La Sombra del Cristal [Aventura] - ¡FINALIZADO!

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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 1

Notapor Grey Edge » 12 Ene 2014, 14:28

¡Y aqui, amigos mios, esta el Capitulo 2!

Espero que os guste, este ya es un tanto mas largo que el anterior, y ademas, muchisimas gracias por el apoyo y las criticas que escribis, aunque no hable demasiado, lo leo todo y de nuevo, muchas gracias.


Spoiler:
Eran unas horas mas tarde del amanecer de un nuevo día. Los rayos de sol empezaban a filtrarse por lo que parecía una antigua construcción en ruinas, con un propósito ya olvidado tras años y años de abandono.

Sin embargo, un ligero rastro delataba que aquella noche las ruinosas paredes habían albergado visitantes despues de tantos años.

A los restos de una fogata ya consumida, un unicornio envuelto con una antigua capa parecía estar sumido en un sueño inquieto...

- ¡Grey, ayúdame!
- No fue tu culpa, y lo sabes...
- Solo quiero salvar Equestria.

Aquellas voces resonaban en su conciencia cada vez que cerraban los ojos, y esta vez parecía peor que nunca.
Despertando con un sobresalto, Grey Edge no tardo en notar un dolor terrible en su cabeza y su costado, ademas de notar como su cuerpo estaba algo agarrotado.
Se fijo en el sudor que caía de su frente, abriéndose paso por sus ojos, hasta el punto que parecían camuflarse con las dos lagrimas que se habían formado a su lado.
Al tumbarse de nuevo, puso su mirada rápidamente en la hoguera ya apagada, aun emitía humo, por lo que el unicornio dedujo que algun pony la habia apagado hace poco, y él estaba claro que no fue.

-Ah, ¿Ya has despertado?- dijo una voz detrás de él.

Grey pareció quedarse en estado de shock al oír de nuevo esa voz. Quiso moverse, pero por culpa del dolor no podía ni girarse en el suelo, aquel grado de impotencia no le gustaba para nada.

-Tuve que traerte a cuestas hasta aquí después de que te desmayases -siguió la voz, que cada vez se acercaba más a él- Llevas durmiendo desde ayer. Estabas al límite y esto fue lo mejor que encontré para cobijarnos. Parecen los restos de una antigua torre... ¿un puesto de vigilancia tal vez?

La voz finalmente sobrepasó a Grey y pudo ver y confirmar lo que sospechaba. Aquellas coletas... aquella CM...

Macdolia se giró y, sin saber muy bien como, sacó algo de algún sitio y se lo ofreció al unicornio.

-Debes de estar hambriento y débil... ¿un muffin?

Una mirada severa hacia la pony terrestre desvelaba que aun distaba mucho de confiar en ella, y si a eso se le sumaba que miraba a los lados buscando algo, la sensación de hostilidad era cada vez mayor.
Macdolia intuyo lo que buscaba el unicornio.

-Si quieres tu espada, la dejé detrás de ti... pero te agradecería que no intentaras partirme en dos de nuevo... esas cosas con punta hacen daño, ¿sabes?

Finalmente, al saber la ubicación de su arma, Grey abrió la boca.

- Lo volveré a hacer hasta que desaparezcas.

Macdolia lanzó un suspiro.

-¿Aun dudas de mi existencia? No creo que fuese por ciencia infusa que has aparecido aquí, junto a una hoguera. Te desmayaste en el bosque de puro agotamiento. Creo que ahora no estás ni para dar dos pasos, Grey. Cómete el muffin y recupera fuerzas.

Grey trato de negar con la cabeza, pero por el dolor que tenia dejo el gesto a medias. Esperando que ella lo entendiera, la miro a los ojos con semblante serio.

- Seas real o no, no quiero que estés conmigo, no te lo mereces. Al igual que no me merezco comer nada de momento.

Macdolia bajó la cabeza.

-¿No te expliqué como funciona mi reloj, Grey? Es él quien decide donde y con quien debo estar. Y si me ha traído aquí es por algo.

El unicornio noto algo extraño... ¿estaba manando una aura hostil de la yegua?

-Y si te he ofrecido un muffin... -Macdolia levantó la mirada ligeramente... y sus ojos centellearon- ¡es para que te lo comas!

Cogiendo la magdalena, Macdolia se abalanzó sobre Grey, con el claro objetivo de hacérsela tragar aunque fuera a la fuerza. No iba a dejar que se volviese a desmayar por culpa de su tozudez.
Viendo como se abalanzaba la Macdolia hacia el, no pudo hacer mas que prepararse para lo que quisiera hacer.
Pero su mirada se torno en sorpresa cuando en vez de un golpe, noto parte de aquel bollo en la boca y, masticando rápidamente por instinto, Grey tragó aquel dulce muffin en cuestión de segundos.

- Gracias...

Macdolia notó como la hostilidad se desvanecía de un plumazo cuando oyó aquella palabra.

-No... no hay de qué -dijo, ligeramente avergonzada-. Espero que ahora que ya has comido algo, recuperes algo de fuerzas...

La yegua notó como se sonrojaba. Pasaban los años... los lustros... y aun no había conseguido superar aquella pasión visceral por los Muffins.

"Casi habría preferido que Derpy me hubiese legado sus ojos estrábicos antes que esto..."

- ¿Por que estas aquí, Macdolia? Y lo que es mas importante...¿Como? Creí que habías... caído junto a muchos otros en el laberinto.

La yegua sonrió. Por fin iba a poder explicarse sin miedo a recibir un tajo en la cara.

-Grey... recuerdas mi reloj, ¿verdad?

El unicornio asintió.

-Pues bien... -la yegua se tocó la CM, invocando así si preciado reloj- Mi salida del laberinto fue... inusual. Tras la pelea con la falsa Catleya, mi reloj empezó a llenarse de demasiada energía negativa, lo que causó un colapso en el mismo. El primero que le ocurre. Cuando un objeto espacio-temporal se colapsa -la yegua pulsó un botón y una imagen salió del reloj, proyectándose en la pared de la torre- deja una grieta.

Grey observó aquel holograma, muy parecido a los que ya había visto proyectar aquel curioso reloj.

-Estas grietas absorben todo lo que hay alrededor de ellas... y me absorbió a mí. Deje de existir en el laberinto. Volví a casa... con la impresión de que todo fue un sueño. Tardé tiempo en darme cuenta de mi error... pero finalmente encontré datos corruptos causados en la memoria del reloj. Al ir descorrompiéndolos fui recordando más cosas... hasta que llegué a aquel recuerdo, el de la batalla en la nieve. Fue al recordar tu nombre cuando el reloj brillo y me trajo aquí.

La yegua pulsó de nuevo el botón y la imagen se desvaneció.

-Eso explica el como... y el qué ya te lo he dicho: el reloj elige mi destino. Si me ha traído aquí... es porque tengo una misión que hacer, una promesa que cumplir... y un pony que proteger.

Grey, mirando al cielo por una pequeña ventana derruida, no sabia muy bien como digerir aquella informacion, pero de alguna forma, sabia que tenia sentido.

- Te has equivocado de pony, Macdolia.

Macdolia se encogió de hombros.

-No espero que sea fácil mi cometido. Sólo el tiempo lo dirá; pero una cosa te diré: puede que pienses que mereces ser olvidado... pero precisamente el superar ese olvido es lo que me ha traído hasta ti. ¿No crees que al menos debes intentarlo por última vez?

Encontrándose mejor de los golpes, Grey logra sentarse por fin. Estaba harto de mirarla con aquel ángulo raro.

- No me merezco una última oportunidad Macdolia, he provocado demasiado sufrimiento a mis amigos como para intentarlo siquiera. Por eso es por lo que quiero que te vayas.

La yegua se adelantó hasta el unicornio... hasta que se quedaron frente a frente.

-¿Quien dice que provocases sufrimiento, Grey? Hace cinco minutos pensabas que era una ilusión y ahora mírame -la yegua le cogió la pata con fuerza-. Estoy aquí. Estoy viva. ¿Quien no te dice que los demás ponys del laberinto no lo están?

Grey miro con melancolía su colgante, aquel memento de su "aventura" en aquel laberinto, aquella forma de estrella era bella, pero el recuerdo que albergaba era oscuro.
Finalmente, miro de nuevo a la yegua, tratando de parecer serio de nuevo, pero se hacia ver la pena en su rostro.

- Porque vi sus tumbas.

Macdolia se rió.

