La Sombra del Cristal [Aventura] - ¡FINALIZADO!

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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 8

Notapor Grey Edge » 06 Ago 2014, 17:21

Buenas a todos!

Hacia muuuuuuuuuuuuuuuuucho que no ponia nada por aqui, pero eso no significa que este poniendo todo mi empeño en el fic :3

Y, tras mucho tiempo planificando, corrigiendo y escribiendo, aqui os dejo el capitulo 8 ^^

Spoiler:
De nuevo una sala negra y oscura apareció cuando Grey abrió los ojos, no tardó en darse cuenta de que volvía a estar soñando, puesto que ya se estaba acostumbrando a aquel escenario.

Como de costumbre, como si un foco le alumbrara desde el cielo, la zona en la que estaba se ilumino, y de nuevo, una que estaba a unos metros de el hizo lo mismo, dejando ver de nuevo la figura que vio hace meses, aquel que sabia sobre su carga.

Esta vez no estaba con una mirada inexpresiva, sino que parecía contento, o al menos era lo que su sonrisa dejaba notar.

- Parece que haces progreso.

Grey se limito a mirar al interlocutor y responder.

- Debes de tener una rara idea acerca de progresar.


- Jeje, créeme, has hecho cosas que muchos ponis en tu lugar no habrían podido hacer jamas. Puede que no te des cuenta, pero aunque sigas pensando que eres una carga, cada día que vives demuestras lo contrario.
- ¿Como? ¿Poniendo a mis amigos en peligro? Creo que no pensamos siquiera igual.
- Progreso no solo significa que las cosas vayan bien, tienes que expandir tu forma de ver el mundo.

Grey se quedo callado frente a aquella afirmación, era fácil de decir, pero con el paso de los años, su percepción de todo no era muy positiva, salvo en algunas circunstancias.

- Cada día que pasa eres mas capaz de cumplir con mis expectativas, solo espero que siempre sigas tu propio camino, y nunca sigas el de otros, puesto que podrás cometer sus mismos errores.

Estaba harto, hablaba como si le conociera de toda la vida, cuando jamas había estado con el, salvo en aquel momento cuando descansaba en TallTale, y le estaba poniendo de los nervios.

- Dime quien eres.
- ¿Desde cuando mi identidad importa?
- Desde que decidiste entrar en mi vida.

El desconocido simplemente se limito a reír disimuladamente ante la impaciencia de Grey, lo cual no ayudo demasiado en aquella situación.

- No necesitas saber quien soy, solo que soy un "amigo".
- Es fácil decirlo, pero difícil demostrarlo.
- Créeme, en su momento, veras por que lo soy.

El silencio invadió la estancia durante varios segundos, hasta que el poni cobrizo miro hacia detrás suya rápidamente, de nuevo con aquella irritante sonrisa en la cara.

- Me gustaría haber estado aquí mas tiempo, pero por lo visto la visita de hoy sera corta, y no precisamente por voluntad mía.

Grey apretó los dientes de pura ira, aunque el fuera un extraño, esta era su mente, este era su mundo.

- ¡ESO LO DECIDIRE YO!

Inmediatamente cargó contra el poni cobrizo, pero antes de llegar a su objetivo, una gran ráfaga de viento le comenzó a empujar hacia atrás, junto a un sonido muy fuerte, destruyendo la oscuridad y provocando que lentamente volviera a despertar.

- Recuerda, si tienes dudas, mira tu marca.

La ráfaga se tornaba cada vez mas fuerte y Grey notaba como era empujado cada vez mas lejos. Era muy real para ser un sueño. Al tiempo que entreabría los ojos, se dio cuenta que se estaba deslizando por un pavimento de mármol muy real.

-¡DESPERTAD DE UNA VEZ GREY EDGE!

Aquella tronante afirmación vino acompañada de una enorme onda sonora que lo mandó volando, estampándolo contra algo verdaderamente duro y que dolía de verdad.

El unicornio abrió los ojos del todo los ojos y pudo ver como ante él había una enorme vidriera... donde se representaba a seis ponis usando magia con una figura que conocía bien.

-Eso duele... ¿donde...?

-Ruego nos disculpéis. No era nuestra intención lanzaros tan lejos.

Grey reconoció aquella voz. Era una voz que no olvidaría nunca. Incorporándose, contempló una figura que no esperaba volver a ver.

- Princesa Luna...

El unicornio miro rápidamente el lugar, era una sala edificada en mármol con grandes vidrieras y telas aparentemente caras recubriendo el lugar, sin duda alguna, estaba en el palacio real.

- ¿Como he llegado aquí?

La princesa abrió las alas y voló hacia el fondo de la sala, situándose en el trono que allí se encontraba.

-Os hicimos traer cuando descubrimos que os encontrabais en Canterlot. A pesar de las protestas de la guardia real, nuestra autoridad aun está por encima de la suya. Tengo entendido que la Guardia Lunar os encontró cuando procedían a vuestro arresto. Una actitud que deberéis corregir cuando ocupéis tu puesto.

- No pienso dejar que me detengan por... espera, ¿Que puesto?
-Vais a ocupar la capitanía de la Guardia Lunar.
- ¡JAJA! Esa es buena... ahora si me disculpas, he de volver con mis compañeras.

La princesa entrecerró los ojos y las puertas se cerraron sonoramente tras Grey.

-Esto no es una propuesta, Grey Edge. No debisteis desaparecer tras los incidentes del laberinto. El puesto lleva aguardándoos desde que todo aquello terminó. Hemos perdido demasiado tiempo intentando localizaros y ahora estáis aquí. No volverá a ocurrir.

A Grey le pareció aquello más una encerrona que un encuentro amigable, no quería siquiera enfrentarse a precisamente la princesa de la noche nada más levantarse, pero aquella conversación se acercaba lentamente a una confrontación.

- ¿Y si me niego?

La princesa se sonrió.

-Danos motivos convincentes para hacerlo. Nos encantará oírlos.

- Ahora mismo no puedo ni quiero, Luna. Yo mismo desaparecí del mapa para evitar cosas como esta. En el laberinto demostré que ni siquiera podía estar bien sin causar problemas a los demás.

Grey dio un par de pasos al frente, necesitaba mas argumentos para distraerla mientras pensaba en como largarse de ahí.

- No soy un líder, ni soy alguien en el que se pueda confiar, estoy buscado por la ley y precisamente no soy el mejor acatando ordenes, y eso lo sabes de antecasco.

Luna suavizó ligeramente el gesto, sin dejar de estar seria.

-Solo sabemos que tenemos ante nos a un unicornio capaz y con gran talento que se empeña en desperdiciar. Ahí fuera no le servís a nadie y correís mas peligro que aquí. Pero esa no es la razón. Nos pasamos las noches leyendo los sueños de los ponis y sabemos cuando alguien nos oculta algo. Y estáis ocultando algo, Grey Edge. Algo que te aflige y te apremia a dejar estas estancias.

Grey miro brevemente al suelo para después volver a mirar a Luna a la cara, a pesar de la distancia.

- A estas alturas ya te imaginaras que solo hay un poni que me importe tanto.

La princesa tardó unos segundos en contestar.

-Si se trata de vuestra hermana, ¿creéis que un proscrito buscado por la guardia real y con un poder que aun no controla tendrá más éxito que yo misma y mi guardia lunar? Nos ocuparemos personalmente de averiguar su paradero. A diferencia de vos, ella si sueña, por lo que podremos encontrarla antes de lo que pensáis.

La princesa cerró los ojos antes de que Grey le recriminase e invocó algo que dejó al unicornio descolocado: un cristal negro.

-Además, las respuestas que buscáis no se encuentran ahí fuera, sino aquí.

Grey iba a responder a la princesa, pero el hecho que emulara su poder era algo que le dejo completamente en blanco. No podía creerlo, tras todo aquello, le oculto que lo sabia, después de todo.

- Condenada embustera, embaucadora, mentirosa..... ¡Te pregunte un millón de veces si sabias algo acerca de mis poderes y siempre lo negabas! ¡¿Y AHORA ME SALES CON ESTO?! ¡¿Te crees que siquiera pueda confiar en ti ahora que veo lo que me ocultabas?!

El unicornio estaba fuera de si, tanto tiempo buscando respuestas, tantas veces que le pregunto en el laberinto, tanto tiempo con entrenamientos raros... y ahora de la nada resulta que sabía todo. Grey estaba afligido al ver que la poni a la que intento proteger en su día jamás confió en él, y aquello solo daba lugar a mas ira.

La princesa puso los ojos en blanco antes de canalizar una poderosa magia que alcanzó al unicornio de lleno.

Grey dejó de ver el salón del trono solo para no ver absolutamente nada alrededor de él. Era un mundo totalmente blanco, como si fuera...

"La ira no os deja pensar con claridad, Grey Edge. ¿Acaso sólo recuerdaís lo que quieres?"

La voz de Luna resonaba ene el espacio blanco, pero la princesa no estaba por ninguna parte.

"Os recuerdo que mientras fuimos Nightmare Moon mi personalidad nos llevaba a no fiarnos ni de nuestra propia sombra. Os ganasteis mi confianza, demostrasteis ser capaz, me asombrasteis llegando donde pensábamos que nadie podría llegar; e iba a premiar vuestra lealtad con aquello que ahora voy a revelaros... Pero cuando volvimos a ser Luna lo olvidamos todo. Hasta que el laberinto acabó y vos partisteis. Fuisteis muy desconsiderado al darnos la espalda, Grey Edge. Huisteis vos por decisión propia cuando más se os necesitaba y cuando más vos lo necesitabais"

Grey estaba harto, no se creía ni una sola parte de aquello y la ilusión que había creado Luna no ayudaba a aquello.

- Estoy harto de decirlo, fue por el bien común.

"No sabes nada, Grey Edge"

El inmenso fondo blanco se esfumó para dejar paso a lo que parecía un mundo hecho con figuras de papel, como si se tratase de un cuento infantil. Ante el unicornio empezaron a materializarse unas figuras que se movían guiadas por la historia que la princesa de la noche empezó a narrar:

“Hace poco más de mil años, en el Imperio de Cristal, nacieron dos hermanos, uno un poni terrestre de pelaje cobrizo, mientras que su hermano era un unicornio con colores similares a los tuyos.

No tardaron demasiado tiempo en manifestar un poder muy peculiar, cada uno de una forma. Mientras que el unicornio podía crear piezas de cristal de la nada, el poni terrestre podía recubrirse a si mismo en cristal, pero sin quedar inmovilizado.

No tardo demasiado en que aquellos potrillos fueran conocidos como la "Esencia del Imperio", ya que la gente los veía como si fuera la encarnación del Corazón de Cristal. El unicornio se volvió un estudioso que se dedicó a estudiar las opciones que ofrecía su cualidad, mientras que el poni terrestre se alistó al ejercito del Imperio, y su popularidad se fue disparando gracias a que usaba sus poderes para proteger a los demás.

Aunque el unicornio se quedaba día y noche estudiando sus cristales, el segundo hizo una vida normal, se casó y tuvo descendencia, una pegaso y un unicornio.

Pero en todo corazón siempre hay una mancha oscura, y fue el primer hermano, el unicornio, el que la desarrollo.

Lentamente, la oscuridad fue adueñándose de su corazón a medida que estudiaba la capacidad que ofrecía su poder, hasta que desapareció, para emerger como el mayor mal al que los ponis de cristal se enfrentaron jamas.

Uso su poder de un modo que pudo controlar a prácticamente todos los ponis que se encontraban en el Imperio a excepción de los pocos que lograron escapar, entre ellos los hijos del segundo hermano, los cuales comenzaban a dar signos de haber heredado los poderes de su antecesor.

Nosotras no tardamos en acudir en la ayuda de todos, junto al segundo hermano de nuestra parte, pudimos averiguar cosas acerca del unicornio que jamas hubiéramos sabido, incluso pudimos obtener su diario, con lo que vimos como ocurrió todo lentamente en el.

Finalmente pudimos asaltar el castillo, mientras que el segundo hermano iba por su cuenta, y pudimos estar cara a cara con el artífice de tanto dolor, tras lo cual, y armadas de valor, nos enfrentamos a el.

Poco pudimos hacer, salvo contemplar como ambos hermanos se enfrentaban, nos hizo prometer que ayudaríamos a su familia a escapar, y así hicimos. Poco después, el Imperio desapareció, sin dejar rastro alguno.

Sus hijos fueron rápidamente repudiados por aquellos sucesos y acabaron bajo protección nuestra hasta que crecieran. Aquello sucedió sin ningún percance, salvo el hecho de que ellos desarrollaban sus poderes bajo constante supervisión nuestra, para evitar que lo que ocurrió en el Imperio de Cristal se repitiera.

En pocos años los ponis abandonaron el castillo, cada uno por su lado, y tu eres descendencia de aquel valiente guerrero, Grey Edge”

Las figuras se desvanecieron y Grey de nuevo volvía a estar en la sala del trono.

-Y es por ello por lo que ingresarás en la guardia lunar: tu destino es proteger, como lo fue el de tu antepasado. Si tantas dudas tienes, nos recomendamos que mires esa marca que llevas.

Grey no pudo evitar relacionar al segundo hermano de la historia con el poni que estaba viendo hace un rato, pero si eso fue hace mas de mil años, no era posible que fuera el mismo.

Hizo caso al consejo que ambos le hicieron y miro su marca durante unos segundos, el escudo de cristal que adornaba su grupa era el signo de su verdadero talento, el cual siempre se había cuestionado desde que salio del laberinto. De nuevo, miro a Luna, hacia meses que no la veía y, a pesar de la hostilidad que recién salio, decidió tomar lo que el pensó que era la decisión correcta, por lo que se acerco un poco mas, se arrodillo frente a la princesa y la miro a los ojos.

- Acepto.

-Alzad pues la cabeza, Capitán Grey Edge.

El unicornio obedeció y se encontró con que la princesa de la noche parecía estar... sonriendo.

-Ahora ya puedo agradeceros lo que hicisteis por mí en el laberinto.

El tono de voz de Luna había cambiado ligeramente. Aunque seguía siendo autoritario, sonaba más… afectivo. El cuerno de la alicornio se iluminó y acto seguido Grey se vio recubierto de una armadura completa similar a la de los guardias reales, pero con peculiaridades: su aspecto era algo mas recargado y afilado, cubría la mayoría del cuerpo y los tonos se correspondían con los de Luna y no con los de Celestia.

-Empezareis hoy mismo con vuestra instrucción preliminar antes de que paséis a estar al mando de la guarnición. Y no temáis, encontraré a vuestra hermana... mi buen amigo.

Al pronunciar estas palabras los rasgos de Luna claramente se suavizaron, como si hubiese dejado atrás definitivamente gran parte de los formalismos que venía mostrando desde que el unicornio despertó.

Había muchas palabras para describir la sensación en aquel momento, pero la palabra clave era incomodo en aquel caso.

Estaba acostumbrado a ir sin nada recubriéndole todo el cuerpo, salvo su capa, y ahora una armadura toda de golpe y sopetón, estaba como un gato recién salido de una ducha, moviendo las patas a ver si se encontraba más cómodo.

Luna lanzó una risita.

-No os preocupéis. Está hecha con los materiales mas ligeros a la par que resistentes de Equestria y ha sido alterada mágicamente para que no os pese lo mas mínimo. Un par de días con ella y ni os enterareis de que la lleváis puesta.

- Sigue siendo algo raro.

El tono del unicornio era claramente de alguien molesto, pero a Grey no le quedaba otro remedio, sin embargo, el sabia que no seria tan fácil librarse de todo lo que tenia detrás con una simple armadura.

- ¿Que ocurre con mi orden de detención? No creo que una armadura haga que un delincuente deje de ser culpable.

Luna dejó de sonreír, pero su rosto no se endureció.

-Nos hemos ocupado personalmente de que las posesiones que sustrajiste a aquel guarda real le sean devueltas. Del mismo modo, tus cargos pendientes sobre incidentes ocurridos en el laberinto han sido sobreseídos. Si todos debiésemos responder por lo allí ocurrido, ahora mismo ninguno de nosotros estaríamos manteniendo esta conversación.

- Vale, una cosa más. Conmigo venían dos yeguas. ¿Donde están? Porque es obvio que algo sabrás de ellas puesto que venían conmigo.

-Ambas están a salvo y bajo nuestra vigilancia. Tendrán una audiencia conmigo a su debido tiempo. Sé lo que estás pensando, pero nosotras escucharemos lo que ambas tengan que decir antes de tomar cualquier decisión. Si queréis hablar por ellas, ahora es el momento.

¿Debería hablar o callarse? Era el pequeño dilema que se le mostraba a Grey con aquella propuesta. Era obvio que con Macdolia no tendría problema alguno, ya que ya la conoce y sabe que sus intenciones son buenas, el problema era Shadow Mirror.

Era obvio que, tras el incidente que provoco en el laberinto, era equina non grata para cualquiera que hubiera estado por ahí, por lo que, por mucho que hablara ella, estaba claro que un prejuicio muy negativo respecto a ella estaría muy vigente en la princesa.

- Sobre Macdolia no tengo nada que decir, salvo que su voluntad de ayudar a los demás es lo que me ha traído aquí, pero si tengo que hablar sobre mi otra compañera, cuyo nombre es Shadow Mirror.

Es obvio que la reconocéis, y no precisamente de un momento muy agradable. La encontramos en las ruinas de un edificio calcinadas de hace ya años, muy débil, y aun así con ganas de enfrentarse a nosotros, pero salio mal parada, de hecho, acabo irónicamente atravesada por una de sus propias lanzas e inconsciente.

Fuimos a parar a TallTale para así podernos curar en el hospital junto a ella, cuyo estado era tan deplorable que no pude evitar ayudarla, no podía dejarla ahí.

Ahí ya creo que Macdolia podría darte detalles mas técnicos acerca de algo que le extrajeron, no me acuerdo muy bien de todo, pero se que era algún amplificador de ira, lo cual por desgracia dio lugar a un incidente, del cual seguramente sabrás.

Bueno, tras aquello, la sacamos de ahí cuando ya estábamos algo recuperados y viajamos todos juntos hasta llegar a Canterlot. No dejo de ser un poco molesta, pero se que es buena en el fondo, porque tuvo mas de una oportunidad de acabar con nosotros y no lo hizo, sin necesidad de magia.

Grey miro un instante al suelo y pensó si aquel discurso ayudaría de algo, pero sabia que debía defenderla de cualquier destino atroz que le pudiera llegar.

- Se que es una buena poni, a pesar de lo que hizo en el pasado, y lo dice precisamente el que fue su objetivo principal.

La princesa asintió.

-Tendremos en cuenta tus palabras -dijo antes de realizar un gesto con la cabeza.

Las puertas se abrieron y en la sala del trono entraron volando dos ponis ataviados con armaduras similares a la de Grey. Sin embargo, no eran pegasos, pues sus alas eran de murciélago.

-Nuestra escolta os acompañará a vuestros aposentos. Y una cosa mas.

La princesa invocó con un estallido de magia un objeto alargado que Grey reconoció: era una espada larga.

-A Partir de ahora, este será vuestro filo. Usadlo para protegernos de aquellos que amenazan la armonía de nuestras tierras.

Grey uso su magia para guardar el arma en un espacio de la armadura, a lo cual sorprendentemente no tuvo ningún problema. Sin más dilación, se levanto y fue hace los dos guardias, no sin antes mirar a Luna una vez más.

