vais a seguir así todo el rato?-les preguntó, ya un poco cansada, Applejack-Porque entonces lo mejor será que nos vayamos…antes de que hagáis algo de lo que tengáis que arrepentiros.

-Querida Applejack, no has podido sugerir idea mejor en toda tu vida-asintió Rarity.

-La Gran y Poderosa Trixie está de acuerdo en marcharse de aquí a toda prisa-intervino también la maga mientras ambas unicornios se fulminaban mutuamente con la mirada.

-En fin…vámonos, Trixie…-suspiró Applejack mientras salía de la tienda, seguida de la unicornio. Se sentía un tanto decepcionada al no haberse imaginado que la situación iba a ser tan desagradable…-Supongo que no fue tan buena idea como creí…-intentó romper el hielo con la maga al reemprender el camino.

-La única buena idea que ve la Gran y Poderosa Trixie es la de que vayamos ahora a comprar su batido de avena.


Capítulo 10. Poniéndose en camino (Escena 11)

Spoiler:
Ante su mirada, desde la ventana de la posada, aquel pueblo que con la luz del sol de Celestia despertaba y empezaba su jornada, parecía como otros tantos que había recorrido en el pasado. El pony, tras haberse dado una rápida ducha, se terminaba de adecentar un poco mientras planeaba mentalmente sobre cuáles serían sus próximos movimientos. Como siempre, tras llegar a un nuevo lugar, debía preocuparse de tres deberes básicos. El primero, atender y velar por sus dos pequeñas hermanas; el segundo, buscar una forma de conseguir algún dinero para su sustento; y, el tercero, continuar con la misión que su linaje le había legado. Realmente aquello le preocupaba, pero el hecho de no tener alternativa le ayudaba a seguir adelante.

-… ¿Hermano?-le llegó el sonido de una vocecilla algo apagada. Detrás de él, en una de las camas, una pequeña unicornio se revolvía para destaparse mientras se estiraba para desentumecerse.

El pony se acercó a la pequeña potrilla y la ayudó a quitarse las mantas, acariciando después su crin bicolor, rosada y roja. Mientras, usaba su magia para escribir un mensaje en su pizarra: <<Shine, voy a salir a recorrer el pueblo. Quédate aquí y cuida de Greeny. ¿De acuerdo?>>.

-Sí…, Loud…-no pudo evitar un pequeño bostezo-¿Y cuánto tiempo crees que vas a tardar?

<<Poco>>, le escribió su hermano a modo de respuesta, <<no parece un pueblo grande, no debería tardar. Un par de horas a lo sumo. Espero>>

-Ya… ¿Y aquí cuánto tiempo vamos a quedarnos?-le volvió a preguntar, no sin cierto resquemor en la voz.

Loud suspiró mientras volvía a escribir: <<Ya lo sabes, Shine. El que sea necesario. Tenemos una misión que cumplir. Eso querían papá y mamá>>.

-Ya lo sé… Me lo has repetido muchas veces…La misión, la misión… O sea, que aquí… Dónde sea que estemos, tampoco me merece la pena intentar hacer amigos… Ya que quizá en uno o dos meses nos vayamos…

A modo de silenciosa respuesta, su hermano la rodeo con sus patas y la abrazo fuerte contra su pecho. Él era el primero que hubiera deseado poder darles a sus hermanas una infancia normal, una infancia alegre y feliz en un solo sitio, con una familia… Pero no estaba en su casco lograrlo. Había prometido a su madre que velaría siempre por ellas…y también que cumpliría la tarea encomendada…o mejor, que lo intentaría…aquella inacabable tarea…A veces pensaba que lo mejor era dejarla de lado y centrarse en cumplir sólo la primera…pero nunca llegaba a convencerse lo suficiente…y la inercia era un lastre pesado.

<<Todo saldrá bien. Tengo una buena perspectiva respecto a la energía que sentí cerca de este pueblo>> le escribió, queriendo ser optimista, aunque él mismo no tenía ninguna esperanza al respecto.

-Sí…seguro que sí…-asintió la joven potrilla, todavía no lo bastante despierta como para replicarle con sarcasmo pero con la misma falta de expectativas.

<<Encargaré algo de desayuno para vosotras, pero no abráis la puerta a nadie más. No salgáis de la habitación. ¿Entendido?>>

-Ya lo sé, Loud. Tranquilo. No soy una potrilla.

<<Lo sé. Eres muy mayor y responsable>>. Le dirigió Loud una sonrisa que intentaba animarla.

-Sí… Confía en mí. Cuidaré…el fuerte…

<<Eso es>>. Asintió, revolviéndole su crin con un gesto cariñoso, antes de dirigirse a la puerta.

-No tardes, Loud-le instó, casi con gesto suplicante.

Aquel le respondió con una tranquilizadora mirada antes de marcharse.



***El uso de estos últimos personajes cuenta con la aprobación y visto bueno de su creador, Edo Nova.
Última edición por Mishiro el 19 May 2015, 15:05, editado 1 vez en total
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

Notapor EdoNova » 22 Abr 2015, 14:33

Loud y Shine están igualitos, igual Shine es algo mas exceptica, tengo ganas de ver como plasmas a Greeny
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

Notapor Mishiro » 22 Abr 2015, 14:45

EdoNova escribió en 22 Abr 2015, 14:33:Loud y Shine están igualitos, igual Shine es algo mas exceptica, tengo ganas de ver como plasmas a Greeny



Gracias por tu comentario. ;)

He intentado respetar el carácter de los personajes, dentro de que sus circunstancias son distintas. Quizá eso puede explicar esa diferencia en Shine. En cuanto a cómo voy a plasmar a Greeny...Je, je, je... Ya lo descubrirás.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

Notapor Mishiro » 21 May 2015, 12:21

Capítulo 11. Encuentros (escena 1)

Spoiler:
Aquella mañana la princesa Luna hubo de recurrir a toda su paciencia y perseverancia para guardar las correctas formas y atender, con la diligencia y educación que se esperaba de ella, a los cotidianos asuntos de la corte. Reunión del consejo, concesión de audiencias, lectura de peticiones, otras disposiciones ordinarias acerca de la vida y del trasiego palaciego,…, múltiples ocupaciones a las que en aquellas jornadas se les unía la especial visita a Canterlot de los delegados de Saddle Arabia. Mientras, la nocturna soberana, no podía dejar de tener en mente la cuestión del profesor Knowling y de las medidas que habrían de tomarse contra él, extrañada de la aparente falta de interés que su hermana mostraba de cara a la resolución del problema, como si no tuviera ninguna gana de intervenir... Algo que ella no lo podía entender.

Tuvo que aguardar hasta casi la hora del mediodía para poder hacer un hueco en su apretada agenda regia a fin de reunirse con su hermana para abordar el asunto. En ese momento, aquella se hallaba en su gabinete, repasando varios documentos, cuando su corregente llamó a la puerta. La princesa diurna le abrió la puerta sin moverse y sin alzar apenas la cabeza del informe que leía. Ya intuía para qué quería verla Luna y tenía aspecto de recibirla más bien con resignación, como si no tuviera ninguna gana de que trataran aquella cuestión.

-Anoche logré introducirme en la mente del tal Knowling-le empezó diciendo Luna mientras cerraba la puerta tras su paso y se acercaba a su hermana para sentarse frente a ella, al otro lado de su amplia mesa-Y lo que pude ver va en consonancia con las sospechas de que, sin duda, va tras peligrosas ambiciones. Creo que deberíamos afrontar la situación con decisión y cortar el peligro de raíz y sin más dilación.

-Y supongo que tienes una sugerencia sobre cómo llevar a la práctica esa…determinación de la que hablas…-Celestia hablaba pausadamente, sin dejar su trabajo.

-Lo lógico es enviar una nutrida tropa de guardias que le encadene y le arroje a una profunda mazmorra hasta que deje de ser una amenaza-replicó su hermana de forma directa y franca.

-Desde luego es…una solución muy expeditiva…

-¿Y acaso no es lo mejor, zanjar la cuestión de la forma más rápida posible?

-No considero, hermana, que eso... “zanje” la cuestión… Sólo nos limitaríamos a esconder el problema debajo de la alfombra… Algo que he tenido que hacer en varias ocasiones en el pasado y…que nunca ha proporcionado un resultado satisfactorio a la larga.

-De acuerdo… Pero si esa no es la solución, ¿cuál lo puede ser? Porque lo que está claro es que no le podemos dejar a su aire, reuniendo más fragmentos del Adenror, si es un artefacto tan peligroso como me contaste… ¿No? Me dijiste que ya tiene cuatro y que iba tras el quinto… ¿No deberíamos asegurarnos de que estén protegidos o de arrebatarle los que ya tiene?

-Puedes confiar en mí, Luna, cuando te digo que en este tomento ya se han tomado y puesto en práctica las medidas más adecuadas y convenientes.

-¿Cómo, por ejemplo, cuáles?

-Y ya que hablamos de este asunto…-ignoró descaradamente su pregunta-…has dicho que “lograste”-recalcó con toda intención esta palabra-entrar en su mente… ¿Es que hubo alguna dificultad especial para que lo consiguieras?

-Knowling usaba defensas mágicas para dormir sin soñar y para intentar bloquear su mente a accesos ajenos. De hecho, tuve que sortear un poderoso conjuro para lograr acceder a su subconsciente, pero, con todo y pese a las dificultades, lo conseguí-le contó, no sin un deje de orgullo en la voz.

-Ya. Eso lo explica-comentó Celestia, escueta, más para sí misma que hablando con su hermana.

-¿Explica? ¿Explica qué?

-Me han notificado que el profesor Brown Knowling ha solicitado esta mañana un período de vacaciones recurriendo a sus días libres acumulados… Es muy posible, de hecho, diría que es casi seguro, que sea consciente de tu intrusión en su mente y de que vaya a actuar ahora con mucha más cautela e incluso a retirarse y esconderse, temiendo represalias por nuestra parte.

-¿No es más razón para atraparle, entonces?

-No-fue su lacónica respuesta.

-¿Quieres explicarme por qué no?

-He enviado a una de nuestras mejores unidades a mantenerle vigilado y localizado. Lo mejor que podemos hacer ahora es no presionarle, que no sepa que le estamos manteniendo bajo estrecho control, para que se confíe y actué.

-¿Para que actué? ¿Por qué querríamos que actúe? ¡Ya sabemos que es culpable! No necesitamos que se incrimine ni atraparle con los cascos en la masa.

-La situación tiene un grado de complejidad mayor del que crees, Luna.

-¿Y por qué no me la explicas, pues?-insistió ella.

-Hermana…debo decir que me parece admirable que quieras implicarte y responsabilizarte de las labores de Estado, pero… Mira. En estos asuntos que se retraen a un tiempo anterior a tu regreso… Es preferible que me dejes ocuparme a mí. Te aseguro que para todos los asuntos que surjan de aquí al futuro, participarás conmigo en todas las decisiones con total y plena igualdad.

-¿A qué viene eso ahora? ¿Qué planes puedes tener en mente que requieran que Knowling vague por ahí libre, una vez que sabemos no sólo el mal que desea, si no también que está haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir un arma que le permita llevarlo a efecto?

-Hay otros factores en juego que influyen en mi decisión. Knowling es sólo un engranaje de algo mayor y le necesito libre porque él me va a llevar hasta una meta mucho más esquiva e inalcanzable.

-¿Cómo? ¿Hay alguien por ahí con planeas peores que los del profesor o quizá con más poder, una amenaza oculta? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No es eso lo que he afirmado, Luna.

-¿Entonces? ¿Qué meta es esa a la que esperas llegar por Knowling? ¿Acaso quieres que reúna los fragmentos para recuperarlos entonces o algo así…? Es lo único que veo con sentido… Pero si el Adenror es tan peligroso… Es un plan arriesgado, demasiado arriesgado.

-El plan es arriesgado y muy delicado… Pero no es exactamente lo que tú piensas.

-Empieza a resultarme algo agobiante tanto misterio…-le espetó Luna, un poco hastiada ya de no recibir las respuestas que quería a sus preguntas.

-Sólo puedo decirte que los asuntos concernientes al profesor Knowling están totalmente bajo control y que llegado el caso no podrá ser una auténtica amenaza para Equestria-afirmó Celestia con la voz más sencilla y convincente que pudo-Y ahora…-volvió a hablar antes de que su hermana le pudiera replicar-…ambas tenemos asuntos que atender y sugiero que nos pongamos a ello.


Capítulo 11. Encuentros (escena 2)

Spoiler:
Aquella larga caminata por Ponyville no cambió ni un ápice la primera impresión que aquel pueblo había causada en el unicornio el día anterior. Una sencilla aldea agrícola de coloridas casas habitada por campesinos cultivadores de la tierra, pequeños artesanos y dueños de negocios locales, a los que se les sumaban algunos pegasos encargados del clima. Debía admitir, sin embargo, que aquel lugar en particular le transmitía una agradable y singular sensación que nunca había experimentado antes en ningún otro lugar. Sin embargo, al tiempo, sobre él se cernía ahora la alargada sombra de Canterlot, que despuntaba en su montaña al fondo del horizonte. Loud nunca había estado tan cerca de la majestuosa capital de Celestia y en parte eso le incomodaba. Al contemplar las estilizadas torres que se alzaban para acariciar con sus cumbres el cielo azul, no podía dejar de tener en cuenta en su mente las advertencias siempre repetidas hasta el cansancio por sus padres.

A su alrededor, los ponies del pueblo transitaban por las calles, ocupándose de sus propios asuntos. Las tiendas estaban abiertas, en la plaza debía ser día de mercado por todos los puestos provisionales que pudo ver, algunos pegasos en el cielo regulaban las nubes…y a Loud le llamó la atención ver a una pegaso de pelaje gris comiendo muffins sobre una nube y que protagonizó un cómico momento cuando uno de sus dulces estuvo a punto de caérsele de entre las patas. Dada su mudez, prefirió seguir su habitual de tendencia de evitar relacionarse con los habitantes del lugar tanto como fuera posible, centrándose únicamente en rastrear alguna señal del hechizo que había percibido…sin demasiado éxito. Entre los pocos unicornios que pudo ver, tampoco se encontró con ninguno en cuyo cuerno logrará detectar signos de la misma magia especial que buscaba.

Como se había dicho mil veces a sí mismo antes de dirigirse hacia Ponyville, lo cierto es que en principio aquel no era un lugar en que esperase encontrar el rastro de un conjuro de pura magia aydara, tan lejos de su natal tierra de Hiponia y a la vez tan cerca de Canterlot, precisamente en un pueblo insignificante que no era más que un pequeño punto en los mapas de Equestria. Sin embargo y pesé a lo que afirmaba el sentido común, su especial sensibilidad para con la alquimia no le podía haber fallado de una manera tal… Un gran flujo de energía, como nunca la había percibido, pasó cerca de aquel pueblo… No logró detectar nada de aquel hechizo, pero estaba convencido de que era una pista real, una pista que quizá podría llegar a conducirle a la resolución de la tarea centenaria que su familia había asumido sobre sus lomos. Sólo eso le permitiría darle una vida normal a sus hermanas… Cortó tales pensamientos antes de que terminaran de tomar forma en su mente. No le gustaban las falsas esperanzas.

Abstraído un momento en aquellos pensamientos, no fue capaz de ver el gran vaso de batido que flotaba a pocos pasos de su camino hasta que chocó de lleno contra él, volcándolo totalmente y vertiendo su contenido sobre sus patas delanteras, que de repente se encontraron bañadas por una capa de batido de avena. Y antes de que pudiera terminar de darse cuenta de lo sucedido, una aguda y estrepitosa voz resonó llenando a sus oídos con irritados gritos:

-¡Por las barbas de Star Swirl! ¿Quién es el que osa interponerse en el camino de la Gran y Poderosa Trixie y arrojar al suelo su preciado batido?-ante Loud se encaró, irritada y con expresión de profundo enfado y disgusto, la maga-¡Tú! ¿Acaso es que no tienes ojos en la cara? ¿No miras por dónde vas cuándo caminas? ¿Cómo vas a compensar a la Gran y Poderosa Trixie por haberla privado de su fantástica bebida? ¿Acaso lo has pensado? ¿Y qué haces ahí callado sin disculparte todavía? ¿Tu lengua va tan mal como tus ojos? ¡Habla ya!

Loud se sintió embargado por una doble y contradictoria sensación de vergüenza y enfado ante su propia torpeza y ante la irritante y, desde su perspectiva, claramente excesiva reacción de la unicornio ante un tonto accidente. Pero mayor fue su enfado cuando, al ir a sacar su pizarra para escribir una disculpa, Trixie, ni corta ni perezosa, le doy un golpe con el casco que la tiró al suelo, junto con la tiza. Realmente no se creía haber ido a topar precisamente con una yegua tan irrespetuosa.

-¡Déjate de tonterías y responde ya a las preguntas de la Gran y Poderosa Trixie!-volvió a gritarle la maga-¿O es qué te ha dejado mudo encontrarte hocico a hocico con la mayor hechicera de toda Equestria, que no es otra que… ¡La Gran y Poderosa Trixie!

Ante aquello, realmente Loud se quedó perplejo y sin saber muy bien cómo responder. Se había encontrado a lo largo de su vida con unicornios arrogantes, pero nada como aquello. Estaba buscando rápido qué hacer antes de que aquella yegua siguiera gritando, cuando otra voz distinta intervino en la conversación:

-¡Eh, frena esos carros, guapa!-se acercó a ambos una pony de tierra que tiraba de un carro. Loud volvió la cabeza hacía ella para toparse con un flequillo rubio que coronaba unos profundos ojos verdes en los que por un segundo se quedó embobado antes de reaccionar, mientras la recién llegada hablaba con la que, en apariencia, era su “amiga”-¡Por las herraduras de Bob el granjero, Trixie! ¿Puedes explicarme que rábanos está pasando aquí y a qué vienen tantos gritos?

-¿Qué qué está pasando?-se volvió Trixie hacia ella, indignada-¡Que este pony le tira su sabroso y dulce batido a la Gran y Poderosa Trixie y ni siquiera se disculpa, el muy rufián!

-¿Eh?-vio entonces Applejack el batido volcado y las piernas del desconocido unicornio cubiertas de avena-Bueno, Trixie, estoy segura de que no ha sido adrede, no hace falta ponerse de esa manera…-la pony rubia se quedó algo desconcertada cuando Loud tomó su pizarra y, en vez de decir algo, se puso a escribir en ella.

<<Lamento mucho haber derramado el batido>>, escribió escuetamente, debatiéndose entre seguir su impulso natural a ser educado y el deseo de dar un desplante a aquella pony tan poco agradable. <<Se lo pagaré>>, añadió enseguida, para intentar ser conciliador.

-¡¿Qué se supone que haces?!-siguió gritando Trixie-¿Acaso consideras que la Gran y Poderosa Trixie no es digna de escuchar tu voz y de que le dirijas la palabra? ¡¿Quién te crees que eres?!

-¡Trixie! ¡Vale ya!-le refrenó Applejack-Que menuda mañanita llevas… ¿No ves que el pobre es mudo…? Oh… Perdona… Supongo que no debí decirlo así, de esa manera…

<<No pasa nada y, efectivamente, soy mudo>>, “asintió” Loud, dirigiéndose a la pony rubia, que le parecía mucho más razonable, agradable y…admitido sólo para sí, linda.

-¿Quieres decir aparte de ciego?-le espetó la maga, apenas conteniendo su enfado.

-¡Celestia, Trixie! Es peor lidiar contigo que con todo un rebaño de enloquecidas vacas.

-La Gran y Poderosa Trixie no tiene por qué soportar esto…-con pose orgullosa comenzó a alejarse de ambos-…ahora la Gran y Poderosa Trixie irá a…eh…-no supo como referirse a la granja, no queriendo decir “a casa” y sin encontrar otra forma de decirlo-…irá a descansar tras una mañana extenuante.

