Guau. No me lo creo, las escorias humanas que son algunos de los niñatos de hoy en día.
Me acuesto hace como una hora y media (las 4) y, en lo que me pongo cómodo, trato de no molestar a la gata, y dejo que la mente desvaríe, pues me va entrando el sueño...
De pronto, noto algo alargado arrastrándoseme por encima del brazo (estaba durmiendo de lado). La gata ya no está en la cama así que me imagino que habrá cogido el cable de carga del portátil, lo habrá pasado por encima de la cama, y estará mordiendo algún extremo por debajo.
Nunca han hecho tal cosa, pero no estoy por dejarles tomar ese hábito. Así que, todavía acostado, agarro el cable con la idea de incorporarme y quitárselo cuando, para mi sorpresa, tiran fuerte de él, hacia fuera de la ventana (vivo en un bajo y mi cama esta pegada a ella).
Me incorporo, exclamó un "¡Eh!", a quien fuera que quisiera robar el cable de mi ordenador, y trato de sostenerlo, pero tira tan fuerte que me hace daño, me obliga a soltarlo y le veo salir corriendo como cobarde desgraciado que es.
Miro alrededor haciendo luz con el móvil (eran como las 4:40), y veo que el PC sigue enchufado. Entonces ¿qué se llevó?
Al moverme oigo el ruido de un llavero: eran mis llaves, que estaban en mi cama. Vamos, que lo que el giliflautas ese tenía era algún alambre o alguna rama, y lo intentó usar para llevarse las llaves de mi casa, las cuales dejé sobre el escritorio.
Si no llego a acostarme tan tarde hoy, y si no llego a reaccionar cogiendo el alambre con fuerza de modo que las llaves cayeran a mi cama... Bueno, ya podría olvidarme de salir de casa sin antes cambiar las cerraduras.
Al final, todo ha quedado en un susto y unas raspaduritas en la mano. Pero ya ni en casa se está a salvo, eh.