-Seguro que yo también dejé una. Y mira: vivita y coleando.
- Si, pero una cosa eres tu, que tienes mas de una... "habilidad peculiar", pero los demás no, no volvieron... La espere durante más de una semana, día tras día frente a aquella fría puerta. Y no volvió.
-¿No lo hicieron? Creo que ahí te equivocas, Grey. No fue instantáneo, pero todos volvieron. Te lo puedo demostrar.

Macdolia toqueteó el reloj... y encontró lo que buscaba. Era la proyección de una unicornio de piel esmeralda y crin castaña cuya Cutie Mark eran dos serpientes mordiéndose la una a la otra.

-La recuerdas, ¿no? Tu colgante me dice que sí.
- Si, es Tiny Tales.
-Cuando volví a mi mundo, ella estaba allí. Como si no hubiese pasado nada. Cuando le hablé de lo que me había ocurrido, ella también recordaba haber estado en el laberinto, pero no cómo salió ni como terminó... nada. Pero si recordaba haber viajado con un unicornio de crin oscura que invocaba cristales. Lo que quiero decir es que creo que todos, incluidos los que caímos, volvimos a nuestros mundos de una forma u otra... Si realmente temes que no fuese así... ¿porqué no comprobarlo por ultima vez?
- No quiero, si han vuelto, no voy a negar que no me alegre... pero eso no cambia nada, Macdolia. Ese no es el motivo por el que me fui, solo fue el hecho que me hizo ver que debía irme.

Macdolia se estremeció. De nuevo volvió a ver aquella aura oscura alrededor del unicornio.

"No lo entiendo... ¿Como puede generar semejante oscuridad? Una cosa está clara: no debo dejarlo solo o le consumirá"

-Grey... Desconozco el motivo del que hablas... pero si puedo ver que casi te consume. Ya he visto sufrir a demasiados ponys antiguamente... No dejaré que tu solo te arrojes a un abismo sin fondo.

La yegua volvió a abrazar al unicornio.

-No dejaré que lo hagas.

Grey miró al lado contrario al de Macdolia, evitando mirarla a la cara. No queria decirle el verdadero motivo por el que decidió exiliarse, no sabía como se lo tomaría, por lo que se limito a recibir el cálido abrazo de la yegua junto al calor de los rayos de sol que salían de los múltiples agujeros en las paredes de la torre.
Macdolia notó como el unicornio la evitó ligeramente.

-Como verás... no pienso dejar que te vayas sin mí, Grey -dijo, abrazándolo con mas fuerza-. Pienso acompañarte quieras o no, porque estoy convencida de que puede haber esperanza para ti, aunque tu no lo creas posible.

Tras un largo silencio, Grey decidió hablar.

- No se trata de esperanza, sino que solo quiero proteger a mis amigos.

Macdolia lanzó un suspiro.

-¿Y quien te protege a ti, Grey? Y si es por mí, no te preocupes -la yegua empezó a voltear el reloj-, sé protegerme sola.

La mirada de Grey se torno en una de melancolía, y mirando hacia el suelo, suspiro, preparándose para decirle parte de la verdad.

- ¿Y si resulta, que de lo que te tienes que proteger... es de mí?

Macdolia sonrió.

- Entonces mi reloj no me habría traído hasta aquí.
- ¿No sera que te ha enviado para que termines conmigo? Yo lo habría hecho, pero no me atrevo... a pesar de que es lo que quiero.

Macdolia miró seriamente al unicornio.

-Quizás no te lo he explicado bien. Mi reloj me permite realizar viajes espacio-temporales... para proteger animales, ponys y cualquier tipo de ser vivo. Es una herramienta al servicio de aquellos que necesitan ayuda.

La yegua siguió acercándose a Grey hasta que sus frentes casi se tocaron.

-Pero vuelve a decir que quieres que tu vida termine y me aseguraré de llenarte el cuerpo de cardenales. Ahora más que nunca me ha quedado claro que necesitas que esté aquí, amigo.

El unicornio suspiro ante la insistencia de Macdolia.

- No me voy a poder librar de ti. ¿Verdad?

La yegua sonrió de oreja a oreja.

- Veo que lo vas pillando, je je.
- Entonces ten algo claro, nada, y repito, nada de contacto con ningún otro pony, no quiero que se sepa de mi.

Macdolia realizó un saludo militar.

-A sus ordenes.

"Al menos es un comienzo. Podría decirse que he logrado lo mas difícil. Solo espera, Grey: esa oscuridad tuya tiene los días contados"
Grey trato de levantarse para recoger sus cosas y reanudar su camino, pero el dolor que tenia en el costado por el golpe que le dio Macdolia el día anterior aun era demasiado para el, por lo que se tuvo que sentar de inmediato.
La yegua al ver como se desplomaba, se rascó la cabeza.

-Quizás me sobrepasé un poco ayer... Deberías descansar un poco mas. Si de verdad quieres evitar el contacto con otros ponis, este es el lugar idóneo para que recuperes fuerzas. Y no te preocupes por los víveres -de nuevo y sin saber como, la yegua sacó otro muffin-. Tengo de sobra.
- Ya veo... ¿Que clase de lugar es este? Aparte de la obviedad de que es una torre, claro esta.
-Buena pregunta. Por el lugar en donde se encuentra, a las afueras del bosque donde nos encontramos y al sur del Imperio de Cristal, diría que es un antiguo puesto de vigilancia, quizás de la época pre-Equestria.

Grey parecía sorprendido cuando Macdolia menciono el Imperio de Cristal.

- ¿El Imperio de Cristal esta al norte?

La yegua asintió.

-Si, tiene toda la pinta. Mientras te sacaba del bosque crucé cerca de las Cataratas de Neighagara. Habría que cruzar aun la basta llanura que nos separa de él, eso si. Calculo que unos dos días a pie. Pero intuyo que es el último lugar al que quieres ir, ¿no?
- Tu intuición no te falla.
- Si puedo preguntar, ¿hay algún motivo más aparte del hecho de que quieras evitar el contacto con mas ponys?

Hubo un largo silencio tras aquella pregunta, obviamente, el unicornio ocultaba algo. La verdadera pregunta era: ¿El qué?
Macdolia se imaginaba que podía ser... Recordaba haber visto pelear al unicornio. Recordaba su poder especial... Pero no iba a presionarlo de buenas a primeras justo después de que hubiese aceptado su compañía.

-Ha sido una pregunta un tanto osada... No tienes porque responder si no quieres, disculpa.

Percatándose de que era posible de que Macdolia se hubiera dado cuenta del principal motivo por el que no quería ir al Imperio de Cristal, Grey decidió seguir dando explicaciones a Macdolia. Si iba a viajar con ella, al menos esperaba tener a un pony que le entendiera.

- Ya no uso magia, quiero evitar usar mi poder a toda costa. ¿No te ha parecido raro que te atacara con métodos mas comunes?
-Pensé que igual estabas agotado y no podías conjurar nada.

El unicornio gris negó con la cabeza.

- Decidí no volver a usar magia bajo ningún concepto, sera para encender un fuego, coger algo... o usar mis poderes.

Macdolia bajó la mirada.

-No seré yo quien cuestione tus motivos, Grey. Pero se que antaño también hiciste felices a otros ponys con tu magia. Si ahora no deseas usarla, adelante. No te forzaré a que lo hagas; pero espero que tengas en cuenta que no tiene porqué ser como una maldición para ti.

Grey cerró los ojos.

- Al igual que es posible que hice felices a algunos, destruí la vida de otros... y estos segundos eran todos cercanos a mí.

Macdolia quiso responderle. Quiso decirle que aquello podía revertirse, que se podía arreglar todo y el tiempo reescribirse...

Pero no podía mientras Grey no se perdonase a sí mismo. No podía pretender empezar la casa por el tejado. Antes tenía que sentar bien los cimientos.

-En ese caso... No sacaré de momento el tema, pero quizás si viajamos juntos logres encontrar un nuevo propósito que no lleve a tu desaparición.

Macdolia negó con la cabeza.

-No, miento. SEGURO que lo encuentras -dijo, sonriendo.

Grey sonrió al final, tras toda la conversación.

- Me alegra que de todos los ponys que se podían haber cruzado conmigo, fueras tu. Al menos contigo me ahorro muchas explicaciones.

¡Había sonreido! ¡Grey había sonreido!
Cuando Macdolia fue a contestarle, un ruido se le adelantó. El ruido de su estómago.

- Ups... Vaya, creo que yo también debería comer algo.

Partiendo el muffin en dos, le dio la otra mitad a Grey.

-Comamos y descansemos. Seguro que mañana estás mejor y podemos partir.