- Me alegra que nos hayamos visto de nuevo en mejores circunstancias, princesa.

La Princesa de la noche no le respondió, pero si que le dedicó una grata sonrisa al tiempo que asentía.

Grey fue caminando por el pasillo junto a los dos guardias, los cuales tenían semblante serio, sin duda fruto de todo su entrenamiento.

Se quedo mirando los pasillos que en su día recorrió como portillo en circunstancias mucho peores, pero recuerdos aparte, no pudo evitar acordarse de sus compañeras.

"Espero que mis palabras hagan a Luna ser aunque sea menos severa con Shadow, no me gustaría que después de todo lo que ha pasado, todo acabe para ella aquí."

Finalmente, llegaron a sus aposentos a lo que los guardias abrieron la puerta, dejándole paso libre a Grey para entrar.

- Mañana a primera hora le llamaran para comenzar su entrenamiento, capitán Edge.
- Ugh, que mal suena... decidme simplemente Grey, por favor. Y muchas gracias por avisarme, que tengáis una buena noche.

El unicornio entro en la habitación, cerrando inmediatamente la puerta y quitándose la armadura, puede que fuera ligera, pero seguía siendo algo molesto y quitársela fue la mayor sensación de comodidad en todo el rato.

Miro a la habitación, estaba llena de muebles ostentosos y lujosos que sin duda costarían lo suyo, ademas de una gran cama, lo cual echaba en falta desde hacia mucho tiempo.

El unicornio se dejó caer sobre el mullido colchón. ¿Cuando fue la última vez que se había tumbado en una cama así? Quizás ni siquiera había última vez.

Pero aun así... no podía quitarse de la cabeza la idea de que, pese a su nueva posición, se encontraba más solo que nunca.

-¿Eh? ¿Que es eso que asoma bajo la almohada?

Grey usó su magia para hacer levitar aquel cojín... y se encontró algo totalmente inesperado.

Era un muffin.

-¿Pero como ...?

El unicornio miro el muffin sin evitar pensar en Macdolia, sin duda alguna todo esto había sido gracias a ella, y era en aquellos momentos en los que mas le hubiera gustado tenerla al lado, aunque fuera para hablar.

También recordó como se ponía si se le hacia un feo a uno de sus muffins, por lo que, con una sonrisa en la cara, comenzó a comérselo mientras pensaba en como se encontrarían sus compañeras.

La noche fue la mas cómoda que Grey tuvo en muchos años, aunque estar rodeado de lujos no era algo que le agradara demasiado, realmente necesitaba aquel descanso tras tanto tiempo viajando.

La mañana siguiente se levantó e inmediatamente se miro al espejo, hacia mucho tiempo que no se veía a si mismo detenidamente, al descuidarse tanto parecía que le había crecido una barba de cabra en la cara, ademas de que notaba que estaba lleno de suciedad, por lo que decidió limpiarse rápidamente y cortarse aquel pelo de mas de su cara, gracias a una pequeña hoja de cristal.

Se miro de nuevo, ya mas limpio y listo, se sentía a gusto tras notar la relajante caricia del agua sobre el, pero ya casi seria la hora para su entrenamiento, por lo que, refunfuñando un poco, se coloco su armadura encima y se preparo a que lo llamaran mientras veía en lo que se había convertido de la noche a la mañana.

Fueron muy puntuales a la hora de llamarlo, lo cual Grey agradeció, sin mediar palabra comenzaron a caminar por el castillo. Muchos años habían pasado desde la ultima vez que se encontró en el, y por lo menos esta vez no había nadie detrás suya, sin embargo notaba de vez en cuando alguna mirada hacia el, y no eran precisamente de admiración, todo lo contrario, pero intentaba ignorarlas lo máximo posible.

El silencio ahí era un poco incomodo, pero no sabia siquiera de que hablar, no era como con Macdolia y Shadow, que sabia que decir o al menos que podía decir, ahora mismo, estar callado era lo mas fácil para Grey, y así fue todo el trayecto.

Ante el se encontraba una gran sala, con aspecto parecido a un gimnasio, repleto de diferentes aparatos y espacios para entrenar y practicar, tales como muñecos de entrenamiento para magia, o armas cuerpo a cuerpo con un pequeño saco de arena en la punta.

Ante el asombro de Grey, un poni de curiosa figura de encontraba ante el, aclarándose la garganta para obtener su atención, pero el unicornio no pudo evitar en fijarse en sus rasgos mas que prestarle atención. Las había visto la noche anterior en los guardias que lo escoltaron a sus aposentos, pero ahora podía verlas de cerca: unas alas membranosas, completamente diferentes a las que siempre había visto, repletas de plumas, junto a unas orejas mas profundas y un iris que solo podría describir como peculiar eran suficientes para atraer la curiosidad de Grey hacia ellas.

El extraño poni no pudo evitar reírse un poco, por lo visto no era la primera vez que le pasaba.

- ¿Nunca has visto un batponi eh?
- Pues.... no, la verdad, es curioso.
- Jeje, pues acostúmbrate, esto es la guardia lunar y créeme, hay muuuuuuuchos batponis por aquí, ahora, si no te importa, sígueme.

Ambos comenzaron a caminar por el amplio recinto, donde habían muchos mas ponis entrenando, incluso habían un par de batponis haciendo maniobras aéreas, lo cual, a pesar de que ya las había visto, seguían siendo impresionantes para el.

- Así que eres nuestro nuevo capitán eh.
- Para gracia o desgracia, si, me llamo Grey Edge.
- Pues bienvenido la Guardia Lunar, o Guardia Nocturna, Capitán Edge, hay varias formas de llamarla, aunque la primera es la mas popular.
- Muchas gracias.
- No hay de que, por cierto, me llamo Brave Wind.

Finalmente se detuvieron frente a una sala repleta de persianas, la luz entraba fácilmente por ellas, dejando ver varios obstáculos que a primera vista eran sencillos, demasiado, incluso.

Brave Wind saco de un armario cercano un casco con una lente de cristal , su forma parecía un poco ambigua, ademas de desgastada.

- Capitán, si me es tan amable de quitarse la armadura.

Grey se quito su armadura rápidamente, realmente le incomodaba estar con ella, pero tampoco era momento de quejarse.

- Supongo que no estarás acostumbrado a la oscuridad como nosotros, por lo que siempre a los nuevos les damos este casco para comenzar, esa lente contiene un hechizo el cual, sin dar luz alguna, hace que puedas ver todo en la oscuridad, los objetos inanimados se verán ligeramente con una silueta algo clara, mientras que ya las cosas mas "animadas" se verán con mas claridad para que no tengas problemas. Y con el tiempo te acostumbraras y no te hará falta, pero de mientras, úsalo.

Grey se coloco el casco y Brave cerro todas las persianas rápidamente, dejando el lugar completamente a oscuras, pero sin embargo, gracias al casco, no era precisamente una visión clara como su fuera de día, pero aquello era impresionante, incluso en la mas completa oscuridad, podía ver sus alrededores.

- Hoy haremos un ejercicio simple, capitán. Solamente trate de hacer el recorrido estándar con el menor numero de errores posible.

Grey asintió y presto atención a las indicaciones de su instructor, gracias al cual pudo completar el recorrido, pero no exento de fallos por falta de visión, seguidos de una risilla de Brave.

- No esta mal para la primera vez, no te preocupes por los tropezones, todos los que no están acostumbrados a la noche tienen esos problemas, es solo cuestión de acostumbrarse.

Poco mas pudo entrenar, ya que su escolta había vuelto, bajo orden de Luna, para traerle de vuelta a la sala del trono, con motivo de anunciar su promoción a capitán, por lo que se coloco la armadura rápidamente y comenzó a seguirlos.

El anuncio de su ascensión a Capitán de la Guardia Lunar de una forma tan súbita causo mas de un murmuro entre ambas guardias, pero sobretodo había movimiento en la solar, entre los cuales se notaba especialmente en una parte de la Guardia Solar, entre los cuales Grey pudo distinguir a varios de los ponis involucrados en el intento de arresto del día anterior.

La ceremonia no tuvo mucho mas por parte de Grey, por lo que este se dedico a buscar por los pasillos a Macdolia, a la cual echo en falta en la sala del trono, ya que, según Luna, estaba por el castillo.

Poco podía imaginar el unicornio que ahora mismo la yegua espacio-temporal se encontraba más cerca de lo que se pensaba, dejando otro muffin en los nuevos aposentos de Grey.

-El reloj de arena está dando la vuelta... -murmuró-. Lo que empiece a caer ahora depende del día de hoy.

Al mismo tiempo, la Princesa Luna sufría un ligero asedio por parte de los guardias solares que mas molestos se encontraban por el nombramiento de Grey.

La Princesa de la noche decidió terminar aquellas quejas con un manifiesto cargado de un buen número de decibelios.

-NO HAY MAS QUE HABLAR. Grey es ahora el capitán de la Guardia Lunar y ninguno de vosotros tiene la potestad para ponerle un casco encima.

-En ese caso, recurriremos a la Princesa Celestia. Ella sabrá ocuparse de ese delincuente greñudo -dijo el guardia que se quedó mas rezagado del grupo; el mismo al que Grey había sustraído la espada.

"Dudo que responda a tu petición, soldado. Hermana sabe al igual que yo cuan importante es Grey en el nuevo orden de Equestria" -dijo la Princesa para sí- "Y ahora... toca ocuparme de ella"

Muchos metros por debajo de la sala del trono, en una habitación algo mas lúgubre, pero bien acomodada, una unicornio empezaba a impacientarse.

-¡¿CUANTO TIEMPO MAS VOY A ESTAR AQUÍ METIDA?! -vociferó Shadow mientras intentaba teletransportarse fuera de allí, sin éxito- Si tuviese toda mi magia...

-No la usaríais para escapar. Sería poco práctico -dijo la Princesa Luna mientras entraba en la sala- Volvemos a vernos, Catleya, si mal no recuerdo; aunque tratóse de un alias ¿no? Tu nombre real es Shadow Mirror.

- Creo que me suenas, estabas cuando trate de acabar con ese unicornio hace unos meses ¿No?- Shadow sonreía mientras miraba a la princesa a los ojos.- Tu eres la que se cargó mi hechizo de contención.

Luna se sorprendió ligeramente.

-A pesar de haber pasado mil años en el destierro, nos sorprende que no nos conozcas.

- ¿Nos? ¿Sois una legión de alicornios similares a ti o que?

Shadow obviamente se estaba mofando de Luna, aquella situación no le gustaba, y ya que no podía hacer nada para evitar el destino que le decidieran, al menos se divertiría sacando de quicio a quien pudiera.

La princesa encajó el golpe arqueando la ceja ligeramente.

-Pasamos mil años encerradas en la luna. Aun no consigo desprenderme de este deje arcaico ni de este plural majestático; pero has esquivado mi afirmación: ¿cómo es que no nos conoces?

- No puedo conocer a todo ser que exista en Equestria, además, los temas de realeza me importan más bien poco.

La princesa entrecerró los ojos.

-Más bien parece ser que el único tema que teníais entre ceja y ceja era acabar con mi nuevo capitán de la guardia lunar.

Shadow abrió instantáneamente los ojos y comenzó a reírse durante un buen rato frente a una Luna que parecía inmune a toda la actuación de la unicornio.

- ¿En serio que....? Jejeje... espera... ahora, bien. ¿En serio que ese unicornio que no tiene ni la mas remota idea... de NADA acerca de si mismo o sus poderes debe ser Capitán? Porque si así es el panorama de Equestria me apunto a ser Reina... ya que están regalando cargos importantes..

La princesa espero a que Shadow dejase de reírse antes de continuar.

-Ahora está más enterado del origen de sus poderes. Por si no estás informada, mi hermana y nos estuvimos allí cuando todo empezó. Lo curioso es... cuanto sabéis vos. No somos estúpidas: tu habilidad es similar a la suya. Es obvio que sois una descendiente también.

- Tampoco es que lo oculte precisamente, y si, lo soy, por si acaso no ha quedado suficientemente claro.
-En ese caso, me inclinaría a pensar que buscáis extinguir el linaje para evitar lo que sucedió entonces, ¿nos equivocamos acaso?
: El rostro de Shadow se torno en una mirada seria y desafiante en un instante.

- Ahí ya tocas un tema espinoso, señora Alicornio. Y no soy muy dada a hablar acerca de mis acciones o motivos.

Luna se sonrió.

-Fuisteis capaz de enfrentaros a cuatro ponis, dos de ellos especialistas en luchas contra seres sobrenaturales y que además contaban con nos de apoyo. Sobrevivisteis al ataque de un lich milenario. Os infiltrasteis en un plano onírico ante nuestras mismísimas narices. Vuestras acciones hablan por vos, Shadow Mirror.

La princesa continuó antes de que la unicornio replicase.

-Y aun así, pese a tu perseverancia, el primer acto de mi nuevo capitán ha sido interceder por ti. Por la unicornio que parece desear verle muerto por encima de todas las cosas. Nos gustará saber porqué.

- Padecerá del síndrome de Estocolmo, yo que se. No es mi culpa que ese unicornio y su cansina compañera decidieran por su cuenta que debía viajar con ellos.- Shadow suspiró, desviando la mirada.-De todos modos, ahora mismo tengo otras cosas en mente, las cuales hacen que la vida de tu querido capitán este segura, por lo que ya puedes dejar de preocuparte. Que parece que dependes de él.

Luna prefirió ignorar el último comentario. Resultaba mas interesante lo de antes... ese gesto, y esa frase...

-Nos gustaría dejar de estar preocupadas, pero existe algo que nos escama. Tus crímenes son muchos, entre ellos agresión a una princesa. No obstante, debo de hablar con alguien más antes de disertar sobre ti. En breves sabrás más.

Minutos más tarde, la princesa de la noche hizo entrar a cierta poni de tierra y coletas en la sala del trono.
Las puertas se cerraron tras ella. Macdolia dio un rápido vistazo a los laterales de la sala. Parecía ser que la alicornio le había concedido una audiencia privada.

Luna esperaba al final de la sala, en el trono, con semblante serio. Su cabello ondeaba con todo el firmamento reluciendo en él. Cuando llegó hasta él, la poni de pelaje magenta bajó la cabeza y se inclinó.

-Alteza.

Luna abandonó el semblante serio y lo reemplazó por una sonrisa.

-Alzaos, Macdolia. Vemos que seguís el protocolo.

-Y yo veo que estáis recuperada del todo. Es un alivio.

La princesa asintió.

-Y nos alegra ver de nuevo a una de las artífices de que eso fuese posible. Al igual que mi nuevo capitán, partisteis antes de que pudiese agradecéroslo en nombre de Equestria y en nuestro nombre.

Macdolia se encogió ligeramente de hombros.

-No acostumbro a quedarme a las celebraciones: siempre suele haber alguien que puede necesitarme.

-Y es una tarea encomiable aquella a la que te has entregado. Pero solitaria. Lo vimos en tus sueños.

La poni de tierra se mordió el labio.

-Me lo imaginaba. Viste aquello; ¿no fue así como nos localizaste en el orfanato?

-Tus pesadillas son extrañas, Macdolia, la que conocen como "la guardaespaldas errante", “la viajera misteriosa” o “la bruja poni”. No es la primera vez que oímos tu nombre pero tu poder va más allá del tiempo. Viajas ayudando a los demás de un periodo a otro sin esperar nada mas a cambio que la felicidad de aquellos a los que ayudas, pero... ¿qué hay de tu propia felicidad?

Macdolia cerró los ojos.

-Mi felicidad... me basta con ver a los demás felices. Mis anhelos no son posibles, bien lo sé.

Luna miró con cierto sentimiento de pena a aquella poni. Ella mejor que nadie sabía lo que era compartir dos mentes. Su alter ego, Nightmare Moon, la atormentó durante demasiados años, demasiados lustros...

-Desearíamos poder ayudarte, joven poni.

-No soy tan joven. Viajar en el tiempo tiene sus contrapartidas.

-Aun así, sois joven si os comparáis con nosotras. Siempre lo seréis.

Macdolia no pudo sino sonreír. Por alguna extraña razón, aquella conversación estaba aliviando algunos de sus propios tormentos.

-Como decíamos: queremos ayudaros. Podríais servir a Canterlot. Mi guardia privada...

-Conozco a la guardia privada, princesa Luna. También a la "otra" guardia y creedme: nunca llegaría a la estar a la altura de Rise Love. Y sus métodos tampoco van conmigo…

Luna arqueó las cejas.

"No en vano, uso el poder de ese extraño reloj para obtener información"

-No os preocupéis, alteza: seguiré haciendo lo posible no solo por Canterlot, sino por Equestria, y por todos.

-Aun así... algo podríamos hacer.

Macdolia meditó unos segundos.

-Existe una cosa, alteza. Una petición que quiero haceros y que pediría que escuchaseis hasta el final.

-Oigámosla, pues.

Grey seguía pasando los días entrenando en la sala oscura, mejorando sus reflejos en la oscuridad. Aunque no entrenaba en el ámbito mágico, aquello, por nimio que fuera, era mucho más de lo que el podría llegar a hacer por su cuenta, y se notaba.

Los días fueron pasando, y el unicornio notaba más aun la ausencia de Macdolia, la cual cada noche le dejaba un muffin en la cama, como señal de que seguía cerca, lo cual al menos le aliviaba. Mientras supiera que estaba a salvo, podía respirar tranquilo.

Grey seguía sin acostumbrarse a su titulo nuevo, y a toda la "parafernalia" que ello conllevaba, no le gustaba que le trataran con solemnidad, y tampoco le gustaba oír murmullos de la Guardia Solar cada vez que se cruzaba con alguno, pero también conociendo toda la circunstancia, lo veía lógico.

Ya había pasado una semana desde que Grey fue nombrado Capitán, sus reflejos habían mejorado un poco gracias a los entrenamientos y se notaba en forma, al menos, mucho más que antes, aunque tanta comodidad sabia que a la larga haría mella en el, le estaba gustando demasiado su cama como para desprenderse de ella, sobretodo porque en ella cada noche había un dulce muffin de Macdolia esperándole, el cual siempre se comía en total tranquilidad, mientras pensaba en que estaría haciendo la yegua magenta para estar tan ocupada. Sin embargo, ninguna rutina dura tanto tiempo invariable, y una noche Grey no encontró muffin alguno en la habitación cuando volvió por la noche, pero se imagino que en lo que sea que estuviera involucrada Macdolia, la estaría manteniendo especialmente ocupada, pero minutos más tarde una nueva tarea le sacaría de aquellos pensamientos, un guarda le estaba avisando de que Luna quería verle urgentemente en la sala del trono. Grey, preocupado por lo que pudiera ser el asunto, se coloco rápidamente la armadura y entro en la sala del trono, donde Luna parecía esperarle desde su asiento habitual.

-¿Me habéis hecho llamar, Princesa Luna? -dijo Grey con cierto sentimiento de extrañeza. Seguía sin acostumbrarse a los formalismos propios de su rango.

-Así es, Grey Edge. Asuntos importantes han ocurrido en el castillo en las últimas horas que requieren un trato inmediato. No nos andaremos con preámbulos: la yegua que conoces como Shadow Mirror ha escapado.

Oír aquello pareció hacerle de todo menos gracia al unicornio, después de lo que le dijo el mismo a Luna para defenderla, en su rostro se denotaba la ira que acababa de aparecer en el, pero intento mantener las formas.