-En fin…-suspiró Applejack-Disculpa las formas de mi amiga… Está pasando un mal momento.

<<No pasa nada>>, le respondió Loud, encontrándose mucho mejor al tener ante sí ante una pony con mucha mejor actitud. <<En serio, siento mucho lo del batido de tu amiga. ¿Cuánto os debo?>>, le preguntó, queriendo ser conciliador y dejarlo todo resuelto.

-¡No te preocupes, vaquero! Por unas astillas no vamos a tirar el granero. Pero, eres nuevo por aquí, ¿no? ¿Cómo te llamas?

<<Loud Off, encant…>>, sin embargo, antes de que terminara de escribir, Applejack le sorprendió tomando su casco derecho para agitarlo con fuerza a modo de saludo.

-¡Pues encantada, Loud Off, yo me llamo Applejack! ¡A nosotros, los Apple de Sweet Apple Acres, siempre nos gusta hacer nuevos amigos!

<<Oh… Ya lo veo…>>, su tiza se movió algo temblorosa sobre su pizarra mientras su pata se siguió agitando un momento después de que Applejack le soltará.

-¿Y qué te trae a nuestro querido pueblo, vaquero? ¿Piensas quedarte entre nosotros?

<<La verdad es que mi estancia es temporal>>, le respondió escuetamente, sin querer ni poder profundizar mucho en detalles sobre su presencia en Ponyville.

-Pues espero que todo te marche bien, majete-le espetó una sonriente Applejack-Y si tienes algo que te quiebre el lomo, siempre puedes darme un grito. Aquí una servidora de usted siempre está lista para echar una pata allá dónde hagan falta-añadió con orgullo.

<<Gracias, Applejack. Lo tendré en cuenta>>, escribió Loud, devolviéndole la sonrisa. Realmente aquella pony le parecía muy agradable, a diferencia de… Repentinamente, un pequeño golpe, como de un guijarro, le dio en la cabeza. Se volvió para ver a la unicornio con expresión de fastidio y el cuerno iluminado.

-¿Vamos o qué?-se dirigió Trixie a Applejack, por lo visto cansada de esperar.

-Trixie, ¡te estás pasando ya! ¡En serio!-le regañó la rubia, al borde del enfado.

Sin embargo, Loud ya no pensaba en lo cabreado que debía estar por el hecho de que aquella grosera yegua le hubiera arrojado un guijarro. Su atención estaba centrada en la particular magia que empezó a detectar en el cuerno de la maga… La que Trixie había usado para lanzarle la pequeña piedra era común, pero bajo ella… Percibió un rastro, una pequeña chispa inconfundible de magia aydara… Aquella unicornio había estado en contacto con un artefacto producido por la alquimia… Era la única explicación a ese “residuo”… Le alegró profundamente encontrar una pista “fresca” que confirmaba que su percepción no le había engañado al llegar a aquel pueblo… Ahora la cuestión era lograr seguir esa pista.

-La Gran y Poderosa Trixie está cansada de esperar-volvió a emprender la marcha hacia Sweet Apple Acres.

-En serio que lamento este comportamiento-volvió a disculparse Applejack con el unicornio-¿Qué tal si te doy una tarta de manzana? Como gesto de bienvenida, ya sabes…y por las molestias.

<<Oh, no es necesario, Applejack, pero muchas gracias>>, le respondió enseguida Loud, mientras su mirada seguía a Trixie.

-Insisto y no podrás convencerme de lo contrario…-Applejack se soltó el arnés para ir tras el carro y sacar un pequeño paquete que le entrego a Loud-Ya verás. Si te gustan las manzanas, te encantará. Está hecha con las mejores manzanas de Equestria, las de nuestra granja, Sweet Apple Acres-Loud pudo notar que realmente había convicción y orgullo en su voz, claro que también era algo que había oído otras veces respecto de otras granjas.

<<Estoy seguro. Muchas gracias, Applejack>>.

-No hay de qué, vaquero. Y me encantaría seguir hablando, pero las labores de una buena Apple nunca acaban. ¡Nos vemos, Loud!-se despidió con un alegre guiño mientras seguía a Trixie por el camino, llevando el carro tras de sí. Loud se quedó un momento mirándola alejarse, calculando su próximo movimiento mientras no podía evitar admirar los firmes pasos de la granjera… Tenía dos buenas razones para interesarse por Sweet Apple Acres.


Capítulo 11. Encuentros (escena 3)

Spoiler:
Aquella mañana el bosquecillo que rodeaba las colinas del lago Glasshallow parecía estar sumido en su habitual tranquilidad. Las ardillas correteaban por las ramas de los árboles, los pájaros cantaban, se escuchaba el murmullo de un riachuelo cercano, la luz penetraba en quebradas ráfagas a través de las espesas copas de verdes hojas… Todo resultaba encantador y cotidiano. Pero esta supuesta falta de problemas no terminaba de convencer a cierta pegaso…

Fluttershy, por el contrario y frente a la paz que la rodeaba, recorría su cotidiana ronda con algo más de inquietud de lo acostumbrado. Después de haber notado a sus queridos animalitos en un estado de cierta ansiedad en los últimos días, la repentina calma, lejos de tranquilizarla, le causaba una mayor preocupación. Desde luego no estaba dispuesta a dejar pasar aquel asunto hasta haberlo investigado en profundidad… En el fondo aquello la asustaba y temía encontrarse con algún peligro, pero su sentido de la responsabilidad para con aquellas criaturitas indefensas le impelía a buscar respuestas.

Aquella zona del bosque le resultaba especialmente inquietante debido a la abundancia de cavernas y cuevas que había en ella. Los lagos, incluyendo el que daba su nombre al lugar, las lagunas, los ríos y las aguas subterráneas habían propiciado una tierra blanda en que los túneles y las grandes cavidades se abrían bajo tierra a modo de gigantescos hormigueros. Un oscuro mundo desconocido que se extendían a pocos metros de donde posaba sus cascos y cuya mera idea la hacía sentir escalofríos… Y precisamente por ello cada vez tenía más claro que, fuera lo que fuera lo que perturbó a los animales, si es que había algo, debía estar oculto en alguna de aquellas siniestras cavidades, como una fiera peligrosa en su guarida, quizá aguardando el momento propicio para pasar de nuevo al ataque.

Sin embargo, a pesar de tener esas sospechas, no terminaba de decidirse por la mejor vía para intervenir. Su primer impulso habría sido ir a pedir la ayuda de Twilight, pero aquella se encontraba en Canterlot y no se atrevía a pensar siquiera en ir a molestarla con lo que sin duda sería para ella un problema insignificante. Por otro lado, tampoco se encontraba cómoda con la idea de adentrarse ella sola por una de las grutas, a la aventura, menos con la idea de que un peligro se albergaba en su interior. Realmente sólo imaginarse entrar en una de aquellas cuevas hacía que se erizase hasta el último de sus cabellos. Claro que tampoco imaginaba a quién podría pedirle que la acompañase.

Estaba dándole vueltas a esta idea cuando un brusco ruido la hizo de saltar y abrazarse instintivamente al árbol más cercano. Cuando pudo recobrar la calma buscó la fuente de los ruidos y notó que llegaban de un claro cercano… Aquello le asustaba, especialmente de cara a lo que hacía un momento estaba pensando… Pero al mismo tiempo no podía dejar precisamente pasar la oportunidad de ver qué era aquello y si era por un causal lo que había provocado la inquietud en los animales en los días recientes. Tras lograr soltarse del tronco, lo que le llevó unos pausados minutos, se acercó paso a paso, escondiéndose tras los árboles, hasta el foco del sonido… Hasta que lo vio.

Lo que se encontró no era más que un curioso unicornio de pelaje verde y con unas curiosas rayas a lo largo del cuerno. Al verle, en primer lugar, no pudo evitar pensar en su amiga Rarity y en que censurable encontraría aquello. Pero en seguida dejo de fijarse en su aspecto para centrar su atención en lo que hacía… El unicornio concentraba magia en su cuerno, como tantas veces ella misma había visto hacer a Twilight, y la enfocaba hacia unas cercanas flores, que variaban bajo su influjo, adoptando estrambóticas formas y extraños colores. Y a cada cambio, el pony saltaba, haciendo crujir las ramas bajo sus cascos, mientras soltaba una risilla traviesa.

Aquello dejó a Fluttershy totalmente desconcertada… “¡Por Celestia!”, pensó, “¿para qué puede querer hacer algo así?”, aunque no podía negar que era una curiosidad realmente atrayente y bonita. Las variopintas transformaciones que el unicornio imprimía en las plantas, los tonos fosforescentes y brillantes… No podía dejar de preguntarse si no sería el paso de aquel pony lo que había alterado a los animales, al menos hasta que quizá se acostumbraron a su presencia, pero por otro lado en su actitud casi infantil y en su expresión despreocupada no veía indicios de nada malvado o preocupante. Casi estaba dudando de si acercarse o no para conocerle… Al final, no obstante, no iba a ser decisión suya. Una oportuna ramita quebrada al posar uno de sus cascos en el suelo, atrajo la atención del unicornio, que no tardó en descubrir a la pegaso y mucho en menos en dar un par de saltos ágiles, casi felinos, que le llevaron con expresión alegre hasta casi frente a una repentinamente encogida Fluttershy.

-¡Ey! ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué hace una lindura como tú por estos parajes?-hablaba animado y decidido, con clara confianza en sí mismo-Aunque pensándolo bien, una monada como tú es lo que le faltaba a este lugar tan encantador para ser tan perfecto. ¡Toma, acepta estas flores como regalo!-le tendió un improvisado ramo con su magia de unas flores parecidas en su forma a tréboles y con los pétalos de un intenso color carmesí.

-…-aquello era lo último que sorprendida, totalmente ruborizada y encogida sobre sí misma Fluttershy se habría podido imaginar. Sólo pudo intentar retroceder y evitar mirarle, aunque por otro lado, sabía que aquello no era exactamente lo más correcto ni educado.

-¿Te ocurre algo, encanto?-le preguntó el unicornio, aparentemente poco afectado por la nada favorable reacción de la pegaso-¡No te preocupes! Si tienes algún problema, Herbal está aquí y ahora para echarte un casco. ¿No hace falta que diga que yo soy Herbal, no? Pues no te preocupes, preciosa, que aquí tienes a tu valiente unicornio, que te sacará de cualquier apuro en que te puedas encontrar. Pero, ¿qué tal si me dices tú también tu nombre?

-…eh…yo…me, me…llamo…eh…Flu…Flu…ter…shy…-respondió torpemente, por lo bajo, y evidentemente nerviosa e incómoda. Siempre le costaba hablar con los desconocidos y aquellas circunstancias no resultaban precisamente atenuantes para su timidez.

-¿Cómo has dicho, preciosa? ¿Luttershy, Treeshy? ¡Treeshy! Es un nombre bonito. Me gusta mucho. ¡Encantado de conocerte, Treeshy!-volvió a saltar, como había hecho antes por sus transformaciones, el unicornio. Realmente parecía alegre de verdad por conocerla.

-No… No… Me… Me llamo Fluttershy… Fluttershy-repitió, con su mejor esfuerzo para que pudiera entenderle.

-¿Fluttershy? ¡Oh! Claro. Un nombre mucho más apropiado para una linda pegaso-le guiñó un ojo, como con complicidad-¿Qué te parecen estas flores?-se las acerca-¿No te parecen realmente chulas? ¡Y con aroma a vainilla!

-Oh…vaya…-se asombró sinceramente ella al percibir, en efecto, el dulce aroma de la vainilla de las flores que Herbal casi sostenía con su magia pegadas a su hocico-…es…vaya…nunca había visto nada igual.

-¡Claro que no! Esta colorida magia es cosa mía, sólo mía, del gran Herbal y de su talento floral, ¿has visto mi cutie mark?-movió sus flancos para que resaltara la imagen de una flor con sus pétalos.

-Oh… Se… Se nota que se te dan bien las flores…-asintió Fluttershy.

-En particular, pero mi magia fluye por las plantas en general, para extraer de ellas lo mejor de su esencia… Es muy lioso y ni yo mismo estoy seguro, pero lo que importa es las cosas geniales que puedo hacer con ella. ¿Quieres unas amapolas naranjas con aroma a muffins recién horneados? ¡Te las puedo hacer!-se jactó, orgulloso de su talento.

-Oh…ji, ji…-río suavemente al oír aquello, sin poder evitarlo, al pensar en otra pegaso a la que sí le tentaría y mucho aquella oferta.

-Me gusta como suena tu risa. Es como una alegre y dulce música, Fluttershy… Tu nombre también me parece encantador.

-Oh…eh…gracias-realmente la pegaso se sentía sobrecogida ante tanto halago. Realmente ella no sabía cómo debía proceder ante aquello y le hubiera gustado poder pedir en ese momento su consejo a Rarity, que sí entendía de esas cosas.

-No hay de qué, linda, sólo soy sincero-aquello encendió aún más las ya coloradas mejillas de la pegaso-Por cierto, ¿eres de ese pueblo que he visto cerca, no? Ponyville, creo que se llama.

-Sí… Vivo en Ponyville.

-¡Pues me parece estupendo!-saltó nuevamente-Precisamente he pensado pasar un par de días por aquí y me vendría bien tener una guía que me orientase por el pueblo. Podrías ser tú, monada. ¿Qué me dices?

-Eh…-aquella petición la tomó totalmente por sorpresa-…esto…yo…no creo…ser…adecuada para…eso…

-¡Oh, seguro que sí! A menos que ahora mismo estés ocupada con algo entre cascos… Lo que me lleva de nuevo a mi primera pregunta, ¿qué hace una guapa pegaso como tú por aquí tan solita?

-Bueno…yo…-intentó contestar sin verse afectada por tanto cumplido-…estoy…-pensó en qué responderle, sin querer decir que buscaba lo que podía haber perturbado a los animales cuando sospechaba que la propia magia del unicornio era una posible causa de ello-…recogiendo moras-se decidió al final por una pequeña mentira.

-¡Oh! ¡Pues te deseo mucha suerte, Fluttershy!-asintió el unicornio-Pero yo voy a buscar una pastelería a hincharme de ricas ensaimadas rellenas de vainilla… ¡Um!-se relamió como si ya las tuviera ante sí.

-Oh… Pues en Ponyville hay una pastelería donde hacen dulces muy ricos…o eso creo.

-¿Cómo se llama?

-Sugarcube Corner…pertenece a los señores Cake, que son unos ponies muy simpáticos y agra…

-¡Genial! ¡Sugarcube Corner, prepárate, que allá va Herbal!-gritó, entusiasmado, mientras emprendía la marcha a paso rápido, con seguridad y alejándose como si supiera el camino con certeza.

Fluttershy, todavía algo desconcertada por aquel inesperado encuentro, sólo pude verle alejarse mientras desaparecía entre los árboles, sin hacerse aún una idea clara de qué le parecía aquel unicornio. Estaba un poco absorta, aún contemplando el lugar por el que vio por última vez a Herbal, cuando unos cascos aparecieron de repente tapando sus ojos y dejándola completamente a oscuras, al tiempo que una conocida voz resonaba en sus oídos:

-¡Fluttershy!, ¡a ver si adivinas quién soy! ¡Ji, ji, ji!

-Eh… ¿Pinkie?-casi preguntó, aunque era evidente que no se podía tratar de otra.

-¡Pues claro que soy yo!-apareció de inmediato la pony rosada frente a ella, con un curioso traje de exploradora y casi más sonriente de lo habitual-¿Qué tal, Fluttershy? ¡No esperaba verte por aquí! Aunque en realidad debería haberlo esperado, ya que tú siempre estás por el bosque para atender a los animalillos y la última vez que te vi dijiste que te tenían preocupada los de esta zona en particular porque los veías algo nerviosillos, así que era totalmente de esperar que vinieras a prestarles especial atención por lo que en realidad… ¡Sí esperaba verte aquí!

-Eh… Está bien… Supongo…-asintió Fluttershy, algo confusa-Y…esto… ¿Qué haces tú por aquí, Pinkie?

-¡Oh! ¡No te lo puedo decir tontilla!-se acerca a su oreja para susurrarle, como en confidencia-¡Es una misión secreta!-se aparta-Pero no te preocupes, pequeña, tita Pinkie se ocupa de todo.

-Pinkie, tengo un año más que tú…

-¡Todo saldrá bien!-siguió diciendo la particular pony fiestera, sin escuchar a su amiga-Pero ahora he de continuar mi épico viaje en busca de un lugar de leyenda…-añadió con tono épico.

-¿Un lugar de leyenda...?-Fluttershy estaba pensando que si el encuentro con aquel unicornio le había resultado extraño, aquello estaba siendo al guinda del pastel… Y es que Pinkie… Era Pinkie.

-¡Toma!-le tendió aquella a la pegaso un libro, que ésta pudo ver que se trataba de “Daring Do y el Arca de los Minotauros”-Para que te hagas una idea. Pero no olvides devolvérselo a Rainbow Dash para el día en que decida a su vez releerlo o devolvérselo ella a Twilight.

-De…de acuerdo…

-Y ahora te dejo, Fluttershy, ¡tengo mucho que hacer y una sola Pinkie no puede abarcarlo todo!... De momento…-dijo antes de desaparecer entre risas a saltos por el bosque.

-Y yo pensando que los animalitos se veían nerviosos…-suspiró Fluttershy.





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Última edición por Mishiro el 21 May 2015, 23:42, editado 1 vez en total
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

Notapor EdoNova » 21 May 2015, 12:51

Ay... Mi querido Loud por aquí XD a ver como serán las siguientes parte
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (terminado capítulo 10

Notapor narutobilbao » 21 May 2015, 23:33

Mishiro escribió en 21 May 2015, 12:21:Capítulo 11. Encuentros (escena 1)

Spoiler:
Aquella mañana la princesa Luna hubo de recurrir a toda su paciencia y perseverancia para guardar las correctas formas y atender, con la diligencia y educación que se esperaba de ella, a los cotidianos asuntos de la corte. Reunión del consejo, concesión de audiencias, lectura de peticiones, otras disposiciones ordinarias acerca de la vida y del trasiego palaciego,…, múltiples ocupaciones a las que en aquellas jornadas se les unía la especial visita a Canterlot de los delegados de Saddle Arabia. Mientras, la nocturna soberana, no podía dejar de tener en mente la cuestión del profesor Knowling y de las medidas que habrían de tomarse contra él, extrañada de la aparente falta de interés que su hermana mostraba de cara a la resolución del problema, como si no tuviera ninguna gana de intervenir... Algo que ella no lo podía entender.

Tuvo que aguardar hasta casi la hora del mediodía para poder hacer un hueco en su apretada agenda regia a fin de reunirse con su hermana para abordar el asunto. En ese momento, aquella se hallaba en su gabinete, repasando varios documentos, cuando su corregente llamó a la puerta. La princesa diurna le abrió la puerta sin moverse y sin alzar apenas la cabeza del informe que leía. Ya intuía para qué quería verla Luna y tenía aspecto de recibirla más bien con resignación, como si no tuviera ninguna gana de que trataran aquella cuestión.

-Anoche logré introducirme en la mente del tal Knowling-le empezó diciendo Luna mientras cerraba la puerta tras su paso y se acercaba a su hermana para sentarse frente a ella, al otro lado de su amplia mesa-Y lo que pude ver va en consonancia con las sospechas de que, sin duda, va tras peligrosas ambiciones. Creo que deberíamos afrontar la situación con decisión y cortar el peligro de raíz y sin más dilación.

-Y supongo que tienes una sugerencia sobre cómo llevar a la práctica esa…determinación de la que hablas…-Celestia hablaba pausadamente, sin dejar su trabajo.

-Lo lógico es enviar una nutrida tropa de guardias que le encadene y le arroje a una profunda mazmorra hasta que deje de ser una amenaza-replicó su hermana de forma directa y franca.