Grey asintió y comenzó a comer el muffin, no sabia de donde venía y prefería no saberlo, pero era la mejor comida que había tenido en semanas.

- Mañana partiremos al sur, volvamos al bosque, cuanto mas ocultos estemos por el camino, mejor.

Macdolia asintió. Aunque imaginaba que en el Imperio de Cristal quizás estarían las respuestas que buscaba, no deseaba que Grey fuese allí forzado.

-En ese caso, descansa. Iré a por mas leña para poder encender de nuevo la hoguera.


Un datito: Los colores del comienzo son para que se distinga que cada dialogo viene de alguien distinto. Seguramente os lo habreis figurado, pero nunca viene de mas avisar de ello ^^
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 2

Notapor Ryuka_dash » 12 Ene 2014, 19:34

Me encanta, quiero mas *-*
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Grey Edge » 05 Feb 2014, 14:23

Buenas a todos, lo siento muchisimo por la tardanza, pero por culpa de unas cuantas cosas de parte de McDohl y mias, se ha aplazado muchisimo el capitulo 3, pero sin mas dilacion, aqui lo teneis! ^^

Spoiler:
Al amanecer del nuevo día, la pareja que había pernoctado en las antiguas ruinas abandonó el emplazamiento que les había dado cobijo durante unas noches.

Adentrándose de nuevo en el bosque del que habían salido, Grey abría la marcha, seguido de Macdolia. El unicornio parecía encontrarse mucho mejor físicamente, tras dos días de reposo y tras haber comido algo después de tanto tiempo en ayuno. Aunque su humor seguía igual. Se limitaba a avanzar, cortando con su espada los arbustos y lianas que salían a su paso e intentando no seguir ningún camino establecido.

Lo seguía de cerca Macdolia. La yegua seguía determinada a ser su convoy y a no separarse de él ni un centímetro. A pesar de la actitud seria de su compañero, siempre que éste se giraba a ver si aun seguía tras de él, la yegua le devolvía una sonrisa y ocasionalmente lo saludaba. No importaba lo complicada que fuese la senda que llevaban, Macdolia lo seguía a buen ritmo, como si avanzasen por un camino bien señalado en medio de un valle. Un par de veces incluso, Grey pudo ver como la yegua lo seguía y consultaba ese extraño reloj que siempre llevaba encima al mismo tiempo. Mas de una vez estuvo a punto de irse el unicornio contra un árbol mientras observaba estupefacto como la yegua parecía moverse como Pedro por su casa.

-¿Sabes qué, Grey? Cierto amigo mío me contó que hay estatuas con forma de pegasos llorosos que hablan mas que tú -dijo finalmente la yegua tras un largo tiempo de silencio.
- Hablar hace ruido, y el ruido alerta a cualquiera que este cerca.

Macdolia se encogió de hombros. Era absurdo intentar rebatirle que el supuesto sigilo que Grey quería mantener se iba al garete en el momento que se estaban dedicando a abrirse paso campo a través. La vegetación empezaba a ser espesa en algunos puntos y de no ser por la espada, no podrían haber seguido... y todo aquello por fuerza hacía ruido.
Aun así, la yegua no se rindió.

-Me sorprende que digas eso, ¿es que te preocupa que nos encuentre alguien?

Grey suspiró ante las ganas que tenia Macdolia de hablar.

- No quiero encontrarme a nadie, Macdolia. Demasiado que te dejo estar conmigo, porque me siento incomodo al saber que puedas ponerte en peligro.
La yegua cada vez lo tenía mas claro.

"Es obvio que lo persiguen. Por si no quedó claro, alguien lo quiere muerto. El caso es saber porqué"

-Por mí no te preocupes, soy una yegua de recursos; pero me preocupa más el hecho de que pienses que estoy en peligro. No me acaba de cuadrar que digas que es por tus poderes. Después de ver de primera man... er... casco el tipo de enemigos que tienes me inclino más a pensar que temes más... por lo que pueda venir de fuera.

Grey se quedo callado después de aquello.

Era cierto, sabia que al menos una yegua lo buscaba para acabar con el, y de hecho, casi lo logra. Si no hubieran llegado a tiempo para rescatarle no habría sido capaz de sobrevivir. Y lo que mas le perturbaba de ello era el hecho de que no sabia si aquel encuentro habría acabado con ella o no.
Aun así, aquel para el no era el problema.
Macdolia sospechó de aquel silencio tenso ¿sospechaba algo Grey? ¿O aquella ignorancia era real?

- Digamos que... si llega el momento, me gustaría que te fueras sin dudarlo.

Grey procuraba hablar lo mas bajo posible, pero en un tono que Macdolia pudiera entenderle.
La yegua vio la estrategia del unicornio y habló también en voz baja.

-¿Y dejarte solo? Te recuerdo que ni siquiera un grupo de cinco ponys y una princesa alicornio pudo con aquella psicópata. No pretenderás que te deje solo si te enfrentas con alguien de similar poder, ¿no?

Grey detuvo el paso frente a unos arbustos y guardo la espada, los dientes le dolían un poco y necesitaba descansarlos un poco.

- Precisamente por eso, tu y yo no podríamos contra ella. Y no pienso dejar que tu historia acabe por mi culpa, no pienso permitir que pase de nuevo.

Macdolia apoyó una pata sobre el hombro del unicornio.

-Si nos encontramos entre la espada y la pared, no te preocupes: no volverá a caer esa breva. Además, hay algunas cosas que no sabes de mí...

Pocos segundos de decir eso, a Grey le habría encantado responder a Macdolia, pero cuando se disponía siquiera a abrir la boca, aparto rápidamente el casco de Macdolia de su hombro y desenvaino la espada, con la mirada puesta en la espesura del bosque.

- ¡¿Quien anda ahí?!

Aunque el bosque parecía tranquilo, Grey miraba por el agujero de su capucha por todos los rincones, buscando a alguien, pero no sabía ni siquiera a quién tenia que buscar, solo se guiaba por lo que el creía que eran sonidos que hacían ellos.
Pero Grey no se lo estaba imaginando. Macdolia también notó que algo no cuadraba. Tocándose la CM, su reloj y la cadena que iba unida a él se materializaron delante de ella.
Ambos permanecieron atentos a sus alrededores. La zona donde estaban era algo mas abierta de lo que venían atravesando, pero aun así, la vegetación seguía siendo espesa.
Al cabo de un rato, se oyó una voz masculina:

"Dejémoslo, nos han oído. Mejor que salgamos"

Dos figuras aparecieron de detrás de uno de los árboles. Iban enfundadas en ropas oscuras, pero eran claramente dos ponys macho: un pony de tierra y un pegaso.

- Nos dijeron que iba a ir solo -dijo el pegaso-. No importa, quitemos del medio a la chica también.
- Ten cuidado Macdolia. - Susurro Grey a la yegua, la cual parecía estar lista para saltar con su reloj.

Grey estaba alerta para que no le pillaran por sorpresa, pero ante todo, estaba preocupado por Macdolia. No sabia que iba a pasar, pero sabia que su compañera sabia defenderse.
Los dos asaltantes no dijeron ni media palabra mas. Se miraron... y rápidamente el pony de tierra cargó en dirección a Grey, mientras que el pegaso de un salto y extendiendo las alas, se lanzó contra Macdolia.
El unicornio lanzó un tajo hacia adelante, con el fin de interceptar al pony de tierra... pero éste había sacado de debajo de las ropas algo afilado... que resultó ser un cuchillo, que, sujetándolo con la boca, usó para detener el golpe de Grey.

Mientras Macdolia esquivó en el último momento la embestida del pegaso. Cuando pasó por su lado... la yegua alcanzó a ver que el pony llevaba algo enganchado en las patas con las que había intentado golpearle: dos cuchillas.
Tratando de desarmar al pony de tierra, Grey soltó la espada en un cruce entre sus armas y placó al pony golpeándole en el cuello.

Desde ahí, los dos forcejeaban para alcanzar el cuchillo caído anteriormente, dándose coces, cabezazos y lo que hiciera falta para echar el uno al otro lo más lejos del arma.
Mientras, Macdolia vio como el pegaso volvía a alzar el vuelo.

-Eres ágil, pero te acabaré alcanzando.

La yegua vio que tenía solo dos opciones de atacar a aquel pony.

"Probaré la arriesgada. Si me espero al final para esquivarle, dejará un hueco para que le golpee antes de que pueda elevarse"

Moviéndose hacia el centro de aquel pequeño claro, la yegua intentó quedarse lo más expuesta posible. Cuando el pegaso volvió a cargar, intentó apurar lo máximo posible. Consiguió esquivar de nuevo las patas delanteras...