- ¿Como ha sucedido?

El rostro de Luna no se relajó.

-No lo sabemos. La teníamos en una estancia personal y no debería haber podido escapar de ella, pero al parecer, ha podido de un modo u otro. Y eso no es todo.

Grey permaneció callado mientras que pensaba únicamente en que debía de haber una explicación, sabiendo lo que podía haber hecho, debía haberla.
Sin embargo, aquel pensamiento saltó por los aires cuando Luna endureció mas aun la mirada y dijo:

-He recibido un informe de que se ha visto a una unicornio con una descripción que encaja con la suya en las afueras de Canterlot en dirección a Ponyville... y llevaba consigo a una yegua de pelaje magenta y coletas, al parecer inconsciente.

La ira que Grey estaba conteniendo seguía acumulándose, mas aun al escuchar aquella noticia, porque no tardo en saber a que yegua se refería la princesa, era obviamente Macdolia.

- ¿Que tiene pensado hacer al respecto, Princesa Luna?

La princesa alicornio alzó la cabeza y miró al frente.

-¡Esto es una orden que os damos, Grey Edge, Capitán de la Guardia Lunar: debéis partir hacia Ponyville y encontrar a la unicornio Shadow Mirror! ¡La seguridad de muchos ciudadanos de Equestria depende de ello!

Sin dudarlo ni un instante, Grey se arrodillo ante Luna.

- Partiré inmediatamente. ¿Cual es la ruta mas rápida a Ponyville?
-No hay ferrocarriles hasta mañana, pero haremos que os preparen un carruaje especial para que lleguéis al pueblo lo antes posible: el tiempo apremia -Luna levantó una de sus patas y tras tomar aire...-¡MARCHAD, CAPITÁN GREY EDGE!

La voz real de Luna hizo retumbar la sala entera. Grey por primera vez agradeció llevar la armadura, la cual le ayudo a no volver a salir despedido.
Grey rápidamente trato de emular el saludo militar que vio hacer cientos de veces a los demás guardas antes de salir corriendo de la sala, sin otra en la cabeza que buscar respuestas, sin importar los medios.

Estaba ya acercándose a la salida del castillo, cuando noto un detalle bastante importante, había dejado su nueva arma en el cuarto, la cual había estado cogiendo polvo desde el primer día, dado que no tuvo que usarla en sus entrenamientos, ni vio la necesidad de cogerla en ningún momento, o al menos así fue hasta ahora.

Grey entro en la habitación, pero esta vez era distinto para el, con un aire algo solemne, levito la espada que Luna le dio y miro fijamente sus detalles. Le gustaban los relieves y diseños que habían en las hojas de la guardia, tanto la solar como la lunar, pero fuera de aquel momento, Grey movió un poco el arma con su magia, dando un par de tajos en el aire, como su estuviera probando su filo contra un objetivo invisible, tras lo cual enfundo el arma y decidido, se dirigió a la salida del castillo sin perder mas el tiempo.

Muchos soldados habían en todo el edificio, pero parecía que el destino quería que Grey se frenara lo máximo posible, porque antes de que saliera, un guardia solar le corto el paso, era ni mas ni menos al que Grey robo el arma, meses atrás.

El guardia parecía mal encarado. Por lo que podía comprobar, sus quejas y las de sus compañeros a la princesa Celestia acerca del nuevo capitán de la Guardia Lunar habían caído en saco roto.
-No te irás de rositas eternamente, recuérdalo.

Grey se detuvo a mirar a aquel guardia. A pesar de que en su día le sustrajo el arma, aun le producía resquemor la brutalidad con la que había sido tratado en el internado.

-¿He oído bien? Creo que en tu afirmación falta algo.

En guardia entrecerró los ojos. Casi parecía lanzar rayos por las pupilas.

-Recuérdalo... Capitán.

Grey lanzó un mohín y se sonrió.

-Eso está mejor. Y ahora que te tengo delante... una pregunta: ¿quién os dio la orden de arresto?

El guardia pareció quedarse sorprendido por la pregunta.

-Esa orden nos fue entregada en nombre del Capitán Shining Armor.

Grey, tras oír aquello, recordó que también le menciono en su momento cuando le atraparon, tendría que resolver aquello, pero eso sería en otro momento, ahora mismo la vida de Macdolia y todos aquellos que estuvieran en Ponyville corrían peligro.

No tardo en llegar al lugar que Luna le había indicado, como dijo, había un carruaje junto a dos guardas batponis listos para partir. Al ver a Grey, se pusieron firmes, dando la señal de que estaban listos para partir.

- ¿Listo para partir, Capitán Edge?
- Si, vamos a Ponyville.

Aquella afirmación fue seguida de un fuerte "¡Si, señor!" de ambos guardas lunares, tras lo cual comenzaron a cojer velocidad y finalmente volar, con rumbo directo a Ponyville.

"Esta vez estamos en igualdad de condiciones Shadow, no escaparas".

Mientras la carroza partía, una figura la enfocaba desde el catalejo de una de las torres al tiempo que amanecía.

"Buena suerte, capitán -pensó Luna mientras apuraba los últimos momentos del alba-. Que vuestra misión sea fructífera y vuestro camino seguro".


Espero que os haya gustado, me encantaria saber que opinais del capitulo y del camino que esta tomando el fic, y como siempre, toda critica y mensaje de apoyo es bien recibido :)

Gracias por leer ^^
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 7

Notapor horwaith » 06 Ago 2014, 18:15

buen capítulo y como desarrollas la rivalidad que tienen los guardias solares, en especial ese, con Grey; el entrenamiento esta bien y ¿cual era la petición de macdolia? Creo que me la sé, por lo que no contestes. Demasiado "casual" la escapada
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 8

Notapor Volgrand » 12 Ago 2014, 16:23

Me encanta.

ya te señale ayer errores de puntuación por skype. aparte de eso nada que objetar realmente. Me siento honrado de ver mencionadas aquí a Rise y a Aitan , y también el guiño a la fiebre infernal. gracias :)
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor Grey Edge » 27 Ene 2015, 13:03

HOLA A TODOS! AHOY! G'DAY MATES!

Por fin! El capitulo final del fic esta aquí! Tras tanto maldito tiempo para corregir, escribir, no cometer ningun fallo flagrante y mas pruebas, puedo decir orgulloso que espero que os guste este desenlace, ya que lo hemos hecho McDohl y yo con todo nuestro esfuerzo combinado ^^

Spoiler:
Los primeros rayos de sol empezaban a despuntar sobre las colinas que rodeaban un pequeño pueblo que amanecía aparentemente tranquilo...

Sin embargo, en un carruaje que se acercaba a gran velocidad su único pasajero iba verdaderamente inquieto en él.

-No tardaremos en aterrizar en Ponyville, Capitán Edge -informó uno de los guardias que tiraba del carro.

Grey parpadeó unos segundos.

-Muy bien.

El unicornio había permanecido en silencio mientras el carruaje que le había llevado desde Canterlot hasta el que fue su pueblo durante un tiempo salvaba las últimas distancias. Su pensamiento había estado centrado en los motivos que podía haber llevado a Shadow a actuar así, en su motivación actual, en el estado de Macdolia y en la estrategia a seguir para encontrarla.
"Simplemente no lo entiendo.... ¿Como pudo haber huido con el anillo de contención?"

De entre todas las preguntas, esta era la que más resonaba en su mente. Sabía que Shadow Mirror tenía fuerza suficiente para derribar a algún que otro guarda, pero... ¿Escapar de Canterlot? Ese escenario parecía imposible con el anillo, simplemente, no había explicación alguna.

Mientras surcaban las nubes, Ponyville ya se veía cada vez más claro, aquellos edificios coloridos le traían recuerdos de momentos anteriores a todo lo que estaba pasando.

- Capitán Edge, prepárese, vamos a descender.
- Entendido, gracias.

Tras aquel anuncio, el carruaje comenzó a descender lentamente hasta lo que parecía ser la plaza principal del colorido pueblo, sin poder evitar atraer miradas curiosas cuanto más se acercaba al suelo.
Era ya de buena mañana cuando el carruaje se posó en la plaza de Ponyville. Grey se ajustó el casco, se acomodó la armadura y descendió de un salto.

-Nosotros regresamos a Canterlot, Capitán. Buena suerte -comentó el otro soldado antes de que el carruaje empezara a elevarse y desaparecer en la lejanía.

Al igual que cuando descendía, varios ponis, los que realizaban tareas matutinas o se dirigían a sus establecimientos se quedaban mirándolo cuando pasaba.
- Vale, vamos a reunir información...

Grey miraba entre los ponis que estaban observándole, para ver si encontraba alguno que pudiera darle información útil. Era la primera vez que hacía un trabajo así sin Macdolia, por lo que decidió hacer lo más sencillo y se dirigió al puesto más cercano.

Pero para su sorpresa no pudo ni dar dos pasos antes de que algo le atropellara y tirara al suelo con una fuerza y velocidad inusitada, pero no era ningún proyectil o vehículo, sino una poni rosada con una gran sonrisa de oreja a oreja la cual ahora se encontraba encima suya.

-¡Halaaaaaaa, eres un Guardia Lunar! Lo sé porque llevas una armadura oscura. Los Guardias Solares las llevan brillantes y relucientes así que no podías ser uno de ellos... Que raro sería si un Guardia Lunar llevara una armadura brillante, ¿no crees? Los malos se darían cuenta en seguida que hay uno cerca y entonces no podrían detenerlo y gritar eso de "¡Quedas arrestado en nombre de la ley!" y...

-Uggg... Me lo temía -murmuró lastimeramente Grey.

-...Y entonces le lancé un pastel -la poni rosada seguía a su ritmo hablando a toda velocidad-. Pero a lo que iba; llevo todo el registro de todo nuevo poni que entra en Ponyville y he venido a darte una bienvenida en condiciones, ¡al más puro estilo Pinkie Pie!

-¡Argh, basta ya, Pinkie! -gritó ofuscado Grey mientras se trataba de incorporar-. Soy Grey Edge y aunque he pasado un tiempo fuera, antes vivía aquí. ¡Y no estoy para fiestas! Estoy de servicio.

Esa última frase le sonaba aun rara a Grey. No se imaginaba que algún día vendría de sus propios labios.

Pinkie se quedó unos segundos parada, como si la hubiesen congelado totalmente. El unicornio se extrañó ante su repentina inmovilidad, que quedó finalmente rota por un grito de sorpresa de la poni de tierra.
-¡Ya me acuerdo! Vives en las afueras del pueblo, en una casita. ¡Llevabas tanto tiempo fuera que tu nombre en mi lista de residentes estaba empezando a llenarse de telarañas! ¡Es genial que estés de vuelta! Una fiesta de rebienvenida sería lo más adecuado, ¡pero si estás de servicio tendrá que esperar! ¡Cuando acabes lo que tengas que hacer te volveremos a recibir entre nosotros por todo lo alto!

-No no no... a ver Pinkie... -Grey empezaba a sentirse algo desesperado-. Estoy de servicio aquí pero no tengo intención de quedarme. Necesito...

Grey dudó si preguntar, pero la jovial poni de tierra llevaba el registro de todos los residentes del pueblo, así que, ¿por qué no?

-...Necesito encontrar a una unicornio que es posible que haya llegado al pueblo en las últimas veinticuatro horas. ¿Sabes algo al respecto?

Pinkie cerró los ojos y empezó a contonear la cabeza de un lado a otro.

-No, estoy cien por mil segura que no ha llegado nadie.

Grey dejó escapar un ligero suspiro de alivio. Eso significaba que era posible que hubiese adelantado a Shadow al venir el por aire y ella por tierra. Pero no era suficiente para estar tranquilo. Lo mejor era que hiciese más pesquisas.

-Gracias Pin...

Pero cuando alzó la vista a agradecerle la información, Pinkie se había esfumado, dejando detrás una nota, que el unicornio cogió.

-¿Que pone aquí? ¿"Cola Inquiet..."?

Antes de que acabase de leer aquella frase, un enorme carro lleno de pilas de heno cayó sobre Grey.

"Oh, por el amor de Celestia, Derpy... ¡Otra vez no! ¡Es el cuarto que dejas caer!" gritó alguien en la lejanía, por encima del pueblo.

El unicornio salió de entre los restos, visiblemente magullado y dolorido.

-Por eso me gustaba vivir fuera del pueblo...

Tras aquel incidente, prefirió ir a algún lugar conocido a recuperarse un poco antes que dejar que otro suceso similar ocurriera, menos aun que él fuera el afectado.

Fue caminando mientras miraba por las calles, parecía que Grey era el único afectado por el laberinto, porque el pueblo tenía toda la pinta de haberlo superado, de haber superado las noches sin fin, de haber sacado por fin las garras y luchar por su cuenta.

No tardó demasiado en salir del pueblo, en dirección al bosque Everfree, ya que en su cercanía se encontraba lo más similar a lo que había tenido a un hogar desde el incidente con su hermana.

Finalmente llegó, y se encontró lo que se esperaba, una casa de madera llena de polvo, modesta y con un aspecto algo feo, pero demasiado que la pudo construir él mismo.

- Al menos no se ha derrumbado.

El unicornio entró con cuidado al oír como crujía el suelo bajo sus cascos. Cada pisada levantaba polvo, mientras que parecía que más de una araña había declarado aquella zona su territorio, por la gran cantidad de telarañas que había.

No pudo evitar mirar a una maceta que había cerca de la ventana, en la cual yacían unas flores marchitas y secas, sin duda no recibieron cuidados por parte de nadie en mucho tiempo. En su momento aquellas flores significaron mucho para él, pero con todo lo que estaba ocurriendo, habían objetivos más importantes que recordar sus errores.

Quitándose la armadura, Grey se tumbó sobre el montón de paja que usaba siempre como cama, no era la lujosa cama de palacio, pero era lo que tenía y mientras se pudiera dormir ahí, a él le bastaba.
Grey pestañeó levemente. Teniendo en cuenta que había viajado toda la noche y se encontraba totalmente falto de sueño, echar una ligera cabezada no era tan mala idea, teniendo en cuenta que aun era primera hora de la mañana y casi todos los habitantes del pueblo estaban aun preparándose para una nueva jornada.

El unicornio entrecerró los ojos, durante unos segundos, sin quitarse de la cabeza del todo a Shadow Mirror.
"La encontraré. Debo encontrarla antes de que haga alguna locura en este pueblo. Bastante tuvo con el laberinto como para ser blanco de más desgracias"
Con los nervios no pudo conciliar el sueño, pero al menos el descanso le vino perfecto para poder seguir su camino, mientras se colocaba su armadura reparó en un libro que había en una esquina, "Mitos y Leyendas de Equestria".
Leer nunca le había sentado mal, y muchas veces gracias a eso había podido actuar como es debido, pero aquel libro fue el mayor exponente de ese tipo de situaciones, ya que le permitió hablar en su momento con Luna, y era algo que jamás olvidaría.
Tras un momento de silencio al rememorar ligeramente todo aquello, Grey recordó que aquel libro era prestado de la biblioteca de Ponyville, por lo que con un poco de apuro, termino de colocarse la armadura y recogió el libro para devolverlo lo antes posible.
Justo al salir, Grey reparó entonces en su destartalado buzón... lleno hasta arriba de correspondencia. No hizo falta más que un vistazo rápido para caer en lo que eran: avisos emitidos por la biblioteca Golden Oak.

-La bibliotecaria va a matarme...
El unicornio gris se dirigía con notable prisa a través del sendero a Ponyville mientras cargaba el tomo con su magia, sabía que iba con retraso e ir con prisa no iba a ayudar con el tema, pero ya que estaba, podría buscar información en la librería, además de que era el momento idóneo para volver al pueblo.
De vuelta a Ponyville, reanudó sus pesquisas... con resultados de lo más dispares:

"Lo siento señor guarda: no he visto a nadie así recientemente por el pueblo"

"¿Una criminal por Ponyville? El horror, ¡el horror!"

"¡No tengo tiempo de contestar, llego tarde a mi puesto de trabajo! ¡Mi jefa, la señora Colgate, me matará si me retraso!"

"¡Las CMC buscadoras de sospechosos! ¡Yaaaaaaay!"

El tiempo fue pasando lentamente en aquel día otoñal en el que las horas de luz empezaban a ser más escasas. A pesar de que algunas respuestas encajaban con el aire ligeramente alocado que algunas veces se respiraba en aquel lugar, una cosa parecía ser segura: Shadow no parecía haber llegado a Ponyville o si lo había hecho, no había realizado ningún altercado todavía.

El sol ya iba cayendo lentamente mientras que el unicornio, ya con aire más calmado, iba atravesando un mercado en el que ya algunos puestos estaban ya cerrados, pero eso no hacía que dejara de haber actividad, algunos vendían curiosas vestimentas, mientras que otros podían vender desde frutas y hortalizas hasta "artefactos" extraños.

Aunque el ritmo frenético de la mañana no era algo que le agradara, aquel ambiente más tranquilo le encantaba, de hecho, aun recordaba cuando, a veces, vendía alguna escultura pequeña de cristal para cuando llegara el invierno, ya que no podría recoger comida alguna en el bosque y de algún modo tenía que sobrevivir.

Los pájaros volvían a sus nidos, y precisamente un gorrión que atrajo la atención de Grey fue directo al gran árbol donde se encontraba la biblioteca de Ponyville, un lugar peculiar para él, ya que era el único edificio que no estaba construido a base de madera, sino que el árbol era la estructura en si.

Los tonos anaranjados del atardecer se comenzaban a notar en el cielo segundos antes de que el unicornio llegara a su destino, con el corazón relajado gracias al alegre paseo por la zona.
Grey respiró profundamente ante la biblioteca. Parecía que había pasado una eternidad desde que recorrió aquel maldito laberinto en busca de las portadoras de los elementos de la armonía, a las órdenes de Nightmare Moon. Twilight Sparkle, la actual bibliotecaria, había sido uno de sus objetivos, incluso acabo enfrentándose a su hermano...

Y ahora allí estaba, con su vida girada casi 360 grados... y teniéndose que enfrentar al incómodo momento de devolver un libro con una fecha de entrega ridículamente retrasada.

Finalmente, el unicornio golpeó la puerta y al cabo de unos segundos esta se abrió, pero no fue Twilight quien apareció, sino alguien bastante más pequeño... y que no era ni mucho menos un poni.

"¿Quien es, Spike?" -dijo una voz femenina desde el interior de la casa arbol.

-¡Parece un guardia real, Twilight! Pero su armadura es negra...
Grey se sorprendió al ver a aquella verde criatura, pero prefirió mantenerse concentrado a dar rienda a su curiosidad.

- Buenas tardes, vengo para devolver un libro que me prestaron hace mucho y temas... digamos que complicados, no he podido devolverlo hasta hoy.
-¿Un libro? -se extrañó el pequeño dragón- ¿No será por un casual... "Mitos y Leyendas de Equestria", verdad?

El unicornio se sorprendió ante la exactitud de aquella afirmación.

- Ehmm.... si, lo siento mucho por haber tardado tanto en devolverlo.
Las pupilas de los ojos de aquel pequeño dragoncito se dilataron... y antes de que Grey pudiese reaccionar, lo rodeó y empezó a empujarlo hacia dentro de la biblioteca. Ante aquella reacción Grey se quedó descolocado del todo. Cuando quiso darse cuenta, ya estaba dentro de la casa árbol y Spike había cerrado la puerta tras de si.