-Desde luego es…una solución muy expeditiva…

-¿Y acaso no es lo mejor, zanjar la cuestión de la forma más rápida posible?

-No considero, hermana, que eso... “zanje” la cuestión… Sólo nos limitaríamos a esconder el problema debajo de la alfombra… Algo que he tenido que hacer en varias ocasiones en el pasado y…que nunca ha proporcionado un resultado satisfactorio a la larga.

-De acuerdo… Pero si esa no es la solución, ¿cuál lo puede ser? Porque lo que está claro es que no le podemos dejar a su aire, reuniendo más fragmentos del Adenror, si es un artefacto tan peligroso como me contaste… ¿No? Me dijiste que ya tiene cuatro y que iba tras el quinto… ¿No deberíamos asegurarnos de que estén protegidos o de arrebatarle los que ya tiene?

-Puedes confiar en mí, Luna, cuando te digo que en este tomento ya se han tomado y puesto en práctica las medidas más adecuadas y convenientes.

-¿Cómo, por ejemplo, cuáles?

-Y ya que hablamos de este asunto…-ignoró descaradamente su pregunta-…has dicho que “lograste”-recalcó con toda intención esta palabra-entrar en su mente… ¿Es que hubo alguna dificultad especial para que lo consiguieras?

-Knowling usaba defensas mágicas para dormir sin soñar y para intentar bloquear su mente a accesos ajenos. De hecho, tuve que sortear un poderoso conjuro para lograr acceder a su subconsciente, pero, con todo y pese a las dificultades, lo conseguí-le contó, no sin un deje de orgullo en la voz.

-Ya. Eso lo explica-comentó Celestia, escueta, más para sí misma que hablando con su hermana.

-¿Explica? ¿Explica qué?

-Me han notificado que el profesor Brown Knowling ha solicitado esta mañana un período de vacaciones recurriendo a sus días libres acumulados… Es muy posible, de hecho, diría que es casi seguro, que sea consciente de tu intrusión en su mente y de que vaya a actuar ahora con mucha más cautela e incluso a retirarse y esconderse, temiendo represalias por nuestra parte.

-¿No es más razón para atraparle, entonces?

-No-fue su lacónica respuesta.

-¿Quieres explicarme por qué no?

-He enviado a una de nuestras mejores unidades a mantenerle vigilado y localizado. Lo mejor que podemos hacer ahora es no presionarle, que no sepa que le estamos manteniendo bajo estrecho control, para que se confíe y actué.

-¿Para que actué? ¿Por qué querríamos que actúe? ¡Ya sabemos que es culpable! No necesitamos que se incrimine ni atraparle con los cascos en la masa.

-La situación tiene un grado de complejidad mayor del que crees, Luna.

-¿Y por qué no me la explicas, pues?-insistió ella.

-Hermana…debo decir que me parece admirable que quieras implicarte y responsabilizarte de las labores de Estado, pero… Mira. En estos asuntos que se retraen a un tiempo anterior a tu regreso… Es preferible que me dejes ocuparme a mí. Te aseguro que para todos los asuntos que surjan de aquí al futuro, participarás conmigo en todas las decisiones con total y plena igualdad.

-¿A qué viene eso ahora? ¿Qué planes puedes tener en mente que requieran que Knowling vague por ahí libre, una vez que sabemos no sólo el mal que desea, si no también que está haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir un arma que le permita llevarlo a efecto?

-Hay otros factores en juego que influyen en mi decisión. Knowling es sólo un engranaje de algo mayor y le necesito libre porque él me va a llevar hasta una meta mucho más esquiva e inalcanzable.

-¿Cómo? ¿Hay alguien por ahí con planeas peores que los del profesor o quizá con más poder, una amenaza oculta? ¿Por qué no me lo dijiste?

-No es eso lo que he afirmado, Luna.

-¿Entonces? ¿Qué meta es esa a la que esperas llegar por Knowling? ¿Acaso quieres que reúna los fragmentos para recuperarlos entonces o algo así…? Es lo único que veo con sentido… Pero si el Adenror es tan peligroso… Es un plan arriesgado, demasiado arriesgado.

-El plan es arriesgado y muy delicado… Pero no es exactamente lo que tú piensas.

-Empieza a resultarme algo agobiante tanto misterio…-le espetó Luna, un poco hastiada ya de no recibir las respuestas que quería a sus preguntas.

-Sólo puedo decirte que los asuntos concernientes al profesor Knowling están totalmente bajo control y que llegado el caso no podrá ser una auténtica amenaza para Equestria-afirmó Celestia con la voz más sencilla y convincente que pudo-Y ahora…-volvió a hablar antes de que su hermana le pudiera replicar-…ambas tenemos asuntos que atender y sugiero que nos pongamos a ello.


Capítulo 11. Encuentros (escena 2)

Spoiler:
Aquella larga caminata por Ponyville no cambió ni un ápice la primera impresión que aquel pueblo había causada en el unicornio el día anterior. Una sencilla aldea agrícola de coloridas casas habitada por campesinos cultivadores de la tierra, pequeños artesanos y dueños de negocios locales, a los que se les sumaban algunos pegasos encargados del clima. Debía admitir, sin embargo, que aquel lugar en particular le transmitía una agradable y singular sensación que nunca había experimentado antes en ningún otro lugar. Sin embargo, al tiempo, sobre él se cernía ahora la alargada sombra de Canterlot, que despuntaba en su montaña al fondo del horizonte. Loud nunca había estado tan cerca de la majestuosa capital de Celestia y en parte eso le incomodaba. Al contemplar las estilizadas torres que se alzaban para acariciar con sus cumbres el cielo azul, no podía dejar de tener en cuenta en su mente las advertencias siempre repetidas hasta el cansancio por sus padres.

A su alrededor, los ponies del pueblo transitaban por las calles, ocupándose de sus propios asuntos. Las tiendas estaban abiertas, en la plaza debía ser día de mercado por todos los puestos provisionales que pudo ver, algunos pegasos en el cielo regulaban las nubes…y a Loud le llamó la atención ver a una pegaso de pelaje gris comiendo muffins sobre una nube y que protagonizó un cómico momento cuando uno de sus dulces estuvo a punto de caérsele de entre las patas. Dada su mudez, prefirió seguir su habitual de tendencia de evitar relacionarse con los habitantes del lugar tanto como fuera posible, centrándose únicamente en rastrear alguna señal del hechizo que había percibido…sin demasiado éxito. Entre los pocos unicornios que pudo ver, tampoco se encontró con ninguno en cuyo cuerno logrará detectar signos de la misma magia especial que buscaba.

Como se había dicho mil veces a sí mismo antes de dirigirse hacia Ponyville, lo cierto es que en principio aquel no era un lugar en que esperase encontrar el rastro de un conjuro de pura magia aydara, tan lejos de su natal tierra de Hiponia y a la vez tan cerca de Canterlot, precisamente en un pueblo insignificante que no era más que un pequeño punto en los mapas de Equestria. Sin embargo y pesé a lo que afirmaba el sentido común, su especial sensibilidad para con la alquimia no le podía haber fallado de una manera tal… Un gran flujo de energía, como nunca la había percibido, pasó cerca de aquel pueblo… No logró detectar nada de aquel hechizo, pero estaba convencido de que era una pista real, una pista que quizá podría llegar a conducirle a la resolución de la tarea centenaria que su familia había asumido sobre sus lomos. Sólo eso le permitiría darle una vida normal a sus hermanas… Cortó tales pensamientos antes de que terminaran de tomar forma en su mente. No le gustaban las falsas esperanzas.

Abstraído un momento en aquellos pensamientos, no fue capaz de ver el gran vaso de batido que flotaba a pocos pasos de su camino hasta que chocó de lleno contra él, volcándolo totalmente y vertiendo su contenido sobre sus patas delanteras, que de repente se encontraron bañadas por una capa de batido de avena. Y antes de que pudiera terminar de darse cuenta de lo sucedido, una aguda y estrepitosa voz resonó llenando a sus oídos con irritados gritos:

-¡Por las barbas de Star Swirl! ¿Quién es el que osa interponerse en el camino de la Gran y Poderosa Trixie y arrojar al suelo su preciado batido?-ante Loud se encaró, irritada y con expresión de profundo enfado y disgusto, la maga-¡Tú! ¿Acaso es que no tienes ojos en la cara? ¿No miras por dónde vas cuándo caminas? ¿Cómo vas a compensar a la Gran y Poderosa Trixie por haberla privado de su fantástica bebida? ¿Acaso lo has pensado? ¿Y qué haces ahí callado sin disculparte todavía? ¿Tu lengua va tan mal como tus ojos? ¡Habla ya!

Loud se sintió embargado por una doble y contradictoria sensación de vergüenza y enfado ante su propia torpeza y ante la irritante y, desde su perspectiva, claramente excesiva reacción de la unicornio ante un tonto accidente. Pero mayor fue su enfado cuando, al ir a sacar su pizarra para escribir una disculpa, Trixie, ni corta ni perezosa, le doy un golpe con el casco que la tiró al suelo, junto con la tiza. Realmente no se creía haber ido a topar precisamente con una yegua tan irrespetuosa.

-¡Déjate de tonterías y responde ya a las preguntas de la Gran y Poderosa Trixie!-volvió a gritarle la maga-¿O es qué te ha dejado mudo encontrarte hocico a hocico con la mayor hechicera de toda Equestria, que no es otra que… ¡La Gran y Poderosa Trixie!

Ante aquello, realmente Loud se quedó perplejo y sin saber muy bien cómo responder. Se había encontrado a lo largo de su vida con unicornios arrogantes, pero nada como aquello. Estaba buscando rápido qué hacer antes de que aquella yegua siguiera gritando, cuando otra voz distinta intervino en la conversación:

-¡Eh, frena esos carros, guapa!-se acercó a ambos una pony de tierra que tiraba de un carro. Loud volvió la cabeza hacía ella para toparse con un flequillo rubio que coronaba unos profundos ojos verdes en los que por un segundo se quedó embobado antes de reaccionar, mientras la recién llegada hablaba con la que, en apariencia, era su “amiga”-¡Por las herraduras de Bob el granjero, Trixie! ¿Puedes explicarme que rábanos está pasando aquí y a qué vienen tantos gritos?

-¿Qué qué está pasando?-se volvió Trixie hacia ella, indignada-¡Que este pony le tira su sabroso y dulce batido a la Gran y Poderosa Trixie y ni siquiera se disculpa, el muy rufián!

-¿Eh?-vio entonces Applejack el batido volcado y las piernas del desconocido unicornio cubiertas de avena-Bueno, Trixie, estoy segura de que no ha sido adrede, no hace falta ponerse de esa manera…-la pony rubia se quedó algo desconcertada cuando Loud tomó su pizarra y, en vez de decir algo, se puso a escribir en ella.

<<Lamento mucho haber derramado el batido>>, escribió escuetamente, debatiéndose entre seguir su impulso natural a ser educado y el deseo de dar un desplante a aquella pony tan poco agradable. <<Se lo pagaré>>, añadió enseguida, para intentar ser conciliador.

-¡¿Qué se supone que haces?!-siguió gritando Trixie-¿Acaso consideras que la Gran y Poderosa Trixie no es digna de escuchar tu voz y de que le dirijas la palabra? ¡¿Quién te crees que eres?!

-¡Trixie! ¡Vale ya!-le refrenó Applejack-Que menuda mañanita llevas… ¿No ves que el pobre es mudo…? Oh… Perdona… Supongo que no debí decirlo así, de esa manera…

<<No pasa nada y, efectivamente, soy mudo>>, “asintió” Loud, dirigiéndose a la pony rubia, que le parecía mucho más razonable, agradable y…admitido sólo para sí, linda.

-¿Quieres decir aparte de ciego?-le espetó la maga, apenas conteniendo su enfado.

-¡Celestia, Trixie! Es peor lidiar contigo que con todo un rebaño de enloquecidas vacas.

-La Gran y Poderosa Trixie no tiene por qué soportar esto…-con pose orgullosa comenzó a alejarse de ambos-…ahora la Gran y Poderosa Trixie irá a…eh…-no supo como referirse a la granja, no queriendo decir “a casa” y sin encontrar otra forma de decirlo-…irá a descansar tras una mañana extenuante.

-En fin…-suspiró Applejack-Disculpa las formas de mi amiga… Está pasando un mal momento.

<<No pasa nada>>, le respondió Loud, encontrándose mucho mejor al tener ante sí ante una pony con mucha mejor actitud. <<En serio, siento mucho lo del batido de tu amiga. ¿Cuánto os debo?>>, le preguntó, queriendo ser conciliador y dejarlo todo resuelto.

-¡No te preocupes, vaquero! Por unas astillas no vamos a tirar el granero. Pero, eres nuevo por aquí, ¿no? ¿Cómo te llamas?

<<Loud Off, encant…>>, sin embargo, antes de que terminara de escribir, Applejack le sorprendió tomando su casco derecho para agitarlo con fuerza a modo de saludo.

-¡Pues encantada, Loud Off, yo me llamo Applejack! ¡A nosotros, los Apple de Sweet Apple Acres, siempre nos gusta hacer nuevos amigos!

<<Oh… Ya lo veo…>>, su tiza se movió algo temblorosa sobre su pizarra mientras su pata se siguió agitando un momento después de que Applejack le soltará.

-¿Y qué te trae a nuestro querido pueblo, vaquero? ¿Piensas quedarte entre nosotros?

<<La verdad es que mi estancia es temporal>>, le respondió escuetamente, sin querer ni poder profundizar mucho en detalles sobre su presencia en Ponyville.

-Pues espero que todo te marche bien, majete-le espetó una sonriente Applejack-Y si tienes algo que te quiebre el lomo, siempre puedes darme un grito. Aquí una servidora de usted siempre está lista para echar una pata allá dónde hagan falta-añadió con orgullo.

<<Gracias, Applejack. Lo tendré en cuenta>>, escribió Loud, devolviéndole la sonrisa. Realmente aquella pony le parecía muy agradable, a diferencia de… Repentinamente, un pequeño golpe, como de un guijarro, le dio en la cabeza. Se volvió para ver a la unicornio con expresión de fastidio y el cuerno iluminado.

-¿Vamos o qué?-se dirigió Trixie a Applejack, por lo visto cansada de esperar.

-Trixie, ¡te estás pasando ya! ¡En serio!-le regañó la rubia, al borde del enfado.

Sin embargo, Loud ya no pensaba en lo cabreado que debía estar por el hecho de que aquella grosera yegua le hubiera arrojado un guijarro. Su atención estaba centrada en la particular magia que empezó a detectar en el cuerno de la maga… La que Trixie había usado para lanzarle la pequeña piedra era común, pero bajo ella… Percibió un rastro, una pequeña chispa inconfundible de magia aydara… Aquella unicornio había estado en contacto con un artefacto producido por la alquimia… Era la única explicación a ese “residuo”… Le alegró profundamente encontrar una pista “fresca” que confirmaba que su percepción no le había engañado al llegar a aquel pueblo… Ahora la cuestión era lograr seguir esa pista.

-La Gran y Poderosa Trixie está cansada de esperar-volvió a emprender la marcha hacia Sweet Apple Acres.

-En serio que lamento este comportamiento-volvió a disculparse Applejack con el unicornio-¿Qué tal si te doy una tarta de manzana? Como gesto de bienvenida, ya sabes…y por las molestias.

<<Oh, no es necesario, Applejack, pero muchas gracias>>, le respondió enseguida Loud, mientras su mirada seguía a Trixie.

-Insisto y no podrás convencerme de lo contrario…-Applejack se soltó el arnés para ir tras el carro y sacar un pequeño paquete que le entrego a Loud-Ya verás. Si te gustan las manzanas, te encantará. Está hecha con las mejores manzanas de Equestria, las de nuestra granja, Sweet Apple Acres-Loud pudo notar que realmente había convicción y orgullo en su voz, claro que también era algo que había oído otras veces respecto de otras granjas.

<<Estoy seguro. Muchas gracias, Applejack>>.

-No hay de qué, vaquero. Y me encantaría seguir hablando, pero las labores de una buena Apple nunca acaban. ¡Nos vemos, Loud!-se despidió con un alegre guiño mientras seguía a Trixie por el camino, llevando el carro tras de sí. Loud se quedó un momento mirándola alejarse, calculando su próximo movimiento mientras no podía evitar admirar los firmes pasos de la granjera… Tenía dos buenas razones para interesarse por Sweet Apple Acres.


Capítulo 11. Encuentros (escena 3)

Spoiler:
Aquella mañana el bosquecillo que rodeaba las colinas del lago Glasshallow parecía estar sumido en su habitual tranquilidad. Las ardillas correteaban por las ramas de los árboles, los pájaros cantaban, se escuchaba el murmullo de un riachuelo cercano, la luz penetraba en quebradas ráfagas a través de las espesas copas de verdes hojas… Todo resultaba encantador y cotidiano. Pero esta supuesta falta de problemas no terminaba de convencer a cierta pegaso…

Fluttershy, por el contrario y frente a la paz que la rodeaba, recorría su cotidiana ronda con algo más de inquietud de lo acostumbrado. Después de haber notado a sus queridos animalitos en un estado de cierta ansiedad en los últimos días, la repentina calma, lejos de tranquilizarla, le causaba una mayor preocupación. Desde luego no estaba dispuesta a dejar pasar aquel asunto hasta haberlo investigado en profundidad… En el fondo aquello la asustaba y temía encontrarse con algún peligro, pero su sentido de la responsabilidad para con aquellas criaturitas indefensas le impelía a buscar respuestas.

Aquella zona del bosque le resultaba especialmente inquietante debido a la abundancia de cavernas y cuevas que había en ella. Los lagos, incluyendo el que daba su nombre al lugar, las lagunas, los ríos y las aguas subterráneas habían propiciado una tierra blanda en que los túneles y las grandes cavidades se abrían bajo tierra a modo de gigantescos hormigueros. Un oscuro mundo desconocido que se extendían a pocos metros de donde posaba sus cascos y cuya mera idea la hacía sentir escalofríos… Y precisamente por ello cada vez tenía más claro que, fuera lo que fuera lo que perturbó a los animales, si es que había algo, debía estar oculto en alguna de aquellas siniestras cavidades, como una fiera peligrosa en su guarida, quizá aguardando el momento propicio para pasar de nuevo al ataque.

Sin embargo, a pesar de tener esas sospechas, no terminaba de decidirse por la mejor vía para intervenir. Su primer impulso habría sido ir a pedir la ayuda de Twilight, pero aquella se encontraba en Canterlot y no se atrevía a pensar siquiera en ir a molestarla con lo que sin duda sería para ella un problema insignificante. Por otro lado, tampoco se encontraba cómoda con la idea de adentrarse ella sola por una de las grutas, a la aventura, menos con la idea de que un peligro se albergaba en su interior. Realmente sólo imaginarse entrar en una de aquellas cuevas hacía que se erizase hasta el último de sus cabellos. Claro que tampoco imaginaba a quién podría pedirle que la acompañase.

Estaba dándole vueltas a esta idea cuando un brusco ruido la hizo de saltar y abrazarse instintivamente al árbol más cercano. Cuando pudo recobrar la calma buscó la fuente de los ruidos y notó que llegaban de un claro cercano… Aquello le asustaba, especialmente de cara a lo que hacía un momento estaba pensando… Pero al mismo tiempo no podía dejar precisamente pasar la oportunidad de ver qué era aquello y si era por un causal lo que había provocado la inquietud en los animales en los días recientes. Tras lograr soltarse del tronco, lo que le llevó unos pausados minutos, se acercó paso a paso, escondiéndose tras los árboles, hasta el foco del sonido… Hasta que lo vio.