...pero no contó con las traseras.

El pegaso golpeó a la yegua por sorpresa cuando esta ya tenía preparado su ataque. El golpe fue seco y sin arma alguna, pero no por ello menos doloroso.

Grey seguía peleándose con su asaltante, el cual parecía que no le importaba los medios a usar, pues cogió un puñado de tierra y se la metió al unicornio en la capucha, el cual quedo cegado e indefenso.
Macdolia reculó unos centímetros. "¿Queréis por las malas? Pues por las malas"

El pegaso parecía muy confiado. Aquella yegua no parecía mucha cosa. Tarde o temprano la acabaría alcanzando. Mientras volase, estaba a salvo...

O eso creía hasta que, casi sin darse cuenta, algo voló desde el suelo y se le enroscó en una de las alas.

-¡¿Q... Que es esto?! -gritó el pegaso. Parecía... una cadena. Pero era imposible. La única cadena que había visto que llevaba la yegua era una insignificante que iba unida al reloj. Aquella duplicaba... no, triplicaba la longitud.
Pero antes de que pudiese pensar mas, el pegaso empezó a perder altura, incapaz de mantenerse en el aire con un ala trabada.

"No importa -pensó-; aun en el suelo, soy mas rápido que ella, podré atacarla sin que se de cuent..."

-¡MACDOLIA STRIKE!

-¡¿COMO?!

Lo último que vio el pegaso era como dos patas traseras de color magenta oscuro le coceaban los morros antes de que llegase al suelo. La yegua, haciendo gala de una agilidad inusual, había saltado y lo había interceptado antes de que tocase suelo. El pegaso chocó contra un tronco y quedó inconsciente.

Su compañero, que gozaba de un combate mas fácil gracias a la vista mermada de Grey, no pudo evitar sorprenderse al ver caer al pegaso, lo que hizo que bajase la guardia unos segundos.

Suficientes para el unicornio.
Tardó poco en retirar el polvo y grava restante de su vista, y nada mas hacerlo se levanto y lanzo el cuchillo lejos del alcance de ambos.

El pony terrestre no pudo evitar soltar una risa burlona ante el desarme del unicornio. Basándose en su superioridad física, y seguro de si mismo, corrió hacia su victima, la cual, lejos de estar perdida, hizo una rápida finta hacia la derecha y le propino una coz en el costado a su agresor, provocando que se tuviera que apoyar en un árbol.

Sin dudarlo ni un segundo, el unicornio gris cargo hacia el asaltante y, agarrándolo lo mas fuerte que pudo, le dio un cabezazo con casi todas las fuerzas que le quedaban.
Tras un quejido muy bajo por parte de ambos, Grey cayó al suelo, con un gran mareo y dolor de cabeza, al lado de su oponente, el cual parecía inconsciente por el impacto.

- ¡Agh!... Efectivo, sin duda, pero que mala idea....- Logró decir Grey entre quejidos.

Pasaron un par de minutos hasta que el unicornio recuperó la compostura y pudo tenerse en pie. Aun no veía del todo bien y tenia la capucha aun con polvo, por lo que se la quito para tratar de despejarla un poco.
Tras sacudirla un par de veces, Grey se disponía a ponérsela otra vez... pero entonces vio algo que le detuvo en seco.

Macdolia estaba tirada en el suelo.

Entonces, como si de un acto reflejo se tratase, Grey levantó su capa y se agachó. Medio segundo más tarde, algo atravesó su capa, haciéndole otro agujero, y le rozó la mejilla, incrustándose después en el suelo.

Era un cuchillo.
Tal cual se apartó la capa, alguien bajó de un salto de uno de los árboles. Al igual que sus compañeros, iba enfundado en ropas negras, pero en su caso, su crin de color rojo fuego no llegaba a disimularle el cuerno. Era un unicornio.

-¡Me has esquivado! Ya pensaba que después de cargarte a mi hermano, ibas a decepcionarme. Me emociona ver que no es así.

Grey no medio palabra con el tercer atacante, se limito a mirar rápidamente hacia los lados, buscando su espada y el cuchillo que cayeron en la pelea anterior, pero se encontraban levitando enfrente del asaltante restante, el cual miraba a su oponente con una expresión burlona.

-¿Creías que iba a dejar esas armas a tu alcance? Que poco debes de haber peleado con un profesional como yo.

El unicornio entonces empezó a acercarse lentamente a Macdolia.

-Tienes una compañera muy mona. Hay algo extraño en ella, como si estuviese fuera de lugar... eso la hace más atractiva. Creo que será una buena recompensa adicional cuando me cobre tu pellejo.

La expresión de Grey se torno en una cada vez mas enfadada, como si quisiera intimidar al asaltante.

- Aléjate de ella.

El unicornio soltó una carcajada.

-¿Y que vas a hacer? Ahora mismo estás cansado y desarmado. Agradece que no vaya a ver como te corto en pedazos, infeliz.

El unicornio, blandiendo con magia la espada delante de él y las dagas a los lados, cargó hacia Grey, con la clara intención de ensartarlo repetidas veces y así cobrarse su vida y su recompensa...

"Opciones... venga, ¡OPCIONES! ¡Como no reaccione Macdolia estará acabada!"

Grey se ponía cada vez mas nervioso al vez que no tenía ninguna salida viable, no podía enfrentarse a alguien con semejante arsenal y salir vivo.
Odiaba no tener alternativa, pero con la vida de su amiga en juego, no le quedo otra.

Y su cuerno brilló.

Una gran capa de cristal azulino se coloco entre ambos unicornios, creada de la nada, y de una gran dureza, por lo que pudo comprobar el asesino.
La espada chocó violentamente contra la capa de cristal... agrietándose en el proceso.

Una sombra apareció en el rostro del unicornio. La sombra de la duda.

"¿Que es esto? No nos dijeron que sería capaz de hacer algo así... supuéstamente era una presa fácil. Debí de olérmelo cuando nos dijeron de pagarnos tanto por él"

Pero la sombra se tornó en sonrisa.

"Esto lo hace más desafiante"

Haciendo volar una de las dagas, el unicornio la lanzó contra la capa de cristal... mientras elevaba la otra por encima de aquella capa, con el fin de lanzarla contra Grey, aprovechando el ángulo muerto.

Grey aprovecho aquel breve descanso para poder calmarse, pero poco duro aquello, puesto que su atacante estaba tratando de romper su barrera.

Ya había hecho algo que juró que no volvería a hacer jamas, por lo que ya iba a salir de ese combate vivo si o si.
Usando su magia, el unicornio cambio el grosor de la capa de cristal hasta que fuera mas fina que antes, y le propino una gran coz, intentando que los cristales que salieran del impacto se clavaran en su agresor.
Justo cuando pensaba que ya lo tenía... el unicornio oyó un estallido y a duras penas pudo conjurar una barrera para resguardarse de todos aquellos cristales... a cambio de soltar las armas.
El unicornio entonces se fijó en el rostro de su supuesta presa fácil. Había cambiado: ahora mostrada determinación... e ira.

"Esto no me gusta. Se impone un cambio de estrategía"

El unicornio concentró magia y, tras bajar la barrera, se teletransportó detrás de Grey, buscando atacarle por la espalda.

"Sigue estando cansado. Si lo golpeo, lo tendré a mi merced"

- Te tengo

Tras oír estas palabras, el asaltante trato de golpear al unicornio, pero no pudo mover ni una sola extremidad, pues estaba fijado al suelo por lo que parecia ser el mismo cristal azul.

Mientras que el unicornio no paraba de zarandearse buscando liberarse desesperádamente, Grey volvió a usar su magia para invocar un pilar de cristal de entre las cuatro patas de su adversario, el cual no pudo hacer nada para esquivar el ataque.
El impacto, que le dio le lleno, le lanzó por los aires.

"Esto no puede..." pensó antes de perder el conocimiento.

Grey resopló al ver como su atacante, al igual que sus dos compañeros, quedaba inconsciente en el suelo tras caer con un golpe seco.
Viendo el cristal que había dejado tras de si la batalla, Grey lo miró con algo que parecía desprecio, mientras usaba su magia para hacerlos desaparecer en una nube de destellos azules que desaparecieron rápidamente.

"De no ser por ella, no habría tenido que invocarlos de nuevo..."

Grey se acerco a Macdolia lentamente y le quito el dardo con el casco, a la vez que le colocaba el otro en el cuello para comprobar su pulso, el cual parecía normal.

- ...no quería usarlos, podía haber acabado mi historia, como quiero, pero contigo en peligro, no puedo.