-¡Twilight, ha aparecido! ¡El libro ha aparecido!

La cabeza de una unicornio asomó desde lo que parecía el hueco de la escalera del piso superior.

-¿El libro? ¿"Mitos y Leyendas de Equestria"?

Twilight Sparkle, la portadora del elemento de la magia y actualmente la bibliotecaria de Ponyville, bajó al trote las escaleras y observó a Grey.

-¿Y lo trae un guardia?

-No, Twilight, viene a devolverlo. Al parecer, él fue quien lo sacó.
-Sí, es cierto, lo siento mucho por todo el retraso, he tenido que pasar por mucho hasta volver a casa para poder hacerlo.

Grey quería ser sincero, aun así prefería mantener el secretismo, portadora o no, Shadow era asunto suyo.
Twilight arqueó ligeramente una ceja.

-Que extraño... Según el registro de préstamo de libros... -Twilight iluminó su cuerno ligeramente y un grueso volumen se materializó ante ella-, el libro fue sacado de esta biblioteca por un unicornio llamado... Grey Edge. Residente en las afueras de Ponyville y artesano a tiempo parcial.

-¿Y qué tiene eso de extraño, Twilight? -preguntó Spike.

-Pues que ahora mismo el unicornio que tengo delante es sin duda como poco un alto cargo de la Guardia Lunar. Reconocería esa armadura en cualquier parte: no dista mucho de las que llevaban los guardias de la princesa Luna en su última visita a Ponyville. Si realmente eres Grey Edge... ¿qué hace un guardia lunar en Ponyville, si no hay programada ninguna visita oficial de la princesa?
- Me han dado permiso hace poco y por fin he vuelto a casa, y de nuevo, lo siento mucho por la tardanza.

"Adiós a lo de decir la verdad, pero este asunto no le cierne." Aquel pensamiento era lo único que estaba en la cabeza de Grey en aquel momento.
-¡Pues podrías haberlo devuelto antes de irte a Canterlot! ¿Sabes la de pergaminos que he gastado enviándote avisos de retraso? ¡Llegué a pensar que la cartera los estaba entregando en el domicilio equivocado!

-Lo cual tampoco habría sido una sorpresa... -añadió Spike por lo bajo.

Twilight hizo levitar el libro y lo ojeó por encima, pasando las páginas a gran velocidad.

-Es un libro fascinante... tanto que pedí otra copia a la bilbioteca de Canterlot. ¿Qué leyenda te gustó más?
Pensándoselo profundamente, sin duda no pudo sino elegir la leyenda que, aunque era interesante como las demás, fue la que hizo que su historia tomara un rumbo que ni el mismo hubiera visto venir.

- Pues si te soy sincero, la leyenda de Nightmare Moon es la que más me ha influido, es bastante profunda.

Las pupilas de Twilight se dilataron ligeramente.

-¡Que curioso que un Guardia Lunar sepa apreciar dicha leyenda!
-Y al final la leyenda resultó no serlo tanto... -añadió Spike.
-Pero es cierto que muy pocos ponis sabían darle la importancia que se merecía...

A aquella frase le siguió una larga explicación de Twilight sobre como los ponis escépticos no parecían recordar la amenaza de la señora de las pesadillas hasta que volvió a Equestria de su destierro de 1000 años...

Pero Grey sacó en claro una cosa: por la forma de hablar de Twilight, parecía que la unicornio no recordaba (o no deseaba recordar) lo que ocurrió hace no mucho tiempo en aquel laberinto, el retorno de Nightmare Moon...
Tras un silencio solo interrumpido por el sonido de Spike barriendo el suelo, Grey se dirigió a la puerta, aliviado tras resolver el problema del libro.

- Muchas gracias por no darle mucha importancia al libro, señorita Sparkle.

Twilight se puso ligeramente tensa.

-¡La próxima vez procura devolver los libros antes si vas a ausentarte mucho tiempo! Oh, y una cosa más...

Twilight le entregó un pergamino.

-La penalización por retraso en la entrega de un libro sacado de la biblioteca es de dos días por día de retraso mas una multa económica que no puede exceder el valor total del libro... y viendo los días que has tardado, no va a ser lo que se dice barata. Aquí tienes desglosado todo.

-¿Cuando has redactado eso, Twilight? -comentó Spike con asombro.
A espaldas de Twilight, la cara de Grey estaba hecha un cromo, no se imaginaba que tendría que pagar nada, y antes de nada, se preguntaba cómo iba a pagar si no tenía nada desde un principio.

Suspirando profundamente, trató de recuperar la forma.

- ¿Cuanto sería y cuanto tiempo tendría para pagarlo?
-Viendo que eres un guardia lunar, supongo que no llevarás efectivo encima y mas si estás de permiso en Ponyville temporalmente. No te preocupes, si das tu consentimiento ya tramitaré el cobro por mi cuenta. Solo no te extrañes si tu sueldo se ve reducido de repente -añadió la unicornio con una sonrisa que, en cierto modo, se clavó en la espalda del unicornio como un puñal afilado.
- Ugh.... bueno, si te soy sincero, no notare la diferencia, así que, si es posible, haz eso. Y no lo digo precisamente porque me sobren los bits.... tenía cero y seguiré teniendo cero- Lo último lo añadió por lo bajo, no tenía más ganas de extender la conversación.

Twilight bajó la cabeza a modo de reverencia.

-Gracias por tu comprensión... -cuando Grey se giró para enfilar la puerta, la unicornio dio un par de pasos hacia él- Es curioso... tengo la sensación de que nos hemos visto no hace tanto en alguna parte...
-Eso es por que llevas demasiadas horas trabajando, Twilight. Deberías descansar.
-Tal vez sea eso, Spike... Bueno, que pases un buen resto del día, Grey.
- Muchas gracias señorita Sparkle.

Devolviéndole la reverencia a Twilight, Grey salió de la biblioteca a paso ligero, aquella tarea le había quitado más tiempo del que hubiera querido y debía volver a recoger información lo antes posible, si hubiera solo un mínimo indicio de que Shadow estuviera en Ponyville, estarían muchísimos de los residentes en grave peligro.

Volvió al mercado, como si de una rutina fuera ya, debía seguir recogiendo información, pero como recoger información de una asesina que seguramente sepa cubrirse sus huellas era lo que le estaba tocando las narices a Grey, estaba completamente perdido.

Moviéndose por la zona, Grey no pudo evitar notar una ligera atracción al oír una suave melodía en el ambiente. Se oía muy poco, pero la reconoció como si de su marca fuera, y no se lo pensó dos veces en ir.

Ahí se encontraba, frente a una fuente de agua que fluida con tranquilidad, una unicornio de color aguamarina, la cual, con los ojos cerrados y concentrada, tenía un instrumento pequeño y simple, una lira.
La canción inundaba el ambiente con un sentimiento de alegría, sin llegar a la euforia, con unas suaves notas que tocaba a la perfección usando su telekinesis con una perfección que pocos podrían llegar a tener, lo cual hacia que siempre, por muy leve que fuera el sonido, reconociera la calidad de su música, y aquel momento no fue distinto.
El público estaba tan ensimismado que tardó unos segundos en reaccionar después de que melodía cesara y la unicornio bajara el instrumento. Su reacción fue una sonora ovación a la que la intérprete respondió con una gran sonrisa.
Grey no pudo sino verla mientras las piernas le flaqueaban, Macdolia no mentía, seguía viva, a pesar de lo que vio, de todo lo que le dijeron... todo se resumía a ese momento, en el que la duda se despejaba y mostraba la realidad.

-Es magnífica, ¿verdad? -comentó una poni de tierra de pelaje color crema y crin ondulada en dos tonalidades rosa y azul que estaba justo al lado de Grey.
- ¿Eh? Si... lo echaba en falta.

La alegría que había dentro del unicornio esta inmensa, ni siquiera podía hablar como siempre.

-¿En falta? -la poni se fijó bien en su interlocutor, que parecía estar emocionado en cierto modo- Veo que eres un guardia, ¿habías venido a Ponyville a escuchar a Lyra con anterioridad?

Grey se seco rápidamente una lagrima antes de que la yegua pudiera verla, intentando recuperar la compostura, se aclaro la garganta.

- Si, muchas veces, llevaba mucho sin oírla, y la verdad, es algo que se acaba echando mucho de menos.
-Vaya, que un guardia se tome las molestias de venir a escucharla... Debes de ser muy fan suyo, aunque no recuerdo haberte visto por aquí -terció la poni de tierra con el semblante algo más serio.
- Jeje, no siempre vengo de servicio, y sin armadura pierdo mucho.
La poni de tierra, a la que pareció valerle la explicación, se acercó a la unicornio, que parecía estar recogiendo todo, y le dio un afectivo abrazo.

-Lo has hecho genial, Lyra.
-Gracias BonBon -respondió-. ¿Con quién hablabas? Parece un guardia... ¿ha ocurrido algo?
-No, tan solo le comentaba lo bien que tocas. Y parece que tienes fans hasta entre la guardia.

Cuando la muchedumbre empezó a dispersarse y la pareja terminó de recoger todos los objetos, que Lyra hizo levitar e introdujo en la alforja de BonBon. Cuando empezaron a ponerse en marcha, la unicornio se acercó, para su consternación, a Grey.

-Disculpa, ¿eres tú de quien hablaba BonBon?

Los nervios del unicornio estaban por los aires en cuanto Lyra se le acercó, y cuando ya le habló, de nuevo le flaqueaban las piernas, para él, era como hablar con un fantasma, y eso era algo que no se veía todos los días.

- Uhm.......

No podia soltar nada con un minimo de coherencia, lo cual no ayudaba mucho a su situacion. Lyra soltó una risita.

-Si que estás nervioso. ¿Es que eres tímido? -la unicornio se fijó en aquel titubeante guardia. Aquel semblante serio sonaba de algo- Disculpa, ¿nos conocemos de algo? Hay algo en ti que me resulta familiar... como si nos hubiésemos visto ya en otro momento.

- Eh.... no, me ha emocionado tu pieza, nada mas, jeje.

Aquella risa nerviosa le delataba, estaba temblando como un flan y apenas podía pensar con claridad.
Lyra se extrañó todavía más al oír a Grey reír... Pero no conseguía recordar donde había visto al unicornio.
-Supongo que sí que serás un seguidor fiel, de lo contrario, no me sonarías tanto.

-A mí también me suena de algo, ahora que lo pienso -añadió BonBon, que se había acercado ya con todo recogido-. ¿Puede ser que nos viésemos hace un tiempo? No sé porque tengo la sensación de haberte pedido algo, pero no recuerdo el que...

Aquello despertó la curiosidad de Grey. ¿Por qué no le recordaba? El sí se acordaba de ellas, y con la experiencia que habían pasado, no sabía que podría ser lo que estuviera sucediendo.

- *ejem* Bueno, el caso es que me alegro muchísimo de que estés bien.

BonBon cayó entonces en la cuenta.

-Ahora recuerdo algo: te pedí hace tiempo que fueses a buscar a Lyra, que se había perdido en un sitio... Pero, ¿eras ya un guardia entonces? Quizás si... que raro, no creo que fuese hace tanto, pero para mí es como si hubiese pasado una eternidad...

El semblante de Lyra cambió unos segundos...

-Es verdad... me perdí hace tiempo... no me acuerdo muy bien... recuerdo a otros ponis, que estaban perdidos como yo: un bicho raro que no parecía de Equestria, una yegua de crin rubia y aquella yegua, la de los humanos.
-Oh no, Lyra, otra vez no...
-¡Es verdad Bonbon! ¡Había una yegua que hablaba de humanos! Gracias a ella me animé a escribir aquel artículo. ¡Me aseguró que eran reales! No en Equestria, ¡pero reales! Siempre la recordaré: era rojiza con dos coletas morenas...

Lyra estaba cada vez mas eufórica, rememorando todo aquello que le comentaron en el laberinto, mientras Bonbon estaba aguantando como podía todo lo que le decía, Grey no pudo evitar en caer que la descripción que dio era exactamente la de Macdolia, pero en cuanto se disponía a preguntar si se trataba de ella, Bonbon le tapo la boca rápidamente con uno de sus cascos.

- No la animes más, por favor, y si quieres ve yéndote, la conozco, esto ira para largo y no se dará ni cuenta.

Siguiendo el consejo que le dio, Grey abandonó rápidamente el lugar con sentimiento de tranquilidad al haberla visto sana y salva, pero a su vez eso le recordó su deber de detener a Shadow Mirror lo antes posible, por lo que decidió ir a casa a descansar para hacer patrulla por la noche, gracias a su entrenamiento, tendría ventaja contra ella en ese ambiente.

Fue calmado pero alerta a su cabaña de nuevo, mientras el sol terminaba de caer y la luna se alzaba en un cuarto menguante especialmente brillante, cuya tenue luz se reflejaba en las hierbas de los alrededores.

Finalmente llegó a su casa, con una suave brisa acariciándole como si de una bienvenida se tratara, y cuando entró, un movimiento rápido ya le derribo junto a su puerta, y ahí, en la entrada, con una sonrisa de oreja a oreja, estaba ella, justo ante sus ojos.

- ¡Bienvenido a casa querido! ¡Te echaba de menos!

Grey se incorporó rápidamente y desenvainó su espada ante su oponente.

- Bueno bueno... ¿No quieres charlar? ¿Ni siquiera contarme cómo es que ahora eres un poni embutido en armadura de la princesucha esa?
- ¿¡Donde esta Macdolia!?

Una risilla salió de Shadow nada mas decirlo.

- Oh ¿Te refieres a esta? Su tontería de redimir a todo ser viviente fue perfecta para librarme.

Mientras hablaba, Shadow se apartó un poco para dejar ver a Grey una Macdolia aparentemente inconsciente en el suelo de su casa, con la única reacción de un gruñido de pura ira por parte de su rival.
Grey hizo ademán de acercarse a la yegua, pero...

-De eso nada, ¡tú y yo tenemos asuntos pendientes!

Sin casi tiempo para reaccionar, una potente magia lo lanzó volando. Grey aterrizó con un golpe brusco contra el suelo, pero la armadura amortiguó gran parte del impacto. Justo cuando se incorporaba, Shadow se teletransportó delante de él y entonces cayó en la cuenta.
La unicornio ya no llevaba el anillo de contención mágica que Macdolia le había puesto.
El viento se volvía más violento cuanto más tiempo pasaba, mientras que Shadow miraba con una mueca de superioridad a Grey, este pensaba en sus posibilidades de rescatar a Macdolia.

"Está claro que va a evitar que llegue a ella... y va a aprovecharse si lo intento, entonces tendré que echarla a ella."

Sin dudarlo ni un instante, Grey cargó, espada en alto, hacia Shadow, la cual, tras un breve destello de su cuerno, invoco una gran lanza de cristal morado, con la que rápidamente intercepto el ataque el guardia.

- ¡Hoy acaba lo que comenzaste en el laberinto, Shadow!

Furioso, comenzó a lanzar ataques a diestro y siniestro, con la intención de ver siquiera una apertura en su defensa, pero cuando la dejaba e intentaba aprovecharse, simplemente se defendía con una capa de cristal que invocaba convenientemente para defenderse.
Por mucho que se esforzara, ella estaba muy por encima de las capacidades de Grey, por mucho entrenamiento que recibiera, en semanas no se hace el mismo trabajo que lo que tal vez fuera una vida entera entrenando solo para este momento, y sus cicatrices no hacían más que corroborar esa teoría.

- Venga ya, no me puedo creer que ya hayas olvidado lo que eres.- Espetó Shadow antes de bostezar de puro aburrimiento. - Vamos a hacerlo más entretenido...

Acto seguido, sin pensarlo, uso su cuerno para crear una chispa concentrada, la cual lanzo a la casa, con Macdolia dentro, creando en pocos segundos una llama que ni se molesto en mirar.

- ¿¡Que tal así "Grey"!?
- Tu... monstruo...¡¡¡SACALA DE AHI!!!
- Tche, así no se habla. ¿Y sabes qué? ¡Solo por eso ya no quiero! Y tampoco pienso dejarte entrar, por si acaso lo vas a intentar, por borde.

La sonrisa que seguía en la cara de Shadow solo lograba enfurecer a Grey, el cual solo podía pensar en hacer lo que hiciera falta para rescatar a su amiga, por lo que, completamente concentrado en su objetivo, comenzó una nueva estrategia y desapareció en una pequeña explosión de luz.

Shadow solo resoplo ante la idea tan obvia que tuvo su contrincante. Era el estilo de combate más obvio de un unicornio, y sabía de sobra como contrarrestarlo, por lo que simplemente cerró los ojos y se limitó a esperar al zumbido que indicaría donde iba a volver.

Concentrándose en sus oídos, podía percibir todo su alrededor, el ruido de cada trozo de madera resquebrajándose y ardiendo lentamente, sin prisas, pero sin ningún ánimo de detenerse, el viento avivando las llamas y a su vez meciendo toda la vegetación con violencia, mientras Macdolia comenzaba a jadear por el humo de sus alrededores. Y entonces el sonido deseado llegó, y no de la retaguardia, para variar, sino de frente, y de otro pequeño destello lo primero que salió fue el filo de la espada, mientras que Grey aparecía milésimas más tarde sosteniéndolo con la boca, apuntando al corazón, sin dudarlo, con algo más que ira en su mirada, mientras que Shadow ya había planeado su próximo movimiento desde el instante en el que vio el teletransporte.

El filo de la hoja que Luna le había regalado a Grey no llegó ni a rozar la piel de la yegua, pero no porque se lo desviaran, sino que no llego siquiera a atravesar su pelaje, el cual parecía duro como el mejor de los aceros. Y aquel fracaso no hizo mas que quitar la cara de mofa de Shadow, transformándola en un semblante más serio, frio y calculador, mientras que apartaba al unicornio con un golpe con la parte roma de la lanza, enviándolo de nuevo a metros de su entrada, donde Shadow no se había movido ni un ápice.

- No eres más que el mismo crío que abandonó a su hermana años atrás, huyendo de todo mientras se maldice a si mismo como si de un despojo se tratara.

Grey no podía soportar aquella situación, no la aguantaba ni a ella ni a la horrible estampa que sucedía a espaldas de la yegua, impasiva mientras la casa de la cual guardaba entrada ardía ya casi en su totalidad.

- Rehusas de tu poder y ni siquiera eres capaz de entretenerme, patético intento de héroe, la anterior vez te salvaron entre cuatro, y solo pudiste atacarme de espaldas, inútil.

Los dientes ya le dolían de apretarlos ante la ira que estaba acumulando, no quería seguir oyéndola, pero entre todos los pensamientos y sentimientos enfrentados, recordó lo que él era, recordó quien era, obteniendo así una visible calma momentánea, para sorpresa de Shadow.

Ya no pensaba, ni dudaba, solo actuaba, por lo que comenzó quitándose, pieza por pieza, la armadura de guardia, mientras clavaba su arma en el suelo. Solo tenía en la cabeza un objetivo, acabar por fin con Shadow y rescatar a Macdolia, el método ya lo improvisaría.

Cuando termino, miro a su rival a los ojos, con una mirada que desprendía a su vez odio, ira y determinación, mientras hacía que su cuerno brillara, invocando una cimitarra la cual era similar a la luna que había en el cielo, su antigua arma, su verdadera arma.