Lo que se encontró no era más que un curioso unicornio de pelaje verde y con unas curiosas rayas a lo largo del cuerno. Al verle, en primer lugar, no pudo evitar pensar en su amiga Rarity y en que censurable encontraría aquello. Pero en seguida dejo de fijarse en su aspecto para centrar su atención en lo que hacía… El unicornio concentraba magia en su cuerno, como tantas veces ella misma había visto hacer a Twilight, y la enfocaba hacia unas cercanas flores, que variaban bajo su influjo, adoptando estrambóticas formas y extraños colores. Y a cada cambio, el pony saltaba, haciendo crujir las ramas bajo sus cascos, mientras soltaba una risilla traviesa.

Aquello dejó a Fluttershy totalmente desconcertada… “¡Por Celestia!”, pensó, “¿para qué puede querer hacer algo así?”, aunque no podía negar que era una curiosidad realmente atrayente y bonita. Las variopintas transformaciones que el unicornio imprimía en las plantas, los tonos fosforescentes y brillantes… No podía dejar de preguntarse si no sería el paso de aquel pony lo que había alterado a los animales, al menos hasta que quizá se acostumbraron a su presencia, pero por otro lado en su actitud casi infantil y en su expresión despreocupada no veía indicios de nada malvado o preocupante. Casi estaba dudando de si acercarse o no para conocerle… Al final, no obstante, no iba a ser decisión suya. Una oportuna ramita quebrada al posar uno de sus cascos en el suelo, atrajo la atención del unicornio, que no tardó en descubrir a la pegaso y mucho en menos en dar un par de saltos ágiles, casi felinos, que le llevaron con expresión alegre hasta casi frente a una repentinamente encogida Fluttershy.

-¡Ey! ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué hace una lindura como tú por estos parajes?-hablaba animado y decidido, con clara confianza en sí mismo-Aunque pensándolo bien, una monada como tú es lo que le faltaba a este lugar tan encantador para ser tan perfecto. ¡Toma, acepta estas flores como regalo!-le tendió un improvisado ramo con su magia de unas flores parecidas en su forma a tréboles y con los pétalos de un intenso color carmesí.

-…-aquello era lo último que sorprendida, totalmente ruborizada y encogida sobre sí misma Fluttershy se habría podido imaginar. Sólo pudo intentar retroceder y evitar mirarle, aunque por otro lado, sabía que aquello no era exactamente lo más correcto ni educado.

-¿Te ocurre algo, encanto?-le preguntó el unicornio, aparentemente poco afectado por la nada favorable reacción de la unicornio-¡No te preocupes! Si tienes algún problema, Herbal está aquí y ahora para echarte un casco. ¿No hace falta que diga que yo soy Herbal, no? Pues no te preocupes, preciosa, que aquí tienes a tu valiente unicornio, que te sacará de cualquier apuro en que te puedas encontrar. Pero, ¿qué tal si me dices tú también tu nombre?

-…eh…yo…me, me…llamo…eh…Flu…Flu…ter…shy…-respondió torpemente, por lo bajo, y evidentemente nerviosa e incómoda. Siempre le costaba hablar con los desconocidos y aquellas circunstancias no resultaban precisamente atenuantes para su timidez.

-¿Cómo has dicho, preciosa? ¿Luttershy, Treeshy? ¡Treeshy! Es un nombre bonito. Me gusta mucho. ¡Encantado de conocerte, Treeshy!-volvió a saltar, como había hecho antes por sus transformaciones, el unicornio. Realmente parecía alegre de verdad por conocerla.

-No… No… Me… Me llamo Fluttershy… Fluttershy-repitió, con su mejor esfuerzo para que pudiera entenderle.

-¿Fluttershy? ¡Oh! Claro. Un nombre mucho más apropiado para una linda pegaso-le guiñó un ojo, como con complicidad-¿Qué te parecen estas flores?-se las acerca-¿No te parecen realmente chulas? ¡Y con aroma a vainilla!

-Oh…vaya…-se asombró sinceramente ella al percibir, en efecto, el dulce aroma de la vainilla de las flores que Herbal casi sostenía con su magia pegadas a su hocico-…es…vaya…nunca había visto nada igual.

-¡Claro que no! Esta colorida magia es cosa mía, sólo mía, del gran Herbal y de su talento floral, ¿has visto mi cutie mark?-movió sus flancos para que resaltara la imagen de una flor con sus pétalos.

-Oh… Se… Se nota que se te dan bien las flores…-asintió Fluttershy.

-En particular, pero mi magia fluye por las plantas en general, para extraer de ellas lo mejor de su esencia… Es muy lioso y ni yo mismo estoy seguro, pero lo que importa es las cosas geniales que puedo hacer con ella. ¿Quieres unas amapolas naranjas con aroma a muffins recién horneados? ¡Te las puedo hacer!-se jactó, orgulloso de su talento.

-Oh…ji, ji…-río suavemente al oír aquello, sin poder evitarlo, al pensar en otra pegaso a la que sí le tentaría y mucho aquella oferta.

-Me gusta como suena tu risa. Es como una alegre y dulce música, Fluttershy… Tu nombre también me parece encantador.

-Oh…eh…gracias-realmente la pegaso se sentía sobrecogida ante tanto halago. Realmente ella no sabía cómo debía proceder ante aquello y le hubiera gustado poder pedir en ese momento su consejo a Rarity, que sí entendía de esas cosas.

-No hay de qué, linda, sólo soy sincero-aquello encendió aún más las ya coloradas mejillas de la pegaso-Por cierto, ¿eres de ese pueblo que he visto cerca, no? Ponyville, creo que se llama.

-Sí… Vivo en Ponyville.

-¡Pues me parece estupendo!-saltó nuevamente-Precisamente he pensado pasar un par de días por aquí y me vendría bien tener una guía que me orientase por el pueblo. Podrías ser tú, monada. ¿Qué me dices?

-Eh…-aquella petición la tomó totalmente por sorpresa-…esto…yo…no creo…ser…adecuada para…eso…

-¡Oh, seguro que sí! A menos que ahora mismo estés ocupada con algo entre cascos… Lo que me lleva de nuevo a mi primera pregunta, ¿qué hace una guapa pegaso como tú por aquí tan solita?

-Bueno…yo…-intentó contestar sin verse afectada por tanto cumplido-…estoy…-pensó en qué responderle, sin querer decir que buscaba lo que podía haber perturbado a los animales cuando sospechaba que la propia magia del unicornio era una posible causa de ello-…recogiendo moras-se decidió al final por una pequeña mentira.

-¡Oh! ¡Pues te deseo mucha suerte, Fluttershy!-asintió el unicornio-Pero yo voy a buscar una pastelería a hincharme de ricas ensaimadas rellenas de vainilla… ¡Um!-se relamió como si ya las tuviera ante sí.

-Oh… Pues en Ponyville hay una pastelería donde hacen dulces muy ricos…o eso creo.

-¿Cómo se llama?

-Sugarcube Corner…pertenece a los señores Cake, que son unos ponies muy simpáticos y agra…

-¡Genial! ¡Sugarcube Corner, prepárate, que allá va Herbal!-gritó, entusiasmado, mientras emprendía la marcha a paso rápido, con seguridad y alejándose como si supiera el camino con certeza.

Fluttershy, todavía algo desconcertada por aquel inesperado encuentro, sólo pude verle alejarse mientras desaparecía entre los árboles, sin hacerse aún una idea clara de qué le parecía aquel unicornio. Estaba un poco absorta, aún contemplando el lugar por el que vio por última vez a Herbal, cuando unos cascos aparecieron de repente tapando sus ojos y dejándola completamente a oscuras, al tiempo que una conocida voz resonaba en sus oídos:

-¡Fluttershy!, ¡a ver si adivinas quién soy! ¡Ji, ji, ji!

-Eh… ¿Pinkie?-casi preguntó, aunque era evidente que no se podía tratar de otra.

-¡Pues claro que soy yo!-apareció de inmediato la pony rosada frente a ella, con un curioso traje de exploradora y casi más sonriente de lo habitual-¿Qué tal, Fluttershy? ¡No esperaba verte por aquí! Aunque en realidad debería haberlo esperado, ya que tú siempre estás por el bosque para atender a los animalillos y la última vez que te vi dijiste que te tenían preocupada los de esta zona en particular porque los veías algo nerviosillos, así que era totalmente de esperar que vinieras a prestarles especial atención por lo que en realidad… ¡Sí esperaba verte aquí!

-Eh… Está bien… Supongo…-asintió Fluttershy, algo confusa-Y…esto… ¿Qué haces tú por aquí, Pinkie?

-¡Oh! ¡No te lo puedo decir tontilla!-se acerca a su oreja para susurrarle, como en confidencia-¡Es una misión secreta!-se aparta-Pero no te preocupes, pequeña, tita Pinkie se ocupa de todo.

-Pinkie, tengo un año más que tú…

-¡Todo saldrá bien!-siguió diciendo la particular pony fiestera, sin escuchar a su amiga-Pero ahora he de continuar mi épico viaje en busca de un lugar de leyenda…-añadió con tono épico.

-¿Un lugar de leyenda...?-Fluttershy estaba pensando que si el encuentro con aquel unicornio le había resultado extraño, aquello estaba siendo al guinda del pastel… Y es que Pinkie… Era Pinkie.

-¡Toma!-le tendió aquella a la pegaso un libro, que ésta pudo ver que se trataba de “Daring Do y el Arca de los Minotauros”-Para que te hagas una idea. Pero no olvides devolvérselo a Rainbow Dash para el día en que decida a su vez releerlo o devolvérselo ella a Twilight.

-De…de acuerdo…

-Y ahora te dejo, Fluttershy, ¡tengo mucho que hacer y una sola Pinkie no puede abarcarlo todo!... De momento…-dijo antes de desaparecer entre risas a saltos por el bosque.

-Y yo pensando que los animalitos se veían nerviosos…-suspiró Fluttershy.





*El uso de OCs de otros autores cuenta con la autorización expresa de los mismos.


Me ha resultado muy gracioso la forma en la cual Herbal participa. Su personalidad esta mezclada con la de Skie XD Quiero decir, Herbal es un poco infantil y gentil, si. XD pero no seria el típico poni que iria donde alguien asi de directo. Eso es mas propio de Skie.
Sin embargo, la mezcla me ha resultado divertida y hasta cierto punto correcta.

conclusión, un poco fuera de personaje, pero bien adaptado. Por mi, puedes seguir usándolo de esta forma. ;)

Con respecto al fragmento que he leído en este post, me ha gustado mucho como lo llevas. a ver si en verano me pongo y lo leo entero. que ahora estoy... liado XD

buen trabajo, sigue asi.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11, 1ª parte

Notapor Mishiro » 25 May 2015, 14:36

Gracias por vuestros comentarios, he aquí el resto del capítulo:

Capítulo 11. Encuentros (escena 4)

Spoiler:
A Rarity le encantaba cocinar. La elaboración de refinados y sabrosos platos, igual que la confección y la costura, era una labor destinada a la satisfacción de necesidades que, aún siendo cotidianas, incluso relativamente mundanas, permitía la expresión, si se le dedicaba la atención y el esfuerzo requeridos, de la más alta excelencia personal. La selección de los mejores ingredientes, el cuidado de los utensilios empleados, el cierto encanto del rítmico sonido del cuchillo troceando las verduras, el trabajo delicado para eliminar las esporas venenosas de las setas de Niskono, la preparación de la salsa con el tomate y la soja como ingredientes centrales, el rayado del queso… Las labores en la cocina, además, que terminaban con el perfecto y bien cuidado emplatado, se complementaban con la disposición de la mesa, la buena colocación de la cubertería, la correcta disposición de los añadidos y el final toque de elegancia con que las servilletas, erguidas en forma de cisnes orgullosos, remataban la obra total.

Estaba ocupada en ello la unicornio, con su habitual diligencia y sin dejar de pensar al tiempo en el delicado encargo que tenía entre cascos cuando, de improviso, la ventana de la cocina se abrió con estruendo, dando paso a una Rainbow Dash que llevaba lo que a primera vista se podría haber tomado como un disfraz de Daring Do, además de una gran bolsa en uno de sus costados como si estuviese a punto de emprender algún importante viaje o expedición. Antes de que Rarity tuviera la posibilidad de reprocharle sus formas, aquella empezó a hablar con gran agitación:

-¡Oh, menos mal que a ti si te encuentro en casa! ¡Rápido, Rarity, prepara tus cosas, que hoy hay planes urgentes! ¡Hoy vamos a emprender una importante misión!

-Eh… ¿Disculpa, querida? No entiendo a lo que te refieres. ¿Misión? ¿Qué misión? ¿De qué planes estás hablando? No sé en que andas metida, pero yo no entraré ahí-le replicó, realmente más desconcertada que molesta, en parte por estar ya acostumbrada a las rudas maneras de la pegaso.

-¿Es que no te acuerdas de lo que os conté ayer sobre las extrañas ruinas que hay ocultas a apenas unos veinte minutos de vuelo de aquí? ¡Tenemos que hacer algo y con urgencia!-le espeto la pony arco iris-No podemos quedarnos de cascos cruzados con esa amenaza acechándonos a todos desde las sombras. ¡Hay que actuar y hay que actuar ya!

-Ejem…-Rarity hizo su mejor esfuerzo por mantener la calma y la compostura-Rainbow Dash, aunque encuentro que tu afán por…protegernos del mal allá dónde se encuentre puede ser evaluado como admirable, me temo que, formas algo descorteses aparte, no puedo ayudarte. Es más, tú misma admitiste que Twilight, que de todas nosotras es la más experta en cuanto a temas de magia se refiere, no ha considerado que tales ruinas sean una amenaza inminente. Y si me disculpas, estoy preparando lasaña al estilo del chef Tasty Cook.

-¿Al qué?

-Al estilo del chef Tasty Cook, autor de esta magnífica y útil guía-le muestra un libro-Se titula “Grandes recetas para pequeñas cocinas” y es un muy completo recetario que contiene los mejores platos de la gastronomía de Canterlot. Algunos ingredientes son difíciles de encontrar aquí, en Ponyville, pero el resultado compensa por el esfuerzo.

-¿Eh?... Oye… No he venido a hablar de eso… ¿Es que no me has escuchado?

-Desde luego que te he escuchado, querida… ¿Quieres recalcar algo que temas que no haya captado lo suficiente mi atención?

La pegaso observó, casi con incredulidad y desespero, como su amiga continuaba atendiendo a su receta con total tranquilidad, como si ella no estuviera allí. Realmente aquello la sacaba totalmente de quicio. ¿Por qué nadie era capaz de tomársela en serio? Ni siquiera sus amigas. “No… Twilight es la experta y que a ti casi te conviertan en pegaso frito no es nada que la pueda contradecir…” Si fuera por ella, casi volvería sola a aquella caverna a conseguir las pruebas que demostrasen que tenía razón, pero, teniendo que tratar con extrañas fuerzas mágicas, había decidido que tendría más oportunidades si la acompañase un unicornio. Descartada su estudiosa amiga por motivos evidentes, sólo la modista quedaba como única candidata…aunque la misma Rainbow admitía para sí que no era la acompañante ideal para tal tipo de expedición.

-Twilight estaría de acuerdo en que hay que intervenir cuanto antes si hubiera estado con Pinkie y conmigo en aquel horrible lugar, por eso quiero volver para traer evidencias de lo que digo y…-hizo una breve pausa antes de soltar la “bomba”-…y para ello creo que es posible…que necesite que de la ayuda de un unicornio. A pesar de mi conocida genialidad, he de reconocer que todo eso de la magia y lo que hacéis los unicornios con vuestros cuernos se me escapa un poquito.

-¿Así que lo que “hacemos los unicornios con nuestros cuernos”, eh?-le replicó la modista, recalcando las palabras de su amiga.

-Bueno. Tú me has entendido.

-¿Y por qué acudes a mí? Yo soy una modista, una esteta cuya vocación es ir tras la belleza, la armonía y la perfección, nada que ver con esa engorrosa tarea que propones, mi querida Rainbow.

-Pero…-buscó aquella una forma de intentar convencerla-También eres una luchadora y hemos combatido y enfrentado juntas peligros como los de Nigthmare Moon o Discord. Y desde luego eres más fuerte de lo que pareces, ¿o te has olvidado de Tom?-río ligeramente la pegaso al recordar aquel asunto.

-¡Acordamos que nunca más se mencionaría!-protestó Rarity, aún avergonzaba por aquello.

-Bueno, bueno… Eso no tiene importancia para el tema que nos ocupa… La cuestión es que hay una posible amenaza y debemos ir a investigar y cuánto más tiempo perdamos hablando, peor.

-Hay muchas amenazas potenciales, Rainbow Dash, el bosque Ever Free está repleto de ellas, pero no por eso vamos allí sin ninguna razón de peso. Y, para mí, si a Twilight no le parece necesario, tampoco yo lo considero pertinente. Y, si me disculpas, seguiré con mis tareas.

-Te repito que Twilight no vio lo que yo, se está equivocando y mucho.

-Sólo tengo que decir, por si no ha quedado ya claro, que no dejaré de mi lado mis ocupaciones para ir a explorar una sucia, horrible y polvorienta cueva con el único fin de satisfacer tu capricho. Y es mi última palabra.

-¡Oh, venga ya!-la pony arco iris empezaba a impacientarse-¡Sólo te preocupa despeinarte cuando nos encontramos ante la posible destrucción de toda Equestria!

-Venga, eso mismo digo yo…-le replicó Rarity mientras seguía con sus preparativos culinarios-Que aumentes la paranoia de tus delirios no hará que tengas más argumentos para defenderlos.

-¡Pues ahí te quedas y ojala se te queme…lo que sea que prepares!-gritó a modo de despedida, enojada antes de marcharse de nuevo por la misma ventana-… ¡Por Celestia! ¡Todos han perdido el buen juicio menos yo!-vociferó mientras sobrevolaba Ponyville a gran velocidad, sin rumbo y verdaderamente, sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse.

Finalmente decidió posarse en una nube, rumiando su descontento y su frustración mientras volvía a hacer un recorrido mental de todos los unicornios a los que conocía y meditaba con cuáles tendría bastante confianza para pedirles que la acompañasen a una misión tan arriesgada. La lista era muy corta y no había ninguno que cumpliese del todo con la segunda condición… Y estaba dándole vueltas a aquello cuando percibió que alguien más se posaba sobre la nube.

-Vaya, vaya… ¿A quién encuentro casualmente por mi puntual paseo por Ponyville sino a mi colega?-escuchó una firme voz que había oído por primera vez muy recientemente.

-¿Y a quién esperabas, Lightning?-se acercó para encarar a la pegaso arco iris a su interlocutora, una yegua de pelaje turquesa y crin bicolor ámbar y oro. Se trataba de Lightning Dust, con quien había coincidido en las pruebas de acceso al intenso curso de instrucción que los wonderbolts ofertaban en verano.

Ambas ponies se quedaron quietas durante unos segundos, mirándose mutuamente como desafiándose… Hasta que finalmente las risas acabaron con la aparente tensión y ambas chocaron amistosamente sus cascos.

-¡Vaya! ¿Qué haces tú por aquí?-le preguntó Rainbow-Te hacía en Cloudsdale.

-Y estaba, pero decidí tomarme una pausa en mi entrenamiento para venir a Ponyville a hacerle una visita a mi futura compañera en los Wonderbolts.

-¿Futura compañera? ¿Acaso tú ya has recibido la notificación de que pasaste la prueba?

-Pues no, están yendo más lentos que una panda de tortugas lisiadas con las evaluaciones… Irónicamente para ser un equipo famoso entre otras cosas por la velocidad de sus miembros… ¡Pero, por Celestia, Rainbow! ¿No viste a los otros? Eran un espectáculo lamentable, una lección voladora de lo que no debe ser un Wonderbolt del primero al último. Fuimos las únicas, las únicas que dimos la talla. Si no nos admiten las primeras y con puntuación de sobra es que están locos.