En la mente de Grey había pasado por su mente la idea de terminar el trabajo con sus asaltantes y dejar a Macdolia en medio, para que esta no corriera peligro tras despertar.
Pero descarto poco después la idea, al acordarse de la experiencia que tuvo con los guardias reales, recordó también el motivo que hizo que jamás quisiera acabar con nadie: "Soy mejor que ellos."
Sentándose para meditar sobre aquello, Grey decidió dejar su capucha bajada, pero cogió un extremo para secarse la sangre que manaba lentamente de su mejilla.

"Déjame, yo te limpiaré eso" dijo una voz a su espalda

Sorprendido por que quedara alguien en pie aun, Grey se levanto y dio la vuelta rápidamente, arrastrando un poco de polvo con sus cascos y la capa, lo cual dificultaba el identificar de quien venia aquella voz.

-¡Ey! ¿No intentarás cortarme en dos una vez mas, no? -dijo...

No podía ser...

Macdolia estaba allí, de pie, delante de él. Grey se quedó descolocado del todo... ya que al volver a girarse, Macdolia seguía inconsciente en el suelo.

-Antes de que preguntes... Puedo realizar viajes cortos en el tiempo. Llevo aquí desde justo antes de que te atacase el unicornio. Iba a intervenir, pero entonces... sacaste los cristales y lo derrotaste. No me dejaste margen para hacer nada.

La yegua cambió el semblante.

-¡¿Sabes lo mucho que me agota hacer estos viajes cortos?! -dijo, enfadada- Para que luego sirvan de poco... vaya desperdicio...

Hubo un silencio tenso... que la yegua rompió con una sonrisa.

-Es broma, te agradezco que hayas impedido que este depravado -Macdolia coceó la grupa del unicornio- se saliese con la suya.
- Voy a alejarte de ellos, pero no vas a viajar mas conmigo, es demasiado peligroso.

Grey miro el dardo que dejo inconsciente a la Macdolia del presente, y a su mente vinieron las miles de posibilidades de contenido que pudo haber tenido en lugar de aquel sedante.

- ...y esto no es ni por asomo lo peor...

-¿Que nos vas a viajar mas conmigo? Lo siento, pero no acepto la dimisión.

La yegua se acercó al unicornio.

-Imagino lo que habrías hecho de no haber estado yo aquí. Seguramente habrías dejado que esos tipejos acabaran contigo. Piensa durante un segundo que habría ocurrido de haberte cruzado con ellos hace un par de días, antes de que apareciese. No pienso irme lejos de ti. Viajar con compañeros te hace ser mejor pony de lo que tu mismo te has convencido que eres, Grey.
- ¿Mejor pony?... No me hagas reír.

Grey comenzaba a hartarse de aquellos intentos de Macdolia por hacerle cambiar de idea, lo cual se reflejaba ligeramente en su rostro.

-¿No lo has sido acaso? Dime sino que te pasaba por la cabeza cuando peleabas contra el unicornio. ¿Que crees que habría hecho conmigo de haber perdido? El Grey de hace dos días nunca habría decidido pelear en serio y sacando todo su poder... al no tener a nadie a quien proteger al no tenerse ni a sí mismo.

La yegua bajó la vista.

-"Los ponys nos hacemos fuertes... cuando tenemos a alguien a quién proteger"... No recuerdo de quien es la frase, pero es cierta como la vida misma.

Aquellas palabras le recordaban a las que su hermana le dijo el día que su CM salio por fin.

"Con tus poderes, tu seras el escudo que nos protegerá a todos en el futuro, hermanito."
- Yo no tengo futuro.

La yegua le miró directamente a los ojos.

-No te lo crees ni tu -dijo esbozando una sonrisa algo sarcástica-. Si de verdad lo creyeses... ahora mismo estarías ensartado por tu propia espada.
-Pero elegiste vivir, luchar... y proteger.
- ¡Yo no me podría proteger ni a mi mismo!

Grey estallo finalmente, dejando el silencio y sus normas para pasar inadvertido a un lado.

- Mírate ahora, inconsciente, ni siquiera pude oír al tercer pony. Ademas, todos aquellos a los que trato de proteger acaban mal, nunca falla... es como una maldición. Por... por eso no quiero estar con nadie.

Grey hizo una pausa larga en aquel estamento, era verdad, pero en aquello, era solo la punta del iceberg.
La yegua se extraño.

-¿Mal dices? Que yo sepa... ahora mismo estoy aquí, vivita y coleando. Y tu sigues vivo. No importa lo que haya ocurrido: ambos seguimos vivos y lo seguiremos un día mas. Cada día que pasa que ambos seguimos en pie... es una victoria y una demostración de que tu futuro no pasa por acabar tu vida a manos... er... cascos de un cazarrecompensas.

La yegua cambió el rostro.

-Lo cual me lleva a preguntarte esto: ¿porqué te buscan unos cazarrecompensas, Grey?
- No lo se...
- ¿Sera que "ella" sigue viva?
-Es la segunda vez, estando yo presente, que quieren acabar contigo. Que me aspen si aquí no ocurre algo extraño. Y si te refieres a aquella psicópata... dudo mucho que saliese con vida de aquel sueño. Aquel lich parecía tener mas mala baba que ella.

Grey permaneció callado ante aquello, si era cierto que era la segunda vez, pero nunca quiso indagar en ello, ni siquiera en como pudo hacer todo aquello.

- Ella era la única que podía usar magia similar a la mía, y aun así intento matarme.

Macdolia pensó muy bien lo que iba a decir. Tarde o temprano tenía que sacar el tema, pero tenía que ir con cuidado.

-Grey... cuando dices magia similar a la tuya... entiendo que quieres decir que tu magia es poco habitual, por no decir única. ¿Crees que eso puede tener algo que ver?
- No lo se, de verdad... pensé que era el único, pero entonces apareció ella, que invocaba cristales morados que podían sellar la magia y.... y se transformó en aquel monstruo...


Macdolia se quedó absorta en sus pensamientos. Recordaba aquella situación. Era similar a una de las novelas que su "padre" solía leer y usar de referencia para sus escritos.
...

"Pero entonces... No, no puede ser... Pero tendría sentido... demasiado sentido"
La yegua abrió los ojos.

-Dejémoslo estar por el momento. Creo que tarde o temprano lo sabremos a ciencia cierta, ¿no crees?

La yegua claramente había decidido cambiar el tema. No deseaba presionar mas a Grey sobre algo cuyas pruebas no eran definitivas.

Grey miro a la Macdolia del futuro rápidamente, para volver a prestar atención a la que estaba inconsciente, en su mirada se denotaba bastante preocupación.

- Solo espero que no vuelva a suceder lo mismo que con aquella psicópata.

En ese instante, la Macdolia del presente empezó a moverse.

-Nngghh... maldición... me zumba la cabeza...

-¡Macdolia! -gritó Grey, ayudándola a incorporarse.

-Estás bien... ¿que ha sucedido?

El unicornio la miró seriamente.

-Vencí... y entonces aparecistes tu... bueno, no eras tu, era tu yo del...

La yegua abrió los ojos de forma desmesurada.

-¡OHPORELAMORDEFAUSTICORN!

Sin decir media palabra más, salió corriendo, desapareciendo tras los árboles... y dejando a Grey con cara de circunstancias. Cuando volvió la cabeza para ver que tenía que decir la Macdolia consciente... se encontró con que no había nadie.

-¿Eh? pero si hace un segundo...

En ese instante, la yegua reapareció.

-Ya está, arreglado. Uf, tenía miedo de que se produjese una paradoja, así que acabo de volver del viaje. Para que no te líes: la Macdolia del futuro es ahora del presente.
- Nunca he entendido demasiado tu habilidad, aunque tampoco es algo que me quite el sueño.
-Digamos que puedo hacer pequeños saltos atrás en el tiempo para ayudarme en el pasado. Útil si se usa bien, nefasto si no se arreglan las paradojas. Explicar la teoría de los viajes temporales sería largo y me llevaría horas de charla insufrible; seguramente terminarías con dolor de cabeza -dijo, sacando la lengua y guiñando un ojo.
- Ugh.... si, mejor ahórrate las explicaciones, demasiadas cosas tengo en la cabeza.
-Je je, no te preocupes, al menos no por sufrir los efectos de mi charla -dijo Macdolia, intentando alegrar un poco el ambiente- Lo que quizás deberíamos decidir es que hacer con estos tres...

Grey se quedo callado ante aquella pregunta. Estaba muy claro que ellos eran un peligro que podía volver en cualquier momento, pero una cosa tenia clara, no iba a acabar con ellos.