- Por fin.

Grey avanzo sin parar, sin siquiera detenerse para ver sus posibilidades, mientras que Shadow preparaba su lanza, con una sonrisa en la cara de nuevo, pero esta ya no tenía un tono burlón, sino que parecía contenta de verdad.

Un rápido corte vertical fue lo primero que hizo el unicornio, el cual fue fácilmente bloqueado con la lanza mientras que, aprovechando, intento embestir a Grey usando su cuerpo reforzado, pero este ya se estaba desvaneciendo para aparecer dentro de la casa, acercándose a Macdolia, pero rápidamente una corriente telekinetica le echaba y le dejaba en mitad de la hierba de nuevo, como si el primer asalto hubiera acabado, y sin dudarlo ni esperar a una reacción del otro, ambos fueron a por el segundo.

Los golpes resonaban en todo el campo, junto al sonido de las llamas propagándose y devorando la casa que fue un hogar para el unicornio gris durante años. Nadie usaba ninguna trampa, no habían trucos, y aunque Shadow veía fácilmente los movimientos del unicornio, su velocidad de reacción estaba decayendo, suficiente para mantenerlo a raya, pero no podía contraatacar.

El combate parecía no tener ganador, los dos unicornios estaban igualados respecto a su fuerza, pero en un gran descuido por parte de Grey, dejándose completamente al descubierto al dar un tajo ascendente excesivamente alto, fue rápidamente aprovechado por su contrincante, que le derribó y golpeó rápidamente en la cara, dejándole aturdido en el suelo mientras veía como el viento se llevaba el humo provocado por el incendio.

"No puedo más... lo siento Macdolia, Catleya, de verdad."

Shadow se acercó lentamente a Grey, con claros signos de cansancio. Mirándole con indiferencia, alzó su lanza y tras un movimiento rápido, todo se tiñó de negro.
Última edición por Grey Edge el 27 Ene 2015, 13:31, editado 1 vez en total
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor Grey Edge » 27 Ene 2015, 13:30

Spoiler:
"¡No me dijiste que le pegarías fuego!"

La mente de Grey se encontraba sumida en tinieblas... Seguramente era la antesala a su fin...

"Será mejor que lo metamos en mi casa..."

Que curioso... aquella voz le resultaba familiar.

Las horas fueron pasando y la oscuridad de Grey se iba volviendo cada vez más retorcida: imágenes continuas de lo último vivido en estos meses. Y, finalmente, un destello en forma de lanza de cristal impactándole.

El unicornio se incorporó con un sudor frío... y se sorprendió de no encontrar en un lugar similar al Tártaro o donde quiera que fuesen los ponis al morir... sino en una habitación de lo mas sencilla.
Grey se levantó con un dolor de cabeza enorme, no sabía ni siquiera si estaba en su sitio, gracias al mareo que venía de regalo con aquel inusitado despertar, tras lo cual solo pudo emitir un par de gruñidos de dolor.
El unicornio no podía dejar de preguntarse donde estaba y que hacía allí... hasta que reparó en una imagen. Era un cuadro en una de las paredes que enmarcaba una fotografía.
En ella salían muchos ponis que no conocía: un poni de tierra de pelaje azul y crin morena con unos cascos de música, una unicornio de pelaje celeste y crin bicolor, una poni de tierra y una pegaso bastante alegres y risueñas... pero en medio de la fotografía había alguien que le sonaba demasiado bien... esas coletas, ese pelaje rojizo...
Justo cuando entonces, la puerta se abrió.

-Ah, has despertado. Perdona por traerte a mi casa sin permiso.

Allí estaba, viva y de una pieza. Macdolia.
¿Que sensación debía sentir? Para Grey, el batiburrilo de emociones, desde enfado por haberse dejado coger hasta alegría por verla de nuevo, hacía que se estuviera quieto, mirando con ojos como platos a su compañera, la cual creía perdida para siempre.
La yegua bajó la cabeza ligeramente.

-Creo que te debo una disculpa, Grey. Te he hecho pasar por un mal trago...
- ¿Q-qué?
-¡Nunca pensé que Shadow llegaría hasta el extremo de pegarle fuego a tu casa! De no haber usado el reloj, lo habría pasado mal... Pero ahora te has quedado sin hogar, lo siento de verdad... Intenté salvar algunas cosas que habían dentro.

Macdolia le tendió un saco a Grey que parecía ligeramente chamuscado, aunque su contenido parecía encontrarse en buen estado.

- Macdolia ¿De qué narices estás hablando? No entiendo nada...

La yegua lanzó un largo suspiro...

-Grey, te debo una larga explicación, pero ¿me prometes que te cuente lo que te cuente, me escucharás hasta el final sin enfadarte, por muchas ganas que tengas?

Grey seguía sin entender nada, pero aquella petición le hacía entender algo muy claro, no le iba a gustar ni un pelo.

- Lo intentare, ahora mismo me espero lo que sea.

Macdolia lanzó una sonrisa un poco forzada y se rascó la cabeza.

-Muy bien... Creo que lo mejor será empezar por el principio. Hace unos días, antes de que fueses enviado a Ponyville, tuve una audiencia con la Princesa Luna.
- Me lo imagine, la verdad, pero la cosa no para ahí. ¿Verdad?
-Será mejor que te cuente todo lo que pasó en aquella sala del trono...

-Existe una cosa, alteza. Una petición que quiero haceros y que pediría que escuchaseis hasta el final.
-Oigámosla, pues.

La yegua se acercó hasta la princesa Luna y para su sorpresa, se acomodó cerca del trono.

-Estoy verdaderamente cansada... Quiero dormir una pequeña siesta aquí, bajo vuestra protección. Muchos son los días que llevo sin poder descansar como es debido, siempre alerta por si algún peligro acechaba. Creo que no es mucho pedir que la princesa de la noche vele por mi descanso.

Luna se quedó ligeramente sorprendida, pero a los pocos segundos, esbozó una sonrisa.

-Sea así. Descansad, Macdolia.

La yegua cerró los ojos y dejó que el sueño se la llevase... pocos segundos más tarde, se encontraba en un lugar que no esperaba volver a ver: una pequeña celda hexagonal con toques anaranjados y con seis puertas.

-¿Nostalgia, tal vez? -dijo una voz que precedió a que la Luna del plano onírico descendiese junto a la poni de tierra.
-Simplemente estaba pensando en el primer lugar donde hablamos directamente.
-Muy bien. Ahora podréis explicarnos porque deseabais que nos encontrásemos aquí.

Macdolia relajó la mirada.

-Porque desde que viajo con Grey me he dado cuenta de que ningún lugar de Equestria es seguro. Temía que alguien escuchase lo que quería contaros, princesa. Y aquí es imposible que nos oigan. Al fin y al cabo... es un sueño.

La princesa de la noche asintió. Era una argucia ingeniosa, ciertamente.

-Alteza, no me andaré con rodeos. Hay algo siniestro que nos amenaza. Desde que llegué a palacio he estado investigando el diario que me cedisteis, el origen del poder de Grey, y me temo que la cosa no es para tomársela a broma. No por Grey: en él confiaría hasta en la peor de las adversidades...
-¿Es por Shadow Mirror, entonces?
-No, Alteza. Shadow ha sido un peón. Alguien a la que han manipulado con un fin que desconozco, pero que no quita un hecho claro: hay ponis detrás de Grey. O mas bien... del poder que alberga. Al menos en esta línea.
-¿Línea? ¿De qué habláis, Macdolia?

La yegua chasqueó la lengua...

-Como explicarlo... Pensemos por un momento que nuestra historia, la historia de Equestria, es una gran línea recta en el tiempo. Sin embargo, de dicha línea pueden surgir perpendicularmente otras ramas que luego proceden a avanzar paralelamente a la línea original, pero ajenas la una de la otra salvo por el punto donde se separaron... como si fuera un tridente.
-Entiendo... -asintió la alicornio.
-Pues bien: hubo un acontecimiento que no solo hizo que surgiesen varias líneas, sino que produjo algo inverosímil: juntó durante su transcurso a líneas que avanzaban paralelas hasta la fecha.
-¿Acaso es eso posible?

Macdolia lanzó un mohín con ligero tono sarcástico.

-Vos deberíais saberlo mejor que nadie, alteza: fue vuestro laberinto.

Las pupilas de Luna se dilataron, de pura sorpresa.

-Viajar en el tiempo tiene sus ventajas, pero también sus riesgos: el laberinto alteró gravemente no solo algunos de mis recuerdos, sino los poderes de esto...

Macdolia se tocó la CM y su reloj se materializó ante ella.

-Esto explica porqué tardé tanto tiempo en descorromper los datos; y explica porque muchos de los ponis que entraron en dicho laberinto tienen vagos recuerdos de él: su memoria está fragmentada entre todas las líneas... pero no es el caso de Grey: este Grey se aferró a recordar, forjó una nueva vida en gran parte gracias a lo que vivió en aquel laberinto, aglutinó los recuerdos que debían fragmentarse entre todas las líneas en él mismo... y eso es debido a un motivo: las fuerzas que lo acechan son tan peligrosas como su instinto inconsciente de aferrarse a los recuerdos.
-¿Es entonces un hecho que existen enemigos de Equestria tras el poder de los dos hermanos?
-Peor. Temo que anden tras el poder del primer hermano.

Hubo un tenso silencio.

-En tal caso, Grey deberá permanecer aquí, donde podamos protegerlo.

Macdolia negó con la cabeza.

-No es buena idea, alteza. Los muros de Canterlot son fuertes y seguros... pero también lo era vuestro laberinto: una fortaleza inexpugnable de la que nadie podía salir, así la definíais... Y aun así, casi consiguen asesinar a Grey ante nuestros ojos. No. Lo mejor es que les ataquemos por sorpresa, sin que lo esperen.
-¿Que sugerís?
-Que Grey y yo misma demos con ellos sin que lleguen a ser conscientes de que estamos tras su pista. Solo necesitamos una distracción y un señuelo que haga creer a nuestros enemigos que Grey está en un lugar donde esté seguro, pero al mismo tiempo no puedan atacarlo, ya que causaría un gran revuelo, mucho más que en Canterlot... Y ese sitio es Ponyville.
-¿Siendo como es un pueblo tan pequeño?
-Y el lugar de residencia de los elementos de la armonía. Nadie en su sano juicio se le ocurriría causar un revuelo en dicho pueblo... bueno, y el que no estaba en su sano juicio solo hay que ver lo que le pasó.
-No es necesario que nombréis al señor del caos. Si supierais los planes que Hermana tiene para él. Pretende que la pegaso tímida lo reforme. Lo encontramos altamente improbable.

Macdolia prefirió callar, pero se aguantó una risa.

-Alteza, hay algo más... es sobre Shadow Mirror. Desearía que ella viniese con nosotros.

El semblante de Luna se endureció, mostrando un rasgo que recordaba terriblemente al alter ego de la princesa.

-Dicha unicornio ha cometido crímenes altamente graves contra Equestria y a punto estuvo de asesinarnos a ambas. No podemos aceptar dicha petición.

Macdolia se hincó de rodillas ante la princesa.

-Os lo rogaré si es necesario. Sé muy bien lo que Shadow hizo, de hecho a punto estuvo de acabar conmigo de nuevo... pero confío ciegamente en que es una víctima más de toda esta siniestra confabulación. Ella persigue una identidad que le han negado... y quiero que la obtenga. Merece averiguar su destino... y puede ser determinante para el futuro de Equestria y de vuestro capitán. Por favor. Esta es mi petición. Si deseáis concederme esa gracia de la que hablabais... ahora es el momento.

Luna meditó durante un tiempo la decisión.

-¿Y cómo haríais para que os reunieseis todos en Ponyville? Ahora Grey es el capitán de nuestra guardia lunar y Shadow Mirror está confinada.

Macdolia respiró aliviada. Al menos Luna parecía estar considerando su petición.

-Deberíamos "invitarla" a este plano onírico. De ese modo, podréis disertar con mayor claridad vuestra decisión...
...
- ¡Espera espera espera! Macdolia, no entiendo nada, y menos aun como ha sucedido todo esto.

La repentina interrupción de Grey no sorprendió de nada a la yegua, la cual se veía venir la situación.

- Mira que eres cabezón, ¿te lo explico yo y me ahorro tantos remilgos?

La voz que salió mientras se adentraba en la habitación dejo al unicornio helado, odiaba cada fibra de su ser, y ver siquiera que estaba a metros de él hizo que le hirviera la sangre de manera casi instantánea, lo cual no sorprendió a nadie. Shadow Mirror estaba tan tranquila enfrente suya, como si nada hubiera pasado, pero no tardó nada aquel momento de tranquilidad, ya de súbitamente el unicornio parecía recuperado, levantándose para seguir luchando hasta verla en el suelo, pero Macdolia reaccionó a tiempo, agarrándole y dejándole de nuevo en la cama, hasta que Shadow lo dejó inmóvil invocando algo de cristal.

- ¿No pasas ni una eh?

Grey intentaba liberarse de su prisión usando su magia, pero nada salía, seguía intentándolo y no lograba invocar ni una mísera astilla de cristal.

-¡Grey, prometiste escucharme!
- ¡Mas te vale tener una buena excusa para todo esto!

La ira del unicornio era tal que se podía palpar en el aire.

-Grey, ¿no has prestado atención? ¡Lo hicimos para sacarte de Canterlot! Pero Shadow puso una condición... Que ya te vale, Shadow: ni tenías que mostrarte tan cruel ni tenías que pegarle fuego a la casa. ¡Casi me matas!
- Daños colaterales, además, así era más convincente, logré lo que quería, y me gusta ser teatrera a veces.
-Pero se lo has hecho pasar fatal y encima lo has dejado sin hogar...
- A ver morenita, piénsalo un segundo, cuanto más drástico, más convincente, ¿no crees? Además, obtuve lo que necesitaba.
-Pues mejor que se lo expliques, Shadow, que menos.
- ¿No puedes hacerlo mejor tu? Narras las cosas mejor que yo
-Creo que es la primera vez que me reconoces alg...
-¡¿SE PUEDE SABER DE QUE ESTAIS HABLANDO?!
- Maleducado, venga, veamos, por donde lo dejamos...

Luna cerró los ojos mientras parecía concentrarse. Las tonalidades del paisaje onírico empezaron a cambiar, abandonando la reminiscencia de aquella sala laberíntica para dejar pasar a un paisaje nevado que a ambas le resultaba familiar... así como a la unicornio que apareció como por arte de magia allí, con una mirada ligeramente confundida.
-Ugh.... ¿ya ni siquiera puedo dormir tranquila?

Shadow estaba claramente molesta, después de todo, estaba prisionera desde hacia días.

-¡¡LEVANTAOS SHADOW MI...!!
-Ugh, no me acostumbraré nunca -murmuró Macdolia.

-Ejem... Shadow Mirror, creo que ha llegado el momento de que tomemos una decisión respecto a ti. Pero antes, nos gustaría saber algo.

Macdolia dio un paso al frente y le expuso la situación a la unicornio: le contó sus sospechas sobre los misteriosos perseguidores de Grey.

-No creo que me equivoque cuando digo que son los mismos que te debieron poner aquel dispositivo.
-¿Dispsitivo? ¿De que hablais Macdolia?
-Princesa Luna, Shadow Mirror se encontraba parcialmente manipulada por algún tipo de pequeño dispositivo que llevaba implantado en su interior: no solo potenciaba sus ansias homicidas, sino que aumentaba la su energía y la resistencia al dolor... lo que explica por qué no pudimos vencerla la última vez que estuvimos aquí.
- Si queréis terminar el trabajo aquí me tenéis, aunque no sé como se tomaría todo este reino el que pierda a parte de su "realeza".

Macdolia suspiró.

-No estamos aquí, para pelear, Shadow. La cosa es sencilla: yo quiero ayudar a Grey y tú quieres respuestas... y ambas queremos pedir responsabilidades a los que estaban detrás de ti, ¿sí o no?

Shadow miro a Macdolia con interés ante semejante propuesta.

- ¿Quién te ha dicho que quiera respuestas?

Junto a sus acusaciones, Shadow seguía queriendo atacarlas como pudiera.

- Además, no me apetece, no tengo ningún motivo.
Luna sonrió sarcásticamente.

-Aquí hacerse la dura no sirve de mucho, Shadow Mirror... No cuando podemos ver tus sueños. Pero tienes carácter y nosotras valoramos eso.
-¿Quieres un motivo? ¿No querías ver si Grey iba a ser capaz de soportar el peso de su destino? Yo confío en él, pero encerrada en una mazmorra no podrás saberlo nunca. Además, tu no tendrás motivos, pero tu flanco sí.
- Primero, no me hagas la pelota, brillitos, y segundo, no tengo demasiado interés en ayudaros, pero si puede haber otra cosa que me interese, y para gracia o desgracia, tiene que ver con ese trozo de carne grisáceo que tenemos en común.
Shadow se tumbó en la nieve, sin señal alguna de incomodarse por el frio, y mientras se estiraba, su cuerno comenzó a brillar, invocando un pilar de cristal morado.

- Y eso, señoras, es esto.

Aquel pilar tenía una cara completamente lista, en la cual se veía un reflejo perfecto, hasta que una imagen apareció en el, era Grey invocando un cristal negro, cuando se encontraban en el orfanato.

- Me imagino que podrás hacerlo tu misma y blablabla, pero me interesa el suyo, ya que para crearse se necesita un algo, algo que tú tienes pero no en suficiente cantidad, y según lo que he leído estos días, es difícil.

Shadow se aclaró la garganta y se metió algo de nieve limpia en la boca, la tenía seca de tanto explicar y no estaba muy acostumbrada a ello.

- Esa concentración de odio, tirria, desprecio, como prefieras llamarlo, tú no, pero el si la tiene como para hacer que el cristal lo irradie, y eso es lo que quiero investigar.
Macdolia miró ligeramente fascinada aquella proyección... y sopesó que hacer. Aquel cristal... el diario y la experiencia dejaban claro que era muy peligroso, una concentración negativa y tremendamente destructiva...

Pero, ¿y si...?

-Entonces -contestó finalmente- pretendes que Grey irradie cristal negro de un modo u otro, ¿y si te dijera que colaboraré a cambio de que nos ayudes?
Shadow cerró los ojos, sopesando la proposición de Macdolia, sabía de sobra que era una yegua inteligente, por lo que no sabía que podría hacer, por lo que tendría que evitar que sea su mascota o al menos no estar como antes.

- De acuerdo, pero bajo mis condiciones. Primero, nada de controlar mi magia, oséase, quiero el anillo de control fuera de mi cuerno, segundo, no te cuestiones nunca lo que haga, y además, deberás ayudar.

La princesa elevó la voz ante aquellas palabras.

-¡ESOS TÉRMINOS SON INACEPTABLES SHADOW MIRROR!

Pero Macdolia permaneció callada... hasta que unos segundos después asintió.

-Me parece bien... pero ya que pones tantas condiciones, yo también quiero poner una. Tan solo una. Y quiero que la aceptes.

Shadow soltó una risilla.

- Veamos que tienes que decir.

Macdolia cambió el semblante... y puso una mirada totalmente distinta a la que solía tener. Una que pocas veces usaba.

-No nos traiciones -dijo con voz firme y a la vez... intimidante.

Shadow sonrió ante la última petición de Macdolia, como pensaba, era una yegua lista, y con esas tres palabras, se aseguraba de la seguridad, tanto de Grey, como suya y de los demás.