-Bueno… Cuando pienso en ello… Me doy cuenta de formas en que quizá lo habría hecho mejor. Aunque es verdad que los demás… No se lucieron demasiado.

-Sí. Eso es cierto. Nosotras podríamos haberlo hecho mejor, pero no importa ante el hecho de que los demás apenas tienen margen para haberlo hecho peor-rió-Lo único engorroso es todo el tiempo que nos tendrán esperando antes de empezar la instrucción… Se me hace eterno. ¿A ti no?

-Desde luego.

-Y tú y yo tenemos que estar juntas-le dio una palmadita en el lomo a Rainbow de forma amistosa-Tú y yo somos el futuro de los Wonderbolt. Además, de que lo adecuado es que una pegaso tan fantástica como yo tenga una amiga que pueda estar a su altura y tú eres esa. ¡Lo vamos a pasar genial!

-¡Seguro!-asintió la pegaso de crin arco iris, que se encontraba más animada por aquella charla con Dust.

-¿Qué me dices? ¿Una carrerita hacia Cloudsdale o te raya demasiado ser la segunda?-le desafió.

-Me raya volar dormida, sí…-le replicó, sonriéndole mientras la encaraba igualmente-Y me encantaría darte una lección de vuelo, pero… Ahora mismo estoy ocupada.

-¿Ocupada, disfrazada o acobardada?-la picó nuevamente la pegaso turquesa.

-Rainbow Dash no conoce lo que es el miedo.

-¡Demuéstralo!

-¡Cuándo quieres y dónde quieras!-finalmente recogió el desafió.

-Vamos a tu casa para que dejes ese fardo y mientras pensaré un circuito apropiado para machacarte, Dash-aleteó Lightning, empezando a alejarse y poniéndose en camino.

-¡Ja! ¡A mí luego no me vengas llorando!-le espetó Rainbow al pasar a su lado, en dirección a su casa, seguida por Lightning.


Capítulo 11. Encuentros (escena 5)

Spoiler:
-Vaya… Así que tienes la edición completa y comentada en catorce volúmenes de la “Historia de la Vida y Obras de Star Swirl el Barbudo” de Night Allknow...-comentó Fogsun, interesado, mientras revisaba con la mirada los libros apilados en las largas y cargadas estanterías.

-Así es-asintió Twilight, no sin orgullo-Fue un regalo especial de la Princesa Celestia por haber terminado con éxito mi primer curso en la academia de magia.

-Vaya…-se limitó a decir el unicornio, continuando con su visual registro-…en conjunto parece que tienes una buena selección aquí.

-Oh, eso intento-le respondió la pony morada, contenta de la aprobación de Fogsun. Realmente en aquellos pocos días había aprendido a apreciar su opinión y ahora que, a raíz de invitarle junto a su amigo Ear a comer a su casa, le tenía en su cuarto, había estado especialmente interesada en mostrarle que ella compartía su amor por los libros y por los estudios mágicos a qué ambos se dedicaban-Aunque desde que me instalé en la biblioteca de Ponyville no he necesitado adquirir más libros por mi cuenta.

-Oh, claro, es comprensible-asintió su interlocutor-Ya que tendrás a tu disposición los del fondo de la biblioteca y los que ésta adquiera para sí.

-Así es…y sobre todo porque, la verdad, aunque es la biblioteca pública del pueblo… Bueno… No va nadie casi nunca a solicitar ningún libro…-comentó Twilight con extrañeza-Lo único reseñable es un amiga mía, Rainbow Dash, que sacó un ejemplar de todas y cada una de las novelas de Daring Do… Ejemplares que parece que no va a devolver, la verdad…

-En la biblioteca de Ponytown pasó algo similar con algunos libros…Yo ayudaba al señor Lybook en ella cuando era pequeño, antes de irme a Canterlot a estudiar en la academia de Celestia.

-¡Oh! ¿De verdad?-se interesó en aquel detalle del pasado de Fogsun. No le conocía de mucho, pero no se tardaba en notar que no solía prodigarlos-Me hubiese encantado hacer algo parecido… Yo de pequeña en Canterlot pasaba casi todo mi tiempo libre en una pequeña librería que había cerca de casa… Habría querido llevármelos todos a mi cuarto-añadió con una pequeña risa de complicidad.

-Te entiendo. Yo soñaba con mudarme a veces a la biblioteca y estaba todo lo que podía en ella. Lo prefería a estar en casa. Allí nunca tenía la bastante tranquilidad. Sobre todo por mi hermana. Es muy alborotadora.

-Oh, ¿así que tienes una hermana?

-Sí. Un hermano y una hermana mayores…-le respondió mecánicamente mientras examinaba otro de los libros de Twilight. No parecía ponerse nervioso como en la vez anterior en que le había hecho preguntas personales, pero estaba claro que no se encontraba cómodo con ello. La unicornio empezó a reflexionar sobre cómo llevar la conversación hacia el punto que le interesaba, pues una de las razones por las que había querido llegar a Fogsun allí para hablar a solas era la extraña visita de la princesa Luna de por la mañana. Tenía que hablar con Fog sobre el profesor Knowling para ver si le daba sentido a las preguntas de la alicornio.

-Dijiste que tu madre se había dedicado al estudio de los aydara como haces tú… ¿También tus hermanos?

-No, mis hermanos no se dedican a esto-fue la seca respuesta.

-Así que tú eres el único que ha seguido los pasos de tu madre, ¿eh? ¿Y tus hermanos qué hacen? ¿Se han interesado por otros campos de la magia tal vez?

-No les interesa mucho la magia, realmente.

-Oh… Me resulta extraño… Pero supongo que no es tan raro… Tengo una amiga, Rarity, a la que realmente tampoco le presta mucha atención, más allá de algunos hechizos que le resultan útiles… Aunque yo creo que sería lo normal que todos los unicornios sintieran fascinación por aquello que realmente nos caracteriza… Pero no es así. En fin…-a pesar de lo que esperaba, su interlocutor no parecía prestarle en ese momento mucha atención ni para asentir con un monosílabo que detonara que la estaba escuchando-… ¿Conociste al profesor Knowling al entrar al Celestium?-aprovechó el cambio de tema para sacar a colación el que le interesaba.

-No. La verdad es que le conocí bastante tiempo después, tras acabar mis estudios básicos como alumno y empezar mis primeros proyectos, cuando ya me había decantado por la magia aydara como especialidad. Entonces estaba en el departamento del profesor Oldworld, concentrándome en análisis de textos, en paleografía, diplomática, epigrafía y numismática… En todo aquello en que se hubiesen inscrito o escrito jeroglíficos aydara.

-Interesante… ¿Y por qué decidiste cambiar al departamento del profesor Knowling?

-Realmente no fue una decisión mía. Es decir, corrijo, no fue una iniciativa mía.

-¿Y entonces de quién fue?

-Del mismo profesor Knowling. Por lo visto les llamaron la atención algunos de mis trabajos sobre epigrafía aplicada a la excavación arqueológica. O eso fue lo que dijo.

-¡Oh! ¿Has trabajado alguna vez en algún proyecto arqueológico?-la curiosidad intelectual de Twilight fue demasiada como para evitar eludir aquel tema para centrarse en preguntar sólo sobre Knowling-¡Suena realmente fascinante.!

-Eso me parecía a mí también-asintió Fogsun-Por eso me apunté como voluntario a las excavaciones en las antiguas ruinas de la ciudad aydara de Cherady.

-¿Y qué tal fue la experiencia?

-…bueno…-el unicornio desvió la mirada por un momento-…tuvo sus momentos interesantes y otros aburridos. La exploración de las ruinas del gran castillo de la reina Platina fue sin duda lo más llamativo-añadió, pareciendo querer alejar el tema de la conversación de sí mismo.

-¿La reina Platina?-le preguntó con interés Twilight, intentando mantener viva la conversación.

-Platina fue la soberana de Hiponia entre el 358 y el 378, tras la marcha y misteriosa desaparición de su antecesora, la reina Calipso y el ascenso al trono de Fogking II. Abandonó la capital tradicional de Ádralon para instalar su sede de poder en una ciudad de nueva creación, que no era otra que Cherady, en la costa oriental, donde construyó su gran fortaleza, estableció el Centro Alquímico Aydara más importante de su época y dio un gran impulso al estudio de la alquimia del agua.

-Interesante-asintió Twilight, que había escuchado con atención las palabras de Fogsun-¿Y…qué sueles hacer en el departamento del profesor Knowling?

-La verdad es que volví a centrarme en mis estudios sobre la escritura aydara, aunque ahora más enfocado a la magia práctica y a los experimentos en el laboratorio. El profesor me hace algún encargo de vez en cuando, normalmente el análisis de algún ideograma complejo que desconozca… Pero no es usual.

-Dijiste que…el profesor Knowling era muy reservado con su trabajo… ¿Alguna vez le has ayudado en él?

-No. Nunca me lo ha pedido y yo tampoco estoy muy interesado, la verdad.

-¿Y por qué no?-le extrañaron a la unicornio aquellas palabras.

-El profesor está volcado desde hace mucho tiempo, como te dije, en el estudio de la pirámide de Adenror…y sinceramente, en su momento pude observar con detalle uno de los fragmentos y… No tengo ningún interés en ese objeto.

-¿Cómo puede ser, a pesar de su misterio y de lo que estuvimos hablando el otro día? Parece una pieza importante en la historia de Hiponia como para no despertar “ningún interés…

-Sin embargo… En mí no lo hace. Y, en confianza, te diré algo, más que potencial, yo veo un gran peligro en esa pieza. Por lo que pude notar… Su materia, su estructura… Son marcadamente diferentes de cualquier otra cosa que he visto… Sino fuera por los ideogramas grabados en su superficie, ni siquiera estaría seguro de que fuera obra de la alquimia aydara.

-Y el profesor Knowling… ¿Comparte tu criterio?-le preguntó, con interés, la unicornio, pensando que había dado con el rastro adecuado y que el asunto de aquella pirámide estaba relacionado, casi con seguridad, con el motivo por el que la princesa Luna iba tras el profesor.

-Supongo que no, pero no podría asegurarlo.

-Vaya…-dándose por satisfecha de momento con aquella información, Twilight decidió cambiar de tema para no levantar sospechas-…por cierto, al final tendremos que ir en el tren nocturno, ¿no? Ear me ha comentado antes que ante la inesperada orden de Knowling, no pudo conseguir un billete a una hora mejor.

-Sí, así es… Vamos a tener que ir en uno de esos incómodos vagones-dormitorio.

-En fin… Sólo decir que lamento las molestias que te pueda causar… Yo podría perfectamente seguir en Canterlot el tiempo que fuese preciso, no sé por qué a Knowling se le ocurrió lo de enviarte a Ponyville y mucho menos su repentina urgencia.

-Pues ya somos dos… Pero no te preocupes, Twy, nada de eso es culpa tuya.

-Gracias, Fog-le sonrió la unicornio, mientras intentaba no pensar en las formas tan cercanas que en tan poco tiempo habían adoptado ambos en el trato mutuo.

Y estaba a punto de replicarle algo su interlocutor cuando, precedida del sonido de unos cascos contra ella, la puerta del cuarto se abrió para dar paso al hocico de Velvet.

-Disculpad que os interrumpa, pero la comida ya está en la mesa y no hay que dejar que se enfrié, ¿verdad?-les dijo con su mejor sonrisa.

-¡Oh! Ahora mismo vamos…-asintió Twilight, dirigiéndose hacia el pasillo seguida de Fogsun. Su madre espero junto a la puerta a que el unicornio pasara y saliera del cuarto hacia el comedor antes de decirle en voz baja a su hija-Al final resulta que tu amigo sí es bastante mono, ¿eh?

-Eh…-se sorprendió la joven pony lavanda ante aquella inesperada salida-Bueno, supongo. Ya te dije que…no me fijo en esas cosas… Así que no lo sé.

-Seguro que no lo sabes-el tono de Velvet no podía ser más divertido ante aquella curiosa situación.

-¡Te digo que no!-insistió Twilight mientras se precitaba a paso rápido por el pasillo, en pos de Fogsun, que ya bajaba las escaleras. Su madre la siguió al poco, casi teniendo que esforzarse para contener la risa.


Capítulo 11. Encuentros (escena 6)

Spoiler:
A pesar de sus esfuerzos para conseguir aparentar calma, el profesor Knowling no podía evitar dejar a la vista parte de su nerviosismo mientras, de cara a lo que se decía a sí mismo que era un “repliegue táctico”, retiraba y guardaba en cajas los libros y demás utensilios de su despacho que esperaba le resultasen útiles y que por ello quería tener a casco. Aunque en aquellos momentos no tenía del todo despejada la mente para tener claro cuáles podían serle prácticos y cuáles no… De lo que sí estaba seguro era de qué no podía permanecer sin moverse y sin tomar precauciones.

Aún estaba confuso sobre a lo que podría haber sucedido y en su perfil más optimista se quería decir a sí mismo que el sueño que había tenido no era para nada significativo… Pero estaba lejos de convencerse de ello. De alguna manera, todas las defensas que había tomado para que su subconsciente no le delatara de cara a los poderes de la princesa Luna, parecían haber fallado… Eso no significaba que la alicornio de la noche hubiera sido consciente de su sueño… Muchos ponies soñaban cada noche y no acudía a todos, siendo alertada sobre todo por las pesadillas, lo que no era el caso… E incluso, se decía a sí mismo, aunque Luna hubiera visto su sueño… No tenía por qué haber consecuencias… Aunque sin duda las habría… Mientras tramitaba y proyectaba sus planes para el futuro inmediato, dónde ponerse a resguardo de represalias desde palacio sin dejar de atender su objetivo oculto en Ponyville, no dejaba de temer que en cualquier momento una escuadra de soldados apareciera llamando a su puerta para detenerle y llevarle a una oscura mazmorra.

Por ello, cuando alguien llamo de improviso a la puerta, apenas se contuvo a tiempo de evitar alzar un escudo mágico a su alrededor, como si temiera que le fueran a atacar de repente y sin previo avisto… Cuando recuperó el autocontrol, respiró pausadamente para mantener una apariencia calmada y que no le temblara la voz:

-¿Quién es?-preguntó, esperando oír en respuesta la metálica y seca voz de un soldado.

-Brown, abre la puerta-para su asombro, era una voz femenina que no había oído en mucho tiempo-Soy yo, Fogsea, Fogsea Dremtly.

-Adelante-le dio paso, abriendo la puerta e intentando parecer sereno, aunque no ocultando su sorpresa. Aquella no era precisamente una pony a la que esperase encontrar llamando a su puerta-Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, Fogsea.

-Lo sé, Brown, y no estoy aquí por una visita de cortesía.

-Ya suponía que no venías a compartir un café ni a hablar de los viejos tiempos… ¿Qué es lo que quieres? Estoy muy ocupado.

-Entonces permíteme que vaya directa al grano… ¿Quieres explicarme qué son esas prácticas de campo en Ponyville? ¿Acaso te sobra presupuesto y no sabes dónde gastarlo?

-La arqueología del valle de Canterlot es una especialidad que precisamente está despuntando en los últimos tiempos, como demuestran los artículos publicados en varias revistas especializadas de trabajos en Mareville, Trotingville, Blue Lake Town… Y siempre es un buen ejercicio abrirse a experimentar con otros campos, en lugar de obcecarse con la propia especialidad y quedar ciego a todo lo demás-le replicó. Se había preparado aquella respuesta para cualquiera a quien se viera obligado a responder…y la verdad es que él mismo se habría podido convencer de que era sincera.

-¿Es que te parece que tener que adiestrar a una alumna, que pusieron a tu cargo y no al suyo, por muy inteligente que ésta sea, no es ya bastante ocupación como para poner más trabajo sobre su lomo?

-Debe ser que tengo más confianza que tú en las capacidades de tu hijo, por lo visto-quiso desviarle del tema.

-Yo confió en Fog, pero te has excedido. Además, después de lo que ocurrió en Cherady…

-Ponyville no es Cherady, ¿qué puede pasar? En Ponyville no se va a encontrar una cripta aydara, ¿cómo podría haberla?-le replicó, encogiéndose de hombros mientras no podía evitar reír por dentro ante la ironía de aquello-Ni nada que pueda suponer el más mínimo riesgo.

-Ya…-a pesar de toda su desconfianza para con Knowling, admitía para sí que aquello le parecía correcto-…espero que estés en lo cierto.

-Estoy en lo cierto. Recuerda que aquí el especialista en arqueología aydara soy yo. Si fuera una cuestión acerca de…no sé...alquimia aplicada al cultivo de margaritas, entonces te pediría tu opinión-le dijo sin ocultar su visión despectiva respecto al trabajo de su interlocutora-¿Por qué, qué tal están tus flores? Si es que tu marido granjero aún te permite tener tu jardín de juegos.

-¿Pretendes ser gracioso, Brown? De momento, de los dos, yo soy la única que ha logrado hacer una aportación útil y demostrable sobre los logros de la alquimia aydara. Tus altos estudios sobre grandes artefactos de poder de momento han llegado a… ¿Cómo decirlo? Absolutamente nada.

Encajado golpe por golpe, ambos se miraron un momento con disgusto compartido. Sólo tras unos breves instantes de tensión, Knowling optó por intentar atacar aquella situación.

-Bueno… Como te he dicho, estoy muy ocupado ahora mismo… Así que si no tienes ningún tema más que quieras que tratemos… Lo mejor será que cada cual vaya a atender sus propios asuntos.

-…sí. Parece que es lo mejor…-asintió también Fogsea al cabo de unos segundos, empezando a alejarse en dirección a la puerta.

-Y…señorita Dremtly…

-Hace mucho tiempo que soy la señora Wheat, profesor Knowling.

-Pues que la señora Wheat pida cita antes de volver por sorpresa a este despacho.

-El profesor Knowling demostrará gran carencia de visión si una futura visita de la señora Wheat le toma “por sorpresa”-le replicó antes de irse, cerrándose tras de sí y quedándose con la última palabra-Engreído clasista.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor horwaith » 25 May 2015, 20:10

Buenas escenas, de las que me quedo con la de Twilight, es .... particular a falta de una mejor palabra para definirla. Imagino como seguirán algunas, la de Pinkie, quizás la de Rainbow Dash (aventurando mucho, hay que decirlo todo) y buena conversación en la última escena, miedo me da lo que haga Fogsea.
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (capítulo 11 completo)

Notapor Mishiro » 27 May 2015, 08:56

horwaith escribió en 25 May 2015, 20:10:Buenas escenas, de las que me quedo con la de Twilight, es .... particular a falta de una mejor palabra para definirla. Imagino como seguirán algunas, la de Pinkie, quizás la de Rainbow Dash (aventurando mucho, hay que decirlo todo) y buena conversación en la última escena, miedo me da lo que haga Fogsea.


Gracias, Horwaith, por tu comentario. Es agradable ver que al menos tengo un lector y no escribo para el aire...
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Re: La leyenda de Adenror [Adventure] (Añadido capítulo 4)

Notapor Sasir96 » 27 May 2015, 10:34

Mishiro escribió en 30 May 2014, 12:39:Capítulo 5. Haciendo planes…

Spoiler:


-Eso puede esperar-le espetó, sin más Knowling. Fogsun tampoco mostró reacción alguna ante aquellas palabras, aunque, por un momento, le echó una mirada escrutadora a Twilight-Además, necesita aprender la escritura aydara, y tú eres el que mejor la conoce.

Ésta, que contemplaba un poco ajena el cruce de palabras entre ambos estudiosos, se sintió un poco culpable. Cuando la Princesa le había comunicado que iba a instruirla un joven erudito, sólo se había preguntado en si de verdad aquel estaría preparado para algo así, sin pareare a pensar que le harían dejar de lado sus propios proyectos. A ella le sentaría muy mal que la princesa Celestia interrumpiera sus estudios de magia para hacerle enseñar a otros, por lo que comprendió la reacción del unicornio y se solidarizó de inmediato con él.