- Dejémosles aquí, demasiado han tenido con la humillación de hoy. Ademas, no creo que se levanten precisamente en condiciones de andar tan tranquilamente.
Macdolia asintió.

-Me parece bien... pero creo que quizás deberías plantearte una cosa, Grey: estos tipos venían por tí y parecían cazarrecompensas. No creo que estar vagando sea la mejor solución, ya que tarde o temprano vendrán mas...

Grey asintió, debían tener un destino fijo, y ahora mismo en su mente solo había uno.

- Iremos en dirección oeste, hay un lugar que necesito ver y con urgencia.
-De acuerdo. Pero antes... dame unos minutos.

La yegua fue en dirección a uno de los árboles y arrancó de un mordisco una liana. Después, procedió a juntar los cuerpos inconscientes de los tres ponys y los ató con ella.

-Los dejaremos atados y colgados de un árbol. De ese modo, no serán atacados por nada que ronde el bosque. Por muy oscuras que fueran sus ambiciones... siguen siendo seres vivos y no permitiré que acaben sus días aquí. Si somos rápidos, pondremos suficiente tierra de por medio como para que no puedan rastrearnos.
- Me parece una buena idea, vayamos sin prisas, pero sin pausas. Si mi memoria no falla, en una semana de viaje deberíamos poder ver unas montañas a lo lejos, ese es nuestro objetivo.

La yegua terminó de alzar a sus atacantes y de atar la liana a un árbol antes de girarse y asentir.

-Entonces, vamos. Te sigo, ¿hace un muffin para el camino?

Grey definitivamente decidió desistir de preguntarse sobre como hacía para sacar muffins en cualquier lugar y ocasión.

- Si, gracias. Necesitamos todas las energías posibles, porque te lo digo por experiencia, el camino no te hará mucha gracia.
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor McDohl » 05 Feb 2014, 16:07

Como co-escritor, decir que espero que lo disfrutéis. Seguiré esforzándome por seguir escribiendo el fic y que éste os guste. Y no miento al decir que Wryn opina lo mismo :D2
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Nima » 05 Feb 2014, 16:43

Ahora mismo estáis haciéndoos seriamente un luegar en mi podio de autores de fics favoritos :) Está genial este capítulo, como siempre ^^ hay que ver lo que puede salir de una canción random xD Macdolia es uno de los mejores OC de todos los tiempos según yo :D2 Y Grey Edge es quizá uno de los OC más profundos y épicos que he conocido. :3
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Ryuka_dash » 05 Feb 2014, 23:32

Por esto no me gusta leer fics que estan proceso, quiero maaas! jo
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor CarretonRider » 07 Feb 2014, 23:35

a mí también me está gustando, quedo a la espera de más!

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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Volgrand » 08 Feb 2014, 01:11

¡El gran CarretonRider ha hablado! ¡El fic ha sido bendecido!
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Grey Edge » 08 Feb 2014, 13:00

CarretonRider escribió en 07 Feb 2014, 23:35:a mí también me está gustando, quedo a la espera de más!


Me alegro muchisimo que os este gustando nuestro trabajo, estamos poniendo todos los dias unas cuantas horas siempre y eso solo para tener bien planteada la escena de turno XD

Volgrand escribió en 08 Feb 2014, 01:11:¡El gran CarretonRider ha hablado! ¡El fic ha sido bendecido!


Solo quedas tu, que te lo pedi hace semanas, gañancio XD
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 3

Notapor Sunchild » 15 Feb 2014, 00:56

Mola, luchas épicas y mucho emoción =D
-> viewtopic.php?f=7&t=3116 <- Lee aquí mi cómic pony MLP:LIE


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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 4

Notapor Grey Edge » 22 Feb 2014, 00:44

Buenas a todos, adivinad quien ha logrado publicar el capitulo 4 para vuestro disfrute :3


Spoiler:
La luz empezaba a decaer en las bastas llanuras que se extendían al norte de Canterlot. Macdolia evitó hacer un comentario sobre como Luna estaría haciendo ahora sus trabajo. Era mejor evitar de momento nombrar a la princesa de la noche delante de Grey.

Además, Macdolia ahora mismo tenía la vista fija en una ciudad peculiar... que se alzaba en el cielo, entre las nubes. Habían llegado a su emplazamiento tras tres días de marcha, desee que abandonaron aquellos bosques donde les atacaron aquellos cazarrecompensas... y viajando siempre al oeste.

-Cloudsdale... -murmuró para sí la yegua.

Grey se tomó la libertad de, por primera vez en todo el viaje, quitarse la capa por completo y recibir por fin la brisa en su cuerpo. Por primera vez, Macdolia pudo ver la CM completa del unicornio, la cual parecía ser un escudo, pero hecho con el cristal que invocaba él mismo.

Tras andar un poco y con la capa en la boca, Grey oyó un leve murmuro de Macdolia, por lo que decidió que podrían tomarse, tras tantos días de caminata sin parar, un descanso que no fuera para dormir.

- ¿Todo bien, Macdolia?

La yegua sacudió la cabeza, sorprendida.

-¡Vaya! Me alegra volver a oír tu voz. Hacía tres días que no decías ni papa.

Grey rio para si mismo, era cierto, llevaban tres días sin apenas hablar, y si alguien lo hacia, era Macdolia.

- Ya... pero si no abro la boca, a saber si a la larga me quedo mudo, jeje.

La yegua le devolvió la sonrisa.

-Gracias por preguntar. Y tranquilo, no es nada. Es solo que... al ver lo que ahora mismo tenemos sobre nuestras cabezas, me he puesto algo... nostálgica -añadió, dirigiendo la mirada hacia la ciudad de las nubes.

Grey miro hacia la ciudad también, era un bonito panorama, con aquellas cascadas arcoiris entre las nubes.

- Me acuerdo de que había un hechizo que permitía caminar por las nubes a los no pegasos... si quieres algún día podríamos probarlo.

Macdolia quiso sonreir... pero torció el gesto.

-Mejor no... No me apetece volver a sentir lo que es ser un pegaso...

Grey se extraño al oír lo de volver a ser un pegaso, seguido con una mueca que correspondía a ese extraño pensamiento, pero cambio rápidamente a una expresión mas cálida, y, acercándose a su compañera, trató de animarla.

- Alégrate anda, esa cara no te pega.

Macdolia abrió los ojos como platos.
"Grey... ¿está animándome?"
Casi inconscientemente, la yegua apoyó su pata en la frente del unicornio.

"No parece tener fiebre... Increíble"
- Esto.... ¿Macdolia?

Ya yegua retiró la pata a toda velocidad, sonrojándose un poco.

-P... ¡Perdón! No se que estoy haciendo, no debería...
- No pasa nada, con mis animos habituales, yo también me habría quedado sorprendido.
-Bueno... te agradezco que te preocupes por mi, pues. Tu mismo lo dices: con tu ánimo habitual, sorprende. ¿Debo pensar que empiezas a disfrutar de compañía? -añadió con un tono ligeramente burlón.

Grey se sonrojo un poco, era cierto, le gustaba la compañía de su actual compañera, pero no le gustaba admitirlo.

- Disfruto mas... de los muffins gratis.

Macdolia lanzó una carcajada.

-Al final Madre tendrá razón: "A los sementales se les conquista por el estómago". Nah, es broma: te agradezco que te gusten los muffins, ¿quieres uno?

Grey se alegro al ver que su compañera había recuperado la sonrisa, y de que forma, pero nego con el casco ante el ofrecimiento de Macdolia.

- Mejor que no, que a la larga, me veo que acabo hecho una bola.

La yegua sacó la lengua.

-La verdad es que solo hemos comido muffins desde que salimos. A la larga nos pasarán factura.

En verdad, Macdolia agradecía que Grey no hubiese querido ahondar en el tema de Cloudsdale. La simple visión de la ciudad hacía que los dos muñones de su cuerpo, cada uno a un lado de su lomo, y disimulados por su pelaje, le doliesen como si de nuevo estuviesen abiertos.
A pesar de aquel inciso sobre Cloudsdale, Grey volvió a su rutina de no hablar, a no ser que Macdolia lo hiciera primero. Cada día parecía más preocupado y su compañera lo notaba.

Pasaron cuatro días mas hasta que por fin llegaron a su destino, unas montañas las cuales parecían cierta tendencia a tener niebla, o cualquier clima o acción que las nublara.

Grey se abría paso cada vez mas rápido entre los árboles, en direcciones totalmente aleatorias, o eso parecía a los ojos de Macdolia, la cual lo seguía, preocupada al ver que Grey iba cada vez mas rápido, como si tuviera miedo de algo.
Además, aquellas montañas a la yegua espacio-temporal le eran familiares...