- ¿Con el chollo de trato que tengo? Neh, creo que me divertiré un rato con esto.

Shadow levanto su casco en señal de alianza, esperando a que Macdolia la correspondiera.
Macdolia correspondió el gesto de la unicornio, sellando así su acuerdo frente a la princesa como testigo.

-Ambas acabáis de firmar un pacto verbal ante una de las princesas de Equestria. Seguimos pensando que dichos términos son inaceptables, pero confiamos en nuestro capitán y en la yegua aquí presente... así que tened esto claro, Shadow Mirror: faltad a vuestra palabra y la cólera de la princesa de la noche caerá sobre vos.

Macdolia se arrodilló ante la alicornio.

-Gracias, su majestad, por acceder a mi petición...

Luna asintió.

-Despertad y partid. Organizaremos una pantomima para que Grey sea destinado a Ponyville... y centraremos nuestros esfuerzos en lograr el menester que le prometimos.
- ¿Pantomima? Jejeje.... déjame el espectáculo a mí, solo necesito a Macdolia y ya me encargare yo del resto.

Una sonrisa se veía clara en el rostro de Shadow Mirror, reflejando un plan que, según lo poco que sabían de su concepto de diversión, iba a tener como mínimo algo de destrucción.

Tras contarle con pelos y señales a Grey como sucedió todo, este se quedo callado, tratando de asimilarlo todo, mientras Shadow volvía al salón, aburrida de esperar que hablara alguien, liberando a éste de sus ataduras.

-Siento todo lo ocurrido en estos días, Grey... Sobre todo por lo mal que debes de haberlo pasado... Pero sigo queriendo ayudarte... y la única forma que había de que pudieses salir de Canterlot para perseguir a los que van tras de ti era montando un numerito...

- Si te soy sincero, la sensación fue horrible, pero lo gracioso es que, normalmente me habría derrumbado, pero el pensar que aun había una posibilidad de rescatarte me animaba a seguir.

Grey se levantó de la cama, harto ya de estar quieto mientras le explicaban todo, sin perder de vista a Macdolia ni un segundo.

- Y me alegro mucho de ver que mantener la esperanza sirvió para algo.

Aquella frase, a primera vista pesimista, en realidad significaba bastante para el unicornio, el cual cada vez se daba más cuenta de que podía hacer algo en el mundo aparte de huir de él. Lleno de un fuerte sentimiento de alegría y agradecimiento, Grey no pudo evitar, tras ver bien a su compañera, abrazarla fuertemente, no solo como muestra de afecto, sino de gratitud por abrirle lentamente los ojos.
Macdolia se quedó parada unos instantes... No se esperaba aquella reacción por parte de Grey. Y hacía tiempo que nadie le daba un abrazo así.

Mucho tiempo.

La yegua terminó por separarse del unicornio, agradecida... pero también ligeramente ruborizada y un poco incómoda. Había sentido una sensación que le traía a la mente unos recuerdos que vagaban en lo más profundo de su memoria... y que a día de hoy seguía sin descifrar.

-Hay algo más, Grey... Algo que ha ocurrido mientras estabas inconsciente...
- ¿Hm? ¿A qué te refieres?
-Es... es ella. La princesa... la ha encontrado.
- Espera... ¿Por ella te refieres… a quien yo creo?

Grey no pudo sino alegrarse ante tal anuncio, tras varios meses de búsqueda, finalmente tenía una pista certera sobre el paradero de Catleya.

- ¿¡A que estamos esperando entonces!? ¡Vamos!

Sin embargo, Shadow aparecía de golpe con el semblante serio.

- Como salgas de casa ahora mismo te empalo, y sabes que puedo hacerlo.

Macdolia apretó los dientes. Tanta negativa por parte de su compañera empezaba a ser cargante.

-Tozuda como una mula... y ellas son más agradables, incluso -murmuró para sí antes de dirigirse a la unicornio-. Shadow, tú más que nadie deberías dejarnos salir e ir a por ella. Sabes quién y que es: adoptaste su forma aquella vez en el mundo onírico. Mejor que la encontremos ahora antes de que lo hagan tus antiguos socios...

Shadow cerró los ojos, pensando en la teoría de Macdolia, tenia lógica, después de todo, una actuación seguía siendo eso, una actuación, y era cuestión de tiempo que lo descubrieran, y cuando eso pasara, estuvieran bien lejos.

- He de admitirlo, ahí tienes razón, pero necesito como mínimo un día por aquí, y de ahí no me mueves.

Macdolia asintió ante la impaciente mirada de Grey.

-Una vez la encontremos, tendrás los días que quieras. Yo también los necesito. Y ahora, apresurémonos. Está en el bosque Everfree.

Shadow suspiraba al ver que no entendían que ella quería su día a partir de ese mismo instante, pero viendo como iban las cosas, no tenía otra que dar su pata a torcer.


- Vale, dadme un rato que prepare y guarde mis cosas y podremos irnos por mi cuenta.

Tras decir aquello, Shadow volvió a la sala de estar, dejando a Grey mirándose de nuevo la cabeza, viendo el anillo de contención, el cual fue el encargado de contener su magia anteriormente, tras lo cual se le escapó una pequeña risa.

- No sé como se te ocurrió llevarla con nosotros, y menos aun por qué aceptaste las condiciones, pero, fuera de contexto ya. ¿Podrías quitarme esto? Me siento incomodo y a la vez un poco inútil.

Macdolia se encogió de hombros.

-Dijo una vez alguien de este pueblo que hay que confiar en las segundas oportunidades. Y yo creo en ella. Y me encantaría, pero Shadow lo reconfiguró y ahora solo ella sabe la clave...

Tras decir aquello, un corto silencio inundó la sala, el cual fue rápidamente interrumpido.

- Vale, y ahora una preguntita así que se me pasa por la cabeza.... ¿CÓMO SE TE OCURRE DEJARLA?

La yegua retrocedió nos pasos en un gento que denotaba disculpa y culpabilidad a partes iguales.

-¡L...LO SIENTO! Pero antes de que quisiera darme cuenta ya te lo había encasquetado y que si "si al despertar y la veías igual lo destruías todo" o si "si al verme pensabas que era un fantasma otra vez y me ensartabas de lado a lado" y blablabla... Pero tranquilo, que te lo quitará antes de que partamos de Ponyville.

Grey suspiro, a la vez que se preocupaba ante el hecho de que estaba básicamente a merced de Shadow.

- No me gusta ni un pelo, pero no me queda otra... bueno, es obvio que si alguien me busca, tendré que pasar desapercibido. ¿No?
-En cierto modo sí; pero no serás tú el que pase desapercibido aquí. Luego te cuento más, creo que ahora hay alguien que nos está esperando.

Macdolia entregó su capa a Grey, pero tras recibir una fulminante mirada de Shadow, la cual estaba recostada en el umbral de la habitación, la yegua declinó la idea de darle la espada también.

-Ya que vais a salir si o si, no me queda otra que seguiros.

-Ni que fuésemos a escaparnos sin ti, Shad.

-...Un día de estos, te comerás las coletas si sigues llamándome así.

Los tres salieron de la casa y Grey pudo comprobar que desde fuera parecía más pequeña que por dentro. Le sonaba haber pasado por delante de ella un par de veces, estaba a las afueras de Ponyville, cerca de la torre del reloj.

-Muy bien, y ahora, ¿donde vamos? -dijo el unicornio intentando disimular un ligero nerviosismo en su voz.
-Las indicaciones son hacia el bosque Everfree. Seguidme.

Los tres echaron a trotar en aquella dirección. La entrada estaba cerca de una cabaña bastante reconocible por la cantidad de animales que vivían en sus aledaños y por ser su dueña una de las portadoras de los elementos de la armonía, pero que en este momento lo era aun mas, pues se oían explosiones y fuegos artificiales en su interior, acompañados de destellos de magia.

Grey ignoró aquello por más curiosidad que le entrase en ese momento por averiguar que ocurría allí y se adentró junto a Macdolia y Shadow en el Bosque Everfree. Tras unos minutos trotando, la poni de tierra se detuvo en seco.

-Las indicaciones dicen claramente que tenemos que ver un claro dentro de unos minutos, a la izquierda de un árbol caído -dijo la yegua, que consultaba su reloj de bolsillo-; añade que por nada del mundo nos adentremos en una aldea si por algunas la encontramos... Que extraño, no sabía que hubiese una aldea dentro del bosque.

Grey estaba decidido a buscar a Catleya, tras tanto tiempo, su mejor baza era la única pista fiable que habían tenido en toda la búsqueda. Algo nervioso por su parte, miraba a todos lados, por si acaso la llegaba a ver. Macdolia notaba las ansias del unicornio, pero sabía que poco podía hacer, después de todo, era su hermana.

- Encontramos a la pequeñaja, la recogemos y al refugio de nuevo, odio estar al raso con este frio.

Las quejas de Shadow no ayudaban, pero tampoco se le podía reprochar, dejó claro desde el principio lo poco que le interesaba la idea.

Los minutos pasaron y multiples pensamientos pasaban por la mente de Grey, tales como cómo comportarse al verla o simplemente que reacción podrían tener ambos, se estaba haciendo demasiadas ilusiones y lo sabía, pero no podía evitarlo, podía ser el fin de una larga búsqueda, y del comienzo de la redención de uno de sus mayores fallos.
Finalmente, los tres llegaron al claro mencionado en las indicaciones, pero había algo anómalo en él.

Hacía poco que había llovido en el Bosque Everfree, sin embargo, lo que había en el claro eran pequeños estanques... totalmente congelados.
Grey seguía mirando a su alrededor, atento a cualquier detalle que pudiera ocurrir, mientras Shadow seguía resoplando, obviamente no quería estas ahí.

- Para ser una asesina, tienes una paciencia horrible.
- Para ser un unicornio, tu cuerno esta mas bien de decoración.
-No lo sería si le quitases el sello que le has puesto antes -intercedió Macdolia-; además, esto es muy raro... el agua está congelada por aquí y sin embargo no hace tanto frio como para que sea por causas naturales, ¿sabéis lo que eso significa?
Shadow se acerco al charco para observarlo detenidamente, tocándolo varias veces con el casco hasta resquebrajarlo.

- ¿Sabes que esto no es hielo verdad?
-Y ya lo había visto con anterioridad... justo antes de que nos encontráramos en las ruinas del orfanato, cuando estuvimos en aquella cueva.

Grey miro detenidamente otro charco, dándole un fuerte golpe para romperlo, no estaba frio, pero aun así parecía hielo, y hasta que no vio como se hizo un corte en la pata, no se dio cuenta.

- Es cristal...

Macdolia alzó la cabeza, oteando a su alrededor.

-Grey, tiene que estar por aquí.
- ¿Estás segura?
-Mira a tu alrededor: cristales en el Bosque Everfree iguales a los de la cueva... y Luna dijo que el lugar es éste. Tiene que estar...

En ese momento, algo captó la atención de los tres. Fue un ligero destello, cerca del linde del claro, tras unos arbustos.
Shadow no tardó ni un segundo en crear una lanza de cristal, a la vez que se preparaba para pelear.

- ¿¡Quien anda ahí!?

Del arbusto salió una potrilla, temblorosa, lentamente sin mediar palabra alguna. Tenía un pelaje azulino, con algunas rayas blancas distribuidas por todo el cuerpo, a la vez que unos ojos ambarinos, similares a los de Grey.

Estaba hecha un ovillo ante la atemorizante presencia de Shadow, y si estaba ahí de antes, habrá oído que era una asesina, y eso no iba a ayudar en absoluto.
Macdolia dio un codazo en las costillas a la unicornio.

-Baja ese trasto, no es nuestra enemiga. Mas bien lo contrario.

La yegua no deseaba que por nada del mundo un paso en falso estropease aquel momento. El momento que quería contemplar desde que su reloj la llevó junto a Grey en un día que parecía ya muy lejano a pesar de no haber pasado más que algunas semanas.
Grey no podía ni pensar de los nervios, a pesar de aquellas marcas blancas, sabía que era ella, sabía que era Catleya.

Macdolia veía la situación y le dio un toque para que reaccionara, lo cual parecía funcionar, ya que al menos pudo dar dos pasos y se preparaba a hablar, cuando, a sorpresa de los tres, fue ella quien dijo la primera palabra.

- ¡No me hagáis daño, no sé qué queréis de mi, no tengo nada!
-¿Alguien se digna a explicarme...?

Pero Macdolia cortó a Shadow antes de que hablase más.

-Pequeña, no queremos hacerte ningún mal. Te quedaste atrapada en una cueva hace un tiempo, ¿no es así? Nos tenías preocupados.
- ¡No me lo creo, sois asesinos!

Obviamente la pequeña estaba a la defensiva, y dado el caso, era normal, pero ante aquella acusación, Grey no pudo evitar hablar.

- No es así, Catleya, llevamos buscándote desde hace mucho, es la verdad.
-Fíjate bien en este unicornio, pequeña. ¿No te resulta familiar?
- ¿Qué tiene eso que ver?
-¿No reconoces lo que tiene en su flanco?
Grey se percató de lo que se refería Macdolia, y se dio cuenta de que la capa estaba tapándole su marca, por lo que la apartó de encima y dejó a la vista el distintivo escudo de cristal que tenía en su flanco, pero a pesar de que parecía calmarla, seguía desconfiando de ellos.

- Cualquiera se podría haber pintado eso, además, el era....

Grey se dio cuenta de lo que ocurría, por lo que terminó de calmarse, y dio un par de pasos más hacia ella.

- Cat, te lo creas o no, lo que pasó en aquella cueva fue hace años, el frío, la lucha con los timberwolves... y fue uno de mis mayores errores.

Catleya no entendía nada, pero tenía la ligera sensación de que decían la verdad, por lo que hizo una última petición.

- ¡El podía hacer algo que nadie más podía! Demuéstrame que eres quien dices ser
Macdolia dio otro codazo a Shadow.

-Tienes que quitárselo. Ahora. Si no... todo habrá sido en vano -le dijo en un tono que solo ella pudo oír.
- Que asco, pensaba que podría divertirme un poco.... pero bueno....

Shadow fue hacia Grey y, mientras tocaba el anillo de contención del cuerno del unicornio, susurro unas palabras que ninguno entendió salvo ella, seguramente en algún idioma que ella conocería. Y una vez el anillo se desprendió, su cuerno comenzó a emitir una ligera aura dorada, mientras se veía como creaba una pequeña flor que ambos reconocieron a pesar de ser azul.
Macdolia quiso agradecérselo a Shadow, pero prefirió no romper el momento, por lo que permaneció atenta a la reacción de Catleya.
La pequeña potrilla no sabía que hacer, todo indicaba que era él, pero aquel unicornio era un adulto, no el pequeño que ella recordaba, pero tras tanto tiempo, era raro, sin embargo sabía que decía la verdad y lentamente sus ojos se cubrieron en lagrimas al ver la verdad, por extraña que fuera.

Grey, quien vio la reacción de su hermana, no hizo sino abrazarla, con los ojos también llorosos, tanta alegría en un mismo momento no se podía expresar con palabras ni gestos, por lo que simplemente siguieron juntos, abrazándose mientras sus lágrimas caían, con una clara expresión de felicidad en sus rostros.

Tras años separados, los dos hermanos por fin pudieron reunirse.


Espero que os haya gustado, y a aquellos que seguiais el fic desde antes, que este final no sea tan decepcionante como el de Mass Effect 3, pero antes de nada, me gustaria decir que obviamente aqui no acabara todo, solo es el fin del primer arco, y tengo esperanzas de expandirlo todo lo que pueda y mas, ya que gracias a esto, he descubierto lo que me gusta escribir y no lo pienso dejar tan facilmente XD

PD: Aun queda un epílogo por escribir, que ya que hay prologo doble, es casi un must have
PPD: Como siempre, hacias por leer y me encantara leer cualquier critica que se haya, siempre que sea constructiva (y si hay planes de dominacion mundial de por medio mejor X3)
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor horwaith » 27 Ene 2015, 16:27

buen final, aunque la parte de macdolia me la figuraba, me ha encantado como has hecho el combate y el reencuentro que ha venido después.
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor Volgrand » 27 Ene 2015, 18:51

Muy buen final, y una historia muy interesante, de verdad. Deja mucho abierto para ver qué ocurrirá en las siguientes temporadas.

Respecto a Catleya...

Spoiler:
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Tengo que decir que me habría gustado saber más de lo que le ocurrió después de que escapara de la cueva, pero tendremos que esperar para eso :D. Buen trabjao.
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor HotRoder » 28 Ene 2015, 14:33

leido, muy buen final para cerrar la parte del fic (no voy a entrar en detalles pues para no spoilear evidentemente) pero bueno, ahora tocara esperar a que empiezes con la nueva parte, also, la parte del combate tambien me ha gustado mucho a mi tambien, la has descrito jodidamente bien, las cosas como son :sisi3: y bueno, poco mas puedo decir, muy buen fic ;)
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor Grey Edge » 09 Oct 2015, 20:41

¡Buenas a todos! Remember me? I bet you do, jejeje.
¡Por fin, POR FIN ESTA TERMINADO! ¡¡MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!

La Sombra del Cristal esta oficialmente finiquitado, y no pienso parar a pesar de las mas de mil complicaciones que he tenido, eso si, si mi gran compañero McDohl se ofrece, porque nada de esto habria sido posible sin si inestimable ayuda, gran amigo, sin duda alguna ;_;

Bueno, que me lio y al final no os dejo leer, aqui os dejo el epilogo de La Sombra del Cristal, disfrutadlo ^^

Spoiler:
Un caldero emitía unos vapores espesos y de olor atípico mientras unos ponis contemplaban algo atónitos la decoración que adornaba la cabaña en la que se encontraban. La sala, ya de por si repleta de decoración tribal, tenía un aspecto aún más siniestro debido al halo tétrico de las nubes de humo que manaban de aquella marmita situada en el centro del habitáculo.

Macdolia no le dio importancia y aceptó de buen gusto una taza que la anfitriona de aquella vivienda de había servido.

-¿En serio vas a beberte eso? -preguntó Shadow Mirror con un tono que denotaba que ni muerta iba a probar aquel humeante brebaje.
Macdolia no le dio importancia al comentario y pegó un sorbo. Estaba realmente delicioso.

-Es el café más peculiar y sabroso que he probado en mi vida -comentó la yegua espacio-temporal.

Grey miró estupefacto a la poni de tierra. De entre todas las cosas que podían encontarse en Equestria...¿de verdad lo que se estaba cociendo en aquel enorme caldero era café?

-Que lo aprecies agradezco, ciertamente. No acostumbro a visitas últimamente. Al bosque Everfree temen todos, pero aquí vivo de todos modos.

Catleya no paraba de revolotear durante breves ratos alrededor de Grey, inspeccionando cada parte de él varias veces, jugueteando con su cola, bajo la atenta mirada de su hermano, el cual solo se dedicaba a mirarla en silencio, con una sincera sonrisa en su rostro mientras disfrutaba del momento.

- ¿El café es amargo no? Nunca lo he probado, la verdad.

La cebra le sirvió una taza al unicornio. Los vapores que desprendían no invitaban al optimismo.

-Amargo cual río bravo y salvaje, pero de ti depende disfrutar del brebaje.