-Además-decidió Knowling llevar su petición hasta el final-Creo que necesitas un cambio de aires, literal y metafóricamente hablando. Llevas prácticamente dos años, desde lo de Cherady, en que sólo sales de este apartamento para ir o a clase, o al archivo o a la biblioteca. Asimismo es más que posible que un descanso te venga bien… Por todo ello y para mayor comodidad de la señorita aquí presente he pensado que acompañes a la joven Twilight a Ponyville…-y ante estas palabras reaccionaron los dos, especialmente asombrada ella, mirando con incredulidad a Knowling.

-Disculpe, profesor-se decidió ella a intervenir-Pero no sería eso necesario. Es más, he venido hasta Canterlot por no contar, en mi casa de Ponyville, con los libros y materiales necesarios para estudiar la magia aydara que si tendré a disposición aquí, en el Celestium.

-¡Oh! Eso no será problema ninguno-le replicó de inmediato Brown-Le aseguro que nos encargaremos de que cuente usted con todo lo necesario para su instrucción sin necesidad de tener que estar físicamente aquí, en Canterlot. Es frecuente que apoyemos a estudiantes externos en casos especiales como el suyo, además de que cuando se trabaja en una excavación también se hace algo parecido… Por supuesto, sólo lo he propuesto porque pensaba que sería de su agrado y que añoraría su hogar.

Knowling guardó silencio y dejó que la mente de la unicornio le diese vueltas a su idea, confiando en que el resultado sería positivo. Sabía que aquella propuesta era extraña, dadas las circunstancias y la excusa que había presentado le parecía insustancial hasta a él mismo, pero no había hallado otra mejor. Por otro lado, si lograba que colase, podría enviar a Dremtly a Ponyville y, desde allí, le usaría para que buscara la cripta por él…

Sin poder hablarle del resultado del conjuro de la convocatoria que le había dado tal localización, no tenía argumentos para convencer a su antiguo alumno de que había nada más y nada menos que una cripta aydara en Ponyville, pero por otro lado, confiaba en que aceptaría cualquier razón que le ofreciese que le permitiese mantenerse lejos de los lugareños y, el buscar una misteriosa ruina aydara lo era. Además, Dremtly ya había participado en la excavación de una cripta años atrás, por lo que su experiencia le sería de utilidad para reconocer dónde podría haber o no haber otra de aquellas.

-Bueno…-habló finalmente la unicornio-…La verdad, venía pensando en pasar un tiempo en Canterlot y no me importaba la idea… Pero si puedo estudiar la magia aydara en Ponyville, eso le gustará a Spike.

• • •


Trixie depósito el libro que estaba leyendo, “Daring Do y el Cáliz del Grifo”, sobre el escritorio de la habitación al oír que la llamaban desde el piso inferior para comer. No le importó demasiado dejar la lectura de aquel capítulo a medias, pues lo cierto era que las novelas de Daring Do no le entusiasmaban demasiado y que sólo la estaba leyendo porque era lo único que parecía poder hacer en aquella casa para distraerse.

Leer… O pensar en aquella misteriosa puerta y en el fascinante y sin duda grandioso poder que se ocultaba tras ella. Pero Trixie no quería darle muchas vueltas a aquello hasta que se hubiera recuperado para evitar que la impaciencia la consumiera, pues lo que tenía claro es que, cuando se encontrara algo mejor, volvería a aquella caverna en busca de aquella magia tan prodigiosa, aquella energía que brindaría su tan ansiada venganza a la Gran y Poderosa Trixie.

Cuando llegó, por el camino aprendido aquella mañana, hasta la cocina, vio que los tres hermanos Apple se dedicaban a disponer la mesa, colocando platos, cubiertos, vasos y demás, mientras su abuela parecía dar unos últimos retoques a lo que fuese que estaba preparando en una gran olla. La unicornio no imaginaba que pudiera ser y, aunque en principio no le hacía demasiada ilusión lo que pudiera estar preparando, puesto que no le gustaban demasiado ni los cocidos ni los estofados o demás platos parecidos, tuvo que admitir para sí que el aroma que desprendía aquello y que inundaba la cocina era realmente delicioso.

-¿Cómo te encuentras, Trixie? ¿Un poco mejor?-le preguntó Applejack, mientras sus hermanos, Big Mac y Apple Bloom, se sentaban ya en sus sitios a la espera de empezar a comer.

-Un poco-musitó ésta, a modo de respuesta, tomando a su vez también asiento. “Supongo que lo pregunta porque ya estará deseando que la Gran y Poderosa Trixie se largue de su casa”, se dijo a sí misma la hechicera.

Ella misma se sentía muy incómoda al tener que aceptar la ayuda de aquella familia, pero, a pesar de su orgullo, no se encontraba con fuerzas para rechazar una cama acogedora y comida caliente, bienes comunes que en los últimos meses para ella habían sido un auténtico y excepcional lujo. Sentía el contradictorio deseo de largarse de allí, aunque no tuviera otro lugar al que acudir y, al mismo tiempo, no podía dejar de agradecer haber sido acogida en aquel lugar.

-Esto ya está, querida-escuchó que la abuela Smith le decía a su nieta, mientras se sentaba-Puedes ir sirviendo los platos… Pero tened cuidado, que aún está caliente.

-Sí, abuela-asintió la pony rubia que, tomando el plato hondo que tenía aquella frente a sí, procedió a acercase la olla para, con un cucharón, llenarlo en tres rápidos y firmes movimientos. Tras dejar el de la anciana pony frente a ésta, pasó a alcanzar el de la unicornio para hacer igual…-Esperamos que te guste el cocido de heno-comentó mientras le servía-… ¿Trixie, crees que te basta con esto o te echó un poco más?-le preguntó, enseñándole el plato, que según lo veía la maga estaba a punto de desbordarse.

-La Gran y Poderosa Trixie tiene de sobra con lo que lleva el plato-le respondió.

-¿Estás segura…?

-La Gran y Poderosa Trixie siempre está segura de lo que dice.

-De acuerdo-le tendió el plato la granjera-Pero ya sabes que si quieres más, sólo tienes que pedirlo-añadió mientras seguía sirviendo la comida a sus hermanos y a ella misma.

Al principio la unicornio miró con desconfianza el caldoso y oscuro cocido que tenía ante sí, a pesar de que a su alrededor los demás, con cuidado al estar todavía bastante caliente, parecían comerlo con fruición. Paulatinamente, sobre todo por el hambre pero, también en una pequeña parte, por no querer parecer desconsiderada, llenó la cuchara y, con cuidado y tras soplar un poco a su hirviente contenido, se lo llevó a la boca. Lo encontró bastante bueno, pero a pesar del primer impulso de imitar a los demás en su afán devorador, se limitó a comer lo más tranquilamente que pudo.

Realmente a Trixie le asombraba lo mucho que, aparentemente, comían en aquella casa. Después de todo lo que habían tenido en el desayuno, también para la comida tenían la mesa nuevamente cubierta de todo tipo de platos y escudillas con aperitivos. Aparte del cocido habían servido diversos tipos de panes, una ensalada de tomate, pepino, lechuga y manzana, una fuente con patatas fritas y otras cosas variadas, como olivas y alcachofas con pimiento.

-Oye, Trixie-se dirigió a ella, con su vocecilla infantil, la hermana pequeña de Applejack-¿Puedes decirme qué significa tu cutie mark? Es muy bonita-añadió.

-La cutie mark de la Gran y Poderosa Trixie representa su don, que es la magia-respondió ella, a la que, por lo común, no le gustaba tener que contestar preguntas salvo que, o fueran sobre ella o vinieran con una conveniente ración de halagos-Pues la Gran y Poderosa Trixie es la mejor maga que hay en toda Equestria.

-¡Oh!-asintió, admirada Apple Bloom, que desconocía el penoso incidente que, no muy lejos de allí, había salido tan caro a la unicornio-…Y, oye…-por un momento Applejack estuvo a punto de interrumpirla, temiendo que su hermanita estuviera meditando sobre si de verdad era Trixie mejor que Twilight y que fuera a preguntarle algo que la incomodara-… ¿y cómo la obtuviste? ¿Puedes contármelo?

Trixie no pudo evitar hacer un mal gesto, pues aquel recuerdo formaba parte de un pasado que prefería dejar atrás, muy atrás y olvidado. Intentó recomponer su expresión en seguida, pero ya era tarde. Temió por un momento como pudieran reaccionar los Apple, pero estos parecieron entender su disgusto.

-Apple Bloom, no vayas a molestar a Trixie con tus preguntas ni con tu obsesión por las cutie mark-le reprendió su hermana-Ella aún está algo débil y no necesita a una pesada potrillo encima con sus incordiantes preguntas.

-Oh…-pareció decaída la pequeña-Pero yo sólo…

-Tú, nada-le cortó Applejack-¿Verdad, Big Mac?

-Eyup-asintió secamente éste.

-Bueno, realmente a la Gran y Poderosa Trixie no le molestan las preguntas-intervino la unicornio, mucho más por aprovechar una ocasión que pensaba se le presentaba de volver a enorgullecerse y a ser aplaudida que porque la pequeña le hubiera dado pena-La Gran y Poderosa Trixie está acostumbrada a despertar el interés de todos los ponies, pues ese es el precio de ser tan magnífica y grandiosa.

-¡Oh, bien!-exclamó Apple Bloom, alegre de que, al final, le fuera a responder. Soñando con que quizá esta vez conseguiría un buen ejemplo a seguir para obtener de una vez por todas su propia cutie mark.

-Vaya, es muy amable que le hagas el favor a mi hermanita, pero no estás obligada a ello, ¿lo sabes, no?-le dijo Applejack.

-La Gran y Poderosa Trixie lo sabe muy bien, además de que Ella no cumple con ninguna obligación que no sea con ella misma. Ahora, la Gran y Poderosa Trixie le contará a tu pequeña hermana como, con una gran demostración de magia y poder, logró obtener a temprana edad su magnífica y fantástica cutie mark.

-¡Oh, espera, espera!-la detuvo repentinamente la misma Apple Bloom-¿Podrías hacerlo esta tarde en la cabaña del árbol? Así también te escucharían mis dos amigas, Sweetie Belle y Scootaloo, ya que juntas somos…-hizo una pausa dramática-¡Las Cutie Mark Crusaders!-exclamó poniendo una pose teatral.

-¡Apple Bloom! ¡Esas formas en la mesa!-le regañó su abuela.

Bueno, ha sido un cap interesante.Debido a mis tonterias incurables no he podido dejar de imaginarme tonterias como Knowling diciendo un par de veces "¡NO SOY SOSPECHOSO!" o bromas con tópicos de pedófilos entre Earion y Spike como la furgoneta(no me fastidies, se ha llevado a un niño ofreciendole caramelos)
Pero en fin, quitando mis tonterias me ha gustado mucho. :)

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Mishiro escribió en 30 May 2014, 12:39:Capítulo 5. Haciendo planes…

Spoiler:
“Finalmente, no podría considerarse completo este breve recorrido por las principales obras de la alquimia aydara si dejara de mencionar la que es, sin duda, la pieza más misteriosa y valorada de todas las que expone en sus galerías el Clouvre a día de hoy. Se trata, claro, de la gran piedra o pirámide de Adenror o, siendo más correctos, de uno de los fragmentos de ésta. Y, sinceramente, su nombre es casi lo único que podemos afirmar con total certeza sobre ella.

Su mismo origen no está del todo claro. A este respecto, la mayoría de los estudiosos se limitan a mostrase conformes con el relato común que lo atribuye a la obra de Sunnight “el sabio”, uno de los mayores alquimistas de la historia aunque sea más conocido por haber sido el primero en ceñir la corona real de Hiponia. Se sabe, o más bien se sobreentiende –y quizá sin razón- que era un objeto de un extraordinario poder y es frecuentemente relacionado –nuevamente, he de decir, más de forma especulativa que en base a evidencias- con muchas de las obras que el propio Sunnight tuvo que realizar como soberano para garantizar estabilidad y paz a una Hiponia que, en su tiempo, no era realmente otra cosa que una serie de fortalezas en las que los ponies buscaban refugiarse y ponerse a salvo de un medio ambiente hostil y aún poblado por peligrosas criaturas.

No hay ningún testimonio que nos diga qué poder proporcionaba tal talismán a los reyes y, de hecho, apenas tiene protagonismo en la historia. La pirámide de Adenror, más allá del uso que hiciera de ella Sunnight, sólo entró después en escena en los períodos de trono vacante. Siendo el reino de Hiponia una monarquía de corte electivo, aunque no sabemos demasiado –cosa que ya se ha repetido tanto en este libro que a los lectores no les debe sorprender- sobre el proceso ni sobre cómo lo regulaba el consejo de Maestros, que recordemos desempañaba la regencia en ausencia de un soberano, sí tenemos la certeza de que la gran piedra de Adenror jugaba en él un papel esencial.

A partir de aquí han prosperado las especulaciones sobre ese presunto poder que, al ascender un nuevo rey, recibía éste de la piedra. Parece ser que conseguir reunir sus fragmentos pudiera haber sido una especie de prueba para los candidatos a hacerse con el reino, y es que una de las primeras medidas tomadas por cada uno de los monarcas fue, nada más adueñarse del poder, disponer la ruptura del Adenror y el ocultamiento de los fragmentos –se tiende a aceptar que seis- en una serie de criptas ocultas a lo largo de Hiponia. ¿Cuál sería el sentido de dejar dividido y oculto un artefacto tan, en teoría, potencialmente útil y benefactor?

Nuevamente, no se sabe. Los estudiosos no han tenido más remedio que especular y recurrir a nociones filosóficas sobre la corrupción del poder y el miedo a la tiranía para intentar hacer comprensible la, en apariencia, extraña e incluso ilógica medida que, todos los gobernantes de Hiponia, del primero al último, aceptaron. De ahí su citada carencia de importancia y el silencio de las crónicas sobre ella, puesto que, repito, sólo hacía su aparición en un momento, el de la elección real, que era precisamente uno de los procesos más ocultos y reservados que se celebraban en la corte de Ádralon.

El estudio y análisis del único fragmento hoy día disponible no ha ayudado demasiado a los investigadores. La primera incógnita que ofrece es la del propio material del que está hecho. Los alquimistas aydara manipularon con fluidez todo tipo de piedras y metales, estudiando sus propiedades, y se tienen datos sobre muchas de sus mezclas y creaciones, pero no se conoce nada semejante a la extraña composición del Adenror. Más interés han despertado las runas que tiene grabadas por las que deben ser sus caras externas, aunque su lectura ha sido especialmente complicada. Para empezar, porque, lamentablemente, algunos de los ideogramas están claramente incompletos, al no haber respetado el corte de los fragmentos el texto escrito en las paredes de la pirámide; y, en segundo lugar, porque varias de esas runas son ejemplares únicos e incomparables. Como ya he explicado largamente en el capítulo sobre el tema, la escritura aydara, basada en figuras iconográficas conectadas por un engranaje de partículas seleccionadas de hasta cuatro silabarios, es de una gran complejidad. Sólo a día de hoy el gran índice de runas aydara recopilado en el Celestium cuenta ya con más de ocho mil ideogramas distintos.

Merece quizá la pena terminar este apartado diciendo algo sobre las criptas –también denominadas, según el gusto del arqueólogo, templos o tesoros- donde eran custodiados los fragmentos del Adenror entre una elección regía y la siguiente. De entrada, sólo conocemos y hemos podido explorar una, la de Ádralon, situada a las afueras de la que fuera la sede de la corte de los reyes de Hiponia. Ésta –y no hay razón para suponer que las demás fueran diferentes- no era otra cosa que una cámara subterránea pensada, proyectada y construida, por lo que pudieron comprobar los arqueólogos que la estudiaron con claro riesgo de sus vidas, con el exclusivo fin de mantener alejado a cualquier intruso del preciado objeto que estaba destinada a conservar. Contaba para ello con un nada desdeñable despliegue de conjuros defensivos y trampas mágicas, además de otras más “rutinarias” y corrientes, que en más de un momento dieron un buen susto a los osados investigadores. Sobre el origen de la energía mágica que, tras siglos de abandono, mantenía en funcionamiento los hechizos de la cripta, no ha habido respuestas concluyentes y, la mayoría de los eruditos, se han limitado a señalar al propio fragmento como origen de la misma.

La cripta, aparte de por permitir la recuperación del fragmento, fue especialmente interesante para los investigadores por sus excepcionales relieves y por las inscripciones que recorrían sus paredes, que han proporcionado una valiosa información para los historiadores. Gracias a la aplicada labor del equipo del Celestium liderado por Arlight Hipovans, las transcripciones y traducciones de los textos encontrados en la cripta de Ádralon están hoy al alcance de cualquiera, pues se tomó la molestia de redactar una magnífica edición crítica sobre aquellas, incluyendo el contenido original de los mismos como apéndice.

No se sabe, a día de hoy, la localización exacta de las demás criptas. Además, por lo que podemos intuir, eran más de seis, ya que, seguramente, los monarcas recién electos no se limitaban a devolver los fragmentos al lugar en que los encontraban. El profesor Heinneigh Schlihippo, además, postuló que era posible que, originalmente y construida por el mismo Sunnight, hubiera una cripta especialmente oculta fuera de Hiponia, más exactamente cerca, muy cerca de la misma Canterlot, con el objetivo de que cualquiera que quisiera postularse para el trono, tuviera que contar de esa manera con la aprobación de la princesa de Equestria, ya que habría necesitado de su permiso para poder conseguirlo. Tal idea ha sido tradicionalmente desechada por los expertos, dada la independencia de la que siempre se enorgullecieron los reyes de Hiponia respecto de la autoridad de la princesa Celestia, por lo que no creo que haya que añadir nada más al respecto.”


Knowling había leído y releído aquel texto casi medio centenar de veces en los últimos treinta minutos. Tras una larga noche en que apenas había mal dormido unas cuantas horas acomodado de cualquier manera en el sofá de su despacho, se sentía bastante cansado y algo dolorido, pero estaba dispuesto a dejar de lado aquello por la satisfacción que le estaba embargando. Finalmente había logrado hallar la referencia que tan duramente había buscado… Sí, se trataba de una escueta mención de una teoría considerada errónea que venía mencionada en un pobre manual de arqueología aydara que había cumplido ya más de veinte años desde su publicación… ¡Pero encajaba a la perfección con lo que él necesitaba encontrar! Ponyville, además, estaba lo bastante cerca de Canterlot como para que, si esa teoría del tal Schlihippo era correcta, ser el lugar en que el rey Sunnight habría ocultado un fragmento del Adenror de forma que pudiera estar vigilado por la princesa Celestia.

Lo cierto es que el nombre de Heinneigh Schlihippo no le sonaba, lo que en otras circunstancias habría provocado que desechara por completo el prestar atención a cualquier teoría de un autor que no logró dejar su nombre grabado entre el de los grandes estudiosos, pero en las circunstancias de su particular investigación no se encontraba en situación de ser demasiado exquisito o exigente con las fuentes a las que acudir. Sin embargo, no necesitaba repasar los libros que tenía en su despacho, cosa que era en la práctica lo que llevaba haciendo desde el día de ayer, para saber que no tenía ninguna de las obras de aquel autor a su disposición. Y, siendo domingo, la biblioteca del Celestium estaría cerrada. Brown suspiró con fastidio. No se sentía con ánimo de ponerse a mover hilos para acceder aquel día a ella. El esfuerzo necesario no le compensaba cuando al día siguiente ya tendría pleno acceso desde primera hora.