"Aquí... es donde Rainbow Dash y las demás se enfrentaron a aquel dragón. El que consiguió convencer Fluttershy... y también..."

Lo recordaba. Un pequeño fragmento de la memoria de Grey que había llegado a vislumbrar en aquel sueño onírico.

-Buscamos una cueva, ¿no, Grey? -dijo finalmente la yegua.

Grey siguió corriendo, cada vez mas ansioso, su respiración se hacia cada vez mas rápida y fuerte, haciendo caso omiso de su compañera.
No se daba cuenta de que estaba dejando rienda suelta a sus emociones de nuevo y tras de si, estaba dejando un pequeño camino de cristales azules, los cuales eludía Macdolia para evitar problemas.
La yegua quiso gritarle a Grey que se calmase, que detuviese aquel incesante brote de cristales que sin duda daban al traste con cualquier tipo de discrección.

Pero sabía lo que era dejarse llevar por las emociones hasta un punto extremo.

"Lo sé demasiado bien" -se dijo la yegua a sí misma mientras se secaba el sudor de la frente como podía, intentando ni perder a Grey de vista... ni chocar con un cristal.
Finalmente, en medio de aquella nerviosa carrera, Grey se detuvo en seco ante una gran roca. Se notaban pequeños agujeros en algunos extremos, por lo que Macdolia vio que tenia razón, Grey se dirigía a una cueva.

- Macdolia, rápido, ayúdame a mover esta roca, tengo que entrar aquí.
La yegua echó un vistazo a aquel peñasco... y a sus alrededores. Notó algo... pero prefirió no decir nada de momento y hacer caso a la petición de Grey.

-Muy bien, yo empujaré desde aquí. A la de tres. Uno... dos... ¡TRES!

Grey empujo con todas sus fuerzas junto a Macdolia aquel peñasco, hasta que tuvieron suficiente espacio para entrar, pero aun estaba demasiado oscuro para ver nada.

- ¿Macdolia, ese reloj tuyo podría iluminar un poco esto? Tenemos que llegar casi al final de la cueva.

La yegua asintió. Entre las funciones del reloj no estaba la de lámpara, pero cualquier proyección que realizase serviría para iluminar la cueva.
La yegua se tocó la CM y su ya conocido reloj apareció ante ella.

-Inicia modo reminiscencia. Escena aleatoria.

Una proyección salió del reloj, iluminando la sala en el proceso. En ella se veía a la yegua corriendo como una descosida mientras parecía huir... de algo no identificado.

"Vaya por Fausticorn. De todos los recuerdos, vas y coges este..."
Grey agradeció la iluminación y prefirió no prestar demasiada atención a la escena proyectada, mientras se adentraba en la cueva con la ayuda de la luz.

A medida que se iban adentrando en la cueva, el ansia de Grey se tornaba en pesar, al estar cada vez mas cerca del accidente que cambio su vida, jamas podrá olvidar aquella noche, en la que vio que ocurría si descontrolaba sus poderes.
A medida que avanzaban, el paso de Grey era cada vez mas lento, y se iban encontrando cada vez mas flores secas por el camino, eran rosadas y tenían alrededor de cinco pétalos cada una. Macdolia no tardo en averiguar que especie eran.
Eran catleyas.

Finalmente, frente a un lecho de flores resecas, Grey se quedó contemplando una pared con lágrimas en los ojos, no sabía si expresar miedo, alegría o pena, porque precisamente la ausencia de algo fue lo que desencadeno aquello.

- N... no esta.... Catleya... mi hermana....

Macdolia bajó la cabeza.

-Me lo imaginaba -murmuró.

Con un nudo en la garganta que casi le impedía hablar, Grey se derrumbo, cayo frente al lecho de flores muertas llorando, con un conjunto de sentimientos que no supo definir.
Macdolia cerró los ojos... y rememoró como Grey le había mostrado aquel recuerdo. Una pequeña pegaso... atrapada dentro de un cristal.

-Y ahora no está -dijo con un hilo de voz.

La yegua no sabía si aquello serviría de mucho, pero se acercó lentamente a Grey... y lo abrazó.

-No quise decir nada porque estabas muy obcecado, pero fuera de la cueva habían huellas recientes, algunas de ellas de un tamaño no muy superior al de una potrilla. Si ha salido... ha sido no hace mucho.

A pesar de sus palabras, Grey siguió lamentándose frente a lo que anteriormente era la prisión de su hermana, hasta que al final decidió levantarse lentamente, con una mirada seria en la cara., cualquiera diría que hace dos minutos estaba llorando desconsoladamente en el suelo.

- Dime donde están.

Macdolia sabía que no era el momento para hacer preguntas.

-Vamos fuera, te las mostraré.

Tras salir, Macdolia se acercó primero a la roca que bloqueaba la entrada

-Este peñasco hace no mucho que lo movieron un poco, ya que el musgo que lo recubría estaba roto por los resquicios entre la piedra y la pared. Pero si eso no es suficiente...

La yegua se arrodilló frente a una zona de tierra a unos tres metros de la cueva.

-Estamos a principios de invierno y aun perduran los días de lluvia. Fíjate. Estas pisadas parecen venir de la cueva e ir... montaña abajo. Y no tendrán mucha antigüedad, ya que una nueva lluvia las habría borrado. Dame un segundo...

Macdolia empezó a toquetear el reloj.

-Llovió por última vez... hace 10 días. Las huellas tienen que ser de entonces, despues de que dejase de llover, pero mientras la tierra seguía blanda.

Grey se quedo callado mientras hablaba, pensando en ir a por su hermana de inmediato, y por la direccion por la que iban las pisadas, tenia una idea de adonde podía haber ido.

- Sígueme Macdolia, tengo una idea de donde puede estar.

La yegua hizo desaparecer el reloj y asintió.

-Voy detrás de ti.

Mientras corrían, Grey trató de recordar aquel lugar al que iban, aquel sitio le traía nada mas que malos recuerdos, salvo los cuales en los que aparecía su susodicha "hermana".

Uno de ellos sobresalía, puesto que era una de las mayores cargas que Grey tenia a sus espaldas desde hacia años, y en realidad, fue el principio del fin.

Habían pasado 4 años desde que White Catleya, una potrilla de 6 años, decidiera cuidar de Grey Edge, siendo lo mas parecido a una familia para él, era leal, obediente en lo que podía y trataba de ayudar en todo lo posible, a pesar de que no fuera todo lo que quisiera, aun no sabía siquiera controlar su poder, y eso muchas veces le creaba problemas, ya que su peculiaridad no solía ser bien recibida por sus cuidadores, salvo cuando lo que creaba tenia una forma mas o menos bonita, entonces se la llevaban para venderla a cualquiera que viniera a adoptar a algun potrillo.

El invierno llegaba, y Catleya estaba mucho más impaciente que de costumbre, muchas veces se iba sola sin avisar a Grey y volvía con un saquito lleno de cosas que no le dejaba ver, como ella le dijo que no mirara, obedeció ciegamente sin siquiera sospechar de lo que la pequeña potrilla estaba tramando.

Llegó la noche, y Grey dormía plácidamente en la cama con Catleya, pero aquello duró poco, porque esta le despertó a las dos horas del toque de queda.

- ¡Psst! Grey, despierta, vamos.
- ¿Q-que? ¿Pasa algo, sis?
- Si, hoy, después de tantos años en el mismo sitio, he decidido escapar de este lugar.
- ¡¿Que?! ¡¿Estas loc-..!?

Antes de que Grey siguiera hablando, ella le tapo la boca con una manzana que tenía siempre por si acaso le robaban la comida a Grey cuando ella no estaba, salvo que esta vez era simplemente para callarle, estaba armando demasiado jaleo.

- Mira, hermanito, no aguanto estar aquí mucho más tiempo, quiero ver mundo, quiero ser libre, por eso quiero escapar. Estoy harta de ser una potrilla a la cual solo usan para exponer a los invitados de honor como sirvienta.
- No entiendo sis, ¿Pero que pretendes que hagamos? Solo somos dos potrillos.
- Espera... ¿Hagamos?
- Por supuesto, si tú te vas, yo voy contigo.
. Pero hermanito, es muy peligroso, yo sabría manejarme, pero tú no.
- Por eso quiero, soy mucho más feliz desde que estoy contigo, y no quiero que esto cambie, te quiero mucho Cat... y no quiero perderte.