-Esta es Zecora, la "curandera" de Ponyville, por así decirlo -explicó Macdolia-. Lleva ya un tiempo instalada aquí y a veces he venido a pedirle consejo.

-Consejos muchos y diversos te puedo dar, mas debes recordarlos si vas a viajar -dijo Zecora recogiendo la ya vacía taza de la poni de tierra.

Grey miró profundamente aquella taza mientras la olisqueaba por encima, aquel olor le incitaba a probarla, pero si era tan amargo como le decían, la reacción seria más que peculiar.

- No le gusta lo amargo, ni un pelo.- Intercedió Catleya antes de que Grey pudiera siquiera acercarse el cafe.

- Asi de blando es, no puede aceptar ni un saborcito algo fuerte, trae aquí.

Tras aquella pequeña puya por parte de Shadow, esta le arrebató la taza a Grey con su magia para beberla de un trago sin dudarlo dos veces. El gesto de la unicornio se tornó en varias formas, todas ellas reflejo de querer aguantarse expresar las mismas, reacción de la cual sus tres compañeros parecían divertirse ligeramente.

- ¿Qué? ¿Está bueno?- Preguntó Grey aguantandose ligeramente la risa.
- Calla.

Macdolia también esbozó una ligera sonrisa mientras dirigía su mirada hacia Zecora. La cebra trató de ocultar que también estaba sonriendo antes de dirigirse a la pequeña Catleya.

-Veo pequeña, que conoces a los invitados, ¿son pues amigos del pasado?

Catleya batió sus alas rápidamente, fruto de todo el nerviosismo y alegría que no paraba de surgir de ella, hasta posarse en la cabeza de su hermano, teniendo cuidado con el cuerno, mientras este hacía un ligero esfuerzo manteniendo el equilibrio.

- ¡Más que conocido! ¿Te acuerdas del hermano pequeño que te dije que tenía? ¡Es él! Algo crecidito.... ¡Pero es él!

La pequeña pegaso se veía realmente feliz ante aquella situación, y era un cambio que se agradecía por parte de Macdolia, cuyos dos compañeros no eran precisamente un centro de alegrías.

- Esperemos que esto haga sonreír un poco más a Grey... -dijo en voz baja- Bastante ha pasado buscándola.

-No esperes que yo haga lo propio -añadió Shadow, que habia escuchado el comentario de la yegua-. Aunque... debo reconocer que la cosa se va a poner interesante.

Shadow salió tranquilamente por la puerta poco después, sin mediar palabra con nadie, mientras que Catleya trataba de encontrarle las cosquillas a Macdolia por todo el cuerpo, sin mucho éxito.

Fuera de la cabaña esta se dedicó a observar los cristales que supuestamente había creado Catleya, analizándolos detenidamente, mientras una leve risa brotaba, fruto de su curiosidad, que iba creciendo poco a poco cuanto más observaba su entorno.

"¿Magia residual tal vez... ?" Pensaba la unicornio en el silencio de la noche.

Una voz no tardó en oírse a su espalda.

-¿No decías que no ibas a sonreir, Shad? -comentó con un deje ligeramente sarcástico Macdolia desde el umbral de la cabaña de Zecora, mientras apuraba otro sorbo de su taza.

- Créeme que esto no es felicidad, morena.-

Shadow se limitaba a mirar a Macdolia por el rabillo del ojo, sin darle demasiada importancia a lo que decía. Estaba demasiado interesada en lo que estaba viendo ahora mismo como para darle importancia.

-Quién lo diría; por tu expresión, parece que te haya tocado el sorteo extraordinario de Heart´s Warming Eve -añade la poni de tierra mientras se termina la infusión preparada por Zecora-. Pero algo me dice que vas a querer quedarte algo más de tiempo con nosotros, y ya no solo por Grey.

-Oooooooooh.... ¿Tanto se nota? Aún tengo que investigar el cristal negro, te lo recuerdo.- la unicornio se limitó a mirar la lámina de cristal que se encontraba bajo su casco.

Macdolia también se fijó en ella. Era el mismo cristal que ya había visto en otras ocasiones, cuando le seguían el rastro a Catleya.

Tanta magia y tan poderosa en una pegaso tan pequeña...

-Pero creo que ahora tienes más magia similar a la tuya de la que te pensabas que podías encontrar. Una buena oportunidad para todos, ¿no crees? Tú obtienes información y Grey y Catleya pueden por fin estar juntos y aprender a controlarla.

- Tche, crees saber mucho, pero no tienes ni idea, morena.- Shadow cambió la expresión de su cara a una más seria, de nuevo volvía a tener su rictus de siempre. - Sé mucho más de lo que tú crees, y lo mejor es que no te pienso contar nada, je.-

Sin mediar más palabra, Shadow Mirror volvió adentro, pero, al contrario que muchas veces que se había burlado de Macdolia, esta vez no parecía contenta, ni siquiera tenía una sonrisa en la cara, estaba preocupada por como estaban ocurriendo todos aquellos sucesos.

Macdolia se limitó a chasquear los labios mientras la seguía, no sin antes dar un último vistazo al exterior.

"Y yo... Yo me encargaré de que no les pase nada. A los tres."

Ya dentro, se veía a los dos hermanos pasando un buen rato, Catleya volaba lentamente gracias a la magia de Grey, el cual tenía una expresión algo contradictoria, porque a pesar de que su sonrisa denotaba felicidad, sus ojos reflejaban algo de tristeza al verla.

Zecora no tardó en acercarse al actual capitán de la guardia lunar mientras lo ojeaba con una mirada escéptica.

-Unicornio, sin duda algo te preocupa, pues la pena te cubre de la faz a la grupa.

Grey percatandose de la observación de la cebra, decidió mandar levitando a Catleya algo lejos, para que no pudiera oir nada.

- Supongo que ya te habrás dado cuenta, pero ella no vuela demasiado bien, nunca ha sido capaz de mantener el vuelo. - dijo el unicornio mientras volvía su atención a la potrilla que "volaba" gracias a la telekinesis. - Y ahora que puedo, pues.... solo mirala.

-Sí, ya la veo -comentó Macdolia, que se había acercado hasta los dos-. Y se encuentra bastante bien pese a haber estado tanto tiempo vagando sola.

-Si como la encontré os habéis preguntado, mucho no puedo decir por mi lado. Al salir un día la encontré sola y magullada. Pensé que antes que sola, mejor acompañada. Muy débil estaba y me esmeré en su cuidado, y al poco partió... y con vosotros se ha encontrado.
- Muchas gracias, de verdad... no sabes el tiempo que llevo queriendo verla de nuevo así.

Catleya estaba viendo como estaban los tres hablando, ajena a todo. Disfrutaba aquella ilusión de vuelo, sin duda alguna, pero quería hacer ya otra cosa, por lo que, aprovechando un momento de distracción de Grey, planeó rápidamente hacia él, sin embargo, por accidente acabó impactando en Macdolia, mientras la pequeña se reía sin parar.

La yegua espaciotemporal dio un bote, ligeramente asustada por aquel "ataque a traición", pero rápidamente se giró hacia la pequeña pegaso.

-¿Que ha sido eso? ¡Nos atacan! Es hora de contraatacar... ¡con cosquillas!

Catleya se revolvía por el suelo, riéndose sin parar por las cosquillas, mientras Grey disfrutaba solo de ver aquella escena, por primera vez en mucho tiempo no tenia ni una sola preocupación en la cabeza, y por esta vez decidió seguir el juego, agarrando a Macdolia por sorpresa. - ¡Te toca Cat!

-¿Que? ¡NO, eso es trampa! -acertó a decir Macdolia antes de que las risas no le dejasen articular ni una palabra más.

Shadow se quedó mirándoles, impasible ante todo aquello, suspirando al verles tan tranquilos incluso sabiendo lo que se cernía sobre ellos. - Y en teoría dos de ellos son adultos.... voy buena.

Macdolia se esforzó por recuperar el aliento tras la panzada de reír e hizo un gesto para que Grey y Catleya se acercasen. Tras cuchichearles una cosa al oído, se tocó la grupa y sacó el reloj de bolsillo.

-Uf, que tarde que es... creo que es hora de que nos vayamos -dijo en un tono de voz falsamente sincero, mientras tocaba el reloj y lo redirigía hacia la unicornio.

-¿Se puede saber qué haces? -inquirió Shadow al ver que se estaba fijando en ella.

-Oh, no se... es que te veo tan seria siempre... quizás te venga bien relajarte un poco.

Macdolia pulsó un botón y la habitación entera pareció ralentizarse... salvo Catleya y Grey, que se abalanzaron sobre la unicornio... con una clara intención.

Los dos hermanos no dudaron ni un segundo en darle el mismo tratamiento risueño a Shadow, y sin poder ella defenderse ante aquella ralentización involuntaria, trató de aguantar la risa, pero una lagrimilla que se le escapó a los pocos segundos la delataba.

- Paraaaaaaad que no vais a lograr nada.- Decía Shadow intentando convencer a los demás, pero no pudo sino romper a reír en cuanto Macdolia se unió a la fiesta.

Toda preocupación parecía haberse ido en aquel momento, todos reían y jugaban sin pensar en nada, y aquel panorama si era algo nuevo para todos, teniendo en cuenta como habían ido las cosas.

Tras un rato, los ponis notaron que Shadow estaba dura como una roca, y que ésta ya no reaccionaba a los intentos de seguir buscándola las cosquillas.

- Ayyy...... viva el plan B.- Logró decir la unicornio tras recuperar el aliento.

- No vale usar cristales para librarse de las cosquillas, Shad.
- No vale usar poderes rarunos para llegar a mí, morenita.
- Touché, aunque reconoce que ha sido divertido reírse un poco por una vez en tu vida.
- Bweh, lo que tú digas. ¿Podemos irnos ya? Tengo mucho que hacer y no todo el tiempo del mundo.- dijo la unicornio en un tono que sonaba claramente agobiado.

Zecora, que había permanecido al margen durante la batalla campal sin dejar de esbozar una sonrisa, le entregó una capa a la pequeña pegaso.

-Catleya, tu compañía ha sido agradable, sin duda. No dudes en volver si necesitas más ayuda.

Catleya se volvió hacia Zecora y le dio un fuerte abrazo, le tenía mucho aprecio no solo por lo que hizo por ella, sino por simplemente estar ahí cuando la necesitaba.

- Gracias a ti también Zecora, de verdad, y con lo que me gusta tu casa seguro que vuelvo, siempre hay algo raro que mirar por aquí.

Macdolia también se despidió de la cebra, agradeciéndole de nuevo que las hubiese invitado a una taza caliente.

Antes de que Grey saliese de la cabaña, la inquilina le susurró algo al oído.

- Mucho te ha buscado. No te separes más de su lado.
- La protegeré, cueste lo que cueste, no lo dudes.

Ya alejándose lentamente del lugar White Catleya saltaba alegremente mientras usaba sus alas para revolotear ligeramente alrededor del grupo, mientras que Shadow se limitaba a mirarla de reojo con curiosidad, atenta a cualquier reacción extraña a su alrededor.

- ¿Sabéis salir del bosque no?- Preguntaba la pequeña mientras miraba a las dos yeguas, con una sonrisa en la cara.
- Obviamente, no soy de la misma madera que estos dos.- Respondía Shadow con semblante superior, tratando de sobresalir entre el resto de su equipo.

Macdolia lanzó una ligera sonrisita.

-¿Es que acaso te ofende mi afirmación? -le espetó la unicornio.
-No, nada de eso, Shad. Es solo... que no sabes la que nos espera en cuanto volvamos a Ponyville -añadió la poni de tierra aguantándose la risa.

-¿Es eso una amenaza, morenita?- Soltaba su compañera mientras arqueaba una ceja en señal de desconfianza.
-Ya lo verás en cuanto lleguemos, ji ji.

Grey volvía con sus compañeras a trote ligero, tratando de alcanzarlas lo antes posible, y, al llegar, revolvió un poco el pelo de Catleya con su casco.

- ¿Me he perdido algo?

Macdolia seguía risueña como unas castañuelas.

-Nada, Grey; que creo que Shad no está al corriente de lo que ocurre cuando un nuevo poni entra en Ponyville... Creo que ya me entiendes.

-¿Ein?.- El unicornio no comprendió a primeras a que se refería la yegua con aquellas palabras, pero poco después le llego la idea a la cabeza, de hecho, lo vivió por segunda vez nada más llegar a Ponyville. - Ah, sí, te refieres a "eso", jejejeje.

-Sí, jojojojo -cuando reía así, Macdolia se acordaba de su "madre".

- ¿De qué habláis? ¡Yo también quiero reírme!- Insistía Catleya mientras se intentaba poner a la misma altura que su hermano mientras saltaba y batía sus alas para mantenerse en el aire unos segundos.
- No es nada Cat, ya verás, lo mejor de todo es la sorpresa.

Poco más tarde, mientras todos avanzaban a través del bosque en un camino marcado por un pequeño sendero de tierra, posiblemente fruto del tránsito continuo, la potrilla se puso enfrente del grupo, provocando que se pararan frente a ella.

- Hablando de sorpresas, yo también tengo uuuunaaaa.

La pequeña pegaso parecía entretenerse con el simple hecho de haberles comentado eso, usando un tono dulce, tratando de incitar a los demás a despertar su curiosidad.

Macdolia se quedó mirándola, con expresión curiosa en el rostro.

-¡Pero antes de nada, tenéis que cerrar los ojos, a quien los abra se le hace cosquillas sin piedad!
- ¿No te irás a largar? Que ya ha sido un señor palo tener que buscarte una vez para tener al tarugo este contento, para que encima tener que hacerlo OTRA vez más.- Soltaba Shadow sin ningún tapujo, mientras le echaba una mirada asesina a Grey, cuya expresión no varió en absoluto, ajeno a ella, estaba mucho más atento a su hermana.

- Va Shad, no seas tan reina del drama -le cortó la poni de tierra.

- Pero cerradlos, porfii.- Decía la pegaso mientras ponía morritos al grupo.

Macdolia cerró los ojos e instó a sus compañeros a hacer lo mismo...

Grey le dio un golpecillo en la pata a Shadow Mirror y esta, tras suspirar ante la pérdida de tiempo que suponía aquello, cerró los ojos junto al unicornio gris.

Mientras los tres esperaban a que la potrilla les avisara, se oían unos pasos y pequeños brincos por parte de la pequeña, la cual parecía que decía en voz baja algo que ninguno de los tres pudieron entender.

- ¡Ya está! ¡Podéis mirar!

El grupo abrió los ojos y a primera vista parecía que había desaparecido, pero, de forma casi coordinada, los tres miraron hacia arriba donde se encontraba la potrilla, volando, pero no en las condiciones que se esperarían. De sus alas se extendían unas plumas translucidas, cuyo color violeta resplandecía a la luz de la luna, parecían tener el tamaño de las alas de un pony adulto, pero ella las llevaba sin problema alguno, volando en el aire sin ningún complicación.

- ¿A que es genial? ¡Puedo volar sin problemas!

El rostro de los tres era un poema. Macdolia estaba sorprendida, pero había algo en sus ojos que dejaba claro que había algo más que mera sorpresa en aquello.

Mientras que la potrilla volaba por encima del grupo, Grey parecía maravillado ante aquello, pero el rostro de Shadow expresaba todo lo contrario, parecía casi aterrada ante aquello, pero trataba de disimularlo lo mejor que pudiera.

- Tú, coletas, ven, vosotros a lo vuestro.

Macdolia se acercó a Shadow, pero imaginaba lo que le iba a decir.

-Me da que esto, lo que se dice gracia... te ha hecho poca.

- ¿Gracia? ¿Desde cuándo ESO me debería hacer gracia?.- La unicornio parecía iracunda, mientras trataba de controlarse para que los demás no las escucharan. - Ella cambia TODO, sé de sobra que ella no es como nosotros, por lo que dime tú, por qué narices puede evocar el mismo maldito poder. Esto no es motivo de celebración, es todo lo contrario.

-Cómo ha obtenido el poder, lo desconozco -aunque en el fondo, Macdolia tenía una sospecha-; pero ella eso no lo sabe: no sabe lo que sois Grey y tú, de donde venís y porqué vuestro poder es tan... complicado. Ella solo es una potrilla con un don que desconoce y está empezando a saber usar... Y creo que lo mejor es que lo use para bien, porque creo que has sido la prueba andante de lo que puede ocurrir si se usa al revés. Y lo digo sin ánimo de ofender...

- Ella no es la que me preocupa, pedazo de..... argh, sino ÉL, si la descubre, hará lo que sea por saber más.

- Precisamente... ¿No entiendes lo que quiero decir? El plan de Luna no sostiene quedarnos en Ponyville demasiado tiempo, así que habrá que prepararse... y prepararla a ella. Para lo que pueda venir.

Shadow se limitó a mirar a los dos hermanos, con expresión preocupada, por una vez no solo por sí misma, sino por todos ellos.

- Macdolia, esto no ha hecho más que comenzar. ¿Lo sabes, no?

-Lo sé... -Macdolia miró con determinación como Catleya volaba sonriente sobre su recién reencontrado hermano y se tocó la grupa para llamar a su reloj- Pero esta vez estaremos preparados. No dejaré que esa sonrisa inocente se apague para siempre.

Ambas yeguas volvieron al grupo, fingiendo que nada ocurría para no preocupar al otro duo, quienes parecían ajenos a todo aquello. Sin mediar mucha palabra, estos volvían a Ponyville, mientras que Macdolia y Shadow Mirror eran las únicas conscientes de la gran sombra que se cernía sobre ellos.


Como siempre, espero que hayais disfrutado de la lectura y cualquier review, critica o simplemente palabras de animo o ayuda son mas que bienvenidas, y muchas gracias a Pandi especialmente en este, que madre mia, me he comido una señor cantidad de tildes.

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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - ¡FINALIZADO!

Notapor Angelus-Y » 10 Oct 2015, 22:39

Pufff, Increible, ya tenia ganas de volver a leer este fic. Ha quedado genial, magnifico. Bien cuidado, escrito, con nuestros queridos personajes siendo como hemos visto siempre ^^ Hay ternura MUCHA INTRIGA y se denota la calidad de la historia, ya podrian haber mas lectores que se lo merecen. Esta muy bien y estoy ansioso de poder leer la siguiente parte X3
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 9

Notapor HotRoder » 19 Oct 2015, 15:18

Wryn escribió en 09 Oct 2015, 20:41:¡Buenas a todos! Remember me? I bet you do, jejeje.
¡Por fin, POR FIN ESTA TERMINADO! ¡¡MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!

La Sombra del Cristal esta oficialmente finiquitado, y no pienso parar a pesar de las mas de mil complicaciones que he tenido, eso si, si mi gran compañero McDohl se ofrece, porque nada de esto habria sido posible sin si inestimable ayuda, gran amigo, sin duda alguna ;_;

Bueno, que me lio y al final no os dejo leer, aqui os dejo el epilogo de La Sombra del Cristal, disfrutadlo ^^

Spoiler:
Un caldero emitía unos vapores espesos y de olor atípico mientras unos ponis contemplaban algo atónitos la decoración que adornaba la cabaña en la que se encontraban. La sala, ya de por si repleta de decoración tribal, tenía un aspecto aún más siniestro debido al halo tétrico de las nubes de humo que manaban de aquella marmita situada en el centro del habitáculo.

Macdolia no le dio importancia y aceptó de buen gusto una taza que la anfitriona de aquella vivienda de había servido.