“De todas formas…”, pensaba, “Schlihippo, por lo que puedo intuir, sólo postulaba que había una cripta cerca de Canterlot, pero no debía tener ni idea de por dónde podía estar, siquiera la población en la que se situaría. No encontraré en ninguna obra que haya escrito nada que me sirva para buscarla en Ponyville… La única forma que se me ocurre pasaría por ir en persona al pueblo e inspeccionar los alrededores, por si existe en sus cercanías algún lugar que los aydara hubieran podido elegir para construir en él una de sus salas del tesoro… Alguna zona montañosa, preferentemente cercana a un lugar con agua y sin presencia de animales salvajes en las cercanías…Y, además... No me convence para nada lo postulado por ese tal Schlihippo... Si Sunnight construyó una cripta en ese lugar tan lejano de su centro de poder, pudo ser por muchas causas, pero no lo hizo para ayudar a Celestia. De eso estoy seguro.”

Ponyville. La mención de ese nombre le había llevado, un tanto apresuradamente, a aceptar encargarse de la tutela de la instrucción en la magia aydara de la discípula de la Princesa, aunque realmente no se imaginaba de qué manera concreta podía aquello ayudarle en sus planes, pero su instinto le decía que sería así. “De todos modos, lo cierto es que sería complicado buscar una razón para explicar porque, de repente, quiero ir a Ponyville, sobre todo porque en principio no tengo ninguna razón para pretender encontrar allí un yacimiento aydara,…, pero no sería raro que fuese para supervisar el progreso de una estudiante,…, pero no, eso no sería suficiente, es más que posible que necesite tiempo, tal vez una o dos semanas, para poder dar con la cripta, por mucho que ésta exista de verdad… Aunque quizá haya una solución todavía más sencilla, que me permitiría dar con el fragmento y, en caso de que este siguiendo a un fantasma, dejar a resguardo mi nombre…”

-Ah, sí…-masculló para sí mismo, pensar en aquello le había recordado repentinamente que hacía una hora, de madrugada, había vuelto el director a presentarse en su despacho para comunicarle que la tal Sparkle llegaría a las nueve y media y que debería enseñarle el centro y empezar a programar el “plan de estudios”-…Hoy ya me han dado trabajo para esta mañana…-suspiró, encontrándose sin ninguna gana de empezar aquello, pero se alertó de pronto cuando se fijo en que las agujas del reloj marcaban casi las diez-¡Oh, por las barbas de Star Swirl!

• • •


La unicornio se quedó contemplando por un momento la colosal estatua criselefantina de la princesa Celestia que presidía la gran plaza alrededor de la cual se colocaban los edificios sede de la institución bautizada en su honor. Era allí donde, según le había indicado la noche anterior la misma alicornio, se reuniría con el profesor Knowling, por lo que, tras haber repasado con la mirada, impresionada, los bien tallados detalles de la figura, se acomodó en uno de los bancos más cercanos, dispuesta a esperar la llegada de aquel.

El lugar se veía desierto y en aquel momento nadie más estaba ni pasaba por allí. Hacía un espléndido día, pues aún con el radiante sol que reinaba en un cielo totalmente despejado de nubes, el calor no resultaba excesivo, y se veía gratamente atemperado por cierta brisa temprana que acariciaba lentamente las hojas de los árboles. El aire estaba, pues, lleno del suave aroma de las flores y de las plantas que poblaban los diversos puntos ajardinados de la plaza. Alrededor de la misma, en un perfecto y geométrico orden, se disponían los diversos edificios del Celestium, luciendo en sus fachadas grandes ventanales de brillantes cristaleras y columnas con complejos y enrevesados relieves vegetales. La joven aprendiz de Celestia recorría absorta el paisaje que tenía ante sí. Muchas veces había soñado con poder conocer y estar en aquel lugar y no terminaba de asimilar del todo que su deseo se acababa de cumplir. Después de los nervios de aquella mañana, la emoción ante los nuevos desafíos volvía a estimular su mente.

-El tal Brown llega ya media hora tarde-la voz de Spike, que llevaba enfurruñado desde que se levantó aquella mañana, rompió por un momento la atmósfera de arco iris en que estaba sumergida la menta de Twilight.

-Sin duda será porque es un unicornio muy ocupado-le replicó ésta, demasiado ilusionada como para prestar auténtica atención a lo que le decía el dragoncito sentado a su lado-Tenemos suerte de que haya accedido tan pronto a supervisar mi iniciación en la magia aydara.

-Sí. Una suerte increíble.

-¡Venga, anímate, Spike!-le miró con su más radiante sonrisa-¡Mira donde estamos!-hizo un gesto con la pezuña recorriendo todo su campo visual-Además, si mejoras esa cara…-le dedicó una mirada de complicidad-…quizá pasemos de camino a casa por una joyería.

-…-su “hermanito” no pareció muy tentado por aquella promesa-Y hoy es domingo… Se supone que el domingo es mi día de descanso… El único día que no tengo que madrugar, el único día que…

-¡Sí, sí, Spike!-le interrumpió, intentando no reírse, la unicornio-Lamento mucho haberte sacado de tu bonita fantasía con Rarity, pero esa no es razón para estar tan malhumorado todo el día.

-…-el dragón se quedó sin palabras, haciendo saber así a su interlocutora que, tal y como pensaba, había acertado en el diagnóstico de lo que le pasaba a su compañero-…Yo no estaba…, no tenía,…-Spike empezó a sudar y se mostró claramente nervioso-Eh… ¡Oh! ¿Cómo puedes saber con qué estaba soñando?

-Fácil-se jactó la unicornio, alzando la cabeza-En primer lugar, porque te conozco muy bien. Y, en segundo, porque, en algunas ocasiones, como esta mañana, por ejemplo, hablas en sueños-le señaló, haciendo que su casi hermano se sonrojara, sin duda temiendo lo que ella pudiera haber oído. Twilight, aclarándose la garganta para poder copiar la infantil voz del bebé dragón, empezó a decir, imitando su tono:-“¡Desde luego, Rarity!”, “Yo, lo que tú quieras, Rarity”, “Oh, Rarity, yo”…-concluyó riendo.

-¿No se lo vas a decir, verdad?-le preguntó, repentinamente angustiado.

-Tranquilo. Mis labios están sellados, es una Pinkie promesa-le confortó ella enseguida, cumpliendo rápidamente con el ritual mímico de aquel peculiar juramento que debían a la pony rosa.

-Gracias-asintió él, y para alegría de la unicornio, pareció dispuesto a dejar a un lado el malhumor-Entonces, ¿pasaremos por la joyería después, no?-no dejó de preguntarle el pequeño dragón.

-Claro que sí, Spike.

-¡Bien!-se relamió éste, como saboreando por adelantado el sabor de las gemas.

Twilight le miró con ternura: realmente era todavía y únicamente un niño. Por eso, a veces se sentía bastante preocupada por la… ¿atracción?... Sí, por la atracción que despertaba en él Rarity y temía lo que pudiera tener que pasar su “hermanito” si algún día la modista se veía obligada a dejarle algunas cosas claras. Ella tenía la certeza de que aquel romance con que soñaba Spike era totalmente imposible en la vida real, por lo que esperaba que no fuese más que un mero encaprichamiento pasajero que, con un poco de tiempo, desapareciera sin dejar rastro para nunca volver. En cualquier caso, ni en su mejor día tenía fuerzas ni ganas para hablar sinceramente con aquel de aquello y menos en esos términos.

-Buenos días-escuchó de repente una voz serena y grave detrás de ella, rompiendo el hilo de sus pensamientos-Usted debe ser la joven señorita Sparkle-el que la abordaba era un unicornio de pelaje marrón y crin negra que le dirigía una mirada aparentemente indiferente con sus apagados ojos grises-Soy el profesor Knowling. Es un placer conocerla.

-El placer es mío, profesor-correspondió ella rápidamente al saludo, queriendo mantener el nivel de formalidad que él había empleado-En efecto, yo soy Twilight Sparkle, y él-señaló al pequeño dragón-, es mi asistente, se llama Spike.

-Encantado-asintió el unicornio, un tanto aséptico, mientras le dirigía a ella una mirada escrutadora, haciendo una evaluación de su primera impresión… “Así que está es la aprendiza de la Princesa…”, se dijo.

Desde que el director le había comunicado el deseo de Celestia de que su alumna fuese instruida en el dominio de la magia aydara Brown había tenido tiempo para preguntarse a qué vendría ese repentino interés, sobre todo en vista de la rapidez con que todo se había dispuesto, y, por unos instantes, incluso se había planteado, no sin algo de miedo, que tuviera algo que ver con sus secretos planes y ambiciones… Pero había descartado rápido ese temor. Si Celestia realmente imaginara lo que él tenía entre cascos, tomaría medidas sin duda medidas para detenerle y último que haría, pues, sería permitirle que se encargara de instruir a una de sus alumnas predilectas y de más talento… O eso quería creer.

-Lamento el retraso-se disculpó Brown con la joven, queriendo sonar lo más amable posible, pues quería granjearse la simpatía y la confianza de aquella para poder poner en marcha su plan-Esta mañana he perdido por completo la noción del tiempo-añadió, queriendo dar muestra de un poco de complicidad.

-¡Oh! No hay problema, profesor-asintió una sonriente Twilight-Sin duda estaba ocupado en algo importante, y esto ha sido tan imprevisto…-terminó con una risilla nerviosa.

-En cualquier caso-se aclaró la garganta, como solía hacer al principio de cada clase, intuyendo que iba a tener que dar muchas explicaciones-Será mejor que vayamos empezando-le hizo un gesto a la unicornio para que le siguiera mientras emprendía el camino hacia el gran edificio hacia el que miraba la estatua de Celestia a cuya sombra estaban, cosa que aquella hizo tras cargar a su asistente sobre su lomo-Aunque, en primer lugar y a pesar de las extraordinarias y excepcionales circunstancias de su ingreso, como representante del Celestium he de darle mi más cordial enhorabuena por su aceptación con el rango de “adjunta de estudios”. Lamento la informalidad, pero la rapidez de los hechos no nos permite otra cosa.

-Es perfectamente comprensible-asintió ella, de todas formas halagada al oír aquellas palabras-En cualquier caso, me importa más el ser ahora miembro del Celestium que cualquier ceremonial-le comentó, obteniendo del unicornio un leve y aprobador asentimiento de cabeza.

-¿Eh?-sobre su lomo, Spike se mostró confuso-¿Miembro del Celestium, adjunta de estudios?

-Ser “adjunto de estudios” es como ser estudiante pero sin la obligación de seguir un curso regular de los ofertados por el centro-le explicó Twilight-, si no que más bien es instruido de una forma más individual, por un tutor, en unos conocimientos muy específicos.

-Un rango que se ajusta muy bien a estas circunstancias-comentó Brown-Además, sólo siendo miembro del Celestium se puede tener acceso pleno a sus instalaciones, a la biblioteca, el archivo y demás bases de datos. Somos una institución que guarda con mucho celo sus más preciados y valorados tesoros.

Knowling les había conducido al que les indicó que era el “edifico rector”, donde, según les señaló, se encontraban los despachos del profesorado y del director, la sala de reuniones del consejo rector y la secretaría y demás oficinas de la administración del centro. Fue el punto de partida de un largo recorrido en que el unicornio les fue mostrando e indicando el destino de cada uno de los edificios del centro: el aulario principal y el secundario, los laboratorios, la gran biblioteca, el archivo histórico, la gran torre de astronomía, el centro de estudios médicos, el jardín botánico, etc.

Todo sazonado con un discurso continuó sobre la historia del Celestium y sobre las actividades que el centro tenía en marcha en cada uno de ellos. Spike se aburría soberanamente y sentía casi como si su cabeza quisiera estallar. Brown, aunque lo disimulaba, vivía una situación parecida, y tenía que usar de todo su autocontrol para continuar con aquella aburrida y monótona charla. Sólo la unicornio disfrutaba sinceramente de la visita, escuchando con suma atención hasta la última palabra de lo que el profesor le explicaba.

-Y, finalmente-palabras de Knowling que arrancaron un suspiro de alivio de Spike-Ésta es el ala residencial-concluyó, señalando a sus dos acompañantes un gran bloque que se alzaba tras todos los demás edificios, rodeado en su perímetro por una hilera de álamos blancos-Aquí se alojan todos los profesores, estudiantes y empleados que no son de Canterlot, y también algunos que, siendo de la ciudad, prefieren alojarse lo más ceca posible del trabajo. Hoy está prácticamente vacío-siguió diciendo-, pues, como ya os he comentado, al estar los domingos prácticamente el centro cerrado, casi todos los ponies o se quedan en sus casas o se van a pasar el fin de semana en ellas.

-Sí. Eso hacen los ponies normales-comentó, algo burlón y molesto tras el pesado tour, Spike.

-Spike…-le lanzó una mirada de reproche Twilight, aunque Brown pareció no escuchar la pulla del dragón.

-Tenemos, pues, suerte-les comentó, conduciéndoles hacia el interior del edifico-, de que aquel al que venimos a ver sea uno de los pocos que suelen permanecer aquí.

-Oh. ¿Se refiere a ese joven unicornio del que me habló ayer la Princesa?-le preguntó Twilight.

-Así es-le contestó Brown mientras avanzaba por el largo y amplio vestíbulo del edificio, encaminándose a una de las variadas escaleras que, a uno y a otro lado, ascendían por estrechos huecos hacia arriba-Sin embargo, he de avisarle…-pareció buscar las palabras apropiadas-, de que Fogsun Dremtly es un pony… Bueno, puede ser algo difícil tratar con él. Necesitara algo de paciencia y tacto… Sin embargo-añadió en un tono más firme, casi animado-…el esfuerzo le merecerá la pena. A pesar de contar con poco más de veinte años, su largo trabajo con las inscripciones aydara le ha convertido ya en el más eficaz traductor que se pueda encontrar. Por eso, no pudiendo por lo imprevisto de la petición de Su Alteza, encargarme personalmente de su instrucción, no dudé ni un segundo en proponer su nombre.

-Sí, algo así me comentó…-de repente, algo detuvo las palabras de Twilight, que iba detrás del profesor mientras subían por una de las estrechas escaleras de caracol. Un suave y delicado sonido llegaba desde alguna planta más arriba. A la unicornio, que no se esperaba nada como eso, le costó unos segundos reconocer aquello como música, música procedente de un piano.

-¡Oh, qué bien suena eso!-comentó con admiración Spike.

-Debe ser Earion-apuntó secamente Brown, más como comentándoselo a sí mismo que a sus acompañantes-Ya casi hemos llegado-añadió, dejando la escalera y enfilando su camino por un igualmente angosto pasillo flanqueado por variadas puertas numeradas-Es la 3.8-les indicó mientras avanzaban y la música se escuchaba cada vez más clara y alta, suficiente para reconocer ya con facilidad que se trataba de las “Variaciones Goldtree”.

La melodía, sin embargo, se interrumpió en cuanto Brown, deteniéndose frente a la puerta con la numeración mencionada, llamó a ésta, golpeándola suavemente tres veces con su casco. Twilight observó que en la placa que había junto al marco, bajo los números, estaban inscritos los apellidos “Dremtly” y “Razid”. Al otro lado de la puerta, más allá del cese de la música, sólo se escuchaba un profundo y pesado silencio. La unicornio esperaba oír el ruido de unos cascos acercándose a abrir desde el interior, pero éste nunca llegó. Cuando, de repente, se abrió la puerta, se evidenció el por qué.

Ante ellos, aleteando a media altura, se encontraba un pegaso de rizada y desordenada crin anaranjada y pelaje azul. La unicornio y su asistente pudieron ver claramente en su flanco una cutie mark que tenía la forma de un par de corcheas escritas unidas sobre un pentagrama, por lo que dedujeron que era el que, hasta hacía unos instantes, estaba tocando. Realmente la presencia de aquel alado resultaba un poco confuso para los dos.

-¡Oh, profesor Knowling!-saludó a aquel con un vital tono alegre y una gran sonrisa en la que lucía todos sus dientes-Que inesperada visita…-contempló a los dos acompañantes del unicornio-Y veo que trae compañía…-suspiró, como repentinamente angustiado por algo-¿Pero dónde están mis modales?-volvió a sonreír-¡Pasen, pasen!-se apartó para que accedieran al apartamento.

El salón al que entraron no era una estancia tan angosta como las que acababan de atravesar, pero entre un piano de pared por un lado y las estanterías y mesillas repletas de libros por otro, se veía tan anegada de volúmenes que despertaba cierta sensación de ahogo en los recién llegados, aunque a Twilight le emocionó, a pesar del desordenado caos que reinaba en la estancia, contemplar las pilas amontonadas de libros, viendo como ni siquiera era capaz de reconocer algunos nombres de autores ni algunos títulos.

-Y, ¿no me presenta a sus acompañantes?-escuchó a su lomo al pegaso hablarle al profesor mientras cerraba la puerta tras su paso.

-Claro-asintió aquel-Ella es Twilight Sparkle, aprendiz de la Princesa Celestia y nueva estudiante del Celestium. El dragón sobre su lomo es su asistente, Spike.

-¡Oh, entiendo!... Un placer conocerles-les sobrevoló el músico-Mi nombre es Earion Razid, aunque pueden llamarse sólo Earion o Ear.

-Es un placer-le correspondió la unicornio-¡Vaya! Tocas muy bien-le halagó, queriendo resultar simpática. Realmente aquel pegaso, por alguna razón, le había caído bien de inmediato-Aunque no sabía que el Celestium se dedicaba también a las artes.

-Y no lo hace-le replicó Earion-Realmente yo no soy miembro del Celestium-le explicó-Sólo soy el humilde ayudante de mi buen amigo Fog.

-Y ya que le mencionas…-intervino Brown antes de que ni Twilight ni Spike pudieran comentar nada al respecto-¿Serías tan amable de ir a informarle de que tiene visita?

-¡Claro, profesor! ¡Enseguida!-sin embargo el pegaso no hizo ningún ademán de irse a hacer lo que Knowling le había pedido-Aunque antes, ¿puedo ofrecerles algo? ¿Un té, un café, unas pastas o unas galletas de canela?

-Quizá después-le replicó fríamente Brown, mirándolo a los ojos. Durante unos momentos ambos permanecieron así, con la mirada fija en el otro, mientras Twilight y Spike asistían mudos a tal aparente duelo. Finalmente, el pegaso cedió.

-Iré a avisar a Fog… Ustedes, mejor pasen y esperen en la cocina-les señaló una cercana puerta antes de desaparecer volando por un pasillo que se abría en la dirección contraria.

En contraste con el salón, la cocina daba una gran sensación de amplitud. Llena, inundada de luz a través de una gran ventana que cubría gran parte de una de las paredes, apenas se veían en ella si acaso los electrodomésticos más imprescindibles y, aunque contaba en el centro con una mesa amplia rodeada de seis sillas, lo que evidentemente predominaba en ella era el espacio libre.

-Y, por ir entrando en materia…-empezó a hablarle Knowling mientras se acomodaba en una de las cabeceras de la mesa-Dígame, señorita Sparkle, ¿qué sabe de los aydara y, sobre todo, de su magia?

-Bueno…-la unicornio no se esperaba aquella repentina pregunta-…La verdad es que no sé mucho. Conozco un poco de la historia del reino de Hiponia y sé que la magia aydara tiene importantes fundamentos en la alquimia, y,…, bueno, creo que básicamente, eso es lo que sé. Ayer estuve buscando información sobre el tema en los libros que tengo pero… No hallé demasiado.

-Le voy a resumir en dos palabras las dos características esenciales que distinguen a la magia aydara y que tendrá que afrontar si quiere manejarla-adoptó Brown el tono que solía emplear en sus clases, mirando a los otros dos presentes, que se habían sentado ocupado un costado de la mesa, como a los alumnos cuando los contemplaba desde lo alto de su tarima-Conjuros y esencias. Esa es la clave… Conjuros y esencias-repitió, ante la mirada interrogante que le dirigieron sus dos interlocutores-Como sabrá, los aydara empezaron siendo un gremio de unicornios que se especializó en el estudio de las propiedades mágicas de la materia, esto es, básicamente alquimia, centrándose con preferencia en los materiales que más riqueza y variedad de reacciones y usos mágicos mostraban. Con el tiempo, buscaron crear conjuros que les permitieran, a través de la magia, sacar provecho de esas propiedades para provocar o evitar determinados efectos. Conjuros que, para mantenerlos a salvo de la mirada de los legos, registraron en un complejo lenguaje de runas que, desde luego, tiene que aprender, al menos en lo más básico, aquel que quiera efectuar aún el más sencillo hechizo.