Grey comenzaba a llorar en cuanto termino esa frase, pero Catleya le consoló rápidamente, parecía sorprendida por el cariño que aquel unicornio le tenía, pero aquello no hizo mas que reconfortarla, necesitaba apoyo, en el fondo, ella también le quería mucho, y sabía que no seria lo mismo sin su hermano.

- Vale, de acuerdo, hagámoslo juntos, pero no llores. ¿Vale?

Grey asintió la cabeza mientras se secaba las lagrimas, Catleya se bajó de la cama y le enseñó todo lo que tenía guardado, unas ramas, un par de piedras, varias latas de comida, un par de bufandas y varios bits.

- Con esto seguro que no tendremos ni un problema.
- ¿Estas segura? No parece mucha cosa...
- No te preocupes, cuando atravesemos el bosque llegaremos a varios lugares donde habrán ponys y comida, compraremos algo y después llegaremos a Canterlot, es una ciudad preciosa donde viven los mejores, incluso príncipes y princesas.
- ¿De verdad?
- Si, y ahí viviremos felices, sin ningún problema.

Grey solo pudo sonreír al imaginarse todo aquello, mientras Catleya le describía todo lo que los libros que pudo leer le decía, ademas de varias imágenes, lo cual cautivaba al unicornio con cada palabra.

- Vale, vámonos sis, quiero ver Canterlot.
- Muy bien, cuento contigo, hermanito.

Catleya abrió lentamente la puerta, aunque chirriaba, no había ningún pony patrullando, como en teoría ellos decían que hacían todas las noches. Miró a ambos lados, comprobando que no hubiera nadie, y caminaba con cuidado, para que no la oyeran. Le hizo una seña a Grey para que la siguiera, cosa que hizo como ella, imitándola, pero en medio del camino se dio la vuelta y entró a la habitación, Catleya quería gritarle que volviera, pero eso podría poner en peligro todo lo que estaban haciendo.

En poco tiempo el pequeño unicornio volvía con algo en la boca, era el yoyó que le había regalado para su cumpleaños hacia unas semanas, a lo cual Catleya, tras ver aquello, decidió ignorarlo por aquel momento y volvieron a avanzar, sin prisas, pero sin pausas.

Llegaron a las escaleras fácilmente, y mientras la bajaban veían un cambio de imagen drástico en la decoración: mientras que todo el orfanato se veía gris y agrietado, el vestíbulo parecía sacado de un cuento, las escaleras estaban forradas con algo blandito y suave, de color rojo, y las escaleras tenían un pasamanos dorado, con pinta de muy costoso, cuadros diversos, y todo muy cuidado. Parecía que estaban ya en Canterlot.

- No podemos detenernos Grey, estamos muy cerca.
- Si, sis.

Los potrillos seguían avanzando lentamente, pasando el vestíbulo, el cual estaba cerrado siempre por la noche, para evitar escapadas, pero Catleya tenía un plan mejor, tenía en su poder una llave de los ventanales del comedor, si abrían uno, podrían escapar por ahí y empezar su nueva vida, pero poco duro aquello.

Uno de los cuidadores, que se había despertado, vela en mano, para una comidita nocturna, los vio cuando llegaron al vestíbulo, a lo cual soplo rápidamente su silbato y los demás guardias fueron alertados.

En poco tiempo, no tenían donde escapar, las escaleras estaban ya ocupadas y cada vez se acercaban mas, lo cual ponía muy nervioso a Grey, y eso hizo que se disparara su magia.
Las columnas de cristal, aunque finas, eran muy resistentes, aparecieron enfrente de los celadores, bloqueándoles el paso.
Grey, sin pensar apenas, cogió en un descuido la vela del primer cuidador que les vio y corrió para quemar varias cortinas con ella, provocando un fuego bastante importante. Sabía que se concentrarían en salvar aquel lujoso paraíso antes de en cogerles, y acertó, pero para mal.
El fuego de las cortinas subía inusuálmente rápido, y en menos de un minuto ya había llegado al techo, ya se había extendido demasiado, y los adultos habían abierto el portón principal para huir, sin preocuparse de los potrillos, a lo cual Catleya, dejando sus cosas en el suelo, subía las escaleras, usando sus alas como propulsión, debía ser rápida.

- ¡Grey! ¡Hay que avisar a los demás o se quemarán junto a todo esto!

Grey seguía absorto, el fuego le sofocaba, y ante el horror de saber que fue el quien provocó todo aquello, estaba paralizado.

- ¡¡GREY EDGE!!

Solo aquel grito, junto a un golpe en la cara por parte de Catleya, hizo que pudiera reaccionar, y lo que vio fue a su hermana, llorando de desesperación, suplicándole que le ayudara.

- Perdón Cat. ¡Vamos, nos necesitan!

Subieron rápidamente las escaleras, y abrieron todas las puertas, sin dejarse ni una, gritando y alertando sobre el fuego, lo que hacía que cogieran algo o nada, y corrían rápidamente fuera del edificio, algunos con pequeñas quemaduras por acercarse al fuego, algunos llorando e incluso siendo arrastrados por otros, porque el humo les dejó inconscientes o se negaban a despertarse, era una estampa de horror y desesperación que el unicornio gris, si hubiera sabido que pasaría aquello, habría evitado sin dudarlo, pero ya era demasiado tarde.
Cuando se aseguraron de que todos estaban a salvo, fueron a bajar y unirse a ellos, pero cuando llegaron, las escaleras estaban en llamas, y el humo apenas les dejaba ver. Grey pudo ver como su yoyó, junto a todo lo que reunió Catleya se quedaba en aquel vestíbulo, pasto de las llamas, sin que pudiera hacer nada para evitarlo.
Llegaron hasta el final del pasillo y veían como las llamas lentamente se acercaban a ellos, entrando en los cuartos e inundándolos con ferocidad, destruyéndolo todo.
Catleya miro a los lados, llevándose a su hermano a la habitación contigua rápidamente tiro una silla que había cerca, para romper la ventana de esta, y cogiendo a Grey, le miró a los ojos y le tiró diciéndole.

- Confía en mi, Grey.

Grey veía como se alejaba de ella a medida que caía hacia el suelo, y la vio saltar también, abriendo sus alas, de par en par, cosa que Grey jamas había visto, y cayó en picado para recogerle.
Aunque fuera una pegaso, casi nunca había volado, y apenas sabía manejarse en el aire, por lo que a duras penas pudo planear mientras agarraba a Grey, lejos del orfanato en llamas, en el que su salida estaba llena de potrillos, con quemaduras, llorando, y desesperados, habían perdido su único hogar por el hecho de que el y Catleya querían huir a toda costa.
Al aterrizar, sin mirar atrás y sin pensar en todo aquello, corrieron hacia el bosque, para que jamas lograran atraparlos.
Aquel recuerdo le llevaba torturando en sus sueños casi toda su vida, nunca dejo de sentirse culpable de causar aquel incendio, y era algo que, mas tarde o mas temprano, querría pagar, no le importaba como.

Pero ahora no era el momento, llevaban ya casi una hora corriendo cuando finalmente llegaron a lo que parecían ser unas pequeñas ruinas calcinadas de madera vieja y piedras dispersas, sin duda, habían llegar a aquel lugar.

Grey permaneció especialmente callado ante los restos de lo que en su día no tuvo otra opción que llamarlo "su hogar", pero rápidamente abrió la boca al ver que había un pony en mitad de las ruinas, mirándolas detenidamente.

- No es posible....


Recordad que me leo todo lo que escribis aqui respecto al fic, y siempre se aprecia cualquier critica y consejo que deis, y como siempre, muchisimas gracias por leer nuestro trabajo ^^
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 4

Notapor Volgrand » 22 Feb 2014, 04:00

Maldición.... ahora me cuadra todo lo que ocurría en Maneclipsix....

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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 4

Notapor Ryuka_dash » 24 Feb 2014, 10:33

Leido y encantado, pese a quecla historia del orfanato ya la tenia leida de antes :3

Espero con ansia el siguiente
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Re: La Sombra del Cristal [Aventura] - Capítulo 4

Notapor Grey Edge » 24 Feb 2014, 11:12

Ryuka_dash escribió en 24 Feb 2014, 10:33:Leido y encantado, pese a quecla historia del orfanato ya la tenia leida de antes :3

Espero con ansia el siguiente

Eso es cierto, pero ten en cuenta que algunos lectores no saben por que el "vinculo" de Grey con Catleya es tan fuerte.
Y muchas gracias por los comentarios positivos ^^ Se agradecen muchisimo.
Un abrazo para todos, que estoy majete hoy :3
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