-¿En serio vas a beberte eso? -preguntó Shadow Mirror con un tono que denotaba que ni muerta iba a probar aquel humeante brebaje.
Macdolia no le dio importancia al comentario y pegó un sorbo. Estaba realmente delicioso.

-Es el café más peculiar y sabroso que he probado en mi vida -comentó la yegua espacio-temporal.

Grey miró estupefacto a la poni de tierra. De entre todas las cosas que podían encontarse en Equestria...¿de verdad lo que se estaba cociendo en aquel enorme caldero era café?

-Que lo aprecies agradezco, ciertamente. No acostumbro a visitas últimamente. Al bosque Everfree temen todos, pero aquí vivo de todos modos.

Catleya no paraba de revolotear durante breves ratos alrededor de Grey, inspeccionando cada parte de él varias veces, jugueteando con su cola, bajo la atenta mirada de su hermano, el cual solo se dedicaba a mirarla en silencio, con una sincera sonrisa en su rostro mientras disfrutaba del momento.

- ¿El café es amargo no? Nunca lo he probado, la verdad.

La cebra le sirvió una taza al unicornio. Los vapores que desprendían no invitaban al optimismo.

-Amargo cual río bravo y salvaje, pero de ti depende disfrutar del brebaje.

-Esta es Zecora, la "curandera" de Ponyville, por así decirlo -explicó Macdolia-. Lleva ya un tiempo instalada aquí y a veces he venido a pedirle consejo.

-Consejos muchos y diversos te puedo dar, mas debes recordarlos si vas a viajar -dijo Zecora recogiendo la ya vacía taza de la poni de tierra.

Grey miró profundamente aquella taza mientras la olisqueaba por encima, aquel olor le incitaba a probarla, pero si era tan amargo como le decían, la reacción seria más que peculiar.

- No le gusta lo amargo, ni un pelo.- Intercedió Catleya antes de que Grey pudiera siquiera acercarse el cafe.

- Asi de blando es, no puede aceptar ni un saborcito algo fuerte, trae aquí.

Tras aquella pequeña puya por parte de Shadow, esta le arrebató la taza a Grey con su magia para beberla de un trago sin dudarlo dos veces. El gesto de la unicornio se tornó en varias formas, todas ellas reflejo de querer aguantarse expresar las mismas, reacción de la cual sus tres compañeros parecían divertirse ligeramente.

- ¿Qué? ¿Está bueno?- Preguntó Grey aguantandose ligeramente la risa.
- Calla.

Macdolia también esbozó una ligera sonrisa mientras dirigía su mirada hacia Zecora. La cebra trató de ocultar que también estaba sonriendo antes de dirigirse a la pequeña Catleya.

-Veo pequeña, que conoces a los invitados, ¿son pues amigos del pasado?

Catleya batió sus alas rápidamente, fruto de todo el nerviosismo y alegría que no paraba de surgir de ella, hasta posarse en la cabeza de su hermano, teniendo cuidado con el cuerno, mientras este hacía un ligero esfuerzo manteniendo el equilibrio.

- ¡Más que conocido! ¿Te acuerdas del hermano pequeño que te dije que tenía? ¡Es él! Algo crecidito.... ¡Pero es él!

La pequeña pegaso se veía realmente feliz ante aquella situación, y era un cambio que se agradecía por parte de Macdolia, cuyos dos compañeros no eran precisamente un centro de alegrías.

- Esperemos que esto haga sonreír un poco más a Grey... -dijo en voz baja- Bastante ha pasado buscándola.

-No esperes que yo haga lo propio -añadió Shadow, que habia escuchado el comentario de la yegua-. Aunque... debo reconocer que la cosa se va a poner interesante.

Shadow salió tranquilamente por la puerta poco después, sin mediar palabra con nadie, mientras que Catleya trataba de encontrarle las cosquillas a Macdolia por todo el cuerpo, sin mucho éxito.

Fuera de la cabaña esta se dedicó a observar los cristales que supuestamente había creado Catleya, analizándolos detenidamente, mientras una leve risa brotaba, fruto de su curiosidad, que iba creciendo poco a poco cuanto más observaba su entorno.

"¿Magia residual tal vez... ?" Pensaba la unicornio en el silencio de la noche.

Una voz no tardó en oírse a su espalda.

-¿No decías que no ibas a sonreir, Shad? -comentó con un deje ligeramente sarcástico Macdolia desde el umbral de la cabaña de Zecora, mientras apuraba otro sorbo de su taza.

- Créeme que esto no es felicidad, morena.-

Shadow se limitaba a mirar a Macdolia por el rabillo del ojo, sin darle demasiada importancia a lo que decía. Estaba demasiado interesada en lo que estaba viendo ahora mismo como para darle importancia.

-Quién lo diría; por tu expresión, parece que te haya tocado el sorteo extraordinario de Heart´s Warming Eve -añade la poni de tierra mientras se termina la infusión preparada por Zecora-. Pero algo me dice que vas a querer quedarte algo más de tiempo con nosotros, y ya no solo por Grey.

-Oooooooooh.... ¿Tanto se nota? Aún tengo que investigar el cristal negro, te lo recuerdo.- la unicornio se limitó a mirar la lámina de cristal que se encontraba bajo su casco.

Macdolia también se fijó en ella. Era el mismo cristal que ya había visto en otras ocasiones, cuando le seguían el rastro a Catleya.

Tanta magia y tan poderosa en una pegaso tan pequeña...

-Pero creo que ahora tienes más magia similar a la tuya de la que te pensabas que podías encontrar. Una buena oportunidad para todos, ¿no crees? Tú obtienes información y Grey y Catleya pueden por fin estar juntos y aprender a controlarla.

- Tche, crees saber mucho, pero no tienes ni idea, morena.- Shadow cambió la expresión de su cara a una más seria, de nuevo volvía a tener su rictus de siempre. - Sé mucho más de lo que tú crees, y lo mejor es que no te pienso contar nada, je.-

Sin mediar más palabra, Shadow Mirror volvió adentro, pero, al contrario que muchas veces que se había burlado de Macdolia, esta vez no parecía contenta, ni siquiera tenía una sonrisa en la cara, estaba preocupada por como estaban ocurriendo todos aquellos sucesos.

Macdolia se limitó a chasquear los labios mientras la seguía, no sin antes dar un último vistazo al exterior.

"Y yo... Yo me encargaré de que no les pase nada. A los tres."

Ya dentro, se veía a los dos hermanos pasando un buen rato, Catleya volaba lentamente gracias a la magia de Grey, el cual tenía una expresión algo contradictoria, porque a pesar de que su sonrisa denotaba felicidad, sus ojos reflejaban algo de tristeza al verla.

Zecora no tardó en acercarse al actual capitán de la guardia lunar mientras lo ojeaba con una mirada escéptica.

-Unicornio, sin duda algo te preocupa, pues la pena te cubre de la faz a la grupa.

Grey percatandose de la observación de la cebra, decidió mandar levitando a Catleya algo lejos, para que no pudiera oir nada.

- Supongo que ya te habrás dado cuenta, pero ella no vuela demasiado bien, nunca ha sido capaz de mantener el vuelo. - dijo el unicornio mientras volvía su atención a la potrilla que "volaba" gracias a la telekinesis. - Y ahora que puedo, pues.... solo mirala.

-Sí, ya la veo -comentó Macdolia, que se había acercado hasta los dos-. Y se encuentra bastante bien pese a haber estado tanto tiempo vagando sola.

-Si como la encontré os habéis preguntado, mucho no puedo decir por mi lado. Al salir un día la encontré sola y magullada. Pensé que antes que sola, mejor acompañada. Muy débil estaba y me esmeré en su cuidado, y al poco partió... y con vosotros se ha encontrado.
- Muchas gracias, de verdad... no sabes el tiempo que llevo queriendo verla de nuevo así.

Catleya estaba viendo como estaban los tres hablando, ajena a todo. Disfrutaba aquella ilusión de vuelo, sin duda alguna, pero quería hacer ya otra cosa, por lo que, aprovechando un momento de distracción de Grey, planeó rápidamente hacia él, sin embargo, por accidente acabó impactando en Macdolia, mientras la pequeña se reía sin parar.

La yegua espaciotemporal dio un bote, ligeramente asustada por aquel "ataque a traición", pero rápidamente se giró hacia la pequeña pegaso.

-¿Que ha sido eso? ¡Nos atacan! Es hora de contraatacar... ¡con cosquillas!

Catleya se revolvía por el suelo, riéndose sin parar por las cosquillas, mientras Grey disfrutaba solo de ver aquella escena, por primera vez en mucho tiempo no tenia ni una sola preocupación en la cabeza, y por esta vez decidió seguir el juego, agarrando a Macdolia por sorpresa. - ¡Te toca Cat!

-¿Que? ¡NO, eso es trampa! -acertó a decir Macdolia antes de que las risas no le dejasen articular ni una palabra más.

Shadow se quedó mirándoles, impasible ante todo aquello, suspirando al verles tan tranquilos incluso sabiendo lo que se cernía sobre ellos. - Y en teoría dos de ellos son adultos.... voy buena.

Macdolia se esforzó por recuperar el aliento tras la panzada de reír e hizo un gesto para que Grey y Catleya se acercasen. Tras cuchichearles una cosa al oído, se tocó la grupa y sacó el reloj de bolsillo.

-Uf, que tarde que es... creo que es hora de que nos vayamos -dijo en un tono de voz falsamente sincero, mientras tocaba el reloj y lo redirigía hacia la unicornio.

-¿Se puede saber qué haces? -inquirió Shadow al ver que se estaba fijando en ella.

-Oh, no se... es que te veo tan seria siempre... quizás te venga bien relajarte un poco.

Macdolia pulsó un botón y la habitación entera pareció ralentizarse... salvo Catleya y Grey, que se abalanzaron sobre la unicornio... con una clara intención.

Los dos hermanos no dudaron ni un segundo en darle el mismo tratamiento risueño a Shadow, y sin poder ella defenderse ante aquella ralentización involuntaria, trató de aguantar la risa, pero una lagrimilla que se le escapó a los pocos segundos la delataba.

- Paraaaaaaad que no vais a lograr nada.- Decía Shadow intentando convencer a los demás, pero no pudo sino romper a reír en cuanto Macdolia se unió a la fiesta.

Toda preocupación parecía haberse ido en aquel momento, todos reían y jugaban sin pensar en nada, y aquel panorama si era algo nuevo para todos, teniendo en cuenta como habían ido las cosas.

Tras un rato, los ponis notaron que Shadow estaba dura como una roca, y que ésta ya no reaccionaba a los intentos de seguir buscándola las cosquillas.

- Ayyy...... viva el plan B.- Logró decir la unicornio tras recuperar el aliento.

- No vale usar cristales para librarse de las cosquillas, Shad.
- No vale usar poderes rarunos para llegar a mí, morenita.
- Touché, aunque reconoce que ha sido divertido reírse un poco por una vez en tu vida.
- Bweh, lo que tú digas. ¿Podemos irnos ya? Tengo mucho que hacer y no todo el tiempo del mundo.- dijo la unicornio en un tono que sonaba claramente agobiado.

Zecora, que había permanecido al margen durante la batalla campal sin dejar de esbozar una sonrisa, le entregó una capa a la pequeña pegaso.

-Catleya, tu compañía ha sido agradable, sin duda. No dudes en volver si necesitas más ayuda.

Catleya se volvió hacia Zecora y le dio un fuerte abrazo, le tenía mucho aprecio no solo por lo que hizo por ella, sino por simplemente estar ahí cuando la necesitaba.

- Gracias a ti también Zecora, de verdad, y con lo que me gusta tu casa seguro que vuelvo, siempre hay algo raro que mirar por aquí.

Macdolia también se despidió de la cebra, agradeciéndole de nuevo que las hubiese invitado a una taza caliente.

Antes de que Grey saliese de la cabaña, la inquilina le susurró algo al oído.

- Mucho te ha buscado. No te separes más de su lado.
- La protegeré, cueste lo que cueste, no lo dudes.

Ya alejándose lentamente del lugar White Catleya saltaba alegremente mientras usaba sus alas para revolotear ligeramente alrededor del grupo, mientras que Shadow se limitaba a mirarla de reojo con curiosidad, atenta a cualquier reacción extraña a su alrededor.

- ¿Sabéis salir del bosque no?- Preguntaba la pequeña mientras miraba a las dos yeguas, con una sonrisa en la cara.
- Obviamente, no soy de la misma madera que estos dos.- Respondía Shadow con semblante superior, tratando de sobresalir entre el resto de su equipo.

Macdolia lanzó una ligera sonrisita.

-¿Es que acaso te ofende mi afirmación? -le espetó la unicornio.
-No, nada de eso, Shad. Es solo... que no sabes la que nos espera en cuanto volvamos a Ponyville -añadió la poni de tierra aguantándose la risa.

-¿Es eso una amenaza, morenita?- Soltaba su compañera mientras arqueaba una ceja en señal de desconfianza.
-Ya lo verás en cuanto lleguemos, ji ji.

Grey volvía con sus compañeras a trote ligero, tratando de alcanzarlas lo antes posible, y, al llegar, revolvió un poco el pelo de Catleya con su casco.

- ¿Me he perdido algo?

Macdolia seguía risueña como unas castañuelas.

-Nada, Grey; que creo que Shad no está al corriente de lo que ocurre cuando un nuevo poni entra en Ponyville... Creo que ya me entiendes.

-¿Ein?.- El unicornio no comprendió a primeras a que se refería la yegua con aquellas palabras, pero poco después le llego la idea a la cabeza, de hecho, lo vivió por segunda vez nada más llegar a Ponyville. - Ah, sí, te refieres a "eso", jejejeje.

-Sí, jojojojo -cuando reía así, Macdolia se acordaba de su "madre".

- ¿De qué habláis? ¡Yo también quiero reírme!- Insistía Catleya mientras se intentaba poner a la misma altura que su hermano mientras saltaba y batía sus alas para mantenerse en el aire unos segundos.
- No es nada Cat, ya verás, lo mejor de todo es la sorpresa.

Poco más tarde, mientras todos avanzaban a través del bosque en un camino marcado por un pequeño sendero de tierra, posiblemente fruto del tránsito continuo, la potrilla se puso enfrente del grupo, provocando que se pararan frente a ella.

- Hablando de sorpresas, yo también tengo uuuunaaaa.

La pequeña pegaso parecía entretenerse con el simple hecho de haberles comentado eso, usando un tono dulce, tratando de incitar a los demás a despertar su curiosidad.

Macdolia se quedó mirándola, con expresión curiosa en el rostro.

-¡Pero antes de nada, tenéis que cerrar los ojos, a quien los abra se le hace cosquillas sin piedad!
- ¿No te irás a largar? Que ya ha sido un señor palo tener que buscarte una vez para tener al tarugo este contento, para que encima tener que hacerlo OTRA vez más.- Soltaba Shadow sin ningún tapujo, mientras le echaba una mirada asesina a Grey, cuya expresión no varió en absoluto, ajeno a ella, estaba mucho más atento a su hermana.

- Va Shad, no seas tan reina del drama -le cortó la poni de tierra.

- Pero cerradlos, porfii.- Decía la pegaso mientras ponía morritos al grupo.

Macdolia cerró los ojos e instó a sus compañeros a hacer lo mismo...

Grey le dio un golpecillo en la pata a Shadow Mirror y esta, tras suspirar ante la pérdida de tiempo que suponía aquello, cerró los ojos junto al unicornio gris.

Mientras los tres esperaban a que la potrilla les avisara, se oían unos pasos y pequeños brincos por parte de la pequeña, la cual parecía que decía en voz baja algo que ninguno de los tres pudieron entender.

- ¡Ya está! ¡Podéis mirar!

El grupo abrió los ojos y a primera vista parecía que había desaparecido, pero, de forma casi coordinada, los tres miraron hacia arriba donde se encontraba la potrilla, volando, pero no en las condiciones que se esperarían. De sus alas se extendían unas plumas translucidas, cuyo color violeta resplandecía a la luz de la luna, parecían tener el tamaño de las alas de un pony adulto, pero ella las llevaba sin problema alguno, volando en el aire sin ningún complicación.

- ¿A que es genial? ¡Puedo volar sin problemas!

El rostro de los tres era un poema. Macdolia estaba sorprendida, pero había algo en sus ojos que dejaba claro que había algo más que mera sorpresa en aquello.

Mientras que la potrilla volaba por encima del grupo, Grey parecía maravillado ante aquello, pero el rostro de Shadow expresaba todo lo contrario, parecía casi aterrada ante aquello, pero trataba de disimularlo lo mejor que pudiera.

- Tú, coletas, ven, vosotros a lo vuestro.

Macdolia se acercó a Shadow, pero imaginaba lo que le iba a decir.

-Me da que esto, lo que se dice gracia... te ha hecho poca.

- ¿Gracia? ¿Desde cuándo ESO me debería hacer gracia?.- La unicornio parecía iracunda, mientras trataba de controlarse para que los demás no las escucharan. - Ella cambia TODO, sé de sobra que ella no es como nosotros, por lo que dime tú, por qué narices puede evocar el mismo maldito poder. Esto no es motivo de celebración, es todo lo contrario.

-Cómo ha obtenido el poder, lo desconozco -aunque en el fondo, Macdolia tenía una sospecha-; pero ella eso no lo sabe: no sabe lo que sois Grey y tú, de donde venís y porqué vuestro poder es tan... complicado. Ella solo es una potrilla con un don que desconoce y está empezando a saber usar... Y creo que lo mejor es que lo use para bien, porque creo que has sido la prueba andante de lo que puede ocurrir si se usa al revés. Y lo digo sin ánimo de ofender...

- Ella no es la que me preocupa, pedazo de..... argh, sino ÉL, si la descubre, hará lo que sea por saber más.

- Precisamente... ¿No entiendes lo que quiero decir? El plan de Luna no sostiene quedarnos en Ponyville demasiado tiempo, así que habrá que prepararse... y prepararla a ella. Para lo que pueda venir.

Shadow se limitó a mirar a los dos hermanos, con expresión preocupada, por una vez no solo por sí misma, sino por todos ellos.

- Macdolia, esto no ha hecho más que comenzar. ¿Lo sabes, no?

-Lo sé... -Macdolia miró con determinación como Catleya volaba sonriente sobre su recién reencontrado hermano y se tocó la grupa para llamar a su reloj- Pero esta vez estaremos preparados. No dejaré que esa sonrisa inocente se apague para siempre.

Ambas yeguas volvieron al grupo, fingiendo que nada ocurría para no preocupar al otro duo, quienes parecían ajenos a todo aquello. Sin mediar mucha palabra, estos volvían a Ponyville, mientras que Macdolia y Shadow Mirror eran las únicas conscientes de la gran sombra que se cernía sobre ellos.


Como siempre, espero que hayais disfrutado de la lectura y cualquier review, critica o simplemente palabras de animo o ayuda son mas que bienvenidas, y muchas gracias a Pandi especialmente en este, que madre mia, me he comido una señor cantidad de tildes.

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lo prometido es deuda, he leido el epilogo, que decir:

Spoiler:
me ha encantado la parte en la que catleya y grey (aunque triste) pasan un buen momento, ha sido un momento bastante bonito y el final ha dejado un caramelito en la boca con un saborcito de seguir con la sigueinte parte XD, nice work a los dos, a ver como sigue la aventura al grupete
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