-He leído que es una forma de escritura bastante compleja-apuntó la unicornio, aprovechando que el profesor pareció hacer una pausa en su discurso.

-En efecto, puede llegar a ser muy problemática-le respondió sin más Brown-Verá, la escritura aydara consta de dos elementos. En primer lugar, las runas propiamente dichas, que son lo que se suele denominar ideogramas. Hasta ahora se han catalogado casi treinta mil runas distintas, por los textos que hemos podido recuperar de los diferentes yacimientos, y de un tercio de ellas no sabemos con certeza el significado.

-¿Treinta mil?-repitió, incrédula, la joven.

-Así es, treinta mil conocidos hasta el momento-recalcó-A lo que hay que sumar-continuó el unicornio-Los cuatro silabarios. Las runas representan sólo conceptos, ideas, como nombres y verbos, adjetivos y adverbios, pero para articular una frase, los aydara unían los ideogramas rúnicos con las llamadas partículas. Son pequeños términos puramente fonéticos que sirven, según el silabario del que procedan, para indicar qué tipo de palabra es una runa, que función tiene en la frase, su número o si se debe de pronunciar con alguna entonación especial. Pero no tiene que preocuparse-añadió, al ver la cada vez más tensa expresión en el rostro de la unicornio lavanda-, suena más difícil de lo que parece, y usted va a contar con la mejor guía para su estudio que se puede tener.

Twilight asintió, intentando parecer animada, mientras seguía procesando, en parte emocionada, en parte preocupada, toda la información que estaba recibiendo. A su lado, Spike, distraído, intentaba sumergirse en su cabeza para retomar, en una fantasía despierta, el sueño interrumpido de aquella mañana.

-Nuestro estimado Fog vendrá enseguida-anunció, entrando por la puerta, Ear-Y, mientras le esperamos-añadió en seguida-¿Hay algo que pueda ofrecerles?-les volvió a preguntar, obteniendo nuevamente un gesto negativo del profesor.

-No, gracias, es muy amable pero nosotros no queremos nada-respondió rápidamente Twilight con una negativa antes de que Spike pudiera reaccionar. Según lo veía ella, era muy tarde para desayunar, lo que por otro lado ya habían hecho y muy bien en casa, y todavía pronto para comer, y no quería que tomaran nada entre horas.

Sin embargo, el pegaso no parecía haber escuchado el plural de su negativa, puesto que se acercó al dragón y, con un tono insinuante, le dijo:

-¿Y tú, mi joven amigo? Aquí pareces aburrido, muy aburrido…-alargó aquella palabra mientras ponía un gesto de circunstancia que al dragón le arrancó una pequeña carcajada-Aquí los unicornios van a hablar de cosas antiguas sin ningún interés, pero yo sé de un buen y barato local en Canterlot que es famoso por su variopintas gastronomías, pues es al que van los viajeros no ponies cuando pasan por la capital… Y tengo entendido que tienen un pastel de rubíes que está para chuparse las garras-terminó con un gesto sugerente de sus cejas.

-¡Oh!-exclamó admirado Spike mientras se le hacía la boca agua y sentía un cosquilleo en el estómago-¿Has oído eso, Twilight? ¡Pastel de rubíes! ¡Mi favorito!-miró a su casi hermana con ojos suplicantes.

-…Supongo que está bien…-accedió ésta, un poco molesta ante la inesperada y, según lo sentía, entrometida intervención del pegaso-Pero no comas demasiado. Recuerda que mamá ha dicho que iba a hacer su estofado de patata y zanahoria.

-Sí, sí…-dijo, indiferente e impaciente, el dragoncito mientras se levantaba y seguía al pegaso hacia la salida.

Ear sonrió satisfecho de haber sabido aprovechar la gula del bebé dragón para hacerle salir. El pianista no tenía ni idea de qué razones tendría el profesor Knowling para querer hablar con Fog, más allá de que estaba claro que aquella Sparkle estaba implicada, pero intuía que debía ser algo importante. No creía que Brown fuera capaz de venir a molestar a Dremtly, conociendo como era, por algo insignificante. Él no podía ayudarle con lo que fuera que quisiera Knowling pero, al menos, podía facilitarle las cosas librándose de las “presencias” no necesarias.

A Twilight le despertaba cierta curiosidad la presencia y la actitud del pegaso. ¿Cómo había acabado un personaje como ese, y más con su talento musical, como un mero ayudante de un simple investigador adjunto por muy brillante que éste fuese? Sin embargo, no halló la forma ni las ganas de plantear tal cuestión al profesor Knowling, pues no quería parecer irrespetuosa.

-¡Ah, Dremtly! Me alegra verte aparecer finalmente-dijo de repente Brown, mirando hacia la puerta de la cocina.

Twilight le imitó para encontrarse, a medio entrar, a un cabizbajo unicornio de un pelaje entre blanco y un suave beige. En su crin de un suave tono rubio, donde un forzado alisado no lograba del todo contener y aplastar los bucles y rizos de su cabello, destacaban a un lado tres coloridas franjas: una de un chillón rosa flanqueada por dos de un fuerte y oscuro gris. Su expresión era seria y aparentemente indiferente, pero su lenguaje corporal era fácil de leer y dejaba patente lo incómodo que se sentía en ese momento. La actitud de aquél le recordó a Twilight la de su buena amiga Fluttershy.

-Buenos días-logró, tras un momento, decir aquel, entrando finalmente en la cocina y dirigiéndose a la mesa, donde se sentó en un lado de la mesa, en la esquina contraria a la que ocupaban el profesor y la unicornio lavanda. Ésta pudo observar, antes de que él se sentara, que su cutie mark tenía la forma de una varita que se cruzaba con un rayo.

-Ella es Twilight Sparkle-la presentó el profesor al recién llegado-Discípula personal de la Princesa Celestia-el joven erudito, “Fog” como le llamaba su compañero, no pareció inmutarse ni impresionarse demasiado por aquella noticia-Y está aquí porque Su Alteza quiere que incluya la magia aydara dentro del campo de sus estudios.

Aquel unicornio, al que ahora examinaba Twilight con curiosidad, seguía resultando impasible, como si no escuchara, a las palabras de Brown, como si no entendiera o no quisiera entender que tenían que ver con él. Se dedicaba únicamente a mirar la mesa frente a él, como si se limitara a aguantar una insoportable charla que en nada le atañía, deseando únicamente que acabara para volver a ponerse con sus tareas. A Twilight aquella actitud no le era del todo desconocida.

-En respuesta a la solicitud de la Princesa-continuó hablando Knowling-Me voy a encargar de supervisar su instrucción… Pero, dado lo inesperado de la petición, no tengo tiempo para encargarme activamente de ella. Por eso necesito que tú te ocupes de enseñarle los principios elementales de la magia aydara y le instruyas en los más sencillos hechizos-concluyó.

Dremtly alzó lentamente la mirada, intentando evitar el ver a la unicornio lavanda, hasta mirar a Knowling. Si tenía alguna emoción, buena o mala, lograba contenerlas bastante bien.

-¿Yo?-sin embargo, al intentar hablar, su voz se mostró claramente quebradiza y dudosa-…No creo que pueda hacerlo-no pronunciaba con un tono tan bajo como Fluttershy, pero si tan rápido que a Twilight le costó un poco entender lo que había dicho.

-Estás preparado de sobra para cumplir con esta tarea-le dijo Brown-Y necesito que lo hagas-añadió, en el tono más firme y seguro que pudo. Estaba acostumbrado a tratar con las reticencias y apatías de Dremtly, siempre igual de indispuesto a intentar emprender proyectos novedosos.

-…Pero…Ahora…-Twilight se fijo en que la cola del unicornio empezaba a hacer un extraño movimiento contra el lomo de aquel y supuso que era una especie de tic nerviosos-…Estoy ocupado ahora mismo… Sigo trabajando en la traducción de la gran columna de Thunderain.

-Eso puede esperar-le espetó, sin más Knowling. Fogsun tampoco mostró reacción alguna ante aquellas palabras, aunque, por un momento, le echó una mirada escrutadora a Twilight-Además, necesita aprender la escritura aydara, y tú eres el que mejor la conoce.

Ésta, que contemplaba un poco ajena el cruce de palabras entre ambos estudiosos, se sintió un poco culpable. Cuando la Princesa le había comunicado que iba a instruirla un joven erudito, sólo se había preguntado en si de verdad aquel estaría preparado para algo así, sin pareare a pensar que le harían dejar de lado sus propios proyectos. A ella le sentaría muy mal que la princesa Celestia interrumpiera sus estudios de magia para hacerle enseñar a otros, por lo que comprendió la reacción del unicornio y se solidarizó de inmediato con él.

-Además-decidió Knowling llevar su petición hasta el final-Creo que necesitas un cambio de aires, literal y metafóricamente hablando. Llevas prácticamente dos años, desde lo de Cherady, en que sólo sales de este apartamento para ir o a clase, o al archivo o a la biblioteca. Asimismo es más que posible que un descanso te venga bien… Por todo ello y para mayor comodidad de la señorita aquí presente he pensado que acompañes a la joven Twilight a Ponyville…-y ante estas palabras reaccionaron los dos, especialmente asombrada ella, mirando con incredulidad a Knowling.

-Disculpe, profesor-se decidió ella a intervenir-Pero no sería eso necesario. Es más, he venido hasta Canterlot por no contar, en mi casa de Ponyville, con los libros y materiales necesarios para estudiar la magia aydara que si tendré a disposición aquí, en el Celestium.

-¡Oh! Eso no será problema ninguno-le replicó de inmediato Brown-Le aseguro que nos encargaremos de que cuente usted con todo lo necesario para su instrucción sin necesidad de tener que estar físicamente aquí, en Canterlot. Es frecuente que apoyemos a estudiantes externos en casos especiales como el suyo, además de que cuando se trabaja en una excavación también se hace algo parecido… Por supuesto, sólo lo he propuesto porque pensaba que sería de su agrado y que añoraría su hogar.

Knowling guardó silencio y dejó que la mente de la unicornio le diese vueltas a su idea, confiando en que el resultado sería positivo. Sabía que aquella propuesta era extraña, dadas las circunstancias y la excusa que había presentado le parecía insustancial hasta a él mismo, pero no había hallado otra mejor. Por otro lado, si lograba que colase, podría enviar a Dremtly a Ponyville y, desde allí, le usaría para que buscara la cripta por él…

Sin poder hablarle del resultado del conjuro de la convocatoria que le había dado tal localización, no tenía argumentos para convencer a su antiguo alumno de que había nada más y nada menos que una cripta aydara en Ponyville, pero por otro lado, confiaba en que aceptaría cualquier razón que le ofreciese que le permitiese mantenerse lejos de los lugareños y, el buscar una misteriosa ruina aydara lo era. Además, Dremtly ya había participado en la excavación de una cripta años atrás, por lo que su experiencia le sería de utilidad para reconocer dónde podría haber o no haber otra de aquellas.

-Bueno…-habló finalmente la unicornio-…La verdad, venía pensando en pasar un tiempo en Canterlot y no me importaba la idea… Pero si puedo estudiar la magia aydara en Ponyville, eso le gustará a Spike.

• • •


Trixie depósito el libro que estaba leyendo, “Daring Do y el Cáliz del Grifo”, sobre el escritorio de la habitación al oír que la llamaban desde el piso inferior para comer. No le importó demasiado dejar la lectura de aquel capítulo a medias, pues lo cierto era que las novelas de Daring Do no le entusiasmaban demasiado y que sólo la estaba leyendo porque era lo único que parecía poder hacer en aquella casa para distraerse.

Leer… O pensar en aquella misteriosa puerta y en el fascinante y sin duda grandioso poder que se ocultaba tras ella. Pero Trixie no quería darle muchas vueltas a aquello hasta que se hubiera recuperado para evitar que la impaciencia la consumiera, pues lo que tenía claro es que, cuando se encontrara algo mejor, volvería a aquella caverna en busca de aquella magia tan prodigiosa, aquella energía que brindaría su tan ansiada venganza a la Gran y Poderosa Trixie.

Cuando llegó, por el camino aprendido aquella mañana, hasta la cocina, vio que los tres hermanos Apple se dedicaban a disponer la mesa, colocando platos, cubiertos, vasos y demás, mientras su abuela parecía dar unos últimos retoques a lo que fuese que estaba preparando en una gran olla. La unicornio no imaginaba que pudiera ser y, aunque en principio no le hacía demasiada ilusión lo que pudiera estar preparando, puesto que no le gustaban demasiado ni los cocidos ni los estofados o demás platos parecidos, tuvo que admitir para sí que el aroma que desprendía aquello y que inundaba la cocina era realmente delicioso.

-¿Cómo te encuentras, Trixie? ¿Un poco mejor?-le preguntó Applejack, mientras sus hermanos, Big Mac y Apple Bloom, se sentaban ya en sus sitios a la espera de empezar a comer.

-Un poco-musitó ésta, a modo de respuesta, tomando a su vez también asiento. “Supongo que lo pregunta porque ya estará deseando que la Gran y Poderosa Trixie se largue de su casa”, se dijo a sí misma la hechicera.

Ella misma se sentía muy incómoda al tener que aceptar la ayuda de aquella familia, pero, a pesar de su orgullo, no se encontraba con fuerzas para rechazar una cama acogedora y comida caliente, bienes comunes que en los últimos meses para ella habían sido un auténtico y excepcional lujo. Sentía el contradictorio deseo de largarse de allí, aunque no tuviera otro lugar al que acudir y, al mismo tiempo, no podía dejar de agradecer haber sido acogida en aquel lugar.

-Esto ya está, querida-escuchó que la abuela Smith le decía a su nieta, mientras se sentaba-Puedes ir sirviendo los platos… Pero tened cuidado, que aún está caliente.

-Sí, abuela-asintió la pony rubia que, tomando el plato hondo que tenía aquella frente a sí, procedió a acercase la olla para, con un cucharón, llenarlo en tres rápidos y firmes movimientos. Tras dejar el de la anciana pony frente a ésta, pasó a alcanzar el de la unicornio para hacer igual…-Esperamos que te guste el cocido de heno-comentó mientras le servía-… ¿Trixie, crees que te basta con esto o te echó un poco más?-le preguntó, enseñándole el plato, que según lo veía la maga estaba a punto de desbordarse.

-La Gran y Poderosa Trixie tiene de sobra con lo que lleva el plato-le respondió.

-¿Estás segura…?

-La Gran y Poderosa Trixie siempre está segura de lo que dice.

-De acuerdo-le tendió el plato la granjera-Pero ya sabes que si quieres más, sólo tienes que pedirlo-añadió mientras seguía sirviendo la comida a sus hermanos y a ella misma.

Al principio la unicornio miró con desconfianza el caldoso y oscuro cocido que tenía ante sí, a pesar de que a su alrededor los demás, con cuidado al estar todavía bastante caliente, parecían comerlo con fruición. Paulatinamente, sobre todo por el hambre pero, también en una pequeña parte, por no querer parecer desconsiderada, llenó la cuchara y, con cuidado y tras soplar un poco a su hirviente contenido, se lo llevó a la boca. Lo encontró bastante bueno, pero a pesar del primer impulso de imitar a los demás en su afán devorador, se limitó a comer lo más tranquilamente que pudo.

Realmente a Trixie le asombraba lo mucho que, aparentemente, comían en aquella casa. Después de todo lo que habían tenido en el desayuno, también para la comida tenían la mesa nuevamente cubierta de todo tipo de platos y escudillas con aperitivos. Aparte del cocido habían servido diversos tipos de panes, una ensalada de tomate, pepino, lechuga y manzana, una fuente con patatas fritas y otras cosas variadas, como olivas y alcachofas con pimiento.

-Oye, Trixie-se dirigió a ella, con su vocecilla infantil, la hermana pequeña de Applejack-¿Puedes decirme qué significa tu cutie mark? Es muy bonita-añadió.

-La cutie mark de la Gran y Poderosa Trixie representa su don, que es la magia-respondió ella, a la que, por lo común, no le gustaba tener que contestar preguntas salvo que, o fueran sobre ella o vinieran con una conveniente ración de halagos-Pues la Gran y Poderosa Trixie es la mejor maga que hay en toda Equestria.

-¡Oh!-asintió, admirada Apple Bloom, que desconocía el penoso incidente que, no muy lejos de allí, había salido tan caro a la unicornio-…Y, oye…-por un momento Applejack estuvo a punto de interrumpirla, temiendo que su hermanita estuviera meditando sobre si de verdad era Trixie mejor que Twilight y que fuera a preguntarle algo que la incomodara-… ¿y cómo la obtuviste? ¿Puedes contármelo?

Trixie no pudo evitar hacer un mal gesto, pues aquel recuerdo formaba parte de un pasado que prefería dejar atrás, muy atrás y olvidado. Intentó recomponer su expresión en seguida, pero ya era tarde. Temió por un momento como pudieran reaccionar los Apple, pero estos parecieron entender su disgusto.

-Apple Bloom, no vayas a molestar a Trixie con tus preguntas ni con tu obsesión por las cutie mark-le reprendió su hermana-Ella aún está algo débil y no necesita a una pesada potrillo encima con sus incordiantes preguntas.

-Oh…-pareció decaída la pequeña-Pero yo sólo…

-Tú, nada-le cortó Applejack-¿Verdad, Big Mac?

-Eyup-asintió secamente éste.

-Bueno, realmente a la Gran y Poderosa Trixie no le molestan las preguntas-intervino la unicornio, mucho más por aprovechar una ocasión que pensaba se le presentaba de volver a enorgullecerse y a ser aplaudida que porque la pequeña le hubiera dado pena-La Gran y Poderosa Trixie está acostumbrada a despertar el interés de todos los ponies, pues ese es el precio de ser tan magnífica y grandiosa.

-¡Oh, bien!-exclamó Apple Bloom, alegre de que, al final, le fuera a responder. Soñando con que quizá esta vez conseguiría un buen ejemplo a seguir para obtener de una vez por todas su propia cutie mark.

-Vaya, es muy amable que le hagas el favor a mi hermanita, pero no estás obligada a ello, ¿lo sabes, no?-le dijo Applejack.

-La Gran y Poderosa Trixie lo sabe muy bien, además de que Ella no cumple con ninguna obligación que no sea con ella misma. Ahora, la Gran y Poderosa Trixie le contará a tu pequeña hermana como, con una gran demostración de magia y poder, logró obtener a temprana edad su magnífica y fantástica cutie mark.

-¡Oh, espera, espera!-la detuvo repentinamente la misma Apple Bloom-¿Podrías hacerlo esta tarde en la cabaña del árbol? Así también te escucharían mis dos amigas, Sweetie Belle y Scootaloo, ya que juntas somos…-hizo una pausa dramática-¡Las Cutie Mark Crusaders!-exclamó poniendo una pose teatral.

-¡Apple Bloom! ¡Esas formas en la mesa!-le regañó su abuela.

Bueno, ha sido un cap interesante.Debido a mis tonterias incurables no he podido dejar de imaginarme tonterias como Knowling diciendo un par de veces "¡NO SOY SOSPECHOSO!" o bromas con tópicos de pedófilos entre Earion y Spike como la tipica escena de la furgoneta (no me fastidies, se ha llevado a un niño ofreciendole caramelos)
Pero en fin, quitando mis tonterias me ha gustado mucho. :)
Última edición por Sasir96 el 27 May 2015, 10:44, editado 1 vez en total
Si te aburres, puedes mirar mis fics y tal
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